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Era más que solo el destino por Blacky

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Notas del capitulo:

Dedicado especialmente a dos personitas a quienes quiero mucho, feliz cumplemes chicas (Yuki-mamá y Bel-mamá) ^////^... un beso y un abrazo ^^  disfruten leyendo tanto como yo disfrute al escribirlo...

Serán dos capitulos... ^^

ERA MÁS QUE SOLO EL DESTINO

 

Una dama iba entrando a un precioso casino, lleno de gente millonaria, unos tantos enviciados con las apuestas, un mundo totalmente diferente al de ella, llevaba un vestido negro ajustado al cuerpo, dejando ver parte de sus pechos, y pierna izquierda debido a un generoso escote, que iba desde muy arriba de la pierna hasta terminar el vestido en pico.

 

Camina lentamente por el lugar, demasiada gente para su gusto, mira a su izquierda, hombres juagando la ruleta, a su derecha jugando black jack, el cual es un juego de cartas, y consiste en obtener 21 puntos, mas adelante jugando poker. Los miraba atenta, sus ojos grises y sin emociones se deslizaban por el lugar, más adelante había un bar, que raro, en fin, camino con elegancia, contoneando sus caderas, siendo la admiración de la noche.

 

Al llegar al bar diviso una pequeña mesa, con una chica vestida muy sexy, jeans de mezclilla obscuros, una camisa negra, con los tres primeros botones de arriba desabrochados, dejando ver un sensual escote, de ojos profundos color azul y cabello negro.

 

-hola, preciosa, ¿puedo ser tu compañera esta noche?- la chica de ojos grises miraba a la de cabellos negros con un rostro frio, sombrío quizá.

 

-No veo por qué no- contesta la chica de cabellos negros sonriendo con dulzura.

 

La chica “cazadora” de nenas lindas, se sienta frente a la chica dulce que encontró, la examina unos minutos, las miradas están sobre ellas, los meseros pasan y pasan, la acechadora solo mantiene un contacto leve con la presa… la ultima le sonríe coqueta y comienza a hablar.

 

-Eres linda… ¿Qué dices si jugamos damas? –murmura con esa sonrisa que, aunque  la chica de ojos grises odiara aceptar, le gustaba. –Mi nombre es Elena- susurra

 

-Acepto, pequeña Elena, soy Katherine- respondió esta chica de rostro elegante y cabellos de oro –pero, hay una condición- murmura mirándola con picardía y sensualidad.

 

-Dime cual es, con gusto aceptaré- sonríe Elena, en ese momento, la rubia se le acerco al oído y dijo algo muy despacio que hizo que su compañera se quedará roja y titubeando.

 

-Ahora sé que no lo harás- Ríe la rubia sonoramente, mirándola con una mirada seductora, llena de pasión y lujuria.

 

-Acepto- dice firme la Elena, con seguridad en sus lagos.

 

Su compañera la mira de pies a cabeza, sonriendo coquetamente y a la vez tan descaradamente, ¿Qué tenía esa niña de ojos azules que le gustaba? El juego estaba sobre la mesa, las piezas blancas y negras estaban colocadas perfectamente, la rubia deja que su compañera tiré, una pieza, dos, las piezas del tablero comenzaban a desaparecer, Elena mordió su labio inferior presa del nerviosismo, fin del juego, Katherine había ganado, sonrió a su pesar y miró a su compañera.

 

-Gané- Sonríe victoriosa, Elena sonrió suavemente y la miro.

 

-Perfecto, ahora, vamos  a un lugar más… intimo para que te de lo acordado- Susurra la chica de ojos azules cerca del oído de Katherine.

 

-Totalmente de acuerdo-Sonríe tomando la mano de Katherine, aunque les costaba admitirlo, había nacido una atracción esa noche, había nacido, algo más que atracción física, más que deseo, quizá más que amor.

 

Caminaban lentamente fuera del casino, con todas las miradas puestas en ellas, con chiflidos e insinuaciones, Katherine caminaba con porte, sensualidad y la elegancia que la caracterizaban, Elena, caminaba de una forma muy sensual que a la vez era recatada.

 

Salían al estacionamiento y… todo paso muy veloz, Elena sintió un tirón en el brazo y se alarmo, al momento siente un golpe en la cara que hace que caiga al suelo, soltando a Katherine, por un momento no supo de ella, sin embargo sacudió su cabeza y miró a su alrededor.

 

La imagen que vio la dejó helada y llena de ira… Dos hombres jaloneando a Katherine, esta última está  tratando de zafarse, Elena se levanto rápidamente y un brazo la detiene, con astucia mira hacia atrás y ve a quien no deseaba. Ian Walker su primo, a quien por sobre todas las personas y cosas, odiaba con toda su alma.

 

-Maldito…- musita tratando de soltarse.

 

-También te quiero, prima- ríe por lo bajo, Ian, el chico castaño de ojos azules.

 

-Ian ella no tiene nada que ver aquí, déjala en paz- Susurra la chica de ojos azules, lo miraba retadoramente. – ¡Katherine! Ian, maldito suéltala- Elena trataba se quitarse a Ian de encima

 

Katherine miraba fugazmente hacia todos lados, los hombres que tenía a su espalda eran fuertes, en un momento menos esperados a ambas las suben a un automóvil color negro. Sin rumbo fijo, sin destino…

 

-Ian, malnacido, te arrepentirás y haré que te postres a mis pies pidiendo por tu vida ¡¡MALDITO!!- Le gritaba Elena con el rostro ensangrentado, si, Ian le había golpeado el rostro y no sin querer, lo había hecho por que el mismo ya no podía controlarse, bajaron en un bosque cercano Katherine estaba asustada, pero no lo mostraría, ella era fuerte, muy fuerte.

