Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dietro il Cielo por yunmoon

[Reviews - 100]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Uff, he contestado todos mis reviews pendientes.

Disfruten el nuevo capitulo!!!

Aunque este cerca del final.

DIETRO IL CIELO

By: Yunmoon

.

.

.

Capitolo 15

Vendicare

.


Entrar a esa lugar era sencillo, solo había tenido que eliminar a los idiotas de la entrada y ya estaba adentro. Miro la fortaleza frente a sus ojos, iba a ser una noche larga si se la pasa admirando, pero tenía que hacer una estrategia para eliminar a todos de una sola vez, no quería volver esa noche sin los seis medallones de los Varia.

-Shishishishi~ ¿Hibari Kyouya? ¡Ranita, aquí esta el intruso!-.

Volteo rápidamente, miro al rubio y al de la gorra ridícula de rana, se veían débiles, en todo el sentido, más el niño de cabello verde, coloco una cara de aburrimiento, no entendía porque el bebe le había dicho que eliminara a esos debiluchos, preparo sus tonfas, mejor hacerlo rápido que seguir perdiendo el tiempo con esos herbívoros.

-¿Son integrantes principales del grupo de Varia?-.

-Bel-senpai, Kyouya-senpai no parece conocernos-.

-Shishishishi~ Después de todo es parte del grupo del débil Vongola Decimo... solo es un plebeyo-.

Sus palabras no lo molestaban, de hecho le parecían zumbidos molestos, Hibari bajo las tonfas, mejor pedirles los medallones antes de perder el tiempo, esos dos no parecían ser si quiera un entretenimiento.

-El bebe les entrego un medallón, dénmelo-.

-¿Medallón? ¿Hablas de esto?-.

Bel jalo la cadena de plata que colgaba de su cuello mostrando un pedazo de metal que tenía estampado una corona, el de la cabeza de rana hizo lo mismo mostrando un pedazo de metal con la cara de una rana sonriente. Hibari agudizo la mirada, sin duda alguna, esos eran los medallones, eran similares al que le había quitado a Dino. Extendió la mano, quería terminar temprano y tomar una buena siesta.

-Vengo por ellos. No quiero perder el tiempo, así que entréguenlos-.

-Kyouya-senpai, Reborn-senpai dijo que no te los diéramos a menos que nos dejaras inconscientes, dijo que si te los dábamos nos alimentaríamos con los peces en la mañana... Yo tengo un pez dorado...-.

Hibari comenzó a ignorar su parloteo, ridículo, ese sujeto era ridículo, desde su forma de hablar esta su forma de vestir, iba a ser una noche aburrida seguramente. Bel detuvo el parloteo de su compañero colocando una mano en su boca, el peliverde paro de hablar, de hecho, si Hibari se fijaba bien, ese niño del cabello verde se veía bastante pequeño, como de unos once años, como de la edad de Lambo probablemente.

-Shishishi~ Ese arcobaleno me tiene sin cuidado, lo que me importa es saber quien rayos es el idiota que cree que puede derrotarnos... Hibari Kyouya, tu derrotaste a un Mosca de dos golpes, pero nosotros no somos esa maquina sin cerebro... Prepárate, no pasaras de aquí-.

Hibari sonrió y preparo sus tonfas. Realmente no se le apetecía luchar contra esos dos débiles, pero si no había remedio entonces mejor divertirse un rato.

-Bueno, un aperitivo antes del plato fuerte. Los morderé hasta la muerta-.

Hibari sonrió sádicamente, un calentamiento era lo mejor antes de comenzar con la verdadera batalla.

Pero Bel y Fran eran un equipo en sincronía, pese a todas las discusiones ellos dos tenían una armonía perfecta, iba a ser una pelea larga.

.


.

Lo miro a los ojos, sin pestañear, el otro cada vez se sonrojaba más y más, pero él otro no apartaba la mirada, dos segundos después el que se encontraba sonrojado volteo la mirada y alzo la mano en forma de rendición.

-Me rindo, me rindo. Takeshi, eres realmente bueno en esto-.

-Jajaja... Lambo, ¿por qué te sonrojas?-.

-A nadie le gusta ser observado con tanta seriedad y apropósito... tienes la mirada de un hitman, realmente me pone nervioso-.

-El pequeñín me dijo algo similar hace mucho tiempo-.

Lambo se acomodo en el sofá y Yamamoto se quedo frente a Lambo, de pie mirando aún lado con una sonrisa en el rostro. Lambo se dio cuenta que era la primera vez que el espadachín tenía una sonrisa más o menos feliz, no esa sonrisa de diversión pura, era una sonrisa de felicidad, algo raro en ese chico que solo vivía a base de bromas, aunque ya no tanto como hace seis años.

-¿Qué te hace feliz, Takeshi?-.

Yamamoto volteo a ver a Lambo y le sonrió.

-Estoy saliendo con Gokudera-.

-¿QUÉ?-.

Lambo se levanto del sofá de un salto y miro a Yamamoto, increíble, y eso que no llevaban más de un mes en Italia.

-Genial, ¿no?-.

-¿Cómo lo hiciste? ¿No que Bakadera te odiaba?-.

-Es tímido, eso es todo-.

Lambo dudo que fuera tímido, para Lambo, Gokudera siempre había odiado a Yamamoto, enseguida se notaba que no aguantaba al beisbolista, no se tenía que ser listo para saber eso. Pero bueno, Yamamoto estaba enamorado, no le podía decir nada sobre eso.

-¿Y desde cuando salen?-.

-Desde ha...-.

La puerta se abrió abruptamente y por ella entraron Gokudera y Tsuna, Gokudera vestía un buen traje obscuro y una blusa roja con corbata negra, Tsuna llevaba un traje blanco con una blusa negra y una corbata negra, Gokudera llevaba en las manos lo que parecía ser una capa, Tsuna miro a Yamamoto y a Lambo.

-Vayan a sus habitaciones y colóquense los trajes que les dejamos ahí, partimos a Vendicare hoy a las doce en punto-.

Había dicho con tanta firmeza que enseguida Yamamoto y Lambo se habían puesto un poco tensos, pero Yamamoto estaba más preocupado por saber como estaba Tsuna que acatar su orden.

-¿Cómo te encuentras Tsuna?-.

Pregunto Yamamoto, Gokudera coloco una mano en su brazo y lo jalo fuera de la habitación, Lambo los siguió al notar la mirada de Gokudera, era una mirada que decía "no lo molestes". Tsuna se quedo en la habitación mientras los tres salían a una velocidad media. Lambo volteo en el último momento y observo la mirada iracunda de Tsuna, mientras que con una mano el castaño golpeaba la pared y esta se cuarteaba hasta que un pedazo de concreto salía volando, se sorprendió pero no detuvo su paso, volteo a mirar a Gokudera en busca de respuestas.

