- Mi nombre es Aihara Masaru, tengo 17 años y por obligación tuve que asistir a este seminario. Mis calificaciones son bastantes buenas, tengo un comportamiento del que muy pocos se han quejado y obedezco la gran mayoría de las veces a mis padres, pero como ahora ellos se iban de su segunda luna de miel me mandaron para acá, y aquí me tienen… en un seminario para hablar sobre psicología -
Así fue como me presenté ante mis compañeros de grupo y ante el “guía” de éste. Los miré a todos y sólo vi a un chico que no se estaba riendo (aparte del “guía”).
- Y tú… ¿Qué tanto me miras? – le pregunté de mala gana
- Nada, sólo que, como tú, yo tampoco vengo acá por gusto – me respondió fríamente
- A ver, dinos porque vienes acá – nos interrumpió el guía
- Soy Fujikage Leiko, tengo 17 años y mis padres me obligaron a venir acá para que, según ellos, deje de ser un “invertido”. –
- Ya veo… … bueno, mañana por la mañana habrán 2 conferencias, ustedes decidirán a cual asistir, luego en la tarde, a eso de las 4 nos juntaremos en el parque que está detrás del comedor. Por ahora elijan a su compañero de cuarto y pasen a instalarse a los dormitorios.- Dijo el guía para cambiar de tema, por cierto, su nombre era Taito Sakutaro
Tomé mis cosas y miré a ver quién podría ser mi compañero de cuarto (los cuartos están separados por sexo, que sino elegía a una chica), miré para todos lados, y ví al chico que había hablado último…
- ¡Oye! ¿Así que eres gay no? – le dije sin cortarme un pelo
- Sí, ¿por qué? ¿pasa algo? – respondió
- No, sólo que se te va a ser difícil encontrar un compañero – le dije fríamente, sin dirigirle la mirada.
- ¿A sí? Entonces mejor para mí, estaré solo –
- ¿Acaso no leíste la lista de inscritos siquiera? El número de personas de ambos sexos es par, te asignara alguien por obligación –
- Me da igual, total, la mayor parte del tiempo la pasaré fuera – respondió tomando sus cosas y marchándose
“Ese chico es raro, y no sólo por ser gay” pensé. Cuando volví a la realidad me di cuenta de que ya todos se habían ido “¡Mier**! Me olvidé de buscar compañero” pensé, y corrí donde la oficina de asignación de dormitorios pero ya estaban casi todos ocupados, miré el mapa del edificio y vi como a cada habitación le ponían un sello rojo si estaba ocupada. Solo tres estaban sin sello, miento, solo dos, la vieja estirada de recepción (que debía de tener más años que Matusalén ¬¬) acababa de poner otro. “Si solo quedan dos habitaciones significa que, contándome, quedamos sólo 4 personas” y miré hacia mi lado, habían 7 personas más, entre ellas el gay ese. De pronto la vieja recepcionista dijo:
- Ya no quedan más habitaciones disponibles, por favor las cuatro personas que quedan pasen a la mesa de informaciones-
“Ésta vieja es ciega” pensé “por qué no simplemente nos dice que pasemos al frente, si allí está enfrente de ella… vaya semanas me esperan”
Caminé junto a 2 chicas y al tipo gay, del que ya no recuerdo su nombre, hacia el mesón de informaciones, allí había una chica joven, de unos veinte años supongo.
- A ver, lamento decirles que las habitaciones de los dormitorios reservados por el seminario ya están ocupadas –
- No me diga – dijo una de las chicas que estaba allí – no nos habíamos dado cuenta – terminó sarcásticamente
- Como decía, las habitaciones están ocupadas, pero el hotel tiene unas habitaciones vacías aún y aunque son muy pequeñas, tienen la ventaja de tener un baño privado con todo equipado– tomó aire y siguió – las habitaciones están en el quinto piso, seréis registrados como clientes, pero los gastos los pagará el hotel, por favor disfrutad de su estancia – finalizó
Tomamos las maletas y nos subimos al ascensor, apreté el botón para ir al piso 5.
- Tal parece que tenías razón sobre los compañeros – escuché decir a mi lado a… a… ¿Cómo era su nombre? – disculpa por haber sido tan borde contigo allá afuera, es sólo que no quiero aparentar ser débil, se meterían conmigo a cada rato… por cierto, ¿Cómo era tu nombre? Disculpa, es que lo olvidé, yo soy Fujikage Leiko – me dijo
- Aihara Masaru – dije secamente
- Masaru… me gusta tu nombre – me dijo
Por alguna razón me puse rojo como un tomate… ¿Alguna vez alguien me había dicho eso? … no, nadie, era la primera persona que lo hacía, y era un hombre… ¿Por qué me había puesto rojo? Si es que me veía en el espejo del ascensor, yo con tez blanca, ojos azules, pelo negro hasta los hombros, cuerpo bien formado aunque no muy musculoso… y ¡estaba rojo!...
