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Dietro il Cielo por yunmoon

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Notas del capitulo:

Subí rápido... o eso creo. Recibí muchos reviews y me motive mucho para subir este capitulo.

Disfruten el capitulo 6!!

DIETRO IL CIELO

By: Yunmoon

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Capitolo 6

Ti amo... ma addio

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Si Gokudera se hubiera soltado de Yamamoto, hubiera golpeado a Hibari desde el momento que lo vio sobre Tsuna. Pero Yamamoto le había sostenido fuerte y Hibari se había reusado a levantarse de Tsuna por un largo rato en el cual nadie se atrevía a moverse. Reborn había decidido interferir en el momento que había notado que Tsuna tenía el labio partido y la mirada perdida, no era buena señal y eso no era bueno en ese momento, después de todo, la ceremonia de sucesión estaba cerca.

Una vez el castaño se vio libre del agarre de Hibari, Gokudera se acercó a Tsuna y lo ayudo a levantarse, con un pañuelo que tomó de su bolsillo limpio la sangre que bajaba por la comisura de su labio y sonrió. Su prioridad era sólo Tsuna y se tendría que aguantar las ganas de romperle los huesos a Hibari, así que miro al Decimo.

-Vamos adentro, tiene que descansar, Decimo-.

-Gracias Gokudera-kun-.

Yamamoto sonrió a ambos mientras los veía irse, los vio alejarse y miro a su alrededor, ahora sólo estaban ahí Dino y Reborn, se acercó a Hibari, pero fue Reborn el que, colocándose en su hombro, miro a Hibari a la cara y comenzó a hablar.

-Parecía entretenida su conversación... ¿Por qué golpeaste a Tsuna?-.

-No es de tu incumbencia, bebe-.

Yamamoto sonrió.

-Tranquilízate pequeñín. Hibari, sé que algo esta pasando contigo y Tsuna... No debería de meterme pero, si algo malo va con Tsuna entonces no lo dudare y me meteré-.

-No se de que estas hablando, Yamamoto Takeshi-.

-Hahaha...-. De pronto Yamamoto se puso serió y miro a Hibari. -No voy a bromear de nuevo, Hibari-.

Dino miro a Hibari, la alondra miraba únicamente a Yamamoto y él solo lo miraba a Hibari, fue un largo rato en el cual ni Reborn se atrevió a hablar, era consciente que esos dos eran los guardianes más fuertes y sabía que una lucha entre ellos no sería nada bueno para Tsuna ni Vongola, pero no se quiso meter. Esto era algo digno de ver.

Después de unos minutos todos se encaminaron a la mansión Vongola.

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Probablemente no volvería a esa habitación en mucho tiempo, guardo su última pertenencia en la maleta y la cerró, observo la maleta y se sentó, Reborn le había dicho que se marchaban el lunes en la mañana, y ese día era domingo en la noche. Miro lo cama en donde Reborn dormía plácidamente, pero no le importo mucho. Tomó los guantes de la cama y las píldoras de la última voluntad y salió por la ventana. Miro hacia la calle y camino sin un rumbo fijo. Su madre se había encargado de darle de baja de Namimori media, desde el viernes él ya no pertenecía ahí. Recordó con una sonrisa que su madre le había dicho que cada día se parecía más a su padre y Tsuna presintió el porque, después de todo se iría por un largo tiempo con la escusa de que Gokudera lo había invitado a Italia.

Suspiro.

-Tsunayoshi-.

Alzo el rostro sorprendido y agrando los ojos cuando vio a Hibari frente a él, se sentía extraño, incluso tenía un poco de temor, así que lo miro de arriba abajo concentrándose en su atuendo, se le hizo raro verlo con uniforme a esa hora de la noche, pero luego recordó que a Hibari nunca lo había visto en otra cosa que no fuera el uniforme y el traje que había usado en el futuro y cuando había sido la ceremonia de sucesión... Recordó entonces ese día, Sawada Tsunayoshi era oficialmente el Decimo capo Vongola, pero lo importante no era eso, era Hibari, después de la ceremonia no lo había visto, incluso había pensado que no lo vería en el corto tiempo que le queda en Namimori y agradecía mucho que Hibari estuviera ahí, verlo era lo único que quería hacer, quería arreglar las cosas, quería saber que todo estaba bien y marcharse a Italia sin remordimientos.

-Hibari-san... ¿Qué...?-.

-Sube-.

Notó entonces que Hibari estaba recargado sobre su moto, lo miro.

-¿Subirme?-.

-Sí, sube-.

-Pero...-.

-No me hagas repetirlo, Tsunayoshi-.

