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Dietro il Cielo por yunmoon

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Notas del capitulo:

Por fin, en este capitulo se revelara la verdad de la relación de Hibari y Haru.

 

DIETRO IL CIELO

By: Yunmoon

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Capitolo 10

Usagi

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Si hubiera una forma de escapar de todo lo que vivía...

Probablemente no tomaría esa alternativa, fingir que Vongola no le concernía ni era su problema ya era demasiado tarde, Vongola era su problema y su responsabilidad, la seguridad de Italia, la seguridad de Namimori y hasta en una ocasión la seguridad del mundo estuvo en su mano, era demasiado tarde para salir del mundo en el que estaba.

De eso era lo único de lo que estaba cien por ciento seguro.

El que ocupara el cargo de líder de todo Vongola debía de ser alguien que tuviera un fuerte espíritu y determinación, la fuerza podía conseguirse, al igual que la inteligencia y el buen sentido común podía componerse, pero la determinación era única.

Eso convertía a Tsuna en el mejor para el puesto del Decimo Vongola.

Era lo que le había dicho el Noveno el día en el que tomó el cargo, en la ceremonia de sucesión que lo marco de por vida.

Gokudera le sonrió y le dijo que volvería pronto con la información y se fue, se recargo en la silla y pensó que probablemente debería de ir, pero Reborn se lo había dicho, no era seguro ir ahí si realmente existía tanto peligro.

Él mismo estaba un poco aterrado que ese sujeto estuviera involucrado.

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Gokudera se acercó al auto y se detuvo cuando vio a Yamamoto, se acercó a él, la seguridad del Decimo estaba a su cargo, ya que él tenía que ir a ayudar en las investigaciones sobre el poder de la Tierra, que al parecer se había despertado por su culpa hace ya seis años, el punto ahora era que Yamamoto debía de cuidar a Tsuna si no quería terminar sin cabeza.

-La seguridad del Decimo esta bajo tu cuidado, Yamamoto-.

-No tengas cuidado, lo dejas en buenas manos-.

Gokudera asintió y recordó algo.

-Si el Decimo esta distraído será todo culpa tuya-.

-¿Ah? ¿Mi culpa?-.

-Por supuesto... No era necesario decirle que Haru y Hibari tenían una relación-.

-¿Qué? ¿Haru y Hibari tienen una relación?-.

Gokudera se enojo.

-¡Tú se lo dijiste al Decimo!-.

-¿Yo? ¿Cuándo yo dije eso?-.

-¡Tú... No juegues con lo que dices!-.

-Pero yo... Espera... Creo que me ha mal interpretado... Yo dije que Haru y Hibari salían, pero me refería a que salían juntos en viajes para sus investigaciones, Haru cuida de Hibari porque en dos ocasiones arruino la investigación y los delato como integrantes de Vongola... Creo que Tsuna se confundió un poco...-.

-¿Es verdad? ¿No salen?-.

-Por supuesto que no. A Haru le gusta Tsuna y Hibari es más seco que la arena-.

Gokudera no dijo nada... No era necesario que Tsuna lo supiera, era mejor que Tsuna creyera lo que había pensado y se casara con la chica que le habían impuesto los viejos de Vongola.

Pero eso no haría feliz a Tsuna.

En todo caso él se marchaba, a su regreso no le quedaría más que decirle la verdad, jamás le mentiría a su querido Decimo.

-Bien... supongo que fue un mal entendido-.

-Como pudieron creer que Haru salía con Hibari, si Haru sale de viaje con Hibari es porque él le da por pelear mucho y arruina la investigación, actúa precipitado y ha puesto en peligro al propio Kusakabe, Haru no podía permitir eso porque la información que estaban recopilando parecía importante para Vongola entonces decidió ir directamente ella...-.

-Vale, ya entendí... en todo caso el Decimo esta a tu cuidado... Me voy-.

-Cuídate, Gokudera-.

El chico se dio la vuelta y no dijo más, se subió al auto que estaba esperándolo y este avanzo. Yamamoto lo miro partir, pero se quedo pensando en lo que le había dicho Gokudera.

-¿En que distrae eso a Tsuna?-.

No comprendió esa parte y sintió que no había mucho que comprender, probablemente lo que había tras de esas palabras no le concernía ni debía de importarle.

Era mejor dejar las cosas así.

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El trabajo de Tsuna podía decirse era más difícil que ir a investigar Turquía, su trabajo era investigar a su propia familia. Y la única persona de la que podía confiar era del sujeto que estaba frente a él, acosándolo con la mirada.

-Kufufufu... ¿Así que necesitas de mi?-.

-Es importante... sabes que no me gusta asignarte tareas tontas-.

-Investigar a la familia es algo sencillo, ¿realmente quieres hacerlo? Tendríamos que ir a donde más odias, o lo más obscuro y sucio de Vongola, ¿estas de acuerdo con eso?-.

-Sí, estoy de acuerdo y quiero hacerlo-.

Mukuro se levanto del sofá.

-Bien, supongo que no tenemos mucho tiempo-.

-Nuestro tiempo termina cuando Hayato haya regresado con la información-.

Mukuro lo miro de reojo.

-Sabes que si lo que dijo es real, y él tiene el poder de la Tierra va a ser un rival difícil-.

-Ya veremos que hacer-.

Mukuro le tomó del brazo y Tsuna volteo a verlo.

-No van a lastimarme, no lo permitiré, porque soy el Decimo Vongola-.

Mukuro le apretó el brazo y Tsuna sintió que lo lastimaba, pero no dijo nada, se acerco a Mukuro y lo abrazo. Había una conexión entre ellos que era fuerte, no tenía que ver con el deseo de Mukuro de poseer su cuerpo para controlar la mafia, era algo diferente y angustiante, Mukuro le ayudaba en lo que podía, y al igual que Varia era una de las personas que hacía el trabajo más sucio por el bien de Vongola.

