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Dietro il Cielo por yunmoon

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Notas del capitulo:

Mis lindos lectores que me dejan reviews, los ultimos dos capitulos no conteste reviews, realmente lo siento, pero ahora estoy un poco ocupada con la escuela y solo tengo tiempo de subir los capitulos.

Este fin de semana sin falta contestare cada review que no he contestado, lo prometo.

Mientras tanto disfruten el nuevo capitulo!!

DIETRO IL CIELO

By: Yunmoon

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Capitolo 14

Cattive notizie e peggio

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Gokudera entró a su habitación y lo observo. Se veía tan herido, su mirada, su cuerpo y probablemente también sus sentimientos. No podía tocarlo, ni consolarlo, su Decimo ni siquiera estaba consciente. Soltó un suspiro sin poder hacer nada más y salió de ahí. Ryohei estaba afuera hablando de algo con Basil y Dino. Al parecer la explosión no había tenido que ver con las bombas que se encontraban en esa casa, la explosión había venido de algún lugar del exterior y la explosión del exterior había alcanzado las bombas del interior de la casa.

Tenían que encontrar al bastardo que había provocado la explosión, era obvio que esa persona sabía de la presencia del Decimo Vongola. El propósito de esa persona había sido matar a Tsuna.

Ryohei entro de nuevo en la habitación y se acercó a Tsuna. Le toco la frente, la temperatura había vuelto, con sus llamas de Sol trato de bajar la fiebre, aunque no la bajo por completo logro hacer algo. Miro las heridas de Tsuna.

No podía cerrarlas.

Las heridas eran normales, heridas profundas que cortaban piel y músculos. Pero dentro del cuerpo de Tsuna corría algo extraño, era como un parasito que no permitía la generación con llamas de Sol, si sus heridas se cerraban sería de forma natural y existían posibilidades de que el parasito volviera lenta la cicatrización y las heridas se infectaran. Tsuna debía de estar en una habitación limpia, sin contaminantes, solo los guardianes podían entrar a verlo y claro, Reborn. Tsuna no estaba delicado, pero las heridas podían llevarlo a un estado critico, Tsuna debía de estar bien cuidado.

Ryohei se levanto de la cama y salió de la habitación, afuera Reborn estaba apoyado en una pared, cuando Ryohei cerró la puerta se acercó al ex arcobaleno.

-Esta mejor, creo que las heridas comienzan a cerrarse por si solas, será lentamente, solo hay que mantenerlo dormido hasta que las heridas cierren-.

Reborn asintió, se separó de la pared y camino a la habitación, Leon paseo por su brazo hasta colocarse en su mano, Reborn deposito al animal al suelo y luego le sonrió levemente.

-Espera aquí-.

El animal se quedo quieto, Reborn miro a Ryohei y sin decir nada entro a la habitación, Ryohei no sabía como expresar su asombro, nunca, realmente nunca había visto a Reborn sin ese camaleón, era la primera vez que lo veía dejarlo. Miro al animal y se acercó, se agacho a la altura del pequeño animal y le pico, el animal no se movió ni un centímetro, era realmente obediente. Ryohei se irguió y miro la puerta de la habitación.

-Creo que esta preocupado-.

Sonrió de lado y se fue de ahí, para que dejara el camaleón ahí era seguro que el ex arcobaleno del sol estuviera muy preocupado, tan preocupado que temiera que Leon pudiera infectar las heridas de Tsuna. Eso significaba que Reborn realmente estaba preocupado por Tsuna.

-Tal vez es algo similar como la relación de Dino y Hibari-.

Le dio un escalofrió, se pregunto si tenía que ver con los anillos o con el hecho de pertenecer a Vongola, pero todos los guardianes expedían homo-hormonas, incluso Tsuna y de Reborn comenzaba a sospechar, era una suerte que el fuera hetero.

-Incluso Lambo... Es un alivio que yo sea recto como una regla-.

Soltó una risotada, pero luego se detuvo, realmente no era bonito pensar que estaba rodeado de homos, era una suerte que tuviera a su Hana-chan para que las homo-hormonas no le afectaran, quien sabe que le hubiera pasado si no se hubiera enamorado de su preciosa novia.

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Reborn observo a Tsuna, los mejores médicos de Vongola lo estaban viendo y pese a eso Tsuna no había salido de su shock, habían tenido que dormirlo porque su cuerpo estaba perdiendo energía por el shock, el shock le había provocado entrar en modo híper, y el modo híper por primera vez había comenzado a consumir gran parte de su energía.

Era un idiota y parecía que no aprendía de sus errores. Al parecer el idiota seguía siendo simplemente "Dame-Tsuna" y obviamente no entendía que auto asignarse misiones sin decirle a nadie era peligroso, era un idiota.

Reborn se acercó con pasos furiosos y levanto la mano dispuesto a golpearlo en la cara, pero se detuvo, miro su mano y luego soltó un suspiro, estaba enojado pero no quería herirlo, realmente quería que despertara y gritarle un par de verdades, quería decirle que era un gran cabezota por pensar tan egoístamente.

Reborn se hinco frente a la cama y coloco una mano en elrostro de Tsuna con delicadeza, el cuerpo del castaño tenía quemaduras, cortes, raspones y quien sabe que más, pero su rostro se mantenía intacto, como si realmente no hubiera estado dentro de una explosión que había dejado a varios muertos y la mayoría irreconocibles, ese castaño tenía mucha suerte. Le apretó la mejilla y luego deslizo su mano hasta colocarla a un lado de la cabeza del castaño, su rostro mostraba una cara bastante sería pero de un momento a otro mostro una expresión patética.

-Despierta... perdedor... Hazte responsable de sentirme preocupado... estúpido-.

Su corazón se había detenido cuando Basil había dicho que estaba grave, no, que estaba moribundo, Ryohei había salvado la vida de Tsuna, con su poder de llama le había bajado la temperatura y había tratado de cerrar las heridas, aunque no había tenido éxito las llamas de sol habían limpiado el cuerpo de Tsuna y este había comenzado a respirar con más tranquilidad. Esos habían sido los momentos más difíciles para Reborn.

