Ya habían transcurrido dos días desde que la pelicastaña encontrara a aquel rubio en su puerta, y este seguía inconsciente, estaba comenzando a preocuparse ya que mientras este dormía hacia unos gestos raros con la cara. La mujer estaba lista para salir de la cabaña para ir en busca de un médico para que le dijera por que no despertaba su bello ángel, ya que durante estos dos días se dio cuenta de que sus heridas sanaban demasiado rápido, a lo que ella creía fervientemente de que se trataba de un ángel real, por lo que no vio la necesidad de llamar a un médico antes, pero ahora en verdad estaba comenzando a dudarlo y a preocuparse.
Ella ya se encontraba en la puerta a punto de salir, cuando comenzó a oír unos extraños sonidos provenientes de su habitación. Llego corriendo hasta el dormitorio y lo que vio la dejo realmente impresionada.
Aquel bello ángel que reposaba en su lecho, estaba despertando y comenzaba a entreabrir sus ojos, al darse cuenta de esto la mujer comienza a acercarse más para poder verlo mejor, y lo que vio fueron unos cristales azules tan hermoso como el mismo cielo o mar, lo que lo hacía ver más bello de lo que ya pensaba.
La mujer salió de su ensimasmiento y se acercó aún más al rubio, este al darse cuenta de que no se encontraba solo, le sonrió a la mujer y trato de levantarse de tan cómoda cama, pero le fue imposible, ya que una mano se lo impidió, haciendo que volviese a recostarse, al observar mejor se dio cuenta de que estaba en compañía de una hermosa mujer, iba a hablar, pero esta se le adelanto.
-¿Te encuentras bien? ¿Te duele algo?- preguntó con total ternura la mujer
-Sí, estoy bien… y no, no me duele nada…- dijo con una bella sonrisa -… gracias- dijo un tanto cohibido por la calidez que irradiaba aquella mujer.
-¿Por qué?- se extrañó que le agradecieran
-Por cuidarme durante estos días- respondió
-Ya veo… no te preocupes por eso, dime ¿Cómo sabes que fueron días los que estuviste durmiendo?- pregunto un poco sorprendida
-Mmmm… Me lo dijo Kyuu-chan- contesto el rubio feliz y escucho un gruñido de parte del zorro por aquel apelativo
-/¿Kyuu-chan?/ bueno, dime ¿Cuál es tu nombre, pequeño ángel?-
-¿Ángel? ¿A qué te refieres? /ya la haz enamorado Naru… jeje/-
-Jeje…- sonríe nerviosa –es que cuando te vi por primera vez pensé que eras una ángel caído del cielo, eres muy hermoso pequeño- respondió la mujer
-Jeje… Gracias /vez… te lo dije…/- el rubio estaba totalmente sonrojado –Naruto, mi nombre es Naruto… ¿Cuál es el tuyo?-
-¿Naruto? ¿Igual que el condimento? Jeje creo que te queda bastante bien… Mi nombre es Hiyori, Hiyori Crousse- dijo con una gran sonrisa
-Lindo nombre… Dime ¿Qué lugar es este?- pregunto curioso Naru
-¿No sabes en dónde estás?- pregunto, pero al ver la negativa del ojiazul siguió hablando –Pues, esta es mi cabaña, se encuentra a las afueras del País de la Primavera, es un lugar muy bello, durante casi todo el año está verde y lleno de diversos tipos de plantas y flores… Dime como es que llegaste hasta aquí con tantas heridas?-
-Mmmm… La verdad es que no lo recuerdo, pero según me explico Kyuu-chan estaba en una batalla y mi enemigo me lanzo un extraño jutsu, este debería de haberme borrado todos mis recuerdos y emociones… pero solo logro borrar mis memorias ya que Kyuu-chan logro proteger mis emociones, se supone que después del combate logre levantarme y creo que así logre llegar hasta aquí- dijo un tanto emocionado Naruto
-¿Kyuu-chan? ¿Quién es? ¿Y si perdiste tu memoria como sabes tu nombre y como llegaste hasta aquí?- pregunto desconcertada la castaña
-Ya te lo dije, fue Kyuu-chan, bueno de hecho su nombre es Kyuubi y se puede decir que es como un espíritu y vive en mi interior, durante este tiempo que estuve durmiendo él me explicaba algunas cosas, ya que me dijo que no podía contarme todo porque podría causarme daño- dijo girando su cara hacia otro lado cruzando sus brazos y un tierno puchero…
-Ahhh! /es realmente adorable…/ Entonces es por eso que hacías esos raros gestos-
-¿Gestos? ¿Qué quieres decir?-
-A que mientras dormías hacías unas muecas muy graciosas, jeje… Bueno levántate para que vayas a comer algo, que de seguro ya tienes hambre- dice feliz por ver despierto y, dentro de lo que cabe, en buenas condiciones –Déjame ayudarte a sentarte-
-Ok! Muchas gracias- dijo cuando ya estuvo sentado en la orilla de la cama
-Oh! no te preocupes… Mira, la puerta de la izquierda es el baño y la de la derecha da hacia el comedor, te espero afuera- dijo con una gran sonrisa
-Gracias, enseguida voy…- en cuanto Hiyori abandono la habitación Naruto examino con un poco más de atención a su alrededor, así que sin más decidió ir primero al baño y luego iría al comedor.
