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¿Seika shika? por Valsed

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¿Seika shika?


 


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Advertencia: Yaoi, NCS


 


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Shun suspiro con tristeza, hacia tiempo que se sentía extraño, como si cientos de punzantes cargas golpearan su cuerpo, eran tantas las cosas que ocupaban su mente que llegaban a causarle pesar. A veces no lograba evitar sucumbirse a la tristeza, dejando que saliera al exterior permitiendo que la gente a su alrededor lo notaran y se preocuparan por él, no quería molestarlos pero... no podía evitar sentirse triste, sentía culpa por todas las cosas que hizo y que no logro evitar, tanto dolor y muerte pasaron ante sus ojos, que sin poder evitarlo los recuerdos siempre llegaban.


 


El hermoso paisaje tras la ventana de su cuarto era lo que tenia acaparando su vista, en ese privado lugar tenia el tiempo para recordar a aquellos momentos; su mente divagaba tanto que llego a pensar que eran tan pesados por recordarlos de manera tan profunda, en vez de tan solo rememorarlos.


 


La tarde sucumbía por el pasar del tiempo, el sol moría por el oeste creando gran cantidad de tonalidades cobrizas, rojas y purpúreas; era un hermoso espectáculo de colores. Multiformes sombras se hacían presentes por el paso de la escasa luz que persistía... se escabullía aun luchando contra las sombras.


 


Una simple sombra fue lo que llamo su atención, curiosamente atractiva, ¿qué tenia ella que las demás no?; tal vez ese movimiento distinto como si vida tuviera; los ojos de Shun mostraron un anormal falta de expresión mientras miraba aquello formar una silueta, eso frente a él lo miraba sin ojos y le hablaba sin bocas. Sus inaudibles palabras llegaron directo a la pena mas profunda de Shun.


 


"Deseas que se vaya, que tu corazón sea libre, que el pasado se borre, vivir sin remordimiento"


 


-¿quién eres tu?- pregunto en murmuro, apenas audible


 


"Te puedo ayudar a desaparecer esa angustia, pero como sabes para todo hay un precio, yo pido vida por vida"


 


-¿puedes hacer que mi corazón deje de dudar?-


 


"La muerte es un fin, un camino... donde abandonas el cuerpo, y tu alma se vuelve indefensa luchando contra los designio de un ser que ha decidido que es hora de cambiar, pero... no siempre es así"


 


-no entiendo-


 


"Déjame ayudarte, prometo quitarte esa pena"


 


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Hyoga veía con atención la puerta frente a él, sabia quien estaba tras de ella pues por eso estaba allí deseaba verlo, lo había notado triste y sabia porque, ya que lo que mas admiraba era esa dulce alma. Entro al cuarto deseando hablar con él, lo encontró mirando por la ventana; se acerco y coloco a su lado, esperando que lo viera, apenas podía ver el rabillo del ojos, pero le extrañaba que aun no se percatara de su presencia.


 


No quería seguir esperando, y colocando su mano en el hombro del peliverde lo movió ligeramente, la cabeza de Shun se movió un poco permitiendo al ruso ver los ojos vacíos de peliverde.


 


-Shun- llamo preocupado, el aludido bajo la mirada y después la alzo demostrando confusión.


 


-Hyoga- se reacomodo en el marco de la ventana -¿qué pasa?-


 


-¿estas bien?, me preocupaste muchisimo- dijo con la mas sincera voz sin percatarse de ello.


 


Shun lo miro extrañado por esas palabras, mas por la forma en que fueron dichas -¿te preocupaste por mi?-


 


-claro que si, te he visto muy extraño estos días, quiero que vuelvas a hacer el mismo- se acerco tomando ambos hombros firmemente.


