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Frio y Calor por VerityMalfoy

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Un débil gemido resonó por toda la estancia al sentir el hierro ardiente hundiéndose cada vez mas en su cuello desnudo. Podía percibir la pólvora manchando su nívea piel, y el metal caliente del cañón quemando su dermis.

 

No se había sorprendido cuando irrumpió en las instalaciones de la SPK, no se había inmutado cuando disparo sin reparo contra uno de sus robots de juguete, mucho menos se iba a alarmar por el hecho de que lo amenazara con una pistola, por segunda vez en lo querestaba del día.

 

Sin embargo, no podía negarle el merito que se merecía, sin duda alguna había hecho un gran trabajo con el sistema de seguridad de todo el edificio y la sincronía de ambos, tanto del rubio como del pelirrojo habían sido perfectas. Su captor había logrado someterlo en el instante que todas las luces, micrófonos, cámaras y monitores habían sido desactivados. Dejándolos a ambos sumidos en una oscuridad casi abismal.

 

Su cuerpo se encontraba aprisionado por el contrario, que se encargaba de reducir paulatinamente el espacio que los separaba, muy pocas cosas se podían apreciar en la oscuridad, pero aun así podía notar el destello celeste de aquellos ojos que lo miraban con rabiademandante, mientras que las respiraciones de ambos resonaban en la estancia, quebrando el silencio, la de Near era un tintineo suave y acompasado a diferencia de la agitada e impetuosa de Mello.

 

-Mírame- dijo el rubio encolerizado, tomando aun con mas fuerza el gatillo. Hacia mas de 4 años que no sabían nada el uno del otro y cuando por fin se encontraban nuevamente aquel enano no teniala decencia de siquiera mirarlo. El coraje corría por sus venas de manera irrefrenable, enardeciendo sus sentidos, había sido ignorado, humillado y eso era algo que no podía permitir.

 

Pero Near no reacciono, seguía con la mirada perdida y la ira de Mello aumentaba a cada segundo que pasaba, quien se creía ese mocoso para tratarlo de esa manera, acaso no había aprendido nada en el orfanato o tendría que recordárselo el mismo.

 

-No soy digno siquiera de que memires, Near- dijo irónico obligándolo a levantar el mentón con el cañón apuntando a la base de este.

 

-No ha sido mi intención ofenderte,si es lo que piensas- dijo el chiquillo serio pero sin devolverle la mirada.

 

El silencio invadió cada uno de los rincones de la SPK y eso fue suficiente para quebrar la paciencia del rubio. De un momento a otro Near volvió a sentir el hierro caliente bajando por su cuello, presionando fuertemente, clavándose en su carne.

 

-Mírame, maldito- exigió por última vez observando como en aquella albina piel comenzaba a formarse manchasrosadas. El calor se apodero de ambos cuerpos, unidos al punto que sus alientos se entrelazaban delicadamente, casi podían rozar sus labios el uno contra losdel otro, Near había perdido la cuenta de tantas veces que había estado en esa situación, tan cerca de cualquier persona, nadie mas que Mello se atrevía ainvadir de una manera tan descarada e indecente su espacio personal y por alguna razón aquello no le incomodaba, nunca lo había hecho, el tener la bocade Mello tan cerca…

 

 

-Ah- un jadeo forzado, arrancado ala fuerza. Fue lo único que escapo de los pálidos labios de Near antes de posar con dificultad sus ojos sobre aquel que se había auto nombrado su rival.

 

Mello no sabia que buscaba en aquellos ojos, que esperaba encontrar, sus miradas no se separaron ni un segundo, tenía que haber algo, una chispa de emoción, un atisbo de sorpresa, una sombra de miedo, una gota de dese… Nada. Tan vacíos, fríos y huecos como laultima vez. Tan mezquinamente injustos con su persona, tan arrogantes e imperturbables, acaso nada podría despojarlo de esa  maldita serenidad… Acaso nunca cambiaria, Near seguía siendo Near y eso era tan verdadero como decir que el hielo siempre es frío. Y estaba realmente arto de esto. Algo tendría que hacer, ya se habíaido una vez sin obtener lo que deseaba, hacia 4 años atrás, el día que abandono el orfanato.

 

Esos mismos ojos carentes de vida lo habían mirado de aquella misma forma, miraban sin verlo, perdidos, como si pudiera ver através de el.

 

Podía sentir en su piel la marca de las lagrimas secas, que habían resbalado hacia un par de horas al enterarse de lo cruda y finita que podía ser la realidad. L había muerto. Sin más, por ese maldito asesino y el no había podido hacer nada, la frustración lo estabaembriagando y la culpabilidad había empezado hacer el efecto de la mas letal droga, empujándolo a cometer locuras, a pensar incoherencias. Tenia que haceralgo, no permitiría que ese enano vengara a L, era el, él único que podría hacerlo.