- Masaru … Masaru …¡Masaru!... ¡MASARU! – gritaba Fujikage
- ¡¿Ah?! – dije desorientado
- Apúrate – me dijo y de un tirón me sacó del ascensor antes de que cerrara, de alguna u otra manera caí entre sus fuertes brazos, fui mirando hacia arriba y vi ese pelo largo y rubio cayendo por sus hombros, su tez blanca, sus labios rosados y sus ojos verdes como las esmeraldas… lo estuve mirando fijamente por unos segundos hasta que pude volver a pensar…
- Bueno, vámonos – dije más rojo de lo que estaba antes
Nuestra habitación era la Nº 69, la de las chicas era la 70, nos dijeron que en cuanto estuviésemos instalados las fuésemos a buscar para comer algo juntos. Nosotros aceptamos.
Cuando entramos a la habitación nos dimos cuenta que en verdad era pequeña, entrando a la derecha estaba el baño, mirando hacia la pieza, al fondo había un armario, a la derecha de este 2 camas y entre ellas un pasillo en el que con suerte entraría una persona con un poco de equilibrio. “Al menos tenemos camas separadas” pensé, y lancé un suspiro.
- ¿Qué? – dijo Fujikage – deprimido porque no dormiremos juntos ¿verdad? – terminó riéndose
Me puse rojo otra vez, tomé mi toalla, mi cepillo, mi peine y la pasta de dientes, puse todo en el baño y saqué del bolso la ropa que usaría en dos días y así ocupé la mitad del armario.
- El resto es tuyo, Fujikage – le dije con un leve sonrojo al pronunciar su nombre ¡Qué rayos me pasaba!
- Gracias Masaru, pero por favor, dime solamente Leiko – me dijo sonriendo
- N-no … prefiero llamarte Fujikage… - dije ocultado mi sonrojo luego de su sonrisa
- ¿Te importa que me dé un baño? – me preguntó
- No para nada, también es tu dormitorio – respondí
- Gracias – y se empezó desvestir, primero se quitó la sudadera dejando ver un torso blanco y un pecho algo marcado, luego se sacó las zapatillas, los calcetines, y el pantalón, quedando en unos bóxers que no dejaban mucho a la imaginación…pero que demonios hago mirándolo así, es un hombre, como yo, nada más. Y con esos pensamientos me acosté boca abajo en la cama a esperar a que Fujikage saliera de la ducha.
- … -
- … -
- Masaru... ¿Masaru? ¿Estás despierto? – escuché que me decía una voz muy cerca de mí
- Mmm… -
- ¿Masaru? –
- … -
- Supongo que no lo estás… - volvió a hablar esa voz… era Fujikage, sin duda, pero… ¡¿Qué está haciendo?! Me está acariciando la cara… se siente muy bien… - eres muy lindo… - me quedé totalmente rojo O///O – Masaru, ya despierta, tenemos que ir con las otras dos chicas a comer – me decía mientras me movía con delicadeza, luego “hice como” si me despertase
- Mmm… ¿qué pasa? – dije haciéndome él que no sabía
- Que te quedaste dormido y tenemos que ir ya a comer – me respondió levantándose de la cama y yendo a vestirse, cosa que aún no había hecho, estaba sólo con una toalla, cuando le vi mi cara volvió a tomar ese rojo al que ya se estaba acostumbrando desde el ascensor - ¿Qué pasa? ¿Te incomoda que me cambie aquí? – y dicho eso me lanzó la toalla a la cara tapándome lo que debió haber sido una vista al cuerpo perfecto, cuando reaccioné aún tenía la toalla en la cara cuando de pronto vino Fujikage, la lanzó lejos, se agachó para quedar mirándonos a los ojos fijamente y me susurró - ¿Qué deseas hacer ahora? – y poco a poco fue acercando peligrosamente sus labios hacia los míos, cuando sentí el leve roce entre ellos me levanté y grité:
- ¡TENEMOS QUE IR CON LAS DE AL LADO! ¡YA DEBEN ESTAR ESPERÁNDONOS! – estaba demasiado avergonzado, me había sentido muy nervioso durante “ese acercamiento”, tomé la puerta la abrí y la cerré enseguida…
- Masaru… esa es… - escuché decir, volví a abrir la puerta y dije
- ¡YA SÉ QUE ES LA PUERTA DE EL BAÑO! – y dicho esto, le tomé del brazo y lo jalé a rastras hasta el pasillo, y ahí estaban las dos chicas de antes esperándonos
- ¿Ya nos vamos? – dijo una de ellas
- Sí, por favor – dije instantáneamente y acto seguido caminé junto a ella hacia el ascensor mientras Fujikage y la otra chica iban detrás de nosotros.
- Y dígannos, ¿Cuáles son sus nombres?, yo soy Fujikage Leiko
- Soy Hiraoka Fuyumi, y Kojima Aika es la que se fue con tu novio
– Masaru no es mi novio… todavía… -