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Demonio de la Noche por SapphY

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Notas del fanfic:

Los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto y yo solo los tomo prestados para intentar entretener :)
Songfic - Two Shot

Puede que en algún momento las personalidades no sean las propias de los personajes, pero he tratado en todo momento de que coincidan, aunque debo decir que es bastante dificil. Espero haberlo logrado :)

Notas del capitulo:

Los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto y yo solo los tomo prestados para intentar entretener :)
Songfic - Two Shot

Puede que en algún momento las personalidades no sean las propias de los personajes, pero he tratado en todo momento de que coincidan, aunque debo decir que es bastante dificil. Espero haberlo logrado :)

Narración cursiva: Escritura de Naruto

Narración normal: Lo vivido por Naruto (como si fuese un flash back)

Este fanfic está basado en dos canciones, aunque estas no están en sincronía exactamente con el fic. Naruto las nombrará cuando suenen y por si alguien tiene interés en escucharlas aquí dejo los link :)
(The great pandemonium-Kamelot) http://www.youtube.com/watch?v=pN3Ha8CV6iM
(Jessica Kill-Sum41) http://www.youtube.com/watch?v=_oL9NaR1S_0

Y sin más, espero que quien lea este songfic lo disfrute tanto como yo escribiéndolo.

Demonio de la noche.

 

Querido diario:

Maldita sea... ni siquiera sé por qué escribo esto. Hace años que dejé de hacerlo... pero... necesito contar esto... o si no, creo que me volveré loco.

Todo pasó hace un par de semanas. Sí, me lo he estado guardando todo este tiempo y nadie lo sabe, así que tú vas a ser el único testigo de esta confesión.

No es una historia triste, aunque tampoco es que sea la más alegre de las que te he contado durante estos seis años que te he escrito, pero si es la más fascinante que voy a escribir. Creo que después de esto es improbable... no, imposible, que me pase algo mejor.

 

Ocurrió el vigésimo tercer día del mes de julio. Neji y los chicos tenían ganas de salir a tomar unas copas y no querían que me quedara solo. Por lo general, a mí no me agradan los sitios que ellos frecuentan, pero aquella noche... aquella noche mi vida dio un giro de 180 grados. El motivo... mi demonio.

 

 

 

 

- ¡Naruto! - exclamó Neji para hacerse oír por encima de la música.

- ¡¿Qué pasa?! - exclamó también.

- ¡¿Estás seguro que no te molesta que vengamos aquí? Sé que no te gustan los pubs de este estilo!

 

 

 

 

Y ciertamente Neji tenía razón. Odiaba los pubs en los que la música era tan ruidosa. Los estilos punk, heavy, metal y goth no eran mi fuerte, acaban levantándome dolor de cabeza.

 

 

 

 

- ¡Está bien Neji, no hay problema! ¡Divertíos! ¡Casi siempre hacemos lo que me gusta a mí! - gritaba el oji-azul para hacerse escuchar por encima de aquella infernal canción que comenzaba.

 

 

 

 

Me parecía egoísta que siempre hiciésemos lo que a mí me gustaba, por eso, por aquella noche, decidí que lo dejaría pasar. Me buscaría una copa no muy cargada, un rincón apartado donde la música no me reventase los tímpanos y me limitaría a observar el curioso comportamiento del ser humano bajo los efectos del alcohol.

Las chicas bailaban entre ellas, algunas lo hacían con otros chicos, varias parejas se encaminaban a la zona de los baños, (me pregunto para qué...) y había algunas parejas homosexuales, de ambos sexos, besándose y restregándose.

Me enrojecí y desvié un poco la mirada... y al hacerlo... encontré a mi perdición.

Ahí estaba él, sobre la plataforma derecha, bailando sensualmente sin camiseta, con unos ceñidos pantalones negros con detalles rojos, cadenas por todas partes, pulseras de cuero, pulseras de pinchos y un colgante con una cruz invertida. Su cabello azulado brillaba con las luces del lugar, y sus ojos... no alcanzaba a distinguirlos, pero juraría que eran los ojos de un demonio... mi demonio.

 

Me aproximé a él poco a poco, hasta qué... una mano se posó en mi hombro y me volví a ver quién era.

 

 

 

 

- No deberías involucrarte con él. - Comentaba Neji, que se había fijado todo el tiempo en los movimientos de Naruto.

- ¿Por qué? - atinó a preguntar el oji-azul que se perdía cada vez más en las caderas de aquel muchacho que se movía de esa forma tan excitante.

- No juega limpio, Naruto. - dijo simplemente Neji.

Observó la mirada de su amigo, perdida sin duda en la piel paliducha de aquel chico que seguía bailando, ahora con dos hermosas chicas a su lado.

- Neji...- susurró el oji azul. - No puedo... tengo... tengo que saber quién es.

 

 

 

 

Y sin más, deje a mi amigo en aquella zona y me aventuré, copa en mano, a averiguar tanto como pudiese de aquel demonio.

¿Qué por qué le llamo demonio? Simple... una persona como él, tan lujuriosa, tan fogosa, tan morbosa, tan... En definitiva, alguien como él no puede ser un ángel, y mucho menos un humano.

Así que me fui aproximando hasta la plataforma donde se encontraba. Había un guarda de seguridad y supuse que no me dejarían subir, pero no perdía nada por intentarlo. Necesitaba hablar con él, estar cerca de él a cualquier precio.

