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Subtítulo por SasuDaiii

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Notas del capitulo:

 

                           ¡Disfruten la lectura!

 

Volví, no le he prestado la atención que debería pero dah... he estado un poco enferma y esto absorbe la mayoría de mi tiempo.

 

Lo siento, ahora como siempre, les deseo una satisfactoria lectura, deseando no aburrirlos xD aunque si tienen sueño, hey, esto es perfecto. Una anhelada siesta les caerá como anillo en dedo xDDD.

 

¡Ahora, lean! 

 

 

 

 Ehm... un asuntico... _. Leer, las notas finales, es muy importante. Si les importa el fic. Si no, no hay cuidado ;w;

 

 

 

Subtítulo

Por SasuDaiii

 

 

Capítulo 10 ¡Feliz cumpleaños, Sasuke!

 

23/Julio.

—¡Feliz, feliz cumpleaños!— Exclamó Mikoto, mientras abrazaba a su hijo posesivamente.

Instantáneamente, todos dejaron escapar exaltadas risas por la expresión del menor, el cual llegaba a casa y se encontraba con una fiesta de tales proporciones, rodeado de fanáticas dementes, gente de diferentes cursos, familia desconocida de la tan extensa reproducción Uchiha y, finalmente, algunos profesores, pero tan sólo los más cercanos como: Kakashi-Sensei, Iruka, Asuma, Kurenai y Tsunade.

La música regodeaba a todos, provocando que varias parejas empezaran a bailar ese tipo de música que tantos criticaban, pero el cual era simplemente esencial en una fiesta de calidad: El reggaetón.  Mientras Sasuke, quien finalmente se libraba del agarre de su madre, era nuevamente rodeado por sus desquiciadas pero muy hermosas fans, las cuales extendían sus regalos al susodicho.

Sin saber muy bien qué hacer o cómo acercarme a él para darle el mío, dejé escapar un suspiro de mis labios, para luego apoyarme descuidado contra la pared.

—¡Naru-chan!— Gritó Mikoto, sonriente. Acercándose, con un decisivo paso, hacia mí.

—Miko-chan— Dije, al tenerla lo suficientemente cerca como para que me escuchase. Ella sonreía eufórica, dejando a la vista la hilera de sus blancos dientes.

—¡Naru-chan, es Okasan!— Reclamó —¿Y qué le has comprado a Sasuke?— Cuestionó, arrebatándome el presente de las manos.

—Ehm… no sé si es realmente bueno, pero no poseía suficiente dinero— Manifesté, avergonzado.

…La verdad es que Sasuke, en este justo momento, habría recibido tantos regalos de sus afanadas perseguidoras que, al entregarle el mío, no lo vería como la gran cosa.

Y es que me había esmerado tanto, había investigado todo tipo de horóscopos para guiarme sobre qué regalarle con exactitud, lo cual había resultado totalmente inútil —¿Qué es?— Preguntó, sin atreverse a abrir el susodicho. 

—Es… una manta con forma de tomate— Farfullé, sonrojado.

—¿Una qué?— Preguntó, enarcando sus cejas.

—Una manta con forma de tomate— Repetí más avergonzado que antes.

—D-de acuerdo— Murmuró, sonriéndome de medio lado —¿Te habían dicho que eres extremadamente adorable?

—No— Respondí vacilante —P-pero eso no es todo…

—¿Le compraste algo más?— Cuestionó ofreciéndome su mano, la cual tomé titubeante.

—Sí, aunque no estoy seguro de que le gustará…

—¡Nimiedades!— Aseguró, apretando con fuerza su mano contra la mía — Ahora lo único que necesitamos es alejarlo de todas esas demente mujeres que lo asechan, pero descuida, yo arreglaré aquello— Y, sin darme tiempo para rogarle no hacer dicha fatalidad, se encaminó hacia ellos. 

Sin embargo, nadie nos observó, en lo absoluto. Todas estaban abstraídas en Sasuke, quien fruncía el ceño y abría desganado todos los regalos que le ofrecían.

—¡Sasu-chan!— Gritó Mikoto atrayendo finalmente la atención del susodicho, causando que nos sonriera con arrogancia e intentara caminar hacia ambos; no obstante, se vio impedido por su fanaticada, la cual exigía atención.

Mikoto no pareció rendirse y, en un último, pero certero intento, se adentró entre todas arrastrándome con ella, dejándonos finalmente al lado de Sasuke.

