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Un nuevo comienzo por Emily Usuratonkachi

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Notas del fanfic:

Bueno, este será mi primer fic no one-shot. Asique no estoy muy convencida de como resultará X_x pero en fin ^^ va con todo el amor del mundo para mi nee-chan Kame que la adoro >///<
Como te dije nee-chan, si tu lo apruebas entonces habrá valido la pena *.* que lo disfrutes n///n y en general a quien lo lea o///o cofcof NAshe onee-chan ^^ eso va para ti también n.n las quiero nee-samas fujoshis!!!!!!!

Notas del capitulo:

Pues u///u aish, esto es muy complicado. Pero en fin ^^U primer capítulo :3 que sería algo así como la introducción o.o ni yo lo sé u///u se aceptan críticas... ó.o

 

 

 

Ninguno de los personajes me pertenece (ya quisiera *¬*) son propiedad de Masashi Kishimoto n.n

 

Había pasado un mes desde el encuentro final con Madara Uchiha. La alianza shinobi había al fin logrado finalmente derrotar a los Zetsu, los zombies bajo las órdenes del líder de Akatsuki, a Kabuto con las habilidades de Orochimaru y había reestablecido la paz en las aldeas de los cinco grandes países.

 

Muchos shinobis que formaron parte de la cuarta guerra Ninja perdieron sus vidas en manos enemigas y sus nombres fueron grabados en la roca conmemorativa de Konoha que recordaba a los hombres caídos en batalla; donde con anterioridad se habían grabado nombres tales como los de Sarutobi Asuma, Jiraiya y muchos otros.

Naruto ya controlaba el poder casi sin límites del zorro de las nueve colas. Se fortalecía más y más conforme pasaban los días. Al momento de enfrentar a Sasuke, sin subestimar al Uchiha, ya no temía por su vida, o por su derrota. Lo único que le importaba era cumplir su palabra. Cualquiera de las dos promesas que había dicho tiempo atrás.

 

“-Te traeré de vuelta a Konoha”

 

“-Si nos enfrentamos en batalla, ambos moriremos”

 

La pelea fue extensa, muy fuerte, y dolorosa. Naruto siempre quiso desafiar a Sasuke a luchar con todas sus fuerzas, pero para comparar sus habilidades y compararse con su eterno rival; no para enfrentarlo en una pelea en la que el resultado sería vivir o morir. Ambos desarrollaron técnicas muy fuertes mientras estuvieron separados, y en esa batalla no dudaron en usarlas. Con sus Jutsus Chidori y Rasengan mejorados, Sasuke controlando el Mangekyo Sharingan, el Amaterasu, el Susanoo; Naruto empleando su modo Sennin, su estado Bijuu, su inigualable cantidad de Kage Bunshin. No fue sino hasta que ambos estuvieron a punto de desfallecer por falta de chakra y agotamiento que intentaron dar el golpe final en ese encuentro que parecía eterno.

 

Corrieron a todo velocidad en un encuentro frontal final. Sasuke cargó su katana con su chakra estilo relámpago y Naruto con ayuda de un Kage Bunshin había logrado formar un Rasengan en su mano. Cuando estuvieron a unos pocos centímetros de distancia, ambos estiraron sus brazos usando lo que les quedaba de fuerza. El Rasengan del rubio se detuvo a unos escasos milímetros del rostro de Sasuke. ¿Se había detenido por sí mismo? No. No era eso. Sasuke había sido unas centésimas de segundo más veloz que él y había logrado atravesarlo con su espada a la altura del abdomen. Fue en ese momento cuando el Uchiha sonrió de lado y dijo soberbio:

 

-Hábil y veloz, pero no lo suficiente.

 

Para su sorpresa el cuerpo enfrente suyo se hizo humo y desapareció.

 

-¡¿Qué?!

 

A penas pudo elevar la mirada al cielo antes que un Naruto totalmente determinado cayera sobre él impactándolo con un gran Rasengan. Sasuke cayó al suelo malherido por el jutsu que había recibido su cuerpo. Quiso ponerse de pie, pero fue inútil. Había llevado su chakra al límite, ya no quedaba nada de él. El no tenía una fuente inagotable de chakra a diferencia del rubio que había logrado dominar el poder inmenso del kyuubi; pero eso a su vez consumía mucha energía vital.

 

El Uchiha no podía ya mover su cuerpo, apenas si tenía fuerzas para respirar. Sus párpados le pesaban, comenzaba a ver un poco borroso, había forzado mucho su visión. Pudo ver como su rival caía de rodillas cerca de él. El era el vencedor, pero aún así había quedado exhausto. Solo se dedicaron a observarse. Naruto tenía razón, ellos no necesitaban palabras, sus puños en batalla lo decían todo. Podían comprender lo que el otro sentía perfectamente. El moreno dibujó una irónica sonrisa en su rostro, y pronunció:

 

-Creí que eras un idiota –el rubio lo miró poniendo toda su atención en las palabras que oía- pero creo que el idiota soy yo; debí saber que usarías tus clones de sombra, siempre lo haces. Creo que es momento…

 

Naruto se dedicaba a mirarlo serio sin pronunciar palabra, era un alborotador y hablaba muchísimo, pero sabía cuando no era momento de interrumpir.

 

-Naruto –pronunció ya casi sin fuerzas- te reconozco como un rival fuerte, creo que has mejorado mucho, y por más que odie admitirlo… tu… -su voz se iba apagando en el diálogo y se hacía cada vez más tenue, Naruto estaba comenzando a perder la calma, había esperado prácticamente toda su vida para oír eso.

 

-¿Yo… -dijo casi en un susurro

 

-Al fin lo lograste –mientras hablaba su sonrisa ya no era irónica, sino que se iba convirtiendo poco a poco en una sonrisa sincera, de regocijo –me has… superado Naruto.

 

A penas si pudo completar la oración antes de que sus ojos se cerraran y quedara inconciente. Las lágrimas de Naruto no se hicieron esperar. No sabía que sentir. Al fin lo había logrado, una de las razones por las cuales había entrenado tanto se había vuelto realidad, Sasuke finalmente reconocía su esfuerzo, finalmente.