 

 

 

 

- Si no tienes pase VIP no puedes pasar. - Dijo cual grabadora el segurata.

- Solo quiero bailar un poco, no voy a hacer ningún mal a nadie. - Gritó Naruto para hacerse escuchar.

 

 

 

 

Mi intención era clara, que el chico me escuchase.

Y lo logré.

 

 

 

 

- Lo siento chico, las órdenes son las órdenes, y ahora vete a otra parte si no quieres acabar fuera del local.

- Uno que quiere ayudar a animar el cotarro y así lo tratan... pufff... - bufaba Naruto llevándose las manos a la nuca.

- Déjale subir, a ver cómo va a "animar" el cotarro. - Pronunció una voz fría, oscura y un tanto burlona.

 

 

 

 

Sí, así como lo lees. Él mismo le pidió al tipo de la puerta que me dejase subir a la plataforma con él. En ese momento solo podía sonreír de manera triunfal.

Subí a la plataforma... y ahí empezó mi castigo. Ya entenderás por qué lo llamo castigo.

 

 

 

- Oye rubito, aquí hay unas normas. - comentó durante la tregua que dio el chico que controlaba la música. - Primero quítate la camiseta, aquí se sube a calentar el ambiente, no a aburrir al personal, y segundo; espero que sepas bailar y seguirme el ritmo. No me gustaría que me involucrasen con perdedores. - Sonrió de medio lado, haciendo altanería de su ego.

 

 

 

Si hay algo que odie es que me provoquen, y ese tipo lo hizo. Así que sin más me despojé de mi camiseta, aflojé un poco mi cinturón para que mis pantalones cayesen un poco y dejé que se viese parte de mi bóxer naranja. Básicamente, me fijé en cómo iba aquel chico y le imité. Cuando me dio la espalda, se confirmó mi sospecha de que era un demonio. Poseía tatuadas unas hermosas alas negras que llegaban hasta su baja espalda, casi perdiéndose en sus nalgas.

Y ahí me dio un vuelco al corazón. Me quedé completamente bloqueado, hasta que me sacó de mis pensamientos cuando me cogió de la mano...

 

 

 

- ¡Te quedas atrás, dobe!

- ¡No me llames dobe, teme!

El peli-azul sonreía de medio lado socarronamente mientras empezaba a sonar una nueva canción.

 

 

 

 

The Great Pandemonium.

Era como una maldita danza con la que él los dejaba a todos hipnotizados. Se movía sensual y provocador, incitaba a hacer cosas impuras y prohibidas... ¡oh, dios! Sí que lo hacía. Y finalmente le surtió efecto conmigo.

Posó sus manos en mis caderas y las movió sensualmente al ritmo que movía las suyas. Se relamía los labios, ponía caras indecentes y sexys... Maldita sea... me estaba volviendo loco. Y más aún cuando baje mi vista un poco y observé... Sí, ya puedes imaginar que miré; su paquete.

El condenado lo tenía muy bien marcado con ese ajustado pantalón negro, que pude detallar mejor al tenerlo más cerca; era de cuero.

Y seguro no imaginas lo que pasó después... Me pilló... mirándoselo.

 

 

 

El peli azul se aproximó al rubio pegando sus cuerpos con sensuales movimientos.

- ¿Se te perdió algo ahí abajo? - susurró burlón.

Al separarse pudo observar el rubor en las mejillas del oji-azul.

- Si quieres te puedo ayudar a buscarlo.

- No se me perdió nada, simplemente me distraje. - Respondió Naruto tratando de sonar convincente.

El peli azul sonrió de medio lado y se colocó tras él. Le agarró el rostro con gentileza con una mano mientras con la otra recorría su pecho y su bajo vientre. Su lengua comenzó a recorrer el cuello y a dejar leves mordidas que se fueron intensificando.

 

 

¿Qué si traté de resistirme? Por supuesto que lo hice, pero... por ello digo que es el mismísimo demonio. Sus toques son delicados, pero magnéticos; Su piel, suave, pero hechizante; Su lengua... uff... siento calor solo de recordarlo. Su saliva, tibia, me hacía olvidar que había cientos de personas observándonos. Su lengua y su saliva eran un veneno arrasador que hacía olvidar a cualquiera quién era, dónde estaba, y qué estaba haciendo allí.

Y, de repente... sentí su miembro, duro, completamente pegado a mi trasero.

 

 

 

Naruto miró algo sorprendido al muchacho que acariciaba su piel y lamía su cuello.

Este se inclinó un poco hacia su oído y lamió el lóbulo.

La cara de Naruto se contrajo en una dulce mueca, sexy, que hizo sonreír de manera triunfal al que la provocaba.

- Te ves realmente violable... - susurró. - Y además, parece que has conseguido animar el cotarro como te habías propuesto.

 

 

 

Y llevaba razón. Con lo segundo, no con lo primero. Con lo primero... simplemente no quise escucharlo o comentar algo... es más... al principio pensé que había escuchado mal o algo.

Pero que había conseguido animar el cotarro... eso sin duda. Era como si a nadie le importase si les miraban o no, o si simplemente aquello iba a ser un simple beso sin compromiso, pero todos se tocaban y besaban de la misma manera que mi demonio y yo lo hacíamos.

Supongo que está demás decir que estaba completamente empalmado. Y para mi desgracia... la canción estaba terminándose.

