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Dietro il Cielo por yunmoon

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DIETRO IL CIELO

By: Yunmoon

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Capitolo 16

Con amor 

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Nunca había admirado la piedra como ahora lo hacía, el ópalo tenía un brillo singular que hacía entrar en tranquilidad a Tsuna. Pero en ese momento no admiraba la paz que sentía al verlo, estaba admirando el hecho de que no sabía porque Primo le había dado ese objeto.

Los vendice le habían dicho que la verdad era algo que tenía que averiguar por su cuenta, pero sencillamente no era algo que fuera tan sencillo, no cuando incluso los altos miembros de Vongola aún no confiaban en él, los únicos que podrían hablarle sobre el ópalo de fuego, pero la probabilidad que le dijeran algo sobre el tema era baja, ellos le escondían aún muchas cosas.

Y sobre tener o no tener hijos, realmente no deseaba tenerlos, él era consciente de su situación y del mundo en el cual se había involucrado, pero recordaba totalmente convencido que él no había querido ser un líder mafioso, ¿qué tal si su hijo tampoco lo deseaba? Tsuna quería que su hijo viviera una vida tranquila, un vida en la cual la mafia no interviniera, sinceramente quería que su hijo decidiera ser o no ser un mafioso. Pero conociendo a la mafia eso no era algo que su hijo pudiera elegir, como él, era seguro que su hijo se vería obligado a pertenecer a la mafia y Tsuna no quería eso.

No quería que alguien más viviera su misma experiencia, era algo atemorizante, y aunque quisieras y realmente desearas negarte no era algo elegible, la mafia no tenía muchas salidas, no quería que alguien más tuviera el mismo camino que él, un camino donde decidir ser o no ser mafioso no era una decisión, era algo que ya estaba decido y más que confirmado.

No podía hacerle lo mismo a alguien más, no era que odiara toda su vida, pero a veces se preguntaba que tal sería su vida sin la mafia, era algo que realmente se preguntaba, tal vez sería un mediocre, pero sería algo que él hubiera elegido por su cuenta y no una decisión que tomara alguien más por él.

-¿Ese es el collar del que hablaron?-.

Tsuna recordó entonces que estaba en un auto camino a la mansión Vongola, con Reborn como conductor, Mukuro y Chrome en la parte trasera y en el auto que les seguía estaban los otros guardianes. Guardo el collar en el bolsillo de su saco.

-Si, es ese-.

-¿Y el collar sentimental?-.

Sonrió de lado.

-Lo tiene Hibari-san-.

Reborn no comento nada y Tsuna se lo agradecía de cierta forma. Miro el cielo que ya comenzaba a colorearse en tonos azulosos obscuros, el amanecer estaba cerca y Tsuna se sentía por fin agotado, lentamente cerró los ojos y finalmente su agotamiento mental termino por dejarlo dormido, no había dormido bien en los últimos días y había estado en la cama hace unas horas con un parasito que absorbía su vida como si fuera una sanguijuela. Atrás Mukuro observaba por el espejo retrovisor a Tsuna y después de verlo por fin dormido se decidió a hablar.

-¿El ópalo de fuego? ¿El sagrado ópalo de la familia Vongola?-.

Pregunto con algo de burla, Reborn lo miro por un momento por el espejo retrovisor y luego volvió la vista en el camino.

-¿Cuánto sabes sobre eso?-.

Preguntó Reborn, Mukuro soltó una risita, a su lado, Chrome dormitaba, se veía cansada y algo lastimada, supuso que se debía a la forma en la que se había resistido al verlo apresado a él de nuevo. Después de todo, los de Vendice no solían lastimar a sus prisioneros, al menos no cuando la sentencia aún no era dictada. Olvidando el asunto retomo su plática con el hombre que conducía el vehículo en el que estaba.

-El ópalo fue entregado del primer Vongola al segundo, y después de eso, el ópalo desapareció, por un tiempo se creyó que la madre del Noveno Vongola, Daniela, la octava, poseía el ópalo, pero al nacimiento de Timoteo, el ópalo volvió a desaparecer... Creo que ese ópalo es más misterioso que el hecho de que Tsunayoshi-kun sea casi la imitación de Primo Vongola-.

Reborn sonrió de lado, Mukuro sabía más sobre el asunto y eso era obvio.

-¿Qué más sabes?-.

Pidió, sabía que eso era algo que le gustaba a Mukuro, ese hombre enfermo gustaba porque le rogaran, le gustaba sentirse importante.

-Tengo entendido, que la piedra en si fue introducida a Europa hasta el siglo diecinueve, pero desde hace siglos atrás esta piedra ya era conocida por los Vongola. Se dice que la piedra en si es llamada ópalo de fuego porque es similar a uno y su color hace creer que realmente es una piedra volcánica, pero me fio más a la segunda historia, esa que dice que fue creada a partir de las llamas de ultima voluntad de Primo Vongola, en conclusión, para mí eso no es un ópalo de fuego-.

Reborn miro de reojo a Tsuna, notando que el chico realmente dormía profundamente, miro de nuevo a Mukuro y luego volvió sus ojos al camino, ya estaban llegando a la fortaleza Vongola.

-Me sorprende que puedas obtener ese tipo de información-.

Mukuro supo que Reborn también sabía sobre eso, soltó una risita y con una mirada juguetona contesto el ataque del ex arcobaleno.

-No te sorprendas, ex arcobaleno del chupete naranja. Sabes perfectamente que ese tipo de información solo se consigue a través de fuentes cercanas a los Vendice-.

-En conclusión les robaste información-.

-Robar suena mal, Kufufufu~-.

Reborn se detuvo una vez llegaron a la primera puerta que adentraba a la mansión Vongola, habían cosas que tenía que hacer antes de hablar con Tsunayoshi.

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Hibari se sostuvo el hombro herido y observo con molestia como el hombre caminaba a él. Recibió una patada en el estomago que lo hizo volar un par de metros hasta topar con una pared el golpe provoco su choque contra esta, después del impacto cayó de una forma seca al suelo, no podía mantenerse en pie, algo circulaba en su sistema, algo que le cortaba la fuerza.

Ese sujeto lo había drogado con algo.

-Pedazo de basura, tienes una resistencia nula a este tipo de drogas... y esto no es nada-.

Hibari comenzó a levantarse, pero Xanxus coloco un pie sobre su cabeza manteniéndolo en el suelo y lo miro con superioridad. En algún momento Xanxus se había confiado y esa basura le había golpeado en el rostro y en el plexo solar, pero Xanxus no era tan fácil de destruir y ni ese dolor infernal lo había detenido, era cierto, había jugado sucio, pero de eso trataba la mafia, la mafia no era amable si ese hombre de las tonfas lo creía, incluso Tsunayoshi ya lo entendía y había comprendido que ser egoísta era mejor en ciertas ocasiones.

-El guardián más poderoso de Sawada Tsunayoshi, Hibari Kyouya... no eres más que un pedazo de basura...-.

Ejerció más presión sobre la cabeza de Hibari, ya había terminado con él, lo pisoteaba como si fuera basura y él otro solo podía revolcarse en el sucio suelo mientras sentía su furia crecer, pero hiciera lo que hiciera ya había ganado, no había posibilidades para ese mocoso, la droga apenas estaba entrando en su segunda etapa y eran tres, cuando llegara a la tercera entendería porque ya no valía la pena continuar con esa batalla perdida.

Era una lastima que no pudiera matarlo.

-Pedazo de mierda, debo decirte que esperaba un poco de diversión... Pero eres débil como cualquier pedazo de basura... Incluso la basura es mejor que tú-.

Ridiculizarlo era algo que le había pedido el ex arcobaleno, pero esa petición realmente no era necesaria, a Xanxus le fascinaba insultar a las personas que perdían ante él.

-Basura-.

La basura, mejor conocido como Squalo, se acercó a Xanxus, el de cabello largo reía por lo bajo, ese golpe que tenía Xanxus en la mejilla parecía doler y al parecer le iba a doler más en la mañana, en fin, al parecer ese Kyouya no era tan débil, solo que le faltaba un poco de experiencia, sin duda podía llegar a ser más fuerte que Xanxus, claro, con un arduo entrenamiento lo lograría, aunque dudaba que con esa actitud cerrada lo lograra.

-Lleva esto a casa de Tsunayoshi, dile que no necesito cuidar de sus desperfectos-.

Retiro su pie de la cabeza de Hibari y dio la vuelta comenzando a irse, Hibari trato de levantarse, pero un dolor similar a una corriente de electricidad comenzó a recorrerlo y lastimarlo, sentía como el dolor aumentaba gradualmente y después de quince segundos quedo inconsciente.

Squalo se dio cuenta que la droga ya había entrado a su tercera fase, la fase en la cual dañaba los impulsos nerviosos hasta confundir al sistema, ahora el chico estaría en un sueño profundo. Se agacho a su altura y le quito el collar que colgaba de su cuello junto con los otros cinco, no sabía de que iba todo eso, pero Reborn, el hitman ex arcobaleno, le había dicho que Hibari necesitaba aprender mucho más y ahora comprendía que tan cierto era eso. El chico era fuerte y ciertamente ese chico pudo haberle vencido, a él, al emperador de la espada, pero era inexperto en peleas de ese calibre, en peleas sucias en todo el sentido de la palabra, el chico pese a su fuerza y astucia le hacía falta la experiencia. Era probable que no fuera cien por ciento consciente de lo que trataba la mafia, probablemente seguía creyendo que todo era tan fácil como la pelea por los anillos.

Una lastima que hubiera sido humillado de esa forma por su jefe, aunque se imaginaba que ahora seguro querría practicar mucho más, volverse más fuerte y volver para matar a su líder, a Xanxus.

