Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

ORDINARY por 40 rX

[Reviews - 15]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

Espero que aun recuerden este coso XD Creo que me tarde mucho en actualizar D: La culpa es de la escuela, del frio, y que me dio gripe y apenas veía letras y me dolía la cabeza, total, no podía escribir XD Bueno, como sea, está más largo que el capítulo anterior así que... No se XD Enjoy it! :D XD

 

-Hyung, ¿Es verdad que yo te gustaba cuando estábamos en primaria?-

Claro que el castaño, al escuchar tal pregunta estuvo a punto de salir corriendo de la cafetería en la que se encontraban, o por lo menos de cambiar el tema y después decirle al otro que no había escuchado lo que había dicho, pero ni siquiera podía hacer eso porque su acciones se encontraban como bloqueadas. Las palabras no querían salir de su boca porque vaya… Nada bueno saldría de eso, ¿No?… Pero sus ojos húmedos lo delataban. Con solo verlos Taemin se daba cuenta de la revoltura de sentimientos que había en el interior de su amigo. Pero igualmente Onew no negaría algo que tenía años de haber aceptado, por lo que después de darle un largo sorbo a su café de vainilla francesa sintió que su voz volvió junto a la sensación del líquido hirviendo recorriendo su cuerpo. Todo en él quería soltarlo de una vez. Decir el gran secreto de su infancia que lo había torturado por 9 años y que parecía querer seguir haciendo lo por otros 9, o 50, o 100 años más.

-Supongo que era notorio que si… Me gustabas…-  Dicho esto vio los ojos de Taemin buscando valor y más bien notó como estos tenían un extraño e inexplicable brillo que de cierta manera le dio miedo, por lo que el Jinki de siempre salió y quiso justificar bobamente sus palabras. –Es decir, no sabía que eso era raro y estaba mal… Así es, ya sabes, era un tonto, creo que estaba confundido.- Afirmo con una sonrisa nerviosa en la cara, pero entonces una mueca de desagrado se dibujó en el rostro de su rubio amigo.

-¿Crees que es raro estar con otro hombre?- Pregunto Taemin acercándose demasiado a Onew. Este se sentía raro teniendo la cara del otro tan cerca, pero seguro solo estaba poniéndolo a prueba o algo así, por lo que trato de mantener la calma aun con el asfixiante calor que comenzaba a adueñarse de cada célula de su ser.

-No digo que sea raro. Lo raro es que se podría decir que siendo solo un niño de 11 años estaba enamorado de otro niño y… Es raro pensarlo incluso ahora… No me desagrada la idea pero…- Su voz se cortó varias veces, y cada que lo hacia Taemin sonreía ya sin verlo a los ojos. Más bien veía los labios de su amigo y este sentía perder la poca cordura que le quedaba. Y cuando creyó que no podía más, agradeció a todos los dioses el momento en que los labios de Taemin sellaron los suyos.

A ninguno le importaron las miradas curiosas de las decenas de personas que se encontraban en la cafetería. Tampoco les molesto el hecho de que hubiera una mesa de madera con dos tazas de café estorbando entre ambos. No. En esos minutos en que sus bocas se encontraron todo el mundo dejo de existir y entraron a una especie de mundo mágico donde solo estaban ellos dos.

Mientras con ese beso ambos decían sin palabras lo mucho que se habían necesitado, la mano de Jinki acaricio una mejilla de su amigo, la cual, seguía siendo tan suave como la recordaba. Incluso, cautivado por tan inesperadas acciones, dejo salir ese líquido cristalino que sus ojos habían retenido hacía varios minutos.
El momento no podía ser más perfecto. Las lágrimas de Onew hacían que el beso tuviera un sabor simplemente único, mejor incluso que el del afamado café del lugar, pero en solo segundos el paraíso que ambos crearon se destruyó tal como haría un castillo de arena al ser derrumbado con las olas del mar tan solo con el sonido del timbre de un teléfono. Taemin rompió rápidamente el contacto y se apresuró a contestar el móvil que se encontraba en el bolsillo derecho de sus jeans.

Entonces, el mayor que anteriormente se sentía en el cielo ahora sintió que toda su felicidad se fue al caño cuando, con ayuda de su vista tremendamente buena por culpa de haber comido tantas zanahorias cuando era niño, vio como en la pantalla del celular del rubio había unas letras enormes que decían “Minho”. Por si no fuera suficiente, su corazón se detuvo por unos instantes mientras veía la enorme sonrisa que se formaba en los labios de Taemin mientras hablaba.