 

-Hasta aquí llegaste, zorra- Ian sintió un golpe en la cara, su nariz sangraba y… -Perra, tu…- Katherine se había atrevido a golpearlo, Ian sonríe hipócritamente. –Alan, viólala- dice con una sonrisa en los labios, Elene sintió una punzada en el pecho.

 

-Ian, ella no… agh- Elena miraba como Katherine trataba de zafarse del agarre de Alan y Juan, tenía lágrimas en los ojos, quería ayudarla, pero ella misma no era capaz de moverse debido a como la sujetaba Ian –Basta… Ian- Susurra sollozando.

 

-No, perra, tu “damita” me toco, ¿Ves la gravedad de esto?- Murmura

 

-Estás loco, Ian- Katherine forcejeaba, le destrozaba el vestido, la besaba con lujuria, ella se oponía, pero sus fuerzas se esfumaban.

 

-Demasiado- dice Ian riendo sonoramente.

 

-¡¡BASTA!!- Elena cayó de rodillas al suelo, sollozando –Basta… Ian por favor… déjala- suplicaba ya sin ganas, no podía seguir mirando cómo le hacían daño a su… a Katherine.

 

-¿Te casaras conmigo, primita?- Susurra Ian con una sonrisa triunfante.

 

-Si- hace una pausa –Si es lo que Ian desea, eso haré, ya… déjala- Musita mirándolo con tristeza y dolor.

 

-Es suficiente, ¡Alan te digo que basta!- Alan deja a Katherine en el suelo, con el cuerpo lastimado, si, el imbécil le había hecho daño físicamente, la chica de ojos grises solo lloraba en el suelo, cubriendo su cuerpo casi desnudo con la poca tela que quedó del vestido.

 

Elena va junto a Katherine y la abraza contra su pecho, ambas lloraban, la chica de ojos azules trago saliva y miró a Katherine.

 

-Perdóname… por favor- susurra mirándola.

 

-No fue tu culpa, no te preocupes- Sonríe débilmente abrazándola sin fuerzas, Elena la abraza fuerte y siente su espalda mojada, mira sus dedos y visualiza…

 

-Alan desgraciado, que diablos, ¡¡IAN!!- Elena estaba furiosa, Katherine tenía una herida en la espalda.

 

-Elena… ¿puedes corres?- Susurra Katherine al iodo de la chica de cabellos negros.

 

-Sí, ¿por qué?- susurra Elena mirando a la muchacha de ojos grises.

 

-Correremos, todo lo que nos den las piernas, ¿sí?- sonríe mirándola con un hermoso brillo en los ojos.

 

-De acuerdo preciosa, lo haremos- susurra –Ian no seas idiota, trae una manta, apresúrate y tu, más vale que te largues o te mataré con mis propias manos- Alan e Ian van al auto y Juan se queda.

 

-¿Elena, que planeas?- El chico de ojos color miel se le acerca.

 

-No preguntes y ayúdame, será mi último favor- sonríe mirándolo, entre los dos se pierden entre los árboles, Ian mira como corren, Elena al lado de Juan y este con Katherine en sus brazos, Ian muerde su labio hasta hacerlo sangrar y gruñe, Alan, lo mira y sonríe de lado, como siempre Elena le ganaba.

 

Tiempo después

 

-¡Te lo dije Ian, estarías postrado a mis pies implorando perdón!- Elena estaba gritándole lo más fuerte que podía, tenía los ojos rojos y llenos de lágrimas, Juan estaba a su lado tratando de calmarla, pero nada la calmaría y este lo sabia mejor que nadie.

 

-Has algo, Juan, me matará- Ian lo miraba con un preocupación.

 

-Has lo que dice, Ian o de verdad te matará- Murmura el chico de ojos color miel.

 

-Cállate, Juan… Ian, hazlo, póstrate ante tu señora, ¡¡HAZLO!!- Grita eufóricamente Elena.

 

Ian le temió, lentamente sus rodillas tocaron el suelo, Elena sonreía triunfante, con orgullo.

 

-Suplica, Ian… será muy difícil que vivas, a si que ruega por tu asquerosa vida- Dice Elena tomando su arma. -¿Qué esperas cerdo? ¡Hazlo!- Elena trago saliva para no matar al desgraciado de su primo.

 

Ian comienza a rogar, suplicar, pero nada funciono, en ese lugar solo estaban él, Juan, Elena y la nada, muy lejos de todo, muy lejos de la civilización. Al instante Ian cae muerto, desangrándose y Elena rompe en llanto, abrazando fuertemente a Juan, sollozando.

 

-Cuando ella le suplico, le imploro que la dejara vivir, el solo soltó una risotada y un solo disparo se escucho, el… Juan el… el mato mi alma cuando… oh, Katherine mi amor…- susurra ya sin fuerzas, solo gimiendo como si aquello fuera un dolor físico, sollozando… durmiendo en los brazos de Juan.

 

-Tranquila Elena, el ya no te hará daño… ya no- Susurra Juan mirándola con ternura. – ¿Fue más que solo el destino?- Después de todo el aún la amaba como el primer día que la vio, no, incluso más.

 

-Sí,  fue más que solo el destino, Juan- La nada le había respondido ¿no? en la habitación solo estaban el cuerpo muerto de Ian y ellos dos, la chica que dormía en sus brazos, la chica fría, calculadora a la que Ian le había destrozado el alma… hace ya un par de años.

 

 

 

 

Notas finales:

Quiero reviews por favor ^/////^ gracias por leerme! ^^


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