Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El novio de mi hijo por Novata

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

"Maldita sea, este tensai va a llegar tarde... ¿por qué va el autobús tan lento?", pienso desesperado mientras observo como una viejecita intenta bajar del vehículo con cierta dificultad. En una mano, lleva tres grandes bolsas de compra y en la otra, sujeta con fuerza un bastón con el cual intenta ayudarse a bajar los dos escalones del autobús. Nadie se levanta para ayudarla, todos apartan la mirada despreocupados, haciendo como si no se percataran de su presencia...

Suspiro frustrado y molesto por la indiferencia de aquellos hipócritas, dejo la mochila del cole sobre el asiento y me levanto con desgana para ayudarla y así permitirnos seguir con el viaje lo antes posible. Con una sonrisa de oreja a oreja, me agradece el gesto con demasiado esmero y cuando por fin arranca el conductor, miro por el cristal y la veo todavía de pie en la acera, despidiéndose felizmente con la mano.

Desvio la mirada sin devolverle el saludo. No es que no aprecie su agradecimiento ni que me guste prestarme a ayudar a la gente mayor o la que simplemente necesita una mano, al contrario, después de una buena acción realizada satisfactoriamente por mí, disfruto mucho de la atención que recibo a cambio, me sube a la cabeza y me encanta sentirme como el centro del universo...

Pero hoy no tenía la cabeza para eso... Hoy iba a ser un día especial y necesitaba tener la cabeza fría para llevar a cabo mi plan... Llevaba bastantes días sin pegar ojo, debatiéndome sobre si hacerlo o no... No suelo pensármelo más de dos veces a la hora de actuar pero esta ocasión es... diferente. Lo he consultado durante muchas horas con la almohada hasta alcanzar una decisión final, de la cual seguramente me arrepentiré, pero lo tenía que hacer, porque simplemente no... no puedo seguir viviendo esta farsa-

De repente pego un sobresalto. Me ha vibrado el móvil que tengo en el bolsillo del pantalón. Lo cojo y miro la pantalla. "Un mensaje de Sendoh..." pienso sin ganas mientras lo abro para ver el contenido.

"Hola preciosidad, no me puedo creer que sean las tres de la tarde y que todavía no haya visto tu bonito trasero... ¡Qué vida más cruel :--(! Y ahora tengo ir a trabajar al restaurante... Cuando salga te llamo para quedar. ¡Te quiero mi sol!". Me remuevo en la silla incómodo y se me encoje el corazón de tristeza... no puedo evitar sentir culpa como si ya lo hubiera traicionado.

"Le quiero de verdad pero... no tanto como a él... ¡Mierda puercoespín... no debiste presentármelo!... Aaargh esto es demasiado para mi pequeña cabeza, ¿por qué tengo que complicarme la vida de esta manera?" me rascó el pelo con furia para intentar disipar estos pensamientos agobiantes, sin importarme las miradas de desconcierto que me dirigen los viajeros. Pero por más que me rasque o por más que me dé cabezazos contra la pared (ya me he dado unos cuantos hoy), no consigo arrancarlos de mi cabeza.

Estoy dividido entre la culpabilidad y el sentimiento de traición hacia mi novio pero también siento que me estoy traicionando a mí mismo, a los verdaderos sentimientos de mi corazón... "¿Dónde está Yohei cuando lo necesito?", seguro que mi mejor amigo me aconsejaría mejor, pero se mudó de ciudad y es difícil mantener el contacto con él... Aun así ya me lo imagino diciéndome algo inteligente y profundo como "siguiendo con Sendoh solo iba a empeorar las cosas y que no debía sentirme mal por escuchar a mis verdaderos sentimientos..."

Al guardar el móvil en el bolsillo, me percato de que ya habíamos llegado a mi parada. Bajo con prisa del autobús antes de que me cierre las puertas en las narices.

De pie en la acera, respiró profundamente durante largos segundos. La mochila me cuelga del hombro como un saco de patatas, aunque dentro no llevara gran cosa. "¡¿A quién quiero engañar?! Son mis sentimientos por él que me aplastan el corazón de esta manera...". Miro alrededor y me dirijo a la pared más cercana. Cojo impulso y con todas las fuerzas que me permite el impulso, estampo la cabeza contra el duro muro... "Ouch, eso ha dolido...pero me lo merezco por pensar como un cursi".