 

-S-Sa-suke –susurró el rubio, y apretó sus puños apoyados en sus rodillas –Sasuke… -era todo lo que le salía pronunciar entre sollozos –Gracias… Sasuke…

Luego de ese agradecimiento no logró mantenerse conciente por más tiempo y también él cayó rendido al piso. Ya no había razón para estarlo. Ya todo había terminado.

 

 

 

Naruto abrió pesadamente sus párpados siendo encandilado por una intensa luz. Parecía ver claridad después de años de ver completa oscuridad. ¿Por qué tenía esa sensación? Con los ojos entreabiertos pudo inclinar su cabeza hacia un lado y ver a Sakura sentada en una silla, durmiendo. Al moverse Naruto sintió la suavidad de las sábanas y la base en la que estaba recostado. Estaba en una cama, en el hospital más precisamente. Sintió una fuerte jaqueca pero trató de ignorarla. Humedeció apenas sus labios para poder

hablar, su garganta en verdad estaba seca.

 

-Sa...kura-chan… dijo en un tono muy bajo de voz.

 

La pelirrosa cerró con fuerza los ojos pero luego comenzó a abrirlos, ayudándose con sus manos que los frotaban para poder despertar, hacía días que venía durmiendo en pésimas condiciones. Al lograr enfocar su visión pudo observar a Naruto despierto y mirándola confuso.

 

-¡Naruto! –exclamó feliz, con a penas unas pequeñas lágrimas de felicidad brotando de sus ojos –¡al fin despertaste! –decía mientras se abalanzaba sobre su amigo, abrazándolo.

 

-Sakura-chan, eso duele ¿Qué está pasando?¿Por qué estás aquí?¿A que te refieres con que “al fin despierto”? -decía aún adormilado mientras esperaba despertar totalmente.

Sakura se sentó en la silla mientras secaba sus ojos. Con una gran sonrisa comenzó a relatarle lo ocurrido.

 

-Has estado inconciente tres semanas

 

-¿¡Tres semanas!? –Dijo abriendo los ojos enormes, al parecer eso había logrado

despabilarlo.

 

-Así es –continuó con calma, ya sabía como tratar con su escandaloso amigo –en tu última batalla gastaste todas tus fuerzas, utilizaste todo tu chakra común e hiciste un gran esfuerzo por utilizar todo el chakra del kyuubi que fuera posible, eso te agotó demasiado.

 

Naruto comenzaba a recordar poco a poco, cada momento, cada detalle. En un momento quedó en blanco.

 

-¿Mi última batalla dices? –pensó tan solo unos segundos -¡¡Sasuke!! -sin darse cuenta había elevado notoriamente su voz y había logrado enderezarse en la cama por el sobresalto -¡¿Dónde está Sasuke?! ¡Él… estaba herido! ¡Sakura-chan debes decirme que ocurrió co…

 

-Shhhh –dijo suavemente su amiga con su dedo índice frente a sus labios en señal de

silencio –no te preocupes por él.

 

-Pero quiero saber que ocurrió… -se notaba muy preocupado en su manera de hablar.

 

-Si me dejas hablar con gusto te diré, ahora por favor, debes calmarte, no te hará bien despertar y comenzar a ponerte nervioso así como si nada.

 

-Lo siento –Naruto agachó la mirada.

 

Sakura sonrió, podía ser tan fuerte en algunas ocasiones; y en otras comportarse como un niño pequeño fácilmente.

 

-Él está bien, aún no ha despertado, a menos que haya oído tus gritos recién –dijo Sakura divertida torneando su cabeza mirando en dirección a la cama de junto que estaba en la habitación. Naruto al ver esto levantó su torso y se sostuvo sobre sus manos en la cama. Pudo ver como a poca distancia de ellos estaba Sasuke recostado en otra cama, conectado a un respirador artificial, y un aparato que controlaba su ritmo cardíaco. El rubio se estremeció al verlo en esas condiciones. ¿Él le había hecho eso? Solo pensarlo lo destrozaba. Su amiga notó eso al instante y enseguida se propuso levantarle el ánimo.

 

-No te preocupes, luce peor de lo que en realidad está. Su pulso es estable. Es solo que quedó débil luego de la pelea y él no tiene el chakra de un Jinchuriki para sanar tan rápidamente como tu. Pero se pondrá bien, en poco tiempo estará en perfectas condiciones.

Naruto pudo relajarse un poco al oír esas palabras de la experta Ninja médico en que se había convertido su mejor amiga, Se recortó sobre su cama y procuró dormir un poco más.

 

Pasó aproximadamente un día hasta que Naruto despertara otra vez. Esta vez pudo observar como Ino revisaba una planilla con los síntomas suyos, aparentemente todo normal.

 

-¿Ino? Dijo entre bostezando.

 

-Ah veo que ya despertaste dormilón –la chica sonriente y enérgica como siempre lo había sido –¿cómo te sientes? Tsunade nos dio la aprobación para darte el alta hoy mismo.

Naruto se sentó en la cama con toda la pesadez del mundo, refregando sus ojos.

 

-Me siento bien –comenzando a estirar sus brazos –es más, hace rato no me sentía tan bien –esbozando una gran sonrisa. Sonrisa que se desdibujó de su rostro al dirigir su mirada a la cama en la que hacía menos de 24 horas Sasuke estaba totalmente inconciente y ahora la encontraba vacía. -¿Dónde está Sasuke?

 

Ino puso un rostro que denotaba algo de preocupación y tardó en responder.

 

-¡Ino! –exigió.

 

-Sasuke despertó mientras descansabas –comenzó a explicar la rubia -y fue llevado a una prisión de máxima seguridad en una torre cerca de la residencia del señor feudal del país del fuego. Será juzgado ante el tribunal shinobi en tres días.

 

-¡¿Qué?! –exclamó boquiabierto -¡¿A que te refieres con juzgado?!

 

-Una selección de shinobis de alto rango incluyendo al señor feudal, los 5 kages y

algunos jounin decidirán cual será la pena de Sasuke –finalizó agachando la cabeza.

 

-No puede ser –Naruto comenzaba a ponerse nervioso –¡debo ir a ver ya mismo a Tsunade oba-chan! –se colocó su playera de red por encima de los vendajes que aún tenía en su pecho y encima de eso su chaqueta naranja y salió casi corriendo de la habitación.