-¿Qué ha sucedido?-.

Pregunto Lambo inmediatamente.

-Los Vendice se han llevado a Mukuro y a Chrome a Vendicare-.

-¿Por qué?-.

Gokudera dudo en decirles, pero Tsuna dijo que no tenían porque ocultar nada, porque la razón por la cual sus guardines de la niebla habían sido enviados a Vendicare era inválida, además, que ya no habrían más secretos para la familia.

-¿Nos puedes decir o te lo han prohibido?-.

Dijo Lambo, suponiendo que Tsuna le había dicho a Gokudera que no debía de decir nada. Gokudera soltó a Yamamoto una vez llegaron al cuarto del espadachín, soltó un suspiro.

-Cuando Mukuro fue soltado de Vendicare, se dijo que sería el próximo guardián de la niebla. Sería una pieza importante en la mafia y la responsabilidad de sus actos recaerían en Vongola, en si, en el Decimo. Por eso, Mukuro fue dejado en libertad-.

Lambo asintió, comenzó a imaginarse la razón o al menos suponer algo, coloco una mano frente a Gokudera, deteniendo su charla y luego comenzó a horrorizarse, más bien, a sorprenderse al pensar en la posible razón de que esos dos fueran llevados a Vendicare.

-Espera, estas diciendo que los de Vendice lo soltaron porque él sería el único guardián de la niebla... pero...-.

Gokudera continuó con su charla.

-Cuando luchamos contra Varia por los anillos, se presento el guardián de la niebla como Chrome Dokuro...-.

Lambo lo cortó inmediatamente.

-Y en la ceremonia de sucesión se dijo que el guardián de la niebla eran Rokudo Mukuro y Chrome Dokuro... ¡Ellos no aceptan que existan dos guardianes de la niebla!-.

Concluyó Lambo, Gokudera asintió ante su conclusión.

-Los Vendice dijeron que nunca han existido dos guardines en el mismo puesto, así que el Decimo tiene que decidir quien de los dos será su guardián de la niebla. Si el Decimo escoge a Chrome, Mukuro regresara a Vendicare sin permitirse volver a negociar su libertad, Mukuro no volverá a ver la luz del día-.

-¿Qué hay si escogen a Mukuro?-.

Preguntó Yamamoto.

-Mataran a Chrome... Si ella no es guardián de la niebla no es nada en la mafia, recuerden que Mukuro saco a Chrome del mundo normal, Chrome pasaría a ser una molestia en la mafia... un intruso. Y como intruso la mataran por todo lo que sabe sobre la mafia-.

Simplemente no se podía elegir a uno, cualquier opción llevaba a un resultado catastrófico, la muerte de Chrome no era algo de lo que sentirse feliz, no cuando esa chica había ayudado tanto, tanto que Tsuna casi la consideraba una hermana menor, y todos sabían que Vendicare era como estar en el infierno pero en la tierra, era como sufrir una muerte sin morir y Tsuna no permitiría que Mukuro volviera a sufrir eso.

-¿Qué piensa hacer Tsuna?-.

-No lo sé. El Decimo no me ha dicho nada, pero Reborn-san ya le dijo que no se alterara, los de Vendice pueden decidir algo peor y matarlos a los dos... o incluso...-.

El peliplata se quedo callado, realmente no quería imaginarse lo que podrían hacerle a su querido Decimo, Yamamoto coloco una mano en el cabello de Gokudera y le sonrió.

-Relájate, Tsuna pensara algo y los dos estarán bien. Tsuna también estará bien... No sientas miedo, Gokudera-.

Gokudera desvió la cara y se sonrojo, Lambo trago saliva, como decirlo, se sintió como el intruso en ese cuadro. Decidió irse de ahí y dejar a esos dos en su burbuja de amor, camino por el pasillo hasta llegar a su habitación, abrió la puerta y observo el traje, muy original, un traje negro con camisa verde. Comenzó a quitarse la parte de arriba de su ropa y una vez se lo quito escucho algo que lo dejo de piedra.

-No estas tan mal, vaca estúpida-.

Sonrojado hasta las orejas, Lambo volteo a ver a Reborn, el ex arcobaleno era un idiota pervertido y además un pedofilo, ese Reborn tenía veinticuatro años, y él apenas tenía doce, le miro con el ceño fruncido mientras comenzaba a colocarse la camisa verde, Reborn sonrió con burla mientras bebía lo que parecía ser un expreso. Su mirada obscura se enfoco en la pared frente a Lambo.

-Tengo veintiuno, solo me gusta verle la cara a él-.

Lambo se sintió sorprendido, era como si le leyera la mente, pero al parecer eran cosas que Reborn podía interpretar con solo una mirada.

-¿Le mentiste a Tsuna?-.

Lambo término de abrocharse la camisa y miro a Reborn. De hecho la mejor parte de estar en Italia era que Reborn era muy entretenido, ese misterioso hombre llamaba la atención de la curiosidad infantil de Lambo, descifrar a Reborn era algo que sin duda a cualquier le gustaría hacer, Reborn era sin duda más complejo de lo que muchos pensaban y lo que sorprendía a Lambo era que parecía ser que Tsuna comprendía a Reborn mejor que nadie, incluso mejor que el propio Reborn.

-Por supuesto. No pretendía decirle que cuando la maldición se rompiera tendría la misma edad que el líder de Vongola-.

-¿D-de verdad? ¿Todos los arcobaleno tienen la misma edad?-.

-Sí, después de todo para romper la maldición necesitábamos la llama del líder de Vongola-.

Los ojos de Lambo seguían fijos en Reborn y los de Reborn seguían fijos en la pared. Había algo en Reborn que parecía un poco diferente, ya fuera el brillo de su mirada o la forma de enfocar la mirada, Lambo comenzó a desabrocharse los pantalones.

-Tsuna me rechazo-.

Lambo se quedo estático ante la confesión del asesino.

-Dijo que amaba a Hibari... Es patético-.

Lo que Lambo no entendía era porque le contaba eso a él. Se bajo los pantalones y se coloco los del traje negro, Reborn seguía con la vista perdida en la pared, como si realmente no fuera consciente que Lambo estaba ahí. Lambo se abrocho los pantalones y se coloco el cinturón sacando la camisa verde, era una forma rebelde y más casual de usar el traje, desvió sus pensamientos del traje y los centro en Reborn, lo miro y se dio cuenta que Reborn seguía perdido en sus pensamientos.

-Además, piensa que Dino y Hibari tuvieron sexo y se siente dolido...-.

Reborn se detuvo y Lambo frunció el ceño, quien le hubiera dicho esa mentira a Tsuna estaba mal, era cierto que Dino y Hibari habían tenido una relación "candente", pero extrañamente nunca habían tenido sexo, se imaginaba que todo se debía al propio Hibari, ya que Dino amaba a Hibari, aunque debía de aclarar que esa relación era confusa y compleja aún para él.