—Hola— Dijo, sonriendo enternecedoramente —Soy la mamá de Sasuke.

Todas la observaron intrigantes —Por cierto… ¿Sabían que en aquel mueble está un álbum de fotos de Sasuke bebé?— Cuestionó, fingiendo inocencia, mientras señalaba hasta el susodicho el cual estaba del otro lado de la habitación.

Sin decir ni mu, todas corrieron a éste dejándonos, finalmente, solos.

—Bien— Declaró sonriente  para darme un nada sutil empujón hacia Sasuke, dejándonos frente a frente —Muéstrale el regalo.

—S-sí— Farfullé, para ofrecérselo con movimientos irresolutos.

Sasuke tan sólo sonrió y lo agarró entre sus dedos para luego abrirlo con parsimonia. Cada movimiento, cada gesto, cada expresión era tortuosa. Estaba muriendo en vida por la lentitud con la que éste actuaba.

 —¿Una manta de tomate?— Preguntó, observándome fijamente. Entonces, efusivo, asentí esperando por un comentario —Gracias— Dijo, provocando un gritillo de su madre.

—P-pero ¡¿Y el otro regalo?!— Reclamó Mikoto, presurosa.

—Eso no te incumbe— Comentó simple y con un tono de voz cortante.

—¿Qué es?— Preguntó, mirándome fijamente.

—Nada especial— Argumenté, dejándola indecisa, por lo que simplemente soltó aire de sus pulmones y, sin decir nada, caminó hacia las fanáticas de Sasuke, que intentaban abrir el mueble a toda costa ya que éste se encontraba cerrado.

—Así que… — Murmuró Sasuke, acercándose lentamente hacia mí —Este regalo lo utilizarás esta noche, ¿Cierto?— Preguntó, dejándonos a tan sólo unos centímetros de distancia.

—T-tal vez— Parafraseé, sonrojándome.

—Eso espero— Argumentó, mientras tomaba disimuladamente mi mano.

—¿Qué haces?— Pregunté, intentando deshacer el contacto pero siendo impedido por su fuerte mano que se negaba a soltar la mía —Nos verán.

—No, no lo harán. Todo está oscuro— Aseguró, haciendo más íntimo el contacto.

—¡Naruto-kun!— Gritaron, deshaciendo el hechizo, provocando que ambos nos alejáramos inmediatamente.

—Naru-kun— Dijo Kiba, totalmente exhausto, al llegar hasta donde estaba.

—Hola, Kiba— Resoplé, sonriéndole falsamente.

—¿Qué haces junto a éste?— Preguntó, frunciendo el ceño e incorporándose finalmente para dedicarle una gélida mirada a Sasuke, el cual imitaba el gesto del Inuzuka.

—Es su cumpleaños— Aseguré, sin comprender muy bien porqué intentaba justificarme.

—Oh, cierto— Farfulló —Toma— Dijo, alcanzándole un regalo.

—No, gracias, bienvenido eres a arrojarlo en la basura— Inquirió, sonriendo prepotente, pero, cuando pensé que mi amigo le gritaría pasó todo lo contrario: Kiba tan sólo lo observó y dejó el regalo junto a él, sobre una mesa donde estaban los demás.

—Naruto, Tenten quiere saludarte, ven conmigo— Y más que una sugerencia se escuchó como una orden.

—De acuerdo— Dije sin miramientos para seguirlo en silencio siendo seguidos por la mirada de Sasuke.

Al perdernos de la vista del mismo, nos dirigimos hasta donde estaba Tenten con Hinata quienes, al verme, sonrieron.

—Hola— Dije con un tono despreocupado.

—¡Maldito ingrato!— Gritó Tenten, acercándoseme amenazadoramente.

—Sí… yo también te quiero, Tenten, ¿Que cómo me ha ido? De maravilla ¿Sabes? Te he extrañado un montón… — Ironicé condescendientemente.

—¿Me has extrañado?— Preguntó, ignorando por completo lo anterior.

—Sí— Acepté, sonriéndole.

—Bueno, te has salvado— Agregó, para señalarme a Hinata, quien permanecía inerte sin mencionar palabra, totalmente sonrojada, observando a la nada —Ahora, volviendo a lo importante…

—Hinata quiere bailar contigo— Murmuró Kiba, cortante, interrumpiendo a Tenten la cual lo observaba perpleja.

