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Dietro il Cielo por yunmoon

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DIETRO IL CIELO

By: Yunmoon

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Capitolo 13

Luna

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-Tranquilízate... ¿Kyouya?-.

Hibari alzo las tonfas y Dino supo que no se iba a detener, de nuevo. Tomo su látigo con fuerza, era tan difícil hablar con él sin llegar a los golpes.

Antes al menos trataba de contenerse pero ahora no lo hacía ni de broma. Romario miraba todo desde la distancia junto con Kusakabe y Haru, la chica miraba todo con una sonrisa tranquila mientras bebía de una taza de porcelana fina, era una porcelana exquisita, le recordaba la blanca piel de Hibari, del que había estado enamorado años atrás, hasta que supo del amor que el pelinegro sentía por Tsuna y todo el amor que había sentido por Hibari se volvió rivalidad para ver quien conseguía el amor de Tsuna, una apuesta implícita entre los dos.

-¿Habéis visto el informe que he traído, Kusakabe-san?-.

El hombre miro a Haru y asintió.

-Si, al parecer el duplicar anillos se esta volviendo un negocio en la zona roja de Tokio, algunas provincias menores también lo hacen-.

-Deberíamos volver pronto a Japón, además mi año de baja esta por terminar-.

Dijo Haru mientras miraba una tonfa volar.

-A Kyouya-kun también le queda poco para volver a la escuela, ¿al igual que a ti, Kusakabe-kun?-.

Pregunto el subordinado de Dino.

-Si, solo nos dimos un tiempo-.

Romario soltó un suspiro ante la respuesta de Kusakabe.

-Deberían disfrutar más su tiempo de estudiantes, no volverá a repetirse-.

Haru sonrió.

-Pero entonces no podría disfrutar de mi tiempo con mis amigos... además, Takeshi dijo que se iba a trasladar a una universidad aquí, al igual que Ryohei y Lambo-kun-.

-Kyo-san no ha pensado ni un momento en dejar Namimori-.

Dijo Kusakabe y Haru soltó una risita.

-Obviamente no va a dejar a su amada ciudad. Pero si deja a Tsuna-san yo lo tomare sin tomar en cuenta sus sentimientos-.

Kusakabe y Romario miraron a Haru, Romario coloco una mano sobre la cabeza de la chica y le sonrió.

-El amor debe ser algo que se atesore mucho, tú eres realmente una buena jugadora en el amor-.

-Por supuesto, yo amo a Tsuna-san... Aunque creo que yo no seré la ganadora-.

Dijo con los ojos fijos en Hibari, tomo de nuevo su taza y la extendió al rubio que se acercaba con una sonrisa en el rostro, el rubio tomo la taza de té y bebió de ella.

-¡Estoy cansado!-.

Dino se sentó a su lado y la miro con una sonrisa.

-Vamos a ir a la mansión Vongola en un par de horas, ¿te quieres adelantar, Haru-chan?-.

-Claro-.

Haru se levanto de la silla y miro a Dino, se agacho a su altura y le beso la mejilla y susurro algo bajito que solo pudo ser escuchado por el rubio.

-¿Aún lo amas?-.

Se irguió y se fue de ahí, Romario miro a su líder sin entender que le había dicho Haru, Dino rió bajito y se levanto de la silla, miro a Hibari y extendió su látigo.

-¡Continuemos Kyouya!-.

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Gokudera miro desde la distancia el entrenamiento de Yamamoto, el espadachín había mejorado demasiado con el tiempo, aunque le gustaría más verlo practicar beisbol y no supo porque razón. De pronto sus ojos chocaron con los de Yamamoto y se levanto de su asiento, junto a la ventana del segundo piso, y se alejo, su error, no debía de estarlo viendo como si fuera un acosador, además no quería que ese chico malinterpretara algo.

Se detuvo en el pasillo cuando vio frente a él al espadachín.

-Gokudera-.

Sin mirarlo paso a su lado sin decirle nada, pero Yamamoto lo detuvo del brazo.

-Protejamos a Tsuna juntos-.

Dijo, Gokudera abrió los ojos sorprendido y se soltó rápidamente de su agarre.

-¿Qué dices idiota?-.

Dijo de forma ruda y girando para mirar a Yamamoto, pero fue de nuevo su error, la sonrisa de Yamamoto le hechizo y le bajo las defensas por completo.

-He dicho, que protejamos a Tsuna juntos. Gokudera, realmente te quiero-.

El peliplata apretó los puños.

-¡Te dije que yo...!-.

Yamamoto lo jalo del brazo y Gokudera choco contra su pecho, asustado por la cercanía trato de alejarlo, pero no pudo.

-Aceptare que prefieras cuidar a Tsuna y estar a su lado... pero tu amor dámelo a mí, por favor-.

Gokudera tragó saliva, si que era persistente, pero no podía aceptar eso, Yamamoto ya le gustaba y sentía que si comenzaba a salir con él iba a perder el propósito que tenía, cuidar al Decimo con su propia vida.

-Si... si yo saliera contigo... estoy seguro que olvidare lo importante que es el Decimo para mi... lo siento no puedo... yo...-.

-Yo te haré recordar que Tsuna es la prioridad de nuestra vida, yo te recordaré que necesita de nosotros, yo haré que cumplas ese propósito...-.

Gokudera se rindió, ese idiota le estaba permitiendo estar con Tsuna en cuerpo y alma a cambió de que le entregara su corazón a él, Yamamoto era un idiota, el idiota más grande de todo el mundo. Y aceptaba que él era el egoísta más grande también, pedirle a Yamamoto que le permitiera estar al lado de Tsuna sobre él era un pedido demasiado egoísta.

De esa relación no iba a salir nada bueno.

-Pero... solo te daré una oportunidad-.

Dijo el peliplata bastante nervioso, Yamamoto lo abrazó fuertemente y le beso el pelo. Gokudera se sonrojo y se sintió muy avergonzado, tenía que alejarlo, alguien podría verlos.

-¡Suéltame estúpido!-.

-¡Eres lindo, Gokudera!-.

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Tsuna se sentó en la sala junto con Hana y le sonrió mientras la chica comenzaba a contarle los detalles de su relación con Ryohei. Al parecer lo habían tenido difícil, Ryohei había tenido muchos problemas para hablarle debido a que le avergonzaba el hecho de que Hana fuera la amiga de su hermana menor. Tsuna soltó una risita cuando Hana le conto como le había propuesto matrimonio.

-Hana-san realmente ama mucho a onii-san-.

Hana soltó un suspiro.

-Claro, puede ser bastante enérgico como un niño, pero... simplemente me gusta así-.

