Bastas abrió los ojos cuando aún estaba oscuro, tenía muchas ganas de ir al baño, se levantó rápidamente en su forma humana para ir hacia el baño y aliviar su vejiga, las ganas de ir eran cada vez más frecuentes, volvió a la cama a recostarse y tomando su anterior forma en la que era mucho más fácil moverse, apenas se echó y sintió una pata bastante grande y pesada acercarse.
-Kano-llamó al sentir el peso en su hombro-Kano.
El aludido abrió los ojos con pereza y bostezó antes de ver al gatito que le miraba expectante, le quitó la pata de encima y se estiró largamente antes de sentarse y sacudirse un poco haciendo sonar las orejas, cosa que le hizo gracia al chico por como sonaba.
-Perdona ¿No te dejé dormir?-preguntó espabilándose.
-No es eso-musitó-Es que me habías puesto la pata encima.
-Ah, lo siento-se disculpó retomando su figura humana y tomó su camisa para levantarse-¿Tienes hambre?
Bastas lo meditó un poco su estómago gruñía muy levemente, sí tenía hambre pero no quería verse como un glotón ante aquel hombre.
-Sí, un poco-asintió.
-Ven-le cargó con cuidado por su estado sintiendo la alta temperatura contra su piel mientras el otro se dejaba llevar agitando la cola de un lado a otro-Perth trajo algo para que comieras mejor.
Sacó las latas bajo la atenta mirada del chico y abrió una de ellas colocándola en la mesa. Bastas la atrajo hacia sí olfateándola y comenzando a comerla como lo haría un gato de verdad, por fin comía algo de su agrado y no sólo croquetas para gatos como le daba Teiwas.
-Tenías hambre-sonrió Kano acariciándole el lomo escuchando el leve ronroneo, no entendía cómo su hermano había podido lastimar a ese chico.
-Sí-comentó en una pausa antes de seguir comiendo con ansia.
El hombre se sentó viendo al gatito comer sin reparo como si no fuese un hibrido sino un gato doméstico, en cuanto terminó de lamer toda la lata buscó algo más mirando a su alrededor en la cocina hasta dar con lo que había llevado el hermano menor.
-¿Compró leche?-preguntó brincando hacia el estante.
-Eso creo-dijo buscando hasta dar con un litro de leche, supuso, por como se comportaba el chico, que no lo querría en vaso, tomó un plato hondo y sirvió lo que creyó necesario para ver como el minino comenzaba a lamerlo gustoso.
-Gracias-dijo cansado por haberlo bebido tan rápido.
-No hay problema-dejó el traste en el fregadero viéndole bajar hasta la silla-Se te infló la panza-observó sonriente.
-Comí rápido-coincidió en lo gracioso yendo a su lado para restregarse contra su pierna-Me caes bien.
-Y tu a mí-le vio divertido mientras lavaba y se secó las manos para tomarle de nuevo-¿No estás cansado?
-Sí un poco-aceptó sin dejar quieta su cola un segundo hasta que el hombre la apresó sonriéndole y le pegó a su pecho.
-Ahora desayunaré yo-dijo sirviéndose cereal y comenzó a comer siendo observado por el chico.
-Pensé que los lobos sólo comían carne y esas cosas.
-Pero como humanos podemos comer de todo comiendo mayormente la dieta de lobo, que es carne-sonrió por la curiosidad.
-Yo prefiero el pescado y la leche-dijo animado-Saben más rico aunque también como verduras… a veces.
-¿Puedo saber qué te levantó de la cama tan temprano? Apenas está amaneciendo-observó el cielo rosa.
-Tenía que ir al baño-bajó las orejas hacia los lados, algo que siempre hacía cuando algo le daba vergüenza.
-¿Cuántos años tienes?-preguntó curioso por las reacciones.
-dieciséis-respondió el chico calmadamente-Son… casi siete meses en gato.
-Eres sólo un cachorro-suspiró negando por lo que había hecho Teiwas y jaló al gatito hacia si-¿Lo consentiste, Bastas? Se sincero.
El gatito le miró sorprendido y un par de lágrimas brotaban de sus ojos, no se lo había dicho a nadie, se avergonzó por que el otro lo supiera, ¿Qué pensaría de él? De haber sido utilizado esa manera, bajó corriendo de la mesa escuchando al otro tras él y fue hacia su habitación con la agilidad que le daba su tamaño.