 

-¡Naruto espera!... ¡Aish este chico! –se quejó Ino – siempre tan impulsivo – luego de su expresión molesta le siguió una sonrisa -tomaré eso como una recuperación completa; lo que no te mata te fortalece ¿verdad Naruto?

 

Tsunade, Shizune y Kakashi estaban reunidos en la torre del Hokage haciendo los últimos preparativos para el juicio hacia el Uchiha cuando creyeron oír una voz lejana acercándose… ¿Acaso se trataba de…?

 

-Tsunade oba-chaaan –se oía a lo lejos pero acercándose.

 

Los tres miraron fijamente la puerta de la habitación cuando se pronto, un portazo hizo que se abriera de repente con mucha fuerza.

 

-¡¡Tsunade oba-chan!! –entró gritando Naruto algo agitado, parecía haber corrido hasta allí.

 

-Naruto, veo que ya te dieron el alta en el hospital –dijo la hokage con sus manos entrelazadas sobre su escritorio –me alegra que estés bien.

 

-¡Eso no es lo importante ahora! ¿Qué tienen planeado hacer con Sasuke? –su tono de voz era demandante y no se iría de allí sin una respuesta.

 

-Sabes que eso no es de tu incumbencia.

 

-¡Por supuesto que lo es! ¡Necesito saber!

 

-Bien. Sasuke será llevado ante los kages, quienes decidirán que hacer con él como parte de su castigo.

 

-¡No pueden matar a Sasuke! –su voz se oía preocupada aunque estuviera hablando de manera muy seria.

 

Tsunade con la poca paciencia que la caracteriza azotó con su mano el escritorio dando un gran golpe. -¡Nadie habló de matarlo aún! Dije que se le aplicaría un castigo, que aún no está decidido. Y si la muerte es la pena que los kages y jounins acordarán no habrá otra cosa que puedas hacer que aceptar su voluntad –expresó la hokage en tono fuerte y autoritario.

Naruto agachó la mirada sintiéndose pésimo.

 

-Es que no pueden –habló casi en un susurro casi inaudible para los presentes. Dio media vuelta y huyó del cuarto.

 

-¡Naruto! –exclamó Shizune.

 

-Déjalo –agregó Tsunade.

 

-Pero…

 

-Estará bien, solo necesita estar solo…

 

Naruto corría a toda velocidad atravesando la aldea directo a su casa. Hasta pasó junto al puesto de Ichiraku Ramen ignorándolo completamente. No quería comer. No quería pensar. Solo quería… ¿Qué es lo que quería? A Sasuke con vida. ¿Y luego que? Mil respuestas posibles atravesaban su cabeza. Pero el se sacudía el cráneo intentando alejar esos pensamientos. Quería volverse un papel en blanco por un momento. No tardó demasiado hasta su casa. Al llegar se recostó boca abajo sobre su cama hundiendo su rostro en la suave almohada. ¿Qué debía hacer? Supuso que la mejor opción sería hacer lo que lo había llevado tan lejos; ser él mismo, y jamás retroceder a su palabra. Debía salvar a su amigo o la conciencia no lo dejaría vivir.

 

-Sasuke… -fue lo único que pudo murmurar antes de caer en un profundo sueño, en verdad estaba agotado.

 

Durante los siguientes tres días nadie supo de Naruto. No apareció en la academia, en Ichiraku, en la torre del hokage, ni siquiera estaba en su casa, Kakashi había ido para hablar con él pero no pudo encontrarlo en ninguna parte.

Mientras tanto en la torre de la aldea del fuego, en una sala muy bien custodiada se situaban en una mesa con forma semicircular: El señor feudal, Tsunade, Gaara, el Raikage, la Mizukage y el Tsuchikage; junto con algunos jounin de elite como Kakashi, Shikaku Nara, Inoichi Yamanaka, Ibiki Morino, entre otros.

En la sala había una celda de unos tres metros cuadrados cubierta por un escudo de chakra que solamente podía ser destruido desde el exterior. Dentro de la celda se encontraba nada más ni nada menos que Sasuke con los ojos vendados y esposas en sus muñecas y tobillos, inmovilizándolo casi por completo. Debían tomar todas las precauciones posibles. A pesar de su edad ese chico superaba en poder a prácticamente todos los presentes de la reunión.

La torre era custodiada por cazadores especiales ANBU de distintas aldeas y unos cuantos chunins.

 

-Damos inicio a la reunión en la que decidiremos el castigo del ninja renegado de la Aldea Escondida entre las Hojas, Sasuke Uchiha. –dijo Tsunade en un tono de voz bastante elevado captando la atención de todos –Acusado de traición, alianza con el enemigo, asesinato de Danzō Shimura y conspiración en un ataque que involucra la destrucción de Konoha.

Sasuke se encontraba bastante alejado de los miembros del comité pero aún así podía oír todo a la perfección.

 

-Pues en mi opinión habría que darle la pena mayor –expresó el Raikage –el pensar que este sujeto enfrentó a mi hermano quien a penas si pudo escapar me causa escalofríos, quien sabe de que pueda ser capaz.

 

-Admito que esta vez estoy de acuerdo con el Raikage -agregó el Tsuchikage –piénsenlo, si nos encargamos de una vez por todas de él finalmente acabará la pesadilla Uchiha.

 

-Hacer desaparecer tan premeditadamente un clan tan prestigioso como lo es el clan Uchiha no es una idea que me cause alegría –habló Shikaku –además su poder nos otorga poder militar a la aldea y aldeas aliadas.

 

 -Pero eso ocurre cuando esa persona coopera con la aldea, no cuando él mismo es rival en la guerra, en todo caso es un peligro –retomó el Tsuchikage.

 

-Pues yo creo que es un desperdicio dar por muerto a un joven tan apuesto y fuerte como él –expresó la Mizukage.

 

-¿En que se basan para decir todo esto? –interrogó pasivamente Gaara.

 

-¿En qué? ¿Acaso vives en una nube? –el Tsuchikage nuevamente –en hechos, en eso nos basamos. Este tipo casi nos mata a todos. ¿Quieres esperar a que lo haga? Bien. No cuentes con mi apoyo.