Mukuro conocía perfectamente la peste de la mafia al igual que Tsuna y su lazo se basaba en que ambos habían sufrido la misma desgracia, ambos habían sido sumergidos en inmundicia y luego fueron llamados propiedad de alguien.

La marca de Mukuro era el ojo que lo hacía entrar en diferentes mundos.

La marca de Tsuna se encontraba oculta entre sus ropas.

Su dignidad había sido arrancada al igual que Mukuro.

No eran tan diferentes como todo el mundo pensaba. Tsuna lo miro a los ojos, sus ojos se habían vuelto así después del suceso, se habían vuelto experimentados y el brillo que se encontraba Mukuro lo conocía bien, era pura malicia, aunque Tsuna no lo deseara dentro de si había un fuerte deseo de venganza, odio y repulsión. Tsuna no se consideraba tan puro como Gokudera lo creía, sus deseos de muerte eran grandes, su corazón se había vuelto obscuro y realmente no se sentía avergonzado por ello.

Era una parte de él que ya había aceptado hace mucho tiempo.

-Tenemos trabajo-.

Dijo Mukuro separándole de si, Tsuna soltó un suspiro.

-Te estoy ofreciendo un abrazo y dices que tenemos trabajo, por eso no logramos ser una pareja, todo es tu culpa-.

-Vale, para la otra te regreso el abrazo y te doy un beso, ahora muévete-.

-Lo has dicho tú, así que si no me das el beso pensare en atarte a mi cama y hacerte cosas indecentes-.

-El Decimo Vongola a sacado su lado "ero"-.

Tsuna soltó una risita y Mukuro sonrió con él. Era una conexión extraña de la cual Reborn no estaba orgulloso y mucho menos feliz, sabía eso pero no por ello dejaría esa conexión con Mukuro.

-Oye, Mukuro-.

-Hmm-.

Tsuna detuvo su caminata y volteo a verlo se acercó a él y coloco sus manos en sus mejillas, no supo el porque pero quería besar a Mukuro, Mukuro no se movió, no era la primera vez que Tsuna lo besaba y se imaginaba que no sería la ultima, Tsuna comenzó a cerrar los ojos miro al lado de la cabeza de Mukuro y abrió los ojos sorprendido mientras sus labios hacían contacto con los del peliazul, se separo rápidamente al darse cuenta que Yamamoto los había visto.

Pero Yamamoto huyo.

-¡Espera! ¡Yamamoto!-.

Tsuna coloco el brazo sobre sus ojos, los había visto, Yamamoto había visto justo cuando besaba a Mukuro.

-Kufufufu... Lo alcanzamos y le decimos que nos amamos o vamos a hacer el trabajo, tienes esas dos opciones-.

-¿Estas de broma? ¿De que amor hablas? Yamamoto nos vio... debo explicárselo-.

-¿Y que le dirás? ¿Qué a veces necesitas besar a alguien? Es un hábito raro tuyo, pero cada cuanto te da por besarme y no se si soy el único-.

-¡Por supuesto que eres al único que hago esto! Bu-bueno, una vez me dio por besar a Reborn, pero me da más por hacerlo contigo-.

-De todas maneras es algo que no te explicas ni a ti mismo... es mejor que lo dejes así por el momento-.

-Pero...-.

-Vamos-.

Tsuna miro a Mukuro, ese maldito hábito debía desaparecer, no era bueno, Yamamoto los había visto y ahora no sabía como explicarlo, después de todo Mukuro tenía razón, eran cosas que ni el mismo lograba explicarse.

Pero decir eso era mentirse.

-Vamos-.

Conocía la razón, sabía porque Mukuro y nadie más. Decir la razón era algo que no quería aceptar aunque sabía que esa razón era cierta.

Mukuro se parecía a Hibari.

Mukuro era su única conexión a Hibari, a Mukuro lo podía tocar, a Mukuro le podía ordenar cosas que no sabía si podía hacerlo con Hibari. Sabía que lo que hacía no estaba bien, estaba utilizando cruelmente a Mukuro, sabía eso y también era consciente que estaba mal.

Pero con el tiempo se había vuelto egoísta, si había sido puro o no eso ya era cosa del pasado, había cambiado y lo había hecho para mal en vez de para bien, si que se había vuelto fuerte, incluso su resistencia mental era envidiable al igual que su resistencia a las drogas y la resistencia física no se quedaba atrás.

Pero su cambio no sólo era eso, siempre que hablaba con alguien lo hacía con segundas intensiones, nunca mostraba su nueva personalidad frente a Gokudera, solo Mukuro y Reborn podían decir que Tsuna había cambiado de una forma profundo y nada buena.

Pero esa razón no era algo de lo que estuviera orgulloso, jamás estaría orgulloso del nuevo Tsuna. Después de ese suceso todo eso había surgido en él.

Pero la realidad, era la realidad.

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Yamamoto se quedo quieto, soltó un suspiro y miro por todo el pasillo.

Estaba realmente impactado, ¿Tsuna y Mukuro en una relación amorosa? Estaba tan impactado que no sabía que decir.

-¿Yamamoto-kun?-.

-¡Waa! ¡Chrome!-.

-Buenos días... Amm... ¿No has visto a Mukuro-sama o al jefe?-.

Se puso ligeramente nervioso.

-Los vi... estaban por la oficina de Tsuna-.

-Oh... seguramente saldrán de la mansión Vongola-.

Chrome se sintió un poquito incomoda.

-¿Sabes a donde van?-.

-Pues... Mukuro-sama no me dijo nada, así que me imagino que iban a las oficinas de la base externa a ver al padre del Jefe-.

-Ya veo... ¿Quieres entrenar conmigo?-.

-¿Yo?-.

-¡Claro! ¿Quieres?-.

-Pero yo... No soy muy fuerte...-.

-Eso no es algo que importe, si no eres fuerte seguro eres hábil, después de todo eres la guardián de la niebla-.

-Mukuro-sama es...-.

-Pero te lo he pedido a ti... ¿Aceptas?-.