Recordaba vagamente la primera pelea de Tsunayoshi con Xanxus, el chico había sido aplastado en su totalidad, además de humillado claro estaba.

Xanxus no era de esos de tener clemencia, era sádico hasta con el desayuno, pero gracias a Xanxus, Tsunayoshi tenía una resistencia casi inhumana, resistía muchos ataques de llamas, ataques físicos como psicológicos, también resistía drogas y hasta los climas más drásticos, Xanxus lo había entrenado hasta casi destrozarlo, pero a su recuperación Tsunayoshi se había vuelto otro, otro que era más astuto y más fuerte, era como si un mecanismo de extra supervivencia se hubiera activado en Tsunayoshi. Era probable que ese guardián adquiriera esa experiencia si continuaba con luchas como la que había tenido ahora con Xanxus, y eso sería conveniente.

Squalo tomo al chico y lo coloco sobre su hombro, le diría a Tsunayoshi que luchara con él una sola vez, probablemente con eso el chico entendería que necesitaba entrenar en un lugar mejor que Namimori, ese lugar era demasiado tranquilo como para tener un entrenamiento serió, quedarse en Italia era lo mejor para ese niño.

Seguramente se volvería fuerte y un excelente pilar para la rama principal de Vongola, además que Tsunayoshi necesitaba de ese tipo de paredes en la que sostenerse.

El recuerdo de la vez que encontró a Tsunayoshi medio desnudo en la entrada de la mansión Varia ataco a Squalo haciéndolo vagar en sus memorias. Tsuna había lleagado destrozado, y psicológicamente estaba herido, era casi como un perro callejero, actuaba agresivo y apenas y era consciente de su situación, aún le parecía increíble que se hubiera convertido en lo que era ahora, por un tiempo creyó que nunca se recuperaría de sus traumas, pero el chiquillo era realmente impredecible como sorprendente.

Aunque divagando más en el recuerdo, ahora se daba cuenta que si Xanxus no hubiera golpeado a Tsunayoshi la primera vez que lo vio este no hubiera reaccionado, haberle tenido lastima en primer momento no había sido lo mejor y Xanxus lo había demostrado cuando sin pedir permiso había golpeado al castaño hasta casi volarle los dientes, pero el chico había reaccionado con el golpe. Sonrió por lo bajo, esos habían sido "buenos tiempos".

Volviendo al tema del chico que tenía, ahora comprendía que había sido buena idea dañar a su ego, sin duda lo haría consciente de su situación.

Iba a ser consciente que aún era débil.

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Suspiro una vez bajo del avión, miro el papel que había recibido hace dos días y sonrió, camino un poco desorientada hasta que se topo con alguien conocido, entonces agrando su sonrisa y camino más rápido hasta que rodeo a la chica.

-Hana-chan-.

-Kyoko, ¿cómo estuvo el viaje?-.

-¡Me fue muy bien!-.

-¿No lo trajiste?-.

-No pudo venir, tenía prácticas extracurriculares... Pero dijo que para la próxima no faltaría-.

-Bien, vamos por tu equipaje, nos esperan en casa de Sawada-.

-¿Cómo esta Tsuna-kun?-.

-Veras, el ha cambiado un montón... Incluso ha crecido mucho... va a gustarte verlo, él también me ha preguntado por ti-.

-Espero que todo haya ido muy bien... que todos estén muy bien-.

-Sin cuidado Kyoko, todos están de maravilla-.

La castaña sonrió ante el comentario. A la distancia vio a alguien, enfoco la mirada y se dio cuenta que se trataban de personas conocidas.

-Esos son...-.

-Ah, cierto. Me han acompañado Kusakabe y Miura-.

-Ya veo-.

Kyoko sonrió de nuevo mientras caminaba en dirección a los otros dos. Pronto Kusakabe recibió una llamada, Hibari había regresado a la mansión con severas heridas y además de eso estaba inconsciente.

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Reborn suspiro mientras observaba a Hibari postrado en la cama, sin lugar a dudas había peleado incluso con su cuerpo herido y drogado, pero la droga en la tercera fase si no era conocida por el cuerpo dañaba el sistema nervioso confundiendo a su contenedor y mandándolo a la inconsciencia instantánea. Tsuna estaba frente a Hibari, no entendía como Hibari había terminado en ese estado, le habían dicho que Hibari estaba en la mansión Varia, pero no sabía que iba a terminar en ese estado, ni siquiera sabía porque había terminado así.

-Reborn... ¿Qué ha pasado?-.

-Probablemente Xanxus lo derroto...-.

-¿Por qué Hibari-san estaba peleando contra Xanxus-san? Quiero la verdad ahora si, Reborn-.

Reborn inclino su sombrero y sonrió con sorna, le gustaría haber visto como Hibari era derrotado, pero al menos sabía que había sido derrotado de una forma humillante, borro la sonrisa de su rostro al ver el rostro lleno de preocupación de Tsuna.

-Hibari quería llevarte de regreso a Namimori, así que le hice una apuesta-.

-¿Quería llevarme de regreso a Japón? ¿Acaso no dije que...? Oh no... Hibari-san nunca estuvo cuando dije que no podía volver a Japón... ¿Qué clase de apuesta hiciste con Hibari-san?-.

-Le dije que si derrotaba a Dino, a los Varia y a mi, él podría llevarte a Japón-.

-Tú sabías que Hibari-san no podría contra Xanxus-san... lo has hecho apropósito-.

Reborn sonrió ante el comentario. Tsuna se dio cuenta que Hibari comenzaba a moverse, se acercó un poco más y le toco la frente, al parecer la fiebre con la que había llegado ya había bajado. Hibari abrió los ojos y Tsuna se aparto un poco.

-¿Te encuentras bien, Hibari-sa...?-.

-¡MOCOSO!-.

Tsuna se asusto y miro hacia la puerta, ahí estaba Squalo, sonrió con nerviosismo mientras se encaminaba a la salida, no quería que Hibari se molestara por la visita inesperada. Reborn y Hibari se quedaron solos en el cuarto, Hibari se sentó en la cama, sus ojos miraban al frente, solo quería morder hasta la muerte al bastardo que le había hecho eso.

-No estas en posición de pedir revancha, el resultado será el mismo, hoy, mañana y pasado mañana, Xanxus siempre va a vencerte, acéptalo Hibari, eres débil-.

-Cállate, bebe-.

-Te guste o no, esa es la verdad. No estas en posición de cuidar a Tsuna, no cuando tú ya eres más débil que él-.

Hibari miro a Reborn de manera hostil, Reborn sonrió ante eso, al parecer Hibari ya había aceptado eso. Poco después Tsuna entro por la puerta con una mirada algo molesta, su propio rostro mostraba que se encontraba molesto por algo, elevo el rostro y miro a Hibari detenidamente, y luego suspiro.

-Cuando te sientas mejor, pelea conmigo-.

El pedido sorprendió a Reborn quien miro a Hibari, el guardián de la nube sonrió con diversión ante el pedido, se levanto de la cama y miro a Tsuna.

-Wao... Me parece divertido, voy a morderte hasta la muerte-.

Tsuna miro a Hibari y aún con el disgusto en todo el rostro asintió con la cabeza.

-Terminemos con esto-.

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-¿Dónde esta Kyo-san?-.

Yamamoto, que se encontraba caminando, se detuvo en el momento en que escucho que le llamaban, volteo y sonrió con nerviosismo.

-Pues... Él esta mejor si eso estabas preguntándote-.

-¿Dónde esta?-.

-Oh bueno... ¡Kyoko!-.

-¡Tekeshi-kun!-.

Yamamoto se dirigió a la chica y le dio un corto abrazó, pero Kusakabe se estaba impacientando, que no le dijeran donde se encontraba su líder herido era algo que le molestaba. De la nada salió Ryohei con una sonrisa sin darse cuenta que Yamamoto ya no estaba solo y comenzó a hablar.

-Ya cure todas sus heridas, la droga ya no circula en su sistema, él podrá pelear sin desventajas contra Tsu...-.

Detuvo sus palabras cuando se dio cuenta que Yamamoto no estaba solo, y se sintió aún más nervioso cuando vio a Hana y Kyoko ahí, Yamamoto se cubrió el rostro con una mano, y eso que Tsuna les había pedido que nadie se enterara de su pelea contra Hibari.

-¿Cómo esta Kyo-san?-.

-Él... ¡Kyoko!-.

-¡Onii-chan!-.

Ryohei abrazo fuerte a su hermana mientras la cargaba y la hacía girar entre sus brazos, Kusakabe comenzó a molestarse más, esas evasivas lo estaban haciendo perder la paciencia y eso que él tenía mucha. De nuevo de la nada apareció Gokudera, este miraba unos documentos sin percatarse que frente a él había más personas que Yamamoto y Ryohei.

-Ya esta lista la zona de entrenamiento en la que se llevara el combate, el Decimo me dijo que...-.

Cuando elevo el rostro y vio que Yamamoto le pedía callar se dio cuenta que habían más personas. Sonrió con nerviosismo.

-¿Qué combate? ¿Dónde esta Kyo-san?-.

-Hibari esta... ¡Sasagawa!-.

-¡Gokudera-kun!-.

Gokudera se acercó a ella y estrecho su mano con ella, pero Kyoko le abrazó pasando su otra mano por su espalda, sin importarle mucho Gokudera acepto el abrazo. Kusakabe entonces supo que algo estaba pasando. Pero la pregunta de Kyoko fue la pregunta detonante.

-¿Dónde esta Reborn-kun, Chorme-chan y Mukuro-kun? ¿Y Tsuna-kun?-.