Pero le ocurrió un pequeño accidente, al levantarse y dar unos pasos cayó de narices contra el suelo. Ante tal estruendo Hiyori se apresuró a ver qué es lo que le había sucedido al rubio, cuando entro lo vio tirado en el suelo intentando levantarse, por lo que se acercó para ayudarlo a ponerse de pie, ya logrado esto decide preguntar:
-¿Qué sucedió Naruto? ¿Te sentiste mal, fueron mareos? ¿Por qué te caíste?- dijo totalmente preocupada.
A lo cual Naruto solo se sonrojo y giro su vista a otra dirección, para luego responder:
-Solo tropecé y caí- dijo fingiendo enfado
-¿Tropezaste y caíste?- pregunto un tanto sorprendida -¿Con qué tropezaste, Naru?
-con esta yukata(1), no estoy acostumbrado a usarlos si son asi de largos… Por cierto, ¿Por qué tengo puesto un yukata?- pregunto un tanto sorprendido
-Jeje… es que cuando te encontré estabas muy herido y tu ropa estaba toda rasgada y por lo tanto inutilizable-
-Ahhh…-
-Y la verdad esa es la única prenda de hombre que encontré que te pudiese quedar bien… además el color va perfecto con tus ojos- dijo feliz
-¡Gracias!- contesto realmente contento Naruto
Momentos después, ya estaban ambos sentados en el comedor cenando, ya estaba atardeciendo, la mesa no tenía demasiados alimentos, pero los que habían eran más que suficientes para los dos, había unos pocillos con arroz, otros con estofado, otros un poco de sopa y una tazas de té junto con una pequeña tetera para serviré un poco más…
-En verdad que estuvo deliciosa la cena, cocinas muy bien Hiyori-san- dijo feliz Naruto
-Oh! ¿Pero qué dices? ¿En verdad te gusto?- el rubio asintió –que bueno Naruto-kun… y por favor no me llames con el “san” me haces sentir muy vieja-
-Está bien, Hiyori- dijo feliz, y luego pregunto -¿vives sola?
-Sí, vivo sola desde hace bastante tiempo…- dijo con voz melancólica –mi pequeño bebe y esposo murieron hace algunos años…- Naruto decidió guardar silencio, parecía que la mujer iba a contar algo muy doloroso para ella –en ese tiempo vivíamos en la ciudad principal del país… y entonces entraron a robar a la casa… en ese momento solo estaban ellos y los mataron llevándose algunas pertenencias de valor y se fueron… rato después llegue yo y los vi ahí… muertos en la entrada de la casa… luego llegaron los vecinos me acusaron de haber sido yo la responsable del asesinato de mi hijo y marido, me mandaron a prisión durante 5 años ya que no hallaron pruebas suficientes para darme más tiempo o también matarme… cuando salí de la cárcel nadie me aceptaba, mi casa había sido quemada, solo tenía un poco de dinero en el banco el cual utilice para comprar esta cabaña a las afueras del país… ya no quería seguir viendo esas miradas acusadoras sobre mi…- dijo todo esto cabizbaja y a punto de llorar -y así fue como llegue hasta aquí…- dijo finalizando con una pequeña sonrisa
-Lo siento, no debí preguntar…- dijo triste el rubio, por algún motivo se le hacía familiar el dolor mostrado en las palabras de Hiyori
La pelicastaña al darse cuenta de la expresión del rubio, decide preguntarle algo al rubio
-Naruto-kun ¿Te gustaría dar un paseo?-
Al rubio se le iluminaron los ojos y asintió efusivamente, a lo cual Hiyori sonrió reconfortada al tener a aquel rubio en su hogar…
Continuara~