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Cavilaciones por v chan l

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Notas del capitulo:

uff, me he colgado años por aca. Mil perdones. =O ;)

John POV

6 P.M. Escena del crimen. Cadáver de una mujer de 25 años sobre el suelo alfombrado del living de su propia casa. Estaba muy golpeada, torturada, seguramente, como pudo observar John a primera vista. Su estomago se encogió de golpe. Aun no se había acostumbrado, a pesar de todo, la muerte seguía afectándolo, especialmente la sin sentido.

Miro a Sherlock quien daba vueltas alrededor del cuerpo con fría tranquilidad. Deseó poder ser tan frio como él. Al detective ninguna emoción fuerte, más allá de la frustración a veces, parecía afectarle. Para él todo era liso y calculado razonamiento. Sociópata.

Sherlock se inclino sobre el cadáver poniéndose en cuclillas. Watson observo sus ojos de águila rastreando en cuestión de segundos cada detalle de la imagen frente a él. El médico se imaginaba a veces a la mente de su amigo como una computadora, la más rápida y eficiente de las computadoras, procesando e identificando datos a miles por segundo. Era maravilloso.

John no podía dejar de sentirse fascinado con las increíbles capacidades de su amigo. Y no podía dejar de expresarlo, era más fuerte que él, los “excelente” y “fantástico” se le salían a cada rato cuando Sherlock explicaba como lograba sus deducciones, como si el hijo de puta necesitara más adición a su ego. A Sherlock le encantaba, por supuesto, John podía verlo por el brillo en sus ojos en esos momentos, o por su media sonrisa socarrona. Watson a veces llegaba a la conclusión de que a su compañero solo le gustaba que fuera con él para escuchar sus halagos. Aquello lo ponía triste, y enseguida lo apartaba de su mente.

 A aquellas alturas John ya tenía bastante asumido el hecho de que el detective le importaba más que como un amigo, mucho más de hecho. Luego del incidente de la piscina con el cabron de Moriarty le había quedado más que claro. Vamos, que uno puedo querer mucho a un amigo, pero de ahí a que tu primer instinto sea arriesgar tu vida para salvarlo, eso era otro cantar.

Y John estaba seguro de que Sherlock había notado eso, aunque nunca lo mencionaba. Nunca mencionaban los hechos de la piscina. Y las palabras de Moriarty...”voy a quemar tu corazón...”, cuando Sherlock puntualizo que él no tenía ninguno Jim le retruco que “eso no es del todo cierto”. Y Sherlock no dijo nada. ¿A qué se refería Moriarty? John no podía dejar de pensar en ello. .. 

Sherlock POV.

“....Pelo enredado, huele a algo particular...-Sherlock frunció la nariz- ... fluidos corporales, sexo, a eso huele. Lápiz labial en la piel cadavérica, color diferente al suyo, otra persona, mujer, su amante, en su nariz hay otro olor más familiar...cloroformo, no hay signos de lucha, dormida entonces, sorprendida, luego todo lo demás, venganza,  modos operandi cuadra con asesino femenino.... ¡su compañera de piso, claro!, la victima iba a casarse, así que su “amiga” se sintió celosa. Obvio. Muy obvio. Aburrido....”

Sherlock termino de examinar el cuerpo y se incorporo dando un suspiro. Podría haberse quedado en casa disparándole a la pared, las reacciones de enojo de la señora Hudson eran más divertidas que aquello.

Con su vista periférica vio a John de pie junto a él, la mirada azul en el cuerpo con dejo triste. Aquello era extraño, él era soldado, medico además, ya debería estar habituado. A veces Watson parecía demasiado débil para todo lo valiente que se comportaba. O tenía complejo de héroe o era masoquista. Teniendo en cuenta el hecho de que vivía con él, tal vez lo era.

O tal vez era adicto como él. Adicto a la adrenalina, a la aventura del puzzle. Sherlock estaba seguro que debajo de la superficie bonachona y simple de John Watson se encontraban muchas otras cosas, más interesantes. Sherlock sentía curiosidad. Mucha.

Lestrade lo observaba ansioso, como un perrito a esperas de un hueso, pensó Holmes. Suspiro otra vez. Dio su explicación. Y otra vez esas miradas en los ojos de todos, sorpresa, incredulidad, admiración, rechazo muy en el fondo. De todos menos en los de John. Su mirada era distinta. ¿Por qué?

Los ojos de John eran azul oscuro, se veían francos, leales y cuando Sherlock los veía se sentía cálido, extrañamente en paz. Era, una vez más, desconcertante.

Holmes dio unas últimas directivas al inspector como se las daría a un niño de jardín, para que pudiera atrapar a la asesina, y luego giro en sus talones, sin decir adiós a nadie.

-John. Dijo en voz baja y echó a andar hacia la calle sabiendo que el doctor lo seguía.

Como siempre, no tardo un segundo en encontrar un taxi. Parecía que lo seguían o tenia uno abonado.

El camino hacia Baker Street fue silencioso, pero con un silencio diferente al habitual y cómodo de siempre. John estaba pensativo, y Sherlock podía casi escuchar a su cerebro maquinar.El ex soldado había estado diferente desde lo sucedido con Moriarty en la piscina. Era algo leve, muy leve, nadie más lo notaria, pero Sherlock sí.