-Eso no es verdad. Dino y Hibari nunca hicieron eso-.

Dijo Lambo mientras se anudaba la corbata. Reborn bebió el ultimo trago de su expreso, abandono su taza en el mueble que estaba a su lado y miro a Lambo, le jalo la corbata quitándosela de las manos y del cuello y con un empujón hecho al chico a la cama, Reborn jugueteo con la corbata mientras miraba a Lambo, quien ahora estaba acostado en la cama.

-Y eso que importa, mientras él piense que así fue, no importa la verdad-.

Ante esa respuesta Lambo se sintió un poco molesto. Sabía que una de las razones del rompimiento de Hibari y Dino era que el guardián de la nube estaba enamorado de Tsuna y recordando los días que había vivido ahora con Tsuna podía casi asegurar que el castaño también estaba enamorado de Hibari.

-Claro que importa. Hibari también ama a Tsuna y si Tsuna ama a Hibari no entiendo que es...-.

Reborn saco un arma de quien sabe donde y apunto a Lambo en la frente, pero Lambo no se inmuto, pese que por dentro se moría del miedo.

-Y eso es algo que no nos incumbe más a nosotros-.

-¿Qué es lo que tienes planeado?-.

Más que miedo Lambo comenzó a sentirse curioso, no sabía como interpretar a Reborn, era tan voluble y misterioso, le costaba interpretar sus palabras, le costaba leer lo que había entre líneas, Reborn era un acertijo, no por nada era el mejor asesino a sueldo de Vongola, por no decir que probablemente las decisiones más importantes que Tsuna había tomado, antes las había consultado con Reborn.

Reborn soltó una risita y dejo de apuntarlo con el arma dejando respirar tranquilo a Lambo.

-Primero que nada, Luna Cavallone iba a servirme para darle celos a Hibari, pero sabía que eso no iba a funcionar por mucho tiempo, es lista, era obvio que ella se daría cuenta tarde o temprano y solo por molestarme comenzaría a ayudar a Hibari a conquistar a Tsuna, una aliada que Hibari no aprovechara pese que es la mejor aliada que podría tener en mi contra-.

-¿Eh?-.

-Luego, sé que Luna Cavallone se unirá más a la mafia, ella será una aliada poderosa. Y lo mejor de todo es que no se daría cuenta de su alianza, es lista, pero aún es joven, le falta mucho por aprender-.

-...-.

-Es seguro que Hibari esta enfrentando a Varia ahora, es probable que intente realmente llevarse a Tsuna, pero él no sabe de las capacidades de Xanxus, no pasara de él. Él probablemente crea que yo no sabía de lo que hablaba, pero él es quien no conoce a Xanxus. Debo aceptar que Hibari es fuerte, realmente fuerte, pero aún le falta mucho para lograr ser como su yo del futuro, Hibari también es aún joven-.

-¿Hibari que...?-.

-Cuando Hibari pierda contra Xanxus yo habré ganado y también lo tendremos completamente como un miembro activo de Vongola, no podrá negarse, después de todo me dio su palabra y ese chico es tan orgulloso que no notara que todo fue planeado-.

Lambo agrando los ojos mientras se sentaba en la cama.

-Tú...-.

Reborn le arrojo la corbata y guardo el arma mientras se alejaba dos pasos y miraba a los ojos a Lambo, pero Lambo estaba tan impresionado que no notaba la mirada que le dirigía Reborn, más que él amor, Reborn veía por la mafia, Reborn estaba utilizando los sentimientos de Luna Cavallone y Hibari a su favor para tenerlos cerca, en pocas palabras, para que fueran miembros activos de Vongola y su poder pudiera utilizarse a su máxima capacidad, los había manipulado de tal forma en que ninguno de los dos lo notaría.

-¡Tú solo quieres que Hibari y Luna estén totalmente dentro de la mafia! ¡Los quieres del lado de Vongola! ¡Los manipulaste!-.

Reborn sonrió sádicamente.

-Bingo-.

-¿Todo el tiempo eso fue lo que planeaste? No entiendo... ¿amas o no amas a Tsuna?-.

Reborn tomo la taza de café y comenzó a salir de la habitación de Lambo, un cuerno se enterró en la puerta haciéndolo parar, volteo para mirar a Lambo. El chico vaca lo miraba con una sonrisa crispada, Reborn sonrió de lado, la vaca parecía bastante estar enojada, le parecía divertido para ser sincero.

-Vale, no me digas eso. Mejor responde esto. ¿Por qué me cuentas todo eso a mi?-.

-No lo se-.

Dijo Reborn, y estaba siendo totalmente sincero, como nunca lo sería con nadie, nadie más que con Tsuna claro estaba.

Lambo soltó un suspiro, era difícil tratar de ser maduro, aunque se esforzara mucho Reborn le obligaba a actuar como idiota, pese a eso realmente quería llegar a ser igual de fuerte y sorprendente como lo fue su yo de veinte años en el futuro. En fin, ser maduro o no ya no importaba en ese momento, con Reborn como objetivo la madurez o el infantilismo no valían nada.

-Probablemente, porque llamas mi atención, vaca estúpida-.

Lambo lo miro sorprendido, si bien recordaba, en el pasado Reborn lo ignoraba, lo ignoraba, realmente lo hacía a tal extremo que ni siquiera lo miraba, ¿y ahora decía que llamaba su atención? Era estúpido que le dijera eso ahora.

-Eres estúpido-.

Se lo dijo sin si quiera pensarlo del todo, Reborn dio la vuelta y salió de la habitación sin decir ni hacerle nada después que Lambo le había dicho que era estúpido. Lambo tomo la corbata y luego miro la puerta fijamente.

Probablemente no quería seguir conociendo a Reborn, si, probablemente lo mejor sería no conocerlo. Ahora se imaginaba un poco los traumas que tendría Tsuna después de haber descifrado a Reborn.

.


.

Se lo imaginaba, sería sencillo. Solo entraría a Vendicare, tomaría a Chrome y a Mukuro y luego se marcharía, probablemente tendría que dejar Vongola por una temporada, o quizá para siempre, no importaba, con los dos guardianes de la niebla libres podrían valerse por si mismo, viajarían por el mundo. Él tenía dinero para mantenerse una buena vida, no solo a él mismo, también a los dos ilusionistas, o quizá...

-Si estas pensando en llevarte a Mukuro y a Chrome y luego huir como fugitivo te digo esto, estas alucinando-.

Tsuna volteo a mirar a Reborn, se acercó a él y lo miro con sorna, estaba demasiado estresado como para notar con quien estaba hablando, no le importaba que fuera Reborn o el propio noveno.

-¿Una mejor idea, chico listo?-.