Los tres, Yamamoto, Gokudera y Ryohei se pusieron nerviosos. Tsuna había dicho que no quería que nadie más se enterara de la pelea que iba a tener con Hibari. Yamamoto por primera vez no supo que decir y Ryohei estaba tan nervioso que no supo que responder, su salvador fue el que menos se esperaban.

-Kyoko, ha pasado un tiempo-.

Kyoko volteo y sonrió con lo que vio.

-Reborn-kun... Realmente has crecido-.

La chica se acercó y abrazo a Reborn, el ex arcobaleno actúo con naturalidad y le devolvió el abrazo, la soltó y se alejo de ella. Todos estaban sorprendidos, no pensaron que Kyoko fuera a actuar con tanta naturalidad, de hecho no pensaron que fuera a reconocer a Reborn.

-Tsuna esta con Hibari ahora, están en medio de un entrenamiento, ¿quieres ver?-.

Haru abrió la boca cuando escucho que Tsuna estaba entrenando con Hibari, fue Hana la que supo que algo no andaba bien cuando notó que su novio se ponía más nervioso de lo que ya estaba. Kusakabe fue el único que estaba impresionado por el ofrecimiento del hombre.

-Reborn-san...-.

Gokudera rompió el silencio, pero Reborn lo ignoro, su mirada solo se enfocaba en la de Kyoko, solo le importaba saber la respuesta de la chica.

-Uhm... Claro-.

Dudo un poco Kyoko, Yamamoto coloco una mano sobre el hombro de Reborn.

-Pequeñín... creo que eso es...-.

-Vamos, Kyoko-.

Takeshi se sintió ignorado, y de hecho eso era exactamente lo que Reborn había hecho, ignorarlo. Reborn le ofreció la mano a Kyoko y la chica la acepto. Ryohei dudo un poco pero se decidió a hablar una vez Kyoko estuvo lo suficientemente lejos como para no escucharlo.

-¿Eso esta bien?-.

-¡Por supuesto que no! El Decimo no quería que nadie viera eso-.

Yamamoto miro fijamente la espalda de Reborn.

-¿Qué estará planeando el pequeñín?-.

Haru sintió algo agrió, algo no andaba bien, Hana a la vez miro la escena y solo suspiro, los hombres podían ser tan tontos.

-Obviamente la esta probando... Quiere saber como reaccionara Kyoko al verlos pelear-.

-¿Cómo dices?-.

-Probablemente solo quiere que ella sea consciente de su posición. Que no debe intervenir. En pocas palabras... que ella solo puede mirar sin preguntar o actuar-.

Era una prueba bastante pesada, contando que Kyoko era la que menos sabía sobre el asunto.

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Tsuna no se movía, no hablaba, su respirar ni siquiera se sentía. Dentro de su mente solo se escuchaban las palabras que Squalo le había dicho.

Hibari Kyouya es débil y su voluntad es pobre, él no es el guardián fuerte del que te sentías orgulloso... y si eso no es suficiente para que comiencen un buen entrenamiento con él, déjame decirte que él morirá en menos de dos horas en una misión si sigue con ese débil poder.

Eso no era verdad, Hibari no podía ser débil y mucho menos tenía una voluntad pobre, no Hibari, no cuando Tsuna recordaba que Hibari era fuerte, era más fuerte que cualquiera, incluso más fuerte que él. Probablemente si comenzaban con una lucha normal Hibari demostraría todo su poder, pero Tsuna sabía que las peleas en la mafia no eran así, desde el principio Reborn se lo había advertido, ese mundo no era amable. No lo quiso aceptar, pero era la verdad, ese mundo no era amable, la mafia no era amable, a veces incluso sus aliados sufrían por su propio poder. Así que no podía pretender tener una lucha amable cuando eso no existía en su mundo.

Conociendo a Xanxus, seguro lo había humillado, a Xanxus le encantaba humillar a sus adversarios. Xanxus también lo había humillado con palabras y golpes, era más fuerte de lo que cualquiera pensara, jugando sucio o no Xanxus era fuerte. Si le había ganado a Hibari seguro había recurrido a alguna trampa, no se podía vencer a Hibari tan fácil y eso nadie se lo podía negar.

-Es hora-.

Se dijo a si mismo, abrió los ojos y miro a Hibari, Hibari alisto sus tonfas y miro a Tsuna fijamente, sus miradas se mezclaron, su ardiente voluntad se hizo notar, Tsuna sabía qua la voluntad de Hibari era grande, Hibari tenía la más alta voluntad que nunca había visto.

En el momento en que sus llamas del cielo se hicieron ver la batalla comenzó.

Y las llamas de la nube cubrieron las tonfas de Hibari, la batalla iba a ser dura.

Tsuna comenzó midiendo la fuerza de su oponente, inspeccionando sus habilidades. Esquivo un golpe de la tonfa  derecha y la pared de hierro, indestructible, que había sido golpeada por el arma, se hundió formando un agujero en el que fácilmente cabría Tsuna, su golpe derecho era fuerte, ahora quería saber que tal estaba el izquierdo. Cuando notó que por fin le lanzaba un golpe con la mano izquierda volvió a esquivarlo y sorprendido notó que el golpe también era fuerte, elevo el rostro, se dio cuenta que no podía medir la fuerza de su guardián de la nube, cada vez que golpeaba su fuerza se incrementaba, su guardián era más fuerte de lo que podía imaginarse. El tercer golpe con la tonfa izquierda decidió probarlo, con sus manos protegiendo su cuerpo decidió recibir el golpe y se sorprendió cuando sintió el gran poder de su llama, Hibari era fuerte, sin duda era poderoso.

Pero no lo suficiente.

Con una de sus manos sostuvo la tonfa, con su otra mano sostuvo la otra y con su pie derecho golpeo a Hibari en el estomago, soltó las tonfas del chico después de darle el golpe y Hibari voló varios metros, pero su guardián se detuvo a si mismo y cayo de una forma elegante frente a él. Tsuna sonrió, al parecer Hibari ya había visto venir ese movimiento. Rápidamente decidió comenzar él el ataque. Propulsándose con sus llamas, Tsuna se acerco a toda velocidad a Hibari, lo golpeo por el costado izquierdo, pero su patada fue detenida por una tonfa, con el otro pie le golpeo en la espalda, pero su guardián giro y detuvo su patada con una mano, le apretó el tobillo y Tsuna soltó un jadeo, pero golpeando con su otro pie el rostro de su guardián logro que lo soltara. Se miraron de frente, ojos dorados frente ojos azul metálico.

Tsuna recibió un ataque de la tonfa, pero sonrió de lado mientras salía volando un par de metros, se levanto con una sonrisa en el rostro y miro a Hibari, lentamente levanto una caja, una caja de su guardián de la nube, era el mismo truco que le había hecho al Hibari del futuro, no podía creer que hubiera funcionado. Encendió su llama del cielo y se dispuso a abrir la caja, la caja se abrió y el puercoespín salió de ella, el animal miro a su alrededor y con una indicación de Tsuna formo un espiral y se dirigió al guardián de la nube. Hibari por su parte dejo caer sus tonfas, saco una caja y la abrió con la llama de su anillo, de la caja surgieron dos tonfas nuevas, estas se llenaron de llamas y de un solo golpe de estas el remolino se desvió, golpeo la pared y se detuvo, el puercoespín volvió a la caja, Tsuna sonrió dejando caer la caja y volviendo a atacar a Hibari.

Ahora comenzaría con la verdadera batalla y al parecer Hibari lo había sentido.

Los golpes constantes de Hibari fueron detenidos por sus manos y esquivados debes en cuando, Tsuna tomo una tonfa y lentamente comenzó a doblarla, Hibari soltó la tonfa al sentir el calor de la llama de Tsuna. Tsuna tomo la tonfa y la moldeó hasta volverla una esfera, la arrojó contra la pared y la pared de hierro se hundió, la fuerza con la que había sido arrojada era sorprendente para muchos, pero no para Hibari. Tsuna tomo a Hibari del rostro y con una mano tomo la otra tonfa, lo aventó al frente y doblo la otra tonfa a la mitad, aventándola. Invoco a Natsu y el pequeño se coloco en el hombro de Tsuna.

Pero antes que pudiera hacer nada, algo se dirigió a su rostro, hizo cambió de forma con Natsu y este se convirtió en la capa Vongola, el ataque con llamas de nube era poderoso y la capa apenas pudo absorberlo, incluso sentía el poder de la llama, era desbordante, era sorprendente, después que el ataque de nube paro hizo cambió de forma y Natsu se convino con su guante, sin pensarlo dos veces se acercó a una sorprendente velocidad a Hibari y le golpeo en el estomago, pero Hibari lo detuvo con sus dos manos, lastimándose, Tsuna no estaba pensando en eso en ese momento, así que continuando le dio una patada que fue esquivada al instante y luego Hibari le propino un golpe en la cara, Tsuna retrocedió pero no por eso se quedo quieto, volvió a la batalla con Natsu de nuevo en su hombro, esta vez el animal de Hibari fue invocado, el puercoespín comenzó a propagarse, pero Tsuna no se detuvo, Natsu saltó de su hombro y si rugido fue suficiente para para momentáneamente el poder de propagación del puercoespín.

Hibari tomo sus antiguas tonfas del suelo y las lleno de llamas de la nube, una pelea de puñetazos y patadas fue lo que comenzó. Natsu peleando contra el poder de propagación del puercoespín y Tsuna con Hibari en su propia batalla, no se tenían piedad, en algún momento Hibari comenzó a sangrar por la nariz y Tsuna ya tenía la mejilla hinchada al igual que el labio roto, no se estaban midiendo en lo más mínimo.