—¿Ah, sí?— Pregunté, fijándome meticulosamente en Kiba, se veía diferente. Con un aire más maduro y centrado —Claro, ¿Por qué no?— Cuestioné sin esperar respuesta, observando a Hinata, quien rehuía mi mirada.

Entonces, sin decir nada, la tomé de la mano y la dirigí a la pista. Ella se estremecía ligeramente ante mi contacto y continuaba con las mejillas enrojecidas.

—¿Sucede algo?— Pregunté, al estar lo suficientemente alejados de los demás.

Esta negó fuertemente aun sin mirarme —De acuerdo— Agregué, para pasar uno de mis brazos detrás de su cintura  y apoyar por completo su cuerpo al mío, dejando nuestros rostros a una corta distancia; atrayendo finalmente su mirar, ésta seguía con aquel perceptible sonrojo sobre sus mejillas.

—Entonces, Hinata, me disculparás, pero como bailarín no soy el mejor— Dije, sonriéndole —Pero supongo y esto no te molestará, ¿O sí? — Ella negó con aspereza.

Sin decir más, seguí con el ritmo suave de la música, guiándola conmigo, haciendo nuestros movimientos sincronizados y pausados.

Hinata, quien parecía finalmente más calmada, contribuyó a los pasos de la lenta canción, siguiéndome, realizando los pasos de forma anticipada como si los intuyera y de tal manera los hiciera.

Luego, de un momento a otro, el estilo de la música cambió abruptamente, escuchándose nuevamente aquel obsceno ritmo llamado reggaetón  y, separándome de Hinata para darme espacio, comencé a bailarlo logrando sonrojarla nuevamente.

Sin pensar muy bien porqué hacia aquello, continué bailando sensualmente como había hecho tantas veces antes  mientras le sonreía a Hinata, quien estaba totalmente inmóvil, observándome. Aun así, no me detuve. Seguía ahí, bailando alrededor de ella, extasiado por lograr sonrojarla de dicha manera.

 

____SN_____ 

Luego, cuando la fiesta terminó, me dirigí a mi habitación.

Sasuke me había exigido –sí, exacto, exigido- que, al llegar, tuviera puesto mi segundo presente. Y, como éste ordenó, así lo hice.

Me cambié y esperé por él, utilizando el maldito traje que sabe quién o por qué había comprado para Sasuke.

—Hola, Naruto— Dijo Sasuke mientras entraba a la habitación y me miraba expectante, detallando el disfraz de mayordomo.

Había comprado uno muy parecido al de Sebastian pero, a diferencia de la otra vez, ahora conservaba el color natural de mis ojos y de mi cabello; éste se acercó a mí y besó mis labios, casto.

—¿Así que serás mi mayordomo por esta noche?— Murmuró sobre mi oído para  luego mordisquear sugerente mi lóbulo, sonrojado, asentí —Entonces, supongo que obedecerás todas mis órdenes, ¿Cierto?— Asentí nuevamente, sin mucha convicción —Eso suena tentador… — Murmuró alejándose de mí — Pero antes… — Inquirió, observándome fijamente, con el ceño fruncido.

—¿Sucede algo?— Pregunté, al fijarme en el tono utilizado.

—¿Por qué te fuiste con Kiba?— Cuestionó cortante.

—¿Estás celoso?— Respondí con otra pregunta, irritándole.

—Tsk, obviamente no.

—Entonces, ¿cuál es el problema?

—No es un secreto que Kiba está enamorado de ti— Inquirió con seriedad.

—¿Y?— Pregunté con simpleza.                    

—…Sólo olvídalo— Murmuró —Ahora sí, a lo importante— Comentó, vacilante.

—Espera, Sasuke— Musité —¿Te molestaste conmigo por haberme ido?

—Tan sólo un poco— Aceptó suspirante —Pero supongo y no tengo derecho a estarlo.

—¿Qué quiere decir eso?

—Que… eres una persona autónoma, lo cual indica que puedes escoger a tus próximas parejas como te plazca.

—¿Próximas parejas?— Pregunté determinante, alejándome de él —¿Crees que quiero estar con Kiba?

—¿No es así?

—¡Demonios, no!— Exclamé —Kiba siempre ha estado enamorado de mí, pero es mi amigo… siempre será mi amigo, nunca lograré verle como algo más— Admití.

