Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Melodía de amor por Kanashawol

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

No es mi tipo, pero ame esta pareja.,, La idea salio de la nada y quedo tan dulce como para provocar diabetesxD

espero que les guste! y si es asi, pasense por mis otros fics!

Notas del capitulo:

Nada que decir, simplemente disfruten este momento como yo disfrute escribiendolo :D

Atascamiento creativo. Odiaba cuando le pasaba eso y estaba haciéndose bastante frecuente durante las últimas semanas; en ese instante se sentía como un estúpido, sentado con su guitarra repitiendo la misma melodía que hace tiempo se venía tejiendo en su mente pero que no lograba encontrar un buen fin, y totalmente frustrado por  sin poder mostrársela  a nadie. Quería que la incluyeran en el quinto álbum pero se había demorado demasiado tiempo y ya no había oportunidad alguna de presentarla pues todo estaba listo. La canción estaba incompleta, “igual que el tonto que la escribe”, solía pensar… Pero ¿Qué les faltaba?

- Min hyung, es hora de volver al ensayo

        Se había perdido otra hora de colación sin lograr avanzar una mísera nota en esa partitura que se quería caer a pedazos de tanto uso, escribe-borra-escribe.  Donghae, moviendo el pie en gesto de impaciencia esperaba que su hyung  reaccionara y dejara su guitarra a un lado, o ambos serían regañados por el coreógrafo.  “Borra esto de tu mente o no te concentrarás” se dijo a si mismo antes de seguir a su donsaeng, que arrastraba los pies. No quería que su falta de concentración terminara atrasando aún más el comeback que tanto habían esperado.

-Estás bien hyung? Te noto ido…
-Estoy bien Wookie- Ni siquiera se había percatado de que habían llegado hasta que escuchó la voz de su amigo.
- ¡No me mientas! – dijo inflando sus cachetes a modo de protesta sacándole una gran sonrisa a su interlocutor.
- No estoy mintiendo, sólo pensaba en esa canción que trato de componer – el más bajo hizo una mueca aún más graciosa haciéndolo reír – No pasa nada…
        No pudo resistirse a pellizcar fuertemente esas mejillas que estaban más grandes de lo normal debido a la mueca, “Adorable” pensaba mientras ambos reían fuertemente aprovechando la ausencia del coreógrafo y el menor luchaba por soltarse del agarre.         Todas las miradas se posaron divertidas en ellos al ver el escándalo que estaban armando.

- ¡Aish! Casi puedo ver las flores, los brillos y las mariposas rosadas rodeándolos- dijo Heechul en un tono de voz que nadie supo si era divertido o molesto, lo que ocasionó que todos terminaran estallando en risas.

- Sungmin hyung, te estoy observando – agregó el maknae maliciosamente- Recuerda que eres mío.

        Recibió un golpe del aludido como respuesta mientras todos reían con renovadas ganas gracias a la divertida intervención que les trajo gratos recuerdos; ahora era la persona a cargo la que se demoraba así que conversaron sobre ello animadamente mientras esperaban. Gentilmente, las manos de Ryeowook buscaron la cintura de Sungmin abrazándolo amable, pero posesivamente, haciendo que el receptor del gesto reclinara en esos acogedores brazos  y le sonriera ampliamente a un “molesto” Heechul quien corría a refugiarse en los brazos del líder, acusándolos de “derroche de ternura”. Y eso era lo que siempre pensaban las fans cuando veían el fanservice que ellos realizaban tanto en el escenario como fuera de el, pues el cariño que se tenían y la confianza que había entre ambos traspasaba las cámaras mostrando esa cercanía que no se preocupaban por ocultar.

        Era casi de mañana cuando terminaron de afinar los últimos detalles de la coreografía y les fue permitido volver a casa. Cada uno buscó su propia forma de volver a casa pero el chico amante del color rosa decidió que prefería tratar de terminar esa canción antes de hacer cualquier otra cosa, después de todo la frustración apenas lo dejaba descansar cuando tenía la oportunidad y no podría pegar un ojo hasta que finiquitara el tema en su cabeza. Pasó por la cafetería que recién comenzaba a funcionar y comió algo antes de subir nuevamente a esa pequeña sala de instrumentos para finalizar su “desafío”.

