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Dietro il Cielo por yunmoon

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Notas del capitulo:

Para los interesados en el nombre tan peculiar de 'Usagi', hoy, en este capitulo mostramos la historia de Tsuna.

Para mis queridos lectores con corazón de pollo, tengan cerca un par de pañuelos.

Disfruten el capitulo once!!

DIETRO IL CIELO

By: Yunmoon

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Capitolo 11

Secretos 

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Gokudera entro a su habitación y dejo una bandeja con comida, se sentó a su lado y le toco el rostro.

-Decimo, Decimo-.

Llamo suavemente tratando de despertarlo. Sonrió cuando Tsuna comenzó a abrir los ojos. El peliplata se levanto de la cama permitiendo que su jefe se sentara en la cama. Despeinado y revelando su marca, Tsuna miro a Gokudera, cuando Gokudera pudo ver la marca apretó los dientes, pero no dijo nada.

-¿Se encuentra bien?-.

-Claro... Gracias por el desayuno-.

Gokudera tomo la bandeja que estaba sobre la mesa y la acerco a Tsuna, era lógico pensar que Gokudera era casi como una doncella, porque servir a Tsuna en todo sentido era lo que hacía todo el día, pero lo raro era que lo disfrutaba y eso era algo de lo que Reborn se burlaba. Gokudera se sentó a su lado y Tsuna miro la bandeja con comida, sin apetito, así era siempre en la mañana. Tsuna suspiro, tomo un panecillo y le dio una mordida, miro a Gokudera y prefirió comenzar decirle lo que pensaba hacer hoy.

-Hoy vamos a hablar acerca de la familia Gesso. Mi familia no tiene secretos conmigo, así que yo tampoco los tendré con ellos, voy a contarles todo-.

Gokudera miro a Tsuna, impasible pero sus ojos verdes se mostraban totalmente perturbados. Formo puños con las manos y los apretó. Todavía no podía evitar sentirse culpable, si hubiera estado ahí junto con Tsuna como debía de ser, si no se hubiera ido habría podido saber que Tsuna tenía un plan suicida, plan que le había causado ese gran dolor. Se acercó a Tsuna y le tomo las manos.

-Yo estaré ahí para apoyarlo, Decimo-.

Tsuna sonrió.

-Gracias, Hayato-.

Que le dijera Hayato era algo que le encantaba, pero en su momento fue algo que le recordaba que había hecho algo estúpido al irse y dejar solo a su querido Decimo, sin Reborn, sin Dino, totalmente solo, nadie pudo decirle que pensara lo que estaba haciendo, la decisión de su querido Decimo era noble, pero le había causado tanto dolor, había sido un plan sin sentido, ahora que lo pensaba no entendía porque había decidido algo tan a la ligera. Pero no era algo de lo que quisiera hablar o platicar como algo casual.

Tsuna comenzó a decirle Hayato después de que le contara todo, casi dos meses después de no verse. El que le dijera Hayato había sido como un tormento, recordándole lo incompetente que había sido.

-Me voy, por favor termine todo, las doncellas vendrán a recoger esto más tarde-.

-Claro, trabaja duro y no te sobre esfuerces-.

-Hare mi mejor esfuerzo-.

Dijo con una sonrisa y salió de la alcoba.

Jamás volvería a dejar solo a su querido Decimo, jamás.

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Cuando Tsuna se coloco la ropa sintió que alguien aparecía en la puerta de su alcoba, su segunda alcoba, un poco más pequeña que la otra, pero con más pasadizos secretos y vigilancia. Nadie que no tuviera su permiso podía entrar, eso incluía al chico que lo miraba impasible desde la entrada, no volteo a mirarlo porque podía mirarlo a través del espejo de cuerpo completo que tenía enfrente, de alguna forma ya se imaginaba que pronto vería su cara, por eso le había permitido el paso, había despejado su barrera de llamas de Cielo para que las llamas de Nube tuvieran libre acceso.

-¿Ocurre algo Hibari-san?-.

Probablemente le diría algo de Haru, no la había visto ayer y ese día no sabía si podría verla, se iría volando tan rápido como le fuera posible a la mansión Varia, tenía sus entrenamientos semanales con Xanxus y ya iba algo tarde.

-Quiero pelear contigo-.

Y ahí estaba la misma frase, pero Tsuna no quería, más bien, sentía que no podría hacerlo. Sentía que no iba a luchar enserio con él y que su guardián se enojara era una posibilidad alta, los sentimientos eran un fuerte lazo del que no podía escapar y por Hibari sentía muchas cosas que le evitaban verlo como en enemigo, incluso como alguien con quien luchar por un simple entrenamiento.

Decirle la verdad sería lo mejor, pero entonces Reborn le mataría.

Pero ahora no estaba Reborn.

-Pasa, Hibari-san-.

Y siendo egoísta como lo era ahora quería decirle todo. Que más daba, le faltaba vergüenza y le sobraba confianza.

Hibari entro y cerró la puerta detrás de él. Tsuna abrió la ventana y dejo que él aire entrara y refrescara la instancia.

-¿Hace buen día no?-.

-No vine a hablar del tiempo-.

Sonrió, era pedirle mucho el que quisiera hablar con él, Hibari solo hablaba con los golpes y al parecer eso no había cambiado, sus contestaciones solían ser cosas directas o bruscas, siempre era salvaje incluso con las palabras. En algún momento creyó que eso podría haber cambiado.

Pero al parecer eso no había pasado.

-Si yo no peleara enserio, ¿te enojarías?-.

-Sí-.

Contesto sin tener un poco de tacto y Tsuna supo que sus suposiciones eran correctas. Prefería que estuviera molesto a que lo odiara por no tomarlo en serio.

-Entonces no puedo luchar jamás contigo, Hibari-san-.

Hibari le miro irritado y saco una tonfa de Dios sabe donde, se acercó al castaño con un aura de lucha pero Tsuna no se movió, no iba a pelear con él porque sería como burlarse de Hibari y eso era algo que nunca se permitiría, odiaría a la persona que se burlara de su guardián y eso lo incluía a él mismo. Si no podía pelear enserio, entonces prefería no hacerlo.

-Lo siento Hibari-san, pero yo no puedo luchar enserio contigo. Me gustas aún y eso evita que quiera luchar contigo-.

Hibari se detuvo. Tsuna pensó que se le aventaría encima y de hecho prefería que lo golpeara y soltara todo su enfado, pero Hibari bajo la tonfa y lo miro de una forma profunda que le causo un escalofría en la columna vertebral.

-Eso a mi no me impide querer golpearte-.

Y dando media vuelta salió de la habitación. Tsuna se recargo en la pared a lado de la ventana, se deslizo en ella hasta quedar sentado en el suelo y un sonrojo apareció en su rostro. ¿Qué había sido eso? ¿Qué había querido decir? ¿Qué Hibari sentía algo por él? Se sintió feliz y luego culpable por sentirse feliz, pero aunque creyera que era amor no podía asegurarlo, Hibari no había hablado con claridad.