 


-yo... yo... perdóname por preocuparte- pronuncio con timidez


 


El rubio negó con la cabeza -mientras estés bien no importa-


 


Shun sonrío ligeramente, le alegraba sentirlo tan cerca; cuantas veces deseo tenerlo así de cerca sin que nada a su alrededor le impidiera disfrutarlo. Descubrir cada uno de sus detalles que lo hacían tan perfecto a sus ojos, su tersa piel, los delineados rasgos, esa dorada melena ahora destellando tonos rojizos causados por el ocaso, sus profundos zafiros sombreados por las sombras del crepúsculo, enfocados únicamente en él. -Hyoga yo-


 


La mano del rubio soltó el hombro y sintiéndose confiado por esa profunda mirada en él, tomo la mejilla sonrojada de Shun, acariciándola suavemente. -Shun hay algo importante que quiero decirte, se que no es el momento adecuado pero...-


 


-Hyoga-


 


-espera Shun, sino no podré decírtelo, y es que...-


 


El peliverde, se sentía tan nervioso, la dulce mirada y el tierno gesto eran tan cautivadores, sus penas fueron retiradas de su mente y corazón, solo esa agradable sensación lo inundaba por completo. Si es posible que las tristezas desaparezcan cuando una inmensa alegría se encuentra iluminado frente a tus ojos.


 


-Shun tu...- las palabras que mas dicha dan, también son las mas difíciles de pronunciar . Pero Hyoga sabia que sino las decía ahora, le seria aun mas difícil decirlas después, penar por el simple arrepentimiento de no haberlas pronunciado en ese momento y alargar el sufrimiento de tenerlo lejos.


 


Shun sospechaba lo que le diría y ansiaba el momento de que fueran pronunciadas por quien amaba secretamente, lo deseaba tanto. La distancia entre ellos se cerraba, el sonrojo del ojiverde aumentaba...


 


Un agudo dolor en la cabeza llevo a Shun a separase, había sido como un grito desesperado, el ojiverde se llevo una mano a la parte mas adolorida de su cabeza.


 


En cuanto se separaron Hyoga suspiro resignándose a que ese no seria el momento en que le confesaría lo que siente; se había ilusionado creyendo que por fin iba a poder decirle. Y es que, aunque no recordaba cuando, había sentido algo muy especial por el caballero de Andromeda, solo se dio cuenta de ello cuando todo había terminado y pudo tener tiempo de analizar su vida para descubrirse a si mismo, y lo que sentía por Shun era sin duda el descubrimiento mas hermoso que había hecho.


 


-¿qué te parece si vamos a comer?-


 


-yo...-


 


-eh, eh , eh no me digas que tienes hambre, se que la tienes así que no me mientas.


 


Shun bajo la mirada tímidamente -si, vamos-


 


Hyoga lo sujeto de la mano y lo llevo hasta el comedor; la cena estaba servida, todos los miraron . Shun sentía ese agarre tan cálido y  hermoso, el dolor de cabeza había desaparecido tras sus latidos de su corazón.


 


-hasta que bajan- comento Seiya con cierto reproche -ya tenia hambre-


 


-ya Seiya- le reprocho, -les sirvo de cenar- dijo Shiryu levantándose de su lugar y caminando hacia la cocina. Rápidamente el ambiente se volvió alegre


 


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Un hermoso amanecer se mostraba a sus ojos, no sabia si era por los rastros de lo sentido la noche anterior, o porque por fin sentía paz. Para que recordar el pasado cuando el presente te muestra grandes oportunidades de felicidad.


 


Era temprano, y Shun bajo para hacer algo de ejercicio, disfrutando de la bella naturaleza, aunque... lo que mas deseaba ahora era disfrutar de otra. Ese acercamiento con Hyoga era claro, o así lo veía él, para que seguir escondiendo lo que sentía si existía la posibilidad de que todo saldría bien.


 


"Hoy" se dijo "hoy le diré lo que siento, mi corazón me dice que no tengo nada que perder, le diré... se lo diré. Hyoga desde cuando he querido decirte cuanto me gustas, y hoy por fin te diré que te am...", detuvo sus pasos, de nuevo ese dolor de cabeza, se sentía como una advertencia de no continuar, pero ¿no continuar que?. Dejo a un lado el dolor, cuando sintió una mirada sobre él.


 


-¿quién esta ahí?- exigió saber, una rápida sombra le trajo los recuerdos de la extraña platica que tuvo anoche, algo que creyó una alucinación. -conteste-.


 


"¿Deseas esta vida?, ¿una con un pasado manchado?"


 


-¿de que habla?, luche para poder tener esta vida- sus palabras sonaron seguras.


