-Alice, haz estado fuera mucho tiempo, ¿cuándo vas a volver?
Por primera vez en su vida Alice no supo que responder. Sabía que Jasper llamaría tarde o temprano y esperaba tener alguna respuesta para cuando lo hiciera, pero las últimas dos semanas habían sido de total felicidad para ella.
Había convencido a Bella de mudarse con ella a la mansión Cullen. Charlie lo había aceptado un tanto receloso, ya que pensaba que alejarse de Forks le ayudaría a Bella pero regresar a esa casa tal vez provocaría otra crisis. La chica le había asegurado que estaría bien, argumentando que Alice debía estarlo pasando mal durmiendo en el sofá y que así adquiriría mayor independencia. Y desde entonces, tanto Alice como Bella la habían pasado muy bien en su burbuja personal.
-No lo se, Jazz- respondió entre susurros con voz temblorosa- Aun es un caos aquí.
-Espero que no hayas hecho nada malo- Alice suspiró.
-No, es solo que…
-¿Alice? ¿Dónde estas?
De haber sido humana el corazón de Alice se hubiese detenido. Al otro lado de la línea Jasper contenía la respiración. Ninguno de los dos habló por lo que pareció una eternidad, pero en realidad solo pasaron un par de segundos.
-Alice, ¿por qué…?
-Jasper, por favor. Sabías que esto pasaría.
-¿Pero por qué ahora?- inquirió el vampiro furioso- Hemos estado juntos mucho tiempo, hemos pasado por tanto. ¿Por qué de repente lo quieres tirar por la borda?
-Ya te lo había advertido Jasper- repuso Alice con voz firme- Mi futuro y el tuyo ya no están conectados.
-¿Alice?- la enmarañada cabellera obscura de Bella apareció por la puerta. Alice sonrió y le indicó que le permitiera un segundo.
-Lo prometiste- dijo Jasper con voz lúgubre.
-Prometí que estaríamos juntos todo el tiempo que fuera posible- dijo Alice apenas moviendo los labios- He escogido otro camino Jazz, espero que lo entiendas.
-No Alice, no lo entiendo
-Lo harás,-dijo Alice en voz un poco más fuerte- saluda a Esme de mi parte, dile que volveré pronto.
Y colgó el teléfono.
-¿Todo esta bien? - preguntó Bella sentándose a su lado. La cama dorada ocupada casi toda la habitación, Alice se había encargado de conseguirla para poder estar a la distancia necesaria de Bella en algunos momentos.
-Sí, solo llamé a casa para reportarme- mintió Alice. Bella se reclinó sobre su pecho suavemente- Bella, ¿te molestaría que fuéramos a ver a mis padres?
-¿Debo ir a pedir tu mano?- preguntó la chica. Alice sonrió.
-Quizá no haría daño… Solo quiero que ellos lo sepan
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-No se si esto sea buena idea- murmuró Bella. El Porshe 911 Turbo amarillo de Alice redujo levemente la velocidad.
-No es como si fuera la primera vez que los ves…
-Pero es la primera vez desde que… se fueron y desde que tu… y yo…- Bella se sonrojó levemente al decir eso último. Alice rió, sabía que todo iba a marchar sobre ruedas. De pronto una visión confusa cruzó su mente y su sonrisa se tambaleó ligeramente -¿Qué sucede Alice?
Alice parpadeó.
-Va a llover, mejor ponte el abrigo- le indicó mientras bajaba del auto, Bella la imitó. Alice se apresuró a tomar su mano y juntas caminaron a hacia la casa.
Bella estaba fascinada con el paisaje que tenía Alaska, cosa extraña teniendo en cuenta que ella odiaba la nieve, y se sintió muy cómoda cuando llegaron ahí. Habían pasado la mañana admirando las montañas desde el hotel donde se habían hospedado para que Bella pudiera dormir y así mismo que Alice tuviera la oportunidad de salir de caza.
Alice iba tensa y Bella entendió la razón cuando miró a la entrada de la casa
Ahí estaba Edward, increíblemente guapo hasta lo imposible, con aquella mirada intensa que hacía que a Bella sele fuera el aliento y con una sonrisa tensa, que pese a que se notaba incómoda, adornaba su rostro de manera impecable.
