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Let me reach you por DibainSeuta

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Notas del fanfic:

 

Mi primer y creo que hasta ahora único 2Min :'3

 

De nuevo paso, todos se sonríen con todos, todas platican de cualquier cosa tenga sentido o no, todos parecen tan felices en este momento. Este momento me gustaría guardarlo en lo más profundo de mis memorias, solo con verlo siento una inmensa calidez dentro de mí, en cada palpitar de mi corazón. Se quien causa este ambiente tan tranquilo y relajante, es la única persona que tiene un brillo especial en este lugar, su sonrisa, sus ojos entrecerrados, el sonido de su voz riendo, esa persona simplemente irradia luz. Es tan brillante que de tan solo estar cerca ciega mis ojos y entíbiese mi piel. Pero es obvio que mis ojos no puedan quitar mi mirada de ese ser de luz, después de todo yo simplemente estoy a otro nivel que él. Y aun estando tan alejados el uno del otro, el es amable conmigo, me dedica sonrisas, me habla como si fuéramos iguales, eso me hace sentir más cercano a él, pero también codicioso de tener más sonrisas suyas. Su amabilidad, esa amabilidad que tiene con todos, y su calidez hacia todos, hacia mí… ¿me pregunto si sabrá que su amabilidad me hace daño?

Siempre he sentido que aunque todos seamos compañeros no me tratan como igual, “¿es porque soy pequeño? ¿Es porque aun no he madurado?, sinceramente no lose”, pero él no me trata igual, actúa con normalidad y me trata igual que como a os demás.


-Taemin, apresúrate que llegaremos tarde –Onew Hyung no dejaba de presionar, y con justa razón, ya íbamos 10 minutos tarde a la compañía

-Lo siento, Lo siento, ya salgo –Corrí lo mas apresurado que pude y Salí a paso veloz hasta el auto

-te dijimos que no durmieras tan tarde –Las eternas bromas de Jonghyun Hyung que no hacían más que recordarme mi inmadurez

-No fue mi culpa –No me gustaba el trato de niño pequeño que recibía –El despertador no sonó

-Solo sube al auto, que ya debemos irnos –su voz, su sonrisa, MinHo era el único que me trataba no como pequeño, si no como un igual


Subí al auto y fuimos lo más rápido que el transito nos permitió hasta la compañía, hoy haríamos unas fotos o algo parecido y tendríamos toda la tarde libre. El manager no llevo con la modista, era novata, una tal Park Yue Rin, que nos habría preparados unos trajes de acuerdo al concepto de la nueva imagen, era muy bonitos y con colores contrastantes, no se me moda, pero seguro brillaría con sus diseños.

Primero hicimos fotos individuales y después fotos grupales, todos abrazados, haciendo el tonto y dando nuestras mejores sonrisas para la cámara, ninguna sonrisa tan brillante como la de él. Terminamos pronto y para las 11:00 de la mañana ya habíamos cumplido con lo que la agenda nos marcaba ese día, y regresamos más tranquilos a casa.

Tan pronto llegamos a casa todos se esparcieron por la sala o el estudio, yo solo quise encerrarme en mi habitación a pensar y hablar conmigo mismo, eso era lo único que alejaba por minutos a mi Hyung de mis pensamientos. Ha sido tan amable conmigo, me protege y ayuda cuando no entiendo algo, me despierta algunas veces por la mañana, siempre me regala esas sonrisas que cada vez me gustan más, aunque a veces acaricia mi cabeza y despeina mis cabellos no me molesta, él es el único que lo hace con ese cariño especial, eso es porque él es especial para mí. Me siento culpable por ser una carga para él, sé que soy muy joven, se que llego a ser muy torpe, y mi comportamiento la mayor parte del tiempo es infantil, “pero ¿Qué debo hacer?” así soy yo, pero a Hyung no le importa, me acepta tal cual soy y eso es lo que más duele.

Es mi culpa que me duela, yo soy quien malinterpreta las cosas, creo ver una sonrisa diferente hacia mí, creo ver un trato diferente, un trato más gentil y protector, veo cosas que quiero ver, y me lastimo yo mismo al volver a la realidad y ver que de nuevo malinterprete. Me volví egoísta por su culpa, queriendo acaparar sus sonrisas, sus carcajadas, esas caricias en mi cabeza, todos eso pequeños detalles, quiero tomarlos y guardarlos solo para mí. Me he vuelto un niño tan malo, eso también duele.