 


"a causa de sufrimientos de otros"


 


-¿quién eres tu?, y ¿qué quieres de mi?-


 


De entre las sombras, un hombre alto, de cabellera castaña oscura hasta los hombros, escasa barba, ojos miel, rasgos finos, mirada seria y penetrante, piel sumamente blanca, cubierto por un largo abrigo negro.


 


Shun lo miraba embelesado, perdido en sus profundo ojos que mostraban nada y a la vez cientos de tormentos, era aterradores y fascinantes, el peliverde se perdió en ellos, embrujado por tal belleza. Esa persona frente a él torció ligeramente los labios en señal de una discreta sonrisa.


 


El alto sujeto se acerco lentamente, Shun seguía viéndolo con la boca entre abierta, sus ojos perdidos, ningún movimiento mas que el de su cabeza al seguir los pasos del cautivante ser.


 


La distancia que los separaba era casi nula, el castaño sujeto suavemente el mentón de Shun poniendo su boca peligrosamente cerca.


 


-¿qué que quiero de ti?- su voz sonaba hechizante -te quiero a ti-


 


-¿ah?- emitió confundido


 


-te daré lo que desees para poder tenerte- rozo su labios, Shun no reacciono, su mente estaba en blanco -solo pídemelo-


 


-y-yo no deseo nada, soy feliz con lo que tengo- dijo en murmuro


 


-¿seguro?, te daré tiempo para que lo pienses, te deseo pero sabré esperar... siempre consigo lo que quiero- la mano del castaño abandono el mentón y acaricio la mejilla pasando de largo hasta su oreja y acariciar la verde melena.


 


Shun se dejo llevar por esas caricias cerrando los ojos, era una sensación agradable. Volvió a abrir los ojos, estaba solo, mareado y confundido. Llevo su mano a la zona acariciada, ahora que su mente le permitía tener uso de razón, comparo ese tacto como una acaricio del viento y no como un contacto de piel, tan vacio.


 


Dejo a un lado las ganas de ejercitarse y con paso inseguro, regreso a la mansión. Al entrar encontró a Seiya.


 


-Hola Shun, vamos a comer-


 


-no- dijo rápidamente


 


-qué?- pregunto confundido ante la súbita respuesta


 


-no tengo hambre, me siento un poco mal... iré a descansar-


 


-esta bien, espero que no sea nada malo-


 


-gracias Seiya- caminando hacia su habitación. Seiya lo miro extrañado hasta que lo perdió de vista, y creyendo en lo dicho, se dirigió al comedor. Al entrar al lugar se encontró a Shiryu y Hyoga, ambos estaban mantenían una trivial conversación -Hola chicos- saludo el castaño con su acostumbrada alegría.


 


-Seiya- fue el saludo del rubio


 


-Hola Seiya-


 


-ya vamos a comer?-


 


-solo que lleguen Sahori y Shun


 


-mm, Shun no va a acompañarnos a desayunar, se siente mal- el rubio puso su atención al escuchar las ultimas palabras.


 


-¿te dijo que tiene?- pregunto el pelinegro


 


-solo que se sentía algo mal y que iba a descansar-


 


-¿quién se siente mal?- pregunto Sahori al entrar


 


-Shun- contesto Seiya


 


-espero que no sea algo grave-


 


-esperemos que no-


 


-por el momento comamos y después iré a verle- agrego la pelilila


 


Hyoga disimulo su preocupación; el día anterior lo había visto y había notado algo raro en él. "Me hubiera dado cuenta antes para así poder cuidarlo, pero aun así... es una buena oportunidad para estar cerca de él" penso mientras desayunaba, y buscaba la manera de poder decir lo que no había podido.


 


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Shun se dejo caer en su cama boca abajo con la vista perdida en algún punto en la pared, aun mareado; su mente divagaba entre extraños recuerdos de tristeza y otros de alegría, el malestar no pasaba, intentaba vaciar su cabeza y poder descansar, sentirse tranquilo, pero...


 


¿Quién era esa persona que se encontró en la mañana?, ¿realmente había ahí una persona?, su mano fue llevada nuevamente a su mejilla, recordando esa sensación tan vacía y perturbadora.