Tal vez Hibari sentía algo por él, no era seguro y de hecho casi aseguraba que se trataba de su retorcida mente.

Pero quería creer que Hibari había querido decir eso.

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Xanxus miro la carta que le había llegado. No quería verla porque no le apetecía saber lo que ese bebe arcobaleno del Sol quería decirle, pero a la vez sentía un algo que le decía que tenía que ver esa carta, chasqueando la lengua con enfado y antipatía tomo la carta y abrió el sobre rasgando el papel pero eso no hizo que se volviera difícil de leer.

Leyó cada letra y chasqueo de nuevo la lengua, aventó la hoja al aire y le disparo con su pistola, sus balas eran llamas del cielo. La carta se quemo y sus cenizas cayeron frente a él.

Sonrió de lado, ¿qué dejara de entrenar a Sawada Tsunayoshi?

Ni de broma, a ese pedazo de basura aún le faltaba mucho que aprender.

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A Tsuna no le extraño ser recibido por disparos y explosiones, se cubrió con los antebrazos y se coloco los guantes y encendió su llama mientras salía volando. Xanxus se dispuso a ser más rudo que nunca y en dos disparos lanzo dos drogas diferentes, si las drogas se mesclaban bien Tsunayoshi caería en un coma dentro de diez minutos, pero como lo supuso el líder de varia, el chico evito la droga más peligrosa y se acercó a la nube que contenía la droga más ligera.

Ese pedazo de basura era bueno, después de todo era su aprendiz. Miro a Squalo y le indico que dispara, mientras tanto Xanxus disparo dos veces e invoco a su león blanco. Tsuna invoco a su pequeño Natsu y le  indico que detuviera las balas de Xanxus con su rugido y evito la bala especial de Squalo. De repente sintió que entraba en una ilusión, una bala impacto en su cráneo y supo que era una bala de muerte, apretó los dientes y le indico a Natsu que lo purificara. Natsu se acercó y encendió sus llamas y estas aliviaron a Tsuna y la bala especial fue obligada de salir del cuerpo del castaño.

En algún momento ya tenía a Xanxus encima y a la ilusión también. Medio drogado, con un poco del efecto de la bala especial y agotado era obvio que Tsuna iba a perder.

Pero Xanxus sabía que lo obvio se volvió improbable cuando se trataba de ese mocoso. Tsuna sonrió de lado, tomo a Natsu y lo volvió un arma e impacto contra las armas de Xanxus quitándoselas. Xanxus chasqueo la lengua y sonrió.

Nunca dejaría de entrenar a ese niño, porque le excitaba mucho pelear con él y aún más que eso, le excitaba cuan fuerte se volvía día tras día.

Y ese arcobaleno del Sol podía joderse.

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Tsuna volvió a casa y fue recibido por una patada y un arma apuntando en su frente, si, era la cálida bienvenida de Reborn.

-¿Qué pasa?-.

-¿Vas a decirles todo? Gokudera me lo dijo-.

-Ese es el plan... Pero esto...-.

Señalo el arma que le apuntaba.

-Esto no estaba dentro del plan-.

-¿Verdad? Es tu castigo por seguir entrenando con Xanxus-.

-Pero me gusta entrenar con Xanxus-san, hoy quiso inducirme al coma, pero todo termino bien-.

Reborn acercó el cañón aún más a su frente.

-Si no te mata él te matare yo. Entrena con Hibari si te quieres volver fuerte-.

-No, no entrenare con Hibari-san y ya se lo he dicho a él-.

-¿Por qué no?-.

-Tú lo sabes y si te lo digo tal vez quieras matarme-.

-Borra esos sentimientos, o puedes morir enserio-.

-No se borraran porque tú lo digas, pero trato de ignorarlos... De todas formas no peleare contra Hibari-san jamás-.

Reborn retiro el arma y permitió que el castaño se levantara, el chico se sacudió la ropa y miro de reojo a Reborn, no entendía porque insistía tanto en que dejara de pelear con Xanxus.

-Hoy, la familia Gesso hiso un nuevo movimiento, no están utilizando poderes de la tierra... por ahora-.

Tsuna se quedo quieto, sin hablar, sin moverse y casi sin respirar. Comenzó a temblar.

-¿Movimiento?-.

-Están penetrando por la parte este de Italia, presiento que están usando la ruta que solían ocupar los vendedores de droga. Al parecer están filtrando su poder de la Tierra... Sea lo que sea que quería, viene con la intensión de obtenerlo-.

Tsuna trago saliva. Ciertamente estaba aterrorizado.

-Y-yo... Me fui... me fui y lo deje... no permití que me mantuviera encerrado más... Escape y él... me busca...--.

Reborn sabía de su temor. Sin aguantarlo más -porque ya había esperado tres años- abrazó a Tsuna. Lo estrecho y el pequeño cuerpo del castaño se sintió más pequeño entre sus brazos, Tsuna estaba tan asustado que no noto que el arcobaleno lo abrazaba. Reborn susurro palabras que para Tsuna fueron indescifrares, y luego el arcobaleno le pidió perdón una y otra vez. En algún momento Reborn reacciono y lo soltó precipitadamente, Tsuna ya había reaccionado y lo miraba totalmente sorprendido, se miraron a los ojos y Reborn chasqueo la lengua mientras daba media vuelta, pero no avanzo.

-¿Reborn?-.

-Mueve el trasero, hay algo que tienes que decirle a tus guardianes para que entiendan porque la familia Gesso nos caza-.

-Reborn tu...-.

-No hablemos jamás de esto-.

Declaro secamente, pero Tsuna estaba impactado, ¿qué no hablaran de eso nunca? Bueno, si se ponía a pensar, el arcobaleno del Sol era conocido como el mejor asesino a sueldo del mundo de la mafia, su fría personalidad también era conocida. Tsuna supuso que no quería que su reputación fuera manchada con el acto que acababa de hacer.

Pero quería una explicación, que Reborn lo abrazara así era extraño, Reborn jamás le había abrazado y había pensado que nunca en su vida lo haría.

-Reborn...-.

-Nunca. Hablaremos. De. Esto-.

Dijo mientras veía a Tsuna, Tsuna lo miro sin miedo, hace mucho que había perdido el miedo por ese bebe, ahora le tenía un respeto, pero no porque lo creyera superior a él, Tsuna veía a Reborn como un igual y le tenía respeto porque lo había entrenado todo ese tiempo. Reborn comenzó a caminar sin mirar a Tsuna.

Y Tsuna decidió que preguntarle era igual de ridículo que pedirle a Xanxus una taza de té. Soltó un suspiro y camino hacía donde se dirigía Reborn, ya se imaginaba que su camino lo llevaría a la sala.