La ironía en sus palabras realmente no molestaron a Reborn, no cuando los ojos de Tsuna estaban llenos de culpa, era tan molesto que siempre se echara la culpa de todo, incluso de porque las mariposas morían en invierno y porque los leones mataban a sus presas. Soltó un suspiro, Tsuna era como un niño en esos momentos, y ahora no podía simplemente golpearlo, no quería provocarle un daño.

-Por el momento cálmate, si te pones tenso los demás guardianes se pondrán igual-.

-No estoy... muy tenso... solo un poco-.

Bueno, al menos aceptaba que estaba tenso, Reborn coloco una mano sobre su hombro y lo obligo a sentarse frente al escritorio, Reborn coloco a Leon entre las manos de Tsuna y como si fuera magia, Tsuna se relajo, la sonrisita patentada de Leon era como un calmante natural.

-Analicemos la situación. No puedes escoger entre ninguno de los dos, porque si no eliges a uno muere. Entonces lo que debes hacer es elegirlos-.

-Pero ya lo hice, y ellos han hecho esto por mi decisión-.

-Piensa, ¿cómo podrías elegirlos a los dos sin que ellos lo nieguen?-.

-M-me... me estas mareando... si ya lo sabes dímelo-.

Reborn frunció el ceño, tenía que hacerlo pensar un poco más, ese bueno para nada no podía depender siempre de él, aunque debía de comprenderlo un poco, Tsuna debía de estar mareado por la enfermedad, casi siempre solía entender sus indirectas. Poco a poco Tsuna comenzó a sonreír.

-Oh, creo que te he entendido-.

Reborn sonrió de lado, al menos ya había captado.

-No pueden ser dos guardianes del Cielo de Vongola, pero... existen esos guardines-.

Reborn asintió, Tsuna era un chico listo después de todo.

-Gracias Reborn-.

Y le sonrió, Reborn sonrió de lado, se agacho y coloco sus labios sobre los de Tsuna, Tsuna lo aparto con sutileza, y con un sonrojo le devolvió a Leon.

-S-sabes... creo que, te dije algo cuando estaba infectado por el parasi... ¡Es cierto! ¿Dónde esta Luna?-.

Entonces un brillo de lucidez volvió a Reborn, era cierto, ella era quien había creado el parasito, y la había dejado libre.

-Llamare a Dino-.

-¡No! Quiero hablar con ella directamente. Debo decirle que su parasito a sido modificado y que solo puede alimentarse de las llamas del Cielo, aunque alguien más lo tenga no lo afectara a menos que sea alguien que utilice las llamas del Cielo-.

-¿Cómo sabes eso?-.

-No lo se, es lo que siento... Además, al parecer también Hibari-san y Mukuro lo saben. No quiero que la lastimen-.

Tsuna siempre era muy perspicaz, era algo que siempre sorprendía a Reborn, era obvio que en algún momento se iba a enamorar de él, pero no era como si realmente lo deseara, era un amor involuntario, algo que realmente no quería sentir. Lo que Reborn no sabía era que de esa forma funcionaba el amor.

-¿Por qué me amas, Reborn?-.

La pregunta repentina y el cambio de tema realmente no alteraron al ex arcobaleno, Reborn lo miro, no era como si fuera a decirle la verdad. Tsuna sonrió, si Reborn no comenzaba, entonces lo haría él.

-A mi me gusta... Tu cara-.

Se levanto de su lugar y se acercó a Reborn, le acaricio el rostro lentamente, hasta tocar sus labios y se detuvo.

-Me gustan tus labios, también tus ojos... incluso tu cabello me encanta. Tu personalidad era algo que no podía entender, pero ahora lo hago y me agrada... Reborn, nunca has visto por ti mismo, siempre ves por lo mejor para... siempre ves por mí-.

Reborn no dijo nada, lo que Tsuna decía era verdad, pero no se lo iba a decir, porque de eso él apenas y era consciente.

-Que supieras todo sobre Luna y no dijeras nada se debía a que a ti te gustaba la idea de que ella fuera parte de mi familia. ¿De verdad quieres que me case con ella?-.

-No quiero-.

Tsuna deslizo la mano hasta dejarla caer al aire, no pensaba que Reborn fuera a contestar eso, pero que lo hiciera solo terminaba de confirmar sus sospechas.

-No mentí cuando te dije que si Hibari-san no existiera te amaría a ti-.

-No me interesan tus sentimientos por él-.

-Solo te interesa mis sentimientos en si, ¿verdad?-.

-¿A dónde quieres llegar?-.

El castaño miro el suelo con detenimiento y luego alzo el puño y dio un fuerte golpe a Reborn en la mejilla, Reborn se tambaleo un poco y luego miro a Tsuna, ni siquiera se molesto en devolverle el golpe, sabía porque lo recibía y ese golpe era el golpe del adiós y a la vez era el golpe que había esperado en recibir hace mucho tiempo.

-Eso fue, por irte a disfrutar del tiempo mientras yo me enfrentaba a la violación de ese hombre... Realmente, realmente te espere todo ese tiempo, pensé que llegarías a salvarme, realmente creí que serías mi súper héroe, en ese momento yo solo confiaba en ti, Reborn, en ese momento te amaba más que a Hibari-san, yo solo te esperaba a ti-.

Reborn ya ni siquiera lo miraba, esas palabras, aunque no eran precisamente esas, las había estado esperando, debía de aceptar algo, nunca había creído que Tsuna dijera que lo amaba, había creído que le diría que lo odiaba. Al menos ahora sabía lo mucho que había perdido por esas vacaciones, por decidir tomarse el tiempo en diversión, sin duda hubo muchas mujeres y alcohol, pero eso no era algo que le fuera a decir a Tsuna alguna vez, después de todo se imaginaba que tal vez ya lo sabía.

-Cuando salí de ahí, quería volver aquí, pero me sentía sucio. Yo quería verte y que me dijeras que todo iba a estar bien, pero a la vez tenía miedo, estaba asustado de que pudieras odiarme por haberme dejado tocar por alguien como él... Por es me fui con Varia, estaba avergonzado de mi mismo, de lo que pudieras decir de mi-.

-Eres un bueno para nada, eres un estúpido, eres idiota, eres... tan tonto-.

Tsuna no lloraba, ni sus ojos estaban llenos de dolor, ciertamente hace poco eso aún le dolía, pero con el asunto resuelto, Adelpho lejos y Hibari cerca, eso ya no le lastimaba. Su dolor, como el amor por Reborn había terminado, lo que decía solo era para sentirse liberado de esos sentimientos que había decidido no contarle nunca a Reborn, pero sentía que ya había llegado el momento, Reborn y él ya habían llegado a su punto sin retorno.

-Reborn, a partir de mañana a las doce del medio día, te libero de tu deber. Como Decimo Vongola, daré la orden de terminar el contrato con el asesino a sueldo Reborn. Tu estancia en Vongola ya no será una obligación como asesino... pero... me gustaría que siguieras siendo mi asesor, más que mi tutor-.