-¿Kyoko-chan también sale con alguien?-.

Hana lo miro de reojo. Pero el chico no parecía afectado por preguntar eso, probablemente el enamoramiento que había tenido con su amiga había terminado, eso le produjo tristeza, pero sabía muy bien que eso era un poco obvio, Tsuna había cambiado demasiado, probablemente ya estaba enamorado de otra persona.

-Ahora esta enamora de alguien, pero no salen... al menos cuando me fui todavía no llegaban a tanto...-.

Tsuna sonrió. Le alegraba saber que Kyoko tenía una vida normal como estudiante, solo se sentía arrepentido de haberle quitado eso a sus guardianes y a las dos chicas que se encontraban a Italia, Hana y Haru. Hana se lamento un poco, por haberle mentido acerca de Kyoko, pero no era la indicada para contar la verdad.

-Realmente me gustaría que nadie se metiera en estos asuntos. Pero creo que contigo y con Haru ya no puedo hacer nada... pero sin duda yo las protegeré-.

Hana le sonrió y le acarició la mejilla de manera casi maternal, Tsuna se sorprendió y sintió melancolía en su interior.

-Esto es de parte de Nana-san, dijo que haría sentir bien a "Tsu-kun"-.

Tsuna sintió la calidez de su madre con esa caricia y tomo las manos de Hana, le sonrió de corazón, realmente le estaba agradecido de que le mandara el mensaje de su madre.

-Gracias, Hana-san-.

La puerta de la sala se abrió y Tsuna soltó lentamente las manos de Hana, por la puerta entro Gokudera y lo miro.

-Decimo, tiene visitas... lo espera en su oficina-.

Tsuna se levanto del sofá y miro a Hana.

-Ya hablaremos más tarde, Hana-san-.

Tsuna se dirigió a su oficina dejando a Hana sola con Gokudera, Gokudera miro a la chica y dio la vuelta dispuesto a irse, cuando estaba apunto de pasar el umbral de la puerta escucho la voz de la chica.

-¿Quién ha venido a verlo? Claro, si se puede saber-.

Gokudera la miro sobre el hombro, desvió el rostro y volteo al frente, Hana se levanto del sofá.

-Sabes lo que somos. Así que obviamente no es de tu incumbencia-.

Gokudera salió por la puerta y Hana volteo a ver el camino que había recorrido Tsuna, se imaginaba a que se refería, solo que era algo que no quería aceptar, que todas esas personas trabajaban en la mafia.

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Encendió su llama en el momento que abrió la puerta, sus ojos miraron fijamente al hombre adentro, le indico que se sentara y este lo hizo, Tsuna se sentó frente a su escritorio, no acostumbraba a recibir visitas dentro de la mansión, pero ese hombre era un caso especial.

-Decimo Vongola-.

-Byakuran-.

El hombre miro la cadena que tenía en el pie derecho y se levanto de la silla, miro fijamente a Tsuna y luego soltó una risita.

-Siento muchos deseos dentro de ti, estás totalmente corrompido, Tsunayoshi-kun-.

-De mí me encargo yo mismo-.

Tsuna estaba serio, mientras Byakuran sonreía con sorna y arrogancia. El de ojos lavanda se sentó de nuevo y coloco sus manos sobre el escritorio.

-He tomado las negociaciones que me ordenaste. El hecho que la materia siga siendo ilegal en el norte es simple, aparte de transmitir alimentos ellos transportan droga y armas para los grupos menos de la mafia, no es una amenaza pero son molestos como ratas. Y sobre lo otros, teníamos la razón, el líder de la familia Gesso, esta siendo auxiliado por otras familias. Y sobre la aguja que neutralizo tus llamas, Shou-chan dijo que todo se trata de un usuario de llamas de cielo, él fue el verdadero creador de ese neutralizador, y sin duda no se trata de Adelpho-.

Byakuran le sonreía, Tsuna se levanto y le tomo de la corbata con brutalidad.

-¿Qué más tienes, Byakuran?-.

-Tranquilo, esta sonrisa es natural-.

-Entonces, naturalmente yo te devolveré a tu celda-.

La mueca pacifica del rostro normalmente pacifico de Tsuna cambió a una sonrisa sádica y unos ojos letales, pero ni con la amenaza implicita Byakuran dejo de sonreír, diferente a lo que muchos imaginarían este comenzó a reír mientras se soltaba del torpe agarre de Tsuna.

Byakuran le miro de forma retadora, Tsuna lo supo, ese hombre no tenía la intención de decir nada. Bien, Tsuna se levanto de su asiento y tomo el teléfono, la sonrisita sádica continuaba distorsionando el rostro normalmente tranquilo de Tsuna, una faceta suya que utilizaba para hablar con los delincuentes y con Byakuran.

-Línea tres a cuatro, comunícamelo-.

Presiono el botón de altavoz y se sentó con una sonrisa victoriosa, Byakuran continuaba con su sonrisa juguetona.

-¿Tsuna-san?-.

Byakuran se altero un poco, lo suficiente para que Tsuna se diera cuenta.

-Shouchi-kun, tengo un favor que pedirte. Necesito que vuelvas a Italia por un tiempo, hay cosas que requieren te tu atención, en la parte noroeste...-.

Byakuran cortó la llamada y se levanto.

-¿Qué pretendes?-.

-¿Darle una misión?-.

-Sabes perfectamente que en ese lado esta toda la plaga-.

-¿De veras? ¿Crees que lastimen a Shoichi-kun? Vaya~ Eso me da igual-.

Su tono cantarín termino molestando a Byakuran. El peliblanco volvió a sentarse, su sonrisita burlona había cambiado a una ligeramente nerviosa, Tsuna conocía a Byakuran y conocía su debilidad, Irie Shoichi y la utilizaría si era necesario.

-Al parecer están creando armas capaces de neutralizar los poderes de las llamas y evitando usarlas. Dicen que el creador de estas armas es un propietario de la llama del trueno y este es capaz de utilizar las restantes llamas, nube, niebla, tormenta, sol y lluvia, ha excepción de la llama del cielo. Pero la manipulación que ha utilizado es nueva, Verde incluso esta comenzando una investigación más profunda-.

Tsuna recargo la espalda a la silla y miro distraídamente la nada, sus ojos más claros de lo normal realmente no revelaban nada, pero Byakuran podía notar algo diferente.

-¿Estas comenzando a notar tu podrida personalidad?-.

Tsuna miro a Byakuran y le sonrió con una gentileza inexistente.

-Mi personalidad es podrida, pero tú y tu mundo perfecto es una locura, estas enfermo-.