—Nunca digas nunca— Respondió vehemente, sin creerme un comino.

—Oh, por favor. Ahórrate las frases de cajón, es patético.

—No es ninguna frase de cajón— Aseveró, mirándome fijamente, con el ceño fruncido.

—A mí me sonó a una… — Me apresuré a decir con riña, totalmente molesto e irritado.

—No me interesa cómo sonó para ti, simplemente indico un hecho, maldito dobe.

—Eres un bastardo— Murmuré, asesinándole incontables veces en mi retorcida cabeza.

—Entonces, ¿qué demonios haces conmigo?— Cuestionó con prepotencia y sorna, dando un paso amenazador hacia mí.

—Basta de innecesarios protocolos, deja tu parafraseo y di lo que tengas que decir. ¡Es que no lo puedo creer! ¿En serio pensabas que coqueteaba con Kiba mientras estaba contigo? ¿Estás demente? Aparte, déjate de reclamos, teme, que yo no te recrimino por estar rodeado de hermosas mujeres todo el día, con las cuales tengo entendido ya te has acostado— Dije tan rápido como pude, quedándome eventualmente sin oxígeno, dejando mi respiración agitada.

—Madura— Respondió con rudeza.

—Ya lo he dicho, no soy fruta.

—Cállate de una buena vez— Riñó —¿No se supone que deberías estar complaciéndome?

—Lamento decepcionarte, pero si quieres hacer algo tendrás que obligarme— Recriminé, bufando molesto.

—Entonces así será— Dijo acercándose a mí, uniendo nuestros labios en un rudo beso, el cual no era recíproco. Entonces me abrumó con sus brazos, estrujando y apretando mi cuerpo contra el del él.

—Sasuke, suéltame— Ordené, en el momento en que nos separamos.

—¿Por qué te es tan difícil ver que eres solo mío?— Cuestionó, en un tono que no pude interpretar.

—Yo no soy un objeto— Aseguré severamente mientras empujaba con ambas manos su pecho, retirándolo con fuerza.

—Eso lo sé— Farfulló mientras me tomaba fuertemente la cadera y me besaba, para luego dirigirme hasta la cama.

—Ya te dije que no quiero— Dije, flojo. Sin real convicción logrando sacarle una sonrisa.

Entonces, éste, sin decir nada, me arrojó con rudeza sobre la cama y se subió sobre mí —¿Que tenemos aquí?— Susurró en mi oído con una voz completamente excitada —Ya estás caliente, ¿no es así? ¿O es que vas a apartarme otra vez de un empujón?

Sonrojado, cerré los ojos ¡Se suponía que estaba ejerciendo resistencia! ¿Pero entonces por qué no me resistía? ¿Por qué nunca me resistía? Daba igual si estaba enfadado o cansado, siempre acababa cediendo a las anhelantes caricias de Sasuke.

Luego noté cómo Sasuke deslizaba una mano por debajo de mi camiseta para acariciarme el torso y, sin poderlo evitar, me estremecí ante el contacto, debido a que las manos de Sasuke estaban frías.

—Tranquilo, no tienes que fingir — Susurró en mi oído, condescendiente.

—Idiota, yo no estoy… ¡ah!

Sasuke pellizcó fuertemente mi pezón sin previo aviso, logrando arrancarme un gemido.

—No hagas eso… me haces daño— Musité, completamente sonrojado.

—¿De verdad?— Contestó con una escalofriante sonrisa, al tiempo que se despojaba de mi ropa para luego él mismo quitarse la suya.

Sasuke se deslizó hacia abajo y lamió fuertemente  uno de mis pezones, jugando con ellos a su antojo, arrancándome pequeños jadeos que trataba de ahogar desesperadamente. Odiaba reconocerlo, pero Sasuke sabía -como nadie- cada parte sensible y placentera, conocía cada rincón de mi ser y eso me hacía sentir miedo, era tan vulnerable ante las manos del Uchiha...

Mi cuerpo se retorcía tembloroso ante el roce de Sasuke, que frotaba de forma descarada su erección contra la mía, logrando que olvidara por un momento que estaba molesto con el mismo.

—Vamos, dobe, acepta que lo estás deseando… — Comentó con gesto de desaprobación separándose un poco para poder contemplarme en su totalidad.

— ¡Cállate!— Dije, lanzándole un puñetazo el cual Sasuke esquivó fácilmente.