Pero no fue hasta que este terminó su llamada y le dijo “Tengo que irme” que creyó tener la sensación de que todo dentro de él se rompía a la vez que lo veía alejarse apresuradamente.

Y lo único que pudo hacer fue regresar a casa con la mirada perdida entre el montón de personas que transitaban. Mientras caminaba no ponía atención a nada en absoluto. Solo pensaba en qué demonios había significado ese beso, aunque por más que le daba vueltas a ese pensamiento, al final lo único que concluía era que todo había sido una broma. ¿Qué más podría ser?
Pero de todas maneras no podía evitar el sentirse sumamente feliz al pensar en que tal vez Taemin compartía sus sentimientos… Claro que esta felicidad no tardaba mucho en esfumarse al recordar la manera tan repugnantemente dulce en que el menor sonreía mientras hablaba por teléfono con el que parecía ser su novio, o lo que fuera. No tenía idea que pensar…

De esa manera,  esa noche no pudo dormir para nada bien. Cada maldito segundo volvía a recordar la dulce imagen de Taemin a escasos centímetros de él, recorriéndolo con la mirada. Recordaba también su olor mezclado con el del café que inundaba la cafetería entera y sentía de nuevo como si el aliento de su amigo estuviera justo frente suyo pero cuando abría los ojos no había nadie. No conforme, Jinki podía jurar que había un montón de mariposas recorriendo su estómago de un lado a otro. Nada ayudaba a hacer esa noche más agradable.

De esa forma paso toda una madrugada, hasta que el despertador sonó.

Con un cansancio increíble (producto de la falta de sueño) se puso de pie y se acercó al espejo, el cual, le mostro la imagen que sabía de antemano que vería. Sus ojos se veían cansados y un tanto rojizos, su cabello se encontraba más alborotado de lo normal, y su sonrisa se iba tan rápido como llegaba… Era un caos… De hecho se sentía un total bipolar pues, mientras caminaba más tarde por los pasillos de la escuela, no podía evitar sonreírle a la nada al pensar en que su sueño de probar los labios del otro se había cumplido, pero ese sentimiento venia seguido de uno de algo parecido a la tristeza… Sorprendentemente nadie parecía notarlo, o eso creyó hasta que su molesto amigo con cara de dinosaurio llego y comenzó a molestarlo. Por primera vez en la vida, Onew se molestó y trato de hacer que Jonghyun lo dejara solo pero en lugar de que esto hiciera que el más bajo se fuera, solo causo una sonora risa de su parte que vino seguido de unas palabras que lo dejaron helado: “¿Porque no solo te le declaras a la chica? Se nota a kilómetros que estás enamorado… ¿Tienes algún mal de amores? Vamos Onew, solo hazlo y deja de torturarte”. ¿Tan obvio estaba siendo? Se maldijo miles de veces en su interior por serlo y de paso agradeció el momento en que su amigo se fue de su campo de visión y lo dejo tranquilo… Pero en el momento en que este se fue, otra cosa llamo su atención, y no era nada menos que el delicado cuerpo de Taemin caminando despistadamente por ahí. ¡Esa podía ser su oportunidad!  Simplemente iría, le hablaría y aclararía las cosas, nada más.

Así, comenzó a caminar sin mucha prisa detrás de él esperando que parara su andar para poder saludarlo como solía hacerlo, pero no paro, o al menos no en un lugar que pudiera ver, porque de un momento a otro lo perdió de vista entre los tantos árboles que había en la zona trasera de la escuela.
Cuando pensó hasta donde llegó se asustó un poco. ¿Cuándo fue que llego a ese lugar que siempre estaba deshabitado? O una mejor pregunta… ¿Por qué iba Taemin hacia ese lugar? Ese era el espacio que usaban todas aquellas parejas que gustaban demostrarse su desmesurado cariño al aire libre y… bueno, esas cosas… Era bien sabido que ese enorme espacio cubierto por seres inmóviles había sido testigo de decenas de arranques de desenfrenada  lujuria (o lo que sea que fuera), que por cierto había causado un montón de expulsiones en su universidad.
Toda persona soltera (y frustrada por serlo) en su plantel maldecía el que el club de ecología de hacía varias décadas hubiera plantado tantos árboles frondosos en un solo lugar, aun cuando todo el demás terreno escolar tenia a lo mucho 2 árboles pequeños, idea de unos cuantos alumnos que decidieron ponerle un poco de verde al frente de su salón de clases.
Pero ahora lo que hiciera o no el club de ecología o cualquier otra persona le importaba un reverendo cacahuate. Lo único que quería era descubrir porque su amigo había ido a ese lugar… En el fondo sabía que lo que vería probablemente no sería de su agrado, mas no supo si fue obra de su masoquismo interno o simplemente por ser tan tonto que comenzó a adentrarse en ese nuevo mundo que nunca antes se había molestado en recorrer.