~“es suficiente el poder estar cerca de él, así de cerca está bien”, patético ¿no?, “Hyung, ¿hay en tu corazón lugar para alguien como yo? ¿Alguien como yo cuya luz esta titilante?”. Me molesta hablar con migo mismo, siempre es la misma charla y las mimas respuestas.


-Taemin, comeremos helado, ¿quieres? –Iluminó mi habitación, entro por sorpresa pero yo solo sonreí bobamente como siempre

-Claro Hyung, sabes que el helado es mi favorito, en especial el… -Me interrumpió 

-El de chocolate –Sonrió mirándome fijamente –Losé!

-Si –me reí, puedo ser muy predecible, y a él no le puedo ocultar nada

-Vamos, que los demás se lo terminaran –se acerco hasta mi cama y me tomo de la mano llevándome a la cocina con él, siempre sin dejar de sonreír


Entramos en la cocina y todos estaban sirviéndose un gran tazón de helado, como siempre el helado era Napolitano, porque nunca podíamos decidir un solo sabor, pero más que pensar en el helado, pensaba en la mano que aun sujetaba la mía con fuerza, y con naturalidad, todos en la cocina habían notado que MinHo sujetaba mi mano sin soltarla, pero a nadie le parecía extraño, si no todo lo contrario, todos sonreían como siempre, envueltos en esa atmosfera brillante, y parece que comenzaba a formar parte de ella, si bien nunca podre dejar de ser uno de los menores, ya no era visto como pequeño, ya no estaba en mi pequeña oscuridad. La luz de MinHo Hyung era tan poderosa que me iluminaba también, “ya formo parte”, pensamientos felices inundaron mi cabeza y los acompañe en sus sonrisas.


-Termina de servirte Hyung –Apresure a Key Hyung, estaba ansioso por el helado y por la cálida mano de MinHo

-Ya voy, ya voy, espera un poco –Estaba batallando con el helado que se pegaba al cucharon

-Apresúrate Hyung –sí, me emocionaba aun como pequeño, no lo pude evitar

-No estés tan ansioso, ya termine, ¿ves? –Sonrió y me entrego el cucharon

-Bien, déjame servirte –MinHo soltó despacio mi mano y me sirvió helado de chocolate

-Gra-Gracias Hyung –Fui muy feliz por esa pequeña cosa


Así rápido terminaron de servir el helado y nos amontonamos en el sofá a ver cualquier cosa en la tv por un rato, creo que fue de los momentos más felices, bueno, eso hasta que apagaron la tv.


-¿Ahora quien lavara los trastes? –Dijo Onew sin muchos ánimos de ser él quien los lavara

-Esta vez le toca a Taeminie ¿no? –Dijo Key dirigiéndose a su habitación e ignorando casi por completo a los demás –Lávalos bien minie

-¿Qué? ¿A mí? –Odiaba lavar los trastes, enserio lo odiaba demasiado

-Yo te ayudare, así será menos trabajo –“MinHo Hyung al rescate” pensé y él solo acaricio mi cabeza despeinándome como otras tantas veces lo había hecho 

-¿De veras Hyung? – Eso sería de gran ayuda, además de que estaría más tiempo a su lado 

-Como siempre, MinHo protegiendo y ayudando a Taemin –Comento Jonghyun riendo, y ese comentario hizo reír a los demás –Key es la omma, él es quien lo cuida, ¿quieres quitarle ese puesto?

-Eso no es verdad –Le explico MinHo –Solo quiero ayudarle

-Bueno, los dejamos con los trastes –Dijo Onew tomando del brazo a Jonghyun y llevándoselo a su habitación mientras platicaban de no sequé


Comenzamos a lavar los trastes en silencio, no podía articular palabras, se había formado un enorme nudo en mi garganta y estomago, casi no podía respirar y todo por el comentario de Jonghyun, “estoy siendo una carga para la persona a quien menos quería molestar”, entonces pensé que tal vez por eso me ayudaba y era bueno conmigo, “debió ser pesado cuidar de mi todo el tiempo”. El era amable conmigo como con los demás, fue tonto pensar en que mis sentimientos le alcanzarían. 