        Abrió pesadamente la puerta, debido a que el cansancio se estaba apoderando también de su sobrecargado cuerpo, y creyó que su cerebro le estaba jugando una mala pasada. Ahí estaba, sentado en el suelo y apoyado contra la cola del piano, con la boca semi abierta y la cabeza ladeada. Una sensación ya conocida se apoderó de su estómago pero se olvidó de ella en el momento  que una ida se posó en su cabeza ¿Y si le había pasado algo?

- ¿Estás bien Ryeo…?

        Calló. Escuchó un leve ronquido saliendo de la boca que tenía delante y sonrió silenciosamente al ver la imagen de ese eterno niño durmiendo donde no debía. Se quitó la chaqueta y la colocó sobre su amigo para abrigarlo, luego se agachó a su lado y abrazó sus rodillas para observar detenidamente y más de cerca el cansado rostro que se le ofrecía; era capaz de ver las oscuras bolsas debajo de sus ojos incluso debajo del leve maquillaje que siempre llevaba y su expresión agotada era notoria incluso mientras dormía tranquilamente. Quiso retirar un rebelde y casi rubio mechón de cabello que caía rebeldemente sobre sus ojos cerrados, pero sus dedos temblaron en el último instante y  quedaron suspendidos mientras temblaban, sólo a unos centímetros de la parte con la que debían hacer contacto.

-¿Qué me está pasando? – susurró sin dejar de mirar a su amigo.

        Volvió a abrazar sus rodillas y se quedó inmóvil por miedo a interrumpir su sueño bruscamente, sólo observándolo quietamente mientras poco a poco el sueño comenzaba a dominarlo y su vista a nublarse. En seguida vino la oscuridad. Un golpe. Dolor.

- Hyung… ¿Estás bien?

        Alguien colocaba cuidadosamente algo blando bajo su cabeza. Levantó lentamente sus párpados y lo primero que vio fueron los ojos, que un momento antes habían estado cerrados, mirándolo fijamente y reflejando sincera preocupación.

- Sungmin hyung ¿Estás bien? Sentí un golpe… y luego estabas tirado en el suelo y … me asusté…

        La mitad derecha del cuerpo le dolía considerablemente. Sentía un dolor punzante en la cadera y la cabeza… Así que le había ganado el sueño en esa incómoda posición…
Debo haberme caído mientras… Nada, olvídalo.

- Pero… ¿te duele? – su rostro se acercaba peligrosamente mientras lo inspeccionaba en busca de alguna herida. El estómago del mayor se sintió extraño nuevamente.

- No – puso su mejor sonrisa y recibió otra aún más cálida en respuesta. No se atrevía a levantarse aún así que siguió acostado, palpando con la mano lo que sea que tuviera puesto de almohada.

- Es tu chaqueta… no encontré nada mejor… Oh, debes tener frío y yo… Gracias Hyung.-
Estabas durmiendo en el suelo y yo pensé…

- Lo siento – comenzó a reír mientras un suave rosa se apoderaba de sus mejillas- Estaba esperándote y no me di cuenta cuando me quedé dormido.

- Tonto- comenzó a reír también – Temí que pudieras resfriarte ahí tirado.

        Se rieron unos minutos más antes de que Ryeowook le tendiera la mano para que se levantara del frío piso. Entonces fue Sungmin el que tomó la iniciativa, tomándole de la mano y llevándolo con él en dirección a la cafetería para que bebieran algo caliente antes de hacer cualquier cosa; el otro no pudo más que protestar en vano, infantilmente, mientras era arrastrado hacia el ascensor en contra de su voluntad. Juntos no paraban de reír infantilmente ante las ocurrencias del otro sacando sonrisas a los trainees y funcionarios que comenzaban a llenar los pasillos a esa hora. Ya con el chocolate caliente en su mano, Min preguntó lo que llevaba en su cabeza desde hacía un rato.

- ¿Por qué me esperabas ahí Wookie-Ah? Si querías que volviéramos juntos podrías habérmelo dicho cuando terminó el ensayo…
- Hmmm…  creí que podría ayudarte con la canción en la que has estado trabajando… Últimamente has estado muy distraído con eso y  pensé que tal vez… Quise darte una sorpresa y mi apoyo para que pudieras desatascar tu imaginación – Escondió su rostro detrás del humeante vaso que sostenía en sus manos.
- Gracias pequeño- dijo revolviéndole el cabello- Pero deberás haberte ido a casa a descansar como los demás.
- No – dijo con esa amplia y característica sonrisa que jamás pasa inadvertida- Preferí quedarme despierto y ayudar. Después de todo hoy tenemos el día libre y si terminamos temprano ambos tendremos tiempo de dormir.