Hibari golpeo a Tsuna en el estomago y luego en la mandíbula, Tsuna solo retrocedió un paso y luego se dedico a esquivar los golpes de Hibari, eran fuertes y temía que le golpeara algún nervio que arruinara sus movimientos, le estaba golpeando muy fuerte. Natsu llegó a su lado y con su último cambió de forma, la pelea se vio en desventaja para Hibari.

Primero, Tsuna retuvo a Hibari un momento con un rugido de Natsu, segundo saltó al aire y se coloco en posición, tercero, Natsu hizo cambió de forma y Tsuna se acercó para golpearlo con el "Burning Axel".

Las llamas del cielo entraron al sistema de Hibari, aturdiendo cada sentido, de su boca comenzó a salir sangre y luego cayó de rodillas al suelo, Tsuna bajo al suelo mientras sus llamas comenzaban a extinguirse, pensando que ya había acabado. Pero diferente a lo que pensó, Hibari le tomo de los brazos, lo jalo hacia sí mismo y se vieron encerrados en una burbuja hecha por el puercoespín y enseguida recibió un golpe que le provoco volar un par de metros con un dolor en el costado, una costilla rota o tal vez dos, pensó Tsuna. Tsuna abrió los ojos lentamente y vio a su alrededor, Hibari se levanto despacio y lo miro.

-En este lugar no puedes encender tus llamas, solo puedes confiar en tu propia fuerza, Tsunayoshi-.

Sin tonfas y sin sus guantes, Tsuna y Hibari se miraron fijamente, Tsuna suspiro cuanto sintió el dolor presionar su abdomen, pero se coloco en pose de combate, Hibari hizo lo mismo, pero de quien sabe donde Tsuna saco un par de tonfas, le arrojo una a Hibari y comenzaron una batalla... inesperada.

Tonfa contra tonfa, miradas desafiantes, Tsuna supo que a Hibari ya no le quedaba mucho tiempo, su llama iba a paralizar a Hibari pronto, si Hibari seguía peleando era solo por la determinación que tenía, su cuerpo ya debía de estar sintiendo que la llama lo invadía, pero Hibari era fuerte, era alguien con la ‘ira' más sorprendente que Tsuna hubiera conocido. Tsuna se detuvo y miro a Hibari de forma determinada al ver como el chico comenzaba a derrumbarse.

-Término-.

Pero antes que Hibari cayera al suelo, golpeo a Tsuna tan fuerte que lo mando volando, con tal vez unas fracturas. Tsuna cayó lejos a la vez que Hibari se derrumbaba.

La batalla había terminado, con Tsuna como ganador.

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Kyoko estaba... sorprendida... y asustada. Cuando la burbuja morada desapareció Tsuna estaba sentado en el suelo, mirando la nada, frente a él estaba Hibari, en el suelo, inconsciente. Reborn separo su mano del cristal y camino hacia la puerta, Gokudera ya estaba entrando el campo junto con Ryohei. Reborn volteo y le extendió la mano a Kyoko, la chica la tomo y sintió que era guiada, probablemente irían a ver a Tsuna y eso era lo que quería.

Gokudera llegó al lado de Tsuna y con preocupación le pregunto su estado, Tsuna le sonrió y le indico que fuera con Hibari, Ryohei comenzó a curar al guardián de la nube mientras esperaban que los médicos llegaran al lugar para atenderlo de forma correcta. Tsuna se levanto y observo a Hibari, Squalo tenía razón, Hibari no tenía experiencia, Squalo le había dicho que Xanxus lo había vencido muy rápido, probablemente había jugado sucio. Tsuna sabía la forma de luchar de los Varia, no era nada limpia, ni amable. Así era el mundo de la mafia, pensó con amargura.

-Tsuna-kun-.

Con sorpresa volteo a la entrada del lugar y observo a Kyoko, esta le miraba con preocupación, luego miro a Reborn, atrás de él estaban Hana, Lambo, Kusakabe y Haru. Pero sonrió, pese a que estaba molesto.

-Kyoko-chan, bienvenida-.

-¿Te encuentras bien?-.

-Claro, estoy bien-.

Mintió, lo cierto era que sentía una par de costillas rotas, el brazo derecho le dolía y sentía que no podía mover la pierna izquierda y eso lo estaba preocupando, por no contar que el último golpe aún lo tenía aturdido, sentía que se iba a desmayar en cualquier momento. Kyoko se veía aún preocupada.

-¿Kyouya-kun como esta?-.

-Hibari-san va a estar bien-.

Miro a Hibari, eso esperaba, su lucha con Hibari no había sido un juego, ambos habían peleado enserio. Varios médicos llegaron y se llevaron a Hibari, insistieron a Tsuna para ayudarlo también pero él se negó, prefería pedirle ayuda a Reborn, Gokudera y a Reyohei, pero después, pese al dolor que sentía. Observo a Gokudera y lo llamo.

-Hayato, lleva a Kyoko-chan a mi oficina. Espérame ahí Kyoko-chan, voy a cambiarme la ropa-.

Camino de manera lastimera y todos se preguntaron si realmente estaba bien. Tsuna llegó a su habitación, no cerró la puerta porque había sentido que alguien le seguía, por la puerta entraron Reborn y Ryohei, el primero se quedo junto a la puerta, el segundo se acerco a Tsuna para comenzar a revisar sus heridas, luego de un par de arreglos por parte de Ryohei dejo a Tsuna lo suficientemente bien como para sentarse solo, decidió salir al ver la atmosfera tensa que se formaba entre Reborn y Tsuna, al parecer ya no tenía nada que hacer ahí. Después de que Ryohei saliera Reborn miro a Tsuna.

-¿Qué lograste comprobar con eso?-.

-Si todo continúa de esta forma... Hibari-san, Yamamoto y onii-san van a morir aquí... Oh Dios... y Lambo... no siquiera puedo pensar en él. Y Hana-san...-.

Dijo de tal forma que Reborn pudo incluso sentir su preocupación. Reborn sonrió con sorna.

-¿Tan mal esta? ¿Es tan débil?-.

-No, te equivocas. Hibari-san es realmente fuerte, si hubiera pelado conmigo hace dos años me hubiera vencido en un abrir y cerrar de ojos... Es tan fuerte que me sorprende que no me dejara inconsciente su último golpe... Es fuerte y no dudo que los demás también lo sean... Pero no tienen experiencia... no tienen nada de eso-.

Dijo mientras colocaba los codos sobre sus rodillas y escondía el rostro entre las manos, Reborn se acercó y se sentó a un lado de él.

-Pues enséñales, no tienes más que enseñarles. Misiones, entrenamientos, ellos necesitan eso-.

-Me equivoque, es la verdad, me equivoque al pensar que separados era lo mejor... hice algo estúpido-.

Reborn miro el suelo, realmente él no creía que esa separación fuera estúpida, pero sabía que esa separación había mantenido al margen a los otros guardianes. Cuando Tsuna había salido de Japón los otros guardianes habían perdido su cielo, eso era lo cierto y Reborn lo sabía, al igual que Tsuna.

-Probablemente-.

-¿Por qué no me lo dijiste? Si yo hubiera sabido eso... no me hubiera marchado, hubiera peleado contra todo Vongola con tal de que no me separaran de ellos... No lo hubiera permitido nunca-.

-Lo hecho, hecho esta. Y no comiences a lamentarte, sabes que me irrita-.

Tsuna soltó otro suspiro, separo la cabeza de las manos y miro el techo.

-Son tan fuertes... y con tan poca experiencia... Squalo dijo que... esta dispuesto a llevar a Hibari-san con él a sus misiones, al parecer su fuerza le gusto a Xanxus-san y están dispuestos a disciplinarlo... No se si Hibari-san acepte eso, pero yo preferiría que no lo hiciera, de Hibari-san quiero que él mismo se encargue, quiero que vea sus errores por su cuenta. Yo debo decirle que no vuelva a Japón, pero no sé si acepte dejar Namimori-.

-Lo acepto-.

Tsuna miro rápidamente hacía la puerta. Hibari se sostenía contra el umbral de la puerta mientras lo miraba con determinación, Tsuna se levantó rápidamente, lo que provoco que sus piernas fallaran y cayera al suelo, sin ayuda de nadie se levantó, se dirigió a Hibari y le tomo la mano con preocupación. Lastimados, mirándose mutuamente y con esas miradas serias a Reborn le pareció que se veían patéticos, sonrió de lado y se levantó de la cama, salió por la puerta del armario, esa pareja idiota le pareció realmente molesta. Mientras tanto Tsuna miraba a Hibari con arrepentimiento, no había querido herirlo, si hubiera sido por él no hubiera aceptado una pelea, Hibari era a quien menos quería dañar, era a quien más amaba después de todo.

-Hibari-san... no deberías levantarte-.

-Tú debes tener al menos tres costillas rotas así que tampoco deberías hacerlo-.

Tsuna lo miro primero con seriedad, luego su mirada pasó a ser una normal y al final fue una mirada divertida, soltó una risita mientras apretaba un poco la mano de Hibari.

-Lo acepto, esto duele como el infierno-.

Dijo al momento que soltaba la mano de Hibari y se tocaba el estomago, Hibari se separo de la pared y entro al cuarto, cerró la puerta detrás de si y miro a Tsuna fijamente. La mirada de Hibari provoco un escalofrió placentero en la columna del castaño, se sintió bien, se separo un poco del chico y bajo la cabeza, se sentía nervioso.

-Voy a quedarme aquí, así que espero estés preparado o te morderé hasta la muerte-.

Tsuna elevo la cara y miro a Hibari, ¿realmente se quedaría en Italia?

-Voy a quedarme en Italia. Desde el principio eso era lo que iba a hacer-.

-Pero... yo pensé... tú...-.

-Ponte feliz-.

Ordenó Hibari.