Mientras avanzaban Bella tenía la sensación de que habría algún tipo de confrontación y seguramente Alice pensaba lo mismo porque cuando Edward se acercó a ella y la abrazo Alice se dejó cargar como muñeca de trapo en lugar de saltarle encima a su hermano favorito.
-No debiste traerla- le susurró al oído Edward, tan bajo que ella apenas lo escuchó.
-¿Y por qué no?- susurró ella a su vez- Tengo derecho de estar con la persona que amo ¿no es así?
Edward la dejó caer, su rostro reflejaba dolor. El vampiro entro a la casa sin siquiera mirar a Bella.
-Alice, Bella- el rostro de Esme se iluminó cuando salió a recibirlas. Bella se obligó a sonreír, a pesar de tener ganas de llorar. El recibimiento de los demás fue normal hasta cierto punto, ya que Rosalie apenas vio la manera en que Alice trataba a Bella salió de la casa. Jasper no se dejó ver y Edward no volvió a aparecer pero se escuchaban sus pasos en algún lugar de la casa.
“Estas planeando algo ¿verdad?” preguntó mentalmente Jasper, Edward asintió “¿Puedo ayudarte?”
-Ni siquiera tus poderes nos ayudarían a romper sus lazos-murmuró Edward- Esto ya estaba planeado, es lo que debía de ser…
-¿Lo vas a aceptar así como así?
-No es el hecho de que ellas estén juntas lo que me molesta- replicó Edward- Es lo que Alice planea hacerle a Bella…
-Es también lo que ella quiere- le interrumpió una voz desde la entrada. Jasper se sobresaltó ligeramente, pero Edward había escuchado sus pensamientos desde que venía en camino.
-Pensé que estabas contra todo esto Rose- dijo suavemente Edward dejándose caer en un sillón, aparentando estar muy cansado.
Rosalie se sentó a un lado de Jasper, acariciando levemente su cabello.
-Ella te lo advirtió Jazz- le recordó cariñosamente- No dejes que tus sentimientos por Alice te hagan cometer una estupidez.
Jasper gruño.
-Y respondiendo a tu pregunta- dijo la rubia, volviéndose hacía Edward- preferiría que Alice no lo hiciera, pero ella quiere complacer a Bella en todo lo que pueda.
-No dejaré que lo haga- respondió Edward con los dientes apretados- La pondrá en peligro…
-Ella ya lo decidió, no hay nada que hacer- dijo Rosalie- Lo acaban de anunciar, lo lamento.
Edward no pudo evitar que un gesto de dolor cruzara por su rostro.
-Me largo de aquí- anunció Jasper, poniéndose de pie. Abrió una de las ventanas y rápidamente desapareció por ahí
Entonces Edward se volvió hacia Rosalie.
-¿Qué pretendes?
-Intento darme una oportunidad- respondió la rubia antes de abandonar la habitación. Edward suspiró y siguió a Jasper por la ventana.
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-Bella, por favor- suplicó Edward- no lo hagas.
La chica frunció el ceño, contrariada.
-Es mi decisión, Alice está de acuerdo y lo haré- dijo decidida- No estoy dispuesta a perder a otra persona Edward.
Bella pudo distinguir un brillo de dolor en la mirada de Edward.
-Alice, ella no lo soportará- dijo en voz realmente baja, capturando la mirada de la vampiresa al otro lado de la habitación.
-Es lo que ella quiere- dijo ella con voz normal.
-No puedes darle siempre lo que ella quiere- gruñó Edward- No puedes hacer siempre lo que tú quieres.
-No, estoy haciendo lo que necesito hacer- dijo Alice severamente- Aunque ella aun estuviera contigo yo igual lo haría.
Edward retrocedió un paso involuntariamente. Entonces Jasper intervino.
-¿No se te ha ocurrido pensar que ella solo quiere que la conviertas?- dijo mordazmente.
-Si estas insinuando que no quiero a Alice…- comenzó a decir Bella.