Mientras terminábamos de lavar los trastes, no pude aguantar más tiempo, me sentía realmente triste de ser una carga y un peso para MinHo Hyung, mi pecho dolía en cada palpitar, mis ojos cristalinos comenzaron a despojarse de las lagrimas que llevaban conteniendo hacia ya un buen tiempo, y lo peor es que fue frente a la persona que menos quería que me viese, le mostré mi dolor totalmente y estaba preparado para el rechazo, era obvio que mis sentimientos no eran recíprocos, y con todo el miedo que tenía, debía decirle lo que había en mi interior sin importar nada.

-¡Taemin! ¿Qué tienes? ¿Te sientes mal? –MinHo se asusto por mis repentinas lágrimas 

-….-Enserio trate de responderle pero no podía hacerlo, si mi boca se abría saldría un gran gemido de dolor y desesperación

-¡¡Taemin!! –Me sujeto de los hombros y me llevo hasta una silla de el comedor, donde me sentó -¿Te sientes mal, que pasa?

-Hy-Hyung –trate de levantar un poco mi rostro, que estaba húmedo, mis ojos no me permitían ver, estaban llenos de lagrimas que no dejaban de salir

-Tae …-Sabia que sería rechazado, pero antes de serlo, tuve el impulso de robar un beso de sus labios


MinHo no hizo nada en contra o a favor de ese beso, realmente no duro más de 4 segundos, pero para mí el tiempo paso de lo más lento, mis labios estuvieron unidos, casi fundidos con los suyos, sentí su respiración en mi rostro, y el sintió la mía, sentí sus labios suaves y con sabor y aroma a vainilla, y él sintió los míos húmedos y con sabor a sal y chocolate, en ese instante nada en el mundo existía, solo sus labios y los míos juntos. Me separe tras esos largos 4 segundos, cuando recobre la conciencia y vi la expresión que se había formado en su rostro, estaba atónito y sorprendido.


-Hyung…Hyung, lo siento –baje mi rostro por completo, no podía mirarle de frente y las lagrimas no dejaban de salir

-Yo…-No pudo decir más que eso


Me levante rápido y corrí hasta mi habitación, cerré la puerta y me avente en la cama, apoye mi rostro en la almohada para que esta absorbiera mis lagrimas y sofocase mis sollozos. ¿Cómo podía sentirme tan triste y miserable acabando de cumplir uno de mis más grandes deseos?, me odiaba, me odiaba inmensamente, había arruinado todo, “soy tan idiota”, no dejaba de insultarme, de desear mi propia muerte y lastimarme más de lo que ya estaba. La única persona, la primera y única persona que tenía un espacio invaluable, que me habia mostrado sentimientos nuevos en mi mismo, aquella que me había hecho querer ser mejor para que me observase y me sonriera, todos mis esfuerzos de ser digno de rozar su piel, respirar el mismo aire que él, mi lucha interna por pensar que podríamos ser iguales, todo, todo eso y más se había ido por el caño. Mi cuerpo estaba cansado, mi corazón palpitaba lentamente y mis movimientos eran torpes, el aire comenzaba a faltarme de manera peligrosa, así que moví mi cabeza para poder recibir aire, y ya sin más lagrimas que pudiesen salir de mis ojos respire, Tan solo había pasado 5 minutos de aquel efímero beso, él tiempo quería avanzar más lento que de costumbre.
Terminaba de asimilar casi por completo lo que recién había sucedido, pero no pude llegar a mis conclusiones bobas ya que alguien había abierto mi puerta, “doble idiota”, no le había puesto seguro, aunque eso no era malo, si no más que eso, era él quien estaba parado en la puerta, mirándome fijo, sin hablar, solo observando.
Me incorpore quedando hincado tan pronto le vi, y casi por inercia hice una reverencia desde mi cama.


-Lo siento mucho MinHo Hyung –completamente avergonzado me disculpe –Juro no volver a hacerlo!


Solo escuche el sonido de la puerta cerrarse, pensé que se habría salido al no saber que responder, pero no, sentí un peso que movió la cama al lado mío. Era obvio que era él, pero no quise verle de frente.


-¿Por qué? –Su voz sonaba diferente -¿Por qué lo hiciste?

-Hyung –trague saliva –tu me –Debía decírselo, ya lo había besado, y tenía la certeza de que sería rechazado, ¿ya que mas daba? –Tú me gusta MinHo Hyung


“yo te gusto” susurro casi inaudiblemente 


-Pero no te sientas responsable, ni incomodo, no dejes de hablarme –El miedo volvió a apoderase de mí, pues aparte de ser rechazado podría ser olvidado y despreciado –Actuemos como si no hubiese pasado… solo olvidémoslo… 


Antes de siquiera notarlo, sus brazos estaban rodeando mi hombros, apretándome con delicadeza hacia su cuerpo, no entendía, las cosas se habían vuelto raras, sin lógica alguna para mí.