Se cohibió mucho y al final asintió con la cabeza, Yamamoto acarició su cabeza.

-No te pongas nerviosa, los entrenamientos sirven para que te vuelvas fuerte, yo te ayudare-.

Se sintió extrañamente relajada y sonrió mientras le decía que tenía que ir por su arma, Yamamoto se imagino que iría por ese tridente que solía llevar antes con mucha frecuencia pero ahora no la había visto con el.

Al igual que ahora no la veía tan seguido con Mukuro, por algún tiempo se imagino que ellos dos mantenían una relación amorosa, pero ahora sentía que nunca la habían compartido.

Mukuro se veía distante de todos menos de ella y del propio Tsuna. Seguramente en esos casi seis años habrían cambiado muchas cosas, no sólo ese hecho.

-Entrenando como siempre, ¿no te cansas?-.

Se sorprendió un poco, no se había percatado de la presencia de Lambo y eso sólo le provocaba darse cuenta que estaba con la guardia baja, era mejor que se concentrara.

-Lambo, tú deberías entrenar debes en cuando-.

-Entreno, pero no como un obsesionado, ¿frustrado de no haber podido sacar todo el poder de Bakadera?-.

-Si, es un poco frustrante-.

-Hmm... Si me dejas decirte algo, te diré que parecía asustado-.

-¿Asustado?-.

-Si, durante la batalla media su fuerza, sus golpes se dirigían a lugares donde no te lastimara. Con decirte eso ya deberías darte cuenta que evito todos tus puntos de vida, sin contar que no te pego con su verdadero poder, ha de tener un montón de autocontrol por alguna mala experiencia en el pasado-.

Yamamoto soltó un suspiro.

-Todos vivimos malas experiencias-.

-Claro, todos las vivimos. Pero todos los que viven en Italia seguro se las vieron negras. Yo viví en Italia y desde que era bebe me di cuenta que no es un buen lugar para aprender de la mafia, en ese entonces no lo comprendía, pero la mafia desde el interior da más miedo que en el exterior, que no estén locos o sean unos psicópatas ya es un gran avance-.

-Conoces mucho sobre eso-.

-Pues claro. Sólo te deberías de dar cuenta de Reborn, de Lal Mirch, de Colonello y de esos locos de Varia. Cada uno formo una personalidad, unos más fuertes o más rudos y otros enloquecieron por poder o dinero, pero tienen algo en común, sus mentes son creadas para matar a otros. Si Gokudera no te hizo daño debe tener alguna razón-.

Yamamoto se dio cuenta que era verdad.

-Lambo... ¿Puedes intuir de que trata?-.

-Claro, tengo tres opciones. Primero, mato a alguien sin compasión y quedo en shock. Segundo, lo hirieron a muerte y se dio cuenta que la muerte en la mafia es escalofriante. Tercero, daño o mato a alguien importante usando todo su poder-.

Dañar a alguien importante...

-¿Crees que haya lastimado a Tsuna?-.

-Para serte sincero creo que eso es lo más acertado. Yo también quedaría impresionado si lastimara a Tsuna-.

-Pero...-.

-Detente, no entres en conclusiones que pueden ser errores. Lo que te dije son especulaciones mías, si son verdaderas o no es algo que yo no sé. Si quieres saber la verdad entonces pregúntale a alguien que haya vivido con él y pueda darte respuestas. Yo me voy a dar una vuelta por mi casa, hace mucho que no los veo-.

Yamamoto miro a lo largo del pasillo y cuando identifico a Chrome se dio cuenta que ella podría saberlo.

La cosa era saber si le diría algo o lo dejaría investigar con alguien más.

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Pasaron tres días para saber sobre la ruptura en Turquía, en esos tres días Yamamoto había hablado con Chrome y ella le había contado toda la verdad. Tsuna le había dicho que el beso no significaba nada, no tenía una relación amorosa con Mukuro pero que no podía explicarle la razón de porque lo besaba.

En esos tres días Tsuna había logrado sacar a la luz la verdad, los grupos encargados en recopilar información y tener vigilada el área de Turquía parecían tener perdida de memoria, así que estaba tratando con un grupo ilusionista, le había dicho Mukuro, los ilusionistas podían hacer creer a sus victimas que lo que veían era un sueño y luego ocultar el recuerdo en el subconsciente, nadie podía entrar en el subconsciente y tomar los recuerdos que quería, Tsuna sabía que estaba frente a grandes problemas.

Cuando Gokudera volvió a la mansión Vongola fue inmediatamente con Tsuna.

-La grieta esta siendo sellada con éxito, hicimos una investigación, no necesitábamos más que una llama normal, así que entre Hibari, Reborn-san y agentes que encontramos en Turquía se comenzó a sellar la grieta, también, pude investigar que el poder de la tierra que se libero es mínimo, se libera en pequeñas cantidades y a lo largo de estos seis años solo extendió un veinte por ciento de su poder, se que ese veinte por ciento es peligroso, pero por suerte sólo es eso-.

Tsuna sintió que algo dejaba de presionarle el corazón y soltó un suspiro.

-Cuando estaba por marcharme ellos estaban por cerrar la grieta, así que Reborn-san, Hibari y Haru volverán hoy por la noche-.

-Ya veo... ¿Reborn te dijo algo sobre una prueba?-.

-Cierto. Dijo que: cuando volvieran sin duda comenzarían con eso, viendo las dificultades es indispensable que se lleve a cabo lo antes posible... ¿De que prueba habla?-.

-Realmente no tengo idea, Reborn no me dijo nada-.

Gokudera soltó un carraspeo.

-¿Aquí no hubo ningún problema?-.

-Investigue con respecto a la traición... Los grupos encargados de esa área no saben nada, Mukuro me dijo que es probable que les hayan borrado la memoria a base de ilusiones, así que en conclusión, nadie nos ha traicionado-.

-¡Eso es en verdad una suerte!-.

Gokudera sonrió, pero recordó algo.

