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Historia de un amor por Blacky

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Notas del capitulo:

Disfruten leyendolo, tanto como yo al escribirlo =)

Me siento en un mundo distinto al de esas chicas, siempre ha sido a si a pesar de tener muchas cosas en común… normalmente es a si… estar y no estar con ellas,  pensando ¿porqué existo? ¿A que vine a este mundo?  He tenido miedo a enamorarme y ese es un gran problema, porque… yo… simplemente no puedo corresponderle a un chico o… a una chica… porque simplemente me aterra salir herida, me aterra amar,  entregarlo todo y que esa persona me dañe de una forma cruel, por eso pienso que es mejor estar sola o eso pensaba hasta que la conocí.

 

 

 

-nos vemos mañana nena-se despide de mi un joven de cabellos castaños y ojos negros,  son profundos pero tienen un vacio inexplicable, cuenta con 17 años y yo apenas con 15.

 

 

 

-hasta mañana Iván-me despido besando su mejilla dejando una marca del brillo rosa que llevo sobre los labios.

 

 

 

El mismo camino a casa… la misma rutina, las mismas caras y mascaras.

 

 

 

El día esta gris, al cielo se le pasa desapercibida mi tristeza, siempre sola… como extraño hablar con Natalia… una gran amiga y confidente… quien desgraciadamente fue transferida a otra escuela.

 

 

 

Suspiro profundamente –otro día, nueva soledad- susurro cerrando los ojos –me gustaría conocer a alguien interesante- digo en un susurro apenas, tenía un ligero rubor en mis mejillas… ¿la razón? No la sabía.

 

 

 

Y es como si el cielo me hubiera hecho caso, fue algo inevitable, allí estaba ella… ensayando o algo a si, se le veía tan hermosa, su piel morena clara, sus ojos negros y su cabellos negro la imagen perfecta de una diosa, sin embargo esta diosa no es inmortal, ella es una chica común y corriente para muchos… para mí… no.

 

 

 

-Dime ¿cómo llegaste hasta aquí?- dice con una voz tan hermosa, esa frase es…

 

 

 

-El poder del amor, el amor me guio y me dio sabiduría yo, yo solo le preste mis ojos- dice otra chica… estaba vestida de muchacho o eso intentaba. Esa obra si mal no recordaba era… una de mis favoritas Romeo y Julieta.

 

 

 

Ambas chicas estaban tras una cerca, los rayos del sol le daban en la cara a ambas.

 

 

 

La pelinegro me miro y me sonrío, mis mejillas tomaron un tono sonrojado y solo atine a decir un “hola”, se acerco a mí y tomo una de mis manos entre las suyas, tan suaves y bellas, mi rostro mostro un tono rojizo y por inercia solté su mano lo más rápido que pude.

 

 

 

-¿acaso mis manos son feas?- susurra mirando sus hermosas manos.

 

 

 

-no, no es eso- digo toda sonrojada –es que… yo…- no sabía que responderle, ¿cómo ella pensaba que sus bellísimas manos eran feas? Julieta estaba loca.

 

 

 

-ah- dice haciendo un puchero y la otra chica pelirroja suelta una carcajada.

 

 

 

-María, deja a la pequeña en paz, mira su carita- susurra la pelirroja mirando mi cara roja.

 

 

 

-jajaja, perdona nena, no era mi intensión- dice sonriendo acariciando mi mejilla.

 

 

 

-ah… eto…- no sabía que decir su belleza me dejaba anonadada.

 

 

 

-nena, ¿cuál es tu nombre?- me pregunta la pelirroja.

 

 

 

-me llamo… Sheccid- susurro perdiéndome en los ojos de la pelinegra…

 

 

 

-jajaja, mucho gusto preciosa yo soy María y esa intento de “chico” se llama Romina- dice la pelinegra sin dejar de acariciar mi mejilla.

 

 

 

-mucho gusto- susurro mirándola, mi cuerpo estaba temblando.

 

 

 

-eres muy linda ¿sabías?- dice María… la niña bonita ¿quería coquetear conmigo? ¿Estaba coqueteando ya?

 

 

 

-jeje- atine a decir, la verdad, odiaba que dijeran eso, pero ella… era simplemente difícil negársele a una hermosura como ella.

