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Nekkar por Deilita

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Notas del capitulo:

Hola!!! bueno como prometí aquí está el segundo capitulo, espero que les guste a todos :D

     Habían pasado dos semanas desde que el chico se había mudado, el  gato estaba oculto debajo de las almohadas esa vez, llevaba evitando al médico tres días, se escabullía y se ocultaba haciendo todo lo posible para que el lobo no le encontrara y le llevara a aquel lugar, no quería confirmar sus sospechas.

-Aquí estas-dijo el lobo levantando la almohada.

    El gatito se echó a correr pero demasiado tarde, el lobo le  había tomado de una de sus patitas traseras y de ahí le había sostenido las otras para que no le arañara, para fin poder llevarle al médico. Le llevó a la fuerza y cuando estuvieron en el consultorio el chico se estuvo en paz y se dejó tomar las muestras, era muy sencillo.

-Felicidades-dijo el doctor blandiendo la muestra-serán padres, aunque a decir verdad, se ve más joven de lo que...

-Tiene la mayoría de edad-interrumpió el lobo de mala manera.

-De acuerdo-aceptó el doctor y recibió el dinero-Gracias por venir.

-Gracias a usted-dijo el hombre y sacó al chico de allí.

-Te odio-lloró el chico en el carro-¡Maldito bastardo!

     Teiwas en vez de mediar palabra alguna dejó al chico llorar e insultarle durante todo el trayecto, inclusive llegando al departamento cuando el chico se le aventó a los golpes apenas hizo un mínimo esfuerzo para cubrirse el rostro de las garritas, él mismo no podía creerlo.

-¡¿Por qué carajos en luna llena?!-preguntó fúrico y se tiró al suelo sollozando.

-No lo sé... soy un lobo, Bastas no me controlo, lo lamento-dijo arrodillándose a su lado.

-¡No me toques!-dijo quitándole la mano bruscamente-Me das asco, sabías que es cuando todos estamos más fértiles ¡Maldito desgraciado, imbécil!-siguió golpeándole con toda la fuerza que era capaz.

-Bastas...-dijo entristecido, pero se sentía muy culpable.

-Aléjate-dijo empujándole apenas con fuerza.

-Perdóname, perdóname-pidió de rodillas frente a él.

      Bastas se levantó pegándose a la pared y se secó las lágrimas en vano ya que unas nuevas salieron inmediatamente, tenía miedo, por primera vez en su vida libre tenía mucho miedo de lo que fuese a pasarle, volteó hacia la ventana y miró su reflejo con cierta pena, era un muchacho delgado, cabello corto negro parado en punta hacia atrás, ojos azul acuoso, casi transparentes, era muy bajo, sus ojos estaban hinchados y rojos por el llanto, daba pena como hombre, el lobo que estaba arrodillado frente a él tenía una piel casi dorada como pan blanco a medio tostar, sus ojos eran de un café claro al igual que su cabello, antes le veía guapo con toda esa musculatura, pero ahora sólo lo encontraba desagradable.

     El chico se escabulló e intentó llegar a la puerta, pero en cuanto le abrió una fuerte mano la cerró desde detrás de él, escuchó un gruñido que le erizó la piel y su cola y orejas se tensaron por completo, intentó jalar de nuevo deseando que le dejara pero hacía cada vez más fuerza y gruñía más seguido.

-No sales de aquí con mi cachorro-le dijo perdiendo todo arrepentimiento y dulzura en la voz.

-Oh, entonces ya me reclamaste como tuyo-la falsedad de sorpresa se denotaba en su voz-No te preocupes no se me acercaran, apesto a ti-dijo con un casi grito lleno de ira.

-No te vas de ninguna manera-gruñó jalándole del brazo al interior de la casa y le aprisionó contra la pared-No sales sin mí hasta que yo te huela a mí.

-Eso es imposible tarado-dijo empujándole con las manos arañando un poco la tela con las garras que salían gracias a la tensión.

    Sin poder evitarlo Teiwas había dejado salir su animal, no podía esconderlo, la más mínima cosa alteraba su pésimo carácter dejando libres sus afilados colmillos, la cola, las orejas y un poco de las patas, se convertía en el verdadero hombre lobo que había en historias antiguas antes de que se supiese de la existencia de los híbridos.

-Vas a quedarte conmigo hasta que tenga a ese cachorro en mis brazos, ¿Entiendes?-habló grave sin importarle aquel leve dolor por los pinchazos levemente sangrantes.

-Te odio, Teiwas-lloró sin mirarle a la cara, un ligero temblor recorrió su cuerpo-Te odio-dijo de nuevo algo ronco.

-En este momento no me interesa, intenté ser amable-dijo harto, no estaba acostumbrado a tratar con personas así.

-¡¿Amable?!¡Me violaste!-gritó y dejó caer la cabeza contra la pared-Me violaste hijo de puta, no quiero al cachorro.

-Lo tendrás-dijo secamente y le llevó al cuarto aunque el chico apenas y avanzaba.

-No me toques, desgraciado-dijo quitando su brazo con fuerza y trastabilló hacia el cuarto para echarse en la cama sin dejar de ver al otro acusadoramente.