-Umm... Decimo... hay algo que le tengo que decir-.

-Te escucho-.

-Hable con Yamamoto sobre lo que me dijo... Yamamoto es un imbécil y no se supo explicar bien. Haru y Hibari no salen... bueno, no como pareja, el idiota trataba de decir que Hibari y Haru salían juntos a investigar sobre los anillos y cajas, sólo a eso-.

Tsuna pestañeo, ya había olvidado eso, pero entonces se sonrojo.

¡Había olvidado incluso el beso y lo que le había dicho Hibari!

Entonces se toco el cuello, sabía que tenía un pequeño raspón y se debía a que había tenido que atender cosas importantes con Varia y Xanxus le había golpeado y le había dejado un moretón junto con un raspón, si Hibari cumplía su amenaza como Reborn entonces, ¿qué le haría?

-¿Decimo?-.

-Gracias por decírmelo Hayato... ¡Será bueno que empieces con lo que dejaste pendiente!-.

-Ah, tiene razón, me voy entonces-.

Gokudera salió de la oficina y sin esperar mucho Tsuna se levanto, se acercó al librero y recargo la cabeza en él con la llama encendida, un compartimiento se abrió y salió de ahí, camino por pasillos y paso por puertas hasta que llego a su primera habitación, se sentó en la cama y se recostó.

Había recordado algo que se supone había olvidado hace mucho tiempo.

Las palabras de Hibari en su último día en Namimori seguían grabadas en sus memorias, como olvidarlas si al principio las había soñado noche tras noche.

-Tu probablemente me perteneces... ¿qué rayos?-.

Las palabras, lo que hiso y lo que dijo volvieron a él tan rápido como el sonrojo que apareció en sus mejillas.

Esas cosas vergonzosas las había olvidado hace mucho tiempo, como había abrazado y besado a Hibari. Incluso que le había dicho que lo quería, eran cosas que había olvidado y ahora las recordaba como si se tratara de un tormento, porque, viera como viera eso debía de ser un tormento.

De entre las cosas que Hibari le había dicho había algo en lo que tenía razón, si hubiera permanecido como un conejo no hubiera sobrevivido. Por eso ahora era un carnívoro, un carnívoro que dudaba de si y se sonrojaba por recordar las palabras de amor que decía años atrás. Que falso, realmente no era un carnívoro como lo pensaba.

Porque algo dentro de él no quería que olvidara lo mucho que amaba a Hibari.

-Es ridículo... Es patético... Soy ridículo y patético... Y eso no ha cambiado-.

Lentamente se quedo dormido, cosa que no hacía hace mucho tiempo, quedarse dormido en la tarde era algo malo, era un jefe y lo que debía de hacer era trabajar, pero la fatiga mental lo había llevado a consumir cada gramo de energía en su cuerpo. El aroma de fresca menta y algo dulce ayudo a que se relaja al máximo y tuviera un profundo sueño.

En algún momento comenzó a despertarse, justo en ese momento la puerta se abrió, escucho pasos y se impresiono al darse cuenta que la personas que entraba no era alguien muy conocido para él, pero sabía que la llama que tenía era del elemento nube.

Oh, lo recordaba, se suponía que ahora esa habitación era de Hibari y que ya no le pertenecía.

Prefirió fingir seguir dormido, la demencia era mejor en esos casos. Lo escucho caminar hacia la cama y se recostó a su lado, su corazón latió fuerte, no podía fingir demencia si él estaba tan cerca, obligo a su corazón a calmarse y una vez logrado el propósito se sintió un poco más tranquilo. Hibari giro y sintió que su mano rosaba su cuerpo, ¿a caso estaba jugando con él? De cualquier manera se estaba pasando de la cuenta, estaba alterando su sistema de una forma tan rápida que Tsuna sintió que debía de apartarse si no quería sufrir un colapso mental.

-¿Eh? ¿Tsunayoshi?-.

Tsuna no dijo nada, fingir demencia era lo mejor, pero de algún modo sintió que Hibari no había notado su presencia, ¿podía ser eso posible? No lo sabía.

Hibari se sentó y coloco una mano en su cabello castaño.

-Ah... me había acostumbrado...-.

Soltó de repente y se recostó de nuevo sin quitar la mano de su cabello castaño y la bajo a su cuello. Recordó que tenía un moretón, y fue cuestión de segundos que Hibari lo notara. Prefirió fingir que ya estaba despertando, pero antes de darse cuenta Hibari le estaba besando la herida.

Ya no podía seguir fingiendo. Se sentó rápidamente, coloco una mano en la parte besada y grito con asombro y nerviosismo.

-¡Waaah!-.

Hibari lo miro desinteresado.

-¿Despiertas? Voy a dormir... Haru esta desesperada por verte-.

Pero él estaba muy nervioso como para responder.

-¿Tsunayoshi?-.

Se puso tan rojo que bajo la cabeza, estaba muy nervioso.

-¿Todo bien con la grieta?-.

Fue lo único que pudo decir, cuando hablaba de trabajo su voz cambiaba a una más normal.

-El proceso fue bastante sencillo, aunque escapo poder aún mientras la cerrábamos. ¿Qué harás con ese poder?-.

Tsuna elevo la mirada, se sentía mejor, el nerviosismo había desaparecido al igual que el sonrojo, siempre que se trataba de trabajo se calmaba demasiado rápido.

-No estoy seguro. Primero debo saber a donde fue-.

Hibari se sentó en el borde de la cama y Tsuna hizo lo mismo en el otro lado.

-¿Habéis hecho investigaciones con Haru desde que me fui?-.

-Ella se metió por su cuenta hace cuatro años... De alguna manera es buena recolectando información-.

-Ya veo... Debe ser bueno pasar tiempo juntos-.

-No-.

Tsuna sonrió, Hibari siempre era demasiado directo, aunque muy brusco en ciertas ocasiones.

-¿Sabe mucho de nosotros?-.

-De alguna manera, sabe mucho-.