 

 

 

-la pusiste nerviosa- susurra Romina mirándome con cara rara, las dos ríen y la pelinegra susurra algo a mi oído que no pude descifrar.

 

 

 

-bueno preciosa, si me permites acompañarte… quiero ir contigo- susurra María mirándome dulcemente, como negarme.

 

 

 

-claro…- susurre sonriendo, la pelirroja dejo escapar una risita, supongo que mi cara delataba lo que el corazón sentía.

 

 

 

-después nos vemos Roma*- dice María tomándome de la mano y corriendo conmigo hacia un lugar que yo no conocía.

 

 

 

-¡¡¡MARÍA VAS A MORIR!!!- grita la chica que se quedo tras aquella cerca, solo se veían sus manos agitándose en el aire.

 

 

 

Nos detuvimos en seco y ella me miro. –No dejare que una princesa lleve esos libros- dice quitándome la mochila y llevándola en su hombro.

 

 

 

-no debes- susurro tratando de sujetarla, ella no me dejó cargar la mochila y sonrió.

 

 

 

-yo lo hare por usted, mi lady- susurra mirándome dulcemente, casi me derrito.

 

 

 

Sonreí y mire al suelo, este día era el más lindo que había tenido hasta ahora.

 

 

 

Desde ese día ella y yo nos transformamos en las mejores amigas que había, ya no estaba sola… ella era mi confidente, mi amiga y… de la persona que me estaba enamorando sin darme cuenta.

 

 

 

Ella tenía a alguien a quien quería, yo era feliz, ella lo era… incluso yo pensé amar a una amiga, sin embargo “amarla” me hacía mucho daño, siempre terminaba llorando en los brazos de María… Carolina se llamaba la chica de quien ella se había enamorado…

 

 

 

Un día, cuando ambas supimos que sentíamos algo la una por la otra… yo había estado llorando en sus brazos… en la banca de un parque, el cielo estaba gris, pronto caería la lluvia.

 

 

 

-odio verte a si- me susurro, mi cabeza estaba apoyada en sus piernas, la mire con la vista nublada.

 

 

 

-perdóname- susurro limpiando mis lágrimas e incorporándome para poder mirarla bien.

 

 

 

-¿porqué? ¿Por llorar por alguien que no vale la pena?- susurra mirándome fríamente, eso fue raro, cuando me miraba sus ojos mostraban alegría y hoy estaban sin el brillo propio de ella.

 

 

 

-yo… ¿qué pasa?- le pregunto mirándola preocupadamente, quiero saber si ya me odia… su frente se arruga y mantiene una expresión bastante graciosa.

 

 

 

-odio que llores princesa, odio que ella te haga llorar… yo… me gustas- susurra María con un ligero rubor en sus mejillas…

 

 

 

-María… yo… pensé que te gustaba… -digo sin mirarla, no quería que notara mi expresión de satisfacción y egoísmo.

 

 

 

Me toma por los hombros y lentamente me planta un beso tierno… cargado de pasión y amor… el primer beso que recibí en esas circunstancias, en donde me perdí en su mirada, ni si quera nos dimos cuenta que había empezado a llover y fue allí cuando comprobé que “los mejores besos son bajo la lluvia” allí en ese parque fue mi primer beso con María y el único que nos dimos.

 

 

 

Al tiempo, ella y yo encontramos el verdadero amor, cada una por su lado, sin olvidar lo que algunas ves sentimos y no fue solo amistad… si no que fue un poco más allá…

 

 

 

María la príncipe escudada en un cuerpo de princesa, la chica perfecta para cualquier persona, la chica que todo humano desearía tener y que solo una persona la tiene… que afortunado… esta es mi historia, de cómo conocí a María y como no terminamos felices por siempre, si no… solo un beso, el más tierno beso que mis labios hayan probado… un beso inocente, de niñas.

 

 

 

Iván robo el corazón de María… la obra de Romeo y Julieta fue un éxito… lo esperado por los chicos de su salón… las dos crecimos… ella cumplió 18 y yo 16, Iván es su novio y yo pues, tengo una chica linda a mi lado y la amistad con María no se había perdido ¿Qué más  podía pedirle a la vida? Simplemente nada…


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