Reborn sonrió de lado.

-Estoy enamorado de ti. Me dices que me amabas, pero ya no. Y luego me despides pero quieres que continúe siendo tu asesor-.

-Y una cosa más, ¿Qué le has contado a Luna? ¿Por qué Hibari-san esta de intruso en la mansión de los Varia?-.

Reborn soltó una risita.

-Los manipule un poco para que ambos estuvieran bajo tus servicios-.

Tsuna sonrió.

-No te cansas de causar problemas-.

-Era la primera vez que me enamoraba, así que quería que tuvieras a los mejores bajo tu mando-.

-Tienes una forma extraña de demostrar tu amor-.

Reborn miro la hora en el reloj de la pared, faltaban cinco minutos para que fueran las doce, tomo a Tsuna de los hombros y lo miro fijamente.

-A partir de ahora tus ojos solo pueden mostrar determinación, ¿lo entiendes?-.

-Lo entiendo-.

-Bien, te ayudare hasta donde me permitas-.

-No quiero que interfieras, de hecho, quiero que no digas nada. Déjame hacerlo por mi mismo-.

-Bien-.

Esto era el fin, lo notó Reborn, Tsuna no iba a amarlo, su oportunidad había pasado hace mucho, mientras él cobardemente huía del castaño. Bueno, de hecho, dolía menos que hace un momento, se sintió un poco patético, había sido rechazado el mismo día dos veces, bueno, la verdad ya no le daban ganas de seguir con lo mismo, con Tsuna no se podía llegar a nada, así que lo mejor era dejarlo como estaba.

Tsuna salió de su oficina, Hibari no llegaría, aunque de hecho no importaba tanto su presencia.

Hana estaba en la sala junto con Haru, les sonrió a las dos.

Pronto le pediría a Haru que se fuera y volviera a Japón, a Hana no podía echarla, pero no quería tenerlas a las dos a en la mansión Vongola, era arriesgado, así que prefería que Hana se quedara.

Muchas cosas iban a cambiar pronto, sabía por Dino que Haru, Kusakabe y Hibari debían volver pronto, las clases en Japón iniciarían y ellos no pensaban trasladarse a Italia a terminar sus estudios, en tanto Ryohei iba a quedarse en Italia con Hana, al igual que Lambo y Yamamoto. Había escuchado que Kyoko estaría pronto de visita, con su novio o algo así.

Incluso sabía que su madre e I-pin estaban desaparecidas al igual que Basil estaba inconsciente por algo como una bacteria hecha con llamas de niebla, se imaginaba que se trataba de Luna pero no quería seguir divagando en el tema por el momento, tenía mucho trabajo y eso era lo que importaba. Sin contar que debía de terminar su compromiso con Luna, no iban a dejarlo volver a Japón en cuatro años más, pero no podía casarse con Luna y eso era algo que ya había decidido.

Suspiro, todo cambiaría mañana.

-Es hora de irnos-.

Sin decir nada más salió de la sala con rumbo a la fortaleza de los Vendice. La prisión Vendicare.

.


.

Esa ranita era condenadamente divertida, probablemente le pondría una correa y se la llevaría a la mansión Vongola, la batalla con esa rana había sido dura, pero él odiaba a los ilusionistas y lo había vencido al final, había sido una batalla divertida. Coloco el cuerpo de la rana junto con el rubio y luego le arrancó el collar que llevaba, sonrió de lado, con esos ya tenía tres collares. Camino directo a la mansión y se detuvo a la mitad, había alguien cerca, preparo sus tonfas y saltó rápidamente al sentir algo similar a una descarga eléctrica dirigirse a él, miro al frente y agudizo su visión hasta que pudo ver al encargado de dicha descarga.

-Hibari Kyouya, impertinente mocoso. Te conviene marcharte ahora que el jefe aún esta durmiendo, si se despierta y te encuentra... no pasaras al otro día-.

Oh, una amenaza, Hibari se sobre excito, de un salto llego al lado del hombre y con una sonrisa se dio cuenta que llevaba un colgante con el símbolo de un rayo.

-Wao... Las amenazas de los herbívoros no se pueden tomar como tal, pero me han dado ganas de morderte hasta la muerte...-.

-Es una advertencia, guardián de la nube. Mi jefe aún esta durmiendo y...-.

-Cállate, tu voz me molesta. Te morderé hasta la muerte-.

-Yo, el guardián del rayo de Vari, Levi A Than, haré que pagues tu impertinencia-.

Hibari sonrió de lado divertido por la forma de presentarse, como si fuera un súper héroe, de pronto sintió algo extraño en su interior, pero fue momentáneo, de todas formas se dio el lujo de mirar el cielo nocturno mientras se lanzaba contra el hombre, y con su voz interna dijo un nombre.

Tsunayoshi.

.


.

Tsuna de repente se sintió mejor, con sus llamas renovadas se encontraba de camino a Vendicare, en autos negros con vidrios polarizados se encontraba sentado en el asiento del copiloto con Reborn como el conductor, los asientos traseros se encontraban vacíos, ya que en el auto de atrás iban los cuatro guardianes.

Miro de reojo a Reborn.

-No te sientas nervioso-.

-No puedo evitarlo, ellos nunca me habían pedido alguna reunión... es intrigante... y da algo de miedo-.

-No saques tu patética faceta de bueno para nada-.

-Vale, lo entiendo... pero no evita que me sienta un poco raro. A veces es algo que no puedo evitar-.

-¿Qué hay con Hibari?-.

-Hibari-san no es requerido, de hecho ningún guardián es requerido... ellos me sugirieron que llevara a mis guardianes, tengo un mal presentimiento de todo esto, para ser sincero-.

-Entonces debiste de haberlos dejado-.

-Pero a la vez siento que son necesarios... es... una sugerencia del espíritu de Primo-.

-¿Sigues hablando con la determinación dentro del anillo?-.

-No tanto como antes, pero aún la siento. Además, esa determinación es importante para mí-.

Reborn asintió.

-Pero el espíritu de Primo tiene limitaciones, ¿no?-.

-Pues él dijo que ya no podríamos hablarnos... ya que me ha enseñado todo lo que ha podido y además que ya he encontrado a... bueno, que ya estoy completo-.

Reborn comprendió totalmente lo que decía.

-Reborn... ¿Has tratado antes con los Vendice?-.

Ante la interrogativa Reborn no pudo evitar mostrar un rostro de "si lo sé, pero no te contare nada", ante eso Tsuna soltó un suspiro.

-¿Has tratado con ellos?-.

-Era un arcobaleno, ese era mi trabajo, Tsuna-.

Tsuna no dijo nada después de su explicación, miro la hora en su reloj de muñeca, eran casi las tres de la mañana.

