-Si tus sueños o más específicamente tus deseos- le explique chasqueando los dedos para aparecer una barra de chocolate, el pobre sujeto casi se desmaya del impacto
-¿Mis deseos?- pregunto aun sin poder creer lo que veía
-¿Qué no hablo español?- pregunte ya algo desesperado
-Si lo siento es solo que… no esperaba verte es todo- dijo el comenzando a caminar en círculos a mi alrededor
-Acaso eres buitre- dije en tono de burla antes de soltar una leve risita al ver su cara de inocencia; mi sonrisa se desvaneció cuando sentí como ese idiota me picaba el brazo y las costillas repetidas veces
-¿Puedes dejar de hacer eso?- dije frunciendo levemente el ceño, eso fue suficiente para que dejara de hacerlo y se alejara un poco de mi
-Lo siento… si eres real- dijo bastante asombrado y emocionado tal como un niño con juguete nuevo
-Claro que soy real idiota- este tipo comenzaba de verdad a desesperarme poco a poco
-Y puedes insultarme también- dijo aún más feliz
-Sí y también te puedo golpear ¿Quieres ver?- dije mostrándole mi puño cerrado
-Tal vez luego- dijo levantando sus manos en el aire en señal de rendición
-¡Esto es increíble!- dijo abrazándome fuertemente, alzándome del piso y dando una vuelta completa conmigo entre sus brazos
-Oye ¿me quiere bajar? No soy un juguete- le dije un poco sonrojado por su inesperado contacto
-Oh si lo siento- me dijo poniéndome en el suelo y separandose por completo de mi
-Y deja de decir lo siento- dije ya desesperado
-Lo sien…- no termino su frase ya que yo lo mire con ira, me acomode la ropa y justo cuando iba a decirle otra cosa volvió a abrazarme emocionado, este era el primer amo que tenía que actuaba de esa manera conmigo
-¡No lo puedo creer, es que es tan…!- esta vez le di un golpe en la cabeza para que me soltara y funciono
-Eso me dolió Mello- me dijo sobándose la zona del golpe con ambas manos
-Eso fue por abrazarme- dije acomodándome la ropa de nuevo
-Lo siento- dijo antes de que yo lo golpeara otra vez
-¡Auch! ¿Y ese por qué fue?- pregunto sobándose de nuevo
-Te dije que dejaras de decir lo siento- dije dándole otro golpe pero esta vez en el brazo
-Si tienes razón ese me lo merecía- dijo sujetándose el brazo y sonriéndome ampliamente
-Sabes eres muy raro- dije mirándolo como si estuviera loco
-Eh… ¿Por qué lo dices?- pregunto el sujetillo extrañado
-Por que te he golpeado ya tres veces y sigues sonriéndome- le dije sentándome en el sillón de la sala
-Si lo sé, pero es que el que me golpearas ha sido mi culpa por ser tan atrevido- me dijo aun sonriendo y sentándose junto a mí en el sillón
-Bueno como ya lo has de haber notado yo soy el genio de esa lámpara y voy a…- no termine de decirlo ya que apenas me había dado cuenta de que ya no estaba más en el cajón o la lámpara, si no que esa odiosa lámpara se encontraba tirada en el suelo de la sala, me levante del sillón y camine hasta situarme junto a la lámpara, la observe por unos momentos y luego le salte enzima varias veces para luego patearla con todas mis fuerzas ocasionando que se estrellara contra la pared de la sala
-Oye ¿estás bien?- escuche a ese sujeto llamarme desde atrás
-Si ¿de casualidad no tendrás un bate de baseball?- pregunte sin voltear a verlo
-No, yo no soy mucho de deportes- me dijo acercándose a mi muy despacio
-No hay problema- dije chasqueando nuevamente los dedos y apareciendo el tan anhelado bate para comenzar a golpear la lámpara de nuevo con el cómo había soñado siempre
-Si sigues así vas a terminar rompiéndola- me dijo poniendo una de sus manos en mi hombro izquierdo
-Justo eso quisiera, pero la maldita es indestructible- dije golpeándola aun con más fuerza
-Ok tranquilo, que te parece si nos sentamos de nuevo y me sigues diciendo lo que me ibas a decir- me dijo tomándome de los hombros y llevándome de nuevo al sillón
-Pero sin esto- dijo quitándome de las manos el bate de baseball, yo solté un ligero bufido pero no opuse resistencia
-Bueno como te decía estoy aquí para hacer realidad tus deseos- dije apareciéndome otra barra de chocolate
-¿Mis deseos?- pregunto como para dejar en claro lo que le acababa de decir
-Sí, tres para ser exactos- dije mordiendo mi chocolate
-Con que tres deseos- dijo el recostándose en el respaldo del sillón y llevando una de sus manos a su barbilla
-A si es- dije yo recostándome también
-¿Y puedo pedir lo que yo quiera?- me pregunto con un tono alegre casi infantil en su voz
-Sí, lo que tú quieras, excepto…- dije dándole otra mordida a mi chocolate
-¿Excepto?- repitió como incitándome a que continuara