-Bobo –recargo su cabeza en mi hombro –Me gustas, como podría solo olvidarlo


Felicidad, emoción, euforia, confusión, angustia, calidez, todas esas emociones y mas se acumularon en mí, “¿Podría esto ser real?”, una parte de mí estaba negada aceptar, mientras la otra parte estaba más que feliz. Me gire para quedar frente a él y le abrace tan fuerte como mis brazos me permitían, con protección, con celo, con cariño, con miedo, miedo de que fuese mentira y de un momento a otro desapareciera de mis brazos como en mis tantos sueños ya había pasado.


-¿Esto es real? –Recargue mi cabeza en su hombro, cerré mis ojos y lo apreté mas a mí

-Completamente real Minie –Acaricio mi cabeza, y mi espalda subiendo y bajando su mano


Deje de abrazarlo y me separe lo suficiente para apreciar su rostro bien, puse mis manos en sus mejillas y sonreí como niño pequeño cuando recibe un juguete nuevo. Un pequeño “Te quiero” huyo de sus labios, se acerco a mí y me beso. Este era un beso real, era un primer beso, lento, calmo, cálido, y un beso de ambos. Su cabeza dirigía la mía, nuevas sensaciones y acciones comenzaron, posiciono sus brazos alrededor de mi cintura, oscilando entre esta y mi cadera, y conforme el beso avanzaba sus manos ejercían mas presión en mi cintura. 

Algo comenzó a cambiar en aquel beso, su lengua se abría paso a mi boca, inspeccionando cada lugar a su paso, invitando a mi inexperta legua a jugar con la suya. Tímida y torpemente mi lengua respondió al estimulo que él provocaba, internándose en su boca también, y mientras el beso se tornaba más intenso y demandante, con discreción y lentitud MinHo empujaba mi cuerpo hacia atrás, hasta que finalmente quede atrapado entre mi colchón y su cuerpo que apresaba el mío.
Sus manos se adentraron en mi camisa, recorriendo mi dorso, apretando ligeramente mis botoncitos rosas, haciéndome soltar débiles gemidos que eran devorados por sus labios, pero eso no le era suficiente, le estorbaba mi camisa, y simplemente se deshizo de ella, se arrodillo entre mis piernas y comenzó a quitarse la suya, y aunque muchas otras veces antes ya había visto su perfecto abdomen, esa ocasión parecía más perfecto, me senté y lo sujete del cuello, lo acerque a mí y volví a besarlo, ya sin delicadeza, sin calidez, sin una pizca de ternura, solo lleno de lujuria, necesidad y deseo.

Aprovechando la situación en la que estábamos, se deshizo de las prendas que aun quedaban, dejándonos desnudos a ambos en la oscuridad de aquella habitación.
Jale su cuerpo al mismo tiempo que volvía a recostarme, ocupando sus labios con los míos, acariciando su espalda desnuda, su nuca y todo lo que mis manos podían tocar. El mostro el mismo interés en reconocer mi cuerpo, y acariciaba mis muslos, mis caderas, mi abdomen, mi cuello, todo, cualquier caricia suya provocaba que gemidos salieran, inundando sus oídos.
Alejo sus labios de los míos y los paso por mis mejillas, descendiendo hasta mi barbilla.


-Hyung –Mi voz era completamente necesitada -¿También sientes calor?

-Me estoy quemando –Respondió poniendo sus labios frente a los míos, sin besarme


Ya no me conocía, mi cuerpo actuaba solo, sin permiso de nada en absoluto.

la ropa dejo de interponerse entre nosotros y las pocas prendas restantes salieron volando y aterrizando en algun lugar de la habitacion.


Mis manos llegaron furtivamente hasta su miembro, que estaba caliente, enorme, y duro, me sorprendió no haberlo notado antes, pero fuera de sorprenderme, comencé a darle estimulo lentamente, moviendo mis manos por toda su extensión, fascinado de escuchar la ronca y profunda voz de mi Hyung en éxtasis. Las yemas de mis dedos acariciaron cada centímetro en la piel de su miembro, provocándome un enorme placer de tan solo tocarlo.