Escucho que alguien lo llamaba, y aunque al principio pensó que se trataba de Reborn al verlo noto que no era así, la voz era diferente, como un suspiro, como un alo, era extraño. Sonrió pese a eso, ese sonido le había hecho perder el nerviosismo, de alguna manera se sintió un poco mejor.

.


.

-Mu-mukuro-sama...-.

Lo llamo cuantas veces pudo, pero no podía escuchar su respuesta, él no contestaba y ella estaba comenzando a asustarse, atada totalmente se sentía desprotegida, pero sus órganos seguían ahí, eso significaba que de alguna manera Mukuro seguía presente. Trato de moverse y aunque el dolor no la restringía había algo que si lo hacía, eran como cadenas invisibles que le impedían incluso el tratar de moverse.

-Mukuro-sama...-.

Llamo de nuevo, con un poco de esperanza en que este contestara, pero no lo hizo.

De hecho ni siquiera sabía que hacía ahí. Era consciente que algo habían hecho, pero no sabía el que habían hecho, bastante confundida aún por el no saber la razón sintió algo.

Una calidez que la envolvió y le provoco una sonrisa sincera.

-Jefe...-.

Podía sentir su aura tranquilizadora rodear todo el lugar, era como sentir el calor de una cama cómoda, una leche tibia y un cuento para dormir, todo eso con Tsuna acostado a tu lado contándote la historia. Cerró los ojos de forma tranquila, aunque estuviera encerrada y no supiera su destino sabía que estaría bien, el Jefe nunca les había fallado, el Jefe era la persona más agradable y cálida que había conocido.

Su jefe era como una parte del paraíso entregada para dar conforte y paz en las personas, a ella especialmente le entraba esperanza cuando lo veía y cuando lo sentía era como entrar en una capsula que la protegía.

Ni siquiera el dolor que punzaba en sus mejillas y piernas podía distraerla de la paz que sentía en ese momento.

-Jefe...-.

Suspiro por última vez, mientras sentía que todo estaría bien.

.


.

Su sorpresa al verla sonreír le provoco una sonrisa, elevo una mano para hacerse notar y sonrió aún más cuando esta le vio y comenzó a correr a su encuentro.

-¡Nana!-.

La mujer lo estrecho con sus menudos brazos y le dedico una sonrisa reluciente, de esas que te dejan con la sensación de bien estar y un placentero toque de paz.

-Ara, ara. No sabía que también estarías aquí-.

-Quería verte, te ves bien-.

Nana soltó una risita y miro a su alrededor, cuando encontró a la chica, I-pin, sonrió de nuevo.

-Nos invitaron a venir aquí, así que traje a I-pin-chan, pero cuando busque a Bianchi-chan ella ya no estaba-.

-¿Quién te ha invitado?-.

-¡Luna-chan!-.

Así que no estaba equivocado, Luna era la culpable.

-Ya veo-.

-¿Quieres jugar un rato? I-pin-chan también jugara-.

-Claro, vamos a divertirnos-.

-Pero~ ¡No puedes entrar al mar en traje!-.

Él miro su atuendo, vaya, que descuido, se había mostrado frente a Nana con un traje negro, aunque ella parecía ignorarlo sabía que en el fondo ese mujer se estaba formando ideas, Nana era dulce como pocas, pero era intuitiva como un Vongola, una mujer lista que parecía fiarse de todo mundo, pero la realidad era que Nana tenía un sexto sentido que le hacía confiar en las personas indicadas.

Como él o incluso Reborn.

-¡Cierto! Iré a cambiarme-.

-Claro~-.

Soltó un suspiro, al menos su mujer y esa chiquilla estaban bien, un problema menos.

.


.

Haru miro la maleta frente a su cama y luego miro a Kusakabe, no era que se sorprendiera, pero quería saber la razón de tan repentina decisión de Hibari.

-¿Por qué?-.

Preguntó mientras volteaba a mirar de frente a Kusakabe, el hombre soltó un suspiro, simplemente seguía ordenes, no era que quisiera echarla, después de todo Miura era como una integrante más en el loco grupo de su líder, pero las ordenes eran claras, debía de hacer volver a la chica a Japón, ella no iba a continuar más en esa fortaleza minada. De cierta forma Hibari estaba preocupado por la seguridad de la chica.

-Son órdenes de Kyo-san-.

-¿Por qué quiere que vuelva ahora a Japón? ¡Las clases aún no comienzan!-.

-Haru, Kyo-san no me dijo el porque, solo quiere que vuelvas-.

-¿Y que hay con ustedes? ¿Cuándo vuelven?-.

Era lo que no sabía, Kyouya había dicho que ella tenía que volver, pero no había dicho nada de que ellos fueran a volver.

-No lo sé-.

Dijo con sinceridad.

-¿Cómo que no lo sabes?-.

-No lo sé. Simplemente me dijo que tenías que volver-.

-¡De ninguna manera, no voy a irme así como as...!-.

-Es por tu seguridad, Tsunayoshi también quiere que yo vuelva, pero no me lo dice porque sabe que estoy con Ryohei-.

Kusakabe y Haru voltearon a ver a Hana, la chica mantenía una mirada seria mientras miraba la ventana, Haru se irguió hasta posar su mirada en la chica.

-¿Cómo dices?-.

-Es obvio que Tsunayoshi no nos quiere aquí. Por favor, date cuenta que en este lugar casi no hay sirvientes, no hay más que mafiosos trabajando las veinticuatro horas para Tsunayoshi. Él no esta involucrando a nadie que no pertenezca a su mundo-.

-¡Pero yo...!-.

-Hana-san tiene razón. Desde el comienzo yo sabía sobre esto y aunque Kyo-san no me pidió quedarme con él yo decidí hacerlo, me volví lo que soy porque confió en Kyo-san-.

-¡Pero yo también confió en ellos! ¡Hibari y Tsuna-san son...!-.

-No es lo mismo Miura. Tú estancia aquí es tu propia impertinencia, no creo que Hibari haya aceptado que estés aquí-.

La chica bajo la cabeza, era cierto que había insistido tanto hasta que Dino había interferido y le había asegurado a Hibari que él la cuidaría.

-Te lo diré así. Yo soy una carga en este lugar, pero Tsuna me protegerá porque soy la novia de Ryohei. Pero tú eres una molestia, es preferible para ellos que no estés en un lugar tan peligroso. Miura, en este momento hemos tenido suerte, pero no sabemos lo que nos espera más adelante-.

La chica hizo un mohín mientras se dejaba caer en la cama.

-Pero quiero ayudar... no quiero irme-.

-¿Sabes por qué Kyoko no esta aquí?-.

Dijo Hana y Miura negó lentamente.

-Kyoko estaba enamorada de Tsuna, ¿lo sabías?-.

Miura se sorprendió ante la revelación y se levanto de la cama.

