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Darius x Jake por Darius

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Notas del fanfic:

Bueno este es mi primer Fic ^^ 

Darius es uno de mis personajes originales y Jake es un personaje que tiene mi novio, decidi hacer esta historia por que la verdad es un proyecto que tenia pendiente desde hace un tiempo y me gustaria compartirlo con todos ustedes ^///^ 

Espero les guste ^^ 

Notas del capitulo:

En este capitulo Darius conoce a Jake quien se encuentra en un bar popular de la ciudad y termina obligandolo a vivir con él, Darius intenta evitar un enfrentamiento con él ya que no se encuentra en condiciones para luchar e intenta escapar, pero Jake logra detenerlo y lo besa y Darius termina enamorandoce del licantropo. 

 

Capitulo 1.- Perdición.

Ya había caído la noche y me encontraba vagando entre unas callejuelas en busca de algo cálido para beber.

Termine por aburrirme de andar dando vueltas y entre a un bar que a mi parecer era demasiado popular entre los mortales, no sería difícil encontrar un niño para saciar mi sed. Pero al caminar rumbo a la barra me sentía sumamente alerta, me sentía observado. Pero de pronto me llego un insoportable olor a perro mojado.

Intente restarle importancia y fui a sentarme a la barra, no iba a ordenar nada, pero por más que lo intentara no podía deshacerme de de esa sensación.

El cantinero se paro enfrente de mí y coloco una copa de vino tinto delante de mí.

-Te la invita él caballero de la otra mesa.-Me dijo señalando con la cabeza la trayectoria de la mesa más lejana del bar. En ella se encontraba un tipo que  a mi criterio no encajaba con el tipo de bar que era. Cuando nuestras miradas se encontraron, me recorrió un escalofrío,  ahora sabía de dónde había salido el olor a perro.

Jamás me había imaginado que me encontraría a un licántropo y menos en una ciudad como esta. Al instante me puse aun más nervioso, no estaba en condiciones para un enfrentamiento y menos con un licántropo.

Desvíe la mirada en un intento de soltándome de su mirada penetrante, me convencí que sería bueno que al menos consiguiera un poco de información de aquel perro. Aunque claro solo era por pura prevención que verdadera curiosidad.

-¿Lo conoces?-Pregunte al cantinero.

-Su nombre es Jake y viene con frecuencia, siempre se sienta en esa mesa, lejos de los demás clientes. Nunca se le ve con nadie.-Me miro con ojos que denotaban ¿celos?  Nunca entenderé de verdad los sentimientos de los mortales.

Me quería dejar claro que el invitar bebidas a desconocidos era algo que se salía de lo normal. ¿Qué estaba planeando ese perro?

-¿No te gusta el vino tinto?-Pregunto una voz profunda pero aterciopelada detrás de mí.

Sobresaltado me di la vuelta y ahí estaba el perro, pero nunca pensé que fuera más alto que yo, claro desde lejos se veía mucho más fornido que yo, pero no tan alto.

Sentí como me fui poniendo más y más tenso, preparado para salir corriendo en cuanto se presentara la ocasión, no estaba tan loco como para enfrentarme a un licántropo en mis condiciones.

-No te había visto ¿Cuánto tiempo llevas en mi ciudad?-Pregunto como si fuéramos viejos amigos que se acababan de reencontrar después de un tiempo.

-Llevo aquí una semana, hoy es mi última noche en esta ciudad.-Conteste a regañadientes, dude y agregue-perro.

Se me quedo viendo con sorpresa, pero pude percibir la burla en sus ojos, desde que nuestras miradas se entrelazaron sus ojos denotaban burla. Pero no sentía que fuera a atacarme, no tenia eso en mente, pero no me relaje, estaba dispuesto a huir para evitar cualquier enfrentamiento.

-Eres muy lindo, de ahora en adelante serás mío.-Dijo con una sonrisa angelical y tan rápido que no lo vi venir ni tiempo de reaccionar me dio, me tomo en sus brazos y sostuvo mi rostro entre sus manos, mi rostro ya de por si sonrojado se torno de un profundo escarlata ¿Cómo podía? ¿Quién demonios se creía ese perro? No tenía derecho. Él era un licántropo y yo su enemigo por naturaleza para dejarlo bien claro.