-Estoy feliz-.

Dijo rápidamente Tsuna, Hibari sonrió de lado y dio la vuelta, fue detenido por una de las manos de Tsuna. Tsuna había llegado a su límite, su contenedor había llegado a su límite con las palabras de Hibari y con las suyas, sus sentimientos estaban al tope, tenía que expresarlos o seguramente explotaría.

-Te amo, Hibari-san-.

No lo miraba a los ojos, pero estaba totalmente sonrojado y eso Hibari podía verlo, soltó un suspiro y volteo, tomo la mano de Tsuna y lo jalo, sus labios se unieron y aunque Tsuna no lo esperaba cerró los ojos, su tacto, sus labios suaves y calientes hicieron estremecer a Tsuna, suspiro, sus piernas temblaron y sintió que iba a desmayarse, se sujeto fuerte de la camisa de Hibari y él mismo profundizo más ese beso, y ese beso provoco que sus sentimientos que habían llegado hasta el tope se desbordaran, lo llenaran por completo y al final, cuando se separo de Hibari notó que estaba llorando, Hibari sonrió de lado y le limpio las lágrimas.

-¿Por qué estas llorando?-.

-Perdón... me siento tan feliz... Te amo Hibari-san, Dios, te amo tanto que siento que voy a morir... hace tanto quise decírtelo así...-.

-Tsunayoshi... lo siento-.

Tsuna lo miro sin entender a que venía esa disculpa.

-Hace tiempo, yo te dije que era hetero... comprendo lo que hice, te lastime. Y ahora que supiste sobre mi relación con el caballo, comprendo que te herí aún más. Pero yo lo siento, por eso-.

El corazón de Tsuna comenzó a bombardear más sangre, entre los brazos de Hibari escuchándolo disculparse se sintió en un sueño, eso no debía de ser real, un Hibari tan amable no podía ser real. Hibari le beso la frente, bajo a sus mejillas y luego deslizo la nariz por su cuello, Tsuna se sintió ‘cálido' y pronto la calidez se volvió en deseo, deseaba sentir de nuevo el tacto de Hibari, que aunque ya casi no lo recordaba sabía que era el único que lo había hecho sentir feliz. Pero aún había algo que quería preguntarle, no se sentía tranquilo si no se lo preguntaba. Separo a Hibari de si mismo y lo miro a la cara.

-¿Amabas a Dino-san?-.

Hibari deslizo sus manos por su rostro y las coloco en sus hombros, Tsuna se sintió extraño pero no por eso dejo de mirarlo, Hibari sin más sonrió de una forma extraña, Tsuna sintió que se sonrojaba más, había pasado un tiempo desde que se sentía tan nervioso y débil.

-Lo más cercano al amor, es lo que siento por ti... Yo no me di cuenta, pero desde el principio, creo que ya te esperaba-.

Tsuna no podía creer que Hibari fuera tan cursi, incluso a él le dio pena escuchar eso, se sonrojo y bajo la cabeza, le daba un poco de vergüenza ver a Hibari.

-Ese día, el día en que tuvimos sexo, yo te esperaba, te espere y luego tuve el valor para tomarte y luego para amarte, aunque al principio me odie por haber tomado aún hombre, luego me di cuenta que estaba equivocado, yo me sentía feliz de haberte tomado. No sé como empezó o como terminara, pero tú serás responsable de mis sentimientos, así que... entrégate a mi por las buenas o te morderé hasta la muerte, Sawada Tsunayoshi-.

Tsuna sintió que algo pesado que había oprimido su cuello por tanto tiempo se despejaba, sintió que sus lágrimas salían, ¿desde cuando era tan débil? Quien sabe, realmente ya no recordaba desde cuando había llorado así, abrazó a Hibari tan fuerte que las manos le dolieron.

-¿Puedo decir que me amas?-.

-Puedes decirlo, si alguien me pregunta, diré que eso es la verdad-.

El recuerdo de cierta chica en su oficina le provoco parar el llanto, se alejo de Hibari y comenzó a limpiarse las lágrimas, lo miro con una sonrisa y entrelazo sus dedos con los de él.

-Kyoko-chan esta esperándome en mi oficina, voy a hablar con ella... ¿quieres venir?-.

-Antes de eso. ¿Dónde esta Cavallone Luna?-.

-Oh... Es cierto... Creo que Reborn ya...-.

La puerta se abrió con brutalidad, Luna entro con el ceño fruncido y soltó una bofetada a Tsuna, sus ojos llenos de ira sorprendieron al castaño, Tsuna no comprendió porque le había golpeado.

-¿L-Luna?-.

-¡ERES DE LO PEOR! Me has utilizado a mi y a ese guardián para que pertenezcamos a tu mafia... ¡Te detes...!-.

-Error, quien te ha utilizado, fui yo-.

Reborn se mostro con una sonrisa, a su lado Basil mostro una sonrisa cómplice.

-Lo sentimos Luna, pero la única que ha perdido aquí eres tú-.

La voz del padre de Tsuna provoco que el castaño mismo se sorprendiera de verlo, había pasado mucho tiempo desde la ultima vez que había visto a su padre, Iemitsu le sonrió a su hijo pero enseguida volteo a ver a Luna, esta se encontraba un poco nerviosa, con Iemitsu nunca se sabía que pasaría.

-Luna Cavallone, si te niegas a pertenecer a la novena unidad de Vongola. Estarás presa en las prisiones Vongola por haber confabulado con otras familias y haber traicionado a los Vongola, y la familia Cavallone será expulsada como miembro de la alianza-.

Luna mira impresionada a Iemitsu, luego miro a Basil y luego a Reborn. Los odiaba con toda su alma, todos esos mafiosos eran pura basura, miro a Reborn quien le sonreía con malicia, apretó los dientes. Pero Tsuna intervino al instante, se coloco frente a Luna, como si fuera su escudo y le tomo de la cintura de forma protectora, miro a su padre con un poco de enojo.

-No voy a permitir que utilicen a Luna-.

-No vamos a discutir en esto, Decimo Vongola-.

En vez de decirle hijo o Tsuna recurrió a su titulo, cosa que no tomo por sorpresa a Tsuna pero sí a todos los demás. Tsuna soltó a Luna y la escondió totalmente detrás de su cuerpo.

-Exactamente, no voy a discutir con algo que ya he tomado una decisión. Luna Cavallone puede marcharse de este lugar si lo desea. Después de todo, solo es la hermana de un aliado, ella no tiene nada que ver con la mafia-.

Luna miro a Tsuna de forma sorprendida, jalo la ropa del castaño y le miro de forma afligida.

-¿A... a que te refieres?-.

Tsuna estaba serió y de forma seca soltó.

-Mi compromiso contigo ha terminado. Lo lamento, pero no pienso casarme con alguien a quien no amo... y que a tratado de herir a mi familia-.

Luna se alejo un paso de Tsuna, se sentía extraña, como si su corazón se hubiese roto con esa declaración. Miro el suelo de forma sorprendida, no sabía que decir. No sabía que hacer.

-Así que esta discusión ha finalizado-.

Reborn frunció el ceño y miro a Tsuna.

-¿De que estas hablando? No vamos a dejarla escapar solo por tu medio puesto-.

-No me molestaría recurrir a la fuerza para hacerte entender... para hacerlos entender-.

Basil comenzó a tensarse al ver a su jefe, Reborn estaba comenzando a enojarse muchísimo, Tsuna los miro sin miedo, sabía que no iba a poder ganar, no después de la batalla con Hibari, aunque estuviera en perfectas condiciones no creía poder vencer a Reborn y su padre juntos, pero lo intentaría. Su llama surgió por un momento hasta que sintió que era golpeado en las costillas, soltó un jadeo y se balanceo hasta que se fue hacía la derecha, Hibari lo sostuvo a tiempo, la culpable, Luna, miro a Reborn y a Iemitsu.

-No necesito de tu ayuda, Tsunayoshi. Yo acepto. Perteneceré a la novena unidad de Vongola-.

Tsuna miro a Luna y se separo de Hibari pero este lo sostuvo de la cintura, Tsuna volteo a ver a Hibari y pero este no lo miraba a él, si no a Luna.

-No interfieras, ella tomo su decisión. Es lo suficientemente mayor para saber lo que hace, no te necesita y lo ha dicho-.

Tsuna miro a Luna, ella le devolvió la mirada y le sonrió de lado.

-Son mis problemas, no te entrometas-.

Dijo, y salió de ahí. Iemitsu observo a su hijo y le sonrió.

-Sigue haciendo tu trabajo. Vas mejor de lo que imaginaba-.

Camino detrás de Luna, Basil sonrió, por un momento pensó que ahí realmente se libraría una batalla, pero estaba equivocado y eso le aliviaba, esperaba que nunca llegara el día en el que viera a su jefe y a su hijo pelear.

-Vendremos otro día, Sawada-dono-.

Tsuna le devolvió la sonrisa. Se puso tensó cuando ahí solo quedaron Reborn, Hibari y él, soltó un suspiro y se separo de Hibari, Reborn le extendió la mano y Tsuna saco de la bolsa de su pantalón lo que supuso Reborn pedía. El ópalo de fuego en la mano de Reborn perdió un poco de brillo, era como si notara cuando estaba con su dueño.

-También quiero ver el otro-.

Tsuna miro a Hibari y este jalo una cadena de su cuello, al final de la cadena se encontraba colgando de forma elegante una amatista, Hibari se la quito y se la dio a Reborn, Reborn observo ambas y luego soltó un gruñido a la vez que miraba hacia la puerta.

-Entra de una vez-.

La puerta se abrió por quien sabe que vez en el día. Con una sonrisa burlona el peliazul entro al cuarto.