 Durante los primeros segundos de su recorrido se dedicó a observar lo hermoso que era ese lugar. No encontraba la razón por la cual no habían hecho de ese espacio una zona más cálida, con mesas y sillas para que los alumnos pudieran disfrutar ese olor tan característico de las muchas plantas que había alrededor, además de la maravillosa imagen que obtenías cuando mirabas hacia arriba ya que se podía observar como unos cuantos rayos de sol entraban traviesos por los pequeños espacios que quedaban entre las hojas… Realmente era un lugar desperdiciado… Al menos para la gente “decente” como él.

 De pronto, una voz en parte familiar lo saco de su burbuja de pensamientos.  “Espera”, esa palabra llego a sus oídos, pero no iba dirigida a él, lo supo porque había sido dicha a lo lejos pareciendo en un principio un suspiro que se convirtió en un grito o algo parecido, causándole escalofríos.

Se acercó curioso hacia donde creyó que el sonido había nacido, y la imagen que concibió después de dar varios pasos lo dejó petrificado, asqueado, paniqueado y otras tantas palabras parecidas.
No era como si no lo esperara, sabía de antemano lo que encontraría si decidía seguir su camino entre los árboles, pero de todas maneras su corazón comenzó a latir con fuerza a la vez que se comprimía y dolía desmesuradamente conforme su cerebro procesaba lo que veía y los agitados suspiros que llegaban a sus oídos. 

Lo que estaba a unos cuantos metros de él era una escena sucia y obscena que jamás hubiera podido imaginar, protagonizada por un rubio  y un castaño con un cuerpo aparentemente largo, cuyos nombres conocía a la perfección, al igual que sus voces. No había manera de que fueran alguien más aún si los veía desde una distancia no muy corta. Uniéndose a la lista de estudiantes que osaban romper las reglas de la institución, Lee Taemin y Choi Minho parecían estar más que comiéndose, devorándose.
Tampoco sería una escena tan fuerte para cualquiera, pero para Jinki lo era y más contando el hecho de que estaban en un lugar tan sagrado para él como la escuela, y en plena luz del día.

Su rubio amigo se encontraba atrapado entre el enorme tronco de un árbol y el cuerpo del más alto, ambos compartiendo un beso de lo más salvaje que parecía un pecado a los ojos de Onew. Cuando estaba a punto de dar la vuelta e irse, estando en un estado parecido al Shock, sus pies no lo dejaron moverse al ver que el abdomen del rubio quedo un tanto expuesto pues Minho había metido una de sus manos dentro de la camisa de Taemin, arrancando varios suspiros de la boca de este al acariciar con poca delicadeza cada centímetro que descubría.

Para Jinki, el rostro de menor lucía más que bello, y ver al descubierto un poco de su piel hacia que su respiración se acelerara, y no le hubiera importado seguir viendo aquello que pronto parecería convertirse en una película para adultos, pero su conciencia no lo dejo. No era un enfermo, no era un pervertido, no debía ver algo que no le pertenecía.
Taemin le pertenecía al tipo enorme con pintas de modelo y no había nada que hacer.
Normalmente se hubiera puesto a llorar ahí mismo, pero esta vez no tenía caso. Nunca lo tenía y sin embargo siempre lo hacía… Ahora no quería ni siquiera derramar lágrimas pues no quería sentirse más miserable. Y aun así, el típico Jinki no pudo evitar salir y no se molestó en hacer algo más. En el fondo le hubiera gustado hacer eso que sale en todas las películas e ir y detener el acto que presenciaba haciendo uso de la fuerza bruta aun si sabía más que bien que el otro le ganaría sin mucho esfuerzo, mas no era lo suficientemente valiente para eso ni para nada más. Simplemente se rendiría una vez más…