- Gracias – esas palabras de apoyo lo hacían sentirse realmente bien -  ¿Pero cómo supiste que iría arriba y no a dormir?

- Mmmm… - su expresión era muy tierna-  no lo sé, supongo que te conozco…. Simplemente estuve seguro de ello y no lo pensé demasiado.

        Ese pequeño donsaeng y amigo simplemente le cambiaba sus días para mejor. Cuando el pequeño estaba de buen humor, como ahora,  su sonrisa era capaz de  hacer desaparecer ese peso en su cerebro y sacar a flote la más imposible de las sonrisas. “Es demasiado puro” pensaba… “realmente merezco que se preocupe así por alguien como yo que siempre finge una felicidad que no tiene, excepto cuando estás a mi lado” ¿Qué haría si conociera a ese “sungmin interior” que pocas veces sonreía? Le preocupaba que las cosas fueran distintas… y le dolía, la sola idea de que las cosas entre ellos cambiaran le dolía como nada. Pero las preocupaciones no dejaban de dar vueltas y vueltas en su cabeza siempre en los peores momentos. Sintió esas firmes manos tomar una de las suyas.

- ¿Vamos? – le dijo- mientras antes comencemos, antes terminaremos y más tiempo tendremos para descansar.

        Y simplemente lo siguió de vuelta por los pasillos de edificio, a través de las escaleras, y se sentó en la silla cercana al piano con su guitarra en mano, todo como si le hubiesen encendido el botón de piloto automático. Algo en su cabeza, aparte del cansancio, no lo dejaba pensar con claridad.

- ¡Hyung! ¿Me estás escuchando?

- Lo siento… me perdí ¿Qué decías?

- Dije que me mostraras lo que llevabas hasta el momento…

        Comenzó a tocar. Lo había hecho tantas veces buscando “inspiración divina” para terminarla que ya se había aburrido de ella y eso no era nada bueno. Pero se sorprendió, pues cuando terminaron de vibrar las cuerdas con el sonido de la última nota que tenía en su mente, los ojos del menor brillaban y una gran sonrisa decoraba su rostro.

- ¡Es hermosa! ¿Ya tiene letra?

- Aún no… No puedo terminar la melodía así que ni siquiera he pensado en la letra.

- La partitura!

- ¿Qué pasa con ella?

- Dame la partitura donde estas escribiendo esta melodía Min-hyung

- Ah… - se la tendió cansadamente – Aquí…

- Mira! Creo que si bajamos medio tono en esta parte, y agregamos estos acordes a la parte restante… - dijo tachando unas anotaciones y agregando otras – Podría quedar bien…

        Sin quitar su cara de asombro, vio como su donsaeng colocó sus dedos en el piano y comenzó a tocar varias veces el arreglo completo. Sonaba completamente hermoso, diferente a como cuando era él quien tocaba esas notas en su guitarra. El corazón del pelinegro comenzó a latir desenfrenadamente al tiempo que agarraba un lapiz y comenzaba a escribir la letra en una hoja en blanco; las palabras fluían con la facilidad de un rio cuesta abajo en una montaña.
[center]
[i]“Y ahora mi vida se ha vuelto un hermoso caos
donde sólo puede reinar tu sonrisa,
toma mi mano gentilmente
y no vuelvas a soltarla nunca;
Porque eres mi todo, eres mi música…
eres aquel que ilumina mi vida”[/i][/center]
 
        Escribía casi sin mirar lo que hacía, con la imagen de quien tocaba el piano angelicalmente clavada en su retina. No se dio cuenta de cuando terminó la melodía y antes de percatarse tenía una cabeza apoyada en su hombro, leyendo las líneas que había escrito.

- Observo tu figura inmóvil, al compás de mi corazón herido. Eres el único que puede sanarlo, eres hoy el dueño de mis latidos…

- ¡No leas! – estaba rojo como un tomate y escondió rápidamente el papel contra su pecho.

- ¿Por qué? ¿es la letra no? – dijo inflando sus mejillas como siempre que le reclamaba algo ¡Quiero leer!

- ¡No! – respondió gritando y mordiéndose el labio.

- ¿Está dedicada a alguien?

- Eh…

- ¿Hay alguien en tu corazón hyung? – su voz se había apagado un poco y había cesado sus intentos por mirar el bosquejo, perdiendo su vista en la ventana medio abierta.