Sasuke se  limitó a sonreírme arrogante como solía hacerlo  y luego simplemente se inclinó para besarme ferozmente, mordisqueando y estimulando mis labios hasta dejarlos hinchados y enrojecidos.

—Si quieres que me detenga sólo dilo, sensual mayordomo— Dijo agarrando posesivamente mis caderas, acercándolas peligrosamente a las suyas.

—Te dije que te callaras, maldición.

Sasuke recorrió delicadamente con sus manos mi enrojecida piel, estimulándola más, bajando sus labios suavemente por mi cuello.

—No… no me dejes marcas en el cuello, baka— Dije, sonrojado.

—Nunca dije que te obedecería, se supone que el mayordomo aquí eres tú — Respondió con una sonrisa arrogante.

Cuando me dispuse a reclamarle, éste acalló mis quejas con un endurecido mordisco en mi quijada.

—Teme, pedazo d-de idiota, te dije que no… ¡ah! ¡Sa…Sasuke!

Sasuke, se había deslizado nuevamente hacia abajo para morder sin piedad mis rosados y erectos pezones, los cuales lamía y apretaba hasta dejarlos irritados.

—Sasuke… — Gemí por lo bajo, totalmente avergonzado, preguntándome mentalmente si alguno de la familia Uchiha nos habría escuchado —Detente,… por favor ¡Sasuke! Ah, ah…

—Naruto, ¿pretendes que me detenga al escuchar esos gemidos tan indecentes?— Dijo bajando por mi pecho dejando marcas rosadas ahí donde ponía sus hambrientos labios.

—Deja… de burlarte de mí.

—No lo hago— Aseguró sonriéndome.

—Hm… ah ¡Ah! — Sasuke había empezado a lamer mi erecto miembro, delineándolo suavemente con su insaciable lengua.

—Esto no es suficiente, ¿Cierto? — Dijo lamiéndolo de una forma desquiciantemente lenta, al tiempo que introducía un dedo en mi estrecho y cálido agujero.

—¡Ah! ¡Ah! Sasuke, no… — Gemí agarrando con fuerza las sábanas.

—Ya dices “no” por inercia, ¿Verdad?

Sasuke introdujo un segundo dedo.

—¡Ugh! Bastardo… todavía no me había acostumbrado al primero…

Este tan sólo soltó una prepotente risita —Eres extremadamente adorable.

—Ca… cállate de una vez— Murmuré estando seguro de que, si no fuera por la situación en la que me encontraba, habría golpeado nuevamente a Sasuke.

—Si no lo deseas sólo tienes que decirlo, nunca te obligaría a nada.

Musitó sonriendo antes de llevarse a la boca mi miembro, arrancándome unos suaves y reprimidos gemidos. Podía notar cómo Sasuke succionaba con fuerza, deteniéndose de vez en cuando para dar pequeñas lamidas; podía sentir mi erección completamente húmeda y caliente en contacto con la boca de Sasuke, tímidamente moví la cadera contra la voraz boca del moreno.

Al tiempo que movía su boca rítmicamente de arriba abajo Sasuke jugaba con los dedos que tenía en mi interior, realizando movimientos bruscos que me hicieron encoger de placer.

—No… no los muevas así… ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah!

Enrojecido de la vergüenza, gemí descontroladamente. El placer que Sasuke me estaba dando con su boca era demasiado intenso, miré hacia abajo y vi como la cabeza de Sasuke subía y bajaba de forma hipnótica sobre mi miembro. En ese instante, Sasuke levantó la mirada y sus ardientes ojos se clavaron en los míos que, ante la visión de semejante escena, no pude evitar venirme violentamente en la boca del mismo.

Sasuke se limpió las comisuras de la boca y sonrió.

—¿Todavía quieres que me detenga?— Dijo acercándose lenta y sensualmente —Sólo dilo y lo haré.

—Ca… cállate— Dije, apartando la mirada avergonzado.

Sasuke me obligó a girar la cara para fundirnos en un lascivo beso, del cual me aparté sofocado.

—El mejor regalo de cumpleaños— Comentó burlón mientras abría mis piernas y las entrelazaba en su cadera.

Sasuke me contempló, detallando cómo las gotas de sudor que recorrían todo mi cuerpo se deslizaban lentamente y, finalmente, se acercó a mis labios, con una enloquecedora parsimonia —¿Estás preparado? — Susurró en los mismos.