 

 

 

El peli-azul sujetaba la cabeza del rubio con ambas manos, revolviendo su cabellera y fijando su mirada en aquellos hermosos ojos azules que le miraban aún desconcertados.

- Al parecer no eres ningún perdedor, pero no me llegas ni a la suela de los zapatos. - sonrió de medio lado, provocando al rubio.

- ¿Quién te crees que eres para hablarme así? - preguntó Naruto realmente enojado.

- Alguien que te ha puesto cachondo con un simple baile... o, - aproximó sus labios a su oído. - ¿debería decir que te has puesto cachondo solo con mirarme la poya? - susurró.

Nuevamente el peli azul reía victorioso mientras el oji-azul estaba completamente ruborizado.

 

 

 

Me quedé sin palabras. Era obvio que por mucho que dijese que no, mentía. Así que sin más me callé y me di media vuelta buscando mi camiseta. Había sido divertido sin duda, pero no iba a dejar que ese tipo me humillase más delante de tanta gente. Por eso él es un demonio, un demonio que no tiene compasión ninguna y solo busca el placer de disfrutar viendo sufrir a las personas... o eso pensé al principio.

 

 

 

- ¡Oye, dobe!

- Te he dicho que no me digas dobe, ¡teme! Me llamo Naruto. - dijo el oji-azul mirando de reojo al muchacho.

- Está bien, Naruto, dobe. Aún tienes que bailar una vez más conmigo. - comentó el peli-azul con su sonrisa socarrona, en un intento por volver a picar a Naruto una vez más.

-Teme... - susurró Naruto, aproximándose a la plataforma nuevamente mientras se quitaba la camiseta.

 

 

 

 

Ya sé lo que me vas a decir, que soy un estúpido por dejarme llevar por sus palabras... pero... simplemente me he vuelto un orgulloso y no soy de los que dejan un trabajo a medias. Así que volví a la plataforma y me quedé fijo mirándole. Sus ojos... antes me habían hechizado cuando terminábamos aquella danza pecaminosa, y ahora que los veía detenidamente... se confirmaban mis sospechas... Sus ojos son como una pupila completa, negros azabache, como una mirada vacía de sentimientos, como la misma noche sin luna, su mirada es la del mismísimo lucifer.

 

 

 

Al llegar a la altura del oji-negro, este, sonrió y se dio la vuelta lentamente. Hizo una especie de seña hacia la zona de la barra. El chico que controlaba la música captó la señal y una canción comenzó a sonar inundando toda la estancia y haciendo que la gente comenzara a moverse de manera alocada.

 

Naruto simplemente observó al oji-negro agarrarle nuevamente la mano y aproximarlo a él, comenzando de nuevo un baile sensual, provocativo y, más rápido y enérgico que el anterior.

 

 

 

Recuerdo bien esa canción. Jessica Kill.

La intro de la guitarra me hizo vibrar, y al entrar la batería comenzaron los movimientos provocativos... y después...

 

 

 

El oji-negro se posicionó tras el rubio acariciando sus hombros y su piel mientras dejaba sus caderas moverse. Y cuando la letra estaba por comenzar aproximó sus labios al oído del rubio. Con una cara totalmente sexy iluminada tenuemente por las luces rojizas que parpadeaban al son de la música el oji-negro comenzó a cantar.

- Oh my love how do I explain (Oh, mi amor, ¿Cómo lo explico?)

How I've come to feel this way (Como he llegado a sentirme de esta manera)

I'm addicted to the pain (soy adicto al dolor)

Even more than words can say (Incluso más de lo que las palabras pueden decir)

Every hit hurts like your kiss (Cada golpe duele como tus besos)

Like a needle to a vein (como una aguja en una vena)

My last words of this begin: (Mis últimas palabras comienzan)

I want you...  (Te deseo)

 

 

 

Cuando escuché aquello, pensé que estaba jugando conmigo, que solo era una simple actuación que hacía con cualquiera con el que, o la que, bailase esa canción. Después descubriría algo... algo difícil de comprender para mí, pero que no impidió que surgiese lo que iba a pasar.

 

 

 

- He (*) said, you don't even know (Él dijo: Ni siquiera sabes)

How just so much (cuanto)

I need it, how far will you go (lo necesito, hasta donde estás dispuesto a llegar)

I just wanna feel you cum (solo quiero sentirte corriéndote)

You make me, so crazy, but I'm okay (Me vuelves tan loco, pero estoy bien)

Just pain me, take it very slow, (Solo hiéreme, tómame muy lentamente)

Cause I'm in love tonight (porque estoy enamorado esta noche).

 

 

 

Esas últimas frases me las creí. Aunque me preguntaba... ¿Realmente es él el que está enamorado esta noche, o soy yo? ¿Cómo puedo enamorarme de un chico del que apenas sé algo? Acaso... ¿él escogió esta canción adrede para manipularme?

Aún no he conseguido responderme estás preguntas. Ojalá me pudieses ayudar a encontrar las respuestas.

Aun así, después de escuchar todas esas frases de sus labios, con aquel tono tenue y excitante, su aliento tibio, como la saliva que iba recorriendo de vez en cuando mi lóbulo, sus movimientos tan provocativos y aquellas manos posesivas que no dejaban de acariciar mi piel, me entregué.