-¿Y qué si eso es lo que quiero decir?- no fue la voz de Jasper lo que atemorizó a Bella, sino su mirada que mostraba lo molesto que estaba por la situación. Bella sabía que Jasper probablemente la odiaría por haberlo alejado de Alice, pero eso no hacía que Bella quisiera abandonarla a ella o a su sueño de pertenecer a su familia.
Alice se hizo notar a un lado de Bella, al igual que Emmett.
-Jazz, no- le pidió Edward, poniendo su mano en el hombro del rubio. Esto pareció tranquilizar al vampiro.
-Sabes porque no quiero esto Alice- le dijo Edward.
-Y tú sabes porque necesito esto- respondió Alice- Esto no solo cambiará mi vida y la de Alice, sino la de todos en esta habitación.
La imagen de un futuro venidero centelleó en la mente de Edward. Un hermoso bebé rubio estaba en los brazos de Rosalie, a lo lejos Edward, Jasper y Bella observaban sonrientes la escena. Bella se acercó a Rosalie y tomó al bebé en brazos. Durante un segundo su piel centelleó bajo los rayos del Sol. Al otro lado del jardín Edward abrazaba a Jasper antes de plantar un casto beso en sus labios…
La imagen se desvaneció de la mente de Edward, al igual que su enojo. Por un instante la mirada del vampiro osciló entre Alice, Jasper y Bella. Luego una idea cruzó su mente rápidamente.
-Tú lo sabías ¿verdad?- preguntó Edward, atrapando la mirada de Rosalie- Por eso es que no estas molesta.
-Intento darle una oportunidad a la situación- fue la única respuesta de la rubia.
Alice se acercó a su hermano y puso su mano en el antebrazo del chico.
-Esto tenía que pasar. Bella y tú no estaban destinados a estar juntos al igual que Jasper y yo- las palabras acariciaron a Edward aunque aún dolían- Te dije que también yo iba a amarla…
La respiración de Edward era pesada.
-Yo… necesito salir de aquí- murmuró antes de salir corriendo de la habitación. Bella no pudo evitar sollozar y antes de que se diera cuenta ya estaba entre los brazos de Alice.
-Tranquila, él volverá- susurró.
-¿Qué fue lo que viste Alice?- preguntó Jasper. La chica lo miró, sonriendo cálidamente.
-Cuando venga el momento lo sabrás- dijo- Pero primero Edward debe aclarar su mente.
Jasper asintió ligeramente confundido, incapaz de mirar como Alice sostenía en brazos a Bella.
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-¿Cómo te sientes?- preguntó Alice a Bella. La chica la miró, estaba nerviosa y no podía disimularlo, sin embargo quería hacerlo. Lentamente se acercó a cama y se recostó en ella.
-Estoy lista- respondió, cerrando los ojos. Alice suspiró y comenzó a acercarse a ella. La piel de Bella reaccionó ante el contacto frio de la piel de la vampira, quien lentamente acercó una mano a su rostro antes de besarla tiernamente en los labios.
-Estarás bien, lo prometo- murmuró Alice. Bella asintió.
-Confió en ti- le dijo. Cerró los ojos mientras Alice le recogía el cabello, dejando descubierto su cuello. Alice recorrió con sus dedos el cuello de la chica, tratando de no pensar en lo que pasaba y mordió su cuello una sola vez. Bella no pudo contener un grito. Dolía.
Alice apenas podía soportarlo, sentía su dolor como si fuera de ella. Tomó su mano y la acarició suavemente mientras cantaba su canción favorita, mitad canción de cuna mitad balada, pero no pudo soportarlo mucho tiempo.
-Alice- gemía Bella, destrozada del dolor.
-Carlisle…- murmuró la vampiresa. El doctor apareció de inmediato en la puerta- ¿Hay algo…?
-Lo siento Alice- negó Carlisle- No creo que funcione.
Alice apretó los labios fuertemente, sin expresión alguna en el rostro. Continuó acariciando la piel de Bella, en un intento de calmar el intenso dolor que seguramente sentía la chica estaba sintiendo. De vez en cuando Alice se estremecía con la intensidad de sus gritos.
Unos días después Bella dejó de gritar y abrió los ojos antes de dirigirle una mirada inyectada en sangre a Alice.