Byakuran tomo distraídamente un lápiz que estaba sobre el escritorio y comenzó a juguetear con él mientras miraba por la ventana de la oficina de Tsuna.

-Claro. Mientras mi enfermedad destruye al mundo tu podrida personalidad provoca que todos crean que eres de los "buenos". Cambiaste, y eso pronto lo sabrán todos. El gentil, el venerado y el benévolo Decimo Vongola, es solo un mafioso más, que utiliza las debilidades de los otros para hacerse de más poder-.

Tsuna sintió como el lápiz rozaba su mejilla y se clavaba en un libro del estante que se encontraba detrás de él, soltó una risita que casi sonó como música, y luego coloco una mano sobre la de Byakuran.

-Te equivocas, mi fin no es volverme un mafioso, sino convertir Vongola en lo que Primo quería y en lo que el Noveno lucho por obtener, destruiré todo aquel que se meta en ese camino-.

Byakuran dejo la sonrisa y miro fijamente a Tsuna.

-Te entrenaste con Varia y obtuviste un nuevo hábito, ¿no? Después de que te violaran tu cuerpo comenzó a exigirte el contacto de otro cuerpo, y tu mismo sabías que ninguna mujer iba a lograr quitarte esa necesidad, tú solo requerías a alguien y ya sabías a quien querias y como te viste imposibilitado en obtener a esa persona utilizaste a otra como el sustituto del que realmente deseabas y utilizaste su debilidad hacia ti, ¿no?-.

Tsuna quito la mano de sobre la de Byakuran.

-¿Le has dicho a Rokudo Mukuro la verdad detrás de tocarlo y besarlo? ¿Le has contado que realmente su físico fue lo que te atrajo a él?-.

-¿De donde sacaste todo eso?-.

-Probablemente yo no tengo esa súper intuición con la que cuenta Vongola, pero soy sensible ante los deseos de las personas. Tus secretos me gritan al oído cada vez que me acerco a ti, desde que tu pureza y tu conciencia se pudrieron puedo escucharlo aún más. Tsunayoshi-kun, la pureza que te caracterizaba se fue desde el momento que aceptaste que existe un lado oscuro en tu corazón, pero a la vez esa pureza sigue dentro de ti, como si esperara que terminaras de aceptar que todos tenemos sentimientos ocultos, no eres el único-.

-No se si alguna vez existió realmente esa pureza en mí, solo quiero protegerlos a todos, a mis amigos, a mis padres, incluso a ti-.

Byakuran se levanto.

-Estas perdido en tus propios deseos, en tu egoísmo y en tu confusión. Probablemente nunca alcances a esa persona que deseas, a diferencia de ti, esa persona a la cual buscas hizo su propio mundo, esa persona realmente entiende lo que quiere y no se lamenta tanto como tú. Lamentablemente, llegaste al punto en que la suciedad de tus acciones te absorbe, perdiste-.

Tsuna observo a Byakuran, con un llamado por el teléfono varios guardias entraron y se llevaron a Byakuran, lo dejaría ir a donde deseara, Byakuran no merecía una celda solo por decirle sus verdades a la cara, realmente se había podrido y la suciedad que lo rodeaba lo absorbía, probablemente había perdido todo lo que tenía, pero eso era parte del sacrificio que había decidido tomar para protegerlos a todos.

Tomo el anillo y una luz se proyecto, miro al espíritu que surgía y le sonrió.

-Primo, creo que estoy perdiendo mi camino-.

Y sintió como la calidez de la determinación del espíritu le llegaba por todos los sentidos hasta el alma, debía de seguir peleando, era una promesa a Primo y al Noveno, una promesa que no deseaba romper.

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No tenía la necesidad de entrar a ese lugar, tampoco tenía la necesidad de verlo, no cuando no podía realmente obtenerlo. Sintió una presencia que le provoco hostilidad, pero pronto la presencia desapareció y volvió a cerrar los ojos, sintió un aleteo sobre su cabeza y bajo las defensas, Hibird daría una vuelta al área y volvería si veía peligro. Comenzó a sentirse adormilado y luego sintió un calor en el rostro, específicamente en la mejilla, abrió los ojos.

-Hibari-san-.

Fue lo que escucho mientras veía el rostro de Tsunayoshi a pocos centímetros de su rostro, Tsuna le sonrió mientras continuaba acariciándole el rostro. Luego termino la distancia entre los dos y beso a Hibari.

Hibari coloco una mano sobre la cintura del castaño y otra en su corbata jalándolo, abrió la boca cuando sintió la lengua de Tsuna en sus labios y profundizo ese beso antes que el herbívoro tratara de hacerlo. Se separo del castaño y paso a su cuello, mordiéndolo sobre la ropa mientras le jalaba el nudo de la corbata negra.

-Nh... Mh... Fuuuu... Hibari-san-.

Tsuna coloco sus manos sobre los hombros del pelinegro mientras acercaba la boca a la oreja de este, Hibari solo le quito la corbata y le abrió el saco, le desfajo la camisa blanca y metió la mano recorriendo su estomago y paseando la mano sobre su ombligo. Tsuna sintió una sacudida y soltó un leve gemido.

-Hi-bari-san...-.

Diferente a lo que se había imaginado Hibari era algo delicado, aunque no muy tierno, no parecía desesperado, pero sin duda se veía experimentado.

Entonces lo recordó, Hibari había salido con un hombre y al parecer habían sido muy felices. Hibari le desabrocho el cinturón y el pantalón y metió su mano dentro e su ropa interior, Tsuna ni siquiera había sido consciente de eso, lo sintió en el momento que sintió que lo tocaba.

-¡No! ¡Hibari-san! ¡Nh! Mh... Mhn... Ah... N-no...-.

Con las manos apretando el saco de Hibari y sintiendo las manos del pelinegro sobre su miembro Tsuna evitaba gemir muy fuerte, los recuerdos de la primera vez con Hibari volvieron a él, la excitación se volvió mayor, sin poderlo evitar mordió el saco de Hibari, ya no podía reprimir los sonidos, los gemidos salían casi por su cuenta.

-Tan lindo-.

Dijo Hibari en su oído, Tsuna cerró los ojos cuando sintió las frías manos de Hibari en sus pezones, probablemente lo harían, y realmente no le molestaba hacerlo, Hibari le gustaba demasiado.

-Hibari, Hibari. Llegando, llegando-.