Como lo lees, me entregué a su danza y a su veneno que manipulaba cada fibra de mi ser, y seguí moviéndome de la forma más provocativa que sabía. Adelante, atrás, a un lado, al otro, al centro... mis manos arañando su espalda, mi lengua recorriendo su pecho, mis dedos enredándose en su cabello... Era como una muñeca entre sus brazos, y sus palabras eran la cuerda que necesitaba para moverme.

 

 

 

 

El oji-negro disfrutaba de la visión que le daban sus ojos. Aquel rubio se estaba entregando a su juego y se movía restregando fuertemente su entrepierna contra la suya. Sabía que lo tenía comiendo de la palma de su mano y que era cuestión de tiempo que pudiese hacer con él lo que quisiese.

El rubio lamía su mentón, su cuello, agitaba su cabellera, sonreía, disfrutaba, se dejaba llevar al mismo infierno de las manos del demonio tan condenadamente sexy que alguna vez quiso parir alguna mujer.

Y los movimientos se fueron repitiendo, uno a uno, lentamente, o eso parecía. En aquél momento ambos muchachos eran el centro de atención, pero para ellos no existía nada más que la música y sus cuerpos sudorosos moviéndose al mismo compás.

Los aspersores se dispararon, o más bien alguien los disparó, haciendo que la gente comenzara a soltarse aún más y que aquella sala se convirtiese en una especie de macro orgía donde todos daban y recibían por igual.

Y a nadie le importaba lo que hacían unos u otros. Iban a aquel sitio a bailar, a gozar y a sentirse libres de ataduras e imposiciones sociales, morales y familiares.

Naruto los observó y sintió hervir su sangre.

 

 

 

Aquello era realmente... indescriptible. Pero, por alguna razón, yo anhelaba algo así. Un pedacito de esa libertad que todos tenían, una excusa para romper las normas y ser un adolescente, aunque mis veinte años indicasen que ya empezaba a ser más bien adulto. Me había pasado toda mi vida esforzándome por ser alguien en el mundo, por unos estudios que todavía tendría que terminar y serían los que en un futuro me darían de comer. Me privé a mí mismo de esa serie de cosas por un sueño, por no querer defraudar a los demás. Era el momento de divertirme y yo lo sabía, y al parecer, quién hubiese mandado a mi demonio, también lo sabía.

 

 

 

- ¡Naruto! - exclamó el oji-negro cuando la música cesó.

El rubio se limitó a mirarle con sus hermosos orbes azules.

El peli-azul le hizo un gesto con la mano indicándole que le siguiese.

Este obedeció y caminó tras el peli-azul por una zona hasta ahora desconocida para él.

 

 

 

 

Es obvió ¿no? Me llevó a la zona VIP de la sala. Había un pasillo enorme alumbrado con unos fluorescentes de color rojo y anaranjado. Los ojos de mi demonio brillaban misteriosamente con aquellas luces, y yo no era capaz de articular palabra.

 

 

 

 

El oji-negro se detuvo al llegar a una puerta de color negro y sacó una llave de uno de los bolsillos de su pantalón. Abrió y accedió, le hizo un gesto a Naruto para que entrase, y, cuando este se halló dentro, cerró.

 

 

 

Era una habitación de tamaño mediano, decorada en tonos negros y azules, como los ojos y el pelo de mi demonio. Parecía que estaba perfectamente echa por él y para él. Había una cama, de tamaño algo mediano también, con unas sábanas negras y una colcha azul marino con un símbolo extraño. Las paredes estaban llenas de espejos y, en una de ellas, había una especie de mueble. Había un par de lamparitas de esas de lava, que se supone que son relajantes, de color rojo.

Después de haber visto todo eso debí de haber salido corriendo. Claramente ese tipo quería tener sexo conmigo. Yo siempre me he considerado la persona más heterosexual del mundo, y sin embargo...

 

 

 

- So, now that it has come to this (Así que ahora que has llegado a esto)

I'll be your dirty little thrill (seré tu pequeña y sucia emoción)

For the world I wouldn't miss (No me lo perdería por nada del mundo)

Cause I just wanna feel you kill (porque solo quiero sentirte matando)

Self-inflicted masochist (masoquista autoinfligido)

How could anyone resist? (¿Cómo podría alguien resistirse?)

My last words of this begin: (Mis últimas palabras comienzan)

I want you... (Te deseo) - cantó el oji-negro una vez más.

 

Naruto abrió los ojos con sorpresa. ¿Qué quería decir con todas esas palabras? ¿Qué quería decir toda esa canción?

El oji-negro le agarró con decisión por los brazos y lo tumbó sobre la cama.

Fue mordiendo cada lugar en el que sus labios se posaban.

Naruto gemía, gemía de placer, gemía de miedo, gemía de ignorancia, gemía de deseo.

 

- I want you... (Te deseo) - Pronunció una vez más el oji-negro.

 

Esa fue la gota que colmó el vaso. Naruto se entregó a sus besos, se entregó a sus caricias y se entregó a esa saliva envenenada que insistía en recorrer su cuerpo.

Pero todo esto era completamente diferente a cuando estaban bailando. Cuando bailaban el oji-negro se limitaba a torturarlo solo psíquicamente, pues las caricias, los roces y las lamidas no eran ni parecidos a las que ahora empleaba.

 

 

 

Tortura psíquica durante el baile, tortura física durante... bueno, no era más que precalentamiento en esos momentos, pero fue... dios, fue realmente impresionante... y más lo fue cuando descubrí su pequeño secreto...