Tragó saliva y asintió, Hibari se subió a la moto y le extendió la mano, la escena se le hizo vergonzosa, pero le acepto y tomó su mano, sentir el frió contacto de la piel de Hibari le lleno de escalofríos, cerró los ojos y los abrió cuando estuvo arriba de la moto, entonces, sonrojado se dio cuenta de que estaba muy cerca de Hibari, trato de separarse pero no pudo.

-Hibari-san... Yo...-.

-Sujétate-.

-¿Eh?-.

-Sujétate fuerte-.

Sorprendido notó como Hibari aceleraba, trago saliva antes de rodear con sus brazos la cintura de Hibari, entonces la atmosfera se sintió lenta y tierna, Tsuna entrecerró los ojos e ignorando el fuerte viento que golpeaba su rostro, recargo la mejilla en la espalda de Hibari, era como abrazarlo y se sentía tan bien. Por un momento se sintió realmente avergonzado, pero al segundo siguiente sintió que le agradaba esa postura, le agradaba mucho esa postura.

-¿A dónde vamos?-.

-Namimori-.

-Ya veo-.

No supo si estaba sorprendido porque Hibari le hubiera escuchado, aún con el estridente sonido de la moto, o porque Hibari le hubiera dicho que iría a Namimori. Se soltó un poco.

-¿Por qué...?-.

-No te sueltes, voy a acelerar-.

Obediente volvió a apretar su agarre, el tiempo fue relativo, porque al llegar a Namimori habían transcurrido diez minutos, pero Tsuna había sentido que no habían pasado ni cinco segundos cuando el motor se detuvo al igual que el viento que golpeaba su rostro. Deshizo su agarre y se bajo de la moto, Hibari lo hizo después.

Miro el exterior de Namimori media y el sentimiento de estar frente a algo que ya no le pertenecía le invadió entero. Namimori ya no era su colegio. Volteo con una sonrisa nerviosa.

-¿Esta bien que entre?-.

Sin decir nada Hibari se acercó a la reja y sacando unas llaves de su bolsillo abrió la reja y entro, Tsuna entro detrás de él, cauteloso miro todo a su alrededor, le hubiera gustado preguntarle a Hibari porque lo llevaba a Namimori, pero tenía miedo que al preguntarle Hibari le dijera algo que le doliera.

Camino por los pasillos de Namimori, sentía que poco a poco la imagen de ser ese patético chico iba cayendo, su antigua vida iba quedándose atrás justo como esos pasillos de Namimori. Nunca había sido bueno en la escuela y juraba que jamás lo sería, pero gracias a esa escuela había conocido a todas sus personas especiales, a Kyoko, Yamamoto, Ryohei, pero también fue todo gracias a Reborn, sin él no sabía si hubiera conocido a Gokudera, Dino o Lambo, incluso no sabía si Hibari hubiera aparecido del todo en su vida.

También debía de admitir que había alguien en su familia que le había costado más trabajo comprender y ayudar. Mukuro Rokudo había sido toda una proeza. Después de volver del futuro Tsuna había hablado con el Noveno, quería la liberación de Mukuro, pero ahí le dijeron que la salida de Mukuro era casi imposible, había pedido ayuda también a los Varia y Mammon había dicho que ayudaría. Xanxus se lo había cobrado caro, y cuando decía caro lo decía en serio, habían tenido tantos combates que al final Xanxus le había dicho que era un debilucho y ya no le divertía, y a Reborn le había hecho miles de favores para poderle pagar a Mammon.

Pero lo que contaba era que Mukuro estaba afuera. Mukuro era uno de sus guardianes más complicados y problemáticos, pero debía de admitirlo, era el que más le entendía y de cierta forma el que veía las cosas desde una perspectiva que Tsuna jamás hubiera imaginado.

Cerró los ojos y sonrió, hasta ese momento notó que estaba cantando en voz baja el himno de Namimori, miro a la derecha y la mirada de Hibari lo silencio, cerró la boca y se sonrojo apenado.

-¿Por... por qué me trajiste aquí?-.

-Te diste de baja de está escuela-.

-Así es-.

Hibari se acercó a Tsuna sólo un paso pero aún una distancia considerable los separaba. Tsuna observo su torpe caminar y algo le dijo que Hibari no se sentía bien... un momento, ¿la calidez que Hibari desprendía era por alguna enfermedad? ¿Fiebre quizá?

-¿Estas bien Hibari-san?-.

No se acercó a Hibari, temía que lo golpeara, pero estaba preocupado, Hibari se veía enfermo.

-Ya no perteneces a Namimori... Ni a mí-.

Trago saliva.

-¿Hibari-san?-.

-¿Piensas volverte un carnívoro? No eres más que un conejo, Tsunayoshi-.

Hibari se quedo quieto y miro a Tsuna, el castaño se veía pequeño y débil, de ninguna manera iba a sobrevivir en Italia, no era más que una pequeña piedra para quien fuera.

-Cualquiera podría matarte...-.