Lo cierto es que también él estaba diferente, aunque estaba seguro que John no lo notaba. No había sido el hecho de que intentaran matarlo-eso ya le había pasado un millón de veces antes-no era que Moriarty hubiese escapado-aunque eso lo cabreaba bastante- eran sus palabras. Era su elección para presionarlo. Era John.

Jim había querido ponerlo bajo presión, había querido atacar su debilidad, y entonces él, que aunque un bastardo era también un genio, eligió secuestrar a su compañero de piso, por ende su observación lo llevo a deducir que este era tan importante para Sherlock como para desequilibrarlo. Y lo fue. Eso no estaba bien.

“Voy a quemar tu corazón...” le había dicho el imbécil, dando por sentado que lo tenía. Pero él era un sociópata, él no tenía corazón, Moriarty se equivocaba. Esa idea era reconfortante para Sherlock, pero -¡oh, desgracia del raciocinio y tener que admitir los hechos!- esa idea no resultaba del todo exacta.

John suspiro a su lado, removiéndose levemente. Sherlock podía sentir el calor corporal que emanaba de él en el roce de sus brazos. Sintió el impulso de acercarse mas, ¡hacia frio, después de todo!, pero se mantuvo inmóvil, mejor esperar a llegar a casa y prender la estufa, se dijo hoscamente.

-¿Qué es?- se escucho a si mismo romper el silencio reinante.

John  tardo un poco en salir de su ensoñación y responder.

-¿Disculpa?

-¿Qué sucede, John? , lo que no deja de dar vueltas en tu cabeza.

El médico lanzo una risita forzada.

-No es nada, estoy cansado nada más. ¿Sabías que hace más de 24 horas que no duermo y que no hemos comido nada desde el desayuno?

Holmes no acepto el cambio de conversación.

-No es eso. Hay algo más. Dímelo.

El médico lo miro fijamente. Sherlock contemplo al gesto en su rostro cambiar desde la duda hasta el fastidio, y finalmente  a la determinación en cuestión de segundos. Esa era otra cosa que le gustaba de John, a veces era impredecible.

-Bueno, si hay algo-admitió finalmente el rubio- es una estupidez, tan solo una curiosidad que quedo en mi mente...

-¿Ajá, si? – comento Sherlock con la misma suficiencia con que lo haría un adulto que se predispone a responderle a un niñito cuanto es dos más dos.

-La noche aquella, en la piscina...-

Esas solas palabras hicieron que Sherlock se tensara y perdiera por un momento el aire de superioridad habitual.

-Cuando Moriarty hablaba contigo, esas cosas que dijo...

-Eran idioteces John- corto rápidamente- solo quería confundirme, desconcentrarme.

-Sí, pero lo que dijo sobre tu corazón...-insistió Watson y Sherlock se tenso mas, lo cual era ridículo, le dijo su voz interna de la razón- ...él dijo que iba a quemar tu corazón, dio por hecho que tenias uno, es decir, que tienes sentimientos mas allá de lo que demuestras...-Sherlock se removió incomodo deseando que las 10 cuadras que faltaban de viaje pasaran en un segundo- ...él lo aseguro, lo dijo como si supiera algo de ti...

El detective se encrespo como un gato al que le echan agua fria al escuchar eso.

-¡ÉL  NO SABE NADA DE MI, JOHN!- exclamo más alto de lo que querría. Luego de darle una mirada amenazadora  al chofer que se había quedado mirándolo por el retrovisor, continuo- él estaba queriendo hacerme enfadar, ya te lo dije.

-Pues parece que dio en el clavo- contesto John con cierto tono de burla que hizo a Holmes sentirse más incomodo todavía.

Genial, ahora estaba enojado. Sin verdadero motivo además, y para peor John se daba cuenta. Respiro profundamente.

-Estaba inventando, dando tiros ciegos, nada más. No sé porque dijo eso- mierda, realmente no lo sabía- probablemente porque dedujo que con mis tendencias sociópatas me molestaría que abordara temas sentimentales- y tenía razón, el hijo de puta,  agrego mentalmente.

John asintió silenciosamente, aunque en su cara lo que menos se veía era conformidad.

 Al fin, ya estaban frente al 221 B de Baker Street. Sherlock suspiro aliviado, mientras se disponía a moverse para salir dejando a John pagar la tarifa.

-Eso es una jodida mentira y lo sabes.

Escucho la voz del médico a sus espaldas justo cuando pisaba la calle. Se volteo a mirar a su compañero sorprendido.

-¿Disculpa?

Sherlock observo detenidamente a su amigo mientras intercambiaba el dinero con el taxista. Estaba tenso, no enojado, ¿frustrado?, eso parecía ser más correcto. Cansado además.

-Te pone incomodo abordar tus sentimientos, si- dijo John mientras salía del auto- pero no porque eres un sociópata, no lo eres, tan solo eres un pendejo que no sabe manejar sus emociones y Moriarty lo sabe mejor que tu.

Sherlock miro lívido como John salía del auto y entraba a su piso quedando por unos momentos absolutamente congelado... 

 

 

 

 

Notas finales:

and that's all, friends! flores? tomatazos? haganmelos llegar XD


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