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Desde La Lesión por AkikoYaoi

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4.- Reencuentro con el pasado


 


Habían perdido el partido que jugaban, pero era casi esperable. Todos estaban preocupados por la salud del torpe y alborotador pelirrojo, aún no habían tenido tiempo de visitarlo ese día. Irían por la tarde.


Además estaba el hecho de que les faltaba en la duela un jugador clave y que los otros 4 titulares estaban agotados por el partido del día anterior.


 


˜*˜


 


Era medio día y Kaede Rukawa descansaba en la posada donde se hospedaban. Pensaba en lo que había ocurrido la tarde del día anterior.


 


Flash back


Un joven pelinegro, de piel pálida y ojos azules esperaba en un café cerca de la playa donde antes había estado meditando. Muchachitas suspiraban embobadas al verlo mirando el horizonte con el pelo agitado por el viento y la mono sosteniendo el mentón. Era claro que estaba sumergido en sus pensamientos, por tanto ni se enteró de las molestas chicas que lo miraban.


Hacia unos minutos su padre lo había llamado para preguntarle donde estaba y él le había dado la dirección del café. Ahora solo debía esperar que llegara.


Se veía imperturbable, pero estaba ansioso por el reencuentro que se aproximaba -todo sea por el Torpe- se dijo mentalmente.


Psicológicamente se preparaba para la petición que estaba seguro le haría su padre: conocerse. Bufó frustrado -tengo que hacerlo-.


-Hola -un hombre pelinegro de aproximadamente 2 metros altura y sincera mirada castaña se sentó con esta escueta frase.


El Zorro lo miró y asintió.


Yuki Rukawa no había cambiado mucho desde la última vez que lo vio. Aunque se aventuraba a decir que su mirada era más transparente, tal vez reflejaba un poco menos de dolor y un poco más de esperanza. Rukawa esperaba que no fuera producto de este encuentro.


-¿Qué puedo hacer por ti? -Yuki de nuevo, preciso al hablar.


A Rukawa le pareció ver una mueca de dolor al pronunciar esa frase. Y no pudo evitar preguntarse -sabe que lo llamé porque necesito un favor y no porque me interese su presencia ¿cómo puede mostrarse tan tranquilo y dispuesto?- parpadeó un par de veces confuso y luego se obligó a volver al presente. Se dijo que no le interesaba este hombre más que para ayudar al Torpe. Y con esa idea le habló.


-Juego basquetbol -vio como Yuki asentía, era obvio que lo sabía-. Un compañero de equipo se lesionó la espalda ayer, necesita estar alrededor de 6 meses en rehabilitación y aún así no se le asegura que pueda volver a jugar -lo miró a los ojos para ver si seguía su historia, decidió continuar-. Sus padres murieron y no tiene el dinero para pagar la clínica -suspiró, esta era la parte difícil-. Eso es lo que necesito.


Yuki lo miró. Vio determinación en su mirada. Ese chico debía ser alguien muy especial para su hijo, pero prefirió no decir nada, tenía claro que no tenía derecho a interferir en su vida después de todo este tiempo. Entendía perfectamente lo difícil que era para su hijo hacerle esta petición. Sacó su teléfono celular para hacer una llamada.


-Tamae. Necesito que contactes con la mejor clínica del país en cuanto a lesiones deportivas. Diles que un muchacho necesitará rehabilitación por 6 meses. Ya sabes cómo me gustan las cosas -cortó sin más y miró a su hijo.


-Gracias -Kaede no fue capaz de mirarlo a los ojos, había sido todo demasiado simple y comenzaba a inquietarse, no sabía en qué momento le pediría algo a cambio de lo que acababa de hacer.


Yuki notaba como su hijo evitaba el mirarlo a los ojos y decidió darle un empujoncito y hacerle las cosas más fáciles -aunque sea por una vez en la vida- se dijo con pesar.


-¿Necesitas que te lleve a algún lugar? -Yuki lo dijo haciendo intención de levantarse.


-¿Cómo? -Rukawa no pudo evitar sorprenderse- ¿Eso es todo? ¿No vas a pedirme algo a cambio?


Yuki no pudo menos que mirarlo sorprendido -¿por tan poco me tiene mi hijo?- volvió a tomar asiento. Cerró los ojos un segundo para encontrar las palabras exactas.


-Kaede -no podía llamarlo hijo en voz alta, sentía que no tenía derecho-. Las cosas no son cómo tú crees que son -respiró-. Sé que no quieres saber la historia y no te voy a forzar a escucharla -vio que su hijo lo miraba atento-. Intenté por años obligarte a aceptar mis regalos, mi dinero, mis cartas como un primer paso para que me perdonaras, pero me di cuenta de lo equivocado que estaba -suspiró, nunca pensó decirle esto a su hijo, pero debía hablarle con la verdad-. Si alguna vez quieres algo de mí, lo que sea, lo vas a tener... voy a estar siempre para ti, no te volveré a fallar, pero no te obligaré a nada.


Se formó un tenso silencio. Rukawa bajó la vista con la excusa de beber de su café y así tener unos segundos para meditar lo que le había dicho su padre -me está liberando, le pedí dinero y aún así no va a pedirme nada a cambio... nada que yo no quiera-suspiró.


Lo que Yuki había dicho había despertado su curiosidad. Hasta hace unos minutos solo quería obtener de su padre lo necesario para la rehabilitación del Torpe, ahora quería algo más.


-Quiero... quiero algo más -Rukawa levantó la vista, su padre le incitaba a continuar con la mirada-. Quiero saber la verdad... desde el comienzo... por favor.