 

 

 

Naruto dejó escapar un gemido sensual cuando el oji-negro le arrancó de un tirón el pantalón. Estaba con las muñecas apresadas y la experta lengua del demonio recorría su pecho, de un pezón a otro, sin darle si quiera un pequeño respiro. El piercing en la lengua del peli-azul provocaba algún que otro espasmo en el cuerpo del rubio.

Entonces, este recordó el estribillo de la canción y comenzó a balbucear entre gemidos.

- He (*) said, you don't even know (Él dijo: Ni siquiera sabes)

How just so much (cuanto)

I need it, how far will you go (lo necesito, hasta donde estás dispuesto a llegar)

I just wanna feel you cum (solo quiero sentirte corriéndote)

You make me, so crazy, but I'm okay (Me vuelves tan loco, pero estoy bien)

Just pain me, take it very slow, (Solo hiéreme, tómame muy lentamente)

Cause I'm in love tonight (porque estoy enamorado esta noche).

 

 

 

 

No sé en qué maldito momento se me vino la dichosa canción a la mente. Pero la reacción que tuvo en él... esa sí que la recuerdo bien.

 

 

 

Al oír aquello, el oji-negro soltó a su pequeña presa y comenzó a descender, lamiendo todo a su paso. Se centró un rato en el ombligo y el bajo vientre. A Naruto solo le quedaba el bóxer puesto, mientras que el oji-negro mantenía aún sus pantalones.

Bajó un poco hacia el bóxer del rubio y, sin retirarlo, comenzó a lamer el palpitante miembro que se hacía notar.

- Ahh! - Gemía el rubio.

El oji-negro seguía su tortuosa tarea, con el objetivo de que el rubio le rogara para que quitase la prenda que le privaba del verdadero placer.

- Oh! Dios! - Imploró Naruto al sentir como los dedos del oji-negro pellizcaban y retorcían suave, pero intensamente, cada uno de sus pezones.

- Pídemelo. - susurró sensualmente el demonio a su ángel.

- ¿Qué? Oh! - respondía este entre gemidos.

- Pídeme que acabe con tu tortura. - susurró nuevamente.

 

 

 

 

Lo comprendí a la primera. Sabía que yo estaba ansioso porque quitase de una puta vez mi bóxer, pero él se hacía de rogar. En el fondo, estaba divirtiéndose haciéndome sufrir un poco.

 

 

 

- Quí... Quítamelos... - susurró de manera inaudible.

- ¿Cómo dijiste? - jugó el peli-azul.

- ¡Joder! - gimió el rubio. - Quítame el puto bóxer, ¡ya!

- A mí nadie me da órdenes. - comentó burlón el peli-azul mientras hacía el amago de besarle.

Aproximaba su cuerpo y rozaba ambos miembros haciendo que el rubio agarrase las sábanas con desesperación.

- Dios... por favor... quítamelos... - susurraba Naruto muerto de vergüenza.

- ¿Qué te quite qué? - preguntaba el oji-negro divirtiéndose de ver al rubio en aquella situación.

- Mi bóxer... quítalo, por favor.

- Veo que vas aprendiendo. Bien... te daré un premio.

 

 

 

Por primera vez en lo que iba de noche me besó, y ese beso fue tan intenso y tan desesperado, que sentí que me estaba robando el aire. Era un constante pulso por ver quién tomaba el control, pero su ávida y experimentada lengua siempre ganaba a la mía, torpe y algo ignorante. El piercing... era un poco incómodo para besarle, pero después descubrí lo excitante que puede llegar a ser si se sabe usar bien.

 

 

 

Naruto se revolvía un poco buscando el aire que le faltaban a sus pulmones y que su cuerpo le pedía casi a gritos. El oji-negro lo notó y le liberó del beso. Se le quedó mirando un momento. El rubio estaba rojo de la vergüenza y tomaba grandes bocanadas de aire. En esto el peli-azul aprovechó para quitar el dichoso bóxer y comenzar a lamer el miembro despierto que se hallaba oculto.

Naruto casi no tuvo tiempo de reaccionar y comenzó a gemir sin control.

 

 

En ese momento me daba mucha vergüenza de mí mismo. Pero... en serio, solo quien ha probado una mamada con alguien con piercing puede decir hasta qué punto es placentera.

Y encima... el condenado... dios, lo hacía tan bien...

 

 

 

El oji-negro tomaba el miembro con una mano mientras con la otra acariciaba sutilmente los testículos. Su lengua se paseaba por la considerable longitud del miembro del rubio, y este se estremecía indicando con ello que se correría de un momento a otro.

- ¡Ah! ¡Ah! ¡Joder! Teme... ¡¡Ah!! Me... me voy a... ¡Dios! - Naruto lanzaba incoherencias a diestra y siniestra.

En ese momento el oji-negro dejó su tortura y su pulgar en el glande del palpitante miembro de Naruto.

- ¿Ah? ¿Teme, qué haces?- preguntó un tanto desconcertado. - Dé... jame... necesito... necesito correrme, no aguanto. - Susurró Naruto apretando con fuerza los ojos.

Ambos estaban perlados de sudor, pero más el rubio de lo que lo estaba el peli-azul.

- Lo harás... pero después de "consolarme" un poco a mí. - susurró burlón.