Una señora que pasea un diminuto perro me observa escandalizada. Con la mano todavía agarrando mi frente, le devuelvo la mirada desafiante. "Deja de mirarme vieja, ¿Acaso nunca has visto a alguien darse una hostia?". Como si leyera la mente, se escapa despavorecida, arrastrando al pobre perro por la correa. Dejo de prestarle atención y busco con la mirada la casa a donde tengo de ir.

"A llegado la hora de la verdad, tengo que ir a por todas", intento alentarme pero en realidad, a cada paso que doy, estoy tentando en salir huyendo de aquel lugar y posponer para siempre la confesión que tenía estudiada para el señor Rukawa.

A estas horas, solo el hermoso kitsune podía estar en casa. Entro por la puerta trasera que por mala costumbre dejan abierta, y me dirijo al interior del hogar. En el pasillo del recibidor, huelo el aroma delicioso de carne asada y me encamino hechizado por el olor hacia la cocina. Me conozco tan bien aquella casa como si fuera la mía; he venido tantas veces a pasar las tardes y alguna que otra noche con Sendoh, y por culpa... o ¿gracias?... a esas constantes visitas, he ido concienciándome de la presencia del señor Rukawa...

Por fin alcanzo la puerta de la cocina y la abro con miedo... miedo atroz por lo que pueda pasar y odio, odio sentirme así, incapaz de controlar lo que siento... Pero el miedo es reemplazado rápidamente por ansia cuando veo tu suntuosa espalda y tu apretado trasero... estás totalmente inmóvil.

 

-Rukawa-san...

 

Si no fuera porque anduviera excitado debido a la adrenalina, seguro que me habría percatado del pequeño temblor que recorrió tu cuerpo.

 

-No era mi intención asustarte Rukawa-san...

 

"¡Qué extraño!", pienso curioso. A pesar de la excitación y los nervios que padezco, mi voz ha sonado bastante segura y fuerte, cosa que me devuelve la confianza y me anima a proseguir. "Me voy a declarar"; esa frase me la he repetido muchas veces pero hasta hora, nunca me había dado cuenta de la importancia de aquellas palabras. No me importan las consecuencias de mis actos, pienso decírselo cueste lo que cueste. Te miro y veo unos ojos de un azul oscuro como la propia noche pero que son capaces de derretir mi corazón como si se tratara de un cubito de hielo bajo el ardiente sol de verano.

Veo a un hombre maduro pero a la vez joven, con el pelo azabache y ligeramente canoso pero apenas se distinguen arrugas en su rostro. Bajo su camiseta blanca y ajustada, puedo apreciar su cuerpo fibrado y sus músculos perfectamente contorneados. Lleva unos tejanos azules... sencillos pero que le marcan un paquete- "¡AAArgh, ¿Dónde estoy mirando? ¡Tengo que dejar de pensar en cosas sexuales pero ya!".

Sin embargo, mi mente de adolescente perverso empieza a distanciarse de la realidad para caer en una erótica fantasía con el señor Rukawa  de protagonista. Está desnudo y embadurnado con aceite, lo que le hacía parecer más sensual. Ejecuta unas posiciones sensuales tan poco probables que solo una mente de adolescente cachondo es capaz de imaginar.

Mientras el pantalón empieza a apretarme en una certera parte de mi cuerpo, intento desesperadamente ahogar un débil jadeo...

 

-Sendoh no tardara en llegar...

 

"¡¿Qué?!" pienso sorprendido arrancándome de mi fantasía y decepcionado por el rumbo que está tomando la conversación, "No, no voy a tirar la toalla... Para que pudiera estar solas contigo, este tensai que ves se ha asegurado de que Sendoh no vaya a aparecer... "

 

-Lo sé Rukawa-san, no he venido para ver a Sendoh pero para... verte a ti...