Tsuna se exalto y alzó el rostro, Hibari saco las manos de dentro de la ropa del castaño y comenzó a acomodársela, Tsuna escucho pasos y fue en ese momento que salió de su adormilamiento, Hibari se levanto y le señalo con el dedo índice el árbol donde estaban recargados, Tsuna se recargo en la parte trasera, el árbol lo cubría, y escondió el rostro entre sus rodillas, jadeaba demasiado y estaba muy sonrojado, la realidad era que eestaba muy excitado, y sin duda también avergonzado.

-Hibari, ¿has visto al Decimo?-.

Oh no, era Gokudera, Tsuna apretó los ojos, no debía de verlo, Gokudera no debía de verlo, no en ese momento tan lamentable para él, probablemente lo peor de todo era que quería continuar con lo que estaba haciendo con Hibari, estaba realmente avergonzado de su comportamiento, pero esos eran sus verdaderos deseos, realmente amaba a Hibari.

-Hmp. Quien sabe-.

-Tch, si lo vez dile que lo busco-.

-No soy tu mandadero-.

-¡Solo vete al carajo!-.

Escucho los pasos de Gokudera alejarse y suspiro, pero sin pensarlo dos veces salió corriendo de ese lugar, Hibari lo vio marcharse y se recargo del árbol, sonrió de lado, la piel del castaño seguía siendo tibia y suave, como la de un niño, Tsuna le gustaba.

-Herbívoro...-.

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Tsuna llegó a su segunda alcoba, cerró la puerta con llamas de cielo, y se deslizo por la puerta, se tapo el rostro con ambas manos, ¿Qué rayos estaba haciendo en un lugar como ese? Gokudera pudo haberlos visto, cualquiera pudo haberlos visto.

Deslizo sus manos a su cinturón y lo desabrocho enseguida, se desabrocho el botón y metió las manos,  la realidad era que estaba deseoso, Hibari era tan atractivo como siempre y su tacto era tan caliente, tan excitante.

-¿Qué estas haciendo?-.

Se sobresalto, lo habían atrapado intentando aliviarse, sacando las manos de dentro de su pantalón y lentamente se intento levantar, obviamente no pudo, las piernas le temblaban, estaba demasiado excitado para su gusto.

-Mu-mukuro-.

-Kufufufu... Nunca te había visto en ese estado, te ves lindo-.

-¡Vete!-.

-¿No necesitas ayuda?-.

-N-no-.

Mukuro soltó una risita y se acercó, cuando estaba por tocar a Tsuna este le dio un manotazo.

-¡No me toques!-.

Mukuro se alejo un paso y miro a Tsuna desde arriba, puesto que Tsuna estaba en el suelo, se agacho a su altura.

-¿Quién te ha provocado una erección? ¿Quién te ha dejado en ese estado?-.

-Nadie-.

-¿Hibari Kyouya?-.

-No-.

-Entonces, yo lo terminare por esa otra persona-.

-No, no lo hagas... Yo... tienes razón, los mafiosos son de lo peor, tienes muchas razones para odiarnos, somos basura... yo te he estado utilizando...-.

-...-.

Tsuna no lo miraba al rostro, porque tenía vergüenza de mirarlo a la cara en ese estado y aún más de saber que lo de Byakuran le había dicho era cierto. La razón por la cual besaba y tocaba a Mukuro era solo eso, Mukuro se parecía a Hibari, cuando tocaba a Mukuro o lo besaba sentía que a quien besaba era a Hibari, ya no quería seguir haciendo lo mismo, realmente estaba arrepentido.

-Lo sé-.

Dijo Mukuro y Tsuna lo miro.

-Pero no es tu culpa. Después de que ese bastardo te acostumbro al contacto era obvio que esto ocurriría. Me buscaste a mi porque me parezco a Kyouya-kun, eso lo se muy bien. Pero no es culpa tuya, es culpa de ese bastardo, del bastardo que te violo-.

-Pero... yo... te uti-utilice... soy una basura-.

Mukuro le acarició la mejilla, no era realmente amor, pero entre Tsuna y Mukuro había un lazo, Mukuro había vivido lo mismo que Tsuna años atrás, había sido usado como experimento y como juguete, Mukuro lo comprendía y sentía un lazo con Tsuna. Tsuna comenzó a juntar lágrimas, lentamente descendió una.

-¿Por qué? Deberías odiarme... soy... lo peor... Yo cambie, me transforme en lo que odiaba... por favor ódiame...-.

-Yo no te amo, tampoco te quiero. Pero hay algo en ti que me atrae. Esto no se va a volver amor, porque se que nunca amaría a alguien como tú. Tsunayoshi-kun, lo que nos une es algo diferente-.

Tsuna soltó una risita mientras colocaba su mano sobre la de Mukuro.

-Realmente no lo entiendo... Pero me gusta este lazo, Mukuro-.

Tsuna permitió que Mukuro le abrazara y le besara la nariz, la calidez de Mukuro era algo que le gustaba, le hacía hacer lo que nadie más podía, le hacía llorar hasta sentirse mejor. Lentamente cerró los ojos hasta que se calmo, hasta que su cuerpo recupero el control y la temperatura bajo, y luego se quedo dormido entre los brazos de Mukuro. Lo cierto era que no se amaban, ni se querían y tampoco se apreciaban, simplemente se entendían, era un extraño lazo.

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Reborn sintió la presencia de cierto carnívoro, simplemente continuo con su ocio, disparar contra las hojas de un árbol medio bajo, un árbol de duraznos. En algún momento decidió voltear y apuntar con su arma directamente al rostro del chico, pero este no se inmuto, es más, soltó un bostezo.

-Bebe-.

-Oh, eres tú, Hibari-.

Disimulo no haberlo notado y volteo de nuevo la mirada hacia el árbol con el que había estado jugando, disparo de nuevo y cuatro hojas cayeron, las cuatro estaban perforadas en medio Reborn sonrió.

-Tsunayoshi... Se volvió fuerte-.

Dijo Hibari pero Reborn no volteo, disparo de nuevo y esta vez cayó una sola hoja, era más fácil pegarle a diez hojas que a una sola así que Reborn sonrió satisfecho.

-... Y muy egoísta...-.

Reborn disparo de nuevo, dos hojas cayeron y él apretó los dientes, era cierto, Tsuna se había corrompido mucho en Italia y el hecho que se haya ensuciado tanto era su culpa, Reborn sabía que era su culpa que Tsuna se hubiera corrompido y ensuciado de esa forma.

-... No es un carnívoro, pero tampoco es un herbívoro, es como si él mismo supiera eso y le diera igual eso, no es la misma persona de antes-.

Reborn sonrió, eso era cierto, Tsuna sabía que se había vuelto impuro, incluso su forma de actuar era para asegurarse de recordar lo sucio que era ahora. A Reborn le molestaba su actitud, era también como recordarle a él la culpa que tenían de su nueva personalidad.