No sabía que ver a la persona amada herida causaba tanto dolor. Realmente no quería enamorarse de nuevo, al menos no de un perdedor como Dame-Tsuna.

-P-perdón... Re-born...-.

Levanto la cara y lo miro, Tsuna se veía tan lamentable y pese a eso aún sonreía, Reborn quería romperle la sonrisa a golpes. Pero solo pudo colocarse de pie, inclinarse a Tsuna y besarlo en los labios.

No lo beso rudamente como habría querido, pero si profundizo el beso lo suficiente como para sentir las débiles manos de Tsuna en sus brazos. Cuando se separaron Tsuna aún tenía una sonrisa en la cara, aunque en ningún momento le había correspondido Tsuna no le había separado, probablemente era su manera de decirle que era lo único que obtendría de él.

-Descubrí, que no puedo olvidar a Hibari-san... pero que no puedo perdonarlo... él se ha acostado con Dino-san cuando yo lo amaba como un bobo... Pero lo amo... Perdón Reborn, no puedo corresponder tus sentimientos... lo lamento...-.

Tsuna cerró los ojos mientras sus manos cedían y dejaban de agarrar a Reborn, este dejo las manos del castaño sobre la cama y luego se sentó en una silla cercana, miro a la cara al castaño, pero al parecer este se había quedado dormido de nuevo.

Bueno, eso había sido un poco extraño, no era como si fuera a morir, solo había sido rechazado, y aunque era la primera vez  que lo rechazaban no iba a morir, aunque tenía que recordar que su primer rechazo había sido de su primer amor. Bueno, insistía, no es como si fuera a morir, además, tampoco era como si se fuera a rendir, y por supuesto que no podía permitir que Tsuna se fuera con Hibari. Pensándolo bien, Tsuna había dicho algo de que Dino y Hibari se habían acostado, era mejor que siguiera creyendo eso, pese a que Reborn sabía que eso no había sucedido, pero era mejor y más conveniente para él de esa forma. También era mejor que Tsuna ignorara que en ese momento Dino y Hibari estaban peleando en alguna parte de la mansión Vongola.

Sonrió de lado, Tsuna no tenía que enterarse que él y Hibari habían hecho una apuesta y que Hibari lo amaba a tal punto que estaba dispuesto a pelear con Dino, con Varia y con él con tal de llevarse al castaño a Namimori. Al menos Tsuna no se enteraría de eso por Reborn, sería como darle puntos a Hibari, sabía de sobra que esa muestra de amor cautivaría por completo al castaño.

Por otra parte realmente no pensaba dejar ganar a Hibari, si Hibari ganaba y se llevaba a Tsuna entonces a Reborn no le quedaría otra opción, eran órdenes de las personas que lo habían contratado, órdenes del Noveno y los altos miembros de Vongola. Si Tsuna pisaba Japón, Reborn tenía que matarlo, y Reborn nunca fallaba.

Incluso si se trataba de matar a Tsuna lo haría. Si eran órdenes del Noveno lo haría.

Aunque ahora dudaba un poco de eso.

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Muchas veces se pregunto que era más excitante, el sexo o luchar, realmente no recordaba del todo como había sido tener relaciones con Tsunayoshi, pero sabía que realmente se había sentido bien, pero mientras no lo recordaba simplemente diría que la lucha le hacía entrar a un éxtasis bastante agradable, aunque la victoria también era agradable.

Se agacho a la altura del rubio y le quito el colgante que nunca le había visto antes.

-¿Esto te lo dio el bebe?-.

-S-sí...-.

Hibari sonrió de lado mientras miraba el colgante, era una simple pieza de metal que tenía el símbolo de un bronco, lo guardo en su bolsillo y comenzó a caminar fuera del campo, el estado del rubio le tenía sin cuidado.

-¿Qué significa ese colgante?-.

Preguntó Dino una vez se puso de pie. Hibari se detuvo, pero no lo volteo a ver.

-Es algo que no es de tu incumbencia-.

Y sin más se marcho. Dino soltó un suspiro, no podía creer que realmente ese chico había sido su amante meses atrás, pero tampoco lo culpaba, al parecer Hibari sentía que había traicionado a Tsunayoshi y por eso lo trataba mal, debía de admitir que eso era realmente conmovedor, aunque siempre terminara lesionado por las agresiones de Hibari.

Se sacudió la ropa y miro la hora en su reloj de muñeca, tenía poco tiempo, tenía un trabajo en Hong Kong y no iba a poder quedarse más tiempo en Italia. De repente recordó algo, miro hacia la dirección que se había marchado Hibari y sonrió de lado, al menos tendría una pequeña venganza.

-Cuando te enteres que mi hermana es su prometida... no querré estar aquí-.

Esa sería su venganza, aunque también lamentaba que Hibari fuera a perder a Tsuna. Dino sabía que esta era una lucha perdida, ante la situación, que Tsuna tuviera solo la mitad de Vongola y no pudiera pisar Japón, no había otra elección, era un poco negativo, pero era preferible que Tsuna se casara con su hermana.

A veces ese tipo de decisiones eran mejores.

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Vaya, realmente era algo inesperado, pero mientras más leía el informe se sentía un poco más intranquilo y desesperado. Tomo todas las hojas y las acomodo, continuo leyendo el documento mientras se levantaba del sofá y salía, caminando y con los ojos en el papel se dirigió a la oficina de su líder. Sin ceremonias abrió la puerta de un golpe y una vez adentro miro a su líder.

-¡Tenemos problemas!-.

-¿Basil?-.

Iemitsu lo miro bastante serió, últimamente habían muchos problemas, el más importante era en el único que no se podía meter, en la salud de su hijo.

-Se ha examinado el parasito que tiene Tsuna-dono. El parasito vive consumiendo sus llamas de Cielo, que Tsuna-dono haya entrado en Shock solo se debía a que el parasito había activado el modo híper. Si el parasito consume la energía suficiente probablemente mate a su contenedor-.

Iemitsu agrando los ojos, estaba sintiendo pánico.

-¿Averiguaste como sacar el parasito?-.

-No podemos, la única persona que podrá quitarle el parasito es la persona que lo creo-.

-¿Verde...?-.