Tsuna miro la mirada temblorosa y brillosa de Hibari, y comenzó a acercarse.

-Hibari-san estas enfermo, ¿cierto?-.

Lo cierto era que Hibari no se había aparecido en Namimori porque estaba enfermo, incluso en ese momento aún no se encontraba cien por ciento bien, pero admitir debilidad frente a un conejo como Tsunayoshi no era algo que fuera a hacer. Se irguió y miro a los ojos a Tsuna, se acerco hasta quedar justo al frente y le tomó de la camisa, había algo que le había querido decir desde hace mucho y quería decírselo en ese momento y aclaraba algo, era totalmente consciente de lo que hacía.

-Los herbívoros como tú... sólo pueden pertenecer a personas como yo... Probablemente me perteneces... Sawada Tsunayoshi-.

La noticia le pego tan fuerte a Tsuna que se quedo quieto, paralizado y sorprendido, incluso mientras sentía que Hibari se deslizaba sobre él y ambos caían al suelo. Hibari estaba inconsciente, y Tsuna estaba paralizado. Reaccionando al fin delicadamente se deslizo fuera del cuerpo de Hibari y toco su frente, estaba realmente caliente.

-Hibari-san tiene mucha fiebre-.

No supo como pero logro llevar a Hibari al cuarto de recepción y lo dejo sobre el sofá. Miro en todo el lugar y se acercó a un estante que estaba en el rincón a la izquierda, lo abrió y tomó el botiquín que encontró enseguida, se sorprendió por ver el botiquín tan bien surtido, se imagino que Hibari lo ocupaba muy seguido. Tsuna siempre había sentido que era irónico que el delincuente más temido de Namimori se encargara de poner el orden en el mismo lugar, pero ese tipo de cosas hacían a Hibari increíble. Ciertamente debía de admitir que era admirable.

Tomó la manta que cubría al sofá de enfrente y con ella cubrió a Hibari, le coloco una comprensa fría en la frente y se dispuso a salir a buscar agua, pero se detuvo cuando escucho a Hibari hablarle.

-Tsunayoshi...-.

-Hibari-san, ¿te sientes mejor?-.

-No necesito de tus cuidados... conejo...-.

Apretó los labios, que más daba, él se iría de Namimori y además no quería ser recordado por Hibari como un débil e inútil.

-Voy a traerte agua...-.

Esta vez no le iba a pedir permiso para cuidarlo, iba a cuidar a Hibari y punto. Hibari, mareado y con alucinaciones, creyó que lo que había escuchado había sido eso, una alucinación, así que se recostó de nuevo, no importaba lo que tuviera, con una pequeña siesta seguro estaría mejor. Cerró los ojos, pero pronto sintió sed, mucha sed. Abrió los ojos de una forma lenta cuando escucho la puerta abrirse y cuando observo al conejo acercarse sonrió de lado.

-¿Tienes sed, Hibari-san?-.

-¿Eres sordo? Te dije que...-.

-¡Y yo te digo que voy a cuidarte! Sólo será por hoy, mañana y el día que viene no me veras más... así que déjame cuidarte por hoy... Hibari-san-.

Tsuna se sentó en el suelo y miro a Hibari y le extendió el vaso, Hibari lo tomó de mala gana y lo bebió todo de un sorbo. Hibari se recostó de nuevo pero esta vez le dio la espalda a Tsuna y se abrigo por si mismo, Tsuna sonrió de lado y supuso que su presencia ahí ya no era necesaria, cuando estaba por levantarse se quedo quieto cuando Hibari hablo.

-¿Cuándo vas a irte?-.

Quiso verle el rostro pero se conformo con el hecho de tener enfrente a Hibari.

-Mañana en la mañana... Reborn dijo que Dino vendría a buscarnos a las siete-.

-Llega temprano por una sola vez, Tsunayoshi-.

Le pareció inusual el hecho de tener una conversación casual con Hibari, pero sonrió.

-Haré lo posible-.

Pasaron largos minutos sin saber más, Tsuna pensó que Hibari dormía pero sabía que no era así o al menos lo presentía. Hibari estaba más despierto que nunca, pronto sintió que Tsuna se levantaba del suelo y volteo ligeramente, sintió como Tsuna le quitaba el paño y le colocaba uno nuevo. Tsuna coloco su mano sobre su hombro.

-Toma estas pastillas, te harán sentir mejor-.

Para ese momento Hibari se sentía tan mal que sin discutir tomó las pastillas que Tsuna le daba y se las tomó de un sólo trago. Se recostó de nuevo y el medicamento provoco que lentamente comenzara a dormirse. Cuando volvió a abrir los ojos fue alrededor de las tres de la mañana y eso lo supo porque lo primero que vio fue el reloj que colgaba en una pared, despertó al sentir que alguien le rodeaba con ambos brazos y fingió demencia mientras sentía el rostro de Tsunayoshi enterrado en su pecho.