-Te traeré algo de comida-dijo serio fingiendo que no le interesaba lo que dijera el otro y salió después de asegurar la ventana.

-No quiero comer-dijo en voz baja contra su cobija.

-Tienes que comer.

-Pues no quiero-se abrazó a si mismo y se acurrucó más.

-Te traeré algo y comerás-sentenció, cerró la puerta y salió del cuarto dejando al otro llorando.

    Cuando entró Teiwas, el gatito estaba acurrucado temblando tanto por el llanto como por el frío, se acercó a él con la lata de atún, supuso sería lo más recomendable para darle, tendría que asegurarse con un médico. Se sentó junto a él y como no reaccionaba le dio la vuelta para que lo mirara, pero siguió sin decir nada ni al ver la comida que le había llevado, se limitó a volver a su posición original.

-Por favor, come un poco-le acercó la lata intentando tentarle.

    El chico quitó el rostro.

-Bastas, es por tu bien-insistió-Por favor.

-Quiero pastel de fresa-musitó enderezándose un poco, quería que le costara trabajo al otro.

-Vamos pues-levantó al chico. Cerca había una panadería.

       Salieron a la calle y el chico miraba al piso mientras caminaban, estaba ojeroso y pálido, parecía condenado a muerte, le pasó el brazo por los hombros y el chico volteo a verle, parecía que le interrogara con esa mirada.

-¿Qué pasa?-preguntó queriendo apartarse.

-No quiero que estés triste-musitó en voz baja y carraspeo-¿Qué quieres que hagamos?

-Me gustaría salir al parque-bajo las orejas al ver a alguien frente a él.

-¿Bastas?-preguntó el hombre reconociéndolo.

-Hola Robert-dijo sonriéndole débilmente, no podía hacer mucho sólo fingir, se acercó un poco, cosa que no le agradó a Teiwas.

-¡Dios!-se alejo un par de pasos antes de besarle la mejilla-Apestas a perro.

-Si bueno... -Teiwas había carraspeado y eso a Bastas no le llevaba buenas noticias-él es Teiwas-se interrumpió para presentarles.

 -Mucho gusto-tendió la mano firme-Teiwas klause, papá del cachorro de Bastas.

-Robert Delancey-correspondió sorprendido-Ex de Bastas.

-Voy por el pastel-miró a Bastas con una pequeña advertencia en la mirada y entró en la tienda.

-Me sorprendes, Bastas-dijo el otro levantando ambas cejas-¿Un lobo?

-No lo quería... él fue quien lo decidió-comentó nervioso, no debía dar explicaciones.

-Oh, bueno... ¿Qué tal el embarazo?-preguntó tranquilizándose un poco.

-Bien, apenas llevo unas semanas, no mucho-dijo tímido, eso era una conversación realmente incómoda.

-Nos tenemos que ir-se disculpó Teiwas saliendo con el pastel.

-Claro, hasta luego y felicidades-dijo para seguir su camino.

      Teiwas miró cómo el chico se despedía y su sonrisa se borraba, no sabía nada sobre ese otro híbrido, pero parecía que se hubiesen despedido para siempre hacía tiempo atrás. El chico olfateo un poco la caja y su estómago reclamó por el hambre. Se sentaron en un parque y el chico sacó la rebanada para comenzar a comerla lentamente, movía sus orejas y su cola, lo cual significaba que lo estaba disfrutando a lo grande, terminó de comer y se frotó la barriga mirando a los niños que jugaban en aquel lugar, no pudo evitar pensar en cómo crecería ese bebé, sintió un nudo en el estómago, él no se sentía preparado para tenerlo aún.

-¿Qué pasa, no te gustó el pastel?-interrogó Teiwas.

-No es eso-miró la caja vacía-Estaba pensando que tengo... sueño-mintió para zafarse.

-Regresemos ya-dijo tirando la caja en el basurero y caminó detrás del chico-En la tarde vendrá Kano-informó.

-¿Quien es él?

-Mi hermano.

-Bien, dormiré un rato-se encerró en su cuarto y se tiró en la cobija frotándola contra su rostro, era lo único que le quedaba de su hogar, la cobija que le había tejido su madre, la única persona que le había querido en toda su vida e incluso le había ayudado a escapar de la pesadilla que vivía con su padre, ahora estaba lejos de ella, y aunque había pensado que las cosas habían mejorado durante un par de meses, con la llegada del bebé se había arruinado todo.

-Pero no te haré sufrir-dijo sorbiendo la nariz mientras acariciaba su vientre-Tú no tienes la culpa de nada de esto-susurró aferrándose a la almohada-Tú no eres el culpable…

   Teiwas paseaba de un lado a otro en su sala, ¿Qué quería la manada con él? Si se habían enterado estaba en más problemas aún, pero eso no podía ser, la llamada había llegado mientras eso sucedía.

   Maldijo al chico mentalmente, si no le hubiese provocado nada de eso hubiera pasado, él tampoco quería al cachorro, pero la simple idea de que no naciera le helaba por completo la sangre, ¿Sería el instinto que predominaba en él?