No obtuvo respuesta, ni siquiera una mirada de mi parte, aun cuando ahora me encontraba así, todavía no había olvidado mi enfado de hace un rato.

Sasuke besó dulcemente mis enrojecidos labios, al tiempo que acariciaba suavemente las zonas castigadas anteriormente con sus violentas mordidas, los besos cada vez más dulces recorrían delicadamente mi cuerpo.

—Hm… Sasuke— Simplemente  me resultaba imposible resistirme por mucho tiempo al placentero roce que Sasuke me ofrecía.

Eso era lo que Sasuke quería oír, una voz ansiosa por el deseo.

—Voy a meterla ¿De acuerdo? — Susurró contra mi oído, estremeciéndome, desfigurando mi rostro con una mueca excitada.

—Nue-nuevamente digo, ca...cállate.

Sasuke soltó un bufido de burla y, sin previo aviso, se introdujo por completo en mi interior arrancándome un estrepitoso grito de dolor, el cual fue callado por la palma de mi mano. Instintivamente cerré los ojos al tiempo que mi respiración se aceleraba todavía más; muy a mi pesar, unas traicioneras lágrimas de dolor cayeron involuntariamente por mis enrojecidas mejillas, Sasuke se acercó aún más a mí y se quedó ahí, observándome fijamente, sin ejercer ningún movimiento.

Secó las cálidas lágrimas y besó con dedicación mi frente.

—M-me la metes bruscamente y… después esperas a que me acostumbre…tan  considerado— Tartamudeé sin haber recuperado aún el aliento.

 Sasuke ignoró mi comentario y sin piedad mordió mi hombro dejando marca debido a sus afilados dientes —Sh… Calma dobe, te escucharán— Susurró contra mi oído.

—M-maldito… idiota— Bramé sonrojado mientras me movía incomodo —Entonces, ¿Te vas a empezar a mover o es que ya estás cansado? — Inquirí mirándole fijamente, moviéndome levemente para sacar unos centímetros el miembro clavado en mí.

En respuesta, Sasuke comenzó a moverse suavemente primero y más rápido después, con cada embestida parecía llegar más profundo, golpeando violentamente aquel punto que me hacía estremecer de placer dejándome como única opción, gemir pidiendo por más.

Sasuke comenzó a embestirme más duramente arrancando jadeantes gemidos de satisfacción de mis labios, permitiéndome escuchar claramente el obsceno y húmedo sonido que hacían los testículos de Sasuke al chocar con mi entrada y eso me excitaba aún más.

— ¡Ah! Sasuke… ¡Ugh! ¡Ah!

Por inercia moví también rítmicamente mis caderas favoreciendo una penetración más profunda, el pene de Sasuke encajaba a la perfección en mi interior, ya no había dolor sólo un placer tan intenso que no podía ser real.

—Sh… usuratonkachi, te escucharán— Dijo Sasuke entre profundos y graves jadeos.

—Hm…

Había ocasiones en la que odiaba perder así la compostura, gemir y gritar como una mujerzuela no era algo de lo que me hiciera sentir orgulloso, pero es que con cada embestida de Sasuke nuevas oleadas de placer enloquecían mis sentidos, no podía pensar. Ya había intentado permanecer callado pero desistía de inmediato en aquel afán silencioso debido a que Sasuke parecía volverse más salvaje cuando escuchaba los gemidos exaltados escapar de mis labios.

Me incorporé ligeramente para besar los húmedos labios de Sasuke, siendo correspondido con un anhelante y profundo beso, tan excitante como el mismo Sasuke.

—¡Ah! ¡Ah! ¡Ah!, Sasu…ke… más… más duro

—¿Más duro?— Preguntó, con sorna.

—Eso dije…pedazo de idiota— Gemí mirándolo con toda la entereza que fui capaz de reunir.

Sasuke me sonrió y acarició mis muslos, contemplando  nuevamente mi cuerpo el cual se retorcía bajo el suyo con cada embestida.

Finalmente, obedeció y aumentó la intensidad de sus embestidas al tiempo que me masturbaba provocándome una nueva oleada de gemidos descontrolados.

—Naru…Naruto— Murmuró Sasuke con la voz más erótica que había escuchado salir de sus labios mientras mordisqueaba sugerentemente mi oreja.