-Kufufufu~ creo que he sido descubierto-.

Sin prestarle atención Reborn continuo examinando las piedras, Tsuna le dirigió una sonrisa a Mukuro y Hibari se tenso, después de todo odiaba a los ilusionistas, principalmente a él. Mukuro se acercó a Reborn y le quito el colgante de la amatista, apretó la piedra con fuerza y una llama azul salió de su anillo rodeando la mano con la que apretaba la piedra, al abrir la mano, la dichosa ‘amatista' se convirtió en una piedra blanca, Mukuro sonrió de lado.

-Justo como lo esperaba-.

La piedra rápidamente volvió a tomar el color morado y se la devolvió a Tsuna. Tsuna no sabía que había pasado con eso.

-¿Qué ha sido eso?-.

Preguntó Reborn.

-Esa piedra no es una amatista, igualmente ese ópalo de fuego no es eso. Son piedras especiales-.

Tsuna le regreso el colgante a Hibari y este brillo volviéndose aún más morado y obteniendo un brillo diferente, especial. Algo ahí estaba raro y a Tsuna no le gustaba verse ignorante, ya no. Hibari igualmente no entendía que sucedía ahí. Reborn sabía un poco sobre el asunto, pero lo poco que sabía no podía decirlo, en cambió sabía que Mukuro sabía mucho del tema y a diferencia de él, Mukuro no había hecho un pacto con Vendicare, Mukuro podía contarlo todo. Mukuro sonrió de lado y miro el colgante de la piedra naranja que descansaba en las manos de Reborn.

-La piedra que le pertenece Kyouya-kun es una piedra totalmente cursi. Esta pintada según la especialidad de la persona que Tsunayoshi-kun ama, la piedra es morada dando alusión a la nube, y brilla cuando es dada a la persona amada y el amor es mutuo. ¿Romántico no?-.

Tsuna estaba sonrojado, Hibari sonrió de lado mientras se colocaba el colgante. Tsuna recordaba que el día que Primo le había dado el collar, este había tomado un color morado al instante, ¿desde cuando había estado enamorado de Hibari? No lo sabía. Reborn le dio el ópalo a Mukuro y este sonrió mientras lo sostenía en sus manos, de esa piedra sabía tanto que le daba un poco de ansias decirlo todo.

-Esta piedra, a diferencia de la otra, tiene muchas habilidades. Lo primero es que no es un ópalo de fuego. Esta piedra fue creada con llamas del primer Vongola, de Giotto, su color naranja se debe a que el elemento del cielo es naranja. Lo siguiente. Ese ópalo fue creado por Primo Vongola con la intención de continuar con el legado de su determinación. Se decía que Giotto deposito tantas llamas de cielo hasta casi terminar muerto, iba a servir para dársela al que siguiera sus ideales-.

-Pero el siguiente Vongola no...-.

Mukuro interrumpió a Tsuna colocándole un dedo en la boca.

-Shh~ Primo no deseaba tener hijos, esa fue la razón de la creación de esa piedra. El propósito de Primo nunca fue tener hijos, iba a dar esa piedra al siguiente líder, tuviera o no llamas del Cielo, a Primo solo le bastaba que ese siguiente tuviera determinación, si tenía determinación podría liberar el poder de la piedra naranja. Sería como si obtuviera los poderes de Primo gracias a esa piedra-.

-Entonces...-.

-Esa piedra ‘se perdió' después de tener hijos, simplemente la piedra desapareció porque ya no era necesaria. Con descendencia Vongola la piedra era inútil. Ahora, se dice que Daniela, la octava al mando de Vongola, obtuvo la piedra. Y es cierto. Daniela no deseaba tener hijos, su propósito era dar esa piedra a un chico que ella vio apto, ese chico tendría los poderes de Primo Vongola y la llama de ella. Pero entonces Daniela se embarazo y la piedra volvió a desaparecer-.

Reborn ya no sabía más después de ese último comentario, así que puso más atención en las palabras de Mukuro.

-La piedra la obtuviste tú, supongo... que no deseas tener hijos, ¿cierto?-.

Tsuna bajo la vista, no los deseaba.

-En tú caso, tienes dos collares, por eso es que todo se ha vuelto más divertido-.

Reborn alzo la ceja con interés.

-Te diré. Vendice quería que les entregaras la piedra, porque supongo tú no quieres seguir con Vongola, eso no es algo que se pueda tomar a la ligera, así que el trabajo de Vendice sería elegir al siguiente heredero, para eso necesita de la piedra naranja. En pocas palabras, no necesitan de tus hijos para dejar a alguien a cargo de Vongola-.

Tsuna alzo la vista y miro detenidamente a Mukuro, el peliazul le devolvió la piedra a Tsuna y este la miro con profunda curiosidad.

-Pero Vendice sabe algo divertido sobre esos dos collares. Aunque nunca se había visto el collar que tiene Kyouya-kun, se sabía que existía, puesto que Primo también creo eso y fue solo ‘por si acaso'-.

Reborn miro el collar que colgaba en el cuello de Hibari y luego la piedra naranja que estaba en manos de Tsuna.

-Primo era taaaaan~ noble y taaaan~ precavido que seguro pensó: habrá un gay en la familia que no quiera tener herederos por el profundo amor que le tendrá a su pareja, entonces yo les daré la oportunidad de procrear. ¿Entiendes?-.

Un tic ataco el ojo izquierdo de Tsuna, quien miraba la piedra naranja y la piedra de Hibari alternativamente. No, quería decir que no entendía, pero obviamente que entendía todo.

-En pocas palabras, cuando la piedra naranja y la piedra que tiene Kyouya-kun se encuentran, los dos usuarios podrán tener hijos entre ellos... Bueno, la mamá vendría siendo el líder Vongola, por seguridad. Simplificando. ¡Puedes tener dentro tuyo un hijo de Kyouya-kun!-.

El tic se volvió más pronunciado, Tsuna comenzó a temblar y sentía que comenzaba a escurrirle espuma por la boca. Reborn se sintió un tanto... divertido por la situación.

-Kufufufu~ tienes tres opciones ahora. Tener un hijo con Luna-chan, dar esa piedra naranja a alguien que veas apto o tener un hijo con Kyouya-kun-.

Sí, en definitiva. Vongola era pura locura. Tsuna se desmayó en los brazos de Hibari, Reborn soltó un risita al igual que Mukuro, incluso Hibari sonreía. El único que no pareció tomar eso bien fue Tsuna. Hibari se mostro divertido mientras cargaba a Tsuna y lo devolvía a la cama, Reborn se puso serió al igual que Mukuro. Mukuro se recargo en una pared y Reborn en la puerta.

-Ahora que sabes eso, ¿qué harás?-.

Hibari miro a Reborn y elevo los hombros.

-No lo sé-.

Acepto, mientras se sentaba en la cama, estaba un poco cansado.

-Pues, puedes devolverlo a Luna, ella dará a Vongola un heredero con llamas de todos los elementos o puedes quedártelo. No voy a aceptar un líder sin sangre Vongola-.

Hibari miro a Tsuna.

-Esa decisión no es mía, bebe-.

Dijo con simpleza mientras se levantaba, no le gustaba estar en manadas, Reborn soltó un suspiro y detuvo a Hibari del hombro, coloco una mano sobre la piedra morada y miro a Hibari de forma desafiante.

-Solo te diré esto, si no haces una buena jugada... esa piedra se va a tornar de otro color-.

Hibari sonrió de lado.

-Sueña-.

Dijo para salir de la habitación, en el exterior se encontraba Chrome, quien veía de forma preocupada a Mukuro, el peliazul notó a la chica y le sonrió.

-Yo también me voy, disfruta de tu tiempo a solas con él-.

Reborn sonrió.

-Claro, tú también disfruta de tu pequeña y linda Nagi-.

Dijo con sarcasmo, a todo el mundo no le quedaba duda que entre los dos ilusionistas había algo más que un contrato, al menos a Reborn no le quedaba duda. Tsuna se removió un poco en la cama y Reborn se acercó y miro la piedra.

-Es sorprendente pensar que Primo pensó en todo esto... Supongo que es bueno predecir un poco las cosas-.

Dijo con simpleza mientras le pellizcaba la nariz a Tsuna, el castaño pareció molestarse pero no se despertó. Reborn le jalo la mejilla y luego soltó un suspiro mientras se sentaba en la cama. Con molestia miro el collar, incluso podría tener hijos con él, era tan insoportable, debía aceptarlo, había perdido totalmente. Un toque en la puerta lo alerto y se levantó de la cama, Gokudera entro ligeramente preocupado y al notar que Tsuna dormía soltó un suspiro y luego miro a Reborn.

-Reborn-san, ¿Cómo se encuentra el Decimo?-.

-Está bien, solo... sufrió un shock nervioso-.

-Oh... ya veo. Entonces le diré a Sasagawa que el Decimo no podrá verla-.

-Sí, él ya ha tenido mucho por hoy, le daré el día libre, necesita dormir...-.

Gokudera se acercó a Tsuna y lo cubrió bien con las mantas, sonrió como si fuera su madre y se dirigió a la puerta de la habitación, pero solo dejo la puerta abierta para que alguien entrara. Reborn se sorprendió cuando vio a Nana entrar a la habitación con una sonrisa, le saludo como si supiera quien es y luego se acercó a su hijo, lo observo en silencio, Reborn ni siquiera se movió, se quedo totalmente quieto en su lugar.

-Tsu-kun...-.

Pronunció en un susurro Nana mientras le acariciaba las mejillas al castaño con tranquilidad, le beso la frente y luego se irguió, miro a Reborn y a Gokudera y les sonrió, Reborn se sintió algo cálido, Nana tenía unas sonrisas que daban gusto verlas, pero a la vez sintió que la estaba traicionando, después de todo Nana le había encargado a su hijo y Tsuna se había vuelto un mafioso sin que él pudiera evitarlo.