 

-¿No crees en las segundas oportunidades?

 

-Ay por favor, no me vengas con esas estupideces. ¿Crees que la gente cambia así como

así de un momento a otro?

 

-No, no lo creo. Pero si creo en lo cambios realizados gradualmente día a día con esfuerzo.

 

-Pero que optimista has resultado ser, Kazekage-kun. ¿En que te basas para decir eso?

 

-El ejemplo más cercano a él soy yo. De no ser por el jutsu de arena que me protegía, si del anterior Kazekage hubiera dependido yo estaría muerto. Había perdido la fe en las personas por una herida de la niñez y creía que mi propósito en la vida era matar. No fue sino hasta que hubo alguien que jamás se rindió y me enseñó que en la vida hay algo más además de guerra. Sasuke aun está a tiempo de remediar sus hechos.

El acusado permanecía inmóvil en la celda, y pudo saber inmediatamente a quien se estaba refiriendo Gaara.

 

-Y con ese “alguien” te estás refiriendo a…

-El tsuchikage no logró terminar la oración por el estruendo que hizo la puerta de metal que mantenía cerrada la habitación. El acero se retorció en espiral, quedando así hecha añicos esparcida en el piso.

 

-¡Naruto! –exclamó Tsunade; y Sasuke levantó a penas su rostro sin poder observar la escena.

 

Debí suponer que esto pasaría –fue el pensamiento interior de Kakashi.

 

-No lo permitiré –dijo el rubio a la vez que desaparecía un kage bunshin que había sido de ayuda para formar el rasengan, observó la celda en la que su amigo se encontraba inmovilizado y apretó los dientes –¡no permitiré que maten a Sasuke! –dijo ahora en un tono más desafiante.

 

-No estás en posición de objetar nada y lo sabes –expuso fríamente el Raikage.

 

-¡Sasuke no es un criminal! ¡Es solo alguien que creció en soledad a causa de las guerras!

 

-Digas lo que digas. No me importa si tiene un trauma, un problema psicológico o lo que sea. Es peligroso permitirle seguir vivo. Más aún conociendo su “problema” con la venganza.

 

-¡No es así! ¡Todos ustedes se atreven a juzgarlo sin siquiera situarse un momento en su lugar! –en ese momento Naruto observó a Gaara que lo observaba fijamente al igual que el resto y corrigió –bueno, al menos la mayoría de ustedes. ¡No pueden siquiera imaginar su dolor! Cuando la única razón por la que sigues con vida se derrumba como si nada en un instante. Y cada paso dado parece en vano, cometes un error tras otro, no puedes confiar en nadie. ¡No pueden entenderlo! –Se oía iracundo causando gran conmoción por la defensa a favor de Sasuke. Aunque no era sorpresa.

 

-A ver –siguió el Raikage –ya que tanto dices saber… ¿qué propones que hagamos? ¿Qué lo dejemos en libertad, rondando por ahí libremente y actuando como si nada hubiera pasado?

 

Naruto apretó sus puños y dientes y exclamó –¡Creo que al menos deberían tener algo de consideración con Itachi!

 

Todos se lo quedaron viendo atónitos. ¿Eso siquiera tenía relación con lo que estaban hablando?

 

-¡Itachi dio su vida por la aldea masacrando a su clan! –siguió- tuvo que soportar la muerte de sus padres, demás familiares y amigos, todas causadas por mano propia para evitar una guerra que tal vez de haberse desatado todos estaríamos muertos. ¿Ustedes pueden comprender tal sufrimiento? No lo creo. A todo esto ¿Cómo intentan agradecerle a Itachi por su sacrificio? Asesinando a su hermano. El único miembro del clan que no fue capaz de asesinar por el aprecio que le tenía. Renunció a todo por nosotros ¿Y como queremos pagarle? Arrebatándole lo más preciado que tenía en la vida.

 

Es suficiente, Naruto –eran los pensamientos de Sasuke.

 

-Los únicos asesinatos que Sasuke cometió fueron el de Deidara, un miembro de Akatsuki, osea que nos hizo un favor al eliminar a uno de esos fenómenos. Y el de Danzo, que creo que todos ya son concientes de la razón de eso. Pero todos lo acusan como si fuera el peor criminal de la historia.

Los kages se miraron entre sí, debían admitir que el chico algo de razón tenía.

 

-¡Si piensan asesinar a Sasuke tendrán que pasar sobre mí primero! –Naruto estaba comenzando a perder la cordura y dejándose llevar por sus emociones.

 

¿Acaso es idiota? Pensó Sasuke. No, se dijo luego a sí mismo. Él siempre había sido así desde que podía recordar.

 

-Naruto –Tsunade habló en medio del tenso silencio que se había creado en la sala –sabes que siendo reconocido como el héroe que salvó a la aldea, el título de Hokage te será otorgado algún día cuando yo ya no pueda cumplir con esa función, no puedes decidir morir de una manera tan vacía después de todo lo que has pasado para llegar tan lejos.

 

-Tsunade oba-chan –se oyó melancólico –yo jamás retrocederé a mi palabra. Y una vez dije que no sería digno de convertirme en Hokage si no era capaz siquiera de salvar a un amigo. La culpa no me dejaría vivir en paz. Tal vez solo si… supiera que hice todo lo que estaba a mi alcance. –apretó los puños con fuerza –¡por eso se los ruego!

 

-Creo que eres de los que mejor saben lo peligroso que puede resultar Sasuke. –El rubio se limitaba a mirar desafiantemente a la Hokage –¡bien! Ya que te niegas rotundamente a la pena de muerte, deberías proponer un castigo que te resulte justo de aplicar. Dependiendo de lo que digas lo consideraremos aplicable o no.

Naruto se quedó sorprendido y enmudecido observándola. Un castigo justo. Él no había pensado en eso.

 

-¡Oye! ¿Quién te dio permiso para andar decidiendo esas cuestiones por tu cuenta? –interrogó algo irritado el Tsuchikage.

 

-Me parece lo justo oír su propuesta, en todo caso puede ser descartada.

Gaara, la Mizukage y los Jounins allí reunidos murmuraban entre ellos.