 

Tomo todo lo que pudo de su habitación, hizo las maletas. Se iría y no miraría atrás, Wammy´s ya no existiría para el, despues de haber cruzado el umbral de la puerta. Sus pies pesaban y el nudo en su garganta no lo dejaba respirar con naturalidad, ¿Qué pasaría con su vida?, ¿Cómo sobreviviría en las calles? Solo tenia 15 años, no era más que un niño…

 

-¿Te iras?- ese murmullo lo detuvo en seco y pudo escuchar como unas pequeñas gotitas de lluvia comenzaban a toquetear tímidamente el cristal que recubría los ventanales del pasillo.

 

-Si- respondió, retomando el paso sin siquiera voltearse a mirarlo, no podía, o simplemente tenia miedo demirarlo a la cara… pero ¿por que? El silencio invadió cada rincón, extendiéndose, haciéndole sentir que los oídos le estallarían en cualquier momento, eso era algo que Mello no soportaba, el abismal, desolador y alteranteruido del silencio.

 

Llego hasta el límite de la puerta y giro a verlo por última vez, Near lo observaba sin gesto alguno. Mello espero unos segundos, sosteniéndole la mirada, esperando… El deseaba que dijera algo, que lo detuviera, que le pidiera que se quedara, no sabia por que lo quería,solo deseaba que Near lo hiciera.

 

Pero el tiempo paso lento y tortuoso, sin palabras de por medio, solo el crudo y brutal repiqueteo de las gotas de lluvia junto con un trueno que ilumino fugazmente la estancia…

 

Nada

Solo el, la lluvia, el silencio y Near

 

Maldijo internamente al alvino, quejándose de su corazón de hielo, impotente por el hecho de no provocar nada en el, de no poderlo derretir con su calor. Y esa noche se juro a si mismo que algún día le arrebataría alguna emoción aquellos ojos, se adueñaría de sus sentimientos, alucinaba con la idea de ver a un Near mas humano, el mismo derretiría aquella coraza de frialdad si era necesario.

 

-Ya has obtenido lo que querías,¿eso es todo?- pregunto Near sin quitarle la mirada de encima, con esa voz gélida e imperturbable.

 

-Tan directo como siempre. No has cambiado nada, sigues siendo el mismo- susurro haciendo caso omiso a las palabras de su rehén.

 

-No puedo decir lo mismo- murmuro el peliblanco fijando su mirada en las cicatrices del mayor. Había cambiado, ya no era el mismo chiquillo de hace 4 años, Mello era ahora mas Mello, mas arriesgado, osado, obstinado e impulsivo que nunca y eso era tan cierto como decir que el fuego es capaz de quemar-¿Que has venido a buscar?, Mello. ¿Que quieres de mi?

 

-Realmente quieres saberlo-respondió brindándole una sonrisa torcida, casi sádica- He venido a saldar viejas cuentas.

 

Una de sus manos enguantadas recorrió su cuello, haciendo levantar sin ninguna delicadeza el rostro del menor. Near solo se dejaba hacer, sin dejar de mirar a Mello. Hasta que el rubio se acerco mucho más de lo necesario, el peliblanco se estremeció levemente al sentir el aliento calido del mayor sobre su boca, casi podía sentir que sus labios se derretirían de un momento a otro.

 

-¿Qué intentas hacer?- pregunto aun sereno bajo la boca de Mello, el cual pudo sentir la frescura que albergaba aquellos pálidos labios.

 

Pero no recibió respuesta, solo pudo estremecerse al sentir, el ardor de unas manos invasoras, recorriendo la parte baja de su estomago, subiendo, lenta, parsimoniosamente por su cuerpo,acariciando con las yemas de sus dedos, dejando un rastro ardiente en ella.

 

-..Nnh.. – un gemido que no había logrado reprimir se escucho en la oscuridad, mientras una sonrisa triunfante se dibujaba en los labios de Mello. Nunca había escuchado esa voz o nunca creyó que Near fuera capaz de sonar de esa manera.

 

-Eso precisamente es lo que quiero-susurro el rubio, dejando caer sin ningún cuidado la pistola, ocasionando un eco metálico y duro que se expandió por todo el lugar- Quiero llevarte a la locura- sus labios acariciaban su oreja suavemente, mientras que sus manos se hundían en las pálidas caderas de su adversario- No seré feliz, Near, hasta escucharte jadear mi nombre, hasta que supliques por mas.- finalizo mientras murmuraba para si mismo en sus adentros “ No hay manera de que escapes de mi, no esta vez”

 

Sus labios se rozaron tortuosamente,mientras ambos sentían el roce de aquel primer contacto, despacio, quizás demasiado lento, para el gusto del mayor, pero no acelero las cosas, queríaobservar cada una de las reacciones de su contrincante, grabar a fuego cada una de ellas en su mente. Una de sus manos acaricio el costado del alvino, haciéndolo estremecer nuevamente, soltando un pequeño suspiro que permitió al rubio adentrarse entre los labios de Near.