-No, él dijo que no sabía nada sobre ese parasito, incluso ha comenzado a investigarlo, le dimos muestras del parasito y se ha encerrado en su laboratorio... Verde esta trabajando con Viper para encontrar una cura... pero ellos dijeron que si no le quitaban pronto el parasito...-.

El hombre entendió de inmediato las palabras. Recargo la espalda en la silla, debían de encontrar una cura pronto.

-También... tengo otra información...-.

-¿Más malas noticias?-.

Pregunto con una sonrisa cansada sin mirar a Basil, Basil se sintió también un poco mal de ser el que informara tan malas noticias.

-Nana-dono... ha desaparecido-.

Iemitsu se puso de pie y comenzó a andar fuera de la oficina, Basil lo siguió con la pila de documentos en las manos.

-La última vez que supimos de ella fue por Bianchi-dono. Bianchi-dono volvió a Italia hoy y nos informo que Nana-dono había desaparecido junto con I-pin, no sabemos que pudo haber pasado, realmente lamento todo esto-.

Basil le dio un par de documentos que Iemitsu tomo y comenzó a leer. Iemitsu salió de la mansión y entro a un auto que se encontraba en la entrada, Basil se quedo afuera y lo miro.

-Infórmame si hay cambios en la salud de mi hijo. Si todo sale bien y aún no encuentro a Nana dile todo-.

-Entendido-.

-Una cosa más, vigila a Luna Cavallone-.

-¿Eh? ¿Luna Cavallone? ¿La prometida de Tsuna-dono?-.

-Es alguien sospechoso... si miras los informes que tengo en el cajón derecho sabrás un poco más del asunto. Nos vemos-.

Sin más la puerta se cerró y el auto comenzó a andar, Basil camino a paso rápido dentro de la casa y se dirigió a la oficina de su líder, abrió el cajón indicado y saco el informe que en el folder se leía el nombre de la chica, y comenzó a revisarlo.

Ahí se decía que Luna Cavallone era la media hermana de Dino, la chica era hija de la amante del padre del rubio. Todos tenían diferentes modos de combate, Dinamitas, espadas, tonfas, puños, cuchillos y más, Luna Cavallone se había especializado en el combate con armas ninja. De las llamas de cielo la suya era una llama realmente impura, era amarilla como una llama de Sol, pero ella era capaz de utilizar las seis llamas restantes, y eran llamas puras.

Soltó un jadeo cuando leyó eso. Salió corriendo de la oficina de su líder y fue a la suya, tomo una carpeta entre varias y la abrió, comenzó a leer rápidamente y se detuvo en lo que buscaba.

-El creador de las agujas es un manipulador de la llama trueno o sol, también es capaz de utilizar llamas de niebla, de nube, de tormenta y de lluvia, a excepción de la llama de cielo... No puede ser... ¡Es ella la creadora del parasito!-.

Basil tomo ambas carpetas y se dirigió a la oficina de su líder, guardo la carpeta del perfil de la chica y se quedo con la otra. Tenía que informa inmediatamente que Luna Cavallone era la creadora del parasito y de las agujas neutralizadoras. Salió de la oficina y cerró la puerta al salir, se detuvo junto a ella y tomo fuertemente los documentos al ver a la persona frente a él.

-Disculpa, ¿se encuentra Iemitsu?-.

Basil sonrió.

-Ahora no esta ahora, ¿quiere dejar algún mensaje, Luna-dono?-.

Basil sentía que ella tenía que ver con la desaparición de Nana, probablemente una manera mantener a todos ocupados y de evitar que se descubriera su identidad. Luna se acercó un paso y Basil sujeto más fuerte los documentos.

-¿Puedo saber que es eso?-.

La chica señalo los documentos.

-Lo siento, es confidencial-.

Luna sonrió y dio un paso más, luego otro y otro, se detuvo cuando su nariz comenzó a rosar con la de Basil, coloco su mano sobre el hombro de Basil y la otra sobre su estomago.

-¿Estas bien, pareces asustado, Basil-kun?-.

Se mofo con el "kun", siendo italiana le parecían graciosos esos honoríficos que utilizaban los japoneses que conocía. Basil sonrió mientras empujaba gentilmente a Luna y esta retrocedió un paso pero sin soltarlo.

-Para nada, solo me encuentro un poco cansado-.

Luna pareció ponerse preocupada.

-Deberías descansar bien, no sabes cuando pueda aparecer un enemigo frente a ti, si estas cansado este podría fácilmente derrotarte, Basil-.

Basil sabía que estaba hablando entre líneas, pero continúo sonriendo.

-Claro, lo tendré en mente... uhm... tengo que irme...-.

-¿Por qué tan pronto? ¿Por qué mejor no hablamos un poco más?-.

-Bueno... realmente no tengo tiempo y...-.

Sintió que algo se clavaba en su hombro, volteo la mirada y observo un jeringa, un liquido extraño le fue inyectado, lentamente perdió la fuerza en las rodillas y cayó sentado al suelo con el folder aún en las manos. Luna se agacho a su altura y le tomo del mentón.

-Este no es el parasito, no te preocupes-.

Luna tomo delicadamente de sus manos el folder y comenzó a leerlo, Basil no podía mover el cuerpo.

-Oh, así que ibas a decirles que fui yo... Pero estas equivocado, yo no quería lastimar a Tsunayoshi-.

-Pero tú creaste el parasito-.

Balbuceo, Luna dejo el folder en el suelo y se coloco de pie.

-Estas en lo cierto, yo cree ese parasito. Pero ellos se robaron mi creación, no hay nada que yo pueda hacer al respecto-.

Basil trato de levantarse, pero sus manos no resistían su peso.

-Mi propósito era matar a Reborn y a Kyouya y probablemente también a Iemitsu. Pero que Tsunayoshi este contaminado no es tan mala idea-.

-¿Cuál es tu propósito?-.

-Aunque te lo diga lo olvidaras, te he inyectado llamas de niebla formadas con mis pobres llamas de cielo, las llamas de niebla son las mismas que ocupe contigo antes, cuando te enteraste de la liberación de las llamas de la tierra, así que olvidaras todo otra vez-.

Basil agrando los ojos, ¿Quién era ella realmente?

