"Me siento enfermo varado en medio de la confusión. Las luces no encienden y la razón me mantiene ausente"
Está lloviendo, otra vez está lloviendo. Sé muy bien a quienes pertenecen estas lágrimas. Y más triste aun, es no dejar de pensar que este llanto de los caídos está mezclado con el tuyo. Debí haber gravado más tiempo en mi mente tu sonrisa. Fui idiota. No comprendo por qué estúpida razón no lo hice cuando pude libremente. Últimamente ya no sonrieras y menos ahora que no sé ni donde e perdí.
Es punzante, vulgar, corriente... este maldito sufrimiento al no saber en donde estas, ni como estas. Temo por mí, pero más temo por ti. Quisiera poder está ahí, junto a ti; que mis brazos te resguarden de esta guerra fría y sin sentido. Quiero cumplir mi promesa. Te prometí el sol, no sé cómo pero haré que tus ojos se vuelvan a maravillar con su belleza.
Es costoso corres por estos lagos oscuros. No me interesa, debo seguir, debo llegar a ti. Tengo que alcanzarte.
Debería haberme interpuesto a tiempo. No entiendo por qué callé. Estaba ahí, lo vi y aun así los deje. Vi como te arrastraban fuera de nuestro refugio. Desee por dentro cuando nos encontraron que pasáramos desapercibidos, que se lleven a uno de ellos y no a ti. Pero te vieron y quedaron fascinados contigo y yo no hice nada. Ni mi cuerpo ni mi mente reaccionaron. Te dejaron. Lo sé, te abandone. ¿Por qué en ese instante me importo mas mi vida que la tuya? ¿Por qué fui tan egoísta? Por esa razón odio a la humanidad, ella nos separo. Odio tener que ser parte ella. Detesto que su sangre corra por mis venas.
Y el cielo llora cada vez más fuerte. Sigo sin sentir el frio de la noche ni el de esta herida abierta. Lo único que siento es el dolor que tú me transmite. Sé que estas llorando, esta lluvia anuncia tu llanto. Sé que etas gritando mi nombre, que sujete tu mano mientras la tortura está siendo gravada en tu cuerpo, los truenos me lo dicen. Y yo estúpidamente no llego. Aun estoy lejos. Mis piernas no son demasiado veloces. ¿Cuánto más podrás resistir? ¿Puedes aguantar solo un poco más? Ya casi llego. Solo espera... resiste.
Perdóname, mil veces te lo repetiré. Las veces que haga falta. Perdóname....
Llegue, llegue... logre llegar. Ya logre pasar los obstáculos. Dime que aun respiras, que estás bien. Aquí estoy. He venido a reclamarte. Corté los lazos que nos mantenían distantes. Por favor, te lo ruego, dime que aun me estas esperando.
¿Qué es eso? Dime que no eres tú. Por favor dime, dime que no es tu cuerpo quien duerme allí dentro. ¿Por qué no contestas? ¿Realmente quieres que lo vea por mi mismo? No quiero, tengo miedo. No quiero comprobarlo. Sea lo que sea que este allí dentro se que no es nada bueno. Temo, temo abrirlo. Mi cuerpo tiembla. Mis manos no se quedan quietas. Mi cuerpo está comenzando a sufrir de párkinson. No quiero ver que seas tú. Mi corazón se acelera cada vez más rápido. No, no quiero verte a ti allí abajo. En tanto aquellos ojos siguen cada uno de mis movimientos. Se están burlando. ¿Qué es lo que les causa tanta gracia? Nadie planea detenerme. O sea que debo abrirlo. Debo abrir este ataúd para asegurarme de quien está allí dentro.
No, no eres tú. Pero entonces por qué aun así no siento el alivio que debería estar aquí. Ese cuerpo todo contorsionado, ese rostro pálido y siniestro, el cual parece ser dejo de respirar hace ya mucho tiempo, no logra tranquilizarme. ¿Por qué no puedo calmarme? ¿Qué es lo que sabe mi subconsciente que yo aun no veo? Conozco a ese ser que yace allí dentro, pero aun así debería aliviar mi preocupación y no lo hace. Nadie hace nada, solo me miran desde una distancia. ¿Les estoy infundando miedo? Creo que tengo que buscarte en otra parte. Aquí no estás. Me doy vuelta, ellos se alejan más. No entiendo que les está pasando. No quiero verlos. Sus miradas me causan una sensación extraña. Creo que es culpa. ¿Por qué siento tanta culpa? Les doy la espalda. Debo irme, debo irme. Pero algo me hace levantar la vista. ¿Eres tu.... realmente eres tú? Si, lo eres. Puedo verte, mis ojos no mienten, sin duda eres tú. Estas.... estas... hay algo diferente en ti. ¿Siempre habías sido tan tranparente? Puedo ver atreves de ti. Corro hasta ti. No puedo tocarte.... no puedo tocarte. Estoy entrado en pánico. Tu... tu.... No... no... me niego... me niego a creer esto. ¿Por qué no me esperaste? ¡Sabias que vendría a buscarte! ¡Sabias que vendrían!
Debo salir de aquí. Es demasiado. Ya no soporto mas las lagrimas golpearme por dentro. Que salgan libremente. El vientos las sopla desparramándolas más por mi rostro y llevándose algunas consigo mientas yo me alejo de allí. No sé cómo es que acabaste así. Sin embargo si de algo estoy seguro es que soy culpable, soy culpable de perderte cruelmente. ¿Podrás perdonarme? La derrota me ha alcanzado. Mis piernas no responden. Me dejo caer con todo mi peso.
Quiero irme, quiero desaparecer de aquí, estar junto a ti.
Lloremos juntos en el firmamento.
Permíteme que te haga compañía.
Mis brazos se están tiñendo con este perfecto rubí. Es bello. Al principio duele, aunque pronto el dolor cesará y tú me acabaras recibiendo entre tus brazos. Todavía puedo escuchar las cosas que suceden a mi alrededor. Puedo oír las sirenas soñar y los soldados correr. Me están buscando. En tanto, solo reveo nuestros recuerdos juntos. Ahora recuerdo por fin como era tu sonrisa. Era hermosa. Me privaste muchos años de esa maravilla. No importa, en segundos nada más me la volverás a obsequiar.
- ¡ALTO! ¡NO SE MUEVA!- me encontraron. Igual no me moveré.
Ya es hora, es hora de que volvamos a estar juntos. Ahora nadie nos podrá separar a muerte nos unir.
Adiós realidad.
- Hola Uru..... ¿sonreirás para mí?-