 

“Fríos” pensó Mello saboreando con demencia cada milímetro. “sus labios, su boca, son fríos.”

 

“Caliente” pensó a medida que el rubio jugueteaba entre sus labios, provocando que poco a poco fuera cerrandosus ojitos. “Su lengua, sus manos, son calientes.”

 

Con una rapidez casi alarmante, la pequeña lengua del chiquillo comenzó a tomar partida en aquel juego, haciendo que aquel beso subiera cada vez más de tono. Jugando de aquella manera tan obscena, se besaban como si ya lo hubieran hecho mil veces en el pasado, como dos viejos amantes, que vuelven a reencontrarse después de una larga, muy largaespera. Y los fantasmas de sus infancias los miraban perplejos, sin poder creerlo que estaba pasando, sin poder comprender el porque ahora se besaban de aquella manera tan escandalosa y reclamante. Pero después de todo ya no eran unos niños, ya no podían refugiarse en su inocente ignorancia, ya no podían disfrazar el deseo con desprecio, ya no podían confundir el amor con odio. Y sus lenguas jugueteaban nuevamente la una con la otra felices de que así fuera.

 

Aunque ambos sabían de alguna maneraque terminarían así. Near lo había comprendido aquella tormentosa noche en laque Mello se había ido.

 

-¿Te iras?- esas dos palabras fueron las mas difíciles que Near había pronunciado jamás, su voz estuvo a punto de quebrarse, pero el había conseguido evitarlo a tiempo. Y no comprendía que era ese ardor que le oprimía el pecho.

 

-Si- respondió cortante siguiendo su camino. Mientras el observaba como se iba alejando lentamente, tenia algo entre sus manos, debía entregárselo antes de que se fuera, no deseaba que se marchara sin tenerlo en su poder, pero dudo unos segundos, viendo el reverso de la fotografía: “Querido Mello” de su puño y letra, hacia no mucho que lo había escrito. No tenia que escribir nada mas, el sabia que Mello entendería perfectamente.

 

Pero no tubo el valor de entregársela, ¿que seria de el?, ¿cuando lo volvería a ver?, ese seria el único recuerdo de lo que mas había deseado en toda su vida, mas que cualquier cosa, Near no había comprendido lo mucho que necesitaba a Mello, hasta aquel momento que estaba en riesgo de perderlo para siempre, de no volverlo a ver en lo que le quedaba de vida.

 

Guardo disimuladamente la fotografía entre los pliegues de su pijama al  notar que Mello estaba a punto de voltearse y sus ojos celeste se fijaron en los suyos. Y se sintió arder en lo más profundo, casi podía sentir las gotitas de sudor resbalando deliciosamente por su espalda. No podía hablar, nunca le había ocurrido nada igual, pero mantuvo su porte altivo y elegante, sereno y apacible. Era lo menos que podía hacer, después de todo

 

-Anh…- jadeo descaradamente con sus ojitos grises empañados en deseo, arrebatándolo de sus cavilaciones, Mello había levantado al albino, logrando que entrelazara sus piernas alrededor de su cetrina cintura, sentían el mutuo roce de sus caderas llevándolos a un profundo delirio del cual ninguno de los dos quería salir, mientras sus jadeo se entremezclaban.

 

 

Mello no había conocido nada tan sensual como las expresiones de Near. Quizás por el hecho de que no estaba acostumbrado a esos tratos su cuerpo era mucho más sensible y receptivo a ello, el goce de su rostro, era una belleza digna de dioses.

 

El rubio solo deseaba morir entre esos labios que habían sido su mas vergonzoso e innombrable deseo desde hacia muchísimo tiempo.

 

La excitación y el deseo de conocer mas de aquella sensaciones, corrían por las venas del alvino, calentándolo por completo, haciéndolo por primera vez un humano completo, un ser básico, sencillo, haciendo aflorar sus mas bajos instintos. Sus manos blanquecinas tomaron frenéticamente el cuello del rubio antes de atacarlo con su lengua, boca y dientes.

 

Las manos de Mello bajaron con impaciencia las blancas prendas que impedían ver a su pequeña presa en todo su esplendor, pero con agilidad las removió sin necesidad de bajar a Near de su privilegiada posición.

 

Besos, jadeos, gemidos, calor yfrío.

Ropas revueltas, blancas y negras. Gritos ahogados en besos desenfrenados, tempestuosos y calmados. Sincuestionarse en ningún momentos si aquello era bueno o malo.

 

Y es que así eran ellos

Eran Frió y calor

Eran Blanco y Negro

Eran Calma y tempestad

Eran Bueno y Malo

Eran Mello y Near

 


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