Así, después de confirmar que no había lugar en el corazón del rubio para él, camino de regreso a la sociedad donde todos parecían felices, menos él.
Durante ese día, más de una vez tuvo la sensación de que una nube gris lo perseguía sobre su cabeza mientras todo lo demás estaba soleado, pero claro, era solo su tonta imaginación. Dentro de las clases siguientes no puso nada de atención y solo se dedicó a escribir garabatos sin sentido en sus cuadernos y de vez en cuando dejando su mente volar con cualquier idea… Lo último que quería era pensar en Taemin, porque cada pensamiento con su nombre le traía un dolor increíble. Simplemente quería que el horario escolar terminara para largarse a su casa y dormir toda la jodida tarde para que ese horrendo dolor en el pecho desapareciera. Por esa razón, cuando el timbre sonó, fue el primero en levantarse de su asiento y salir casi corriendo por la única puerta que había en su salón de clases. Con una velocidad anormal en él, estuvo a punto de llegar al portón de salida del campus, pero esa voz que no tenía ánimos de escuchar sonó desde algún punto no muy lejano.

-¡Espérame hyung!- Al susodicho le paso por la mente seguir caminando e ignorarlo, pero no pudo. La voz del menor siempre era lo suficientemente dulce para convencerlo de cualquier cosa, incluso en momentos como ese. Jinki se giró para ver su rostro y este se veía realmente radiante pero más que nada feliz, con una espléndida sonrisa que normalmente lo hubiera derretido, pero en esta ocasión le hacía sentir como si de espinas clavándose en su corazón se tratara. Con lentitud, el rubio camino para estar frente al mayor y tomó aire, haciendo parecer que hubiera corrido por un buen rato tras de él… Pero que tonterías pensaba, era imposible que Taemin corriera para llegar hasta él, nos es como si fuera tan importante, seguro aún seguía agitado por lo de hace rato, o tal vez apenas acababa de terminarlo… -Pensé que no podría alcanzarte.-

Onew utilizo todos esos dotes que poseía para poder fingir una sonrisa y comprobó lo buen actor que creía ser al notar como el rubio parecía creerle que estaba de buen humor. Aunque todo daba para que ambos pudieran compartir una conversación cálida y normal, el castaño solo quería dejar de compartir el mismo espacio aéreo que el otro, por lo que trato de alejar a su amigo diciendo la primera excusa que se le ocurrió. -Quisiera quedarme a charlar contigo, pero tengo que ir a la biblioteca… Ya sabes, si no hago toda mi tarea mi madre me matará.- Eso debía de ser suficiente para hacer que el más bajo se rindiera, así que Jinki le dio la espalda y comenzó a caminar en la dirección contraria, pero no tardo en cesar sus pasos al sentir una poco común calidez en su brazo, como si alguien lo tomara con fuerza.

-¡Llévame contigo!- Esto fue dicho más bien en un grito que sorprendió un tanto a Onew y al mismo que lo había producido, provocando una pequeña risa en este último. –Lo siento, es que de hecho también tengo que ir a la biblioteca, tengo que terminar unas consultas.- Con esto cada día se convencía más de que las cosas siempre pasaban contrario a lo que él quería… Por muchos años deseó toparse a Taemin aunque fuera una o dos veces, pero jamás pasó, y justo entonces que lo que quería era tenerlo simplemente lejos su amigo se acercaba más… El destino le llevaba la contraria… Sin poder hacer más comenzó a caminar aun con Taemin colgado de su brazo, el cual no se soltó ni siquiera mientras caminaban por las calles, por lo que el castaño no hablo ni una sola vez pues se encontraba disfrutando del calor que le propinaba el tener al otro de esa manera.
Mirando a su alrededor podía darse cuenta de cómo la gente que pasaba por un lado suyo los veía un tanto raro pero no le importó. Seguro esa seria una de las últimas veces que podría estar de esa manera con su amigo, porque a partir de ese día trataría de alejarse lo más posible de él para no sufrir más… Sabía por experiencia que el camino a olvidarle seria duro y que ni 8 años bastarían para ello, pero haría lo posible por lograrlo.