-Por favor, sigan cuidando a Tsu-kun, Gokudera-kun, Reborn-kun-.

Salió de la habitación tal y como entro y cerró la puerta. Reborn se lamentó un poco, le hubiera gustado que Tsuna viera su madre, ese momento le habría dado a Tsuna el calor que necesitaba, pero a la vez se alegraba que Tsuna no la hubiera visto, después de todo estaba en el momento más crítico de Vongola, no podía verse débil, por su propio bien. Gokudera soltó un suspiro.

-Fue lo mejor. Me voy, Reborn-san-.

Gokudera salió de la habitación, Reborn observo a Tsuna y sonrió de lado, se encamino a la salida de la habitación y apago la luz, Tsuna necesitaba dormir, llevaba mucho tiempo de no dormir bien, de aguantar la humillación de los altos miembros de Vongola, de aceptar que él aún lo maltratara, Tsuna necesitaba dormir... probablemente también unas vacaciones, bueno, eso no sabía si se lo podría dar.

-Por lo mientras, duerme bien... Tsunayoshi-.

Y salió de la habitación.

.


.

Kyoko no dijo nada cuando Gokudera le dijo que Tsuna no la vería hoy, porque estaba cansado y había colapsado hace unos momentos. Kyoko asintió restándole importancia. Se dirigió a la habitación que habitaría por los próximos dos días. Miro los alrededores por la ventana y le pareció que el lugar era hermoso. Suspiro mientras se sentaba en la cama y miraba todo de forma alterna, la verdad era que estaba preocupada, sabía que la forma de vida de Tsuna era peligrosa, agotadora y probablemente también incomoda, pero Tsuna parecía comenzar a encajar bien en eso, le preocupaba que se hubiera vuelto una mala persona, que hubiera olvidado las sonrisas y la honestidad, esperaba que Tsuna fuera como antes, o al menos que no se hubiera vuelto un mafioso de verdad.

-Tsuna-kun...-.

Soltó en forma de suspiro, por la ventana le pareció ver a alguien conocido, sonrió de lado y se encamino a la salida, se sintió un poco perdida pero rápidamente encontró la salida de la mansión, corrió por unos minutos hasta que se dio cuenta que estaba frente a la vereda donde había visto al otro caminar. Se encamino con un poco de cautela, no sabía a donde se dirigía, se detuvo cuando escucho un sonido, pero pronto vio a un ave posarse sobre una rama, el ave pareció inspeccionarle y después de un rato se acurruco y cerró sus ojitos negros. Sonrió conmovida y continuo con su camino, se detuvo cuando llegó a donde la otra persona había llegado. Le sonrió.

-Kyouya-kun... hola-.

Le sonrió y elevo la mano mientras la movía en forma de saludo, Hibari la miro y volvió su vista al frente. Kyoko dio un paso más hasta Hibari y se detuvo.

-Ahm... ¿Te encuentras bien?-.

Hibari volvió a mirarla, pero enseguida comenzó a caminar, Kyoko camino siguiéndolo, no sabía a donde se dirigía pero quería hablar con Hibari.

-¡Kyouya-kun!-.

Hibari no se detuvo, diferente a lo pensado comenzó a caminar más rápido, Kyoko hizo lo mismo, lo bueno es que llevaba zapatillas de tacón bajo. Kyouya se detuvo y Kyoko choco contra su espalda al no notar que el chico se había detenido y cayó al suelo, Hibari no volteo a mirarla, solo miro al frente. El ruido de agua caer alerto a la chica y miro al frente, era una cascada. Se sorprendió un poco.

-Lo traeré aquí-.

Dijo, Kyoko no entendió, Hibari volteo a verla y le extendió la mano para que se levantara, Kyoko lo acepto con una sonrisa y se levantó, la amatista brillando en el pecho del otro llamo su atención y acerco la mano para tocarla, pero cuando notó que Hibari le miraba con frialdad se detuvo.

-Lo siento-.

Se excuso y retrocedió un paso, Kyoko lo miro fijamente, se veía feliz, muy feliz.

-¿Te ha pasado algo bueno?-.

Preguntó. Hibari retrocedió un paso más, y la miro mal, Kyoko se puso nerviosa, por alguna razón Hibari la odiaba y no sabía porque.

-¿Por qué estas aquí?-.

Hablo finalmente Hibari, Kyoko sonrió de forma nerviosa mientras se pasaba mechones largos de cabello atrás de la oreja.

-Recibí... una llamada de Hana-chan, me dijo que estaría en Italia con mi onii-chan, así que yo le dije que también vendría... quería ver a Tsuna-kun... a Gokudera-kun también y a Chrome-chan y Mukuro-kun-.

Hibari asintió.

-¿Y que más?-.

-Pues... quería hablar con Tsuna-kun-.

-¿Por qué? ¿No pudiste solo hablarle por teléfono? ¿No se supone que vas a casarte?-.

Kyoko se sorprendió por el interrogatorio, Hibari nunca le había preguntado sobre su vida, nunca le había preguntado nada, a Hibari no le importaba su vida, de hecho no sabía que Hibari sabía sobre su boda. Sonrió de lado.

-Ahm... yo...-.

-Responde. Sasagawa Kyoko-.

Kyoko miro a Hibari y algo paso por su cabeza, la razón de que Hibari le preguntara todo eso. Pero según ella, Hibari tenía una relación con Dino.

-Kyouya-kun... ¿no se supone que estabas saliendo con Dino-kun?-.

-Eso no es de tu incumbencia-.

Kyoko soltó una risita.

-Bueno, me has preguntado un montón de cosas que no son de tu incumbencia, al menos deberías de responderme eso para que yo te responda lo otro-.

-Ya no-.

Dijo con simpleza y Kyoko supo lo mucho que le costó a Hibari responder, sonrió de lado y se dispuso a contestar todo.

-Porque quiero invitarlo a mi boda... Hace un tiempo Tsuna-kun dijo que me amaba, yo nunca le respondí nada y... quiero hablar con él por esa razón. No le hable por teléfono, porque me parece de mal gusto hablar así algo tan importante. Y claro que voy a casarme-.

Aclaro cada cosa, Hibari desvió el rostro y a Kyoko le pareció tierno, oh Dios, era obvio que estaba celoso y se veía tan tierno al verse tan aliviado.

-Kyouya-kun, de pura casualidad... ¿A ti te gusta Tsuna-kun?-.

Hibari la miro serió y Kyoko se sonrojo cuando Hibari le contesto.

-Lo amo-.

Que lo dijera sin si quiera un poco de vergüenza causo que Kyoko se sintiera avergonzada. Soltó una risita, pero no despego la mirada de Hibari.

-Y-ya... ya veo... pues... suerte-.

Hibari sonrió sorprendiéndola.

-No necesito suerte. Tsunayoshi ya es mío-.

Dijo, haciendo que Kyoko volviera a sonrojarse y ahora se puso nerviosa, no entendía como alguien como Hibari podía hablar de eso y no sentir vergüenza, soltó otra risita y bajo la cabeza, no creía que tendría ese tipo de charlas con Hibari, ni que escucharía que Tsuna estuviera saliendo con Hibari.

-Entonces debo creer, ¿Qué Tsuna-kun te corresponde? ¿Yo debería preguntar eso?-.

-Puedes preguntarle a él sobre sus sentimientos, yo ya te he dicho los míos-.

Por primera vez Kyoko estuvo totalmente de acuerdo con él. Miro los árboles y elevo la cabeza, entre los huecos de las hojas pudo ver el cielo y sonrió cuando vio a una solitaria nube pasar con extrema lentitud. Miro a Hibari y le sonrió.

-Sabes, Kyouya-kun. Cuando Tsuna-kun dijo que me amaba, realmente yo no le creía. Tsuna-kun no me conocía y en ese entonces yo era demasiado despistada. Tuvo que pasar el tiempo para que me diera cuenta que Tsuna-kun a mi también me gustaba, pero para ese entonces, supe todo. Me dio un poco de miedo, me quise alejar de él, pero luego me di cuenta que mi vida sin Tsuna-kun sería intranquila, me sentiría insegura. No pude dejarlo. Así que me prepuse a aceptarlo. ¿Pero sabes? Creo que para ese entonces Tsuna-kun ya amaba a otra persona, lo sentí y me di cuenta que era mi tiempo para alejarme de él. Así que cuando Tsuna-kun se marcho a Italia fue mi momento de comenzar un nuevo amor, porque lo amaba yo debía de dejarlo ir, sin que se preocupara por mí-.

Hibari la miraba con atención.

-Creo que... la persona a la que Tsuna-kun amaba en ese entonces era a ti, ¿cierto?-.

Hibari no respondió, no quería sonar arrogante, además que no sabía si Tsuna lo amaba desde ese entonces o no.

-Así que te pido que no te pongas celoso. Yo no he venido a conquistar a Tsuna-kun o algo así. Solo quiero saber de él, es mi amigo antes que nada-.

Hibari la miro y luego comenzó a caminar, se detuvo y volteo la cabeza para mirar a Kyoko, ella estaba quieta.

-¿No vienes?-.

Kyoko sonrió y asintió.

-Claro-.

.


.

Yamamoto miro el techo de su habitación y comenzó a cerrar los ojos, escucho que alguien tocaba la puerta y dijo simplemente ‘pase', alguien entro y supo de quien se trataba con solo escucharlo.

-Hey, ¿Dónde esta Tsuna?-.

-Gokudera dijo que dormía. Hoy nadie va a molestarlo hasta que despierte-.