Todos estaban reunidos, Tsuna se pregunto su Hibari estaba ahí y lo vio en un rincón alimentando a su pequeño Hibird. Reborn se sentó aún lado de Yamamoto, por seguridad miro a su alrededor, sin Hana o Haru todo se veía tranquilo. Chrome admiraba algo en la ventana mientras abría su boca o formaba sonrisas, Mukuro tenía los ojos cerrados, sentado al lado derecho de Chrome, la chica estaba entre Mukuro y Gokudera.

Ryohei hablaba con Lambo en una voz normal, sonrió, ese Ryohei se asemejaba mucho al que habían conocido en ese futuro, se veía tan confiable y Lambo parecía tan serió, realmente parecía esforzarse por ser como ese Lambo de veinticinco años.

Dino hablaba de algo con Lal Mirch, en ese momento Tsuna se pregunto donde se habrían metido esos dos, probablemente Reborn lo sabría y esperaba que ya les hubiera contado sobre los últimos sucesos.

Todos advirtieron su presencia y miraron a la entrada, él les sonrió con tranquilidad, se dio cuenta que llevaba la ropa después de su entrenamiento con Xanxus, probablemente tenía tierra y sangre, Gokudera se levanto pero Tsuna alzo una mano.

-Estoy bien, fue solo por mi entrenamiento con Xanxus-san... Me iré a cambiar, vuelvo enseguida-.

Gokudera asintió y él se marcho a paso rápido. No quería a Gokudera preguntando y pidiéndole explicaciones. Una parte de él odiaba dar explicaciones, era el jefe y no tenía porque darlas, pero luego recordaba que Gokudera solo se preocupaba.

Volvió en menos de diez minutos, pero esta vez no llevaba un saco o una corbata, solo vestía unos pantalones negros y una blusa gris claro, se sentó en la silla de enfrente y saco una corbata de su bolsillo, Chrome sonrió y se levanto dejando su tridente en manos de Mukuro, se acercó a Tsuna y tomo la corbata y comenzó a colocársela. Pocos sabían que esa niña tenía una extraña afición a preocuparse por el jefe como si fuera su madre. Chrome la termino de colocar la corbata y sonrió.

-El azul te pega-.

Dijo y volvió a su lugar. Tsuna le sonrió.

Yamamoto sintió una extraña armonía entre Chrome y Tsuna, probablemente existía un gran cariño entre ellos, ¿y si era amor? No lo sabía y decidió ignorar eso.

Reborn, harto del silencio miro a Tsuna. Y Tsuna entendió enseguida el mensaje que transmitía su mirada.

-Con la prueba de los guardines lista. Voy a explicarles los últimos acontecimientos-.

Hibari dejo de mirar a Hibird al escuchar la voz de Tsuna. Sus ojos metálicos viajaron por toda la sala y luego se centraron en el castaño.

-La familia Gesso es un enemigo de Vongola desde antes de que el Noveno fuero ascendido como líder de Vongola. Hoy en día no se meten tanto con nosotros y nosotros no nos metemos con ellos, con su actual líder parece que perdieron interés por Italia y comenzaron a decaer un poco. Mis investigadores dicen que su líder no es de los que les importe el poder o el territorio, solo le importa complacerse a si mismo-.

Dino frunció el ceño, Lal Mirch miraba a Reborn, él estaba inusualmente tranquilo pero a la vez parecía un poco desesperado.

-Al convertirme en líder de Vongola hubo un relevo en el mando y los guardines formaron parte de Vongola tomando cargos en los grupos especiales. Hayato fue entrenado para ser mi mano derecha y Mukuro para ser mi asesor en estrategias, Chrome decidió no tomar algún cargo en Vongola. Por decisión unánime la fuerza especial de Vongola, un grupo vigilante, fue asignada a Hibari-san-.

Hibari lo miro sin realmente tener interés en sus palabras.

-Yamamoto... Reborn decidió por su cuenta que entraras a la rama de Varia, un grupo de asesinos que se encargan de matar a sangre fría. Dino-san lo platico contigo antes, ¿cierto?-.

-Si, me dijo sobre eso-.

-Entraras en la rama principal como compañero de misiones de Squalo-san y Fran-kun, son con los que mejor trabajaras, te lo aseguro. Y te entregaran un grupo de Varia-.

La voz de Tsuna, que había cambiado con el tiempo, parecía armoniosa y a la vez confiable, parecía que hubieran entrado en una esfera de tranquilidad, Yamamoto se imagino que se trataba de la llama natural de Cielo que poseía Tsuna.

-Al darme cuenta de tus capacidades, Lambo, estarás en el escuadrón de estrategas, Mukuro será tu asesor mientras te acostumbras, si llegas a superarlo, Mukuro te dará el puesto de estratega principal. Después de todo Mukuro es mi compañero de misiones y esta con otro grupo externo de Vongola-.

Mukuro miro a Lambo y este sintió un escalofrió en la Columba vertebral.

-Ryohei fue asignado como líder de la defensa interna de Vongola, Ryohei te encargas de liderar grupos en Vongola y también estas en el grupo de espías con Chrome, ella te ayudara al principio, cuento con los dos-.

Ambos asintieron.

-Dejando eso en claro, todos tiene la libertad de trabajar en solitario en las misiones o de auto asignarse misiones que yo revise de ante mano. Los grupos a los que están a cargo también tienen un segundo líder por si alguno quiero tomarse un tiempo-.

Tsuna paro un segundo y miro a Reborn.

-Hablemos un poco de nuestra instancia en Italia, Reborn, Mukuro, Chrome, Hayato-.

Los cuatro miraron a Tsuna.

-Los arcobaleno rompieron su maldición al ya no ser necesarios. Reborn volvió a su forma verdadera, creo que tiene veinticinco años, ¿Reborn?-.

-Veinticuatro-.

Tsuna asintió.

-Hayato se entreno con Varia, así que no lo hagan enojar mucho, Belphegor le enseño mañas de asesino a sangre fría-.

-¡Decimo!-.

Yamamoto lo miro, así que estaba en lo correcto, Gokudera era realmente fuerte.

-Mukuro y Chrome han entrenado por su cuenta, hace más o menos cuatro años acogieron a un chico. Se llama Fran, él se volvió de Varia hace un par de meses, desconozco hasta donde llega el potencial de su poder, pero... Fran no es precisamente alguien normal... aún me pregunto porque Varia no lo ha matado... Supongo que se debe a que tiene once-.

Gokudera miro a Tsuna. Apretó los puños y abrió la boca y comenzó a hablar después que Tsuna termino.

-Yo no salgo de la mansión Vongola a menos que sea necesario. No lucho porque fue una orden del Decimo...-.

Tsuna lo miro con interés, preguntándose si diría todo o no.

-Después que herí al Decimo perdí mi confianza, por eso no peleo-.

Hibari miro por primera vez con interés, Yamamoto miro a Lambo y este miraba a Tsuna. Tsuna tenía una sonrisa en el rostro, estaba impresionado de que Gokudera dijera la verdad, pero supuso que todo se trataba de lo que había dicho, no más secretos en la familia. Como la atmosfera se puso tensa Tsuna soltó un carraspeo.