-¿Eres un enemigo?-.

-No, esta es mi venganza. La mafia es horrible, yo no quería pertenecer a este mundo. Pero cuando mi madre murió por una lucha entre mafias, la familia Cavallone me adopto porque yo era la hija de su antiguo líder. Pero no quería pertenecer a su familia, los Gesso me dijeron que iban a ayudarme a alejarme de este mundo... Pero Tsunayoshi pertenece a este lugar y yo me he enamorado de él, también aprecio a mi hermano Dino, ya no quiero salir de este mundo porque quiero estar con ellos. Pero me desharé de todo aquel que yo quiera-.

-Tú...-.

-Tranquilo Basil, también tú me agradas mucho, tú tienes talentos para pertenecer a la mafia, pero eres diferente a todos esos mafiosos, eres noble y por eso me agradas, puedes sentirte seguro-.

-¿Vas a curar a Tsuna-dono?-.

-Lo haré, y luego le daré esto-.

Luna le mostro un frasco.

-Esto le hará olvidar todo, lo lamentare un tiempo, pero le ayudare a recordar lo necesario. Te prometo que tú serás el primero que recordara, claro, después de mí, luego sus padres, mi hermano, sus guardines, los arcobaleno y los lideres Vongola. Pero formare esos recuerdos como me convenga-.

-Eso no...-.

-Lo siento, esta plática ya ha llegado a su fin-.

Ella activo sus llamas de cielo y Basil cayó inconsciente.

-Duerme, Basil. Cuando despiertes todo estará bien-.

Luna dio la vuelta y camino a la salida, todo iba tal y como lo había planeado.

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Entro a su alcoba y lo miro, se veía tan débil, como un herbívoro, Hibari se mantuvo lejos en todo momento, pasó alrededor de tres minutos cuando por fin decidió acercarse, Tsuna estaba fuera de riesgo, pero ese parasito estaba evitando que se curara. Hibari saco algo de su bolsillo y lo arrojo a la cama de Tsuna.

-Cuando te fuiste dejaste esto, no se que pretendías al hacerlo-.

En el estomago de Tsuna había algo brillante, un colgante, una amatista que colgaba de una cadena plateada que casi podría jurar era oro blanco.

El día que Tsuna se había marchado Hibari había estado toda la semana en Namimori, y justo al final de la semana encontró la cadena bajo el sofá, había un pequeño papel que decía: "Para Hibari-san", no decía de quien venía, pero Hibari podía intuir que el herbívoro de Sawada Tsunayoshi era quien lo había dejado. Sin saber porque tenía eso lo había mantenido a su lado, era simple joyería que realmente no le llamaba la atención, pero tenía curiosidad de saber porque Tsunayoshi le había dejado tal piedra.

-No soy una mujer, no necesito joyería-.

Pero ahora Tsunayoshi no podía contestarle nada, porque estaba inconsciente, y si moría sería la culpa del propio castaño. Todo era culpa de su egoísmo.

-Eras un egoísta antes de irte y por lo visto lo sigues siendo... eres de los peores-.

Declaro mientras daba un paso a Tsuna, se detuvo bruscamente cuando vio a Tsuna abrir los ojos. El castaño vio que algo brillaba en su estomago y se sorprendió cuando encontró el collar con la amatista, el collar que le había dejado a Hibari antes de irse. Lentamente volteo el rostro hasta que vio a Hibari, le sonrió pese al dolor que sentía en el cuerpo.

-¿Me lo estas devolviendo?-.

Preguntó con la voz débil y baja, estiro la mano y tomo el colgante.

-¿Es linda, no?-.

-No soy una mujer-.

-Pero en ese entonces pensaba que a Hibari-san le quedaban bien este tipo de cosas. Eras realmente hermoso, incluso ahora-.

Hibari se sintió ligeramente ofendido, pero estaba más sorprendido de ver despierto a Tsunayoshi, pese a que sabía que le estaban administrando una buena cantidad de somníferos.

-¿Qué pretendías al dejarme joyería?-.

-Soy egoísta Hibari-san, pensé que si lo hacía tú siempre me tendrías presente, pensé que no me olvidarías y podrías enamorarte de mí...-.

Hibari sonrió de lado, eso había funcionado de cierta forma, pero suponía que Tsunayoshi estaba hablando entre líneas y le estaba reclamando de cierta forma, probablemente estaba dolido de saber que él y Dino habían tenido una relación, quería decirle que había sido una relación bastante superficial, al menos por su parte, ignoraba como se sentía Dino.

-Porque en ese entonces eras hetero... pensé que entenderías...-.

Oh, realmente ese herbívoro estaba dolido, aunque debía de admitir que ser homo o hetero no tenía nada que ver ahora. Ahora comprendía que solo importaba si la persona le gustaba o no, si le incomodaba o le parecía interesante. Tsunayoshi era la clase de herbívoro que la parecía interesante, que no le incomodaba y que le gustaba, era el único herbívoro que le llamaba tanto, por él único que había demostrado un verdadero interés, ciertamente lo quería para él, quería tener a Tsunayoshi a su lado.

-Estas muriendo-.

Dijo entonces, saliendo por la tangente de la incomoda platica que comenzaba a formarse, no era que la quisiera esquivar del todo, pero había algo más importante que el amor en ese momento y era la vida del herbívoro.

-Un parasito esta dentro de mi sistema, esta consumiendo mis llamas de cielo... siento como si me estuviera quemando, Hibari-san... duele-.

-¿Tienes una idea de como sucedió?-.

-Estaba distraído y no sentí cuando me inyectaron el parasito... se quien lo creo, así que necesito que salgas de aquí Hibari-san, esa persona vendrá pronto y puede que limpie mi sistema-.

-Me ha dicho el bebe que tienes una prometida-.

-Ah, si, Luna Cavallone. Es mí prometida por tiempo indeterminado... no la amo, supongo que lo sabes-.

-Amor o no amor, no es algo que me importe. Esa mujer no puede tomarte, porque ya te lo he dicho, herbívoros como tú solo pueden pertenecer a personas como yo-.

-Oh, es cierto, pertenezco a Hibari-san...-.

Tsuna se sentó en la cama y estiro el collar a Hibari.