 

Entiendo –se oyó decir a Shikaku, se puso de pie, carraspeó y habló en tono más elevado para que el resto lo oyera –Por mayoría hemos decidido apoyar la propuesta de Tsunade. De igual manera solo faltan sus objeciones… Raikage… Tsuchikage…

El Raikage era bastante obstinado, pero observó a Naruto sumamente determinado y luego de unos segundos accedió.

 

Solo faltaba el Tsuchikage, que penetrado por la mirada de los presentes terminó rindiéndose ante la mayoría –¡Tsk! Hagan lo que quieran –cruzándose de brazos.

 

-Bien –exclamó Tsunade dirigiendo su mirada a Naruto –te escuchamos, habla.

Naruto no supo como responder, todos observándolo esperando un veredicto temporal propuesto por él. Tragó saliva y dirigió su mirada hacia Sasuke quien se encontraba quieto y en silencio como lo había estado durante toda la reunión.

Sasuke no podía ver pero pudo presentir que el rubio lo observaba en ese momento, no se explicaba porque, pero en cierto modo lo incomodaba; de por sí ya era bastante molesto tener que ser defendido a muerte por él. Se sentía tan estúpido. Sobretodo por no merecerlo.

 

Mil pensamientos recorrían la mente de Naruto. La pena de muerte no era una opción. Tampoco lo era la libertad. ¿La cárcel? ¿La pena de tortura? ¿Trabajo comunitario? ¡Por favor en que pensaba! Nada de eso era la respuesta; ni él, ni Sasuke, ni los Kages estarían satisfechos al mismo tiempo con alguna de esas opciones. En ese momento una idea pasó por su cabeza. Sabía que se opondrían, pero no perdía nada con intentarlo.

 

-¡Libertad condicional! –expuso Naruto nervioso cerrando los ojos esperando represalias que no se hicieron esperar.

Sasuke se limitó a suspirar y permanecer callado. Quería acabar con esto lo más pronto posible pero Naruto solo lo prolongaba.

 

-¡Debes estar bromeando! –quejas del Tsuchikage –tal vez tú seas un ingenuo al que le gusta vivir en su mundo de fantasías y pensar que todas las personas son buenas, pero nosotros somos más realistas niño. No podemos fiarnos de lo que diga este sujeto porque en cuanto le diéramos la espalda podría clavarnos un puñal por confiar en él sin razón.

 

-¡Sería bajo vigilancia! No puedo asegurar que no intenté escapar en el futuro, pero si alguien se encarga de vigilarlo estará bien –Naruto seguiría con su defensa hasta el final.

 

-Y supongo que ahora vas a decirme que hay una persona suficientemente fuerte para detenerlo en el momento que sea, y lo suficientemente desquiciada para no despegarle los ojos de encima en ningún momento.

 

-¡Yo lo haría! –enfatizó el rubio bastante molesto por las acusaciones del Tsuchikage.

Todos se sorprendieron bastante por la determinación de Naruto. Era de esperarse ese tipo de acciones viniendo de él, pero simplemente los tomaba por sorpresa en cada oración. Sasuke fue uno de los sorprendidos. Definitivamente ese idiota había perdido la cabeza.

 

-¡Jah! Lo de desquiciado no me cuesta creerlo. Me han dicho que si dices algo, lo

cumples. Pero sobre tu fuerza me quedan mis dudas.

 

-¿A que se refiere? –ya estaba olvidando la última vez que había estado tan preocupado iracundamente.

 

-En algún momento tendrás que dormir y sería una oportunidad perfecta de su parte para asesinarte.

Naruto gruñó. El viejo tenía razón, pero él no retrocedería.

 

-¿Crees que eso me asusta? Piénselo dos veces. Además tengo entendido que existen técnicas de sellado de Jutsus. Si son capaces de dejarlo vulnerable, no tendrían necesidad de matarlo.

 

Allí fue mi último rastro de orgullo –se dijo a sí mismo Sasuke. No sólo estaba permitiendo que ese dobe hablara por él como una especie de abogado, sino que tomaba decisiones por él. ¿Quién se creía que era?

Sin embargo con esa última objeción de Naruto, varios Jounins se acercaron entre sí, la idea no les parecía del todo mal. Eran shinobis de Elite y habían sellado Jutsus y habilidades especiales de ninjas enemigos y peligrosos en el pasado de manera exitosa.

El Tsuchikage francamente se hartó de la discusión.

 

-¡Bah! No tiene ningún sentido discutir contigo, todo lo que se te dice te entra por un oído y te sale por el otro.

Todos los presentes se miraron entre sí dubitativos. Más aún que en el comienzo de la reunión.

 

-Creo que esto se nos ha ido un poco de las manos –dijo tranquilamente Kakashi poniéndose de pie –propongo que Sasuke y Naruto aguarden en una habitación diferente mientras nosotros nos encargamos de coincidir en una decisión final.

Ambos shinobis no pudieron negarse. En realidad Sasuke jamás había presentado oposición, pero en cuanto al rubio que tanto había luchado tuvo que desistir finalmente y ceder. Ya no había nada que hacer.

Sasuke fue sacado de la celda aún vendado y esposado y fue llevado junto con Naruto a una habitación alejada de la torre con un cazador especial ANBU de guía.

Fueron puestos bajo llave y el ANBU vigilaba fuera de la habitación.

 

-Eres un verdadero idiota –se oyó decir a Sasuke.

Naruto quien estaba dándole la espalda, apretó los puños y volteó con rabia.

 

-¡El único idiota aquí eres tú maldita sea!

El Uchiha no podía verlo, pero a juzgar por su tono de voz supuso que los ojos del rubio estarían llenos de ira.

 

-¡Si quieres morir adelante! ¡Pero será cuando yo no pueda hacer algo para protegerte! ¡No voy a permitir que sean ellos quienes te maten!

 

-¡Tú no eres nadie para decidir que hacer con mi vida!

 

En ese momento Sasuke sintió un fuerte puñetazo en su rostro que lo derribó, haciéndolo caer al suelo, perplejo.

 

-¡Si no fuera por mí tal vez ni siquiera estarías vivo en este momento! –lágrimas de bronca estaban asomando en los ojos de Naruto, pero éste las contuvo.

 

-¡Pues tal vez hubiera sido mejor morir que tener que soportarte! –respondió iracundo.