-Hagamos una pausa y tomemos algo de té-.

-No somos ingleses-.

Soltó Mukuro son una sonrisa.

-Pero somos japoneses y nos encanta el té verde-.

Dijo él con una sonrisa y Yamamoto soltó una risa.

-¡Con sushi!-.

Dijo el chico y Gokudera lo miro con enfado pero se levanto.

-Voy a pedirlo, Decimo-.

-Claro-.

Paso alrededor de diez minutos para que volviera Gokudera con cuatro doncellas que empezaron a repartir el té y dejaron sushi en la mesa del centro, con una sonrisa Yamamoto se dispuso a comer. Ninguna se acercó a Hibari y Tsuna sonrió al ver que Dino se levantaba con una taza de té y se la daba al chico, Hibari tomo la taza, Tsuna se pregunto si ya se habría cansado de estar de pie, pero de hecho se veía muy tranquilo. Cuando la mayoría ya estaba tranquilo en su asiento Lambo miro a Tsuna y soltó lo siguiente.

-¿Esta bien que hablemos como si nada? ¿No tendremos personas espiándonos?-.

Gokudera soltó un bufido de arrogancia.

-Claro que no. Esta sala esta resguardada con llamas de tormenta y de cielo. Esas doncellas pudieran entrar aquí porque el Decimo se los autorizo, sin su permiso habrían muerto al instante-.

Por primera vez Hibari hablo.

-Existen especialistas capaz de penetrar en las barreras de llama-.

Gokudera le miro mal.

-Imposible, estas hablando de una llama pura-.

-Pura o no. El bebe y yo fuimos capaces de entrar a su oficina, la cual solo se puede abrir con llamas de cielo-.

Reborn soltó una risita que no fue desapercibida por nadie.

-Eso fue suerte. Él ya esta acostumbrado a mis intromisiones, así que su cerradura se volvió inestable para que yo pudiera entrar, si entraste fue porque pensó que se trataba de mi-.

Dino miro, sin poder creerlo, a Reborn, ¿esas palabras habían sido una demostración de celos? No, no eran celos, era un reproche a Tsuna por permitirle la entrada a Hibari a su oficina, por permitirle entrar a un lugar donde solo y solo el arcobaleno tenía permitida la entrada de esa forma. Se puso ansioso y lanzó una mirada de Hibari a Reborn, oh, parecían dos perros peleando por un pedazo de bistec, la mirada que se lanzaban esos dos era como para guardarla en una foto, pero sabía que tomar una foto en ese momento no sería nada bueno.

-Reborn, Hibari-san tiene razón. Existen especialistas que pueden entrar en las barreras incluso de llamas de cielo. Pero dentro de la mansión Vongola esta mi gente de más confianza, Reborn solo permitió el acceso a gente que él conocía y Gokudera los monitorea todo el día, tengo confianza en sus decisiones-.

La cosa se había puesto tensa otra vez. Soltó un suspiro, Reborn se estaba portando raro.

-Retomemos la conversación, chicos-.

Cuando todo pareció más tranquilo Tsuna volvió a tomar la conversación.

-Aclarando lo otro. Esta la familia Gesso. Cuando entramos a Vongola no teníamos interacciones con la familia Gesso, pero de pronto su líder empezó a penetrar la parte sur de Italia, tuvimos confrontaciones, aunque la familia Gesso se mostraba inactiva tienen fuertes aliados que están en contra de la familia Vongola. Mis primeras misiones con esa familia fue la eliminación en el sur y centro de Italia, hacer retroceder y eliminar parcial o totalmente-.

Aunque sonara duro, una de esas ocasiones fue la primera vez que vio a un niño matar a sangre fría y no se refería a él mismo, sino a Reborn. Reborn en ese entonces tenía un cuerpo de un niño de diez años como Fuuta y con esa apariencia tranquila había disparado a un hombre en la cabeza, frente a los ojos de Tsuna, el hombre ni siquiera grito, después del disparo no hubo nada, el disparo fue tan rápido que el hombre solo cayó al suelo, con la herida en la cabeza la sangre salió dejando un gran charco. Tsuna estaba tan impactado que no se había percatado que la sangre le había salpicado la ropa y parte del rostro, Reborn era aterrador cuando mataba con esa mirada.

Volvió en si y retomo su plática.

-A los casi tres años una carta me fue enviada. La familia Gesso quería tener una conversación conmigo acerca del territorio que estaba tomando, decían que se iban a retirar y querían tener una conversación. Acepte-.

Dino sintió que se la oprimía el corazón, Gokudera apretó los puños, Chorme miro de forma angustiada a Tsuna, Mukuro se mantuvo un tanto imperturbable y Reborn apretó la mandíbula, de verdad lo iba a decir todo y eso era algo que les oprimía, de cierta forma, el corazón.

-Acepte tener esa charla me sentí capaz incluso de combatirlo, en ese entonces, me sentía arrogante. Fui al lugar sin decirle nada a nadie, absolutamente nadie sabía que yo asistiría a esa cita. Cuando llegue al lugar indicado su líder me recibió...-.

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Las calles sucias de la parte baja de Italia era algo que le daba escalofríos. Tsuna miraba a su alrededor sin fijarse realmente en nada, ya no era un cobarde, pero la zona era horrible y era de noche, le daba escalofríos. Se quedo parado en medio de la calle, le habían dicho que esperara ahí y que ellos lo recibirían. Por si acaso mantuvo cerca de él sus píldoras y sus guantes, traía puesta una capa, Reborn le había dicho que esas capas absorbían llamas y lo protegían, esa fue la primera vez que utilizo una.

Sintió una presencia y por precaución acerco más las píldoras.

-¿Decimo Vongola?-.

Tsuna miro entre la niebla y se pregunto si serían ilusiones, pero rechazo eso, no sentía la presencia de llamas de la niebla cerca. Miro al hombre, alto, de cabello rojizo ojos aguamarina, piel clara, se veía realmente joven, como Dino. De alguna forma sintió confianza y comenzó a bajar las manos y la guardia, aunque atrás de él habían otros dos hombres no le importo bajar sus defensas.

Primer error.

-Sí, ese soy yo-.

El hombre se mostro gentil, estiro la mano en forma de saludo.

-Mi nombre es Adelpho. Soy el líder de la familia Gesso-.

Tsuna tomo su mano.

-Mi nombre es Tsunayoshi Sawada, Decimo jefe de la familia Vongola-.

El hombre dio un leve apretón a su mano, admiro su rostro y elevo su mano, acaricio con el pulgar el dorso antes de besarlo y le sonrió.

-Claro que se quien es, Decimo Vongola-.

Tsuna alzo la ceja, se pregunto si se trataba de amabilidad, pero besarle la mano a un hombre no le parecía sensato. A pesar de sus pensamientos sonrió y dio un paso atrás cuando él le soltó la mano, se sentía avergonzado.

