—Hermano…
El susurro del mayor le advirtió que ya era hora de despedirse. Un joven azabache de aproximadamente 16 años, se encontraba de pie frente a una tumba. Adornada con hermosas rosas blancas que él mismo había depositado allí.
—Solo… déjame decirle adiós.
El mayor comprendió su dolor y se alejó para darle espacio a sus sentimientos. El joven ojinegro se agachó frente a la lápida que llevaba una inscripción del nombre de la persona que más amaba.
—Naruto…-gimió lastimero, sintiendo un horrible nudo en su garganta-Te extraño… Usuratonkachi. Ya son dos años desde tu partida… y sigues tan presente en mi corazón como el día en que te fuiste.
—¡¡Sasuke!!-se oyó a lo lejos.
El moreno se molestó bastante.
—¡¡Ya voy!!
Volvió a mirar la tumba. Levantó uno de sus manos, llevó dos de sus dedos a los labios, los besó y posó esos dos dedos sobre la lápida.
—Mi primer beso, Dobe…-sin poder seguir con ese pesar en su alma, comenzó a llorar-Mi primer beso… siempre será tuyo… al igual que todo lo que viví contigo. Siempre te amaré-se secó los ojos con la manga, observó el cielo nublando y a punto de soltar también su llanto-El cielo me está acompañando este día. Llorará… como yo lloró por ti…-bajó la mirada-adiós…. mi querido Naruto.
“Ojala… pudiera verte solo… solo una vez más”
Entró al vehículo en completo silencio. Su hermano mayor suspiró y regresaron a su hogar. Lo que más lamentaba Sasuke, era que pronto en una semana, viajaría a Estados Unidos. Ya no podría visitar la tumba de su novio.
—¡¡Sasuke!!
—¡No tengo hambre, madre! Por favor, no me molesten. Necesito estar solo-fue lo último que se escuchó camino a las escaleras.
Llegó a su cuarto y lo cerró con traba. Prendió su computadora y se ubicó en la silla, frente al escritorio. Una vez iniciada, fue a la carpeta de imágenes. Entre ellas una destacaba por sobre las demás.
“Mis momentos felices contigo”
Cuando entró, podía verse una gran cantidad de fotografías de él y un rubio sonriente. Había muchas tomas diferentes, abrazados, besándose, dándose las manos, sonrojados… pero sobre todo, felices. A comparación de en la actualidad, el azabache tenía una carácter agresivo con todos a excepción de su familia.
—Naruto…-se dejó caer sobre el escritorio y siguió llorando.
Todavía podía recordarlo. El accidente había ocurrido en un día lluvioso. La última vez que escuchó su voz…
—¿Dónde estás, Dobe?-preguntó a través del móvil.
—A unas cuadras del centro comercial-respondió-Solo espera, ya llego.
—Está lloviendo con más intensidad, ten cuidado con cruzar la calle. Mejor espera, iré a buscarte.
—¿¿Qué?? Ni loco. Puedo cuidarme solo, además necesito hacer una última parada. Retirar una cosa.
—¿Qué cosa?
—Es secreto.
—Tks… bien. Pero ten cuidado. Te estaré esperando cerca del cine.
—Ok. Te veo Teme.
—Adiós.
Y entonces…
—Mamá…
Le llamó la atención ver a su madre correr agitada y con un rostro lleno de…
—¡¿Madre, porque lloras?-preguntó preocupado.
—Hijo… es Naruto.
Y con solo decir ese nombre, su mundo se fue abajo. Jamás podría olvidar una situación tan desgarradora. Su madre le tomó el brazo diciéndole de un accidente que había ocurrido en unas calles más adelante, Sasuke corrió y corrió. Dejó a su madre atrás…
Vislumbró unas patrullas de policías y una ambulancia junto a una gran cantidad de personas mirando la ruta. Sasuke empujó y se escabulló entre ellas hasta llegar al final. Y cuando lo hizo…
La imagen que estaba en medio le rompió por completo.
Las lágrimas comenzaron a salir y corrió a tirarse junto al agonizante cuerpo del cual emanaba gran cantidad de sangre.
—¡¡Chico, no te metas!!-gritó una de los oficiales y lo jaló de la campera hacia adelante.
—¡Lo conozco! ¡¡Déjenme!!