-Te vez de lo más lindo haciendo ese puchero.-Me volvió a mostrar su sonrisa angelical y acercando aun más su rostro al mío, podía sentir el calor que emanaba de todo su cuerpo.

Estaba a solo unos centímetros de mis labios podía sentir la calidez de su respiración.

-D-déjame…perro-Intente que mi voz sonara amenazante, pero se me quebró y las palabras salieron inteligibles.

-Veo que tienes tu carácter, pero eso tiene arreglo.-Me lo dijo al oído con voz profunda y dejando claro sus dobles intenciones. Intente zafarme de sus brazos, pero entre más forcejeaba más fuerza ponía y me atraía más a él.

-¿Qué demonios crees que haces?-Dije en voz más alta, no había mucho espacio y no podía hacer mucho en mi condición.

-Noto que no te has alimentado.-Dijo separando un poco su cara de la mía.-Creo que eso me facilita las cosas.

Soltó una risotada ante mi cara de preocupación, estaba claro que tenía que huir lo antes posible. No encontraba una salida a esta situación.

-Tranquilo vampirito, no te hare nada esta noche. Estas muy débil y te podría lastimar.

-¡¡¡Perro idiota!!! No sé con qué derecho te crees para hablarme así. Eres un perro imbécil.

Me miro con cara de sentirse ofendido por mis crueles palabras, pero pude notar en el fondo de sus ojos la burla y la diversión aunque después de unos momentos se puso serio, mis piernas y todo mi cuerpo se estremecieron ya que también su mirada se lleno de determinación, esto me hizo sentir como una pequeña colegiala. Cuando cruzo esto por mi mente sentí un arranque de coraje, esto no me puede estar pasando a mí. Intente zafarme de nuevo de su abrazo pero todo en vano, lejos de hacerme de un espacio entre su cuerpo y el mío me apretó más y volví a tener su rostro a unos pocos centímetros del mío.

Algo si tenía que reconocer no era difícil soportar su olor a perro, no iba a jamás admitir que era algo a lo que pudiera acostumbrarme ¿Pero en qué demonios estaba pensando? Tenía que encontrar una manera de reunirme con mi hermano y largarnos lo más rápido de esta ciudad.

Deje de tratar de soltarme de su abrazo, no tenía caso seguir con mis inútiles intentos no iba a conseguir nada estaba demasiado débil.

No me percate hasta ese momento en que todos los presentes nos estaban observando atentamente y que estábamos en una posición bastante comprometedora, esto me hizo enojar aun más, no me gustaba que los mortales se percataran de mi presencia, solo a la hora de alimentarme. Ahora llamaba demasiado la atención y no solo eso estaba en una situación en la que me veía como una pequeña damisela en apuros acosada por un perro pervertido.

El èrro se aparto un poco al darse cuenta de lo mismo que yo, pero no parecía para nada preocupado incluso podía adivinar que se la estaba pasando de lo lindo haciéndome quedar en ridículo frente a todos estos niños.

-Vamos a fuera.-Dijo entre susurros.-Así tendremos más privacidad.

Dijo soltándome por fin de su abrazo, pero me tomo de la mano y comenzó a arrastrarme a la salida del bar.

-¿Qué te piensas perro?-Dije entre dientes estaba verdaderamente molesto, pero no se detuvo y continuo caminando normal a pesar de que intente poner resistencia.-Te dije que esta era mi última noche en esta ciudad, me alimentare de lo primero que este enfrente y me largo.

-Eso suena interesante.-Dijo con su voz profunda y un escalofrió me recorrió toda la espalda y me arrepentí de haber dicho todo aquello.