Yuki le sonrió. Y Kaede no pudo evitar pensar que era una linda sonrisa. Se sacó esa idea de la cabeza para escuchar la historia que su padre comenzaba a contar.


-Hace 17 años me casé con tu madre. No la amaba y ella no me amaba, era un matrimonio arreglado por nuestros padres. Con el tiempo le tomé un gran cariño, siempre la consideré una buena amiga, quizás la mejor. Pero ella se enamoró de mí. Un año después de casarnos naciste tú. Te adoraba, eras mi pequeño. Un año después conocí a una mujer, era la mejor amiga de tu madre, no se lo dijimos para no alterarla. Decidí que tenía que separarme de tu madre y así lo hicimos, no hubo problemas hasta que se enteró que me casaba con su mejor amiga, me detestó más que nada por mentirle -Yuki suspiró.


-Mi madre nunca te prohibiría verme -Kaede hizo esta afirmación un tanto alterado.


-Por supuesto que no lo hizo. Pero yo decidí darle un tiempo para que olvidara y me perdonara el haberle mentido. Luego de 3 meses me enteré que mi mujer estaba embarazada, era un embarazo de alto riesgo y tenía que estar constantemente con ella y evitar que pasara malos ratos, así aplacé mi visita a ti y tu madre para luego del parto.


-Pero nunca llegaste -quiso decirlo de manera despreocupada, pero sonó a reproche.


-Lo sé. Ella comenzó a sufrir depresión postparto y durante un año tuve que estar vigilándolos. Ella no era capaz de cuidar al bebé y tampoco era capaz de cuidarse a ella, no aceptaba a nadie más en la casa que no fuera yo. Cuando se mejoró le di un tiempo para que todo volviera a la normalidad. Ya habían pasado 2 años y medio desde que me separara de tu madre y cuando le comenté la idea de ir a visitarte ella me dijo que si yo volvía a verte a ti o a tu madre lo pagarían mis dos hijos. Ella es una mujer de buena familia y tenía los medios para saber de mis movimientos.


-Por eso me echaste de esa manera de tu casa cuando tenía 6 años -la de Kaede fue una afirmación.


-Lo recuerdas -dijo Yuki angustiado, no contaba con eso-. Solo intentaba protegerlos.


-¿Qué cambió cuando tenía 14 años?


-Un accidente automovilístico -su mirada se volvió sombría.


Kaede notó el cambio en su padre. Su tono de voz bajo levemente, sus ojos se vieron acuosos por un segundo y la taza de café que sostenía en sus manos sufrió un ligero apretón. El tema era claramente uno que lo alteraba. Decidió no decir nada, si su padre quería que supiera la verdad continuaría con el relato, así fue.


-Mi esposa era la que manejaba y en el asiento del copiloto iba mi hijo. Ninguno de los dos llevaba cinturón de seguridad. A ella se le hicieron diversas pruebas para comprobar la causa del accidente, fue internada en una clínica mental luego de que se comprobara que lo que parecía un accidente, en realidad era un intento de suicidio de mi esposa... que de paso intentaba acabar con la vida de mi hijo. Lamentablemente para mi, solo consiguió esto último... él falleció en el lugar del accidente -inspiró profundamente, cada vez que pensaba en eso sentía un nudo en la garganta.


Rukawa estaba teniendo problemas para mantenerse inmutable. Nunca pensó que las cosas fueran así. Su padre no le mentía, podía verlo en su mirada.


-En ese momento decidí que quería recuperarte, no lo había hecho antes porque mi esposa me había amenazado, pero ahora ya no podría hacer nada, quería recuperar el tiempo perdido, pero no contaba con tu rechazo...


Se formo un leve silencio. Pero el ambiente lejos de sentirse tenso e incomodo se percibió lleno de sentimientos de comprensión. Luego de tanto tiempo de haber empezado con su idea de volver a ver a su hijo, Yuki entendía el que Kaede no quisiera verlo y el por qué. Kaede también estaba empezando a entender que su padre no lo hubiera buscado antes, tal vez él en su lugar hubiera hecho algo, pero entendía que dos personas no se tomaban una misma situación de igual manera.


-Intenté por todos los medios ganarme una parte de ti -Yuki continuó-. Luego me di cuenta que parecía querer comprarte con los regalos y esas cosas. Solo quería tu felicidad así que decidí que si ella estaba lejos de mí, pues lo aceptaba, pero si algún día necesitabas algo de mí, lo tendrías.


Yuki bebió un sorbo de café bajando la vista y dando por finalizada la historia. Rukawa solo intentaba procesar todo lo que había escuchado.


-Yo... lo siento -dijo Rukawa-. No lo sabía.


-No es tu culpa, de hecho te entiendo -Yuki, aunque amargamente, sonrió para tranquilizarlo-. Quizás algún día puedas perdonarme.


-Quizás... -suspiró, tal vez se estaba condenando, pero sentía que debía decirlo- por ahora solo necesito tiempo.


--Es más de lo que podía pedir.


Luego de terminar el café, se subieron al auto de Yuki. Kaede se bajó en la entrada de la posada.


-Mañana estará todo listo para tu amigo, no te preocupes -con estas palabras y una última sonrisa Yuki partió rumbo al Hospital.


Fin del Flash back


 


Luego de recordar todo esto, Kaede se dio una vuelta en el futón. Debía descansar. Y con esa idea se quedó dormido.

Notas finales:

Gracias por los Review que han dejado, por favor sigan haciéndolo. Para nada me molesta leerlos, todo lo contrario, me agrada y me motiva a seguir.


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