-Vamos a mi cuartel, hablaremos sobre mi propuesta-.

Tsuna asintió.

-Por favor, sígame-.

Soltó el hombre y Tsuna lo siguió, entraron en un callejón obscuro y sucio, los olores eran apreciables, pero no era como si la mafia viviera en campos de flores. Se detuvieron frente a un edificio y él hombre abrió la puerta asiéndolo pasar, Tsuna paso primero y el hombre lo hizo después. El lugar era totalmente diferente al exterior, era cálido y confortable, con un exquisito gusto y una elegancia insensata, un lugar así en un lugar tan inmundo era algo casi inconcebible.

-Siéntase cómodo, si desea quitarse la capa hágalo-.

El hombre se quito el saco que llevaba mostrando su ropa informal, unos sencillos jeans claros y una camisa blanca. Tsuna se sintió avergonzado de llevar un traje blanco con la blusa negra, se quito la capa y olvido por completo que ahí dentro tenía sus píldoras.

Segundo error.

El hombre le ordeno pasar a lo que intuyo se trataba de un comedor y se sentó frente a él en la gran mesa, había vino y comida, todo se veía delicioso.

-Por favor, no dude en comer, los negocios en la mesa no son mis favoritos, pero son reconfortantes-.

Tsuna asintió y espero a que ese hombre comiera, el pelirrojo tomo la copa de vino blanco y la llevo a su boca, Tsuna no tomo vino y prefirió el agua, no toleraba el alcohol.

Tercer error.

El hombre comenzó a hablarle de lo disgustado que estaba que hubieran eliminado a sus escuadrones, dijo que retroceder era algo que no quería hacer porque solo deseaba mandarle un mensaje. Tsuna alego diciéndole que sus escuadrones estaban asesinando gente y la seguridad de Italia era algo con lo que no jugaría, el hombre se disculpo, diciéndole que no sabía que su gente estaba matando civiles.

-Mis más sinceras disculpas, entiendo ahora el porque los ha matado, no tenía ni idea-.

Pero lo escalofriante de todo era que no paraba de sonreír, le recordaba un poco a Byakuran. Ahora comprendía un poco la locura. El hombre detuvo su plática y miro su reloj de muñeca.

-Oh, vaya, quince minutos... Creo que sería descortés no decirlo, buenas noches-.

En ese momento sintió el cuerpo débil, ¿lo habían drogado? Probablemente y parecía ser una droga fuerte, en menos de cinco segundos todo se volvió negro y perdió la consciencia.

Cuando abrió los ojos se sintió mareado y le pesaban los parpados, la cabeza le dolía demasiado y sentía que le explotaría en cualquier momento, estuvo aturdido alrededor de tres minutos y reacciono cuando sintió algo frió en el pecho.

-¿Ya no estas aturdido?-.

Asintió torpemente y trato de mover las manos para tocarse la frente, pero no pudo. Trato de mover los pies y también se vio imposibilitado, se dio cuenta que estaba atado, sin los zapatos, sin el saco y sin la corbata, con la camisa desabotonada, atado en una cama, con ese hombre a su costado con una sonrisa que lo saco de quicio.

-¿Qué demonios?-.

-Sh... No hables mal, que un chico tan lindo sea tan mal hablado me hace enfadar-.

Oh Dios, ¿le había dicho chico lindo? Trago saliva y lo miro.

-¿Qué esta pasando?-.

Él pelirrojo sonrió y deslizo el hielo por su pecho hasta su ombligo, Tsuna sintió el deslizamiento y unos escalofríos lo recorrieron de pies a cabeza.

-Hmm... Pues cuando me mandaron un historial del Decimo Vongola me pareciste atractivo, así que me propuse a tenerte. Entrar a tu territorio era una manera de atraerte y mírate, bajaste cada una de tus defensas, te quitaste tu protección al poner un pie en mi guarida y preferiste el agua al vino, ¿Uh? Un error tras otro... Y ahora eres mío-.

Tembló de nuevo con cada palabra.

-Usted...-.

-Sí, te puse una trampa y caíste en ella sin si quiera darte cuenta. Me pone feliz que no hayas puesto resistencia, me habría lamentado mucho haberte golpeado. Con la preciosa cara que tienes-.

Le acarició el rostro y Tsuna se sintió enfermo.

-¿Por qué?-.

-¿No me escuchaste? Quería tenerte... Voy a hacerte mío, serás un lindo amante-.

-¿D-de qué rayos est...?-.

El golpe que recibió le volteo el rostro y su mejilla quedo roja, la sangre bajo por su labio y sus ojos se abrieron, lo había abofeteado, y lo había hecho fuerte, el líder de la familia Gesso le tomo de las mejillas y lo miro a los ojos.

-Te dije que me hace enfadar que hables con esas palabras... Tu linda boca solo debe decir cosas bellas, mi amor-.

Se asusto y tembló, el otro sonrió y bajo a su boca y lo beso, se negó a responderle y apretó los labios, el otro sonrió y le mordió un poco, al ver que eso no funcionaba apretó su mejilla herida y Tsuna soltó un gemido de dolor y el pelirrojo aprovecho para besarlo de una forma lasciva, arremetió con su lengua y succiono todo lo que pudo, se separo para respirar un poco y volvió a besarlo, cuando se separo le sonrió y lamio la saliva que bajaba por su mentón hasta su boca, Tsuna tenía una expresión preciosa que lo éxito de sobre manera, estaba tan lindo.

-Sin duda, eres perfecto... Mejor que cualquier mujer, tan hermoso como nadie... Serás mío-.

-B-Basta... Por favor...-.

-No te preocupes, pronto me pedirás tú mismo que te posea... Por lo mientras estas sucio, necesitas un baño y un cambio de ropa, alguien te ayudara, cariño-.

Su cuerpo no se movía a su voluntad, así que cuando las mujeres empezaron a desnudarlo en el cuarto de baño fue incapaz de detenerlas, su mente estaba casi bloqueada, ¿iba a ser tomado por un hombre? La sola idea le aterraba, miro a una chica.

-Sáquenme de aquí, por favor, se los suplico-.

Ellas le miraron alarmadas pero lo ignoraron, cuando terminaron de bañarlo lo vistieron con un kimono y se sintió ofendido al notar que era uno de chica, lo llevaron a la cama y por fin sintió que podía moverse. Ellas salieron de inmediato y el pelirrojo entro enseguida.

-Oh Dios. Estas tan hermoso... No puedo esperar más-.

Se acercó a él y comenzó a quitarse la ropa, aterrado retrocedió en la cama, no tenía fuerzas y su cuerpo no seguía sus órdenes, se sentía tan aterrado que comenzó a llorar.

-No, por favor, no...-.

El pelirrojo soltó una risita y acarició su rostro.

-Tan hermoso... no seas tímido, di mi nombre, mi amor-.

-N-no... No-.