 


¿Qué había sucedido?, ¿por que le decía que había algo que deseaba?, ¿qué mas podía desear que no tuviera ya?, tal vez... el amor de Hyoga, pero eso era algo que no se podía conseguir así.


 


Sus ojos se cerraban, no era fatiga, pero se dejaba llevar a un mundo de sueños, un lugar relajante.


 


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Estaría solo, lo sabia porque así lo había pedido, no soportaba mas el guardar silencio, solo eran un par de palabras, cuanto mas tendría que soportar tenerlo lejos de su corazón. Con cuidado abrió la puerta, equilibrando la bandeja con el desayuno que le traía.


 


Lo vio dormido, dejo la bandeja en el buró y se aproximo a donde estaba Shun, se veía tan dulce. Se coloco a un lado subió una rodilla en la cama recargándose con una de sus manos, era mucha la tentación al verlo tan indefenso, deseaba protegerlo. Su otra mano recorrió hasta donde los cabellos verdes le estorbaban para tener una vista completa del perfil. Su mano viajo lentamente, se detuvo al ver los párpados temblar.


 


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Había sentido un tacto en su mejilla, abrió los ojos descubriendo que esto si se sentía cálido, vio lo que creyó en un principio una aparición, ahí frente a él se encontraba la persona que tanto deseaba; no sabia si era un sueño; pero que importaba mientras ahí lo tuviera; le sonrío.


 


-perdona por despertarte- dijo el rubio sin intenciones de moverse


 


El peliverde comprobó entonces que no era una imagen creada por su esperanzada mente -Hyoga- dijo sonrojándose, empezaba a sentirse nervioso ante la cercanía. Se giro quedando recostado de costado, pues fue todo lo que Hyoga le permitió moverse en esa posición.


 


-Shun yo... quiero decirte- El mas pequeño iba a interrumpirlo pero fue detenido por un dedo en sus labios -Shun...- cuanto trabajo, si ahí lo tenia, acorralado bajo de él, aguardando con esa sonrisa que tanto le fascinaba y con sus ojos brillantes esperando escucharlo, no sabia si Shun sospechaba lo que le diría, pero le encantaba verlo tan alegre. -Shun...-


 


-te amo Hyoga- para que seguir esperando, si sabia lo que vendría, su corazón no le mentiría con eso. El rubio lo miro sorprendido, viendo su cara de picardía -era eso lo que me ibas a decir?-


 


-yo... ah-, su amado tan suspicaz, le había quitado la oportunidad de ser quien se confesara -no- dijo intentando ocultar la sonrisa que intentaba escaparse.


 


-¿no?- pregunto confuso, casi entristecido.


 


-no, como iba a decir que amo a Hyoga, si a quien amo es a Shun-, su mano paso de un simple tacto a sujetarle el rostro -te amo-


 


Shun sonrío enormemente en cuanto escucho esas palabras, no se había movido, pero el aliento de Hyoga lo sentía mas cercano, sus labios fijos en su vista se aproximaban; lo deseaba y cerrando sus ojos, se preparo para disfrutarlo.


 


Hyoga lo vio cerrar sus ojos, le encantaban sus esmeraldas, pero mas le encanto verle ese rostro de deseo, el también lo deseaba, y sin alargar mas el momento, junto sus labios, fue un beso dulce, tierno. Su primer beso.


 


Pero ya había saboreado sus labios, y deseaba mas, no sabia sin avanzar mas temiendo asustar a Shun y así alejarlo de su lado, o si también lo deseaba. En cuanto se separo, vio que Shun aun no abría los ojos, era mucha la tentación, su boquita entreabierta invitaba a mas.


 


Nuevamente junto sus labios, puso ambas manos en la cama para una mejor posición, Shun sintió el movimiento y también se acomodo, ¿qué faltaba? Nada. Hyoga no pudo ni deseo evitar conocer esa dulce boca a caramelo.


 


Shun sintió un invasor en su boca, un muy ligero temblor lo acompaño al descubrimiento de esos nuevas sensaciones, sus manos sin consultarlo, apresaron la cintura de Hyoga, deseando disfrutar mas de ese beso. Deseaba corresponderle, pero no sabia como; así que siguiendo sus instintos dejo que su lengua hablara por él. Hyoga dejo caer su cuerpo sobre él sin aplastarlo...