Reborn disparo de nuevo y una pluma cayó, así que había logrado quitarle la pluma a esa ave, el ave salió volando al instante, esa ave era Hibird, la pequeña ave voló en círculos hasta que se acercó a Hibari y se coloco en su hombro.

-... Bebe, quiero a Tsunayoshi-.

Reborn volteo y apunto con su arma a Hibari.

-¿Qué es lo que quieres de él, Hibari?-.

-Voy a llevarme a Tsunayoshi a Namimori, con o sin su consentimiento-.

Reborn bajo el arma y Leon volvió a su forma de camaleón y escalo por la mano del hombre hasta su sombrero, la sombra que se perfilaba en los ojos de Reborn era peligrosa, pero Hibari tenía una mirada similar.

-Eso no se va a poder, Tsuna no pude irse de aquí-.

-Lo dije, sin su consentimiento o con el, además, no busco tu permiso-.

-Pues entonces te lo diré así. Tsuna no puede marcharse de aquí o lo matare, ¿entiendes?-.

-Inténtalo, bebe-.

Reborn sonrió de lado y se quito el sombrero, se peino los cabellos con la mano y volvió  colocárselo.

-Bien, entiendo. Entonces, hagamos esto. Derrota a Dino, a Varia y a mi y entonces podrás llevártelo, yo mismo te lo entregare en el aeropuerto. Pero si fallas, es mejor que estés preparado, te vamos a utilizar como si fueras un perro-.

-Wao, no solo me llevaré a Tsunayoshi, sino peleare contigo, es un buen regalo-.

Y se miraron a los ojos, Reborn se veía realmente molesto pero Hibari tenía una sonrisa astuta, era una apuesta que involucraba a Tsuna y que ninguno quería perder.

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Tsuna había escuchado de Chrome que ella estaba aquí. Al principio no quiso ir, mentirle era algo común, pero sintió que si lo hacía sería algo malo para él, así que se dirigió hacia su oficina. No se preocupo por ser visto por nadie, pero para su buena suerte nadie lo vio, abrió la puerta de su oficina y la vio sentada frente a la ventana, ella era guapa, como un ángel, pero Tsuna sabía que su belleza era letal, ella era peligrosa. Ella se levanto de la silla y miro a Tsuna, se acercó a él a paso lento, su cabello rubio rizado levemente, bailaba con la brisa que entraba por la ventana y sus ojos ligeramente dorados brillaban, se acercó a Tsuna y se coloco de puntitas cuando estuvo frente a él, le beso suavemente en los labios y se separo del castaño. Tsuna le sonreía.

-Tsunayoshi-.

-Luna-.

Ella sonrió suavemente y se sentó en la silla que estaba frente al escritorio de Tsuna, Tsuna giro la silla y se hinco frente a ella, recostó la cabeza en sus rodillas y le abrazo la cintura, era su forma de disculparse por no poder aceptar casarse con ella, de cierta forma la despreciaba y por eso siempre que ella iba a verlo le pedía perdón.

-¿Qué te trae por aquí, Luna?-.

-Hay algo que debo decirte... Estoy dispuesta a casarme contigo-.

Tsuna se tenso un poco, separo la cabeza de las rodillas de ella y elevo el rostro, mirándola fijamente. Sin tacto y un poco sarcástico dijo.

-¿Aunque no este enamorado de ti?-.

Pero ella no era una chica normal, ella pertenecía a la mafia y la chica se limito a sonreír.

-En la mafia el amor no existe, Tsunayoshi-.

-Ah, es cierto, no existe-.

Recordó las incontables veces en las que Reborn le había dicho que el amor ya no era bienvenido en su nueva vida, los sentimientos no pertenecían a la mafia.

Pero Reborn le había dicho que lo amaba. No supo el porque, pero se sintió realmente deprimido, no quería rechazar a Reborn porque ciertamente había algo de él que le gusta demasiado no sabía si era capaz de verse a si mismo en una relación con Reborn.

¿O si?

Estaba realmente confundido.

-Estoy dispuesta a ser solo tu esposa por titulo. No me importaría que comenzaras una relación con la persona que ames, incluso puedes vivir con esa persona si lo quieres, solo ven a verme de vez en cuando-.

Indignado Tsuna hizo una expresión de asco, como si las palabras lo ofendieran, pero realmente esas palabras le ofendían, no podía creer que ella realmente creyera que simplemente la tendría ahí, como una mujer abandonada y humillada.

-Nunca engañaría a mi esposa, eso sería cruel de mi parte-.

-Por supuesto que yo también te engañaría-.

Luna le sonrió de lado. Tsuna sintió que la chica estaba realmente loca, engañar y ser engañado no era algo que quisiera compartir ni con ella, además, el matrimonio era algo diferente a una simple relación de novios, para Tsuna el matrimonio era algo importante.

-Pero realmente quiero ser yo la que tenga el honor de traer tu descendencia, Tsunayoshi-.

Tsuna supuso a que se refería, pero se hizo el inocente y pregunto tontamente.

-¿Quieres ser madre?-.

Luna soltó una risita.

-No, solo quiero tener a tus hijos-.

-¿No es lo mismo?-.

-No estoy dispuesta a tener los hijos de cualquiera, solo deseo tener a los tuyos-.

Tsuna soltó una risita y le acarició el rostro.

-Vaya, no me esperaba esa clase de confesión-.

Luna bajo la cabeza, era su prometida y además tenía sentimientos por él, obviamente solo quería criar a los hijos de él, pero eso no era algo que fuera a decir, aunque lo que iba a decir también era algo cierto.

-Si hago eso pensare que mi vida tenía un sentido y que mi llama impura podrá progresar con la llama pura del Decimo Vongola-.

Tsuna se puso serió, se levanto hasta quedar de pie y Luna hizo lo mismo. Ella no quería decir nada porque conocía la naturaleza de ese niño, Tsunayoshi tenía una naturaleza protectora y egoísmo inconsciente, era algo que Luna no quería.

-¿Cómo esta tu llama?-.

-He hablado con él, dice que yo no debería usar ya llamas del Cielo o moriré-.

-No es necesario que tu...-.

Luna le tomo del rostro y le sonrió, pero Tsuna sentía la frialdad de sus manos y de sus ojos, ella probablemente ya no era capaz de sonreír de corazón y eso le lastimo demasiado.