Ya estábamos afuera del bar, la noche era tranquila y soplaba una ligera brisa que nos alboroto el cabello, no me había percatado hasta ese momento de cómo vestía. Llevaba un traje de oficina, pero un poco informal ¿Qué demonios hacia un licántropo en una oficina? Era muy claro que los inmortales de ahora eran sumamente patéticos, aunque yo tampoco hacía mucho, pero no llego a caer tan bajo como para mezclarme con mortales. Otra cosa que me llamo la atención era su cabello que volvió a sacudirse con la brisa que se levanto, se veía de una textura suave,  sus risos que te invitaban a comprobar que tan suave eran.

Por alguna razón no podía quitarle la vista de encima, me resultaba extraña su manera de actuar, se salía por completo de lo normal, esto despertó en mi cierta curiosidad. En ese momento un presentimiento me embargo y supe que tenía que salir de inmediato de la ciudad, siempre que algo despertaba mi curiosidad me metía en grandes problemas, siempre mi curiosidad era la causa de mis conflictos.

-Disculpa que no te lo haya preguntado antes.-me sobresalto un poco la seriedad de cómo hablo.-Pero ¿Cuál es tu nombre?

Me miro con ojos de gatito tierno, sus cambios de humor eran como un látigo, de pronto estaba serio y al otro segundo estaba feliz y sonriendo, no terminaba de entender a este sujeto ni tenía planeado tener nada que ver con él.

-Soy Darius.-Dijo cortante y frío.

-Que frío eres mi pequeño Darius.-Dijo frotándose los brazos teatralmente como si de verdad tuviera frío. No tarde en darme cuenta que me había soltado la mano y ya una vez afuera me era más fácil emprender la huida. Espere el momento en que bajo la guardia y en cuanto vi un hueco no dude y eche a correr calles abajo, no tarde en estar muy lejos de esa zona, no escuche a nadie siguiéndome, ja de seguro que ni podía seguirme con la mirada.

Tontos licántropos, jamás estarían a mi nivel, solo eran perros que ladran pero no muerden.

Algo se revolvió en mi interior, una sensación nueva y desconocida como un montón de agujas atravesando mi pecho dejando un dolor, me detuve y lleve mis manos al lugar de donde procedía ese dolor.

No tarde en percatarme de que no estaba solo, no supe de donde salió, pero me atrapo en un abrazo desde atrás de mí.

-Pero que descortés eres mi pequeño Darius-Me susurro al oído.- tendré que enseñarte buenos modales, vampirito malo.

Su voz era seductora y suave como el terciopelo, su aliento lo podía percibir en toda la extensión de mi cuello, él era mi perdición de eso podía estar seguro. Era claro que tenía que huir en cuanto se presentara la oportunidad si no de verdad temía por mí…integridad.

No podía permitirle llegar más lejos, fue un error no haberme alimentado las noches anteriores, no solía ser tan descuidado, pero jamás me imagine terminar en una situación así. ¿Qué es lo que se proponía? ¿Jugar conmigo hasta matarme?

Me di la vuelta enojado para reclamarle que si iba a matarme que lo hiciera de una vez, no me iba a matar sin dar pelea. Pero no me esperaba que su rostro estuviera tan cerca y solo tuvo que inclinarse un poco para que nuestros labios se encontraran en un beso.

No podía procesar nada de lo que estaba pasando, su lengua recorrió la mía, sus manos me sostenían mientras las mías estaban aprisionadas entre nuestros cuerpos, mi corazón dormido durante tantos siglos sintió como un rayo de fuego lo cruzaba, sentí mi piel caliente por primera vez en más de doscientos años. No pude controlar mi cuerpo y actuó por sí solo y no quería saber nada mas del mundo que me rodeaba, solo quería sentir sus cálidos labios en los míos y que por un segundo él me besaba.

Esos pequeños segundos me parecieron horas, nada me importo ni que él fuera un licántropo ni que yo fuera vampiro, todo dejo de tener sentido. El podría ser algo especial para mí.

-Te vez tan adorable.-Dijo sosteniendo mi mentón para que lo viera a los ojos, pero yo estaba sumamente avergonzado y sonrojado.- No puedo resistir el hacerte mío.

Me empujo a una de las paredes del callejón, no me dolió el impacto sus manos hicieron una jaula que evito que me lastimara, pero claro no se salvo mucho la pared que se partió un poco por el impacto.

