Kyuhyun miraba todo con ojos analíticos, se había sentado en la primera mesa que hayo disponible y ahora se encontraba esperando el café negro que le había pedido al castaño, en aquello que no fueron más de 4 frases que compartieron el moreno se sintió totalmente extraño. Estando cerca se fijo perfectamente en detalles que a lo lejos no podía darse cuenta, de cómo sus dientes brillaban al sonreír, en lo delicada que sonaba su voz, en aquellas casi inexistentes ojeras que seguramente tapaba con algo de maquillaje, en cómo se curvaban sus labios creando leves pucheros y principalmente se dio cuenta de la sorprendida mirada que le dedico cuando lo vio sentado allí.
Kyuhyun comenzó a mirar el exterior del café, no era tan distinto de cerca, poso su mano sobre la mesa, era de una madera oscura con finos tallados los cuales el moreno no había podido darse cuenta antes debido a la distancia a la cual solía mirar el café. El interior del local aún no lo observaba, y sinceramente no tenía intenciones de entrar, por lo menos no hoy. No pasaron más de 10 minutos cuando el castaño llego con una bandeja, sobre ella un café y un pastel. Kyuhyun miro extrañado como el otro dejaba las cosas sobre la mesa, el moreno iba a hablar cuando el otro le interrumpió.
-El pastel es por cuenta mía- sonrió el mesero- Es mi favorito, espero que te guste.
Sin más Kyuhyun vio como aquel chico desaparecía tras la puerta del local y él se quedo allí, mirando el pastel que el mesero le había invitado. Dio un sorbo a su café negro, con poca azúcar tal y como le gustaba, luego miro el pastel y nuevamente sintió una sensación extraña, como se suponía que debía reaccionar frente al castaño, jamás se habían hablado, pero el otro sin más le regalaba un pastel y si ya todo lo que Kyuhyun hacia no era parte de su rutina, menos lo era recibir algo de aquel sujeto que simplemente le hacía sentir un desorden interno. Algo desconcertado el moreno probo un poco del pastel, nunca fue partidario de las cosas dulces y este pastel no era la excepción, demasiado empalagoso fue lo primero que pensó antes de volver a tomar de su café.
A pesar del dulce sabor de aquel pastel, Kyuhyun siguió comiéndolo cucharada tras cucharada, extrañamente a medida que más comía sentía como si una pequeña llama de calor se fuera expandiendo en su interior, cierta calidez que hace tiempo no sentía, cierta plenitud que su rutina no le permitía tener.
Antes de comer el último trozo, el mesero apareció y se sentó frente a él, esta vez sin el uniforme que utiliza para trabajar, le sonrió y comenzó a hablar.
-Espero que te haya gustado, cuando estoy triste o agobiado suelo pedir este pastel, es un sabor bastante dulce pero de alguna forma te hace sentir bien.
Kyuhyun asintió a lo que dijo aquel chico, en realidad era cierto… aquel extraño vacio que llevaba por un par de meses extrañamente se había ido, y aunque fuera algo momentáneo quería volver a sentirse pleno.
-Aún te queda un poco, cómelo- Insistió el mesero mientras le señalaba el plato a Kyuhyun - Sabes, yo suelo pensar en que la felicidad de las personas es como un pastel, una vez que pruebas un poco siempre quieres más… con la felicidad es lo mismo, una vez que la tienes, no quieres dejarla ir – Sonrió el castaño al ver como el moreno lo miraba atento mientras tragaba el ultimo trozo de pastel- Además, si uno siempre estuviera feliz o sintiéndose completo jamás sabrías apreciar los momentos felices.
Kyuhyun lo miro mientras pensaba en sus palabras… quizás se había desorientado un poco, quizás había sentido tal plenitud al a ver alcanzado sus metas que no se había propuesto otras y por ende, cayó en aquel vacio, en aquel espacio donde nada le importaba, tan solo su rutina.
-Por cierto, soy Lee Sungmin – dijo el castaño interrumpiendo los pensamientos del moreno – ahora tengo que irme, espero que sigas viniendo al café.
El moreno vio como aquel chico se iba, y por primera vez en lo que habían sido semanas aquel cambio de rutina no le molesto, sentía que algo había cambiado, aquellas pocas palabras que compartió con aquel muchacho habían sido en extremo necesarias... Salió del local caminando lento pero con un paradigma completamente distinto al que había estado trayendo consigo por unos cuantos meses.
---
Ya habían pasado 1 año desde la primera vez que estuvo en aquel café... sonrió en su interior mientras esperaba a que el mesero trajera su pedido.
-Un café negro y mi pastel favorito para el caballero– Decía Sungmin mientras dejaba la orden de Kyuhyun sobre la mesa – Ya sabes, el pastel es por cuenta mía – guiño el castaño.
Kyuhyun vio como un sonriente Sungmin se perdía en el interior del café, al igual que todos los viernes debía esperar al que podría llamar su mejor amigo saliera del trabajo, mientras daba la primera probada al pastel recordó como había sido el primer día que entro al local y lo extraño que fue que Sungmin se transformara en alguien tan cercano para el… como su rutina había cambiado drásticamente y como lo agradecía de cierta forma ahora. Recordó como aquel día mientras caminaba hacia su hogar decidió cambiar, decidió plantearse nuevos desafíos, nuevas metas, volvió a la universidad, volvió a ser parte de su familia, volvió a ser Kyuhyun... Volvió a su vida pero con un objetivo totalmente distinto, aquel de volver a probar aquel pastel llamado felicidad que gracias a aquel chico llamado Sungmin había vuelto a descubrir.
FIN