-No lo entiendes. Mi llama es tan amarilla como una llama del Sol, es tan impura que casi podría confundirse con una llama del Sol... Sin embargo, sin pedirlo, tienes la llama más pura del Cielo que haya conocido. Ellos dicen que tu llama es idéntica a la de Giotto-sama mientras que la mía es totalmente impura-.

Tsuna tomo sus manos, no lo amaba, no podía casarse con ella, pero quería hacer algo por ella. No sabía que podría hacer, Luna no era nada para él, no podía hacer muchas cosas a menos que ella fuera su esposa, y eso no iba a suceder. No mientras amara a otra persona, casarse con Luna significaría lastimar y rechazar los sentimientos que tenía por Hibari y eso no iba a pasar.

Tsuna acarició cada anillo de la mano de Luna, siete anillos en total, cinco en una mano y dos en la otra, cinco anillos con diferentes piedras, cada una de un color del arcoíris, Luna era la única persona capaz de exponer siete llamas, pero en compensación su llama del cielo se aclaro hasta casi ser una llama del Sol, era lo que le había dicho el espíritu de Primo.

Alguien toco la puerta de su oficina y soltó lentamente las manos de Luna, dijo un simple pase y Reborn apareció por la puerta, con un ceño fruncido miro a la chica.

-¿Tú que haces aquí?-.

-Si, buenos días a ti también. Pues sucede que soy su prometida y el que no tiene nada que hacer aquí eres tú. ¿O acaso aún no has graduado a Tsunayoshi?-.

Reborn apretó los dientes, Tsuna coloco una mano sobre el hombro de Luna.

-Aunque Reborn no es mi tutor es una de mis personas importantes, no lo molestes, Luna-.

Luna lo miro con molestia y luego volvió a mirar a Reborn.

-Nadie te pidió que dijeras algo, Tsuna-.

Dijo Reborn, la tención entre esos dos era casi palpable, Tsuna no entendía porque Luna odiaba tanto a Reborn o porque Reborn detestaba tanto a Luna.

-Uhm...-.

-Ve a fuera, llego Kusakabe a hablarte sobre la misión que esta tomando Hibari-.

-¿Hibari-san se fue de misión?-.

Sin esperar respuesta Tsuna salió del lugar a paso rápido olvidando por completo la tensión existente en su oficina. Reborn volteo a ver a la chica y ella lo miro.

-¿Qué es?-.

Reborn la miro por largos minutos.

-Toma todo de Tsuna y cásate con él-.

Ella se sorprendió ante lo dicho y lo miro sin creerle, se sentó en la silla frente al escritorio y continúo con su inspección en el hombre frente a ella.

-¿Qué hay de tu amor?-.

Preguntó, Reborn la miro con detenimiento, lo que iba a decir era cierto, pero a la vez no era la verdadera razón.

-Eres la única persona que conozco que puede utilizar las seis llamas puras, aunque tu llama del cielo es pobre e inútil. Pero al combinarse con sangre Vongola es probable que el siguiente heredero pueda utilizar seis llamas puras y además su llama del Cielo también lo será-.

Ella soltó una risita.

-Tu amor por él es pobre-.

-Tú solo eres una arribista y una superficial-.

-Estás equivocado, yo también lo amo-.

Reborn y ella se miraron profundamente, pero Reborn lo supo, ella no mentía, ella también amaba a Tsuna. Luna tenía unos ojos dorados y estos brillaban de pura diversión, era astuta y poco sincera, pero cuando se trataba de sus sentimientos ella era sincera y directa. Reborn sabía que su personalidad dependía de la persona con la que estuviera, si eran desconocidos ella sería dulce, si era su hermano o Tsuna sería sofisticada, su era un enemigo sería ruda y si se trataba de Reborn ella lo atacaría con todo, sería venenosa y siempre tendría una lengua bípeda.

-¿Realmente estas dispuesto a entregármelo a mi?-.

Luna lo odiaba a Reborn, realmente lo odiaba, no existía personas a las que realmente despreciara, de hecho solo eran dos personas a las que odiaba, a Reborn y a Hibari Kyouya.

La razón por la cual Luna odiaba a Reborn era sencilla, no lo entendía. Cuando ella no entendía a alguien se le hacía imposible tratarlo bien. Para Luna, Reborn era alguien con intensiones ocultas, ya fuera estar enamorado de Tsuna o querer dinero y mujeres para ella eran intereses ocultos. Y lo que sin duda más odiaba era el hecho de que Reborn podía actuar amistoso con su prometido y enamorarlo, sabía de sobra que su prometido, Tsuna, era alguien que se enamoraba sin tomar en cuenta el sexo o la edad, y por eso Luna veía a Reborn como un rival, sabía de sobra que ese Reborn tenía sentimientos ocultos por su prometido.

Hibari Kyouya era otra historia, Hibari Kyouya había sido el encargado de quitarle la atención de su hermano, Hibari Kyouya era alguien que no le tenía consideración y además era un inepto e idiota, era alguien que no se merecía la atención de su hermano o ser guardián de la llama pura y hermosa de su prometido. Hibari Kyouya era simplemente algo que no debería de existir, lo odiaba mucho, no más que Reborn pero lo odiaba igual.

Después de un largo momento de silencio por fin Reborn hablo.

-Solo serás su esposa, él no te amara-.

-Pero nunca me engañara, aunque no me ame-.

Reborn solo sonrió de lado y camino a la salida del lugar Luna se puso de pie y lo detuvo a la mitad, la sonrisa de ese hombre le ponía los nervios de punta y le obligaba a sentirse angustiada a sentirse amenazada.

-¿Estarías dispuesto a ser su amante?-.

-Jamás-.

Dijo secamente Reborn, soltándose de ella y continuando con su camino.

Realmente, realmente que no lograba entenderlo, no podía, ese hombre era alguien que no podía comprender, le enojaba bastante ese hecho.

.


.

-Eso es peligroso... Pero se trata de Hibari-san, estará bien-.

Tsuna se levanto dispuesto a marcharse, Haru lo detuvo.

-Gokudera dijo que tenías visitas-.

Tsuna miro a Dino.

-Es cierto, ni siquiera Dino-san lo sabe... La traeré aquí-.

Cando Haru lo soltó él dio la vuelta, antes de moverse una mano se atravesó frente a su rostro y otra paso tras él, un abrazo y un beso en los labios fue lo que sintió después, no se sorprendió, pero se molesto un poco porque estaba frente a sus guardianes y las chicas, Haru y Hana, al menos no estaba Hibari ahí.

-¿Luna?-.

Dino se levanto de su sitio, la chica se separo de Tsuna y miro al Cavallone. Le sonrió y luego miro a todos, inspeccionaba cada rostro, viendo quienes serían un problema, pero realmente ahí nadie representaba un reto para ella.