-Eres tan lindo Darius.- al pronunciar mi nombre volví a sentir como un rayo de fuego cruzara todo mi cuerpo, saltaron chispas en el aire y sentí como me dejaba llevar, con su lengua recorrió desde mi garganta hasta mi mentón erizándome la piel, intente zafarme antes de llegar a hacer otra cosa, pero el sostuvo con una de sus manos las mías y las sostuvo por encima de mi cabeza.

-Deja…me…suéltame…tonto…pero…-Fue todo lo que logre soltar antes de que su boca se trabara con la mía.

-De nada te servirá rezongar.-Dijo cuando dejo de besarme- te quiero a ti y ahora serás solo mío.

Me tomo en sus brazos y salió disparado por el camino que yo había recorrido, corría muy rápido eso debía de convertir todo en una mancha borrosa, pero veía todo tan claro como si estuviera caminando. Si no estuviera tan débil seguro que podía igualarlo en velocidad, pero no tenía intenciones de tener una carrera con él ahora.

Comenzó a disminuir la velocidad cuando entramos a un estacionamiento que estaba a dos calles del bar donde momentos antes estábamos. Nos acercamos a un BMW rojo demasiado ostentoso para el tipo de lugar que era este, me abrió la puerta y me soltó en el asiento, después cerró la puerta y se coloco en el asiento del conductor, encendió el auto y el motor rugió como una pantera, salió del estacionamiento a una velocidad impresionante, pero ninguno de los dos nos pusimos los cinturones de seguridad, sería algo ridículo.

Intente sin éxito verlo, pero al menos intente que no me sorprendiera viéndolo. No termine de entender cómo es que él entraba en este pequeño auto, era muy alto y fornido.

Condujo alrededor de unos quince minutos por el centro de la ciudad para luego dirigirse a la costa, entramos a un tipo condominio pero no redujo la velocidad hasta haber pasado el conjunto de casa y llegar a una zona un poco mas privada, las casa no estaba juntas, eran más grandes y con enormes jardines, ninguna era igual a las otras y algunas se veían más elegantes que otras.

Redujo la velocidad al llegar a una de la más grande se abrió un enorme portón y paso de lado la entrada principal para dar vuelta y entrar a un enorme garaje donde se estaciono aun lado de otros dos autos uno más ostentoso que el otro.

-Son lujos que me doy de vez en cuando.-Dijo al percatarse de que no le quitaba la vista a ninguno de los dos autos.

-Ridículo.-Dije con un encogimiento de hombros como si no me importara.

-Te vez de lo más lindo haciendo pucheros.-Dijo soltando una leve risa.-veo que tienes tú carácter, pero no te preocupes que yo te voy a domesticar.

-¿Quién va a domesticar a quien? Te recuerdo que tu eres el perro, solo que no traigo un collar y una correa a la mano, por eso te aprovechas.

Se echo a reír ante mi broma salió del auto y yo lo imite, no sabía qué hacer estaba en un verdadero aprieto, estaba claro que este sujeto era un pervertido ya que no dejo de lanzarme indirectas durante toda la noche.

-Tranquilo vampirito, no te are nada.-Dijo entre risas adivinado el rumbo de mis pensamientos.

-Déjame tranquilo perro.

-Mmm…pensé que le habías preguntado al cantinero  mi nombre…veo que los vampiritos no tienen una buena memoria.-Lo dijo para provocarme y funciono.

-¡¡¡CALLATE PERRO!!!-Grite molesto.

Actuó demasiado rápido hacia un momento estaba enfrente de mí y al siguiente estaba pegado a otra pared y con el enfrente de mí, sus brazos a cada lado de mi para que no pudiera escapar, no era difícil huir, pero me atraparía muy rápido, analice todas mis posibilidades y todas terminaban…dejémoslo en que terminaría muy adolorido.

-¿Cómo me llamo?-Me pregunto muy serio.

-J…jake…-Sonó mas a una pregunta que una afirmación, sus radicales cambios de humos me tomaban por sorpresa y con la guardia baja.