Tsuna se levanto, esas chicas eran muy listas, Haru y Hana eran demasiado inteligentes, ¿sería la intuición femenina?

-Hana-san también sabe mucho del tema... Me pregunto si Kyoko-chan también-.

-Ella es demasiado buena para intentar pensar algo... No sabe porque te marchaste-.

Tsuna camino hasta quedar al lado de Hibari y se sentó.

-En el futuro... la Kyoko-chan de esa época parecía saber mucho del tema... Pero yo quiero evitar eso, con Haru y Hana-san ya es muy tarde, pero espero que Kyoko-chan siga ignorando el tema-.

Hibari no lo miro, solo recargo las manos en la cama y dejo caer su peso hacia atrás, las manos sostenían su peso, Tsuna lo miro.

-Tu forma de proteger a las personas te trajo problemas en esa época, ¿no? Si Sasagawa Kyoko quiere saber algo no va a descansar hasta saberlo-.

Tsuna volteo a mirar al frente.

-Realmente... eso es cierto...-.

-La cosa es que, tú aún eres muy lento-.

Tsuna sonrió de lado.

-Hibari-san, ¿realmente quieres tener una batalla conmigo?-.

-Sí-.

Tsuna se levanto.

-Eso es algo que no puedo cumplir por el momento, pero cuando pueda luchare contigo, Hibari-san-.

De repente Tsuna cayó hacía él, Hibari se levanto y lo tomó antes que callera al suelo, volteo a mirar a la puerta, Reborn apuntaba su arma al chico y sonrió. De la puerta apareció Dino, tomó a Tsuna y se lo llevo corriendo, Reborn lo miro con ojos divertidos, el sombrero producía esa sombra que hacía su mirada letal y algo amenazante.

-Ven a la sala-.

Ese bebe aún lo sorprendía demasiado para su gusto.

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Con todos en la sala, menos los desparecidos Dino y Tsuna, los guardianes miraban al ya-no-tan-pequeño arcobaleno del sol, Lambo tenía los ojos cerrados, sabía que se desesperaba muy rápido con Reborn ahí, pero había escuchado de Yamamoto historias fantásticas de su yo de veinte años del futuro, con el futuro cambiado esperaba volverse en ese fantástico guardián del trueno del que hablaba Yamamoto.

Así que calma era lo que buscaba.

-¿Ahora que vamos a hacer, Pequeñín?-.

Pregunto primero Yamamoto, la pregunta de todos en esas palabras fue suficiente, Mukuro era listo y podía intuir un poco las cosas, al igual que Lambo y Hibari.

-Como sabrán, hay problemas acercándose a Vongola, así que es necesario hacerles una prueba, a los guardianes-.

-¿De que trata la prueba?-.

Pregunto Gokudera.

-Es relativamente sencillo. Como Hibari se dio cuenta le he disparado una bala a Tsuna en la cabeza, fue esta-.

El arcobaleno mostro una bala amarilla, la bala tenía una cruz roja, a Gokudera se le hizo un poco conocida. Pero fue Hibari quien lo confirmo.

-Esa es la bala que ocuparon para hacer creer que Tsunayoshi había muerto en el futuro-.

Reborn asintió.

-Exacto, aunque esta bala es un poco diferente. Al contrarió de la otra, Tsuna despertara en unos momentos, esta bala es un pedido que le he hecho a Spanner y a Irie Shoichi. La bala tiene como objetivo controlar y matar a Tsuna, lo que Tsuna hará es tratar de matarlos-.

Gokudera se asombro.

-¿Qué es lo que trata de hacer, Reborn-san?-.

-Sencillo, su trabajo es quitarle a Dino la bala que sirve para detener el efecto de la bala que yo dispare a Tsuna, luego deberán quitarme la pistola que es capaz de disparar esa bala sin matar a Tsuna y su obstáculo mayor será que Tsuna no los mate-.

-¡Debe estar bromeando!-.

Inquirió Gokudera, Chrome estaba asustada, no quería lastimar al jefe.

-Por supuesto hay reglas. Si Dino se deja atrapar pierden, si hieren mucho a Tsuna pierden, si Tsuna queda inactivo pierden. Si uno de ustedes pierde todos los otros pierden-.

-¿Y que se supone que perdemos?-.

Pregunto Mukuro.

-El derecho de ser guardines de Tsuna. Tomaremos cartas sobre el asunto y buscaremos nuevos guardines. En tu caso Mukuro, volverás a Vendicare-.

Todos estaban impactados. Hibari no lo demostraba, Lambo miraba fijamente a Reborn, Ryohei apretaba los puños que había formado, Yamamoto miraba fijamente hacia la ventana, Gokudera miraba el suelo y Chrome miraba a Mukuro, Mukuro era el único que miraba a Reborn a los ojos. Todo había quedado en silencio.

-Den su mejor esfuerzo, chicos-.

Dijo Hana, que apareció por la puerta, detrás de ella apreció Haru, tenía el cabello largo como el de Hana, le llegaba a media espalda. Y se veía diferente, tenía un aura de frescura y de madurez que carecía cuando Tsuna se fue de Namimori, parecía diferente, pero Hibari bien sabía que la chica no había cambiado tanto.

-¿Dónde esta Tsuna-san?-.

Reborn miro a las chicas.

-Es mejor que no se metan en esto, es solo para los guardianes-.

Ambas chicas asintieron.

-Como aquí solo pueden participar los guardines, tampoco se permite la participación de Ken y Chikusa-.

Los chicos no dijeron nada, aunque a Ken no le faltaron las ganas.

-Bien, pues, el tiempo que le queda de vida a Tsuna son seis horas y media. Comienza la prueba-.

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Dino sabía que debía de estar preparado, Hibari era muy fuerte al igual que Yamamoto, no sabía las capacidades de Gokudera, pero si lo dejaban con Lambo entonces había más probabilidades de que no le quitaran la bala. Bueno, todavía quedaba Ryohei que no luchaba nada mal sin contar al ilusionista del que estaba más preocupado, su pelea con ilusionistas era pobre y sentía que Mukuro podría vencerlo muy rápido.