-¿Podrías quedártelo?-.

De todas formas, no es como si Hibari pensará en devolvérselo. Tomo la cadena y la volvió a guardar en su bolsillo. Tsuna soltó una risa débil.

-¿Por qué no te lo pones?-.

-No es tu problema-.

Tsuna supo que no le iba a decir nada. Hibari no pensaba decirle que desde que había terminado con Dino lo había dejado de usar, después de todo ese colgante era en parte culpable que el caballo hubiera tomado la decisión de terminar su fría relación, cuando el caballo se había enterado que el colgante, que Hibari nunca se quitaba y nunca dejaba a nadie tocar, se trataba de un regalo de Tsuna, se había molesto a tal grado que había intentado quitarle el colgante, Hibari le había golpeado con una tonfa evitando que Dino le quitara el collar y Dino había dicho después que terminar era lo mejor.

Sin duda había sido lo mejor, no amaba a Dino y este le pedía amor, el amor no era algo que Hibari pudiera ofrecer, no era lo suyo.

-Hibari-san... realmente lamento ser tan insistente... pero no quiero que escojas a Dino-san, quiero ser al que elijas. Pero a la vez no te entiendo, creo que te odio... por haber salido con Dino-san... perdón, se que soy egoísta-.

Hibari sintió la presencia de alguien acercándose, se dirigió al armario y abrió la puerta, Tsuna no podía creer que Hibari se supiera los caminos secretos de esa recamara, Hibari sonrió y paso su anillo frente a la entrada y una puerta se abrió y entro, Tsuna sonrió.

-Ve con cuidado-.

Hibari no respondió nada y la puerta secreta se cerró. Tsuna se recostó en la cama y cerró los ojos, sentía los efectos de los somníferos y comenzó a cerrar los ojos, oh no, se estaba quedando dormido. La puerta se abrió y sintió la presencia de cierta persona, de la encargada de crear el parasito, pero se estaba quedando dormido, no sabía si podría decir o hacer algo.

-Lo siento tanto Tsunayoshi-.

Escucho su voz, pero estaba comenzando a perder la consciencia, Luna podía abusar de su estado.

-Pero te limpiare el parasito, pronto estarás bien-.

Estaba comenzando a quedarse inconsciente, sabía que no debía de haberse despertado cuando estaba Hibari, pero realmente había querido verlo, dejo de pensar en eso, lo importante ahora era que estaba perdiendo energía y que Luna podía bien terminar con él.

-Lo siento, se que amas a otra persona... pero yo te amo-.

Eso le sorprendió, lentamente comenzó a recobrar la conciencia pero a la vez sentía que la perdía, oh no, ya no podía ni abrir los ojos, lentamente comenzó a quedarse dormido, al final solo pudo pensar en una cosa, que Hibari le salvara.

Luna sonrió, Tsuna ahora si que estaba dormido, realmente se había dado cuenta que el chico estaba despierto pero ahora fácilmente podía decir que estaba dormido. Lentamente saco de su manga una jeringa, de su bolso saco un frasco y comenzó a llenar la jeringa con el liquido.

-Esto te limpiara el sistema, es mi llama de cielo con un poco de llama de sol y algunos medicamentos, como es similar a una llama de Sol el parasito no la comerá y podrá regenerarte porque es realmente llamas de cielo. También incluí una mezcla que te hará olvidar todo, renacerás Tsunayoshi, serás feliz, yo te haré feliz, lo juro-.

Acercó la jeringa al suero que estaba conectado al brazo de Tsuna, en un principio había querido sacar a Tsuna de la mafia al igual que a su hermano, pero sabía que sería peligroso y que ya no podía confiar en la familia Gesso, no cuando sabía que su líder había abusado de su prometido, además, podía fácilmente decir que eso no haría feliz a ninguno de los dos, no era tan mala, no quería hacerlos infelices.

-Aunque se, que te no te voy a hacer tan feliz, Tsunayoshi-.

De repente se encontró dudando, sabía lo que tenía que hacer, sabía que debía de inyectar el liquido, pero no podía, tiro la inyección y comenzó a sollozar, no podía hacerlo, si lo hacía Tsuna sería infeliz, lo sabía perfectamente, lo amaba y no quería hacerlo infeliz. Saco otra jeringa de su bolso y un nuevo liquido, esta vez solo limpiaría su sistema, no podía hacerlo olvidar sin sentirse culpable, realmente no podía hacerlo.  Pero luego de limpiarle el parasito se iría, la probabilidad que la descubrieran y la metieran en vendicare era grande, simplemente tenía que huir.

Cuando estaba por inyectarle el liquido la aguja le fue arrancada de las manos, miro a su costado y se encontró con la persona que menos imaginaba.

-Sin duda era obvio que tu eras la culpable, Cavollone Luna-.

Luna se sintió atrapada, trago grueso y luego sintió un sudor frió en el rostro, esa persona era peligrosa, era lo único que sabía.

-Yo... no...-.

Hibari saco un guante de látex de su bolsillo y se lo coloco, sin soltarle la muñeca tomo las dos jeringas y las examino.

-Tu también estas colaborando con el duplicado de anillos, ¿no es así?-.

-Te equivocas, yo no he ayudado en eso-.

Hibari le apretó la muñeca.

-Se encontró la misma sustancia, yo mismo la investigue. La sustancia había hecho olvidar a mis hombres todo lo que sabían, sin poderme informar nada. Se dijo que la persona encargada de crear la sustancia era alguien que podía manipular la llama del Sol y las restantes llamas, a excepción de la llama del cielo. Tu llama del cielo es tan impura que fácilmente puede confundirse con una del sol-.

-Estás equivocado, yo no les ayude a ellos-.

La familia Gesso le había traicionado, le había obligado a hacer tantas unidades de la sustancia como sus llamas habían podido y luego le habían dejado irse, dijeron que la iban a ayudar, pero Adelpho solo la buscaba para obtener a Tsunayoshi, no para dárselo.

-No pensé que fueran a ocuparlo de esa forma, yo no sabía nada-.

-Que Tsunayoshi este muriendo también es culpa tuya-.

-¡No es así! ¡Nunca hubiera permitido que lo dañaran!-.

