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Te Odio por SHINee Doll

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Notas del fanfic:

Segunda historia MinKey que publico. Realmente fue una ocurrencia del momento (¿por qué siempre será así?). Estaba escuchando a F(x) y comencé a escribirlo. Ni siquiera sé de dónde salió. Sólo espero que esté decente y valga la pena leerlo.


 

Notas del capitulo:

SHINee ~ MinKey ~ :3

 

Kibum, te odio.

Te odio.

Odio.

Key abrió los ojos de golpe. La habitación estaba totalmente oscura, así que aún debía ser de noche. Jjong dormía cómodamente en la cama de al lado, murmurando algunas palabras sin sentido. Algunas lágrimas cegaron momentáneamente al muchacho, mientras su corazón latía aceleradamente a causa del nerviosismo. Reprimió un sollozo y apartó la manta con violencia.

Te odio.

Y nuevamente escuchó aquellas palabras en su mente. Una solitaria lágrima recorrió su mejilla, y su mano se detuvo a escasos centímetros del pomo de la puerta donde se encontraba el causante de su malestar. Dudó si debía entrar o no, pues podría despertar a los otros dos y no deseaba dar explicación alguna.

-¿Por qué tuvo que decirlo?- susurró lentamente, pegando su espalda a la pared.

No lograba comprender la razón de aquellas palabras y mucho menos por qué le dolían de forma tan atroz. Quizá porque era Minho quien las había dejado salir de su boca tras un programa en televisión. Tal vez porque no se trataba de un juego o una broma, lo había advertido en la seriedad de su rostro y el destello de enfado que brillaba en sus ojos.

-¿Realmente me odia?- su voz se perdió en el solitario pasillo.

Permaneció inmóvil algunos minutos, con los ojos cerrados y los labios apretados. Algunas lágrimas empaparon su rostro, pero se convenció a sí mismo de que no era nada del otro mundo. Estaba cansado y llorar era forma de liberarse. Aún no aceptaba que aquellas traicioneras muestras de dolor fueran por el modelo.

-Kibum.- una mano se encontraba sobre su hombro y lo movía suavemente.

Abrió un ojo y luego el otro. Miró el rostro extrañado de Onew y sonrió suavemente, aunque no logró tranquilizar al líder de ningún modo. Cuando se puso de pie, se preguntó en qué momento se había quedado dormido, pero no tuvo respuesta.

-¿Qué hacías fuera de nuestra habitación?- preguntó Taemin, tomando la leche del frigorífico. -¿Dormiste ahí?-

Key no pudo evitar que una pequeña risita escapara de sus labios, quizá por los nervios o la vergüenza. Taemin sonrió abiertamente, mostrando sus blancos dientes. Onew enarcó una ceja, pero no dijo nada. Después de todo, él no podía comprender la situación.

-¿Dormiste junto a la puerta como un gato?- se burló Jonghyun, siendo golpeado en el hombro por Kibum. -Gato.- susurró en tono de burla, y ninguno comprendió por qué Minho se levantó violentamente de la mesa, dejando su desayuno intacto.

-¿A éste que le pasa?- preguntó Jinki, con el ceño fruncido.

-No sé.- respondieron al unísono todos, pero la mirada perdida de Key captó la atención del mayor. Quizá él sí lo supiera.

Los siguientes tres días no fueron distintos. Las actividades se veían reducidas a un par de presentaciones en televisión y programas de radio, así que pronto tendrían algunos días para descansar. Sin embargo, la diva del grupo no parecía estar del todo bien. Su sueño se limitaba a pocas horas, por lo que sus ojos se notaban menos brillantes. Y su sonrisa era totalmente falsa, o al menos así le parecía al resto.

Te odio.

Escuchó nuevamente aquellas dos simples palabras y su corazón se encogió. Dejó caer el tenedor y todos se giraron a mirarlo, incluido el causante de las lágrimas que marcaban un camino similar al que había seguido aquel cubierto plateado.