 

-¡¡Eres un maldito teme!!

 

Estaba a punto de  golpearlo con todas sus fuerzas, pero el Ninja que vigilaba fuera golpeó la puerta y entró de repente.

 

-¡¿Qué demonios es todo este escándalo?! –interrogó viéndolos a ambos –Naruto ¿estás bien?

 

-Tsk… -fue toda la respuesta que dio y se fue al otro lado de la habitación mientras Sasuke se ponía de pie.

 

-¡Ya compórtense! O llamaré a los guardias –dijo mientras se retiraba.

 

Pasaron unos 20 minutos totalmente en silencio. Tal vez uno de los más incómodos de sus vidas. Fueron unos momentos pero se hicieron eternos. Mil pensamientos recorrían la mente de ambos.

 

Se abrió la puerta.

 

-¡Ustedes dos! Vengan conmigo.

 

No tuvieron más opción que seguir al anbu

Naruto seguía un poco molesto y herido por las palabras de Sasuke; pero lo último que deseaba era verlo morir. Apretó los puños y dientes con fuerza. Los nervios lo carcomían por dentro.

 

Llegaron al salón principal. Los Kages estaban en sus respectivos asientos.

El rubio los miró desafiante, reacción totalmente esperable proviniendo de él.

 

-Bien niño –dijo en una pequeña rabieta el Tsuchikage –parece que has ganado.

El aludido abrió enormemente los ojos y el Uchiha entreabrió la boca sin emitir sonido.

 

-Se le concederá el derecho a la vida al Ninja renegado Sasuke del clan Uchiha. Con ciertas condiciones. En primer lugar, será despojado de todo tipo de jutsu y técnicas shinobi. En segundo lugar, se le asignará una custodia permanente, obviamente tu serás el que se encargará de eso. En tercer y último lugar, si Sasuke intentara, por los medios que sea, escapar, traicionar a Konoha, atacar a alguien de la aldea, o alguna otra injuria, no se tendrá piedad con él. Te ha quedado claro eso ¿Verdad? Última oportunidad. Ni creas que tus ruegos volverán a funcionar frente a lo indefendible. Es todo. ¿Tienes alguna objeción?  

 

Naruto tragó saliva. Si Sasuke hacía una estupidez más sería el fin. Pero lo único que podía hacer era confiar en él.

 

-Acepto las condiciones –exclamó con determinación fulminando a los presentes con la mirada.

 

-Bien. Hasta que dijiste algo coherente. –espetó soberbio el Tsuchikage. -Mañana, diez AM. El sellado se llevará a cabo. Despídete de tus habilidades Ninja, jamás volverás a usarlas –mirando a Sasuke, claro que este no podía observarlo.

 

-Sasuke permanecerá en la celda hasta mañana hasta que sea la hora. Hasta entonces no se permite ningún tipo de comunicación con él. –determinó Tsunade.

 

-¡Pero… –intentó objetar pero no fue inútil.

 

-¡Ya has dicho suficiente! Vuelve a la aldea inmediatamente.

Naruto no pudo oponerse, de mala gana pegó media vuelta y comenzó a marcharse.

Mientras lo hacía pudo ver como su amigo era una vez más encarcelado en esa celda, y cuando tuvo que pasar junto a ella y pudo oír como era maldecido por lo bajo.

 

-Eres detestable… pisoteaste mi orgullo… espero que estés satisfecho…

El rubio se limitó a bajar la mirada y marchar. Sabía que sus acciones lo enfadarían, pero estaba preparado para afrontar las consecuencias.

 

Naruto pasó la mayor parte de ese día tirado boca abajo en su cama. No podía pensar en nada que no fuera su mejor amigo. Había logrado salvar su vida, pero aún así no podía evitar sentir temor de dejarlo al cuidado de los kages. Gruñó y hundió su rostro en la suave almohada. Necesitaba descansar un poco. Solo debía esperar hasta el otro día. ¿Qué pasaría entonces? ¿Qué tal si el sellado no se llevaba a cabo como debía y lastimaba a Sasuke? ¿O si no surtía efecto y el Uchiha atacaba a los presentes? Mil probabilidades cruzaban por su mente, tanto que le estaba comenzando a doler su cabeza. Estaba muy agotado, asíque se dispuso a dormir, era la mejor manera de hacer que el tiempo pasara volando.

 

Fue una noche horrible. Puras pesadillas se adueñaban del sueño del rubio. Cosas horribles, desde ver a su amigo herido y odiándolo, hasta sangre derramada por todas partes, pánico y muerte. Pasaron las horas hasta que finalmente entreabrió los ojos, siendo interceptado por los claros rayos del amanecer que se colaban por su ventana. 7 AM. Aun era temprano. Pero los nervios no le permitirían volver a dormir. Se fregó los ojos para espabilarse. Aún contaba con ojeras de mal dormir acarreado desde hacía días. A penas si desayunó, tenía un nudo en el estómago. Y se dirigió hacia el lugar preestablecido. Caminaba estático. Su carácter era pensar siempre en positivo, creer fervientemente en que todo saldría bien, pero por alguna razón no podía dejar de preocuparse.

 

Cuando finalmente estuvo en el lugar buscó a sus conocidos. Fue a dar con Kakashi-sensei.

 

-¡Kakashi-sensei! –exclamó el rubio.

 

-Oh, Naruto –saludó se manera pacífica el jounin ¿Acaso ese hombre carecía de nervios en su sistema? -¿Cómo estás?

 

-¡¿Cómo cree que estoy?! –enfatizó el genin –es obvio que estoy preocupado –admitió cabizbajo.

 

Kakashi notó esto enseguida y trató de darle ánimos. Apoyando su mano sobre la cabeza rubia del chico y diciendo tranquilamente:

 

-Cálmate ¿Quieres? –sonrió- todo estará bien.

 

-¿Cómo lo sabe? ¡No hay garantía de nada! Cualquiera sea el resultado… no será fácil –dijo entre dientes – Además, ¡no confío en los kages! Bueno… no en todos –se corrigió – y que hay con ese “escuadrón de sellado de jutsu” –esto último es todo burlón –ni siquiera se quienes son –se cruzó de brazos, estaba quejándose, pero al hablar con su jounin parecía más bien estar haciendo berrinche que preocupándose.