-Pero Kyoko vio las dificultades del futuro y se dio cuenta que si Tsuna no quería meterla por su cuenta a su mundo ella tampoco lo forzaría a hacerlo. Kyoko decidió vivir una vida normal para hacer la vida de Tsuna más sencilla, para agradecerle a Tsuna que la hubiera protegido, es una forma de agradecerle que le haya salvado la vida. Ella protege su vida no solo por ella, si no también por Tsuna-.

Ante eso Kusakabe se sorprendió, eso del amor era algo que siempre lo sorprendía, miro a Haru y noto que la chica se veía un poco afectada por el relato.

-Kyoko-chan... ¿amaba a Tsuna-san?-.

-Así era, pero... hay un momento en la vida de una persona que hay que tomar decisiones. Esto se lo dije a Kyoko quiero decírtelo a ti. No voy a forzarte a escoger algo que no quieres, pero piénsalo, hay decisiones que afectaran toda tu vida-.

Haru volvió a sentarse y miro a Kusakabe.

-¿Hibari estaba preocupado por mi?-.

Kusakabe asintió. Hana miro la expresión de la chica, al parecer ya tenía una decisión.

-Kyoko-chan decidió dejar ir a Tsuna-san, ¿verdad?-.

-No es como dejarlo ir, es como comenzar una vida sabiendo sobre él y deseando lo mejor para él, sin ir más haya de eso-.

-Es como desearle la felicidad sin ser parte en su vida... Kyoko-chan es realmente alguien sorprendente, es una chica fuerte-.

Hana asintió, aunque sabía que aunque la chica se alejara aún corría riesgos, después de todo era hermana de uno de los guardines de Tsuna y una chica importante en la vida del castaño.

-Yo... Lo lamento, pero quiero ser parte de su vida y... también quiero desearle lo mejor... ¿Puedo continuar trabajando en Japón para ustedes y volver debes en cuando?-.

Kusakabe sonrió, recordando las palabras de Hibari: "Si esa mujer quiere continuar perdiendo el tiempo, mejor que lo haga buscando información para nosotros, odio a los herbívoros débiles y que además solo holgazanean". Suponía que algo así iba a terminar sucediendo.

-Claro que puedes-.

-Bien, me iré mañana mismo a Japón...-.

-Ah, sobre eso. ¿Por qué no te vas en unos días más? Kyoko va a venir de visita, podrías volver con ella a Japón-.

Ante eso Haru y Kusakabe miraron sorprendidos a Hana, oh no, si no lo recordaban mal, Hibari no soportaba a Kyoko y era solo por una razón.

Kyoko representaba muchas cosas que Hibari odiaba. Siempre estaba en una manada, era débil y distraída y sobre todo, había sido objeto del amor de Tsuna.

Solo esperaban que ya no fuera así.

.


.

Las cuatro en punto en su reloj, en ese momento las puertas de Vendicare se abrieron, Tsuna entro, con Reborn a su lado y sus cuatro guardianes atrás. Las puertas se cerraron una vez todos estuvieron adentro sin esperar un solo momento, cadenas comenzaron a envolver los cuerpos de sus guardianes, Reborn y Tsuna no se inmutaron, sabían que algo así podría pasar, al menos eso era algo de lo que Tsuna les había advertido. Los guardianes aunque al principió se sorprendieron al siguiente momento solo enfocaron su mirada en Tsuna y a los Vendice que se presentaban frente a su Cielo.

-Decimo Vongola, ¿Dónde esta tu guardián de la nube?-.

-Él no pudo venir aquí-.

Los hombres miraron a Tsuna y este sintió como un frió recorría su espalda, vaya, estar frente a esos entes era peligroso y podía notarlo sin necesidad de contar con su súper intuición. Reborn por otra parte se mantenía en la posición de no intervenir.

-Bien. Tu decisión es lo único importante, Decimo Vongola-.

Tsuna dio un paso adelante y lentamente dijo.

-Mukuro es mi único guardián de la niebla-.

Ante lo dicho los otros guardines se sorprendieron, ¿qué pasaría con Chrome?

-Comprende...-.

-No he terminado. Rokudo Mukuro es mi único guardián de la niebla, pero Chrome Dokuro es mi guardián de la niebla y tutora de Fran ambos pertenecen a la rama especial de asesinato de Vongola, Varia-.

Todos se sorprendieron.

-Explícate-.

-Mammon, antes conocida como la arcobaleno del chupete índigo, Viper, dejo su puesto en el escuadro de Varia, comenzando a trabajar con Verde, ex arcobaleno del chupete verde. Al dejar el puesto vacío se asigno un nuevo miembro, Fran. Chrome Dokuro pasó a pertenecer al escuadrón Varia al ser la tutora oficial de Fran, su puesto es importante en mi familia y en Varia, ella sigue siendo una guardiana-.

La lógica de sus palabras sorprendió a Reborn, aunque lo pudo haber dicho mejor eso no había estado nada mal. Los de Vendice miraron intrigados al Decimo Vongola, no esperaban menos del líder más importante en la mafia de Italia, por no decir el jefe mafioso más importante a nivel internacional.

-Tus palabras distractoras son bastante convincentes, tomaremos eso como cierto. Pero aún así no lo dejaremos pasar tan a la deriva. Tenemos una condición para dejarlos libres, a ambos-.

Más condiciones, Tsuna se estaba cansando de eso.

-Queremos el collar que te ha dado Primo-.

Tsuna se sorprendió, ¿por qué el collar?

-¿El collar? ¿Por qué?-.

-No hablamos del collar sentimental que te ha entregado, queremos el collar de la piedra naranja-.

Reborn volteo a mirar a Tsuna, ¿de que collares hablaban?

Tsuna cerró la boca, se negó a hablar por lo que los Vendice continuaron.

-El ópalo de fuego que se te ha sido confiado por Primo Vongola te pertenecerá una vez que hayas decidido tu futuro, mientras eso no sucede debes devolverlo, esas fueron las ordenes de Primo Vongola-.

Tsuna los miro incrédulo, Primo no le había dicho nada de eso.

-El ópalo... Primo no me dijo nada de eso-.

-Es porque nos ha confiado la misión a nosotros. Tu indecisión podría llevar a la destrucción a Vongola y el ópalo de fuego sería lo único capaz de devolver a la vida lo que tú destruyas, Vongola solo renacerá con el ópalo de fuego-.

¿Indecisión? Tsuna no entendía lo que le estaban diciendo, no había ningu... No podía ser posible.

-¿Hablas sobre...?-.

Las cadenas pronto cubrieron el cuerpo de Tsuna y cuando menos lo notaron Tsuna y los Vendice ya habían desaparecido. Reborn no dijo nada ante eso, los guardianes pronto se vueron libres de su prisión.

-¿De qué estaban hablando, Reborn-san?-.

Preguntó inmediatamente Gokudera.