-Mmm…esperaba tener que forzarte a que te lo aprendieras. Ni modos-Dijo con fingido pesar, me tomo de la mano y me arrastro a una puerta que daba a una parte de la casa, entramos a la cocina que a mi gusto era demasiado grande, pero cada mueble encajaba a la perfección, puesto que todos eran de madera, una mesa que cruzaba la cocina era igual de madera y tenía unos hermosos acabados, justo encajaba con el estereotipo de un licántropo.

Me invito a tomar asiento en uno de los bancos que estaban alrededor de esta mesa, lo hice sin dejar de ver todo lo que estaba a mi alrededor, cuando me senté descubrí que era uno de esos bancos que giraban, siempre me habían gusto y comencé a rotar divertido como un niño pequeño, era algo infantil pero a mi jamás me había importado.

Cuando levante la vista Jake estaba recargado en una barra cerca del refrigerador sostenía una copa que contenía algo que prometía refrenar mi sed.

-¿Lo estás haciendo a propósito?-Su pregunta me extraño.

-¿Hacer qué?-Pregunte verdaderamente confundido.

-Provocarme para tomarte aquí mismo.-Dijo con verdaderos deseos de hacerlo.

-Déjate de tonterías ¿Cómo se te ocurre? Tú eres un perro y yo soy un vampiro.

-Bueno vampirito toma.-Me tendió la copa.

-Yo no te pedí nada.-Dije un poco resentido, no me gustaba depender de los demás yo podía cazar algo por mí mismo, aunque la verdad era que tenía mucha sed y estaba muy débil. Eso me había metido en este lio.

-Bueno, pensé que estabas muy débil para cazar y aunque es sangre de animal se que te dará un poco de fuerza, pero si no la quieres por mi está bien.

-Está bien.-Dije rindiéndome, tome la copa de sus manos y sin pensarlo me lo bebí todo sin dejar una sola gota, estaba fría y sabia horrible porque era de animal, para ser más precisos era de un venado malditos herbívoros.

Cuando termine toda la copa me sentí un poco mejor, no me sacie por completo como era lógico pero al menos ya no me sentía tan débil, tenía que reconocerle que me había ayudado un poco, no sabía de dónde había sacado la sangre y eso me causaba desconfianza, tenia sed pero me daba pena pedirle más. Seguía recargado en la barra ahora con los brazos cruzados y no perdía de vista todos mis movimientos por pequeños que estos fueran, no podía saber cuáles eran los rumbos de sus pensamientos y eso me puso aun más nervioso y decidí distraerme en los acabados de los muebles, deje la copa en la mesa, intente detectar la procedencia del venado que me había dado a beber, pero solo captaba su olor en toda la habitación.

-¿Quieres más?-Dijo rompiendo mi concentración.

-Por…favor-Le tendí la copa que estaba bacía, sentí como el rubor inundaba mis mejillas, no pude verlo a los ojos cuando tomo la copa, desapareció un momento por una puerta blanca que estaba en el fondo de la cocina. Una sensación como la que sentí cuando me encontró en el callejón, un dolor inundo mi pecho pero no fue tan pronunciado como en ese momento era leve, pero me desconcertó, note que me había llevado las manos al pecho sin darme cuenta como un acto reflejo, hasta que él estuvo de regreso y tomo mis manos se inclino para poner sus ojos a la altura de los míos y sus ojos estaban repletos de una preocupación que no me pude explicar.

Pero cuando sus manos tocaron las mías el dolor desapareció y me sentí bien como hasta hace unos momentos, lo mire buscando algo que no traía con él. La copa no estaba por ningún lado.

-Perdona, ahora la traigo la deje un momento en el otro cuarto.-Dijo en voz baja, con una pequeña sonrisa pero esa sonrisa tenía una extraña melancolía.- ¿Te encuentras bien?

-Si ¿Por qué preguntas?-No terminaba de entenderlo con sus radicales cambios de humor y sus extrañas expresiones, incluso sus extrañas preguntas.