 

Jamás cambiará –pensó Kakashi sonriendo.

 

-Escucha Naruto, tranquilízate. El escuadrón de sellado es integrado por cazadores especiales ANBU, yo soy uno de ellos. Si la cosa se pone fea pues… intervendré de inmediato. ¿Confías en mí verdad?

 

El jounin estaba sonriendo, y a pesar de tener una gran responsabilidad a continuación, hablaba como sí nada ocurriera. El chico comprendió que estaba haciendo todo lo posible por animarle y se sintió un tanto estúpido.

 

Naruto asintió levemente. Seguidamente esbozó una gran sonrisa, radiante como solo las suyas podían ser. Kakashi se sorprendió.

 

-Si Kakashi-sensei se encarga de esto no hay nada que temer –dijo el muchacho entusiasmado.

 

El jounin sonrió una vez más y asintió. –Ven, ya casi es hora. Debo prepararme.

 

Naruto cambió su sonrisa por un gesto serio y de rudeza mientras seguía a su sensei por los pasillos de aquel edificio.

 

Llegaron hacia una habitación enorme y herméticamente protegida. Nadie podría salir o entrar allí sin la debida autorización. Al atravesar la puerta el rubio divisó a los kages, a algunos jounins de alto prestigio en la aldea, y a unos cinco cazadores ANBU, seis incluyendo a Kakashi. Estos se reunieron a platicar un par de cosas, en determinado momento asintieron al mismo tiempo y recorrieron la habitación posicionándose en un perfecto círculo bastante amplio. El ambiente era bastante tenso, podía respirarse en el aire.

 

Permanecieron quietos unos minutos, hasta que dieron las diez en punto. De pronto la puerta fue abierta bruscamente. Pudo verse como Sasuke era escoltado con dos ANBUS bien armados a su lado. Llevaba los ojos cubiertos con una venda negra y esposas en sus muñecas y tobillos, impidiéndole resistencia alguna.

 

Fue arrastrado hacia el centro de ese círculo conformando de ANBUS, al que se le sumaron los dos que tenía como vigilancia, sumando un total de ocho cazadores especiales. Antes de tomar posición en la ronda, uno de ellos desató la venda que cubría la fría mirada del Uchiha.

 

Al ser retirada esa tela de sus ojos el pelinegro pudo divisar a todos y cada uno de los presentes. Pero solo fijó la mirada en uno. Naruto. Lo penetró con la mirada fría y cargada de rabia. El rubio tragó saliva, hacía tiempo no era visto de tan mala manera.

 

-Bien –exclamó el Tsuchikage –cuando quieran.

 

Tsunade asintió y dio la orden.

 

Los ocho ANBU tomaron un sello de papel en sus manos y lo arrojaron haciendo que este se pegara al cuerpo de Sasuke. Seguidamente realizaron gran cantidad de posiciones de manos y con su palma derecha golpearon el suelo al mismo tiempo. Una cantidad enorme de chakra se formó al instante en un remolino que no excedía el límite circular establecido por los jounins, creando un remolino intenso de poder y rodeando al Uchiha por completo.

 

-¡Ahora! –exclamó Kakashi. Los demás gritaron en señal de haber recibido la orden.

 

El remolino comenzó a hacerse más pequeño pero denso envolviendo a Sasuke. Este sintió que era aplastado por semejante poder y lanzó un alarido. Al parecer estaba resultando. Sus ropas estaban siendo arañadas. Los grilletes que lo retenían no resistieron y colapsaron cayendo destruidos hacia el piso. El Uchiha apretaba dientes y puños pero era demasiado hasta para él. Un último y ensordecedor grito se hizo presente a la vez que el remolino creado se fundía en su cuerpo y junto a él desaparecían los sellos de papel.

 

La nube de polvo creada por el mismo movimiento de chakra comenzó a esparcirse. Los Anbus relajaron músculos, este tipo de sellados eran altamente complicados y consumían mucha energía, pero si había dado resultado habría valido la pena. Todos  los presentes quedaron en posición de alerta, debían ser precavidos. Naruto, claro, más preocupado que atemorizado, trató de divisar a su amigo lo más pronto posible. Por fin pudo, todos pudieron ver a un Sasuke con su cabeza inclinada hacia atrás, con las manos a los costados del cuerpo como si estos pesaran al igual que el plomo y con mirada ausente y apagada.

 

A la vista de todos, Sasuke no soportó el peso ni de si mismo y se desplomó cayendo en sus rodillas. Con una mano sostuvo su cabeza adolorida y con la otra se sostuvo en el duro y frío piso.

 

-¡Sasuke! –exclamó el rubio. Quiso ir a donde él se encontraba pero un brazo se cruzó enfrente de él impidiéndole el paso. Era Gaara. –Oye, ¿De que lado estás?¿Por qué no puedo…  

 

-¡Aún no! fue interrumpido por Tsunade, a quien Naruto observó bastante molesto. –debemos asegurarnos de que no representa un peligro.

 

-¡AHH por favor! ¡¿Qué más quieren?! ¿Le cortarán brazos y piernas? ¡¡Si ya no tiene sus jutsus es imposible que sea peligroso!! –estaba perdiendo el control, bueno, más de lo acostumbrado.

 

-Solo para asegurar que el sellado haya sido exitoso –dijo la Mizukage sonriendo –no te enfades, ya queda poco de la tortura a tu amigo.

 

Naruto la vio y trató de tranquilizarse, nunca confió al cien por ciento en esa mujer. Pero ¿Qué otra opción tenía? Tuvo que hacerse a un lado de la habitación al observar que todos hacían precisamente eso.

 

-¿Qué ocurre? –interrogó a su sensei, quien se veía bastante agotado.

 

-Será… -tosió un poco –una batalla de prueba.

 

-¿Batalla? ¿Con quién? ¡Como si estuviera en condiciones de pelear! –toda esta situación en verdad lo alteraba.

 

El silencio se hizo presente en la sala. Todos concentraron su mirada atentamente a Sasuke, y seguidamente a la puerta que se abrió lentamente dejando divisar una silueta que la atravesaba. Esa persona comenzó a caminar firmemente y en línea recta hacia el Uchiha; hasta posicionarse a unos siete metros de distancia de él.