Al llegar a la biblioteca el rubio lo dejó libre y caminó hacia uno de los estantes para tomar el libro que buscaba. Jinki también se dirigió hacia ahí, pero el pánico se apodero de él cuándo recordó que todo era una mentira y en realidad no buscaba ninguno en específico, por lo que tomo el primero que encontró,  uno con portada negra que parecía ser una historia cualquiera. ¿Qué tarea podría tener que ver con ese libro? Si su memoria no le fallaba, lo había leído ya varias veces pero… ¿Qué relación podría tener con la escuela? Bien, solo fingiría que le hacía un resumen y con eso sería suficiente.

Caminó hacia la mesa donde Taemin había tomado asiento y después de sentarse en la silla que estaba frente a su amigo abrió el libro a la vez que sacaba un cuaderno en el cual comenzó a escribir cualquier cosa que se le venía a la mente mientras “leía”. Eso hizo por cerca de 25 minutos, hasta que su mano se cansó y decidió mirar por encima del libro a su pequeño compañero, el cual había dejado de lado la enorme enciclopedia que antes tenía en manos. Ahora, se encontraba dibujando en una hoja de papel aunque raramente solo dibujaba corazones y algunos otros personajes raros que para Jinki parecían marcianos… -¿No deberías estar haciendo tu tarea?- Con la voz del mayor, el otro salió de su mundo de pensamientos en el cual parecía estar sumergido y soltó una risa nerviosa. 

-Sabes, tal vez mentí un poco y en realidad no tengo ninguna tarea que hacer…- Dicho esto se mordió la lengua y sonrió en un gesto tierno que por poco hacía que Onew se olvidara de todo lo demás…

-¿Por qué?-

-¿Quieres saber porque mentí en algo tan simple como esto? No, hay otro porque que me gustaría más que me preguntaras… Siento que no podré dormir hoy tampoco si no lo haces… ¿Por qué no me preguntas porque te bese ayer, hyung?- La expresión de seriedad del que tenía cabello de hongo sorprendió en sobre manera al mayor, y aunque de hecho si se moría de ganas de hacer esa pregunta, tampoco quería saber la respuesta. Era un sentimiento extraño, y si solo lo hubiera preguntado se hubiera ahorrado varios minutos, pero no. Las decisiones que Jinki tomó tanto en el pasado como entonces NUNCA han sido las correctas. Por eso, en lugar de ir por el camino fácil, decidió compartirle a Taemin un poco de su dolor. Quiso herirlo un poco, lastimarlo aunque fuera una pequeña fracción comparada con el dolor que sentía al haber sido usado un día antes, quitándole el sueño y haciendo que no pusiera nada de atención en clases… Aunque si pensaba en las palabras del otro tal parecía que el tampoco había dormido pero… No había manera de que fuera por su culpa, seguro no durmió pensando en lo bien que se la pasaría con Minho al día siguiente, o en lo arrepentido que estaba de haber besado a alguien sin experiencia como él, ¿No?

-No lo pregunto porque yo se la razón…- Los ojos de Taemin se iluminaron así como lo hacen los de los niños que esperan su regalo de cumpleaños, pero antes de que pudiera decir algo Onew continuó hablando. –No puede haber otra razón. Seguro lo hiciste porque te gusta eso de ir y besar a cualquiera que te pase por enfrente. Y no solo eso, ¿verdad? A veces también llegas a más…  Tal vez solo querías subir tu número de posesiones… Ya tienes a un tipo popular y ahora querías intentar ver que se sentía besar a un típico nerd para nada interesante, ¿No es así?- Todo esto último fue dicho con un tono de voz tan frio que ni siquiera el amante del pollo sabia de donde había salido. Con cada palabra que pasaba la expresión del rubio se iba haciendo más y más triste hasta que al final unas cuantas lágrimas cayeron por sus mejillas dándole a entender a Jinki que ya era suficiente.

-¿Eso es lo que piensas de mí?- Preguntó Taemin en tan solo una especie de susurro. Onew se sintió mal por haberlo hecho llorar, pero no había vuelta atrás.