-Los explosivos fueron creados por alguien con una llama de la tormenta, explosivos de tal calibre que solo tú o el herbívoro guardián hubieran podido crear-.

-¡Yo no cree los explosivos! También estaba sorprendida cuando me dijeron sobre la explosión, yo no lo hice-.

-Si Tsunayoshi muera te morderé hasta la muerte-.

-Entonces suéltame, tengo que limpiarlo del parasito antes que...-.

-Ugh...-.

Ambos voltearon a ver a Tsuna, de repente la maquina que estaba conectada Tsuna y medía su estado comenzó a emitir un fuerte sonido, Luna le arrebato una inyección y se acercó a Tsuna, pero cuando trato de tocarlo sintió como era repelida, trato de acercarse pero obtuvo el mismo resultado.

-No me puedo acercar... ¡No puedo hacerlo!-.

Hibari se dirigió a la puerta y cuando intento tocar la manija sintió que algo le quemaba y le oprimía el interior, soltó de inmediato la manija, intento hacerlo de nuevo y paso lo mismo. Luna miro la puerta y se sorprendió, miro todo el cuarto.

-Llamas... llamas de Cielo... casi parece tormenta... que pasa... yo... no comprendo-.

La chica miro a Tsuna y se asusto.

-Tsunayoshi... esta cubierto por llamas de cielo... no entiendo-.

Hibari no la estaba escuchando, solo estaba mirando el anillo de Tsuna, emitía un extraño brillo, se acercó a Tsuna y le tomo la mano, a diferencia de Luna él si pudo tocarlo, el anillo emitió un brillo más fuerte y frente a Hibari y Luna el espíritu de primo surgió. Hibari no soltó la mano de Tsuna, la mano que tenía el anillo del cielo.

Luna soltó un respingo, imposible, esa persona...

-Giotto...-.

Susurro y retrocedió impactada, no podía creer que frente a ella estuviera el primer líder de Vongola, Giotto, también conocido como Ieyatsu Sawada, indudablemente era cierto, su llama como su física era similar al de Tsunayoshi, eran parientes directos después de todo.

Giotto no observaba a ninguno de los dos, se acercó a Tsuna y coloco su manos sobre la que Hibari sostenía, era cálido para ser falso, pensó Hibari al sentir la mano casi transparente de ese sujeto sobre la suya. Giotto sonrió y se acercó al castaño.

-Te has sacrificado todo este tiempo... Eres un buen líder, y nadie más que yo sabrá lo realmente difícil que fue tomar esas decisiones, lo entiendo totalmente, yo también fui egoísta como tú. Decimo Vongola, es tiempo de ser recompensado, te ayudare a recuperar la determinación, el resto dependerá de tu propia fuerza-.

Giotto miro a los otros dos en la habitación, primero a Luna y luego a Hibari, cuando vio a Hibari le sonrió.

-No te lo preguntes más, Guardián de la nube. Esa piedra es solo un regalo que le he dado yo, le dije que se la diera a la persona que se la mereciera, supongo que para él tu lo eres todo. Ahora tú solo debes de confiar en él-.

Hibari saco el colgante de la bolsa de su pantalón y lo observo fijamente, la piedra brillaba más que hace un momento. Giotto cerró los ojos.

-Es bueno que no existan dudas en tu interior, él tampoco las tiene-.

Giotto lo miro fijamente, Hibari entendió perfectamente el mensaje.

-Luna Cavallone-.

La chica soltó un jadeo cuando escucho la voz de Giotto llamarla a ella.

-...-.

-A partir de ahora pelea con tu verdadera determinación, no hay necesidad de ser tan débil y utilizar tu poder de esa forma. Sin duda, tú eres la mejor mujer para ser su esposa-.

Luna sonrió, podría ser la mejor mujer, pero sin duda la mejor persona no era ella, de eso estaba segura, sonrió ante Giotto, porque al igual que ella al parecer ese espíritu también sabía que la mejor persona no era ella.

-Lo sé...-.

Sin más el espíritu de Giotto desapareció, las llamas de cielo que rodeaban a Tsuna y la habitación desaparecieron y el pulso de Tsuna se volvió regular. Luna se acercó a Tsuna y coloco una mano sobre su pecho y luego comenzó a proyectar llamas de sol, las heridas en esa región comenzaron a cicatrizar y luego a cerrarse, Luna sonrió.

-El parasito se ha ido...-.

Hibari quito la mano de la chica y la miro fijamente, mientras afuera se escuchaba el sonido de personas que se acercaban a gran velocidad.

-No me importa que tú seas su prometida, ni que seas la mejor mujer para él. Tsunayoshi es mío y tú sobras aquí-.

Las palabras impactaron a Luna como ninguna otra declaración. La chica se soltó de su agarre y sonrió con nerviosismo.

-Tú... Estas de broma-.

Hibari sonrió arrogante y le mostro un collar a Luna.

-Este colgante se lo quite a tu hermano, cuando consiga otros siete Tsunayoshi volverá conmigo a Namimori y si te acercas a mi territorio te morderé hasta la muerte-.

-¡Imposible! Tsunayoshi no puede volver a Namimori o le quitaran la vida-.

Hibari la miro fijamente. Luna entonces supo que él no sabía nada.

-Cuando Tsunayoshi entro en los territorios de Italia como Decimo Vongola se hizo una junta mundial, miles de miembros de la mafia de todos lados viajaron a Italia para conocer al nuevo Decimo Vongola. Cuando se supo que el Decimo Vongola era un niño hubo disputas internas, más que cuando se volvió el Decimo Vongola. Los líderes dijeron que ese niño podía con su puesto, muchos otros líderes lo apoyaron y al final se decidió que Tsunayoshi lucharía con el arcobaleno Reborn para probar su fuerza. Y así se hizo, la lucha se hizo una semana después de la reunión, los lideras veían a la distancia la lucha entre el bebe más poderoso de la mafia y el Decimo Vongola-.

Luna había estado ahí, podía recordar la batalla, había sido letal, ambos habían quedado realmente heridos, y el final había sido sorprendente.