Tsuna comenzó a despertarse y cuando abrió los ojos la llama del modo Híper apareció, lo miro y le sonrió.

-Puedo sentir a Ryohei-.

Dijo y se fue. Dino se pregunto si era buena idea hacer que Tsuna luchara contra sus guardianes.

La ultima vez que lo había visto luchar, Tsuna lo había sorprendido, su poder era demasiado, incluso Tsuna le había confesado que dolía liberar tanto poder, era un poder monstruoso.

Y desde ese día ya habían pasado tres años.

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Ryohei miro a su costado donde estaba Lambo, lo primero que tenían que hacer era encontrar a Tsuna y distraerlo, Hibari y Gokudera atacarían a Dino y Mukuro con Chrome y Yamamoto irían por Reborn.

El plan era bastante sencillo, sintió las llamas del Cielo cerca y se detuvo, miro a Lambo.

-Él planea atacarnos... es mejor que tengamos cuidado-.

Dijo el bovino y Ryohei asintió, saco su anillo de animal y encendió la llama de su anillo del Sol.

-Podemos mantenerlo distraído con mi anillo y el tuyo-.

-Pero podríamos lastimarlo-.

-Pero esto es mejor que nada, mejor empecemos-.

Lambo no sentía que fuera buena idea pero asintió.

Tsuna los observo, planeaban sacar los animales de los anillos, no tenía problema con el de Ryohei, ya había tratado con muchos guardianes del Sol, su problema era Lambo, era del que menos conocía ya que en el tiempo de lucha Lambo era el que menos sabía de sus habilidades, no iba a menospreciar a ninguno de sus guardianes, con la sorprendente velocidad que tenía se coloco detrás de Lambo, Ryohei detuvo su patada mientras invocaba a su animal y Lambo hizo lo mismo con el suyo, con ambos animales afuera Tsuna observo al toro, con el nuevo poder que les había sido otorgado por la generación del primero el toro parecía tener mucha energía.

Casi podía sentir las cargas en los bellos de su cuerpo, era mucho poder.

Debía de dejar primero fuera de combate a Lambo y esquivar a Ryohei.

Aventó con las fuerzas de sus llamas a Ryohei y se acercó para pelar con todo su poder con Lambo, pero el bovino ya se lo esperaba y se coloco los cuernos, era aún pequeño pero sabía luchar lo mejor que le daba su poder. Creo una berrera aprovechando las nubes de tormenta que se formaban Tsuna se detuvo, Lambo era listo.

-Tormenta... Te has vuelto listo, Lambo-.

-Claro. Contando que en el futuro ya no viviré la mala experiencia de perderlos debo formar por mi cuenta una personalidad que me haga merecedor del anillo del trueno-.

Tsuna sonrió, quería detenerse pero algo le decía que debía eliminarlos a todos.

-Pero... Tú ya eres merecedor del anillo del trueno, Lambo-.

El niño se sorprendió, pero no bajo la guardia. Tsuna decidió que lo mejor era dejar fuera de combate a Lambo, no conocía mucho de sus habilidades, era mejor no llevarse sorpresitas.

-Mi yo del futuro estaba muy orgulloso de estar a tu lado, así que no quiero perder mi puesto como tu guardián-.

-Ya veo-.

La batalla comenzó, con Ryohei por un lado y Lambo por el otro y sus animales, Lambo tenía mucha fuerza y contando que utilizaba el poder de la tormenta se le hacía más difícil penetrar su campo de fuerza. Ryohei representaba un gran problema, después de varios puñetazos y patadas logro golpear a Ryohei en la nuca, dejándole inconsciente y con la ayuda de Natsu dejo durmiendo a los animales, miro a Lambo, era su turno.

-Lambo... Buenas noches-.

Y sonrió.

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Hibari sintió la llama de Ryohei y Lambo apagarse, sabía que serían unos inútiles, pero habían servido para entretener un poco a Tsuna, miro al frente y sonrió, ahí estaba el caballo.

-¿Qué piensas hacer?-.

-Morderlo hasta la muerte-.

Gokudera frunció el ceño, que tio más idiota. Se detuvo y con ello detuvo a Hibari.

-Creo que no debemos herir a Dino-san-.

-El bebe no dijo nada-.

-Pero es obvio que no nos van a decir todo... Entiende, el propósito de la prueba es que trabajemos en equipo para conseguir lo que debemos conseguir, no más-.

Hibari lo miro enojado.

-Vamos a dejar a Dino-san K.O. sin que tengamos que herirlo, ¿bien?-.

-No te aseguro nada, Gokudera Hayato-.

-Tch... Idiota-.

Hibari no dijo nada pero ambos se acercaron a Dino, el Cavallone miro a los dos chicos.

-Vaya, así que su punto era distraer a Tsuna... no debe tardar en volver-.

-Nuestro punto es quitarte la bala y matarte-.

-Oh, suenas demasiado convencido, Kyouya-.

Dino miro a Hibari, Hibari solo podía derrotarlo y ahora contaba con Gokudera, bueno, si Gokudera era tan desesperado como en ese entonces había una probabilidad de victoria, podía ocurrir que Gokudera estorbara a Hibari.

La idea parecía bastante buena.

Hibari comenzó atacándolo y Dino sólo se defendía, Gokudera por otro lado analizaba sus movimientos, había pasado un tiempo desde que peleaba, pero ya sabía que tenía que hacer, esperar el llamado de Hibari.

-Ahora-.

Dijo el chico apartándose y Dino se vio rodeado por extrañas paredes, paredes cubiertas de la llama de la tormenta. El chico tormenta invoco llamas de niebla y las paredes se volvieron amplias hasta crear un mundo diferente para Dino. La llama de la niebla había sido parte de sus últimas invenciones, podía cambiar fácilmente cualquier llama por la de la niebla, la única llama que se había visto imposibilitado de usar había sido la llama del cielo.