Se colocó a horcajadas sobre el muchacho, posicionando su pelvis a la altura de la cabeza del oji-azul.

- Supongo que ya sabes lo que tienes que hacer, ¿no, dobe? - rió burlón.

 

 

 

Eso, fue realmente embarazoso... Tuve que quitarle el pantalón de cuero tan ajustado y me costó un poco, pero poder tocar su piel... Su piel tan blanca... parecía porcelana y un mal toque la quebraría para siempre. Así que ahí estaba yo, con su entrepierna prácticamente sobre mi cara, deshaciéndome de aquel incómodo pantalón de cuero y del bóxer negro que asomaba, para sacar a relucir su perfecta y palpitante hombría.

 

 

 

- ¡Oh! Teme... la tienes... - tragó Naruto sin poder seguir articulando palabra.

El peli-azul acarició tortuosamente los testículos del rubio.

- ¡Ah, joder! - exclamó.

- Empieza a chupármela o te quedarás con las ganas de correrte. - susurró algo amenazante.

Naruto volvió a tragar y empezó a respirar entrecortadamente.

 

 

 

Era la primera vez que lo hacía... así que ya te puedes imaginar cómo estaba. Era un flan, temblando de pies a cabeza. No sabía cómo iba a meterme ese pedazo de carne dentro de la boca... Solo de imaginarlo me ahogaba. Pero creo que al final... jijijiji, se me dio bien.

 

 

 

Naruto engullía lentamente el pene del oji-negro, tratando de imitar todo lo que este había hecho con él anteriormente.

El oji-negro por su parte procuraba mantener sus labios sellados evitando que cualquier sonido saliese de ellos. Apretaba las sábanas a su lado mientras volvía a lamer lentamente el miembro del rubio.

Así comenzó un baile de lamidas, gemidos, apretones y temblores que precedían a la que sería la mejor noche de pasión que vivirían los dos.

 

- Dobe, acelera. - evitaba gemir el oji-negro.

Naruto obedeció sin más.

Cuando el peli-azul estuvo por correrse retiró el pulgar, que aún se encontraba sobre el glande del miembro del rubio, y comenzó nuevamente a chuparlo, dejando que al fin el rubio pudiese eyacular.

- Joder... Ah!- gimió Naruto arqueando la espalda desesperado.

El oji-negro por su parte solo cerró los ojos con fuerza y empujó por última vez su pelvis contra la cara del rubio, que recibió toda la esencia del otro directa a su boca.

De la misma manera él recibió la esencia del rubio en la suya.

Acto seguido solo se escuchaban gemidos y respiraciones agitadas por toda la habitación.

 

Naruto se llevó una mano a la frente retirando los cabellos que se habían adherido por el sudor. El oji-negro sin embargo se puso de pie mostrando su hombría aún erecta y con ganas de seguir.

 

- ¿Cómo puedes seguir así después de haberte corrido ahora mismo? - preguntó un Naruto un tanto asustado.

- Control mental y físico, dobe.

- Te dije que no me llames dobe, ¡teme!

- Como quieras, Naruto-dobe.

- Maldito...

 

El oji-negro se acercó a él, seductor, posicionándose entre sus piernas y mostrándole tres dedos.

 

- ¿Qué? - preguntó Naruto mirándolo con indiferencia.

- Me he cansado de tanta palabrería. Lámelos. - ordenó.

 

Ahí me asusté un poco. Se puso más serio de lo que ya estaba antes. Mientras estábamos con el sesenta y nueve no era capaz de ver su rostro, y no sabía hasta qué punto lo estaba disfrutando. Cuando se puso así de serio... me di cuenta de que no estaba jugando... quería... llegar hasta el final, y yo...

 

 

 

Naruto miraba los tres dedos, entre asustado y pensativo. No sabía lo que significaba aquello, y tampoco sabía si quería averiguarlo, pero tenía que actuar ya.

El oji-negro se dio cuenta de su actitud y sin retirar la mano susurró:

 

- How far will you go? (¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar?)

 

 

 

Ya sabía lo que significaba esa pregunta... y solo había una respuesta posible.

 

 

 

- I just wanna feel you cum. (Solo quiero sentirte corriéndote).

 

Y tras esa respuesta introdujo los tres dedos en su cavidad bucal y los lamió uno a uno con empeño, con sensualidad y sin apartar la mirada de los oscuros ojos del demonio.

 

El oji-negro sonrió triunfal. Había conseguido su cometido y esa noche acabaría por tirarse a la hermosura de rubio que tenía en ese momento bajo su cuerpo.

Cuando consideró que los tres dedos estaban lo suficientemente lubricados, los retiró de la boca del menor y agarró un almohadón para ponerlo bajo las caderas del rubio.

 

- Levanta el culo, dobe. - Ordenó el peli-azul con un tono un poco más amable.

El rubio accedió.

Cuando sus cuerpos se rozaron el oji-negro notó que el rubio temblaba, pero sin importarle demasiado decidió seguir adelante.

- Abre bien las piernas.

- ¿Así? - preguntaba Naruto procurando apartar la mirada de los oscuros ojos que observaban y grababan cada detalle de su tostada piel en su cerebro.

- Un poco más.

Naruto abrió un poco más las piernas y las colocó a ambos lados de la cadera del peli-azul.

Este comenzó a introducir lentamente un dedo en su aún virgen entrada.