—¡Ah!… ¡Ah!

Eso fue la gota que colmó el vaso, sin poderlo evitar me había venido por segunda vez con un gran gemido, arqueando la espalda al alcanzar el poderoso orgasmo, mi interior se contraía apretando fuertemente el miembro de Sasuke, provocándole placenteros, roncos y sensuales jadeos mientras se corría bruscamente en mi interior dando un último y gutural gemido. Dejándose caer sobre mí, jadeante y agitado.

—¿Estás bien?— Preguntó, cuando comenzó a respirar con normalidad.

—Sí— Farfullé, vergonzosamente, acomodándome perezosamente al cuerpo desnudo de Sasuke.

—Eres el mayordomo más sensual que he visto— Dijo, acariciándome suavemente el cabello.

—Quítate, idiota— Exigí, removiéndome incómodo.

Este tan sólo me observó fijamente, dibujando una arrogante sonrisa sobre sus labios. —No se supone que deberías llamarme así, sería más bien: amo o, si quieres, te permitiré utilizar también Sire.

Con los ojos entrecerrados, bufé —Ni en tus mejores sueños, teme.

Sasuke no respondió nada, tan sólo se echó a un lado y me atrajo hacia él, posesivamente. Pasando un brazo debajo de mí, alrededor de mi cintura, ceñida en ella con fuerza.

—¿Realmente pensaste que intentaba cortejar con Kiba frente a ti?— Pregunté contra su pecho, siendo incapaz de observarlo.

—No. Es sólo que no me gustan que me quiten el tiempo que estoy contigo, es simple— Dijo lentamente, sacándome leves sonrojos.

—Pero si… no podíamos estar juntos ahí— Murmuré.

—¿Desde cuándo es prohibido que hablemos?

—No lo es, pero tú eres quien quiere mantenerlo en secreto— Reproché, sintiéndome patético por aquel reclamo silencioso.

—Sólo por ahora— Se defendió —No quiero someterme inútilmente a una relación si ésta finalmente fracasará…

—¿Y quién dice que lo hará?— Cuestioné presionando mis puños contra el pecho.

—Por eso… dobe.

—¡Por qué siempre tienes que ser tan Baaaka!— Bromee, en un intento de tornar la conversación por otro lado y también para apaciguar aquel indescriptible dolor que abarcaba mi pecho abrasadoramente, quemándome internamente, doliendo y sufriendo cada segundo más. Fuerte, inerte y apacigüe.

—Naruto— Murmuró apretujándome más contra él.

—Te quiero, Sasuke— Musité débilmente, plasmando en mis palabras aquel dolor que me abrazaba con fuerza.

Este simplemente, se mantuvo así, sin contestar un: Yo también. Y es que si lo pensaba, dolía tanto. Siempre, había previsto esta situación cuando soñaba despierto sobre mi relación con Sasuke… éste no podría enamorarse de mí.

…Y ahora, cuando finalmente se fijaba en mí, nada surgía, nada.

No me quería o amaba, tan sólo tenía un pasajero amorío y saberlo no me afectaba en cuanto al final de esta relación, parecía querer seguir sufriendo si eso significaba estar con él.

 

Demonios, soy un idiota. 

 

 

 

Notas finales:

 

Antes que nada un aviso de suma importancia, este muy posiblemente será el último capítulo del fic, ¿por qué? muy simple y no le tomen a mal, por favor c; no deseo ser hostil. Pero honestamente no era lo que esperaba y lo siento...  uff... preguntas en los reviews.

Gracias, ahora el mensaje de mi estúpida beta.

 

La estúpida beta dice: Bueno, ehh, resulta que la tan querida autora de Subtítulo, SasuDaiii, está enferma .-. Y, como podrán imaginar, esa ha sido la razón principal del retraso con las actualizaciones de sus fics. Por eso mismo, ha decidido tomarse un ligero Stand by con todas las historias que tiene en progreso, exceptuando a Subtítulo que continuará con su rumbo habitual c:

Ehm .-.

Ambas les pedimos disculpas por la demora, pero esperamos sinceramente que hayan podido disfrutar de este capítulo, y que puedan estar al pendiente de alguna futura actualización :3

En esta ocasión, a SasuDaiii le encantaría recomendar el fic "Él es mi amo" de la autora Naniimine. 

Gracias por leer y, ¡Dejen review xD!


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