   Tuvo que hacer el aseo de nuevo, había pelo de gato en los muebles y eso le disgustaba, pero no podía decirle al chico que no se sentara donde quisiera, estaba muy susceptible y a cualquier acercamiento suyo reaccionaba violentamente queriendo arañarle con las filosas garritas, no quería ni imaginar que sucedería con un comentario.

   Bastas salió de su habitación con los ojos hinchados y algo rojos como lamentablemente ya era lo usual, miró al otro limpiar y se dirigió a la cocina para tomar un poco de mermelada del refrigerador.

-Debiste pedírmela si estás cansado-dijo haciendo la escoba a un lado.

-No te quiero pedir nada-bajó las orejas hacia atrás de una manera hostil enseñando sus pequeños colmillos afilados.

-Tampoco te pongas así-pidió algo frustrado por la actitud.

-Déjame solo y sigue lo que estabas haciendo-dijo sin desarrugar su naricilla y se fue de la cocina paseando su cola por el brazo de un mueble.

   El hombre suspiró rogando por fuerza para no enojarse con él de nuevo, se recargó en la pared haciendo un par de respiraciones y fue entonces que tocaron a la puerta, aquel olor que le erizaba la piel estaba en su puerta.

-Voy…-dijo apenas con convicción y fue para abrirle-Hola Kano-dijo no muy animado.

-Hola Teiwas-le miró serio y echó un vistazo al interior-Vaya cambio-se sorprendió el hombre en la puerta-Del tranquilo bosque a la ciudad.

-No puedo volver-gruñó un poco.

-Nadie te lo impide-le respondió sereno y olfateó profundamente-¿Con quien estás?

-Pasa-dijo de mala gana y su hermano avanzó mirando a su alrededor.

     Bastas escuchó la llegada del famoso Kano, se recostó bocarriba en su cama jugando con la cuchara que había llevado llena del dulce manjar y tras lamerla recolectándolo todo lo que podía de sabor la dejó a un lado, molestar al lobo no le vendría mal.

-¡Teiwas me duele!-gritó apretando sus puños.

     El lobo reaccionó de inmediato levantando la orejas y corrió hacia la recamara casi patinando por el suelo y al abrir la puerta con la respiración un poco agitada el chico rió travieso viendo el rojo del otro por el coraje.

-¡No juegues con eso!-le ordenó el hombre.

  El gatito reía infantil y satisfecho por su pequeña venganza, pero fue cuando vio al otro que se quedó sin habla, le miraba gravemente sin atisbo de enojo o de risa, sólo se limitaba a observarle evaluando cada parte de él haciéndole recorrer un escalofrío.

-¿Teiwas?-interrogó con su voz que sonó gruesa haciendo estremecer al gatito.

-Él es Bastas-presentó con la palma abierta y más calmado-él es Kano, mi hermano mayor.

-Mucho gusto-dijo el hombre recargándose en el marco.

-Mucho gusto-musitó perdiendo toda diversión-El hermano de Teiwas ¿Verdad?-el otro asintió y el gatito se levantó-Bueno… supongo que saldré un rato para que hablen.

-Ni loco-le detuvo el lobo sin dejarle el paso.

-No molestas-dijo Kano volviendo a la sala con porte aristocrático dejando al chico sonrojado por el chiste que le había hecho al otro.

-Creo que metiste la pata-le jaló la mano notando como el otro sacaba sus garras y le soltó con una mirada de burla caminando hacia la sala con la certeza de que el chico iría tras él.

   Y así fue, el chico le siguió hasta la sala sentándose en el mismo sillón pero algo apartado mirando con interés al hombre que cavaba de llegar, era muy distinto de Teiwas, era atractivo, bastante musculoso, pero la diferencia estaba en el carácter de los hermanos.

-Así que por lo que veo son pareja-dijo mirando severo a su hermano.

-No-el chico tragó duro-Yo…

-Estamos esperando un cachorro-soltó el hombre haciendo que su hermano levantara las cejas.

-Bravo-dijo como italiano-Típico de ti Teiwas, actuar sin pensar.

   Ninguno dijo nada ante eso, no podían decir que había sido un mero accidente, pues lo que decía el otro era la verdad.

-Va a llegar Perth en un rato-miró el reloj.

-¿Lo compraste en la ciudad?-preguntó desviando el tema.

-Si, en una de mis muchas excursiones-miró al gato-Debí cerciorarme de que no cometías estupideces.

   Bastas quiso decir algo en su defensa pero el otro le interrumpió.

-Tu no hiciste nada-dijo al chico rápidamente-Bastas-paladeó el nombre mirándole serio-Tu error fue Teiwas.

-¿Y qué pretendes hacer contra eso?-interrogó el lobo molesto.

-Me gustas Bastas-dijo hacia el chico dejando a los otros dos con expresiones distintas de incredulidad.

Notas finales:

UUFF aquí está pues, si me apuro actualizo el viernes y de ahí espero regularisarme para actualizar cada semana, espero que les haya gustado n.n 

RR plis!!! jajaja los dejo hasta el viernes bye n.n


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