-Ya esta-.

Su sistema C.A.I. había sido perfeccionado en llamas niebla desde que había entrenado con Chrome, Mammon de Varia y el propio Mukuro. Sus llamas de tormenta combinadas con las llamas de niebla hacían ilusiones potentes, por esa la ilusión duraba poco. Para ello ocupaba las llamas de nube, para hacer el ataque de ilusiones aún más poderoso. Hibari se adentro al pequeño campo creado por Gokudera, tomó la bala y salió, le indico con la mirada que hiciera lo que quisiera hacer.

-Mi trabajo termino-.

Gokudera soltó un suspiro, Hibari seguía siendo un creído, creo una llama de lluvia y la coloco en su arma, miro a Dino.

-No te va a doler mucho... Dino-san-.

Y disparo.

.


.

Yamamoto aceptaba que Mukuro era bueno luchando, Chrome había sido dejada de lado y entre ellos dos luchaban contra Reborn, pero Reborn era muy fuerte y no se dejaba atrapar hiciera como hiciera. Yamamoto se canso un poco de todo eso y curioso notó que comenzaba a llover. El mejor campo de batalla para él se presentaba. Reborn notó lo mismo, la lluvia comenzó lenta pero pronto se convirtió en una tormenta con rayos incluidos, rayos, el mejor campo para los guardines del Cielo.

Pero Reborn sonrió cuando alguien llego y se interpuso entre Yamamoto y él.

-Yamamoto... Pareces esconder una gran llama que desea ser liberada... ¿Por qué no la pruebas conmigo?-.

Yamamoto se sorprendió, la manera en la que había llegado Tsuna había sido sorprendente, sin contar que su llama era fuerte, muy fuerte.

Mukuro se dio cuenta que Tsuna tenía una llama demasiado seria, iba a ser una pelea complicada.

-Tsuna, habéis llegado muy pronto...-.

-Tuve que dejar fuera de combate a Ryohei, Lambo me dejo sorprendido, se ha vuelto buen estratega-.

-Si, es un chico demasiado listo-.

-Dejémonos de charla y comencemos con la acción-.

Pronto se dio cuenta que ya estaba dentro de una ilusión de Mukuro y además Chrome le estaba ayudando, sonrió, cerró los ojos y aunque la ilusión podía verse a través de sus parpados era más débil. Ahora el punto era tener cuidado con Yamamoto, se había dado cuenta que era muy bueno ocultando su llama, pero era su guardián y lo conocía muy bien.

Frunció el ceño cuando sintió dos llamas más acercándose, la de Gokudera y la de Hibari y pronto dos llamas más se sintieron, así que todos se habían reunido. Escucho la voz de Gokudera y supo que debía de encargarse primero de él.

-Nosotros nos encargamos de distraer al Decimo. Hibari y Yamamoto vayan por Reborn... Mukuro es mejor que los ayudes Chrome puede hacer sola la ilusión para el...-.

-¡Cuidado!-.

Grito Chrome y Gokudera apenas tuvo tiempo de evitar el golpe. Tsuna no le dio tiempo y le dio una patada en el arma quitándosela junto con dos anillos que tenían la forma de cráneos y su propio anillo de la tormenta. Le dio una patada en la cabeza justo por la nuca y lo dejo inconsciente. Miro a su costado y se dio cuenta que Lambo estaba creando un fuerte campo eléctrico alrededor de la batalla de Hibari, Yamamoto y Mukuro contra Reborn. Su velocidad asombrosa le indico que debía parar ya que pronto Chrome cambio su ilusión, se vio envuelto en una selva, pronto el verde lo inundo y sin notarlo se dio cuenta que la ilusión le estaba ganando.

-Debo usar más llamas-.

Se dijo e incremente su poder, Yamamoto volteo, la llama de Tsuna se había vuelto más grande.

-¡No te distraigas!-.

Escucho el grito de Lambo y volteo y apenas fue capaz de esquivar la bala de Reborn.

Lambo también estaba dándose cuenta que el poder de Tsuna era muy grande.

-E-eso... es apenas un... poco de su poder... el Decimo es aún más fuerte-.

Lambo dejo la barrera alrededor de la batalla de los otros y decidió atacar.

-Vamos, Ryohei-.

Ambos se acercaron a Tsuna, y la batalla comenzó entre ellos, Gokudera tomo su anillo de la tormenta y se lo coloco en el dedo, encendió la llama y saco su arma Vongola, el arco. Apunto a donde estaba Reborn y dejo la flecha caer junto a Mukuro y lo miro.

-¡Convoca llamas de niebla, hagamos eso!-.

Mukuro cubrió la flecha con llamas de niebla y se acercó a Hibari.

-¿Tienes otra tonfa?-.

Hibari le arrojo la tonfa que llevaba y saco una caja del bolsillo de su saco, de ahí saco dos nuevas tonfas y continúo persiguiendo a Reborn. Mukuro tomo la tonfa y se la lanzo a Gokudera, el chico la tomoó y se dio cuenta que aún tenía llamas de nube, sonrió, era mejor de lo que esperaba. Corrió hacía el Decimo y clavo la tonfa a su lado.

-¡Yamamoto dame una de tus espadas!-.

El chico algo confundido se la arrojo y logro esquivar apenas una bala de Reborn. Reborn cansado de la situación saco a Leon y Leon se volvió el arma que necesitaban. Reborn esta vez no esquivo el arma de Yamamoto, la detuvo con su arma y le disparo, Yamamoto se dio cuenta que Reborn se estaba poniendo serió, Mukuro se acercó rápido.

-Cuando les de la señal salten-.

Yamamoto asintió y atrás Hibari lo escucho.

Gokudera arrojo el arma de Yamamoto en el suelo junto a Lambo y Lambo miro el arma que había quedado clavada y además tenía llamas de nube que Gokudera la había puesto.

-¡Dale con un rayo!-.