-La batalla termino en empate, Tsunayoshi había disparado un ataque frontal maravilloso y Reborn uno múltiple, no quedo duda en ninguno, Tsunayoshi era fuerte. Pero la verdad era otra. Cuando por fin todos aceptaron su fuerza y su rol como líder, los lideres Vongola tuvieron una reunión privado con él y Reborn-.

-...-.

-En esa reunión le objetaron las miles de razones que tenían para no confiar en él, al final se dijo que Tsunayoshi no tenía permitido tocar Japón en diez años, si en algún momento de esos diez años el tocaba Japón lo matarían y Reborn sería el encargado de acabar con su vida, por traicionar a Vongola... Si él se va de aquí morirá-.

Ahora Hibari comprendió porque Reborn le había dicho que mataría a Tsunayoshi, pero realmente no comprendía una cosa.

-El bebe...-.

El bebe amaba a Tsunayoshi, esa era la razón por la cual estaba evitando que se lo llevara, el bebe sabía que si realmente quería podría llevarse a Tsunayoshi de regreso. Las cosas se estaban poniendo demasiado molestas para su gusto. Con el Bebe de por medio y esa chica fastidiando sus planes de llevarse a Tsunayoshi se estaban atrasando.

Desde el principio nunca tuvo la intención de quedarse en Italia, pensaba llevarse a Tsunayoshi y que volvieran a vivir juntos, en su territorio donde podría fácilmente tomarlo como suyo.

Luna lo miraba a la distancia, entones varias persona entraron al cuarto y comenzaron a revisar a Tsunayoshi, pero Luna solo miraba a Hibari, el chico se había puesto pensativo y no solo eso, una sonrisita extraña había surgido en sus labios, Luna tenía un mal presentimiento, ese chico no era un aliado en si, no peleaba con Tsunayoshi, peleaba por sus propios fines sin que realmente le importara nadie más. Nadie más que Tsunayoshi.

Era imposible derrotar a alguien que basaba su determinación con ira y sus propios placeres, para Luna era imposible, solo alguien que tuviera una determinación similar, como su hermano, podrían derrotar a ese niño.

-Reborn-.

Soltó entre sorprendida y escéptica, una lucha donde ella ya no cabía, donde solo ese guardián y el ex arcobaleno del sol, el asesino a sueldo más fuerte del mundo de la mafia, lucharían.

-No puede ser...-.

Todo quedo tan claro cuando termino ese pensamiento, era tan obvio como no se pudo dar cuenta, Reborn la había utilizado, ese maldito hombre la quería utilizar para que ella sacara del camino a Hibari, la sangre le hervía como si tuviera fuego en el cuerpo, no iba a permitir que un mafioso lo utilizara, ese bebe se las iba a pagar.

Observo que Hibari comenzaba a salir, se dio media vuelta con la seguridad de que Tsunayoshi ya estaba bien, siguió a Hibari hasta que cruzó el pasillo y lo detuvo del brazo.

Hibari la miro, se veía molesto pero Luna tenía una idea.

-¿Ese mafioso del sol te prepuso algo, cierto?-.

-No es de tu...-.

Por primera vez en su vida Hibari fue brutalmente interrumpido.

-¡Ese mafioso de mierda me quería utilizar para eliminarte de su camino! ¿Entiendes? ¡Entonces por supuesto que es de mi incumbencia!-.

Esa chica era ruda, realmente no era un cordero como se lo imaginaba, sonrió de lado.

-Wao. Tienes agallas para gritarme-.

Luna sintió que estaba entrando en territorio peligroso, pero realmente se quería vengar de Reborn, ese maldito le había dicho que tomara a Tsunayoshi, pero lo que realmente quería era que ella ahuyentara al guardián de la nube y luego ese arcobaleno iría por Tsuna, sin duda jugaba sucio como todos los mafiosos. Luna ya sabía como vengarse, lograr que Hibari Kyouya se quedara con Tsunayoshi, se volvería aliada en la relación de Tsuna y Hibari, eso haría pagar a ese mafioso de pacotilla.

-Kyouya, Reborn quería que me casara con Tsunayoshi cueste lo que cueste. Sin duda sabía que yo trataría de eliminarte al ver en peligro mi relación con Tsunayoshi, y luego probablemente él actuaría quedándose con él. Puede que realmente no te importe que me meta, es más, puede que no te guste que lo haga, pero voy a meterme porque ese mafioso me ha utilizado... Voy a ayudarte aunque te de lo mismo-.

Hibari sonrió de lado, así que todo tenía que ver con el bebe.

-Has lo que quieras-.

Dijo Hibari soltándose y saliendo del lugar, bueno, al menos no había dicho que no se metiera. Luna sin duda iba a ayudar a Hibari y Reborn bien podía irse al carajo por tratar de utilizarla para sus propios fines.

Cerca de ahí el ex arcobaleno del sol sonrió de lado, tomo a Leon del suelo y camino al lado contrarió de donde estaba Luna, sus planes iban mejor de lo que esperaba. Aunque realmente no era lo que hubiera preferido, pero era lo mejor.

Aunque aún quedaba el problema de que Tsuna podría morir por su bala.

.


.

Mukuro veía a la distancia la ventana de la habitación de Tsunayoshi, sin duda ya se esperaba que la culpable fuera esa mujer, aunque no se imaginaba que Hibari también lo supiera, pero lo que menos se esperaba era que el espíritu de Vongola Primo surgiera, eso si que había sido todo un espectáculo.

-Mukuro-sama-.

Mukuro se despego del tronco del árbol y volteo a ver a la chica, coloco una brazo sobre los hombros de la chica y comenzaron a caminar hacía la salida de la fortaleza Vongola.

-Iremos a una nueva misión, esta vez solo tú y yo, Nagi-.

-¿Qué misión?-.

-Vamos a ir a matar a Adelpho de la familia Gesso-.

-¿Adelpho?-.

-Sí, a esa persona-.

Nagi sonrió, ese hombre merecía morir de manera dolorosa, después de todo había dañado a su querido Jefe.

-El jefe se merece vivir en un mundo donde él no exista-.

Dijo Nagi con una sonrisa. Mukuro soltó una risita.

-Si, eso es correcto-.

Nagi miro a Mukuro.

-Mukuro-sama, ¿amas al Jefe?-.