Su respiración se tornaba más violenta y constante conforme aumentaba el ritmo que mis manos le daban a su miembro, le masturbaba sin miedo y con desesperación, con miedo de lastimarlo pero la lujuria que se apodero de mi me cego a tal grado de solo buscar mi propio placer. Sin pedir permiso o dar algún aviso previo, adentro uno de sus dedos por mi entrada, dejando con una extraña sensación de incomodes y dolor, que no tarde en hacer notar tras mi expresión de desagrado, y la ligera encorvadura de mi espalda, involuntariamente apreté un poco el trasero, producto de los espasmos. Pero a mi Hyung no parecía serle suficiente, y con delicadeza comenzó a entrar y salir con cuidado.


-Solo dolerá un poco –Susurro mientras otro de sus dedos entraba en mí


Sus movimientos se hacían rápidos, y a esas alturas yo ya no sentía dolor, un inmenso calor era lo que sentía. Entre gemidos y respiraciones secas pedía más, no era yo en ese momento, no me reconocía, estaba inundado de tanto placer que simplemente no era yo.
Después de un rato de estar explorando y ensanchando un poco mi entrada, me giro algo brusca y torpemente, dejándome boca abajo. Beso mi cuello, mis hombros y descendió por toda mi espalda, hasta llegar a mi coxis, donde se detuvo.

“Seré gentil” 

Fue lo que me dedico antes de enterrar su miembro en mi, de una sola estocada, hasta lo más profundo de mi, llenándome de un dolor enorme. Aferre mis manos a la almohada y apreté mis ojos en un intento inútil de no soltar lagrimas, mordí mis labios para no gritar, pero el dolor era demasiado para no hacerlo. MinHo Hyung se percato de mi dolor, y apoyo su pecho en mi espalda, enterrándose más en mí, pero quedándose inmóvil dentro, beso mi hombro izquierdo y acaricio mis brazos.


-Iré lento para no hacerte daño –Me dijo como consuelo mientras me acostumbraba a esa sensación que de a poco dejaba de ser dolorosa


Asentí dándole permiso de moverse y él se volvió a poner de rodillas, moviendo mi cadera en una posición más cómoda para él, y dejándome apoyado sobre mis brazos y rodillas.

Las embestidas comenzaron, lentas y con delicadeza de mas, y solo se podía escuchar las respiración exaltada de mi Hyung y mía, sus manos recorrían mis piernas, cadera, mi espalda, todo lo que tenían al alcance, y tras cada roce de piel se desataba el frenesí de desear más. Pero con el paso de los minutos aumentaba, hasta el punto de ser salvajes, y rudas. Entraba y salía con facilidad, aferrando sus manos a mi cintura y concentrado en su vaivén. Su respiración y el nivel de los movimientos me anunciaba que el final se acercaba, yo estaba a punto de desvanecerme, pero MinHo aprisiono mi miembro entre sus dedos y lo estimulaba, haciéndome gemir y gritar sin control, mi cuerpo simplemente no aguanto y tras un par subidas y bajadas me corrí en su mano, dejando aquella esencia de mi intimidad en sus dedos y todo mi abdomen.

Un par de estocadas mas, el adentro su miembro lo mas que pudo en mi interior, apretándome casi cruelmente por la cadera, dejándome lleno de su liquido que se sentía tibio, relajante, y que caía lentamente por mis piernas.

Deje caer mi cuerpo vencido sobre la cama, y el peso de su cuerpo cayó sobre el mío. Recuperábamos el aliento y nos reponíamos, el se acomodo a un lado mío, beso mi frente y me sonrió, de una forma diferente a sus sonrisas anteriores, esta era dulce.


-MinHo Hyung, te quiero mucho –Le sonreí 

-Lo sé –tomo mi cuerpo sin fuerza y lo acerco a él –Yo también te quiero –Susurro en mi nuca


Deje que mi cuerpo se relajara completamente, y con los brazos de mi Hyung sobre mi cintura cerré los ojos y me rendí ante el sueño, arriesgándome a despertar y no verlo ahí al amanecer, pero el miedo se esfumo al recordar que no era un sueño, sabía que no era un sueño, ya no soñaría mas. 

 

MinHo Hyung~ te alcance

 

Notas finales:

¿Te gustó? ¿no? ¿que pensaste? *o* ~ wtv x3, dejenme sus reviews :D


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