-Bueno regreso rápido.-Dijo y desapareció en un segundo y al otro ya estaba enfrente de mí con la copa completamente llena.-Aquí tienes, tómatela con calma no te la quitare.

En su rostro volvió a brillar esa sonrisa angelical, no podía entender a Jake. Tome la copa que estaba en sus manos y esta vez le hice caso, me la tome con calma, no me gustaba beber sangre de animales y menos si estos eran herbívoros.

-¿Por qué vives aquí?-No pude evitar que saliera la pregunta de mis labios. Me sentí grosero, pero él me había sacado del bar a la fuerza, él me había besado en contra de mi voluntad y me había arrastrado hasta aquí.  Me miro y al parecer estuvo pensando bien las palabras que iba a usar para contestar mi pregunta, al parecer no le había molestado mi pregunta.

-Si te contesto tu pregunta ¿tú contestarías una mía?

Dude un momento pero al final ¿Qué más podía perder?

-Está bien.

-Me gusta esta ciudad es muy tranquila y quiero vivir aquí por mucho tiempo, además de que aquí soy dueño de una empresa multimillonaria.

Me miro muy orgulloso de sí mismo, yo solo fui capaz de beber a pequeños sorbos para evitar soltar una enorme carcajada.

-Bueno ahora tú.

Sentí un mal presentimiento, algo dentro de mí comenzó a sentirse amenazado y tuve que controlarme para no salir disparado a la salida.

-Claro, dime.

-¿Te quedarías aquí conmigo?

-…

Me quede helado, trague ruidosamente la sangre que se me había quedado atravesada, mis ojos estaban abiertos como platos, esa no había sido una pregunta si no una petición ¿Qué demonios le pasaba por la cabeza a ese perro? ¿Ofrecerme eso a mí? ¿A un vampiro que apenas conocía?

No me di cuenta que estaba a punto de romper la copa hasta que él me aflojo la mano y evito que siguiera ejerciéndole más presión, su tacto disparo nuevas emociones en mi interior así que la solté al mismo instante en que la tomo, me pare deprisa del asiento e intente ir a la parte más lejana de la cocina para poner más distancia entre él y yo. Pero Jake me siguió sin dejar mucho espacio entre los dos.

-No me has contestado.

-Eso no…fue una…pregunta-decidí salirme por la tangente, no sabía que decirle…esto se parecía mucho a cuando un mortal le pide matrimonio a…su novia.

Ese maldito perro de seguro que me estaba jugando una maldita broma, se estaba pasando de lo lindo viéndome en un predicamento, pero ya no estaba tan débil y podía irme incluso ahora.

-Tu… ¿Qué demonios crees que estás jugando?

-Yo no estoy jugando a nada, lo que te acabo de preguntar es verdad.-Dijo demasiado serio para tomarlo a la ligera.

-Pero… ¿Por qué?-Dije realmente confundido, no podía entenderlo.

-Porque quiero que te quedes, porque te quiero a mi lado.-Dijo abrazándome y acunando mi rostro en una de sus manos, sus ojos eran claros y no me quedo ninguna duda de lo que decía, lo estaba diciendo muy enserio.- ¿Qué dices?

-Yo…no estoy seguro…-Dije sinceramente, sintiéndome de nuevo como a alguien que le acaban de proponer matrimonio y no está seguro de querer un compromiso tan “grande”

-Sabes te diré la verdad…me siento como una chica que le acaban de proponer matrimonio y ella no está segura de dar a lo que los mortales le dicen “el gran paso”…así me haces sentir…

-Bueno ahora sé cómo te sientes, pero déjame decirte una cosa.

-¿Qué?

-Eres la novia más hermosa de todas.

-¡¡¡CALLATE!!!

-Y te vez de lo más lindo cuando te enojas.

-¡¡¡TE DIJE QUE TE CALLES!!!

-Pero que carácter…bueno regresando al tema ¿Qué dices?

Esta vez me puse serio, no sabía que decirle ni lo conocía y era un licántropo para dejar las cosas claras, es más en estos momentos yo debería estar fuera de esta ciudad, pero me intrigaba el por qué de todo esto. No tenía la menor idea de nada y quería saber…todo de él…todo…soy un masoquista…

-Creo que…puedo quedarme un poco…-Dije mirando al piso con las mejillas sonrojadas.