-Excepto: deseos que involucren a terceros directamente, no puedo traer a los muertos de vuelta a la vida y no puedo concederte deseos ilimitados ¿quedo claro? Son tres y solo tres- dije haciendo mucho énfasis en lo último
-Si me quedo bastante claro- dijo el sonriendo de nuevo
-Fuera de todo eso puedo pedir lo que yo quiera- me pregunto con una sonrisa mucho más amplia
-Sí, técnicamente así es- dije volteando a otro lado mientras me terminaba mi chocolate, recorrí la habitación con la mirada y me encontré con una ventana, en cuanto la vi me puse de pie y casi puedo decir que salí corriendo en dirección a ella, la abrí de par en par y asome la cabeza por ahí cerré los ojos por unos instantes disfrutando del viento fresco en mi cara, luego me sobre salte un poco y los abrí al sentir como unas frías gotas de agua caían del cielo pero aun así no regrese adentro es más hasta creo que me salí un poco más, solo me quede ahí disfrutando hasta que mi cabello quedo completamente empapado
-Deberías entrar no quiero que te enfermes- dijo el sujetillo sacando la cabeza conmigo para que unas pocas de gotas le cayeran en el rostro
-Yo no me enfermo- dije haciéndole notar que aún no quería entrar
-Aun así, vamos te traeré una toalla- dijo el metiéndose al departamento yendo a buscar la toalla
Mientras yo me quede observando los autos pasar y la lluvia caer, escuchando atentamente el sonido del clac son de los conductores furiosos y el rugir de los truenos a la distancia, todo me resultaba tan maravilloso, radiante y nuevo que me fue imposible contener una sonrisa
-Vamos entra ya, te prometo que mañana iremos a donde tú quieras- me dijo tomando una de mis muñecas y jalándome hacia el interior de la habitación
-¿A donde yo quiera de verdad?- pregunte sin poder creer lo que escuchaba
-Claro, pero solo si entras- me pareció un buen trato por lo que decidí entrar, el me sentó de nuevo en el sillón y con una toalla quito de mi cabello el exceso de agua, luego con una máquina de aire calenté lo seco por completo mientras lo cepillaba
-Qué lindo cabello tienes- me dijo en el oído lo cual me hizo sentir un pequeño escalofrió
-Sí, lo sé- ya sabía yo hacia donde iba todo esto y no lo iba a dejar jugar conmigo tan fácilmente
-Ok hora de dormir- dijo el alejándose de mi de nuevo con una sonrisa en el rostro a total diferencia de mí ya que yo no pude evitar entristecerme al pensar que de nuevo regresaría al cajón de donde recién había logrado salir
-¿Por qué pones esa cara?- me pregunto tocándome el cabello con una de sus manos
-No por nada- dije yo quitándome su mano y poniéndome de pie para ir a buscar la condenada lamparita la cual estaba ya como si nada hubiera pasado hace un rato, sin un solo rasguño, la tome entre mis manos y la observe por unos momentos con algo de tristeza
-Espera ¿Qué estás haciendo?- me preguntó al verme con la lámpara entre las manos
-¿Qué crees que hago? Me voy a dormir- dije yo con un tono desganado
-¿Vas a dormir en eso?- pregunto el señalando la lámpara entre mis manos
-Si- dije yo como si dormir en el interior de una lámpara fuera lo más normal y común del mundo
-¿No es algo incómodo?- pregunto quitándomela de las manos y observándola por todos lados
-Un poco pero después de tanto tiempo ahí te acostumbras- dije yo quitándosela dispuesto a entrar de nuevo
-Espera no te vayas- me dijo el con tono suplicante
-¿De que estas hablando? No me iré a ningún lado- le dije viéndolo fijo
-Pero si tu entras a esa cosa ¿Cómo poder sacarte?- me pregunto con tono triste, al parecer este tipo de verdad nunca escucho de nosotros los genios
-Solo tienes que frotar la lámpara- le dije, aunque pensándolo bien él ya me había sacado de la lámpara una vez como era posible que no supiera o recordara como hacerlo
-Entonces ¿te veré otra vez?- pregunto bajando la mirada
-Claro- le dije no entendiendo muy bien su actitud
-¿Lo prometes?- pregunto levantando la mirada y viéndome directo a los ojos
-No puedo- dije seriamente sin dejar de verlo raro
-¿Por qué no?- pregunto un poco alarmado avanzando un paso hacia donde yo estaba
-Porque eso depende de ti- dije antes de entrar al cajón de nuevo, una vez estando adentro sentí como este se movía, se movía poco pero se movía para después quedarse totalmente quieto; con un chasquido de dedos me cepillé los dientes y con otro hice aparecer mi cama, me senté en ella, me quite los zapatos y me metí debajo de las cobijas para intentar dormirme; lo cierto es que nunca he estado a gusto dentro del cajón por miedo a no volver a salir nunca más pero esta vez era distinto me sentía tranquilo por alguna extraña razón le tenía confianza a ese extraño que se había entristecido al igual que yo al pensar que volvería a la lámpara.