El chico de la disqueria
Capitulo l
"Y serás amado"
Belleza de solo dieciocho años
Tuvo algunos problemas con el mismo
El estaba siempre allí para ayudarlo
El siempre perteneció a otro.
* * *
Mi vida era perfecta... pero solo ante los ojos de los demás.
Estoy saliendo de mi jaula.
Me decía en mi fuero interno, porque para mi padre y su nueva esposa, con ser la estudiante de honor, y teniendo una aceptación previa en alguna universidad, era suficiente. Porque para mis amigos con ser popular y afortunado, era suficiente. Y porque para todo el mundo con haber nacido en cuna de oro, era suficiente.
Lo estoy haciendo muy bien.
Me repetía ante la perfección de mi vida. Para mí también lo era. Sabia de mi buena suerte, y jamás había conocido la humillación. Jamás, hasta ayer.
Pero ¿Por qué mi mayor tesoro entre tantas riquezas fue el que me humillo? El que quebró mi dignidad sabía perfectamente cómo hacerlo, y aun así no le importo.
Tengo que deprimirme.
Había caído y ahora no estaba él para levantarme, sus palabras de aliento nunca más volverían, pues el ahora estaba en mi casa, pero ya no esperando por mí, el estaba con mi mejor amigo, y yo no volvería allí, no todavía.
Lo quiero todo.
No quería sus vacías explicaciones, ni sus disculpas y estaba seguro que no podría soportar su lastima. Simplemente quería que todo fuera un mal sueño, que lo que había visto mis ojos se borrara.
Todo comenzó con un beso...
Tan simple como eso. Mi mayor agonía era producto de algo tan simple y puro. Pero ellos, mi amigo y mi novio lo habían transformado en algo asqueroso y vil.
Como fue a terminar de esta manera.
Ellos ni siquiera se toleraban, u ocultaban muy bien su atracción. Podía haber esperado esto de Kanon, siempre ha sido así. En cambio, Mu era mi mejor amigo.
Podía recordar la escena como si fuera en cámara lenta: fue solo un beso. Necesitaba convencerme de eso. Tal vez fue impulso, tal vez fue solo un beso.
No me quede a comprobar mi teoría. Aun así le doy mil vueltas al asunto.
Ahora me quedo dormido...
Eso le dije a Saga cuando terminamos de tomar el café, el insistió efusivamente en que me fuera descansar.
Y el llamando un taxi.
Mu nunca había sido amable con mi novio aun así no note el cambio. E ingenuamente me fui a dormir. Saga olvido sus llaves en mi cuarto, y volví a la sala para devolvérselas. Allí fue cuando los vi.
Mientras el esta fumando, el aspira un poco...
Él nunca prendía un cigarrillo frente a mí, sabia cuando lo odiaba. Y allí estaban en medio de la sala tan cerca que respiraban su propio aliento. Mi amigo lo miraba de una manera que jamás le había visto, y Saga lo veía como me veía a mí antes, cuando aún estaba enamorado.
Fue solo un beso me repetía...
Pero ahora se van a la cama o al sofá de la sala, daba lo mismo, igual se acostaron allí...
Era asqueroso verlos humillándome, primero las lagrimas caían involuntariamente por mi rostro y, después las nauseas, y mi estomago está enfermo, ¡No! El enfermo era yo intente mentirme, esto no estaba pasando. Y todo está en mi cabeza.
Pero el estaba tocando su pecho.
La negación fue imposible. Ahora le estaba quitando su ropa, ahora déjenme ir...
Solo, no puedo mirar esto esta matándome,
Me dije al ver que en esa habitación no había solo deseo y engaño, había amor. Y tomando el control, me fui azotando la puerta, estoy segura de que se dieron cuenta de todo.
Conduje por kilómetros y kilómetros
Y termine en tu puerta.
Te he tenido tantas veces
y sin embargo quiero más.
***
No sé cuantas horas llevo conduciendo desde eso, pero será mejor que busque algún lugar para refugiarme, porque mi descapotable no me ayudara con la tormenta que se avecina.
En la radio tocan una canción dice algo así -celos, convirtiéndose en santos del mar... el destino esta llamándome-¿El destino esta llamándome? Esa es una buena frase, la tomare como una señal.
Aparque el auto en un estacionamiento techado. El fuerte viento que corría, y los relámpagos en pleno día, no eran buen augurio aun así no me asuste, me gustan estos dias.
Pensé en ir a algún bar, pero de seguro estaría lleno de personas, y hoy solo buscaba tranquilidad. Camine por la calle adoquinada, nada llamaba mi atención. Y allí fue cuando la vi.
En una calle poco concurrida, una pequeña disquería de aspecto retro. Me baje a los adoquines, y observe el letrero "The Cavern".
Entre al lugar. Y la música me rodeo inundado cada uno de mis sentidos. Maldita canción.
Y es así...justo como dijiste que sería...
