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Con caña por HARUKANA

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Notas del fanfic:

Este fic fue escrito hace un par de años para un reto sobre modismos chilensis en el LJ.

 

Disclaimer: Harry y Draco pertenecen a JKiller (aunque se pertenecen mutuamente, pero eso todas lo sabemos)

Con Caña.

 

 

 

 

 

Parte uno

 

 

 

 

 

Harry Potter llevaba 48 minutos aporreando la puerta de su departamento.

 

 

 

“¿De que sirve ser mago si la pierna pelúa de uno se amurra, sube las protecciones y te deja afuera a las cinco de la mañana?”

 

 

 

 

 

-          ¡Malfoy! – masculló apoyado en la puerta, mas doblado que un churro. - Puta, weón, abre esa weá de puerta, no seai maricón. Draaaacoooo…

 

 

 

 

 

Pero la puerta no se abrió, pese a que los golpes continuaron por largo rato. El mago mas poderoso de los últimos tiempos tuvo que arrastrar su humanidad a la calle, tomar un taxi y dormir la mona en un telo.

 

 

 

“Draco, ¿Por qué tenís que ser tan delicado de cutis y revolverme los pollitos cada vez que me caigo al litro? – Rezongó para sí - ¡¡Puta la weá!! De todos los minos ricos que me he tirado… ¡¡Tenía que agarrarme precisamente al mas pelotudo!! Ok, era el peazo ´e mino en el colegio y ahora esta como quiere, pero lo señorito no se le ha quitado y me saca los choros del canasto. ¡Que se devuelva por donde vino! Si le molesta tanto, que se vista y se vaya. ¡La puerta es ancha y culos ricos hay en todas partes! ¿Quién me manda a meterme en la pata de los caballos? Siempre supe que el weón tenía un carácter de la puta madre… ¡Pero si hasta a esas weás de pavos de su viejo los trata mejor que a mi!”

 

 

 

Y así continuó sus alcoholizados requiebros, enredándose en la ropa que trataba de quitarse sin éxito.

 

 

 

“Draco, ¿Por qué erís tan cabro chico? ¿Qué tiene de malo que me junte con los compadres de la pega y me vaya a tomar unas chelas por ahí? Podríamos tener la fiesta en paz, pero no, se te tiene que salir lo cuico y echarme en cara que “soy el pololo de un Malfoy y que no puedo mezclarme con una manga de flaites”. Pero claro, tu no te ensucias esa linda boquita con palabras tan picantes, ni gastas saliva en balde, pa´ ti es: “Harry, no me agradan tus amistades” y si te preguntó el  motivo sales con “Porque no son apropiadas” y cada vez que me las emplumo al bar de siempre me sales con este pastelito. Mierdaaaaaa… “¿Porqué sigo con este aweonao? – Se lamentó, enredándose en las sábanas, sin poder dormir – no tengo porque estar amarrado a él. Si, - se dijo con convicción – mañana mismo lo pateo. ¿Que se ha creído el `che su madre? Coperaste Malfoy, por weón.”

 

 

 

 

 

Parte dos

 

 

 

 

 

-          …mijito rico… hummm. – murmuró, retorciéndose contra la almohada babeada.

 

 

 

Cuando finalmente despertó, los mohicanos le cayeron encima, reventando su cabeza. Desorientado, miró en derredor tratando de hacer memoria, no tenía la más remota idea de donde se encontraba, hasta que se pegó el alcachofazo y se puso los lentes. Esa pieza ya se le estaba haciendo demasiado familiar, era la misma que tomaba cada madrugada de sábado.

 

 

 

- Mierda… – fue su primer pensamiento coherente.

 

 

 

Eso significaba que en casa lo esperaba un dragón furibundo y muchas explicaciones por dar. La semana anterior había intentado hacerse el gracioso pero su… - “Es que soy un bebedor social y soy muy sociable” – fue recibido con un frío – ¿Debo reír?

 

 

 

Le constaba que lo suyo con el trago era un problema y de los grandes, pero ¿qué podía hacer, si la tarde de viernes lo pillaba con las zapatillas de clavos puestas para irse de farra? Este asunto se le estaba escapando de las manos, adoraba a su mino y no quería perderlo por ser un borrachín de fin de semana.