-Voy a extrañarte tanto... Hibari-san...-.

Tsuna deshizo el agarre y sobrepasando el limite se acercó a Hibari y beso castamente sus labios, Hibari lo habría golpeado, pero se vio limitado, lo habría al menos amenazado o algo similar, pero no se le antojo, lentamente comenzó a cerrar los ojos, el contacto se perdió casi al instante pero Hibari ya estaba quedándose dormido.

-Me gustas... Hibari-san...-.

Antes de quedarse totalmente dormido, Hibari sintió una vez más el calor del cuerpo de Tsuna rodeando el suyo, su fragancia se combinada con el aire y probablemente ya se había impregnado a su ropa, el cuerpo pequeño y menudo de Tsuna se sintió más cerca que nunca, para ese momento ya estaba dormido.

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-Llegas tarde, Dame-Tsuna-.

-¡Lo siento!-.

Tsuna corrió a toda prisa a su cuarto y tomo la maleta que se encontraba en la cama y bajo corriendo, torpemente logro bajar y al llegar a la planta baja se paro frente a su madre, Nana miro a Tsuna y sonrió melancólica, sentía que la próxima vez que viera a su pequeño ya no sería su pequeño "Tsu-kun", coloco las manos en sus hombros y luego lo rodeo y lo abrazo fuerte.

-Ten cuidado Tsu-kun, ¿de acuerdo?-.

-Claro, mamá-.

Reborn no dijo nada, esa sería la ultima vez en la cual permitiría a Tsuna comportarse tan débil, en Italia aprendería a la mala y eso Reborn no lo iba a impedir. Así que con una sonrisa escucho a Nana cuando ella le pidió que se cuidara y que cuidara de Tsuna y Bianchi. Las despedidas fueron rápidas, incluso Lambo no lloró y Reborn se imagino que se trataba de que el chico no sabía que Tsuna no volvería. Dino hablo con Nana mientras Tsuna, Bianchi y Reborn entraban al auto, una vez la conversación de Dino termino con la mamá de Tsuna subió al auto y comenzó a conducir rumbo al aeropuerto privado que tenía Vongola.

Dino había dicho: "¿Esta bien que no te despidas de tus guardianes?". Tsuna había sonreído pero no había dicho nada sobre ese asunto. Mukuro, que había llegado temprano, estaba sentado en un lugar apartado con Chrome recostada en su hombro, había saludado a Tsuna con una sonrisa y había ignorado a Gokudera cuando este había subido al avión.

El avión despego y Tsuna miro tanto como pudo, Namimori desde los aires se veía realmente pequeño, parecía un lugar tranquilo y con Hibari ahí seguro lo sería.

Oh si, casi lo olvidaba. Le diría para siempre adiós a su amor por Hibari, Reborn se lo había dicho, ser débil no era una opción nunca más.

Iba a ser doloroso y no sabía si iba a ser posible, pero debía de hacerlo, debía de dejar su amor por Hibari ahora.

El cielo no se había visto tan apartado de las nubes como ese día.

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-Kyouya-san-.

Hibari abrió los ojos y se sentó en el sofá.

-Los chicos ya están llegando, ¿va a ir?-.

-No... encárguese de eso, Vicepresidente-.

-Entendido, Kyouya-san-.

-Una cosa más-.

-¿Si?-.

-¿Qué hora es?-.

-Son las siete con cinco minutos-.

-... Bien-.

-Entonces me retiro-.

Hibari también salió y comenzó con su primera ronda, observo por la ventana entrar a Yamamoto Takeshi y Sasagawa Ryohei de una forma sombría y algo triste, regreso la vista al frente, eso no importaba más.

Tsunayoshi no iba a regresar y él no estaba interesado en eso, no más. El frió invernal se acercaba, de cierta forma sintió que ese navidad Namimori iba a estar demasiado calmado.

Pero ya no importaba más.

Notas finales:

Capitulo corto, pero eso fue especialmente el principio de la historia. Próximo capitulo: "Después de seis años", oh si, después de seis años transcurridos iniciara ese capitulo, veremos si realmente Tsuna se convirtió en un carnívoro y si realmente a Hibari no le importaba que Tsuna se haya ido.

Lamento no haber puesto la ceremonia de sucesión, se que algunos esperaban que pusiera esa parte, pero aunque trate no me llego nada bueno, lo siento. Pero aunque sea espero que les guste este capitulo.

Alguien me ha dicho que esto parecía más un 6927 y no lo había notado hasta ahora. Pero creo que esta capitulo ya tiene muchos indicios de la pareja principal, 1827.

Espero que hayan disfrutado el capitulo.

Shao~ shao~

 


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