 

-¡¡Deben estar bromeando!! –grito enfadado el rubio jalando con ira la manga del traje jounin de Kakashi-sensei -¿¿Neji??

 

El superior hizo caso omiso a las quejas de su alumno. Estaba demasiado concentrado a lo consiguiente, al igual que los demás.

 

Sasuke aun seguía con jaqueca y débil. Retiró su mano lentamente de su cabeza para observar a su adversario. No lo comprendía. Pero debía haber una buena razón para que lo escogieran a él. Se puso de pie con mucho esfuerzo, no podría hacer demasiado en esas condiciones.

 

Escucha Sasuke –Neji comenzó a hablar seria y decididamente –debes estar preguntándote porque yo; y aún si ese no es el caso te lo explicaré de todos modos. –Más que para el Uchiha, era para Naruto la explicación, el chico del clan Hyuuga no era ningún estúpido, supuso el desinterés de Sasuke y la ignorancia del rubio –No tengo nada personal contra ti, es más, esto me fue asignado como un deber debido a que soy Jounin. Fui elegido por mi habilidad de batalla, podré ponerte a prueba y en caso de que tu técnicas no hayan sido selladas soy una de las pocas personas que pueden obstruir tus puntos vitales de chakra impidiéndote usar tus jutsus. En cuanto a tu Sharingan no podrías atraparme en un genjutsu ya que mi Byakugan lo detectaría sin problema. Y ya que tu y yo no tenemos lazos que nos unan no tendría piedad en caso de tener que asesinarte.

 

Sasuke lo miró con furia. No estaba molesto con el soberbio oponente. Sino con toda la situación en general.

 

Tsunade se hizo oír a lo largo del cuarto diciendo que a la cuenta de tres daría inicio el encuentro. Naruto apretaba los puños con ira, todo esto le parecía estúpidamente injusto e innecesario.

 

-¡Uno! –Neji se posicionó para atacar, el Uchiha más bien hizo una pose defensiva –¡Dos! … ¡Tres!

 

Neji corrió velozmente atacando a Sasuke con un puñetazo directamente a su rostro, pero este se cubrió a tiempo con su mano. Entonces el chico Hyuuga utilizó su pie para darle una patada cargada de chakra en su estómago. Los reflejos del pelinegro no estaban en condiciones y no pudo adelantarse a ese movimiento. Salió despedido hasta colapsar con uno de los muros. Le había dolido bastante, ese maldito iba en serio.

 

-Sasuke –dijo preocupado Naruto –él no podrá defenderse, y menos de Neji…

 

El Uchiha se reincorporó y trató de sacar fuerzas de donde no tenía. Debía contraatacar o sería su fin. Se acercó velozmente a su oponente y comenzó una serie de patadas y puñetazos. Un excelente taijutsu seguía permaneciendo en él. Pero gracias a la rotación de chakra de 360º que Neji formaba alrededor de su cuerpo, le era imposible siquiera tocarlo. Ya agotado cesó de los ataques. Pero no pudo ni respirar cuando Neji oprimió un punto en su cuerpo que lo debilitó notablemente.

 

-Juken, técnica blanca –Neji permanecía en posición de ataque.

 

--Rrg –Sasuke emitió un pequeño quejido de dolor y sostuvo con fuerza el punto donde había sido golpeado, cerca de su estómago, pero más a su derecha, tal vez… su hígado. Pero no había sido un golpe brusco, ¿Por qué le dolía tanto?

 

-Mi técnica es inofensiva a simple vista. Sin embargo, mi chakra es liberado al golpear con la palma de las manos, introduciéndolo en el sistema de chakra del enemigo y causándole graves daños internos a los órganos. Nadie, ni siquiera un Uchiha, puede entrenar la resistencia de sus órganos internos a los ataques.

 

Eso lo explicaba todo. Naruto pudo recordar que él intentó usar esa técnica contra Hinata en los exámenes chunin, pero fue detenido por los jounins ya que si no lo hacían podría haber sido… ¡¿Letal?! El rubio tragó saliva de manera seca. Como si fueran poco sus nervios hasta el momento, esto solo lo empeoraba.

 

Neji continuó atacando sin piedad a Sasuke. Este hacía todo lo posible por bloquear y responder a sus ataques. Pero era inútil, llevaba demasiada desventaja y de un momento a otro un par de palmas de Neji se colaron a su guardia ocasionándole graves problemas. Sus órganos, podía sentirlos dañados. Era un dolor insoportable.

 

-No te queda mucho tiempo Uchiha. Dos palmas más y serás hombre muerto.

 

¿Y así tan tranquilo lo decía? Naruto estaba que estallaba en ira.

 

-Jum, piensa rápido -soltó Neji antes de posicionarse detrás de Sasuke en un veloz movimiento casi imperceptible a la vista. Seguidamente golpeó con su palma cubierta de chakra la espalda del moreno. Este soltó una bocanada de aire ahogado y comenzó a toser sangre repetidamente que ensuciaba su mano con la que cubría su boca al hacerlo. Sus pulmones habían sido dañados. Cayó de rodillas al suelo incapaz de dejar de toser. Sin siquiera notarlo Neji estaba frente a él una vez más. Tratando de normalizar su respiración, se puso de pie como pudo. Aun respiraba agitado.

 

-Si vas a detenerme te sugiero que lo hagas ahora –se oía fieramente decidido a dar el golpe final.

 

-Vete… al infierno –dijo dificultosamente el Uchiha, ¿Contraatacar? No sabía ni como era capaz de sostenerse aún en pie.

 

-Tsk, como gustes –Neji se dispuso a dar el último golpe corriendo hacia él con su palma a la altura del corazón de Sasuke.

 

El Uchiha ojeó a Naruto a penas una milésima de segundo y cerró los ojos esperando el golpe final.

 

El rubio lanzó un estruendoso grito en el que pronunciaba su nombre desesperadamente.

 

Y luego…

Notas finales:

Ayy olvidé seguir escribiendo! :O na es broma :3 lo continuaré en cuanto pueda n///n cuando los exámenes me lo permitan >.> arigato a quien lea esto x3


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