Lo beso sin pedir permiso y acarició sus piernas bajo la tela del kimono azul, trato de alejarlo, trato desesperadamente de alejarlo, pero apenas tenía fuerzas para hablar. Sintió que abría el kimono por la parte del pecho y acariciaba sus pezones, oh no, de verdad iba a hacerlo, de verdad iba a tomarlo.

-¡Por favor! ¡Por favor para!-.

Pero él lo ignoraba.

Fue cuestión de minutos cuando lo tomo por primera vez, una y otra vez. Cuando termino con él Tsuna estaba bloqueado, parecía muerto.

-Demasiado bueno... Demasiado hermosos, sin duda el mejor amante que he tenido en mi vida... Llamarte Tsunayoshi sería un pecado. Eres mío ahora, debes tener... mi marca-.

Pero Tsuna ya no escuchaba, se sentía adolorido, se sentía perdido, se sentía humillado, se sentía usado y despojado. Solo pudo llorar, de hecho ni siquiera noto que lloraba.

Adelpho abandono la alcoba dejándolo solo. Cuando eso sucedió Tsuna se levanto con todo prisa de la cama y cuando dio dos pasos cayó de bruces al suelo, no solo le dolía el trasero, la cadera y la espalda, si no que estaba atado en el tobillo.

Era como un esclavo, no, se corrigió, era un amante. Busco en la cómoda que estaba a un lado de la cama pero ahí solo había ropa, se dio cuenta que al lado había otra pero cuando se movió sintió todo el cuerpo adolorido, no podía si quiera levantarse del suelo, denigrado y humillado se subió a la cama, entonces quedo en shock cuando sintió que algo se deslizaba en el interior de sus muslos, no quería ver.

Pero coloco una mano ahí y aterrado sintió algo pegajoso, elevo la mano y soltó un jadeo de terror, eso era semen, él se había corrido dentro.

Lloro, con impotencia, con terror, con ira, había sido violado.

Quería matarlo.

Se quedo dormido hecho un ovillo en un rincón de la cama, fue despertado temprano por un delicioso olor, creyéndose en la mansión Vongola abrió los ojos lentamente.

-Gokude...-.

-Buenos días-.

Saludo una dama mientras depositaba una bandeja en la cómoda, dos chicas lo pusieron de pie y lo llevaron al cuarto de baño, lo limpiaron totalmente y le colocaron de nuevo un kimono, este era rojo con amarillo, con ayuda de ellas -porque le dolía la cadera y el trasero- llego a la cama y ellas le ayudaron a comer. La comida tenía droga y lo supo cuando ya se la había comido.

Quedo dormido casi al instante.

Cuando despertó sintió algo pesado sobre él, estaba aturdido pero soltó un sonido extraño, algo le estaba pasando.

Despertó cuando algo se adentro a él y soltó un jadeo de dolor.

-Oh, despiertas... buenos días, mi amor-.

Tsuna ni siquiera pudo luchar por liberarse, no podía moverse y ese hombre tenía las intensiones de tomarlo de nuevo, lloro con impotencia al darse cuando que no iba a poder hacer nada de nuevo.

Cuando él lo penetro lloro, estaba pasando de nuevo.

-No llores cariño. De hecho te tengo una sorpresa. Ya te tengo tu nuevo nombre, te llamaras Usagi. Quería ponerte un nombre italiano, pero eres japonés, así que preferí que tuvieras un nombre japonés, ¿no te gusta?-.

Pero Tsuna no respondió, el detuvo sus movimientos y le miro de forma peligrosa.

-¿No te gusta?-.

Tsuna tuvo miedo y asintió.

-M-me gusta...-.

-Perfecto-.

Y eso sucedió alrededor de cinco días. En el quinto toda su dignidad se perdió.

Adelpho como siempre llego a las ocho y comenzó a manosearlo y decirle lo hermoso y lindo que era. Luego de que lo hicieron una vez él comenzó para hacerlo una segunda vez. Pero esta vez alguien más entro por la puerta y supo que era una doncella de la casa, ella dejo algo en el cuarto y se fue, sin mirar nada.

Tsuna deseaba no responder, pero comenzaba a hacerlo, su cuerpo disfrutaba el placer y no podía evitar no soltar gemidos o apretar las sabanas. Adelpho lo penetro muy fuerte y de repente sintió algo quemarle la parte baja de la espalda.

-¡Aaaaah...!-.

Adelpho le cubrió la boca y Tsuna trato de quitarse la mano, sentía que se iba a asfixiar si no gritaba, la saliva comenzó a salir de su boca manchando la mano blanca del pelirrojo. Sus ojos se comenzaron a cerrar, no podía soportar más el dolor, no podía, comenzó a sentirse débil y quedo inconsciente por el dolor.

La marca había quedado en su piel. A la mañana siguiente alguien le estaba tratando la marca, era alguien que tenía llamas del Sol porque le herida ya no le dolía, él que le trataba la herida lo miro cuando noto que Tsuna ya estaba despertando.

-La herida ya esta cerrada, la marca ha quedado perfecta. Si llegases a escapar de aquí solo una persona totalmente capacitada con la llama del Sol será capaz de hacer desaparecer la marca, yo mismo he hecho lo imposible para que la marca sea irreversible. Adiós-.

Se toco la herida, se levanto y se miro al espejo de cuerpo completo que estaba ahí, la marca, era el escudo de la familia Gesso, era su propiedad, no solo le había cambiado el nombre si no que lo había marcado como su propiedad. No podía soportarlo más, ya no podía.

Ese día el pelirrojo no llego y una doncella el día siguiente le dijo que se había marchado a la casa principal. Había enloquecido, ya no podía continuar en esas condiciones y realmente no le importo escapar y morir en el proceso, si moría que más daba, era mejor que ser violado por ese hombre de nuevo, cuando encontró sus cosas se coloco solo la camisa y la capa y se fue, mato a muchos durante su escape y realmente no le importo, solo deseaba irse de ahí.

.

Yamamoto, Ryohei, Lambo e incluso Hibari estaban impresionados.

Yamamoto coloco los codos sobre las rodillas formo un puente con las manos y hundió la cara ahí. Ryohei se dejo caer al sofá, Lambo estaba tan impresionado que no se movía, Hibari apretaba tan fuerte la mandíbula que parecía querer romperse los dientes.

Gokudera apretó los dientes y Reborn sintió que quería reventar de irá. Dino miraba cualquier cosa menos a Tsuna y Lal Mirch solo fruncía el ceño.

De repente Hibari camino a la salida, Tsuna se levanto y lo detuvo.

-¿Hibari-san?-.

-Quítate-.

-Pero... ¿Qué piensas hacer?-.

-Voy a matarlo-.

Que no hubiera dicho morderlo hasta la muerte solo significaba que estaba realmente enojado, salió aventando fuera de su camino a Tsuna, sin esperar nada Tsuna salió detrás de él. Yamamoto miro a Gokudera.

-¿Qué rayos?-.

Gokudera aparto la vista.