Gokudera expandió sus llamas de tormenta entre las armas formando un campo de tormenta, Lambo se dio cuenta que el chico quería hacer su poder más potente, la tormenta que lo destruye todo. Lambo sonrió y tomando un rayo lo hizo caer en el arma de Yamamoto, Tsuna que peleaba contra la ilusión se dio cuenta y saltó, Mukuro le indico a los otros que saltaran y Reborn no pudo hacerlo porque Mukuro le aventó el tridente provocando que sólo pudiera evitar el arma.

Reborn recibió parte de la descarga pero fue capaz de saltar al final, Yamamto se acercó y aunque no tenía el habito de aprovecharse de los débiles tenía que quitarle el arma a Reborn, Tsuna apareció y le dio un puñetazo que mando a Yamamoto aún lado de Mukuro.

-No te permitiré que lo toques... Yamamoto-.

Reborn se dio el tiempo para recuperarse un poco, pero el poder había sido impresionante y no podía coordinar sus movimientos. Estaría bien mientras Tsuna lo estuviera protegiendo.

-Yo me encargo de él, quítenle el arma al bebe-.

Dijo Hibari comenzando una lucha con Tsuna, estaba excitado y no podía evitarlo, Tsuna se veía como un oponente prometedor.

Yamamoto se levanto y Mukuro lo retuvo, el puñetazo de Tsuna siempre tenía llamas adentro, tormenta, nube, niebla, sol, lluvia, trueno, la que fuera, sus puños eran letales.

-¿Todo bien?-.

-N-no... creo que tenía llamas de tormenta...-.

-Vale, yo me encargo a partir de ahora-.

Gokudera apareció frente a Reborn y le quito el arma, Hibari le arrojo la bala mientras evitaba un puño de Tsuna con su tonfa, Gokudera cargo el arma con la bala que les daría la victoria y apunto a Tsuna. Tsuna apareció frente a él y de una patada le quito el arma y la tomó en el aire.

Todos se quedaron quietos, Tsuna tenía el arma y faltaban menos de treinta minutos para que el tiempo terminara. Reborn se puso en pie.

-¿Acaso ya se dieron por vencidos?-.

Gokudera reacciono y negó frenéticamente, no, no se iba a dar por vencido, por eso le había dicho a Mukuro que cubriera el campo con llamas de niebla.

Mukuro soltó una risita.

-No, ustedes pierden-.

Le arrojo algo a Gokudera y este sonrió al darse cuenta que era el arma, a su alrededor todo volvió a la normalidad y Tsuna se dio cuenta que lo que sostenía era la tonfa de Hibari. Miro a Gokudera y notó que este le apuntaba, sonrió y bajo al suelo, miro a Gokudera y este le disparo, la bala impacto en su frente y cayó al suelo.

Los guardianes habían ganado.

.


.

Podía sentir cada movimiento en su interior, y aunque no quería reaccionar lo hacía. Pronto sintió el metal contra su piel, el metal caliente quemaba su piel, grito pero él otro cubrió su boca y sonrió mientras le decía cosas que no lograba entender.

El metal contra su piel hizo una marca, pero él estaba luchando por soportar el dolor, el dolor fue tan intenso que pronto comenzó a quedar inconsciente, el otro le quito la mano de la boca y le sostuvo del mentón al ver que perdía la conciencia.

-Eres tan lindo... Usagi...-.

.

Se levanto tan rápido que se sintió mareado. Se sostuvo como pudo por miedo a caerse de la cama, tardo un rato en coordinar sus movimientos y una vez lo logro miro a su costado.

-¿Una pesadilla?-.

Dijo Reborn levantándose de la silla, Tsuna negó aunque sabía que mentía y se sentó en el costado de la cama.

-¿Ganaron?-.

-Claro, son tus guardines después de todo-.

-Lambo se ha vuelto muy bueno y Gokudera lo hizo muy bien... estoy sorprendo que sean tan buenos, me tienen intrigado, hicieron buen equipo-.

-Tú también me intrigas. ¿Desde cuando desarrollaste la habilidad de soportar las balas especiales?-.

-Desde que Xanxus-san me entrena-.

-Es un maldito mafioso... demasiado bueno para la mafia y un desgraciado para quien sea-.

-Xanxus-san es Xanxus-san-.

Reborn dio la vuelta y camino a la salida. Se detuvo en la puerta y se quedo quieto, volteo hasta mirar de frente a Tsuna.

-Los has ayudado al no luchar con ellos enserio... No hubieran tenido oportunidad si hubieras querido matarlos de verdad, sin duda fue un trabajo de equipo-.

Y se fue. Tsun soltó una risita y se recostó en la cama.

Pero quito la sonrisa y cerró los ojos.

-Usagi-.

El nombre, ese nombre le traía amargos recuerdos, toco algo en su costado y apretó los dientes, la marca estaba tan presente, tan reciente.

Se puso furioso, lágrimas de irá y de decepción se formaron en sus ojos y las derramo con enfado, estaba tan enojado, sólo quería matarlo, quería quitarle la dignidad como él lo había hecho, iba a hacerlo pagar con lágrimas de dolor todo lo que él le había hecho.

-Usagi...-.

Odiaba ese nombre, lo detestaba.

-Eres un imbécil... un imbécil...-.

Usagi.

Así era como lo llamaba él.

Notas finales:

Bueno, aquí creo que hubo un poco de 1827, aclarando que Haru y Hibari no salen juntos ya puedo poner un poco más de 1827.

A, sobre porque Tsuna tiene el habito de besar a Mukuro espero aclararlo pronto, porque claro, eso también tiene un porque, aquí todo tiene explicación. Además espero que les haya gustado ese ligero 6927, aunque Tsun parezca dominante no lo es, Tsuna puede ser y parecer una persona dominante, pero sabe que su verdadera personalidad se revela cuando esta Hibari aunque todavía no lo escribo, a Tsuna le gusta ser mimado por Hibari.

Bueno, disfruten este capitulo.

 


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