¿Por qué dolía de esa forma? ¿Desde cuándo era tan hiriente ser ignorado por el más alto de los cinco? ¿Por qué Minho podía destruirlo de aquella forma con una simple palabra? ¿Había hecho algo para molestarlo? ¿Su “te odio” tenía algún fundamento o sólo estaba cansado de ocultarlo?

-¡Kibum!- había saltado Onew, derramando su vaso de jugo en el camino.

Key le había sonreído y se había disculpado torpemente, para luego escapar de ahí y terminar encerrado en el baño. Abrió la regadera y se metió bajo el agua fría aún con la ropa puesta. Necesitaba despejar su mente y llorar sin que nadie se diese cuenta. Su puño golpeó un par de veces la pared y sus piernas terminaron cediendo ante sus descontrolados sollozos. Terminó sentado en el piso, con la espalda apoyada en la pared y el rostro entre las rodillas.

¿Desde cuándo Choi Minho le importaba tanto? ¿Por qué le lastimaba de aquella manera recordar el tono hiriente de su voz y la seriedad en su mirada? ¿Quizá porque le quería?

Se reprochó ese pensamiento, aunque en el fondo sabía que sólo era la verdad que su corazón estaba gritando. Él, Kim Kibum, Key, estaba enamorado de Choi Minho, quien le había dicho directamente a la cara “te odio”. Sí, él amaba a la única persona que lo odiaba. Acaso, ¿aquello tenía algún sentido?

Dos golpes en la puerta lo obligaron a volver al mundo real. Cerró la llave y se dirigió hacia ella, empapando completamente el piso. La mirada de Minho lo atravesó y se sintió expuesto, incapaz de moverse.

-Vas a enfermarte.- murmuró el modelo, dejando la ropa seca en el lavabo.

Kibum sonrió tontamente y desvió la mirada, incapaz de pronunciar una sola palabra.

-Key, no puedes hacer lo que te plazca.- había dicho de nuevo, tomando una toalla y dejándola caer en su cabeza. -¿Sabes lo preocupado que está Onew?- se limitó a encogerse de hombros, mostrando el poco interés que tenía en aquello. –Por eso es que me molestas tanto.-

Y el rostro de Kibum perdió todo color. Aún así, buscó desesperadamente los ojos de Minho, quien lo contempló con aquella frialdad que hacía estremecer el cuerpo del mayor. Key sintió las manos del modelo en su pecho y fue empujado hacia atrás, luego escuchó una maldición por parte de su compañero y el seguro de la puerta.

-Puedo solo.- murmuró cuando el más alto comenzó a secarle el cabello con la toalla.

-Eres demasiado molesto.- acusó el otro, sin mirarle. El chico soltó un suspiro y lo dejó continuar con lo que hacía. –Alza los brazos.- se resistió un poco, pero terminó haciendo lo que le decía y su camiseta empapada fue a dar a algún rincón del baño.

-Idiota.- murmuró cuando Minho le lanzó la camiseta seca para que se la pusiera.

El más alto se mordió la lengua para no responder a aquel insulto. Se dio la vuelta para que el mayor terminara de sacarse la ropa mojada y se vistiera con lo que le había dado Jonghyun. No entendía por qué de repente era él quien debía hacerse cargo de Key. El líder debía haber notado la tensión entre ellos y esa era su forma de resolver el conflicto. Si sólo supiera…

-Repítelo.- murmuró Kibum, sujetando el brazo de Minho para que se girara a mirarlo.

Ahora estaba totalmente seco y vestido. Pero su mirada aún parecía vacía y la sonrisa en sus labios rota. No entendía por qué pedía aquello, pues sabía que le dolería más que la primera vez. Aún así, ya lo había dicho.

-¿Qué cosa?- Minho no parecía comprender de qué hablaba el mayor.

-Lo que dijiste…- murmuró. –Lo que sientes por mí…-

-¿Para qué?- cuestionó, tratando de soltarse del agarre del más bajo, pero no lo consiguió.