Mukuro bajo la vista para mirar a los ojos a la chica.

-Claro, lo amo-.

-¿Qué tipo de amor?-.

La chica siempre había sido curiosa, pero era la primera vez que le hacía preguntas de ese tipo sobre Tsuna, pero sonrió arrogante.

-El amor que se le tiene a un objeto preciado... como el amor que le siento a esta arma-.

Dijo mientras que en su mano derecha surgía su tan conocida tridente, Nagi miro esto un poco decepcionada, solo como un objeto, se lo esperaba.

-¿Para Mukuro-sama el amor de una pareja no existe?-.

Pregunta curiosa, pensó Mukuro mientras desvanecía el tridente, se quedo callado por largos minutos, Nagi en ningún momento lo interrumpió. Mukuro soltó una risita.

-Kufufufu... Probablemente no. Mi querida Nagi, estas más curiosa que de costumbre-.

Nagi se sonrojo un poco.

-Me gusta conocer cosas de Mukuro-sama... porque Mukuro-sama es una persona importante para mi...-.

-También tú eres importante para mi, Nagi-.

A Nagi le gustaba que Mukuro fuera sincero con ella, se sentía especial para el ilusionista, aunque cabía destacar que con Tsuna, Mukuro era mucho más sincero.

-Muku...-.

Su caminar tranquilo fue detenido por niebla, niebla obscura, más o menos de un gris pegando al negro. Mukuro hizo aparecer su tridente y Nagi hizo lo mismo, el anillo Vongola brillo en la mano de Mukuro. Frente a ellos aparecieron tres hombres o más bien tres seres, envueltos en vendas con capas negras y sombreros de copa, Chrome tembló del miedo mientras instintivamente se colocaba frente a Mukuro, pero este solo la aparta mientras apuntaba con su tridente a los seres frente a él.

-Mukuro Rokudo, Chrome Dokuro, ambos han sido llamados a la prisión de Vendicare, cualquier objeción no será escuchada, no tienen ningún derecho en este momento-.

Una cadena salió de la nada tomando a Chrome, la chica soltó un jadeo mientras colocaba sus manos alrededor de la cadena, pronto sus manos y piernas fueran también tomadas, cadenas comenzaron a enredar su cuerpo.

-¡Salga de aquí Mukuro-sama!-.

Mukuro no tuvo tiempo de pensar, las cadenas que aprisionaron su cuello fueron tan fuertes que le obligaron a entrar en un extraño sopor, poco después sintió que su cuerpo era envuelto por más cadenas.

Realmente no entendía que estaba pasando, no recordaba haber hecho nada malo para terminar envuelto de nuevo por las cadenas de los Vendice, ni siquiera recordaba que Nagi tuviera algo que ver con esa prisión.

No entendía nada.

.


.

Su despertar fue extraño, sintió que renacía, miro al frente y se estiro, salió de la cama, se sentía como nuevo, como si nunca hubiera estado bajo los efectos de un parasito que lo mataba. Todos habían salido de su habitación por órdenes de Gokudera y ahora solo ellos dos estaban en la habitación, Gokudera salió diciéndole que iría a avisar a Reborn.

Se miro al espejo de su segunda habitación y se sorprendió, su cabello se había aclarado más, era un castaño claro, más claro que el de Kyoko, soltó un suspiro, incluso sus ojos e habían vuelto un poco más dorados, algo le decía que todo eso se debía al abuso de las llamas, se quito la ropa de dormir y se adentro al baño con la ropa interior, se quito la prenda y se metió a la tina con agua caliente que Gokudera le había preparado.

Su baño acabo en veinte minutos, los siguientes quince minutos los utilizo para cambiarse y verse un poco arreglado. De repente sintió un mareo, el cuarto se sintió raro y pronto se dio cuenta que estaba dentro de una ilusión de Mukuro, se le hizo extraño, en ningún momento había sentido que Mukuro estuviera cerca.

Se vio rodeado de agua, sabía que podía respirar, pero el agua era pesada, como si fuera aceite. Nado lentamente mirando lo que le rodeaba, solo era agua.

-¡Mukuro!-.

Diviso un punto luminoso a la distancia, nado hacia ese lugar. Cuando llego a su destino el objeto brillo con gran intensidad segando su visión por un segundo, cuando volvió a enfocar la mirada le sorprendió lo que vio.

-¡MUKURO!-.

Envuelto en cadenas en todo el cuerpo se encontraba Mukuro, agua a su alrededor, esa visión... Era la misma que le había mostrado Chrome, Chrome le había dicho que Mukuro sofría mucho en Vendicare y luego le había mostrado una visión similar a la que estaba viviendo. ¿Eso significaba que Mukuro estaba en Vendicare?

-No te preocupes... te salvare-.

La visión se rompió y se encontró a si mismo en el suelo de su habitación, se levanto rápidamente y comenzó a caminar a la salida de su alcoba, se detuvo cuando la puerta se abrió de golpe y por ella entraron Gokudera y Reborn.

-¡Mukuro y Chrome fueron llevados a Vendicare!-.

Soltó Gokudera mientras la cara de Tsuna se transformaba en una cara llena de preocupación e incredulidad.

-¿Chrome también?-.

-Los Vendice están solicitando una reunión contigo, te esperan mañana a las cuatro de la mañana-.

Tsuna mordió su labio inferior.

-No entiendo. ¡Mukuro y Chrome no han hecho nada!-.

Reborn también estaba sorprendido, tampoco comprendía porque los de Vendice habían decidido tomar a los guardianes de la niebla, ellos habían estado bajo un trato especial, pero no por eso ellos habían hecho algo, no que supiera él.

-No voy a permitir que los lastimen... Voy a sacarlos de ahí... incluso si he de dar mi vida por ellos-.

Dijo Tsuna, sin que lo notara había entrado en modo híper. Y sus llamas naranjas y brillantes daban la impresión de estar cargadas al máximo.

Tsuna estaba realmente enojado.

Notas finales:

Bueno, ahora que llegamos al capitulo catorce el final se acerca más y más.

Espero hayan disfrutado el capitulo y sin duda respondere pronto los comentarios.

Shao~ shao~


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