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Vals de Sangre por Pink_Spider1998

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Notas del capitulo:

Bueno, ayer tuve algunos problemas y no pude subir el cap, pero aquí está hoy, espero que os guste.

¡¡Kamijo, feliz cumpleaños!!

Kaya corrió, todo lo que las piernas le daban, no podía pensar,  simplemente quería alejarse de aquella espantosa imagen, sin embargo no fue capaz de llegar al final del pasillo antes de caer al suelo, una espesa niebla roja lo envolvió haciéndole gritar, o al menos eso fue lo que Kaya intentó pero ningún sonido brotó de su garganta, entonces por entre la niebla fue apareciendo la figura apuesta del pintor, aun desnudo y con la mirada rojo sangre. El muchachito retrocedió arrastrándose por el suelo lo mejor que pudo, aunque no tenía escapatoria.

Kamijo observó con deleite las lágrimas brotar de los angelicales ojos azules del pequeño rodando por sobre su piel de porcelana, entonces sin prestar atención a su evidente falta de ropa ni mostrar vergüenza alguna, se agachó limpiando las mejillas de Kaya, levantándole después la cara tomándola por la barbilla fina y delicada, uniendo sus labios en un beso. El joven de cabello castaño rizado lloró aun más al notar el acercamiento del hombre, monstruo o lo que quiera que fuera. La lengua de Kamijo, todavía impregnada con el sabor de la sangre, recorrió el interior de la cavidad del humano con rapidez, deseaba tomar cada parte de aquel cuerpo que se había revelado como una droga embriagadora, tomó la figura delgada del moreno entre sus fuertes brazos y se levantó sin romper el beso, robando el aliento del pequeño.

Cuando Kaya abrió los ojos de nuevo, descubrió que se hallaba en la cama del escritor, sobre las mismas sábanas que hasta hacía unos instantes había ocupado el cuerpo de la mujer que, ya muerta, ahora yacía sobre la alfombra tirada como un juguete roto. La seda azulada que cubría la cama estaba húmeda, por el sudor y la sangre, las manos delicadas del más joven de los dos las retorcían al notar los labios de Kamijo recorrer su cuello, rozando la punta de sus colmillos con su piel, desgarrándola suavemente y haciendo brotar su sangre, sin embargo, pese a la sensación de estar cometiendo el mayor error de su vida Kaya era incapaz de resistirse, tenía la cabeza embotada y la mirada perdida, simplemente no podía pensar, no podía apartar las manos heladas y duras del poeta de su cuerpo, solo podía gemir al notar su ropa caer al suelo mientras cada vez más iba cayendo en el embrujo de aquellos ojos del color de la sangre.

Lamió cada gota carmesí que escurría por aquella piel que casi igualaba la palidez de la suya, el vestido blanco tapaba en el suelo el cuerpo de su última víctima, la mujer no había significado nada para él, ni siquiera le había resultado un buen bocado, pero sabía que robar la inocencia del pequeño Kaya compensaría su desilusión inicial. Había esperado demasiado de la dama, se dijo mientras retiraba el calzado y la ropa interior del muchacho dejándolo por fin completamente desnudo entre las sábanas.

Sentía como si siguiera envuelto en la niebla roja, que se colaba por su cuerpo de forma descarada, impúdica, dominando cada uno de sus sentidos y doblegándolo a las pasiones del cuerpo, cada toque le hundía más en el pecado, pues en aquel instante, con los ojos entreabiertos y las piernas rodeando la cadera masculina, Kaya solo deseaba ser corrompido. La rendición del joven provocó una arrogante sonrisa en la bella faz del vampiro, nadie era capaz de resistirse a él, entonces tomó con una mano la muñeca delgada mordiéndola duramente, haciendo gritar al de rizos castaños, con la otra mano acarició uno de los muslos delicados, abriéndolo un poco más, acercando su miembro a las nalgas redondeadas. Dejó que la sangre de la muñeca goteara por el pecho delgado lamiéndola después, mordisqueó los pezones pequeños hasta dejarlos rosados, clavando a continuación sus colmillos en el hombro izquierdo, un nuevo grito de Kaya resonó en el cuarto mientras los labios rojos se cerraban sobre su piel evitando que una sola gota de su deliciosa sangre escapara. El pequeño a pesar de ser un plebeyo era un auténtico manjar. Dejó que sus dedos se empaparan del líquido carmesí dirigiéndolos después hacia la apretada entrada e introduciéndolos sin piedad, deseaba encontrarse en el interior del joven lo antes posible, y aunque no quería romperlo, tampoco tenía paciencia como para esperar mucho, así que una vez que pudo mover los dígitos con relativa facilidad, se empujó dentro del suave cuerpo desgarrándolo ligeramente, otra vez más, el grito de Kaya resonó en la habitación del poeta.

Notaba un dolor punzante en su interior, como si le estuvieran partiendo en dos, y las envestidas que Kamijo comenzó sin dar tiempo a su ano para que se acostumbrara a la invasión no lo hizo más fácil, sin embargo la mirada carmesí fija en él seguía impidiendo que sus pensamientos fueran claros, por lo que apenas era consciente de lo que ocurría. El vaivén se aceleró moviendo la cama, haciendo que el cabecero se azotara rítmicamente contra la pared, entonces el placer asaltó a Kaya, no sabía en qué momento exactamente el dolor se convirtió en otra cosa, pero pronto fueron sus gemidos lujuriosos los que brotaron de su garganta, lo deseaba, quería más, arqueó la espalda echando la cabeza hacia atrás cuando una envestida especialmente profunda lo llenó en su totalidad.

Vio el cuello indefenso, descubierto presentado ante él y no pudo evitar caer rendido ante la belleza que, aun sin saberlo, el joven desprendía, y lo mordió, deseando absorber su alma incluso, queriendo formar parte de él.

En ese preciso momento, cuando los dientes de Kamijo le perforaron por tercera vez, Kaya se sintió realmente completo.

 

Y de pronto todo terminó, como si de un sueño se hubiera tratado, y a mientras el muchacho de rizos castaños se sumía en la inconsciencia lo último que pudo ver, fueron dos brillantes pupilas rojas.

 

Kamijo se levantó al cabo de un rato ya repuesto del éxtasis, tomó el cadaver de la mujer en brazos y salió de la habitación, tenía que deshacerse de él lo antes posible, pero luego regresaría con aquel hermoso ángel de ojos azules y terminaría de hundirlo en las tinieblas.

 

 

 

 

Notas finales:

¿Qué os ha parecido? Espero que os haya gustado, ya sabéis, para opiniones y demás están los comentarios, gracias.

Nos vemos el més que viene en Bienvenu a L'Ecole.

Au revóir~


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