-Necesito escucharlo.- el modelo negó, pero la súplica en los ojos de Key terminaron por convencerlo.

-Te odio.- murmuró y vio la mueca en los labios de su compañero.

-¿Por qué?- esta vez fue el turno de Kibum de hacer una pregunta estúpida, ya que el motivo en sí no era importante.

Minho permaneció en silencio algunos minutos. No podía decirle la verdadera razón. No debía.

-Sólo te odio.- terminó por decir, encogiéndose de hombro.

-Yo te quiero.- se apresuró a decir Key, tomándolo desprevenido.

Permanecieron algunos minutos más en silencio.

-No soy Jonghyun.- la voz de Minho le parecía extraña a Key.

Acaso, ¿sonaba herido?

-Lo sé.- murmuró, buscando su mirada.

-¿Entonces?- preguntó.

-Te quiero.- repitió el mayor, sintiéndose estúpido.

-Del mismo modo que quieres al resto.- concluyó el modelo, tomando el pomo de la puerta.

-Del modo que sólo puedo quererte a ti.- Kibum le detuvo una vez más.

Minho le miró de frente y buscó en su mirada felina algún rastro de broma, pero no lo encontró. Key se mordía el labio, nervioso. ¿En qué pensaba tanto Minho y por qué le miraba de aquella forma tan atenta? Sintió un extraño calor en las mejillas y desvió la mirada.

-¿Por qué me odias?- preguntó de nuevo, deseando conocer la respuesta de una buena vez.

-¿Por qué?- repitió Minho, llevándose una mano al rostro. –Te odio porque me haces sentir extraño, porque deseo estar contigo, porque no quiero ser tu amigo, porque tú quieres a Jonghyun del modo que yo te quiero a ti…-

Key abrió la boca para decir algo, pero las palabras se negaron a salir. Y Minho no quería ver su expresión, así que había cerrado los ojos mientras hablaba.

-Te odio porque estoy enamorado de ti y nunca podrás corresponder mis sentimientos.-

-Minho…- no sabía cómo responder a aquello. Su corazón se agitaba con violencia, las palabras no salían, sus mejillas estaban rojas y estaba a punto de llorar por la felicidad.

-No digas nada, por favor.- suplicó el menor, avergonzado. –No quiero escucharte.-

-Minho, te quiero.- susurró por fin. –Te quiero.-

Sus miradas se encontraron de nuevo y Key se dio el valor de acercarse a él y abrazarlo. Minho había permanecido inmóvil en su lugar, sintiendo el cálido cuerpo del mayor pegado al suyo y sus delgados brazos alrededor de su cintura. Finalmente correspondió al abrazo y una sonrisa apreció en sus labios.

-Tendrás que demostrarme que es cierto.- murmuró, captando la atención de Key.

No hubo tiempo para réplicas, pues sus labios se encontraron por vez primera en un beso. Algo que comenzó tímido y torpe, para luego volverse un tanto más apasionado. Y Kibum se estremeció ante el contacto de la lengua de Minho, la cual se encontraba fugazmente con la suya a mitad del beso, para luego explorar el resto de su boca.

-¿Aún me odias?- cuestionó Kibum apenas se separaron.

-Más que nunca.- murmuró Minho.

Y volvieron a besarse.

Minho odiaba a Key por haberlo enamorado de aquella manera. Y lo odiaba más que nunca por hacerlo quererle más con cada segundo que pasaba. Odiaba el contacto de sus dedos sobre su piel y el de sus labios sobre los suyos, así como el escalofrío que le recorría cuando sus lenguas se tocaban.

Minho odiaba necesitarlo de esa forma. Y Key comenzaba a odiar amarlo tanto.

 

Notas finales:

¡Wuu! No sé, a mí me gustó. Supongo que yo también reaccionaría así si atravesara la misma situación. Aunque dudo que eso ocurra. Quizá sea demasiado cursi de cierta forma. En fin... :D

 


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