La vida pasa rápido, la mayoría del tiempo
Estaba ambientado en los '60, las paredes se lucían con ladrillos barnizados, iluminado mayormente por luz natural que entraba por la vidriera. A un lado, se encontraban pequeñas mesas de madera rustica, y mi derecha el mostrador y cabina donde reposaba el Dj. Al fondo del parqué estaban las estanterías llenas de discos y Cds, desde las bandas mas conocidas hasta las mas nuevas.
Me senté en una mesita cercana a la entrada y ordene un café. Quede frente al dj, y maldije al joven por poner esa canción de fondo.
Y es así... una pequeña historia
No hay amor, no hay gloria, ni un héroe en tu cielo
Un simple chico de clase media era el que se ocupada de musicalizar el lugar, ante mis ojos alguien demasiado común, casi insignificante. Lo mire más detenidamente, algo en él me incomodaba, había algo que me hacía sentirme irritado, pero si era la primera vez que lo veía. Una mirada más especulativa me dio mi respuesta: su sonrisa. La detestaba, ese gesto era tan... tan odioso, y a la vez tan real y transparente. Su sonrisa era tan distinta a la mía, que solo era un pantomima la cual todos los días dibujaba, pero la de ese muchacho salía natural. Lo envidie por ello.
No puedo quitar mis ojos de ti
No puedo quitar mis ojos de ti
A pesar de mi apatía por ese muchacho, debía admitir que era lo mejor que había visto en días. Seguí contemplándolo, yo sabía que él no notaba mi inspección, estaba muy inmerso en la música que escuchaba con sus auriculares. Se movía al ritmo de una intro muda a mis oídos, sus movimientos parecían una caricia al aire... y por un momento fantasee con sentir esa mano que agitaba la nada rozara mi mejilla, como si sus ojos cerrados, fueran a regalarme una mirada de entendimiento, como si su boca... un movimiento de sus labios me saco de mis cavilaciones internas.
No puedo quitar mis ojos de ti
No puedo quitar mis ojos de ti
-Y será amado...- el corazón me latió agitado, tanto que dolió, como si hace mucho no pulsara, y este don nadie, con tres palabras lo hubiera encendido ¿No podía sentirme atraído por ese vendedor? Recién lo conocía.
-Y será amado... - comprendí que estaba cantando una melodía que no llegaba a mis oídos. Una punzada de dolor, se clavo en mi pecho, la decepción.
Y es así... como dijiste que debía ser
Nos olvidamos de la brisa la mayoría del tiempo
La música seguía resonando en la disquería, pero yo solo escuchaba la grave voz del muchacho. Tengo que deprimirme, otra vez la maldita voz en mi cabeza...Lo de él fue solo un beso. Pero mi subconsciente se oía cada vez más bajo, y el murmullo del ángel de la disquería cada vez más alto: y será amado.
Y es así... el agua más fría
La hija del trompetista, la niña negada.
Estas nadando por arroyos enfermizos. Yo nunca... yo nunca... Quería apagar el murmullo en mi cabeza.
-Y será amado - y allí estaba el interruptor de mi condenada voz.
No puedo quitar mis ojos de ti
No puedo quitar mis ojos de ti
Me era imposible apartar la mirada, y él estaba tan ensimismado en su propio mundo sintiendo la canción recorrer cada una de sus cuerdas vocales, el víbrate en su garganta.
-Y será amado - me obligue a imaginar que esa era su promesa. Palabras falsas de ese joven para curar mi corazón quebrado.
-Y será amado- ¡No podía creerlo! No debía...
-Y será amado - era solo una jodida canción. Tenía que convencerme de eso. No podía entusiasmarme con mi propia fantasía.
Pero parecía tan real, lo sentí como si de verdad cantara para mí...
No puedo quitar mis ojos de ti
No puedo quitar mis ojos de ti
De pronto, el muchacho abrió los ojos y me miro. Comprendí que había estado contemplándolo, fulminándole con mi mirada. La vergüenza por verse descubierto cantando, y la desazón de ver a un chico como yo "comiéndolo" con los ojos, hizo que la última estrofa no tuviera ritmo ni melodía, totalmente vacía.
-Y serás amado. - ¡no por favor! No digas eso.
No me importa pasar todos los días
Afuera en la esquina, bajo la lluvia torrencial
Buscar al chico con la sonrisa quebrada
Preguntarle si quiere quedarse un rato.
***
Me sonroje autómata. Un trueno de gran magnitud resonó en todo el local. Las luces tintinearon, aun así la música no se interrumpió. A Dios le gustaba, pensé.
Dije que te detesto
Que desearía dejarlo todo atrás
Gire mi cabeza a la vidriera, la lluvia azotaba estrepitosamente los cristales. Y las luces de los relámpagos iluminaban la nocturna calle.
Mientras observaba la cortina de agua en los vidrios, podía sentir que aun tenía la mirada clavada en mí. Tal vez estaba enojado. No me atreví a comprobarlo, soy indiferente por naturaleza, y no estoy acostumbrado al rechazo.
El sonido de la tormenta se intensifico, impidiendo escuchar el estribillo...