Lambo reacciono y con el poco tacto que tenía hablo.

-¿Dónde mierda estabas metido Reborn? ¿Y tu cabeza-de-pulpo? ¿No se supone que tu lo cuidabas Dino? Y ustedes dos, doppelgängers, no se quedan atrás. ¿Dónde rayos estaban? Lo que la paso a Tsuna es todo culpa suya-.

-¡Tenemos que matar a ese tipo de una forma extremadamente dolorosa!-.

Yamamoto se había calmado y miraba al frente, donde había estado Tsuna, Gokudera decía una y otra vez que había sido su culpa, Dino decía cosas similares y Reborn no decía nada.

Lambo estaba tan indignado que se había ido hace mucho. Chrome estaba tan nerviosa que se había colocado muy cerca de Mukuro.

Todo estaba muy tenso.

Yamamoto se coloco de pie y se puso enfrente de Reborn.

-Iré por Lambo, a mi regreso espero una buena explicación-.

Yamamoto salió y todos se quedaron callados, tardo como quince minutos en volver con Lambo lo dejo de pie a su lado y miro a Reborn.

-Espero ansioso-.

Reborn elevo la vista y se puso de pie.

-Ninguno de nosotros estaba en la mansión Vongola. Gokudera fue de visita con su familia. Dino fue a Japón con Hibari. Mukuro y Chrome estaban de misión para nosotros y yo... estaba disfrutando de mi tiempo libre-.

Yamamoto tomo fuerte a Lambo de la muñeca, sabía que ese niño quería salir corriendo hacía Reborn y romperle un par de dientes.

-En si, ¿Tsuna decidió por su cuenta ir por el enemigo, solo?-.

-Así es-.

-¿Por qué?-.

-Porque pensó que sorprenderme con algo bueno iba a ser lo mejor. Pero era muy ingenuo como para hacerlo bien y eso debía de haberlo sabido-.

Yamamoto golpeo a Reborn y este trastabillo hasta caer al sofá sentado. El sombrero había caído al suelo y tenía sangre en la comisura de la boca, todos quedaron impactados. De un momento a otro Yamamoto sonrió y coloco una mano sobre el cabello del asesino que, como los otros, también le miraba impactado.

-Perdona, pero tus palabras solo decían que querías ser golpeado. Probablemente te sientes muy culpable, pequeñín. Espero que no hayas esperado mucho tiempo por ese golpe-.

Reborn seguía viéndolo, se limpio la sangre del labio y no dijo nada. Sí, había esperado mucho por ese golpe y por fin él mismo había entendido que era lo que quería, quería que Tsuna lo golpeara y le exigiera saber porque no había estado ahí para protegerlo.

De alguna forma todo se había vuelto tranquilo.

.


.

Tsuna detuvo a Hibari en la entrada y lo sujeto fuerte con ambos brazos.

-Por favor, para ya-.

-Quítate, herbívoro-.

-No. Primero tienes que calmarte-.

Hibari se volteo y la mirada que le lanzo dejo perturbado al castaño.

-¿Cómo voy a calmarme si acabo de enterarme que alguien se atrevió a tocarte?-.

Parecía triste y desesperado, Tsuna lo abrazó y Hibari le devolvió el abrazo, sus brazos cálidos y fuertes lo envolvieron, Tsuna recargo la mejilla en su pecho, eso era lo que deseaba, que cuando le dijera todo a Hibari, este le abrazara. Alzo el rostro y le sonrió.

-Hubo algo que me hizo sentir mejor. Mi primera vez fue contigo Hibari-san y eso me ayudo como no tienes ideas. Si hubiera sido con él, hubiera sido muy triste y frustrante para mí. Pero no fue así, fuiste tú y eso me hace muy feliz-.

Sin esperarlo Hibari estrello sus labios en los suyos y Tsuna lo acepto gustoso, se besaron de una forma desesperada, Hibari no se detuvo con un simple roce y profundizo su beso tanto como pudo hasta tocarle el alma, Tsuna disfruto cada segundo y una vez que el beso termino Hibari coloco la frente en el hombro del castaño.

Por un momento Tsuna se perdió en el espacio y en el tiempo, abrazo a Hibari y disfruto de la fría piel que a la vez le daba calidez, era irónico pero esa era la verdad. Sintió que debía de decirle algo que lo hiciera sentir mejor, quería que Hibari sintiera su corazón ligero.

-Pero todo eso ya paso. Yo ya deje que ese recuerdo pasara y ahora... todo esta bien... Hibari-san no debes de preocuparte nunca más-.

Hibari despego la frente de su hombro y Tsuna se sintió intimidado con su mirada metálica y se dio cuenta de que se había perdido de nuevo por la cercanía del chico que tenía enfrente. No quería que lo mirara, porque sentía que no podía contra su mirada, era débil contra él y lo aceptaba. Por eso Reborn le había dicho que no podía seguir con esos sentimientos, porque ser débil ya no era su derecho, como líder de Vongola ya no tenía derecho de ser débil.

Sabía que lo que sentía le traía problemas a Reborn más que a nadie. Se separo de Hibari, fuera como fuera no podía estar con él, porque se volvía débil, porque se volvía mimado, porque el sentimiento se volvía tan insoportable que, por alguna razón, también quiso terminar con todo el asunto de una buena vez, amar a alguien como Hibari no traía nada bueno, ni a Hibari, ni a él mismo.

Además, él ya estaba prometido.

-Hibari-san. Luchemos-.

Esa sería su única prueba, si podía luchar enserio con Hibari entonces podría luchar contra sus sentimientos.

Pensó que tal vez Hibari diría que no, y sonrió melancólico.

Pero contra todo pronóstico Hibari sonrió de lado saco una tonfa de entre sus ropas y miro a Tsuna con un aura asesina. Tsuna lo miro con una sonrisa divertida.

-¿Quieres que lo hagamos ahora, Hibari-san?-.

-¿Por qué no?-.

-¡Porque acabo de tener una batalla con Xanxus-san! ¡He llegado a mi limite!-.

-Que patético, herbívoro-.

-¡No soy patético! ¡Soy solo un ser humano!-.

-Hibari tiene razón, Dame-Tsuna eres patético-.

-¡Reborn! ¿Ya todos están mejor?-.

Reborn se acomodo el sombrero.

-Claro, después de todo yo estaba ahí-.

Tsuna entrecerró los ojos un poco, como si Reborn fuera a aclarar algo. Se acercó a Reborn. Se sintió un poco cansado pero enseguida saco ese pensamiento, tenía otras cosas que hacer. No podía darse el lujo de sentirse cansado.

-Tenemos que decirle lo otro a los guard...-.

Sorprendiendo a Reborn y a Hibari, Tsuna se desmayó, Reborn se acercó al instante y lo sostuvo entre sus brazos, soltó un suspiro y lo cargo en su hombro.

-Por eso le dije que no fuera hoy a su entrenamiento con Xanxus-.