 

"¡YASTA! ¡YA LO HE DICHO!" grito excitado en mi cabeza mientras aparto la vista nervioso para no ver su reacción... y deseo tanto zurrarme la cabeza contra la pared para sacarme de este estado de euforia. Sí, me siento feliz y excitado aunque no me haya realmente confesado. La verdad es que creía que iba a llegar a buen puerto pero que no sería capaz de dirigirle la palabra.

De repente, noto algo haciéndome sombra, levanto la vista del suelo y estás allí, delante de mí, a pocos centímetros, observándome intensamente, como si me desnudaras con la mirada.

 

-¿Por qué? -me preguntas  con la voz ronca e indescifrable.

 

Es tan difícil saber que pasa por tu cabeza... es tan impenetrable y misterioso... al principio me sacaba de quicio su actitud de altivo y su indiferencia y a veces cuando le saludaba pasaba completamente de mí, pero fue esa misteriosa prepotencia que le rodea que acabó por hechizarme. "Sí bueno... pero algo no anda bien... juraría que está diferente...". Te brillan los ojos como nunca te los he visto brillar... "¿Qué es?... pareces impaciente... ¿por qué?..."  Y por primera vez noto tu respiración entrecortada...

 

-Porque quería estar a solas contigo... para poder decirte que... me gustas.

 

Me confieso con seguridad y firmeza. Le sostengo la mirada esperando ver sorpresa porque era la reacción más lógica teniendo en cuenta que un amigo de su hijo, un chaval de 16 años, le estaba declarando su amor a un padre adulto, pero solo veo resignación...

"Mierda... ¿Acaso sabía de mis sentimientos?... mierda, mierda, mierda... seguro que se dio cuenta porque no sé controlar mis expresiones... siempre me lo dice Sendoh, parezco un libro abierto".

 

-No sabes lo que dices... sales con mi hijo, ¿cómo te voy a gustar?

 

"¡¿Cómo lo sabe?!", me preguntó histérico mientras intento controlar los temblores que me recorren las manos. "Siempre nos hemos esmerado en escondernos delante de sus padres... mierda, ¿¡Qué voy a hacer?! He quedado de culo, seguro que piensa que soy un gilipollas por engañar a su hijo...". Me siento como basura y solo tengo ganas de irme y hacer como si nada hubiera pasado. Quería llorar porque detestaba la idea de que el señor Rukawa se pensara que soy un fresco, un mal novio o peor, un calientapollas.

 

-Oye tranquilo -me dice como si se hubiera percatado de mi estado de ánimo y me sujeta la barbilla con la mano para que no pudiera apartar la vista de su rostro- solo quiero entender por qué estás interesado en mí si sales con mi hijo.

 

-Yo... -"¡¿Qué hago?! ¡Mi voz no para de temblar!"-  sinceramente no lo sé... solo pasó... en lugar de estar pensando en Sendoh, solo pienso en ti... pienso en ti todo el tiempo, cuando ando, cuando estoy en clase, cuando estoy comiendo... cuando estoy durmiendo -y esto último no pude decirlo sin evitar sonrojarme y creo que se ha dado cuenta- quiero a Sendoh pero no tanto como a ti... Rukawa-san, le amo.

 

-Do'aho...-susurra suavemente sin soltar mi barbilla y esta vez luce una media sonrisa de... ¿satisfacción?

 

A pesar de la situación, no he podido evitar sentirme un poco irritado. Me muerdo la lengua para no devolverle el insulto por miedo a que me alejara de él... pero tengo seguro que cuando corresponda los sentimientos de este tensai, le haré tragar el "do'aho" ése que tanto le gusta decir.

 

-¿Sabes... que esto puede acabar mal?

 

Es la pregunta retórica más sexy y sensual que he oído jamás.

Con el corazón a cien, observo como su mirada felina y azulada me perfora la mente para acampar a sus anchas. Aleja al fin la mano de mi barbilla pero a cambio se me acerca lentamente hasta quedar a pocos milímetros de mis labios... siento su aliento tibio chocar contra el mío, todo pensamiento coherente se desmorona como un castillo de naipes y sin proponérmelo acorto la distancia, plantando mis labios contra los suyos.

 

 

TBC

Notas finales:

Los reviews son bien recibidos ;))


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).