No puedo quitarte de mi mente
No puedo quitarte de mi mente
Éramos pocos clientes los que estábamos allí. Yo, dos chicos más, el mesero y el Dj. Todos sin escapatoria, todos atrapados por el cruel temporal.
Hasta que encuentre a alguien mas
El mozo se perdió en la cocina, no tendría más trabajo por esa noche. Los chicos, un en el baño y otro perdido con sus cascos. Eso solo nos dejaba...
Golpea en mi puerta, golpea en mi ventana
Quiero hacerte sentir hermoso
Sé que tiendo a volverme tan inseguro
No me importa más
***
Lentamente, ladee mi cabeza. Y me atreví a mirarlo. Seguía con sus orbes en mí, como yo hacia un rato. Pero su mirada no era impasible, era cálida y seductora. Aun concertaba esa sonrisa, tan perfecta, como si fuera luz en toda mi oscuridad. Un calor me subió por el pecho.
-Estas cautivo - me sonroje furiosamente, y el calor se transformó en fuego, pero no debía mostrarle el efecto que tenía en mi ¿Cautivado? Si, esa era la palabra que definía mi sentimiento por él. Esas dos palabras cambiaron mi mundo.
-¿Disculpa? - intente sonar indiferente, y hasta algo ofendido. Pero no creo haberlo logrado.
-La tormenta, a eso me refería, no podrás irte hasta que pare la lluvia - jugué con mi taza, haciendo como si no me importara, si fuera por mí que se repitiera el diluvio. Debía tranquilizarme, este desconocido no tenía porque ponerme nervioso - ¿Sabes? Es de mala educación no contestar.
-Tú no preguntaste nada - a pesar de lo odioso que sonó mi comentario, el no desdibujo su sonrisa, es mas la acentuó. Y eso me desconcertó - además ¿que sabes tú de la buena educación? Eres solo un empleado, así que por favor compórtate como tal - ¡Dios! sonaba como mi padre. Cada vez que me ponía nervioso sacaba a relucir la peor parte de mi personalidad como defensa.
No todo es arco iris y mariposas
Es el compromiso que nos hace seguir
Mi corazón está lleno, y mi puerta siempre estará abierta
Puedes venir cuando quieras
***
-Me llamo Milo - canturreo. Contra todas mis predicciones, el no se rindió. Aun intentaba tener conversación, no sé bien porque pero eso me emociono - ahora que ya sabes mi nombre, ya no soy solo un empleado.
-Nh...- no me salían palabras, solo tenía contestaciones ofensivas por lo que solo ignore su presentación.
-Ilústrame... - lo mire confundido, su sonrisa era socarrona - acaso no es de mala educación no decir tu nombre cuando te lo piden. Corrígeme si me equivoco.
-Camus de Acuario, ese es mi nombre - le conteste con un deje de superioridad, pero eso no apaciguo su expresión de triunfo. Busque en mi mente, algo interesante para decir. Pero con él, todas mis estratagemas se perdían.
-Esa la primera vez que te veo por aquí... Camus - Apenas me conocía y mi nombre le salía tan natural. El no se sentía intimidado, es más, me cohibía a mí - Cuéntame tus gustos musicales, y armare una playlist para ti mañana.
-Me llamo Camus de Acuario, no esa absurda abreviación - le corregí, aunque en realidad no me molestara la informalidad - Es la primera vez que vengo, pero no sé si regresaré...
No me importa pasar todos los días
Afuera en la esquina, bajo la lluvia torrencial
Buscar al chico con la sonrisa quebrada
Y preguntarle si quiere quedarse un rato.
***
-¡Ah! Eres de la que pasean en su auto, juegan tenis, y van a clubes - ¿tan predecible era? Pero tenía razón los chicos de mi clase, solo alardeaban de su auto y frecuentaban lugares modernos y juveniles, personas predecibles como yo - puedo preguntarte ¿Por qué estabas tan triste cuando llegaste?
-Por supuesto que no puedes - me sorprendio su pregunta, era como si se preocupara por mí, pero no quería contarle: estaba triste porque mi mejor amigo se acuesta con mi novio, no podía contarle ¿o sí? - me gustan The crawberries.
Al principio, me miro algo confundido, pero inmediatamente me asintió con la sonrisa mas resplandeciente que le había visto hasta ahora.
-Sera amado - ahora yo no entendí, y mi desconcierto se reflejo en mi cara - Así se llama la canción que cantaba.
No sé si será así con todos sus clientes, pero su promesa detrás de aquellas palabras se grabo en mi. Cuando menos me di cuenta la tormenta había cesado. Y eso solo significaba una cosa...
-Vendrás mañana - no era una pregunta. Parecía leerme la mente - Espero te guste, lo que escucharas.
-Ya lo veremos Milo - mientras me retiraba me permití ser un poco más atrevido, total ya me iba y quién sabe si volvería a verlo - Lo sabremos mañana.
A quien quería engañar, ni el mismísimo demonio impediría que yo regresara.