El cielo después de la lluvia se vuelve más claro y abrumador, perdido entre la esencia de la tierra y el ruido ensordecedor de la ajetreada vida. Un momento de paz a veces es necesario
Tantas cosas en su cabeza que no podían ser despejadas, prendió un cigarro, tal vez el humo podría disipar todas esas dudas. Después de la lluvia el parque de la ciudad volvió a tornarse colorido, el cielo se vio inundado de cometas de todos los colores y las risas y pláticas de las personas presentes opacaban el ruido de la ciudad.
La brisa acaricio sus cabellos y el humo del cigarro se iba fundiendo en su aroma personal, relajado, sin ser molestado el día iba siendo cada día más lastimero y desagradable.
-¡Espera!
Alzo la mirada, coincidencia o no, ahí estaba esa persona, tal vez era por el reflejo de los edificios pero al verlo ahí corriendo un extraño brillo lo rodeaba. Vio cual era el objeto de la persecución, un perro que no pasaba de los 2 años iba en su dirección. Alegremente el perro detuvo su marcha cuando lo vio, lo olfateo y movió la cola con alegría.
Con sumo cuidado acaricio la cabeza del can, el perro lo observo alegremente y se echó a sus pies moviendo la cola. Lo miro con mucha curiosidad, en alguna ocasión él había visto a ese perro, pero no recordaba en donde.
-Lo siento mucho, espero que Chipie, no le haya causado molestias- un pelinegro sofocado por el cansancio susurró
-No te preocupes, es un buen chico- miro al recién llegado con curiosidad
-Mucho gusto, me llamó Ryo ¿Y tú?
-Satoshi, mucho gusto- estrechó su mano, una sensación cálida lo inundo
-¿Vienes mucho por aquí?- se sentó a su lado
-No, es la primera vez- el hecho de que aquel desconocido le hablara con tanta familiaridad lo extraño pero no lo incomodo
-Entiendo, y dime ¿En qué trabajas?
-Soy abogado
-Oh así, que sigues ejerciendo- murmuró
-¿Perdón?
-No, olvídalo
Los dos callaron y observaron el espectáculo que ofrecía el parque, las aves volaban felizmente a lado de los cometas, el silencio iba siendo más y más cómodo
-¿Sabes?- Sus ojos se posaron en los de él
-¿Dime?- Lo miro cálidamente
-Hace mucho tiempo, tú y yo fuimos amantes y juntos vivimos algo importante
-Lo siento, creo que te confundes de persona- rió -Desde hace mucho tiempo no tengo pareja y la última mujer, pues no fue una experiencia grata- Que aquel desconocido le hubiera dicho, esas palabra no lo desconcentraban, al contario lo hacían sentirse interesado por él
-Satoshi, ¿Te puedo decir Satoshi?
-Claro, sólo si me permites llamarte Ryo- le sonrió
-Claro
-¿Y dime por qué me dices, que éramos amantes?- lo miro con curiosidad
-Bueno es la verdad, tú y yo éramos amantes, hasta me rogaste que no me fuera- susurró –Además cuando me fui de tú lado, me dijeron que ya no eras el mismo de antes, ibas de bar en bar, tratando de olvidar llorando y recordando
-¿De verdad?- pensó, aquel joven hablaba con tal seguridad que era increíble no creer en sus palabras -¿Y qué pasó, por que terminamos?- con seguirle la corriente no le haría mal a nadie
-Tú trabajo, pasabas mucho tiempo en él- el perro alzó la cabeza, atrajo la mano de su dueño para que jugara con su cabeza
-¿Si me amabas no debiste de haber entendido, mi trabajo y mi tiempo?
-Sí lo sé, pero en ese momento no entendía, era demasiado egoísta y tonto- exclamó con desagrado
El perro bostezo, se levanto y empezó a olfatear por los alrededores
-¿Entonces por qué no te recuerdo si te amaba tanto?
- No lo sé, eso tú lo sabes, ¿No es así Satoshi?
-Tienes razón- rió –Pero no te recuerdo, yo tengo muy mala memoria
-Has cambiado Satoshi- murmuró
-No he cambiado
-Yo aun te amo Satoshi, fue un error dejarte- lo miró con detenimiento
-Perdón, no te quiero lastimar, tal vez lo que me cuentas sea verdad, lamento contrariarte pero yo no te recuerdo
Volvieron a quedarse en silencio observando al chucho jugar con otros perros, el tono alegre del celular de Satoshi rompió ese momento mágico
-¿Bueno?, Entiendo ya voy para allá- se estiró y bostezó
-¿Te vas?- suspiró
-Sí, tengo un caso importante
-Entiendo- susurró –Tal vez nos veamos en otra ocasión- se despidió haciendo adiós con la mano
-Sí tal vez nos veamos en otro momento Ryo