Lambo asintió mientras se sentaba en la cama de Yamamoto y luego se recostó a su lado haciendo sonreír a Yamamoto.

-Han pasado muchas cosas-.

Dijo Lambo, Yamamoto se alejo un poco para que Lambo se recostara bien, Lambo se acomodo y luego miro a Yamamoto mientras colocaba sus manos detrás de la cabeza, Yamamoto se acomodo bien en la cama y asintió.

-Sí, supongo que todavía pasaran más cosas-.

-Tal vez mañana perdamos la vida-.

Dijo Lambo con una sonrisa de lado. Yamamoto coloco una mano sobre su pelo y comenzó a revolvérselo y luego le sonrió.

-Eres joven, no hables de la muerte cuando ni siquiera tienes quince-.

Lambo no dijo nada, de hecho cerró los ojos y soltó una risita.

-Escuche que Tsuna puede tener hijos. Bueno, solo hijos de Hibari-.

Yamamoto comenzó a reírse.

-¿De donde lo escuchaste?-.

-De Reborn-.

Yamamoto soltó una carcajada y quito la mano del cabello de Lambo, Lambo miro el techo.

-Eso es... raro-.

Dijo finalmente Yamamoto. Lambo asintió y se levanto de la cama, se estiro y soltó luego un bostezo.

-Creo que, voy a buscar a I-pin, escuche que había venido aquí, junto con mamá-.

-¿Nana-san esta aquí?-.

Yamamoto se sentó, Lambo asintió sin muchas ganas.

-Vaya, quiero ver a Nana-san-.

Lambo volteo un poco.

-Se ha ido. Mamá se ha ido a casa-.

Una extraña nostalgia los invadió, Yamamoto volvió a recostarse, y soltó un suspiro mientras se decepcionaba, le hubiera gustado ver a Nana, se sentó rápidamente y con su voz detuvo a Lambo antes que saliera de su cuarto.

-¿Nana-san vio a Tsuna?-.

Lambo asintió.

-Oh, bueno-.

Volvió a recostarse, Lambo salió de la habitación y suspiro. Se sentía melancólico sobre el hecho de que Tsuna no podía ver a su madre cuando quisiera. Supuso que no tenía muchas alternativas, después de todo ser del Decimo Vongola era un cargo que traía muchos problemas, el principal podría ser ese, que lo mejor era mantener a sus seres queridos lejos si no quería verlos herdios.

-Bueno, al menos tienes a Hibari-.

Dijo en un susurro, camino por los pasillos de la mansión Vongola, lugar en el que estaría viviendo a partir de ahora.

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Tsuna abrió los ojos, lo primero que hizo fue mirar hacia la ventana, con las cortinas cerradas no supo si era de día o de noche. Luego miro el reloj que se encontraba en la cómoda que se encontraba a lado de su cama. Pero el reloj no estaba, se estiro un poco, había dormido bastante. Escucho la puerta abrirse y cuando vio de quien se trataba se sonrojo un poco. Se sentó en el borde de la cama y sonrió con nerviosismo.

-Hibari-san...-.

No supo que más decir, ni siquiera sabía si estaba bien que sonriera.

-Has dormido por dieciocho horas, son las cuatro de la mañana-.

Se sorprendió, tenía mucho trabajo como para ponerse a dormir. Trato de levantarse pero Hibari lo detuvo.

-Entre Gokudera Hayato y yo hemos comenzado a revisar el papeleo. Tu asesor nos ha estado dirigiendo-.

-¿Asesor?-.

No recordaba tener un asesor.

-El bebe-.

-Oh, Reborn-.

Tsuna se relajo un poco, si Hibari se lo decía, suponía era verdad. Hibari se hinco frente a él, le acaricio el rostro provocando que la piel que tocaba se calentara, pero Tsuna en vez de ponerse nervioso se relajo. Sintió las manos de Hibari acariciarlo y luego como lo abrazaba, suavemente, de una forma dulce, se estremeció por el suave contacto, pero no por eso lo separo, incluso quiso acercarlo.

-Sigues siendo pequeño... también eres suave-.

Soltó una risita, coloco sus brazos alrededor del cuello de Hibari y se pego un poco más a él, el calor de Hibari termino adormeciéndolo un poco. La oscuridad de la habitación provoco que la atmosfera se volviera un poco más acogedora, Hibari se levanto aún sosteniéndolo y le miro al rostro.

-No sabía que eras tan lindo-.

Eso si le provoco un sonrojo, ocultó su rostro en el pecho de Hibari, ¿cómo podía decir eso y no tener vergüenza? Bueno, si se trataba de Hibari tampoco era de sorprenderse mucho, Hibari siempre había sido de esa forma.

-A partir de ahora. Entrégate a mí, yo me entregare a ti-.

Tsuna sintió que su interior se calmaba. Egoísmo, era probablemente eso, lo aceptaba. Pero iba a estar con Hibari, ya murieran por eso, que más daba, solo quería estar con Hibari, ya había esperado seis años por él, ya no quería seguir esperando, no podía seguir haciéndolo.

-Cuídame, Hibari-san, por favor-.

Hibari lo apretó un poco más fuerte.

-Perdón, te hice esperar por mucho tiempo, lo siento-.

A Tsuna eso ya no le importaba, Hibari estaba a su lado, ya no podía pedir más. Ya lo tenía todo. Sus amigos, su familia, el amor de su vida.

A decir verdad, Hibari no era su primer amor, el primeo había sido Kyoko, su primer amor no había resultado, pero aunque Hibari no fuera su primer amor sentía que había sido mucho más difícil que el primero. Hibari era un chico, en el entonces que se había enamorado de Hibari este era totalmente heterosexual y no creía en el amor entre hombres, había sufrido un maltrato físico y Hibari había herido su orgullo en su totalidad. Hibari había sido difícil pero se sentía tan contento que su amor hubiera llegado hasta Hibari.

Se sentía tan feliz, era casi increíble que se sintiera tan feliz.

Casi no podía creerlo.

-Van a matarme pronto, seguramente... Soy muy feliz para ser real-.

Hibari no dijo nada, Tsuna se separo lo suficiente como para verlo a los ojos, sonrió con picardía y aunque sentía vergüenza iba a decir lo que tenía en la cabeza.

-Yo... quisiera estar contigo... ahm... tener sexo contigo...-.

Hibari alzo una ceja al verlo dudar tanto. Tsuna comenzó a sonrojarse más al no saber que como reaccionaría Hibari. Pero era algo preocupante lo de los collares.

-Pero... no se que debería hacer... tú... bueno yo... Lo que dijo Mukuro... si yo... quedara...-.

Hibari sonrió de lado imaginándose lo que pasaba por la cabeza del chico.

-Estas tratando de decirme, ¿que te preocupa quedar embarazado?-.

Tsuna se sonrojo en su totalidad y asintió con debilidad. Hibari lo soltó, de hecho no había pensado en eso, realmente ahora no le parecía oportuno tener hijos. Aunque tampoco le parecía mala idea.

-Será mejor preguntarle al bebe sobre eso-.

Tsuna negó frenéticamente.

-¡No!-.

Hibari lo miro a los ojos y Tsuna desvió la vista.

-Veras... pasaron cosas... Reborn esta enamorado de mi y no me gustaría que supiera esto-.

De pronto Hibari se puso tenso, coloco ambas manos en los hombros de Tsuna y la jalo hacia si mismo, Tsuna no entendió la reacción hasta que escucho lo que Hibari le dijo.

-El bebe es un rival digno. No voy a permitir que te toque de nuevo-.

Tsuna soltó una risita, oh vamos, Hibari no podía hablar en serio.

-Hablo en serio-.

Eso último hizo estremecer a Tsuna. Miro a Hibari y sonrió mientras tocaba su mejilla derecha, Hibari tomo esa mano y la acercó a sus labios y le beso la palma, Tsuna se estremeció, pero trago saliva tranquilizándose.

-Yo te amo a ti, aunque Reborn se me acerque no caeré. No importa quien sea... yo te amo solo a ti, Hibari-san. Solo a ti-.

Por primera vez no le dio vergüenza decirle, pero entonces Hibari se sonrojo y desvió la vista, Tsuna no entendió el comportamiento.

-¿Hibari-san?-.

-No puedo creer que no te de vergüenza decir eso-.

Tsuna no creyó lo que dijo, bueno, todo el rato Hibari había dicho cosas vergonzosas y ahora le venía con eso. Como fuera, si se trataba de Hibari iba a entenderlo.

Entonces la atmosfera se volvió cálida, Tsuna se separo de Hibari, se miraron a los ojos, el tiempo se detuvo y la atmosfera les hizo darse cuenta de sus condiciones. Solos, en una habitación oscura, a las cuatro de la mañana. Hora en que las actividades comenzaban, pero eso no podía importarles menos.

Acortaron toda la distancia. Sus bocas chocaron causándoles primero dolor. Pero eso no les importo nada. El contacto de sus labios causo un calor inmenso en sus cuerpos, Hibari abrazo a Tsuna rápidamente y Tsuna coloco sus manos alrededor de su cuello.

Un beso profundo, dulce, sin tiempo y sin medidas.

Algo similar a un beso sin preocupaciones.

Tsuna no supo cuanto tiempo beso a Hibari, cuando comenzaron a besarse despacio y cuando se sentó sobre el regazo de Hibari mientras le acariciaba sobre la ropa.

Lo ultimo que miro antes de quedarse dormido junto a Hibari fue que ya eran las seis de la mañana.

Notas finales:

Penultimo capitulo.

El siguiente capitulo es el final.

Espero hayan disfrutado el capitulo.

agradezco cada comentario y lamento no poder contestarlos, pero pronto lo hare.

Shao~ shao~


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