 

 

 

Al principio fue incómodo, realmente incómodo. Con el segundo... fue doloroso, y con el tercero... creí que moriría.

 

 

 

- ¡Teme! ¡Me haces daño! - exclamó el rubio al sentir la invasión del segundo dedo.

- Todavía te queda otro dedo para medio poder soportar mi poya dentro de ti y ¿ya te estás quejando? - rió burlón.

A Naruto se le escapó una lágrima al sentir el tercer dedo.

El demonio movía sus dedos dentro del ano del rubio tratando de ensancharlo y prepararlo un poco para lo que seguiría.

- Sube tus piernas a mis hombros. - ordenó el oji-negro tras sacar los dedos y colocar en su lugar la punta de su miembro.

Naruto tembló al sentirlo.

 

 

 

En ese momento me planteé echarme atrás. Decirle que lo sentía pero que no podía. Pero, observé sus ojos y me perdí en la profundidad de ellos. Eran... eran hermosos. Él entero era hermoso. ¿Realmente el demonio puede ser así? Quiero decir, ¿cómo alguien tan perfecto, tan lindo y tan sexy puede ser tan malvado?

 

Bueno... ahora mejor... no te rías de mí... Hice un espectáculo... algo bochornoso.

 

 

 

El oji-negro agarró las caderas del rubio con una mano mientras con la otra iba introduciendo lentamente su miembro.

La expresión de Naruto sin duda, era un poema. Una mezcla entre el dolor, la excitación y la sensación de no saber que narices pasaba.

- Colabora un poco, o al final te acabará doliendo, dobe. - pronunció el oji-negro con un tono algo más grave.

Naruto empujó un poco sus caderas y trató de abrirse tanto como pudo.

Cuando entró hasta la mitad, agarró las caderas del rubio con ambas manos y empujó con toda la fuerza que pudo.

- Ah! Joder! - exclamó Naruto, mordiéndose los labios para no gritar.

Le daba pequeños puñetazos a las manos del peli-azul y buscaba la forma de quitárselo de encima.

- Duele, maldita sea... Eres un mentiroso... ¡duele! - exclamó dejando escapar unas cuantas lágrimas más.

El oji-negro aguardaba a que el rubio se acostumbrase.

- Si no te hubieses puesto así mientras te dilataba no te dolería, idiota. - replicó.

Estuvieron un rato más insultándose mutuamente hasta que el oji-negro, algo enfadado, comenzó a embestirlo sin compasión.

- ¡Ah! ¡Oh! ¡Dios! ¡Para! - exclamó Naruto, algo dolorido.

- Ya te he... dicho que nadie... me da... órdenes. - replicó una vez más, de manera entrecortada. - Además... yo diría... que no quieres... que pare. - susurró.

 

 

 

Vale. Soy un idiota por haberle dicho que parase. Pero realmente me dolía. Embestía sin compasión. Confieso que no me pude sentar sin que me doliese hasta dos días después.

 

 

 

- Dios... Naruto, eres... realmente... estrecho... ghm! - gimió por primera vez en la noche el oji-negro.

- Ah! Y tú... eres... ah! un bruto! - Exclamó.

El oji-negro le sentó sobre sus piernas y comenzó a besar su cuello, a la vez que le masturbaba y embestía con la misma potencia, ahora profundizando aún más.

Naruto no paraba de gemir. El doble placer que estaba sintiendo era demasiado grande para ser cierto.

Cerró los ojos y se dejó llevar. Sus gemidos se hicieron algo más seguidos y agudos, y un calor inundó todo su cuerpo.

El oji-negro lo notó. Sabía que estaba dándole a Naruto en el punto perfecto y no dudo ni un segundo en continuar.

- Ah!... temeeee! Si sigues así... yo... ah! me... me... me correré! - susurraba Naruto entre gemidos, sin pudor alguno ya.

Este lo sabía, pero quería alargarlo, al menos, hasta que él estuviese listo también.

- Tendrás que aguantar un poco más. - susurró el oji-negro en su oído, dejando a su lengua entretenida con el lóbulo del rubio.

Naruto hundía la cabeza en el cuello del peli-azul. Mordía su clavícula y dejaba escapar su aliento contra aquella pálida piel. Atacó su cuello con desesperación. El calor estaba aumentando y sentía que iba a desfallecer si el ojinegro continuaba así.

- Naruto. - susurró el oji-negro y comenzó a succionar la tostada piel del cuello del rubio.

- Ah!! Oh... maldita sea... me voy... ah!

Naruto eyaculó en la mano del oji-negro sin poder controlarse.

- Dobe... No aguan...tas. - susurró nuevamente.

Agarró con más fuerza las caderas del rubio y empezó a profundizar aún más sus embestidas, lenta y tortuosamente.

Naruto se aferró fuertemente a la espalda del oji-negro y arañó la blanca piel con desesperación.

- Por favor... no aguanto... más! Ghm...!

- Vamos... no seas... nenaza... Ah! - gimió el peli-azul.

 

 

 

Me hirvió la sangre cuando me dijo nenaza... Todo el rato había sido... impresionante. En la habitación solo se escuchaban nuestros gemidos y respiraciones acompasadas, al unísono.

Y él... le sentía, palpitando dentro de mí... estaba realmente excitado. Su cuerpo también estaba muy caliente y, su aliento, chocaba contra mi piel consiguiendo erizar mi vello.