Reborn miro atrás de si cuando sintió otra presencia, se imagino que se trataba del peliplata, de Gokudera.

-Antes que empieces con el jaleo. Mejor háblales sobre la familia Gesso, Gokudera-.

-Pero el Decimo...-.

-Él esta bien, ve hablarles de lo que te he dicho. Hibari, si quieres realmente matar al líder de la familia Gesso te recomiendo que escuches lo que Gokudera va a decir, yo voy a llevar a Dame-Tsuna a su habitación-.

Sin esperar respuestas o algo más Reborn se fue de ahí.

.


.

Incluso si todo se trataba del amor, no era algo que realmente le importara. En la mafia lo más cercano a cadenas de amor era la relación entre la familia. Eso era lo más cercano a sentir amor. Descartar el sentimiento del amor era algo que había hecho incluso antes de ser un arcobaleno, no era insensible, solo que nunca había sentido lo que era ese sentimiento.

Por eso, entre más le daba vueltas a las palabras de Dino más creía que el tipo era idiota. Amar a un hombre no solo era estúpido -teniendo en cuenta que él realmente tenía muchas amantes- si no que era imposible, más si ese hombre era el estúpido que arrojaba a la cama con poca delicadeza.

Tsuna no era alguien para amar. Para empezar que Tsuna amara a alguien era justo lo que no quería, era el líder de una familia mafiosa, y no hablaba de un grupo menor como la familia Bovino, hablaba del grupo con más categoría en el mundo de la mafia. Nadie se metía con Vongola por miedo a despertar a la mañana siguiente nadando con los peces. El amor no era algo que fuera útil en el mundo de la mafia. Por todo eso Tsuna no tenía el derecho a amar, podía decirle que amaba a Hibari con cada célula de su cuerpo, pero eso no era algo que le importara, el amor estaba determinantemente prohibido para él y por ende las palabras de Dino no podían ser verdaderas, de ninguna forma podía y nunca se enamoraría de Tsuna.

El titulo de Decimo Vongola lo exigía y eso era algo que Tsuna lo sabía.

Le toco la frente y como lo supuso Tsuna estaba caliente, ya llamaría a alguien que lo atendiera, porque él no tenía ganas ni tiempo como para hacerlo, dio media vuelta y se detuvo abruptamente cuando sintió que alguien lo jalaba del saco.

Debía de estar bromeando.

-Espera... Reborn...-.

Volteo la cabeza lentamente y lo miro de una forma amenazante, pero Tsuna parecía lo suficientemente dormido como para no decir nada sobre el asunto.

-Realmente... Lo pensé mientras dormía...-.

Reborn se soltó de su agarre y dio la vuelta para mirarlo de frente.

-Que tu me abrazaras... probablemente significa que... aún te sientes culpable por todo... ¿Verdad?-.

Reborn no dijo nada, ya le había dicho que no iba a hablar del tema y se mantendría firme. Aunque Tsuna estuviera hablando por el delirio de la fiebre él no le respondería, porque no tenía la intensión de aclarar sus propios sentimientos.

-En cualquier caso... si se tratara de eso... es porque... tú me quieres-.

La sola mención del sentimiento de "querer" le hizo fruncir el ceño y dio un paso dispuesto a noquearlo para que dejara de decir estupideces. Seguiría firme pasara lo que pasara, nunca iba a aclarar sus sentimientos, prefería que todo siguiera así, con él mismo ignorando el tema, tener sentimientos era lo mismo que tener debilidades y él nunca tendría debilidades, era el mejor asesino a sueldo de la mafia y eso iba a continuar.

-Cuando la maldición se rompió y mientras te veía crecer no pude evitar pensar: "Ah, es realmente un hombre hermoso". No te enojes... solo me pareciste increíblemente apuesto, no te había imaginado así nunca-.

Tsuna sonrió de lado. Reborn se había sonrojado tanto que había ocultado su mirada. Y volteaba el rostro, por alguna razón había sentido que la mirada de Tsuna quemaba.

-Y luego pasaron todas esas cosas... Realmente llegue a pensar que si... no amara a Hibari-san probablemente te hubiera amado a ti... Sinceramente me gustas Reborn... Te quiero... mucho-.

Cuando Tsuna cerró los ojos Reborn no espero que los abriera, y Tsuna no lo hizo, Tsuna había llegado a su limite y había quedado inconsciente por la fiebre.

Y Reborn había llegado al límite con la tapadera de sus propios sentimientos, querer ser firme ya no era algo que pudiera hacer, porque era muy consciente de sus sentimientos, tan consciente que le dio un pequeño dolor en el pecho, amor o no amor eso era demasiado para él, era algo que no quería aceptar nunca. Lentamente acerco su mano al rostro de Tsuna y le acaricio la mejilla, el dolor aumento tan drásticamente que sintió que realmente había llegado a su límite, en ese momento se permitió ser débil y pensar que probablemente estaba enamorado del estúpido que dormía, bien, pues que más daba. Estaba solo y nadie podría verlo ni escucharlo, que más daba.

-Me gustas-.

Soltó bajito mientras se agachaba y besaba a Tsuna en los labios.

.

.

Observo fijamente el espacio frente a él.

-¿Es aquí?-.

-Sí, este este lugar-.

Observo de nuevo, pero por lo que veía la grieta ya había sido cerrada.

-Ágamos los preparativos para abrir de nuevo la grieta-.

-Eso... Vamos a necesitar de cualquier llama del cielo, no es algo que podamos hacer solos-.

-Llamas de Cielo... solo un líder puede tenerla, ¿no?-.

-Sí, pero nosotros no tenemos contacto con ninguno... Bueno, solo él... Pero él aún no sabe de nuestra existencia así que nosotros no podemos contar con él...-.

El otro sonrió de lado y se levanto de su posición -de cuclillas frente al lugar donde había estado la grieta-.

-Bueno, podemos tomar la llama del que estuvo robándose nuestro poder-.

-¿Cómo? ¡No podemos! Deben de haberse vuelto...-.

-¡Pero que dices! ¡Si tú eres tan buena ellos no tendrán oportunidad contra ti! ¡Contra ninguno de nosotros!-.

-Pero...-.

Le sonrió a la chica que estaba frente a él.

-No te preocupes tanto. Después de todo pronto nosotros podremos presentarnos frente al líder Vongola y eso... es lo único que  importa-.

Notas finales:

Quienes pensaron que nunca volvería a escribir R27 pues que equivocados estaban, porque para este capitulo estaba presagiado este momento.

Realmente debo confesar que este capitulo es el inicio del 1827 y otra pareja que puede que no les guste mucho, a mi no me desagrada pero prefiero el 1827, pero la otra pareja será la encargada de provocar que Tsuna quiera volver a intentar salir con Hibari, pero a la vez que lo odie un poquito, lo lamento, pero Tsuna sentirá un poquito de rencor por Hibari y celos por otra persona.

Bueno, espero hayan disfrutado el capitulo.

Shao~ shao~


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