-Después de esta noche no querrás irte nunca.-Me dijo apretándome más cerca de él y tomando mi rostro para poder besarme, este beso fue diferente más cargado de pasión y de deseo.

Me tomo en brazos una vez más, cruzo la cocina como un trueno sentí como subió las escaleras y entro a una habitación, otro rayo de fuego cruzo mi cuerpo pero este fue más pronunciado y no desapareció.

Me deposito en una cama y se quedo parado enfrente de mí sin dejar de verme comenzó a desamarrase la corbata yo ya no tenía control de mi mismo así que deje de buscarle coherencia a todo por una vez y me aferre a él, mis brazos alrededor de su cuello y tuve que pararme en la cama para poder sobrepasarle la altura, enrede mis dedos entre sus rizados cabellos ahora despeinados, comenzó a desabrocharme mi camisa de botones y me quito el cinturón, le quite su saco y también empecé a desvestirlo…(censurare esta parte…es solo apto para hentais)

El roce de su piel fue mi perdición en esas horas delirantes, su lengua cargada de un licor que me embriagaba y me encantaba.

 

Perdí la noción del tiempo, de la realidad…de todo…bueno de eso desde hace mucho tiempo.

Cuando desperté estaba atravesado en su pecho y note que estaba usando la playera que llevaba puesta él anoche, las cortinas eran muy gruesas y no dejaban pasar la luz del sol y no podía determinar qué hora era, aunque la verdad no tenía mucha importancia en realidad.

Me senté, me frote los ojos y me estire cuando lo hice sentí como unos brazos me rodeaban y me jalaban de regreso a la cama, me abrazo y giro sobre sí mismo hasta que quedamos de costado, me abrazo como un osos de peluche. Proteste y me revolví para que me soltara.

-Shh…déjame dormir.

-Suéltame entonces.-Dije entre dientes.

-No.

-En ese caso gritare.-Lo amenace.

-Bueno en ese caso te are gritar como anoche.-Dijo con voz ronca, deslizando su mano que tenía en mi pecho rumbo a lugares más íntimos.

-Está bien, está bien te dejo dormir.

-Mmm…la verdad es que tengo un poco de hambre y se me antoja…un vampirito para el desayuno…

-Que lastima…yo no soy nada sabroso…es más ni carne tengo, tendrás que buscar a otro vampiro.

-Eres muy sabroso y eso de que no tienes carne…eso es una vil mentira y te lo puedo demostrar.-Dijo deslizando su mano de nuevo rumbo a…bueno imagínenselo.

-Está bien te creo, ahora por favor ¿puedes soltarme? Quiero ir por algo cálido para beber, no te ofendas pero no me gusta para nada la sangre de venado.

-Lo sé, pero no me agrada que andes matando a esos apestosos mortales como sueles llamarlos y menos si son de mi ciudad.

-En ese caso deja que vaya a la isla que esta…-Me detuve en seco cuando broto un gruñido de su pecho y no fue un sonido juguetón fue algo más amenazante.

-No te irás a ningún lado.

-Te dije que no me iría por un tiempo y suelo cumplir lo que digo, pero no quiero que por ello creas que tienes algún control o posesión de mí perrito.

-Eres mío y ya lo dejamos claros anoche o gustas que te lo demuestre una vez más.

-Déjame tranquilo, pero enserio quiero algo de beber…estoy algo débil…-Dije apenado…anoche quede agotado y no quería decírselo.

-No quiero que vayas a esa isla, está repleta de licántropos y no son muy amistosos y tú te encuentras débil y no podrás ni pescar un resfriado.

-No soy tan débil como crees, pero es verdad que no estoy en condiciones de enfrentarme a nadie. Por ahora me conformare con el apestoso venado, pero para la noche me gustaría llevarme algo cálido a la boca.

-Mmm…bueno creo que con eso te puedo ayudar en estos momentos.