-¡Bastas!-llamó el hombre levantándose para ir tras él pero el chico se había encerrado en su habitación-Bastas abre.
El chico lloraba en su forma humana apoyado contra la puerta a pesar de que ésta tenía el seguro puesto, todo había ido tan bien hasta esa pregunta… soltó otro sollozo, si no se hubiese embarazado habría sido más fácil, se hubiera ido y nadie se hubiera enterado.
-Por favor, vamos a hablar.
-No quiero-lloró viendo su apenas inflamado vientre-Déjame sólo.
Kano supo en ese momento que se había equivocado al preguntarlo de esa manera, no debía ser fácil para el chico, debió esperar más, se sentó a un lado de la puerta en su forma animal, al parecer no tenía de otra más que esperar a que terminara el llanto del otro, cosa que parecía no terminaría muy pronto.
Por su parte bastas fue hacia la cama recostándose en la arrugada colcha hasta quedarse dormido, queriendo recordad los momentos con su madre, la extrañaba tanto… sentirse protegido en sus brazos, estar con ella en todo momento, o por lo menos hasta que llegaba su padre.
El lobo pudo entrar a la habitación gracias a que su hermano abrió la puerta con la llave y avanzó hasta quedar encima del chico que temblaba un poco, seguramente tenía frío. Teiwas entornó los ojos al verle tan preocupado por el felino y le dejó hacer, después de todo su hermano solía ser muy protector.
-Bastas-llamó suavemente lamiendo la mejilla del chico.
Reaccionó poco a poco ante los lengüetazos y quiso ocultar su rostro en las patitas al ver quién era el que estaba detrás de él, el gran hocico del otro le empujaba levemente haciendo que se descubriera y por fin lo hizo.
-¿Cómo entraste?
-Teiwas me abrió-dijo echándose a un lado-No te voy a obligar a hablar, Bastas.
-No quería que nadie se enterara-se musitó aún avergonzado-Por favor no pienses mal de mí.
-¿Cómo voy a pensar mal de ti?-preguntó negando y le hizo hacia si con delicadeza-Te dije ayer que me gustas, y lo reitero.
-¿Aunque sabes lo que pasó? –preguntó sin atreverse a verle.
-Eso no fue tu culpa, tú no hiciste nada malo, incluso… incluso si no quieres al cachorro…
Bastas se levantó a la defensiva al escuchar esas palabras y hecho las orejas hacia atrás alerta a cualquier movimiento del lobo que no se movió ni un milímetro.
-Es mi cachorro, no importa lo que pasó-dijo tenso aún.
-No dije que les fuera a hacer algo-intentó calmarle-Sólo digo que era una posibilidad que no le quisieras.
-Pero sí lo hago-se relajó un poco de nuevo acercándose-Él no tiene la culpa de nada de lo que pasó, de nada.
-Lo sé-frotó su hocico contra la mejilla del minino que ronroneó un poco.
-¿Tan rápido caíste Kano?-preguntó el otro en la puerta-No te resistes a los indefensos ¿verdad? Por eso eres un pésimo cazador.
-Justo a ti necesitaba verte-dijo el lobo levantando el cuello un poco.
-¿Ya me vas a decir a qué carajo vinieron?-preguntó hostil.
-Te llevaremos de vuelta al claro-dijo el hombre acercando más al gatito para protegerlo-Nuestros padres quieren que los llevemos a ti y al chico.
Tanto Teiwas como Bastas se quedaron helados ante aquella aclaración, ir al claro implicaba conocer al resto de la familia, que todos supieran su embarazo, su nombre, que estuviesen cerca, significaba muchas cosas que ni el uno ni el otro querían.
-Podrías venir conmigo-dijo Kano suavemente al oído del chico.
Bastas se vio tentado a decir de inmediato que sí, se sentía protegido con él, incluso sentía que se preocupaba por él, cosa que sólo su madre había hecho, volteó a verle hacia arriba notando aquella mirada calmada y seria que le hacia sentir tranquilo y se estremeció un poco, claro que quería ir con él, en su vida nadie le había tratado como Kano.
-No irá contigo-gruñó el otro.
-¡Quiero…-levantó un poco la voz-Quiero ir con Kano-se rectificó bajando las orejas y haciéndose más hacia el lobo blanco.
-Ya dije que no-gruñó el lobo.
