Deseo a una estrella fugaz por Agnes-San

“Nunca olvides que basta una persona o idea para cambiar  tu vida para siempre”

-JACKSON BROWN

Alguna  vez has escuchado que cuando veas una estrella fugaz puedes pedirle un deseo  antes de que desaparezca.  Cuando era un niño, le pedí un deseo a una estrella fugaz, pero creo que la estrella me entendió mal o me dí a entender de forma inapropiada.

Deseaba que alguien me amara. Pero no llego el amor a mi vida hasta que cumplí  los catorce años. Fue entonces que conocí  a Jacob. Él iba de lunes a viernes a la escuela donde estudiaba, era el maestro de remplazo de bilogía, ya que la maestra que nos daba  la materia era una anciana  de poco más de sesenta años, impartía muy bien su materia y de cualquier cosa que le preguntaras sabía la respuesta, yo creo que era por que ella estuvo en todas las  eras por las que ha pasado la tierra (precámbrica, paleozoica, cenozoica etc.).

Jacob Alexis, ese era su nombre, tenia veinticinco años cuando lo conocí.  Al principio lo odiaba de sobremanera, no solo por que me pasaba al frente cada que tenia oportunidad  si no por el hecho de que sabía no era el más brillante del salón. Él fue el único que se dio cuanta que algo sucedía en mi vida, así que cuando llego el momento me desahogue, deseche todas mis penas y deje que él cargara con problemas que no le concernían.  Un día llego a mi casa de improvisto, aun no logro saber como es que consiguió la dirección de mi casa, pero no quiero averiguarlo. Para cuando quiso entablar una conversación con mi madre acerca de mi, ella le grito groserías y lo corrió de la casa a gritos. Yo entendí la agresión de mi madre, después de todo las personas que se la pasan sin dormir y con kilos de cocaína recorriéndolos enteros, no actúan de manera rocinal, al menos no como lo aria una persona normal.

Siempre quise que mi madre me tomara en cuenta, que me dijera de vez en cuando que me quería, pero jamás lo escuche, en vez de eso estaba demasiado ocupada emborrachándose e inhalando polvo blanco. Mi padre por el contrario, se la pasaba en su trabajo, y llegaba demasiado exhausto a la casa, solo le ponía atención a su computador. Una vez llegue a preguntarle que cual había sido el error más grande de su vida, a lo que él me contesto que el error más grande lo cometió conmigo y con mamá.

Jacob fue mi primer amigo de verdad, él se sentaba a escucharme y me daba consejos. Es solo que no recuerdo en que momento nuestra amistad llego a convertirse en algo más. Él siempre será la persona más importante en mi corazón, de él escuche las primeras palabras de amor y por primera vez me sentí vivo estando a su lado. Pero eso fue hasta que cumplí los quince.

Mi felicidad no duró demasiado, ese día Jacob me pidió que lo acompañara a ver a su hermana y a su madre, claro que lo acompañe, no tanto por conocer a su familia, más bien por el hecho de que estaría un tiempo con él, aun que solo fuera poco, pero ansiaba  que él me prestara toda su atención y que solo me viera a mi.

Eran cerca de las nueve de la noche, ya había oscurecido así que Jacob insistió en irme a dejar  directamente a mi casa. Después de tanta insistencia yo accedí, sin saber que ese día iba a ser catastrófico. Al llegar, los gritos que mi madre emitía se escuchaban desde dentro de la casa, estaba aventando cosas, eso imagine, puesto que se escuchaban como se rompían al chocar contra la pared. Al escuchar todo las maldiciones que mi mamá   voceaba, Jacob salió del auto y me quiso acompañar adentro. Al entrar,  mi madre sostenía un cuchillo, las lagrimas le salían a lagos y las ojeras tenían un matiz más oscuro,  su pómulo lucia un moretón. Estaba drogada.

-Mamá ¿Qué haces? –Inquirí asustado.

Jacob estaba detrás de mí, observando la escena.

-¿Qué hace él aquí? – balbuceó limpiándose las lagrimas con el dorso de la mano, el acto fue tan brusco que dejó roja la zona donde froto. Con la pregunta se refería a Jacob.

De pronto salía mi padre de la habitación contigua, ahora entendía lo que sucedía, mamá  hizo algo que no le gusto mucho a mi padre, y yo sabía lo que sucedía cuando papá se enojaba. Tomaba cualquier cosa que estuviera a la mano y con ella golpeaba a esa persona, infinitas veces antes de que quedara inconsciente. Fue entonces que empecé a temblar y las piernas me flaqueaban. Jacob me sostuvo de los hombros.

 Jacob me daba la confianza que necesitaba.

Papá agarraba con fuerza un florero de vidrio, y el brazo le sangraba igual que el rostro.  Caminaba con demasiada determinación hacia mamá, dudo que se haya dado cuenta que nos encontrábamos ahí.  

Mi madre camino a paso rápido hacia donde yo estaba y me abofeteo y arranco de los brazos de Jacob, hasta entonces fue que José se percato que estábamos ahí.  Su ira disminuyo al menos un poco, pues dejo caer el florero, mismo que se estrello con el piso y se hizo mil pedazos. Con cada golpe que arremetía sobre la piel de mi rostro, el disgusto de Jacob aumentaba.  Llego a tal punto en que corrió asta donde mi madre y enterró el cuchillo que había estado en el piso  en el vientre numerosas veces, La sangre salía a borbotones  y ensuciaba la ropa. Papá golpeo con fuerza a Jacob pero él se levanto y lo apuñalo en los pulmones y los riñones. Y su camisa blanca termino de teñirse en un rojo brillante.

Jacob miro sus manos ensangrentadas, dejó caer el cuchillo y comenzó a llorar, me apresure a abrazarlo y a decirle que todo estaba bien y que había hecho lo correcto. Aunque no fuera así, sin embargo yo sabia que lo había echo por amor a mi y para mi el hizo lo correcto.

Lloro en mis brazos.

Un rato después se ducho,  y se cambio de ropa se puso la ropa de mi papá, yo hice lo mismo. Esa noche siempre va significar  mucho en mi vida, fue el día en que Jacob me hizo el amor en la cama de mis padres. Me dijo infinitas veces que me amaba y que estaría con migo siempre sin importar que.

Como por eso de las seis de la mañana decidimos que era tiempo de irnos, recogí nuestras ropas y las sabanas, saque el dinero de la cartera de papa y también me lleve el cuchillo, no por que fue el arma del homicidio, solo por proteger a Jacob. Y que para cuando llegara la policía no encontrara arma homicida ni rastros de semen y simplemente fuera otro robo más.

Mire en televisión que encontraron a una pareja muerta, unos vecinos  fueron quienes avisaron. Pero los cuerpos tenían cinco días  y desprendían un olor nauseabundo. Putrefacción.

Solo espero vivir feliz al lado del hombre que adoro con toda el alma.

FIN