No  voy a negar que estuviera disfrutando demasiado de aquello, pero ya había comprendido que era solo sexo, sexo sin compromiso. ¿Qué más se le podría pedir al demonio?

Solo me quedaba una cosa por pedirle en aquellos momentos... I just wanna fell you cum.

 

 

 

 

- Na...ruto... - susurró el oji-negro revolviendo sensualmente la cabellera rubia.

Ambos se miraron un instante y comenzaron a besarse con desesperación. El rubio luchaba por el control del beso, mientras que el peli-azul mordía los carnosos labios con fuerza.

- Auch! - exclamó Naruto.

Un fino hilo de sangre comenzó a emanar de su labio, sangre que el oji-negro lamió con deseo y de forma provocativa.

 

Las embestidas no cesaban, de hecho, habían vuelto a hacerse más profundas e intensas. Un coro de gemidos dulces y agudos acompañaba a otro de gemidos graves y rudos. El peli-azul miraba a los ojos al oji-azul que tomaba grandes bocanadas de aire.

- Ya... casi... Solo... un poco... más. - susurró el oji-negro.

Y así fue. Un par de brutales embestidas más y su esencia se desparramó por el interior del rubio. Este dejó escapar un dulce gemido de sus labios y cayó como peso muerto sobre la cama.

El oji-negro cayó sobre él, acarició su cabellera y mordió su clavícula.

- Oye... teme... esto... fue... - comenzó Naruto.

El peli-azul se incorporó un poco sobre él y puso un dedo sobre sus labios.

- Cállate... Lo hablaremos... después... - dijo mirándole con sus profundos ojos negros.

Volvió a recostarse sobre el rubio, ambos desnudos, dejando que sus pieles aún se acariciasen. Naruto suspiró varias veces hasta caer profundamente dormido bajo aquel amplio pecho que subía y bajaba tranquilamente. Estaba abrazado al peli-azul y en su rostro se apreciaba una sencilla sonrisa de conformidad.

El peli-azul sin embargo mantenía su cabeza oculta entre el cuello del rubio y la almohada. Parecía estar despierto; mejor dicho, lo estaba. Una escurridiza lágrima osó escaparse de sus preciosos orbes negros. Se deshizo rápido de ella, con rabia, y ocultó por completo su rostro con sus cabellos.

 

 

 

Nos dormimos. Dormir al lado de aquel chico fue realmente placentero. Su respiración era calmada y tranquila, su suave piel hacía las veces de sábana, y ambos nos dábamos calor mutuamente, más del que ya teníamos.

Puedo decir que fue la noche más perfecta de toda mi vida. Sin embargo... aún no sabía su nombre.

Estúpido de mí, lo sé. Pero déjame que te siga contando.

Cuando me levanté... me llevé una grata sorpresa.

 

 

 

Naruto se desperezaba en la cómoda cama. Unos tenues rayos de sol se colaban entre las vaporosas telas negras y rojas que hacían las veces de cortina. Recordó entonces donde estaba al observar su reflejo en el espejo que cubría la pared que tenía enfrente. Con una sonrisa divertida se giró a observar a su acompañante, pero cuál fue su sorpresa... Ahí, no había nadie.

- ¿Se ha ido... sin decirme nada? O... ¿acaso todo esto ha sido un sueño? - se preguntó en voz alta.

Miró a todos lados de la habitación buscando el mínimo indicio de que no había sido un sueño, tal como le decía su corazón.

Sus ojos se centraron en un trozo de papel que se situaba sobre la cómoda.

Se acercó y lo tomó entre sus manos. Había unas palabras escritas y las leyó.

 

Gracias por hacerme sentir esta noche que estoy vivo.

Sasuke.

 

Naruto se llevó el pedazo de papel al pecho.

- Sasuke... así que ese es el nombre de mi demonio. - susurró.

 

 

 

Sí, se tomó la molestia de dejarme una nota no solo con su nombre, por detrás de esta estaba su número de teléfono.

Después de esa noche, volvimos a quedar unas cuantas más. No pienses mal... Esas veces no nos acostamos... De hecho... se podría decir que somos amigos... o amigos con derecho a roce.

El caso es que, Sasuke, me da la libertad que necesito, y yo soy la prueba de su existencia, la prueba de que puede amar, sentir y ser algo más cálido de lo que suele serlo.

La historia de Sasuke es un poco difícil... aunque hasta ahora, no ha querido entrar en detalles conmigo. Pero espero que poco a poco lo haga...

Y... ¿Quién sabe? Quizás acabemos siendo amantes...

 

 

 

6/08/11

Notas finales:

(*) en realidad en la canción dice She, pero yo lo he adaptado para que concuerde un poco con nuestra pareja ;)

La verdadera canción que inspira este songfic es Jessica Kill, canción que me hacía imaginar en varias ocasiones a Naruto y Sasuke en situaciones como las que he plasmado en este fic :)

The great pandemonium vino a mi mente cuando buscaba una canción para que Sasuke y Naruto bailasen, y la verdad es que esta quedó muy bien ^^

 

Si alguien ha llegado hasta aquí, muchísimas gracias por dedicarle un poquito de su tiempo a mi historia =D

Críticas constructivas, recomendaciones y consejos serán bien recibidos mediante reviews :)
Siempre es bueno conocer la opinión de los demás para mejorar :D

Saludos!! ^-^


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