-Teiwas-mandó Kano al orden-Si Bastas quiere ir es libre de hacerlo.
-Pues no con mi cachorro-mostró los afilados dientes.
-Baja la guardia-mando erizándose también.
-Ese es tu gran problema, enamorarte de quien no debes-dijo con saña lastimando un poco los sentimientos del otro.
-Teiwas cálmate ya, tu cachorro estará bien-aseguró el hombre.
-Eso lo dice alguien que puede hacer cualquier cosa en este segundo… hermano-dijo recalcando la palabra.
El de pelo blanco se erizó ante tal mención de aquella forma despectiva y burlesca y se erizo gruñéndole protegiendo al felino detrás de si, ambos lobos se gruñían y se miraban atentamente sin dejar escapar un solo movimiento del que consideraban en ese momento su contrincante.
-¡Los dos quietos!-llamó Perth saliendo de su habitación atravesando la pelea para tomar al gatito asustado entre sus manos provocando ambas miradas caninas sobre él-No se peleen, Kano, se supone que tú eres el conciliador.
Bastas miraba a los tres hermanos con algo de miedo, por un momento había olvidado lo posesivo y ridículamente celoso que era Teiwas, se hizo más hacia el pecho del chico al verle acercarse y negó las manos del otro que bufó algo frustrado.
-Si vas yo también iré, y te advierto que nada va a Salir bien cuando se enteren del cachorro-dijo ofendido para salir con un portazo.
-Tranquilo, nadie te va a hacer daño-clamó Perth acariciando las suaves y frías orejas del chico.
-Gracias Perth-dijo su hermano mayor recibiendo al minino contra su pecho sintiendo los suaves temblores-Ya… no te hace bien asustarte.
-Lo sé-asintió intentando calmarse, no podía explicar el miedo que había experimentado al lado de creaturas tan grandes peleando casi por encima de él-No vuelvas a ponerte así-pidió el chico, daba miedo aquella visión del lobo.
-Voy a protegerte de cualquier daño-aseguró dejándole en la cama para sentarse a un lado-Lo siento Perth…
-No, Teiwas es el que te debe una disculpa a ti, ese comentario estaba totalmente fuera de lugar.
-No tiene importancia-negó suave-Estaba molesto, no pensé que reaccionaría así por el cachorro, fue mi error.
-Exagera-siguió Perth-Eres nuestro hermano, no le harías daño a los cachorros.
Bastas no quería interrumpir, ambos se veían pensativos y algo concentrados en el tema que discutían, no entendía bien qué había dicho Teiwas que pudiese herir tanto al mayor, pero ciertamente veía cierta aflicción en su rostro, se hizo hacia la pierna del hombre recibiendo una sonrisa y una caricia como respuesta y él le lamió la mano.
-No pensé que llevarle la contraria lo pusiera así-se disculpó con ambos.
-No es tu culpa, Bastas, ese imbécil debe controlar su parte animal-dijo Perth molesto con su hermano-No ha aprendido nada desde que se fue de la manada.
-¿Por qué se fue?-interrogó sintiéndose entrometido, pero deseaba saber, además le había dicho que no aceptarían al cachorro por ser suyo.
-Creo que eso es algo que deberías saber cuando lleguemos allá-dijo Teiwas llegando con una mochila algo desgastada que arrojó a la cama y Kano esquivó su mirada-Guarda tus cosas, nos vamos en dos días cuando tracemos la ruta más segura para el cachorro.
-Aún está en el vientre-objetó Perth.
-En dos semanas va a parecer un globo de gato-dijo hacia el chico sin delicadeza alguna.
Bastas bajó la cabecita recargándose en Kano, sí, en un par de semanas cumpliría dos meses, casi la mitad de la gestación de un hibrido, su vientre estaría hinchado, y a los tres meses apenas y podría moverse, menos aún podía volver a cambiar de forma, razón por la cual debía quedarse como humano, si su bebé era, como lo sospechaban, un lobo, sería imposible tenerlo como gato, pero no si estaba en su manera humana, entonces tendría un bebé humano.
-Será un viaje algo largo-advirtió hacia el gatito-Unos cuantos días.
-¡Días!-se sorprendió.
-No podemos llegar en auto, entonces iremos a pie-dijo Kano explicando la razón de tanto tiempo para un viaje.
-A preparar todo-mandó Perth animado por volver a casa.