-El ópalo de fuego es confiado al líder de Vongola. Se piensa que es una piedra común, pero en el caso de Vongola significa renacimiento. Aunque es una piedra nueva para Europa, Vongola ya la utilizaba desde hace siglos... es casi como la piedra del inició de Vongola-.

-Entonces... Primo aún no considera al Decimo como alguien apto-.

-No creo que se refiera a eso-.

Dijo Reborn.

.


.

Tsuna se vio frente a Chrome, le acarició el rostro y le sonrió mientras comenzaba a quitarle las cadenas, la chica le devolvió la sonrisa y lentamente comenzó a moverse, cuando se vio liberada de su prisión se abrazo a Tsuna.

-Jefe... gracias-.

Tsuna le acarició la espalda y la alejo de él.

-Ve todo derecho por el pasillo, ahí encontraras a Reborn y a los otros, pronto volveré con Mukuro-.

-Entiendo-.

La chica se levanto con algo de esfuerzo y salió corriendo, Tsuna se levanto lentamente y sintió de nuevo ese aire frió por la espalda.

-Ya tienes a uno-.

Escucho la voz y lentamente dio la vuelta.

-Mi indecisión... ¿es sobre el querer dejar herederos en Vongola?-.

-Lo entiendes-.

Entonces Tsuna supo de qué iba todo. Él no quería tener hijos, no quería dejar un heredero, no quería que alguien que perteneciera a su sangre continuara con un grupo mafioso. Lo sabía, era como destruir Vongola, él era el último heredero de Vongola, él único capaz de traer descendientes de llamas del cielo y aunque sabía eso no quería tener hijos. Primeramente tenía que ver con eso, lo otro tenía que ver con que amaba a Hibari y no existía una forma biológica posible de traer un hijo entre dos hombres. Y no pensaba estar con una mujer solo para tener hijos, aunque el Noveno le había dicho que existían otras maneras él se negaba a tener hijos.

-Mientras dudes de eso debes devolvernos el ópalo de fuego-.

Tsuna miro el pasillo que conducía a un nuevo laberinto de pasillos y luego a la prisión de Mukuro.

-Todo esto, acerca de mis guardianes... ¿Fue solo para hacerme venir aquí y hablar sobre el querer tener hijos?-.

-No, de hecho es real que nunca han existido dos guardianes en el mismo puesto-.

Tsuna comenzó a caminar, una loca idea de escapar de eso le vino a la mente.

-No puedo tener hijos-.

Dijo simplemente.

-El no querer traicionar tus sentimientos con ese guardián no es algo preocupante-.

-Lo sé, se que podría simplemente tener hijos con métodos... Pero no tendré...-.

-No lo entiendes, Decimo Vongola. Primo no te lo ha dicho así que entonces puedes quedarte con el ópalo de fuego-.

Tsuna se extraño.

-No contestaremos nada más, puedes llevarte a tu guardián de la niebla. Comprendemos ahora que no estás indeciso, simplemente no sabes todo lo que debes de saber. Nosotros no contestaremos nada porque no se nos pidió contestarte nada. Averiguar la verdad solo es cosa tuya, Decimo Vongola-.

Y sin más desaparecieron, Tsuna miro sin entender el espacio vacío que habían dejado. Alejando los pensamientos se dirigió a donde sabía podría encontrar a Mukuro.

.

.

Cinco collares, no podía creer que ese idiota con el pavo real se hubiera metido como si fuera un loco y ahora estuviera en el suelo, había sido tan sencillo que parecía casi irreal. Ahora contaba con cuatro collares de esos Varia y el collar de Dino. Sonrió con sorna mientras ponía el primer pie dentro de la fortaleza. Su caminar fue detenido con brutalidad cuando sintió que algo le rozaba, dio un paso atrás lo suficientemente a tiempo como para evitar la espada.

Superbia Squalo, si no se equivocaba. Un rival que sin duda le traería un buen momento de distracción y diversión.

-Por un momento pensé que se trataba de Yamamoto Takeshi-.

Anunció el de cabello largo, haciendo enojar a Hibari.

-El cabello largo en un hombre es desagradable e inaceptable-.

Declaro mirando el cabello blanco largo de eso hombre, casi parecía una mujer, nunca permitiría que los estudiantes en Namimori, su ciudad, tuvieran el cabello tan largo y desagradable, le irritaba de sobre manera.

-¡QUE DICES MOCOSO DE MIERDA!-.

-No alces la voz, nadie te lo permitió-.

-¡VOOOOI! ¡NADIE ME ORDENA NADA!-.

-Has desobedecido muchas leyes, y aunque esto no es Namimori has desobedecido leyes que me hacen enojar, voy a morderte hasta la muerte-.

Hibari preparo sus tonfas y justo en ese momento se escucho algo similar a una bala, se hizo a un lado al igual que el engendro del cabello largo y miro hacia arriba.

-¿Qué es esto?-.

Un aura tan poderosa, a Hibari casi le brillaron los ojos, es hombre tenía un aura poderosa, era sin duda el plato fuerte que estaba esperando. Bajo las tonfas con una sonrisa en la cara, Squalo lo creyó un demente, por nada Yamamoto le había dicho que realmente era un demente.

-¿Quién es este pedazo de mierda? Basura-.

Squalo lanzo una maldición y luego miro a su jefe.

-Es Kyouya Hibari, el guardián del anillo de la nube de Vongola-.

-Solo es un pedazo de basura, mátalo-.

El siguiente golpe apenas y fue visto por Squalo, que no pudo reaccionar como lo hizo Xanxus, el golpe le había dado directo en la cabeza al de cabello largo, una tonfa cargada de llamas de nube que rápidamente encerraron su cuerpo en algo similar a una burbuja, al parecer no era una tonfa, si no el puercoespín de la nube. Xanxus había saltado a tiempo y miro con detenimiento a Hibari. Tenía unos ojos peligrosos y eso hasta Xanxus podía notarlo, no era rival para él, pero era de esa basura de la que causaba problemas, como Sawada Tsunayoshi.

Hibari sonrió de lado.

-Te morderé hasta la muerte-.

Anunció mientras se ponía en pose de batalla, Xanxus lo vio desde las alturas, no era más que un pedazo de mierda con valentía, podía ser fuerte, pero sin duda aún le faltaba experiencia, como Sawada Tsunayoshi. Oh, algo le llego a la cabeza, si era como Tsunayoshi sabía como podría derrotarlo de una forma humillante. Sonrió de forma burlona y algo sádica, después de todo, el ex arcobaleno del chupete naranja le había dicho que podía jugar con él cuanto quisiera.

Lo único malo es que no podría matarlo.

Notas finales:

Dos capitulos más.

¡Sí, sólo dos y un pequeño epilogo!

Bueno, espero que este capitulo sea bueno...

¡El final esta cerca!

Shao~ shao~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).