 

 

 

Se removió en la cama y por un momento temió lo peor, el alma le volvió al cuerpo cuando comprobó que había dormido solo. - “Sería el colmo, curao y encima gorrero” - Intentó bajarse de la cama, pero retrocedió con asco. - ¿Y en que momento llamé a Guajardo? Por la cresta… - bajó por el otro lado y se metió al baño, que por suerte estaba en buenas condiciones. – nuncamasnuncamasnuncamas – repetía mientras se enjabonaba entero. Esta vez se le había pasado bastante la mano, si Draco lo dejaba no tendría cara para pedirle que reconsiderara, porque sabía que estaría en su justo derecho.

 

 

 

 

 

Parte tres

 

 

 

 

 

Llegó al departamento con el diario, el pan para el desayuno y unas rosas compradas en un semáforo.

 

 

 

“Puchaaaa, huroncito… yo se que la cagué. Draco, no me digas nada, me asaltaron y por eso… Amor… ¿Qué tal si nos tomamos el fin de semana…?”

 

 

 

Llevaba más de diez minutos ante la puerta sin atreverse a tocar el timbre. Ensayando la excusa que daría ésta vez, pero ninguna le convencía. Draco no era ningún estúpido y no se tragaría sus mentiras que, por demás, se sabía de memoria.

 

 

 

Salto del susto cuando la puerta se abrió ante sus narices.

 

 

 

 

 

-          Dra…

 

 

 

-          Entra y procura no vomitar en la alfombra.

 

 

 

 

 

Estaba a la defensiva, mala señal.

 

 

 

Le entregó las flores, que fueron recibidas con un rictus de desprecio y dejadas sobre el arrimo.

 

 

 

-          ¿No te gustaron?

 

 

 

-          Haría falta una florería para borrar esta afrenta.

 

 

 

-          Amorcito… no es para tanto.

 

 

 

-          ¿En serio? ¿Sabes quien dormía en el cuarto de invitados la noche en que decidiste comportarte como un energúmeno sin modales?

 

 

 

-          Mierda… ¿Tus…?

 

 

 

-          Mi madre mudó por completo la opinión que guardaba de ti.

 

 

 

-          ¿Y… Lucius?

 

 

 

-          Harry, esto ha ido demasiado lejos.

 

 

 

-          Draco, ¿Qué dijo mi suegro?

 

 

 

-          Quiere que nos separemos…

 

 

 

-          Pero… ¡No! Solo se  me pasó la mano, no volverá.

 

 

 

-          … y yo opino lo mismo.

 

 

 

-          ¡No! es que celebrábamos el cumpleaños de…

 

 

 

El rubio no dijo palabra, puso una tarjeta en una de sus manos y una maleta en otra.

 

 

 

- 28 días, tu última oportunidad amor. – y dándole un beso en la frente, desapareció llevándolo con el.

 

 

 

 

 

Fin

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Glosario:

 

Pierna pelúa: Se refiere a la pareja.

Amurrarse: Enfadarse y no dirigirle la palabra al causante del enojo.

Delicado de cutis: Sensible, irritable.

Revolver los pollitos: Molestar.

Caerse al litro: Embriagarse.

Sacar los choros del canasto: Agotar la paciencia.

Meterse en la pata de los caballos: Someterse voluntariamente a una situación difícil.

Cabro chico: Infantil.

Pega: Forma coloquial de referirse al trabajo, es el equivalente a laburo, chamba, curro.

Cuico: Persona estirada, de clase alta.

Flaite: Persona de estrato bajo, de poca educación y malos modales.

Picante: Ordinario, mala clase.

Patear: Terminar una relación sentimental unilateralmente y de mal modo.

`che su madre: Apocope de  “Concha de tu madre”. Mentar la madre.

Coperaste: Contracción de “cooperar”, perder.

Caer los mohicanos encima: Comenzar a experimentar los efectos de la resaca.

Pegarse el alcachofazo: Darse cuenta.

Curao: Ebrio.

Llamar a Guajardo: Vomitar.

 


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