Sus oídos se llenaban de aquel melancólico sonido del violín y mientras lo observaba se preguntó qué le habría sucedido para expresar tal tristeza en aquella melodía que a la vez lograba que le llegara a lo más profundo.
Quizás había perdido a alguien importante o tendría una decepción amorosa ¿Quién sabe? Habían tantos motivos por lo que podría sentirse triste.
— Yuu— la voz de su amigo lo sacó de sus cavilaciones haciéndolo volver a la realidad
— ¿Qué pasa Shima? — preguntó un poco distraído tratando de ordenar sus pensamientos
— vamos, Takanori nos espera para irnos a cenar — le dijo muy sonriente
— ya voy — miró por última vez hacia aquella sala y él ya no estaba nunca había visto su rostro puesto que siempre estaba de espalda algún día tenía que entrar y así poder saber al menos su nombre.
En el camino hasta el restaurante realmente estuvo callado pensando en aquella persona estaba enamorado de sus melodías del sentimiento que expresaba, el mismo en los años que llevaba tocando guitarra era incapaz de lograr tal grado de conmoción ya que su vida era monótona y no tenía sufrimientos ni momentos agradables simplemente se levantaba por las mañanas estudiaba trabajaba y dormía por la noche una que otra vez salía con sus amigos pero nada fuera de lo común, nunca había tenido algún romance o alguna cosa que le quitara el sueño solo la guitarra podía ser considerada un interés pero tampoco sabía muy bien por qué le gustaba. Simplemente disfrutaba rozando sus cuerdas según él no era necesario un motivo para que algo te gustara ya que si fuera así la gente debía vivir dando explicaciones de como vestía de la música que escuchaba en fin de todo. A veces deseaba tener algún tipo de emoción para poder experimentar algo diferente alguna vez en su vida porque estaba aburrido de su rutina diaria y de la eterna soledad de sus días.
— ¿En qué piensas vejete? — le preguntó el rubio a su izquierda
— respeta a tus mayores mocoso insolente — comentó divertido
— lo siento señor Shiroyama
— Idiota , Takanori por favor controla a tu novio
— Akira por favor
— a la orden — dijo poniendo una mano en su frente y haciendo una reverencia sacándole una sonrisa a todos los ocupantes del taxi
— ¿y qué haremos?
— beber ¿no es obvio?
— yo paso más tarde debo ir al trabajo y mañana tengo que levantarme temprano así que no
— eres un aburrido Aoishi — le dijo el castaño abrazándolo fuerte, para nadie era un secreto que el castaño guitarrista tenía sentimientos por el pelinegro pero este sin embargo siempre había sido muy claro con él diciéndole que no le correspondía que probablemente nunca lo haría ya que gustaba de las mujeres pero que continuarían con su amistad como si aquella confesión nunca hubiese pasado
— Basta shima — dijo alejándose un tanto incómodo por la situación
— lo siento yuu- se alejó avergonzado no importa cuanto lo intentara nunca era correspondido por él y ya estaba perdiendo las esperanzas.
— chicos creo que fue mala idea venir — comentó aun mosqueado por la situación además no estaba de humor para nada quería ir a casa a componer un rato extrañamente se sentía inspirado y era algo rarísimo en el siendo tan frio a diferencia del castaño que un atardecer una bella película o las cosas más triviales podían ser inspiración de grandes melodías en ese sentido le tenía envidia el solo lograba inspirarse de vez en cuando en los días de lluvia o cuando las melodías del desconocido chico realmente lograban adentrarse en su corazón.
— ¿Estás de broma? Ya he dicho que lo siento
— Shima no es por ti es que realmente no estoy de buen humor
— últimamente nunca lo estás solo se te ve bien cuando escuchas a ese tipo — le dijo receloso el más alto— ni siquiera lo conoces y te la pasas viendo como toca el violín
—¿celoso uru? — pregunto divertido el rubio
— jódete akira— dijo enseñándole el dedo medio y arrimándose en la ventana con cara de pocos amigos
— chicos no es nada personal es que me siento mal quiero dormir
— bueno si te quieres ir no somos quienes para retenerte— esta vez habló el pelirrojo mientras se recostaba en el regazo de su novio.
— gracias por entender — aprovechando que el taxi pasaba cerca de su departamento se bajó .
Caminó cerca de tres cuadras hasta llegar a su edificio y cuando visualizo por fin la puerta de su departamento suspiro abrió rápidamente y se fijó que habían unas cajas afuera de la puerta vecina algo extraño ya que desde los cuatro años que vivía en aquel piso siempre estuvo deshabitado se quedó viendo unos segundos más hasta que escucho unos pasos y decidió entrar pero la curiosidad fue más grande y miró por el rabillo de la puerta era un joven no pudo verle bien la cara porque traía puesto un gorro y una bufanda hacia frio
—me pregunto quién será — se deshizo de su abrigo guantes y bufanda y se preparó un café caliente para pasar la tarde.