-¡¡¡ERES UN PERVERTIDO, MALDITO PERRO!!!

Comencé a forcejear para que me soltara, no podía creer que todo lo que yo dijera él me lo devolviera de una manera bastante comprometedora.

-Tú no tienes vergüenza.-Le dije molesto.

-Oye Darius.-Dijo de pronto serio y de inmediato alce el rostro para ver qué era lo que le pasaba. Tomo mi rostro y me beso sin rastro de sentir ningún remordimiento por haberme hecho enojar.

-Te quiero mi berrinchudo vampirito, ahora a desayunar.

Me soltó por un momento, cuando me incline para ponerme mi ropa, pero él me lanzo un pan´s color blanco de manta me lo puse y vi que él también se coloco unos iguales pero no se puso camisa ni nada, definitivamente él no tenía vergüenza.

Bajamos a paso mortal a la cocina, yo me senté de nuevo en la silla de anoche y me mecí de un lado al otro esperando a que Jake me diera mí copa con sangre, pero cuando abrió el refrigerador me llego un olor inconfundible y que reconocería a millones de kilómetros de distancia, salí volando hasta el lugar de donde procedía ese hermoso olor, rebusque y por fin las encontré. Eran fresitas. Las tome sin pena y las lleve a la mesa.

-¿Te gustan las fresitas?-Pregunto algo incrédulo.

-Claro que si, son el único alimento mortal que amo.-Dije con los ojos radiantes.-Son lo más delicioso de este mundo.

Tome una y la frote contra mi mejilla, estaba fría y su olor era una bendición desde el cielo esa mañana. Jake solo se me quedo viendo como si yo estuviera completamente loco y la verdad es que eso no me extrañaba ¿a qué vampiro respetable que se le conozca amaba la fresitas? 

-Bueno yo prefiero el chocolate.-Dijo en un aparte.

Lo dijo como para no hacerme sentir mal por mi extraño gusto a los dulces mortales.

-Bueno el chocolate es un buen complemento para las fresitas.-Dije feliz de que no me creyera del todo un demente.

-Tienes razón…anoche hicimos muy buen complemento.-Dijo soltando una risa.

Me atragante con un pedazo de fresita que estaba comiendo cuando menciono lo dé anoche y la comparación que había hecho con lo que yo le había dicho.

-¡¡¡Eres un perro pervertido!!!

-Bueno después de desayunar iré a la empresa y después regresare para pasar la tarde contigo.

Dijo sentándose y poniendo enfrente de mí la copa de sangre, una vez más me sentía como una mortal. El hombre que se iba a trabajar y la mujer que se queda en casa a esperarlo.

-Desde ahorita te lo digo…¡¡¡NO SOY UNA CHICA!!!

-Eso lo sé.-Dijo con una sonrisa de ángel.-Pero anoche sonaste mucho a una. Bueno te mostrare la casa completa para que sepas donde encontrar cada cosa.

-No hace falta, veras no es por despertar tu humor perruno, pero quiero ver si mi hermano se fue de esta ciudad anoche o si aun anda por ahí.

-No.-Dijo severo.

-Solo quiero estar seguro de que se fue, luego regresare.

-Dije que no.-Se puso de pie.

-Es mi hermano.-Dije igual de severo y poniéndome de pie para encarándolo.

-Está bien, pero quiero que estés de regreso antes del medio día.

-Sí papa.-Dije como una chica que no la entiende su progenitor.

-Buena niña-Dijo despeinando mi cabello.

-Déjame.-Dije quitándole la mano de encima.

Salí disparado a la habitación para cambiarme, mientras más pronto viera a mi hermano más pronto me calmaría. Cuando baje Jake ya estaba listo con su traje pero ahora se veía una poco más formal y debía admitir más atractivo.

 

Notas finales:

Bueno espero que les haya gustado, como les dije este es mi primer Fic que publico y espero que les haya gustado ^^

 

Dejen me sus comentarios y sugerencias, si creen que le falta algo, si le sobra algo si creen que Darius es super genial xD

Bueno me despido hasta el proximo capitulo ^^ 


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