Pvo Yoochun:
Era una mañana como otra cualquiera. Yo, Park Yoochun, como siempre, me desperté gracias a uno de mis criados.
-Señorito Park, es hora de ir al instituto- Me dijo mi maldito criado, mientras yo aun con los ojos cerrados pensaba “maldito bastardo”.
Deseaba seguir durmiendo. Y encima, lo peor era que tenía que ingresar en un nuevo colegio, bueno lo que me alegraba era que vería a muchas chicas. Y como siempre, todas me amarían a mí.
Con una sonrisa traviesa me levanté, me di una ducha y me vestí con el uniforme, que para mi gusto me hacía un cuerpo bastante apetecible. Seguidamente baje las escaleras y pasé al gran comedor donde mi criado ya me tenía el desayuno preparado como es debido. Asi que sin más dilación empecé a comer pensando en que cosas interesante me pasarían aquel día de primavera.
Pvo Junsu:
Otro día más en la vida de Kim Junsu, la verdad, era siempre igual. Me levanté corriendo, se me había hecho tarde.
"¡La hora!" Grite en mi interior mientras, salía corriendo de la cama lo más rápido que pude para ducharme y arreglarme, aunque no le daba mucha importancia a mi aspecto.
En 15 minutos ya estaba duchado y con el uniforme puesto. Al bajar las escaleras corriendo me encontré con que no había ya nadie en casa, ni mi hermano ni mis padres estaban en ella.
-Va no importa, total tampoco es que les necesite- Hable para mi mismo mientras entraba en la cocina para encontrar algo de desayunar, o si no cuando volviera mi madre me regañaría.
Tomé lo primero que encontré en el frigorífico, una manzana, y salí corriendo rumbo a las clases.
Pvo Yoochun:
Después de un gran desayuno, ordene a mi sirviente que cogiera mis libros y preparara mi coche. Era el primer día y no quería llegar tarde. Y menos hacer esperar a mis chicas.
En menos de 5 minutos llegue a aquel colegio tan cutre, con cara de asco me baje de mi Ferrari y me dispuse a entrar en aquel edificio, el cual mi padre había comprado
-Papa, cada vez te superas más- susurre para mí solo, mientras empezaba a entrar en aquel cutre edificio, viendo como todos se hacían a un lado a mi paso y que era el centro de todas las miradas “es que soy realmente atractivo” pensé para mí mismo riendo internamente.
-¡¡Tu!! -señale a un chico que vi- Coge mis libros y colócalos en mi mesa.. ¡¡Ya!!- Le grite al final y él sin dudarlo, y algo muerto de miedo, hizo lo que le mandé. Me encantaba que todos estuviesen ante mis pies.
Pvo Junsu:
Corrí todo lo rápido que pude, había quedado con Jae Umma en la puerta de nuestra clase y ya iba tarde
-Umma me matara!!- Iba gritando como un histerico por la calle, haciendo que todo el mundo se girase a verme, pero me daba igual yo soy feliz con mi personalidad. -¿Se le pasara si le llevo pastelitos como pasa cuando llego tarde a una cita con Changmin?- Seguí pensando en voz alta hasta llegar a la puerta del instituto.
"Por fin" pensé mientras subía las escaleras, corriendo, rumbo a mi clase.
-Que raro, ¿por qué la gente está en los laterales del pasillo?- Me quede un poco extrañado mirando a toda la gente- Bueno, da igual así llegaré antes a clase.
Seguí corriendo y pensando en que escusa ponerle a Jae Umma cuando sentí que me chocaba con alguien
-Lo siento- dije mientras hice una pequeña reverencia y volví a correr "¿Quién sería? No me fije" Pensé mientras llegaba al pasillo de mi clase “Puff.. ya estoy cerca, menos mal”
Pvo Yoochun:
Sintiéndome el rey del lugar mirando a todos mientras caminaba por el centro del pasillo saludando a mis nuevos "amigos" hasta que de pronto sentí un golpe en mi hombro.
“¿Quién osaba darme?” Pensé, mientras muy serio le mire. “¡Es un puto crio corriendo!” Pensé, mientras unas inmensas ganas de gritarle se acumulaban en mi cuerpo “¿no tenía mejor cosa que hacer?” Pero un pensamiento paso por mi mente “¡Decidido! desde este día será mi peor enemigo, le convertiría en el hazme reír de todos” lo tenía demasiado claro.
Después de ese lapsus sonreí a mi hermano Yunho, que por casualidad llego antes.
-¡¡Ey tio!!- le salude y junto a él entramos los dos en la clase, sin darme cuenta que en ella estaba el crio insolente que me había dado en el pasillo.