Los paramédicos se acercaron a él mostrando una expresión triste.
—¿Eres su familiar?
—Más que eso…-susurró, llorando-Soy… yo soy… su novio.
El resto se miró algo sorprendido por sus palabras, pero no estaba en ellos discriminar sino él salvar vidas.
—Lo siento mucho-habló el oficial que lo retenía-Un conductor cruzó con la luz equivocada. Él chico no tenía la culpa. Hemos detenido al culpable, está ebrio. Estas cosas pasan muchacho…
—¿P-porque?
El policía lo soltó. Y uno de los paramédicos se acercó a susurrarle algo al oído.
Sasuke dejó de escuchar a todos a su alrededor, los sonidos, los susurros, el movimiento del trafico, todo.
Caminó con los ojos llorosos al cuerpo de su rubio y se dejó caer junto a él. Conteniendo el dolor, acarició una de sus mejillas con ternura.
Los ojos azules se abrieron lentamente.
—T-teme…
—No… no digas nada…-no podía dejar de llorar-Oh, Naruto…
El rubio sonrió.
—No lo… vi…
—No es tu culpa… era de el conductor-tomó una de sus manos ensangrentadas.
—Perdón… perdón… Sasuke…
Su bello ángel comenzó a llorar, apretó débilmente la mano de su novio.
—Pero… si tú hubieras… ido por mí… yo…
Sasuke tragó con dificultad y el llanto aumentaba. Sus lágrimas empapaban el rostro de su ojiazul.
—No… no te culpes… yo… Dios… yo… la verdad no sé qué decir…
—Sasuke… mi regalo… está en una… bolsita… búscala por favor…
—Lo haré, lo hare… Dobe, te amo, te amo… te amo…
—También… te amo… teme… no me olvides-lloraba.
—No… no digas tonterías… vas a vivir…-le sonrió forzadamente.
Le queda poco tiempo de vida. No podemos hacer nada. Sus órganos están… destruidos. La verdad es que ni siquiera sé cómo se mantiene respirando. Tal vez… quiso esperarte.
Y el rubio negó con dolor.
—No… no mientas. Sasuke… te quiero mucho… te quiero…
Sus ojos se cerraron y la mano que Sasuke sostenía, decayendo.
—¡¡¡NARUTO!!! ¡¡¡Narutoooo!!! No, no, no, nooooooooo… no puedes, no puedes… dejarme…
Lo abrazó a su cuerpo manchando su ropa con el líquido vital del rubio. Le escena fue vista como los más trágico, y los espectadores junto al equipo médico, también lloraron la perdida. Pues a pesar de no conocerlos… pudieron comprender su puro amor al otro.
Sasuke se levantó como un muerto caminante y buscó la bolsita entre los escombros del vehículo. Lo encontró a unos pasos de Naruto, se inclinó, y tomó la bolsa de color azul transparente. Tenía rastro de sangre. En su interior un pequeño objeto estaba forrado con papel de regalo.
Comenzó a desenvolverlo…
La gente se mantenía expectante, mirándolo. Y todos se asustaron cuando el joven azabache gritó dolorosamente desgarrando sus cuerdas vocales, una y otra, y otra vez. Hasta el cansancio.
En sus manos tenia, una cadenita en forma de corazón. Era dorada, el azabache abrió ese corazón, dentro… una pequeña imagen de ellos dos sonriendo. Y en la otra tapa, tan solo dos palabras gravadas.
Te Amo.
Salió de sus dolorosos recuerdos… no podía soportarlo. Había vivido dos años con ese dolor…
No lo soportaba.
Abrió el cajón del escritorio.
—Lo siento…-susurró al aire.
Un fuerte disparo resonó en toda la vivienda de la familia Uchiha.
—¡¡¡Sasuke!!
—¡¡¡¡Hermano!!!!
Cuando la puerta fue finalmente tumbada por su padre, ya era demasiado tarde.
El joven azabache de 16 años, yasia en su cama con los ojos cerrados. En su mano reposaba un relvover. De su cuello colgaba un colgante dorado en forma de corazón, junto a la sangre que emanaba del su pecho.
Y sin embargo… a pesar de la dolorosa escena, él sonreía.
Sasuke se mostraba en paz con una sonrisa en sus labios.
Después de tanto… dos años, se reuniría con su rubio.
The end.