- No lo sé – contestó casi seguro de que estaba mintiendo… Pero no podía dejar de engañarse a sí mismo, era una costumbre.

- No me mientas ¿Cómo puedes no saberlo? – dijo riendo forzadamente.

- ¿Tú qué crees? – recibió un movimiento afirmativo de cabeza en respuesta- Entonces… ¿debería demostrarle a esa persona mis sentimientos? – las palabras salían casi sin pensarlas- Tengo miedo de ser rechazado y perderlo para siempre…
- ¿Quién podría rechazarte?...– dijo mirándolo y mostrando una sonrisa que más parecía una mueca- Tú…

        Pero sus palabras se perdieron cuando Sungmin lo tomó por los hombros y, actuando  de acuerdo a su corazón y no a su cerebro, juntó suavemente sus labios. El cuerpo del menor se tensó y se sacudió para librarse del agarre. Lo miró y descubrió una expresión indescifrable cubierta por las lágrimas.

- Ryeowookie… lo siento… No quise incomodarte, yo… olvídalo.

        Dio la vuelta, quería salir corriendo pero sus piernas sólo se movieron como si estuviera siendo reproducido en cámara lenta. ¿Qué había hecho? Unas pocas lágrimas caían mientras se daba cuenta de que había cometido el peor error de su vida. Rabia, dolor y vergüenza era todo lo que lo llenaba en ese momento…. Era otro hombre, era su compañero y amigo, era su pequeño… y ahora debía estar odiándolo.

- ¡Hyung espera! – lo tomó del brazo justo en el momento en que iba a cruzar la puerta – Yo… lo siento si malentendiste… yo sólo… me ganó la impresión, jamás pensé que… - estaba dando demasiados rodeos- Me gustas desde hace mucho, y cuando me... besaste ahora creí que era una broma, un sueño o mi imaginación… me asusté y… Yo… Te quiero.

        El mayor sintió como esos brazos lo estrechaban, igual que tantas otras veces, pero esta vez estaban firmes para no dejarlo escapar y seguros; era el abrazo más posesivo que le había dado. Ahora ambos lloraban desconsoladamente, como dos niños, mientras los brazos que lo apresaban se apretaban aún más, transmitiéndole esa seguridad que había perdido después de su atrevimiento. Se quedaron así por varios minutos hasta que el castaño claro lo tomó cuidadosamente por los hombros y lo obligó a que se miraran a los ojos.

- Por favor, no llores – dijo secándole las lagrimas aunque las suyas no dejaban de caer- Tu sonrisa es lo que ilumina mi vida Min hyung. No quiero verte llorar y mucho menos si es por mi culpa.

- Wookie… ¿de verdad? ¿me quieres? ¿no es un sueño?

- ¿Ahora entiendes lo que sentí? – asintió como respuesta- No lo es- dijo tomando su rostro y se empinó para depositar un beso en su frente- Desde hace mucho que eres mi hyung, mi amigo y la persona que quiero.

- Pero yo soy…

- Sé perfectamente quien eres Lee SungMin, te conozco mejor que tú mismo. Y eres la persona que quiero a mi lado con sus miedos y fortalezas… Pero había sido demasiado cobarde para confesártelo, lo siento… Y gracias por dar el primer paso para el momento más feliz de mi vida, no sé que habría hecho si no hubiera pasado…

        Estaba sin palabras ante tan inesperada confesión, pero se sentía la persona más feliz del mundo aunque sólo pudiera sollozar bajando la vista. Sentía que podría repetir ese momento por siempre, pero sabía que era su turno de sellar el momento con las palabras adecuadas.

- Son muchas cosas que quiero decir… Pero no me agradezcas nada a mí, porque aquella que nos bendijo y nos regaló la oportunidad fue esa canción que tantos problemas me había causado.

- Entonces… ¿Será nuestra melodía de amor?

- Sí, será nuestra melodía de amor – dijo sonriendo por primera vez en esos extraños minutos – Sellará nuestra promesa, que desde hoy y para siempre, sin importar lo que pase… nunca vamos a separarnos.

- Nunca.

        Y juntaron sus labios en un beso profundo y lleno del amor que ambos venían guardándose desde hacía tiempo, todo salpicado por la ternura de esas dos almas y su cariño sincero. Eran felices, y nada ni nadie podría opacar esa felicidad.

Notas finales:

Eso, les gusto?

espero que si, va dedicado a todas aquellas que lean y dejen sus coments

Besos!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).