-Hermano. ¿Dónde esta tu novio?-.       

Dino se puso nervioso.

-¿Hermano? ¿Dino? ¿Qué pasa?-.

Pregunto Yamamoto con una sonrisa, evitando que la pregunta de la chica fuera obvia y esperando que a todos se les olvidara, al menos que se le olvidara a Tsuna. Se dio cuenta que había funcionado al ver la cara de Tsuna.

-Ella es Luna Cavallone, la hermana menor de Dino-san y mi prometida-.

-¡¿Qué?!-.

Haru se levanto totalmente sorprendida, Luna solo mantuvo la sonrisa.

-No te exaltes tanto, niña. No somos prometidos porque lo queramos, soy la elegida por el consejo de los lideres Vongola para ser su esposa. Me consideran la esposa perfecta para Tsunayoshi y la candidata indicada para ser su soporte y por supuesto, darle hijos-.

Haru se sentó de nuevo bastante indignada, ser elegida por ser alguien perfecta, Haru no se creía capaz de pelear con eso. Tsuna miro con molestia a Luna, pero decidió no decir nada más, Dino se levanto de su lugar.

-¿Cuándo se decidió eso?-.

-Hace un año y medio-.

Dino miro a Tsuna. Tsuna soltó un suspiro, sería mejor aclarar un poco el asunto porque Dino se veía realmente indignado. Luna tomo asiento aún lado de Tsuna, pese a que Dino la prefería a su lado. Luna miro a Tsuna, sabía que diría cosas hirientes, pero todas ellas serían verdaderas.

Tsuna soltó un suspiro antes de comenzar a hablar.

-He intentado persuadirlos, pero ellos dicen que si no lo hago mi tiempo no disminuirá-.

-¿Tiempo?-.

-La razón por la que no los visite durante estos seis años es porque tengo prohibido pisar Japón por diez años. Si yo me casara con Luna ellos aceptarían que yo volviera a Japón-.

Yamamoto se sorprendió, eso si era algo que no se esperaba. Dino seguía igual de indignado que hace un momento.

-¿Cómo?-.

-Confiaron en mí todo Vongola, pero en ese entonces era un niño. Así que dijeron que si podía pasar diez años sin estar en Japón, ellos me darían todo el poder. En este momento solo la mitad de Vongola me pertenece, esa es la verdad-.

La sorpresa impacto a todos, Kusakabe incluso se levanto de su asiento, eso era algo que no se esperaba, nadie se lo esperaba. Dino miro a Reborn, nadie dentro de la mafia sabía que el Decimo Vongola solo dominaba la mitad de Vongola. La expresión de Reborn, que ya de por si se veía molesto, rápidamente se descompuso en un gesto lleno de irá. Pero Tsuna se veía tranquilo, muy tranquilo.

-¿Y la otra mitad?-.

Pregunto por fin Dino, Tsuna solo sonrió.

-La otra mitad es liderada por los altos miembros de Vongola. Lo cierto es que, si voy a Japón, perderé Vongola y mi oportunidad para lograr lo que Primo quería y lo que el Noveno anhelaba-.

Dino lo miro, era cierto lo que le había contado Lal Mirch, Tsuna realmente se había vuelto egoísta y eso era algo que el castaño probablemente no sabía. Dino miro a Luna y esta le sonrió. Luna miro a Tsuna, y recordó algo. Su hermano y ese muchacho, Hibari Kyouya, habían terminado su relación, y la razón era que Hibari era egoísta y altanero no estaba realmente enamorado de su hermano, sino de su prometido, de Tsunayoshi. Lo lamento un poco pero iba a jugar sucio, no quería que Hibari Kyouya le quitara a la única persona que amaba, Luna no lo iba a permitir.

-Hermano, ¿cómo va tu relación con tu novio, con Hibari Kyouya?-.

Las manos de Tsuna temblaron y miro a Dino. Todo se sumió en silencio, Yamamoto soltó un suspiro y desvió el rostro, si sus conjeturas eran ciertas, Tsuna estaba enamorado de Hibari y saber eso lo iba a lastimar mucho.

-¿Q-qué?-.

Dino miro a Tsuna.

-B-bueno... nosotros...-.

Dino recordó lo que le había dicho Hibari, Hibari no quería que Tsuna se enterara de lo que habían tenido.

-¿No lo sabías, Tsunayoshi? Mi hermano y tu guardián tuvieron una relación y la terminaron hace menos de dos meses... Realmente se veían bien juntos-.

Haru miro a Tsuna, y se dio cuenta que ella había perdido, la cara de impresión de Tsuna decía mucho, Tsuna estaba enamorado de Hibari. Haru sonrió de lado, pese a que sabía que Tsuna estaba enamorado de Hibari no lo iba a ayudar, además, que todo se descubriera ahora Hibari se lo tenía bien merecido, ese chico jugaba con las personas y se merecía que Tsuna supiera sobre su relación.

-¡Luna!-.

Grito Dino y miro a Tsuna, ahí todo el mundo sabía sobre su relación con Hibari, probablemente los únicos que desconocían sobre ello era Gokudera y Tsuna. De repente Tsuna sonrió, una sonrisa tan sincera que Reborn no se lo creyó, pero a la vez no sabía si dudar, era una sonrisa hermosa, Mukuro no sabía si estaba fingiendo o no, esa sonrisa era tan real que estaban confundidos.

-Eso no me lo esperaba... Pero creo que es una lastima que hayan terminado, Hibari-san y Dino-san se ven bien juntos-.

Reborn no supo que decir, solo se quedo cayado.

-¿Por qué no lo conquistas de nuevo Dino-san? Hibari-san probablemente aún sienta algo por ti. Ustedes dos, pueden ser realmente felices, tienen mi apoyo-.

Mukuro realmente termino creyendo en su acto.

Todos ahí, confundidos y un poco incrédulos, terminaron creyendo en la actuación de Tsuna.

.


.

Sentía escalofríos por todo el cuerpo, el frió le recorría de pies a cabeza y sentía un extraño vértigo. Encendió sus llamas de última voluntad y salió volando, la misión en esta ocasión consistía en viajar al sur de Italia y tomar el poder de las cajas que aún poseían llamas de la tierra, era una misión peligrosa y que había decidido tomar por su cuenta. Tsuna voló tan rápido como pudo y se detuvo sobre el edificio, lo examino con la mirada y lentamente comenzó a descender hasta que estuvo sobre el techo del edificio.