-Hola Yoochun, siéntate conmigo por favor- escuche una melodiosa voz y gire mi rostro a una preciosidad de chica que me invitaba a sentarme, pero no, le guiñe un ojo y susurre:
- Esto no es un colegio de magia, no concede tus deseos. Nunca me sentare contigo, solo admírame desde lejos, ¿sí?- sonreí de lado y seguí mi paseo hasta mi pupitre, justo detrás del de mi hermano Yunho, donde me senté a la espera del maestro
Pvo Junsu:
Había llegado casi sin respiración de tanto correr.
-¿Dónde narices estabas? ¡Ya me tenías preocupado!- Me dijo Jae Umma, que estaba esperándome en la puerta de la case.
-¡Lo siento Umma!- Le dije mientras que en mi cara se formaba un gran puchero esperando que funcionase- Es que... yo... me encontré con un balón gigante y me tuve que quedar a ayudar a unos niños a moverlo- Si, creo que ya todos lo notaron, ¡SOY PENOSO BUSCANDO ESCUSAS Y MINTIENDO!.
Jae umma rodo sus ojos y suspiro -Este niño no cambiará nunca. Anda a tu asiento- Y como buen niño obediente entre a clase sonriendo y dando saltitos hasta llegar a mi asiento. Sin darme cuenta de que tenía un nuevo compañero.
-Jae umma- Jae se sentaba delante mío junto a Yunho, eran muy buenos amigos desde hacía años. -¿Hoy comeremos juntos?- No podía dejar de pensar en que hoy comería con todos mis amigos
Pvo Yoochun:
Me senté en mi sitio esperando al profesor, cuando de repente vi como el crio que me dio en el hombro entraba muy feliz por la clase.
-Ese..quién es?- le susurre a Yunho mientras pensaba en aquel chico.
Yunho, con una voz potente, respondió que era un amigo. Haciendo que mi mente empezara a pensar “Umm… muy bien”, mientras que en mi cara se formaba una sonrisa traviesa. “Empezaré a tramar mi venganza… a mí nadie me toca así”
Después de tocar la sirena que señalizaba el comienzo de la clase vi como el maestro entraba y me sonreía mientras decía:
-Bueno… hoy tenemos un nuevo alumno. Se llama Park Yoochun. Tratadle bien, no sean malos- Después de esas palabras no pude evitar soltar una risilla, mirando a todos los de mi al rededor mientras las chicas suspiraban por mí. “Idiotas” pensé mirando a Yunho, con el cual al cruzar miradas reímos
-¡Ey Yoochun! Después comeremos mis amigos y yo juntos. ¿Te quieres venir con nosotros?- Me preguntó mi hermano, con una sonrisa en su rostro. ¿Cómo negarme a mi hermano? No podía hacerlo, así que sonriendo de lado acepté sin dudarlo. Además, así podrían conocer al nuevo rey de este cutre colegio.
Pvo Junsu:
Estaba en mi mundo, pensando en la comida que tendría con Jae umma, Yun hyung y Changmin.
-Aiii..- suspiré, mientras apoyaba mi cabeza en mis manos haciendo una carita dulce - Que ganas de que llegue la hora de la comida. - Estaba tan metido en mi mundo que no me di cuenta de nada.
-¡Junsu!- Escuché como Jae umma me llamaba, ya un poco enfadado al no haberle hecho caso, en bajito mientras me movía los brazos -Saluda a tu nuevo compañero, es el hermano de Yunho- Me dijo mientras me hacía señas para que mirara a mi derecha. Cuando gire mi cabeza me di cuenta de que alguien se encontraba en el escritorio al lado mío
-Ups... perdóname... -puse una de mis sonrisas más sinceras -Estoy en mi mundo y no me di cuenta de nada.. ¡Encantado soy Kim Junsu!- Dije un poco más alto de lo que debía, haciendo que el profesor me regañara por mi tono, provocando que un tiñe rojizo apareciera en mis mejillas y escondiera mi cabeza mirando al cuaderno, que tenía sobre la mesa, avergonzado.
Pvo Yoochun:
Una sonrisa traviesa se formó en mi rostro al ver que a mi lado estaba ese crío. “Mejor así será más fácil machacarle” Pensé, con una sonrisa traviesa. Giré mi rostro hacia mi compañero de mesa.
-Emm... ¿Me hablas a mí?- Le mire de arriba a abajo algo serio- Soy Park Yoochun. No quiero que me molestes, ¿si?.- Me acerqué despacio a su oido supervisando que el maestro no miraba -No se me olvida el golpe que me diste antes. A mí nadie me toca, ¿entendido?- le miré a los ojos intensamente mientras abría mi cuaderno, escuchando al maestro que empezó la clase.
Coloqué una de mis piernas sobre la mesa, sintiéndome relajado, deseando que se acabara ya está tortura de clase y de día.