 


Sus ojos se abrieron con rapidez, dejo de corresponder al beso, Hyoga al sentirlo tenso se separo. -¿qué pasa Shun?- pregunto confundido, temiendo haber sido muy rápido


 


El ojiverde había sentido un agudo dolor de cabeza, demasiado penetrante y perturbador, sus ojos le mostraban un imagen borrosa de Hyoga, pero podía ver que esperaba una respuesta a su pregunta, se veía preocupado, y eso no quería él, deseaba hacerlo feliz -nada- le sonrío para tranquilizarlo.


 


-perdóname si fui muy rápido-


 


-no Hyoga, no, es que... me dolió la cabeza-, sus ojos levemente teñidos de rojo le probaron que su impertinencia no había sido el causante.


 


El ruso se tranquilizo sabiéndose inocente, pero si se reprocho haber olvidado que Shun se encontraba cansado -Seiya me dijo que te sentías mal- se levanto con cierto recelo y le extendió la mano para ayudarlo a incorporarse en la cama -y te traje el desayuno-


 


-gracias Hyoga-, sonrío no solo con una simple alegría, sino con un corazón rebosante de dicha, se habían confesado.


 


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El desayuno fue consumido, y Hyoga salió llevándose los trastes utilizados, Shun estaba aun en su cuarto, se había mareado cuando quiso acompañar al rubio, pero ¿por que se sentía mal?, tal vez solo era un ligero malestar que pronto desaparecería, pero... había algo mas, una extraña sensación de sopor llenaba su cuerpo haciéndole olvidar donde estaba.


 


"no deberías tomar las cosas tan a la ligera, ¿cómo sabes que no juega contigo?" escucho decir sin encontrar el dueño, pero sabia quien era y a pesar de todo no sintió miedo, permaneció sentado en la orilla de la cama, los brazos caídos a sus costados y los ojos vacíos.


 


-¿de que hablas?- salió apenas audible su voz, dejandose llevar por esa hipnotizante voz


 


"Tu corazón es muy grande, los sentimientos se pierden en él, y aun mas cuando buscas aliviar tu pena, haciéndote creer lo que tu anhelante deseo te pide"


 


-no, yo se lo que quiero- las palabras brotaban automáticamente


 


"tan dulce e inocente. Has engañado tu corazón con una farsa que causara dolor a muchos"


 


-n-no se de que hablas-


 


Esa sensual voz llegaba hasta su interior presionándolo. "Te enseñare un nuevo mundo, uno donde la pena y la angustia son solo un juego, uno donde la culpa no existe, ese mundo te enseñara las maravillas del deseo"


 


-¿deseo?, no... no yo quiero amor-


 


"si deseas amor, te lo daré"


 


-yo quiero el amor de mi hermano, de mis amigos, de... Hyoga-


 


"oh no, eso no es amor"


 


-si yo los amo-


 


"lo se, pero ello a ti no"


 


-¿no?- su voz tembló al hacer la pregunta, perdía el control de si


 


"No, tu hermano te dejo por su felicidad, busco a la persona que ama y te abandono aquí. Tus amigos te aprecian como compañero, como alguien mas que forman parte de sus preciadas vidas, no como un amigo, Hyoga, frío y orgulloso crees que realmente se fijaría en un niño tan inocente"


 


-abandono... inocente...- repetía


 


"Shun solo eres alguien mas para ellos, se desharían de ti en cuanto pudieran, yo te puedo dar el amor que buscas y hacerte olvidar tus culpas"


 


-amor... culpas...- su voz iba perdiendo sentimiento


 


"No es posible que tantos años de lucha, de lastimar y matar sean olvidados, las personas no olvidan, te hacen recordar tus penas buscando su propio alivio, son egoístas. El mundo que te ofrezco no te juzgara por tu pasado"


 


-matar... penas...- su mente se nublaba


 


"Ven Shun, ven, mereces conocer una nueva felicidad, donde realmente te aprecien, donde la sangre que mancha tus manos no sea una carga"


 


-sangre...- opresión en su interior


 


"Ven déjame ayudarte"


 


-... s-si- dejo todo en búsqueda de lo ofrecido


 


 


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Continuara


 


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