-Siete cajas, probablemente tres más... y catorce anillos, tengo que mirar adecuadamente... y matar a las personas que estuvieron en contacto con las cajas y los anillos-.

Formo un puño con la mano izquierda y rompió el cristal de un gran ventanal de un golpe, el estruendo se escucho tan fuerte que probablemente las alarmas ya estarían sonando, pero realmente estaba molesto, no estaba prestando atención a nada.

Solo estaba muy enojado.

La relación de Dino y Hibari había sido fuerte, según Yamamoto habían empezado a salir dos años después de que Tsuna se había marchado. Yamamoto le había dicho que Dino realmente amaba a Hibari, y Tsuna sentía que probablemente Hibari también amaba a Dino.

Estaba tan enojado y triste. Triste y sumamente herido. Se sentía tan herido como si tuviera una bala en el trasero y en las costillas. Estaba tan lastimado que desde que había salido de ese lugar estaba llorando. Lloraba como no lo había hecho jamás, ni siquiera recordaba haberlo hecho cuando era un perdedor. Se sorbió la nariz y con las lágrimas aún descendiendo por las mejillas se adentro al lugar.

Como lo predijo muchas personas llegaron. Y cuando lo vieron se detuvieron.

-¡Es el Decimo Vongola! ¡Avisen al capi...!-.

Con lágrimas en los ojos y sollozando golpeo al sujeto con más fuerza de la necesaria, lo probable y lo más normal es que hubiera muerto, probablemente estaba muerto y eso a Tsuna no le importaba en lo más mínimo. Miro a los otros y sin esperar más comenzó a golpearlos.

Probablemente los estaba matando, no lo sabía. Cuando acabo con ellos camino al lugar donde se suponían estaban las cajas y los anillos. Ahí solo encontró seis anillos que destruyo con su llama y una caja la cual tiro al suelo y la destruyo y luego sus llamas consumieron los pedazos. Sintió algo en la pierna y se dio cuenta que era de esas agujas que le había hablado Byakuran, se la quito y la quemo con sus llamas, gracias a Byakuran se había preparado, las agujas ya no deberían afectarlo, ya no deberían de neutralizar sus llamas.

Camino fuera de la alcoba y miro el techo del lugar, había explosivos por todo el lugar. Pero no se preocupo, si explotaban la probabilidad de morir era tan baja como la probabilidad de que parara de llorar. Bajo a la segunda planta y se detuvo en la puerta que aparentaba tener llamas de tierra, la abrió de una patada y miro el interior. Ahí había dos sujetos, podía sentirlo. Sintió que alguien lo sujetaba de la espalda y le inyectaba algo en el cuello.

-Decimo Vongola, ya no eres bienvenido-.

Cayó al suelo hincado, pero ni siquiera por eso paro de llorar. De pronto comenzó a reír, su risa se volvió una carcajada y los otros que estaban ahí, Tsuna sintió a cuatro personas, lo vieron como si estuviera loco.

-¿Esta loco?-.

Tsuna siguió riendo y pronto su mirada psicópata pasó al rostro del hombre que estaba detrás de él.

-Esta casa explotara... ahora...-.

Y como Tsuna dijo, la casa exploto al instante.

.


.

Llegó a la mansión Vongola al día siguiente. Bajo del jet con un bostezo y Hibird se apoyó en su hombro. Pronto entro en la casa y se molesto de encontrar un gran disturbio. Había personas por todos lados, eso le hizo ponerse de mal humor, estaba rodeado de herbívoros y él odiaba las multitudes. Alguien coloco una mano sobre su hombro y fácilmente supo que se trataba de Yamamoto Takeshi.

-Ven Hibari-.

Hibari lo miro a la cara y aunque no quería obedecerlo lo siguió. Se dio cuenta que Yamamoto se dirigía a la oficina de Tsunayoshi.

-Estas personas están aquí por órdenes de Gokudera, los altos miembros de Vongola y la CEDEF-.

Hibari lo miro un poco interesado.

-Ayer... hubieron unas pequeñas complicaciones y... Es sobre Tsuna-.

Entraron a la oficina y ahí estaban todos, pronto se dio cuenta que faltaba Rokudo Mukuro, pero eso no era algo que le interesara. Estaba dispuesto a irse al verse de nuevo rodeado pero Reborn le disparo, la bala le rozo la mejilla y un rasguño se formo haciéndolo sangrar, Hibari volteo con las tonfas en alto.

-Tsuna esta perdido. Se auto asigno una misión, fue al territorio de la familia Gesso para tomar todos los anillos y cajas que contienen poder de la tierra. El lugar exploto media hora después de la llegada de Tsuna. Nuestro líder esta perdido... probablemente muerto-.

Cuando Reborn termino Basil entro a la oficina, se veía agitado.

-¡Encontraron a Sawada-dono! Mukuro lo encontró...-.

-¿Cómo esta?-.

Pregunto Gokudera.

-Esta realmente herido... Sawada-dono esta realmente delicado... Sasagawa-dono, lo necesitamos-.

Ryohei se levanto rápidamente de su lugar y siguió a Basil. Hibari los iba a seguir igual pero Dino lo retuvo. Lo jalo fuera de la oficina y se lo llevo a otro lugar.

-Suéltame-.

-Es mi culpa-.

-...-.

-Mi hermana le dijo a Tsuna sobre lo nuestro... es mi culpa que Tsuna este así... Lo siento Kyouya-.

Hibari levanto una tonfa y miro a Dino.

-Voy a morderte hasta la muerte-.

-Tranquilízate Kyouya...-.

-Esto no lo hago por lo que sucedió... esto es por mis decisiones egoístas y por la apuesta que hice con el bebe... tu eres mi primer objetivo, prepárate-.

Notas finales:

En capítulos anteriores había puesto que Tsuna estaba prometido, y pues aquí salió la prometida. Un personaje inventado por mi, me imagine a una chica rubia y ojos dorados, y luego pensar que era hermana de Dino me emociono, así que de esta forma nació Luna Cavallone, la hermana menor de Dino. Esta chica me gusta.

Como verán, todos los que se imaginaron que Dino era pareja -ex pareja- de Hibari estaban en lo correcto, de hecho era obvio. A mi me gusta el D18, así que de esa forma me imagine la relación de Hibari, si, Hibari en esa relación era el uke.

Dejando esto de lado, lo siento, aquí no hay 6927, Mukuro me gusta para Chrome en este fic. En fin.

Disfruten este capitulo como yo lo hice escribiéndolo. Me disculpo por la ortografía de este capitulo, realmente no me dio tiempo de revisar muy bien el capitulo, pero lo hice lo mejor que pude.

ENJOY.

 


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