-¿Qué otra cosa quieres que piense si un día me besas y al siguiente te veo en la zona trasera de la escuela besando a Minho? No es como si no supiera que estas saliendo con el… Más bien lo que no entiendo es porque demonios deje que me besaras. Me largo, solo olvídate de lo que paso ayer y vuelve con el tipo enorme que el seguro es mil veces mejor que yo en cualquier cosa.- El castaño se levantó de su asiento y comenzó a caminar hacia la salida ante la mirada furiosa de la encargada de la biblioteca quien ya había estado a punto de ir y pedirles de la manera menos amable posible que abandonaran el lugar por estar haciendo demasiado ruido. Apenas estaba a punto de llegar a la puerta y terminar con todo, cuando de nuevo sintió una calidez conocida alrededor de su muñeca, y de nuevo era Taemin. El menor arrastró a Jinki hasta fuera de la biblioteca para poder hablar en paz, fuera de la vista de la mujer encargada que los veía con una increíble cara de odio.

-Las cosas no son como crees. No sabes ni la mitad de lo que está pasando ni con él ni conmigo.- El rubio apenas y podía hablar pues su voz se cortaba a consecuencia de todas esas lagrimas que se acumulaban en sus ojos, más puso todo su empeño en secar sus lágrimas una y otra vez y calmar su llanto para poder seguir hablando. –Sé que no estoy en posición de exigir nada, y también sé que no creerás nada de lo que te diga, pero dame una oportunidad.  Quiero que escuches todo lo que tengo que decirte y después de eso, si no quieres volver a dirigirme la palabra en toda tu vida yo lo aceptare, pero por lo menos quiero intentarlo… Dame la oportunidad…-

Era raro para Onew ver la manera en que Taemin lloraba. Jamás lo había visto de esa manera, ni siquiera durante primaria cuando era molestado por los “chicos malos” por verse tan “lindo como una niña”. Además, la forma en que el rubio lo miraba, tratando de parecer fuerte, lo hacía perder el control de sus propios actos y sin saber realmente lo que pasaría, lo llevo hasta su propia casa que para su fortuna no quedaba muy lejos. Una vez ahí se dirigieron a la sala y Jinki tomo asiento en uno de los sillones mientras le indicaba a Taemin que se sentara en otro. Durante el camino sus lágrimas habían cesado y ahora solo mantenía una expresión seria.

-Más vale que tu historia sea buena.- Dijo el castaño sonando un tanto frio. El rubio soltó un largo suspiro y luego obedeció.

-Primeramente, yo termine con Minho esta mañana. Le dije que no podía seguir con él porque a mí me gusta alguien más. Hay alguien en quien no puedo dejar de pensar cada día desde hace más de 8 años y obviamente ese alguien eres tú. Durante mucho tiempo Minho fue un buen amigo, y de alguna manera nos convertimos en algo más. Ninguno llegó a sentir “amor” por el otro y solo salíamos para curar esas tontas heridas del pasado… Puedes decir que soy un idiota, pero no he podido enamorarme de nadie así como lo he hecho de ti a pesar que he salido con un buen número de personas. Tal parece que viste lo que paso esta mañana y… Puede resumirse en “Minho no está dispuesto a dejarme ir tan fácilmente”. Suena engreído que yo lo diga, pero así es.- Las palabras de Taemin dejaron a Jinki atónito. Lo que acababa de escuchar eran demasiado perfectas para ser verdad, o al menos lo era la parte de “ese alguien eres tú.” ¿Había escuchado bien? ¿Esa fue una especie de declaración? Si lo era no había sido para nada romántica como en las películas que tanto le gustaba ver pero… ¿Que más podía esperar? Taemin también era un hombre…
Durante todo el día había tenido una gran mezcla de emociones y ahora realmente no sabía cuál de todos sus sentimientos eran los más fuertes. No entendía si la manera en que su corazón latía le indicaba que debía rendirse de una buena vez y caer rendido ante el otro, o que siguiera dudando como tanto le gustaba. O no es que le gustara, si no que era muy inseguro como para solo dejarse llevar por algo tan tentador.

Pero en toda su vida, como ya se dijo, las decisiones de Jinki JAMAS fueron las correctas. ¿Qué demonios iba a hacer ahora? O más bien… ¿Lo que haría sería lo correcto? Si esperaba tan solo un segundo más esas dudas lo harían perder la cabeza… ¿Podrá tu suerte cambiar de una vez, Lee Jinki?

Notas finales:

Siento que le faltó algo ._. Pero si seguía corrigiéndolo nunca lo iba a publicar XD Bueno, cualquier sugerencia, comentario o lo que sea ya saben por dónde hacerlo :3 Byebye~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).