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Subtítulo por SasuDaiii

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Notas del capitulo:

¡Hola! ¿Me extrañaron?

 

¿Sí, en serio? ¡Aw, yo sabía xD!

 

... 

Siento mucho la demora, de verdad. También, me disculpo de antemano por las faltas ortográficas que puedan encontrar a lo largo de este capítulo. -w-

Ennn finnn, ya no los retengo más, sólo les deseo una satisfactoria y buena lectura. :D Saludes y ahora ¡Bajad, bajad! xD

 

 

 

 

 


Subtitulo

By: SasuDaiii

 

 

Capítulo 12. Diez razones.

 

17/ agosto. 

Tenía diez razones para querer matarme en este justo momento, de una forma lenta y dolorosa, en un desatinado intento de distraer mi mente hacia el dolor físico y no al emocional, el cual -ciertamente- era más intenso que cualquier puñetazo.

Ya había enumerado cada una de ellas mentalmente, una, y otra y otra vez. Provocando más dolorosas punzadas de resentimiento y angustia. Y, con el rostro acongojado y los pies apoyados sobre la silla en la que estaba sentado, di un vistazo al hospital, observando a la familia Uchiha, platicando amenamente con mi padre; todos estaban ahí menos Sasuke, el cual estaba dos sillas cerca de mí, colocando como barrera entre los dos, un desocupado asiento entre ambos.

Diez razones… diez razones para suicidarme pausadamente, diez razones para hacerlo… ya.

… Diez razones.

Dándole la espalda a Sasuke, mirando hacia la izquierda, respingué. 

La razón número uno era muy simple: Mi hermana estaba muerta.

La segunda, del cual yo era el causante: Mi madre me odiaba.

La tercera, producto de la segunda: El odio de mi padre hacia mí.

La cuarta razón, producto de la segunda al igual que de la tercera: Odiarme a mí mismo, tan profundamente que no soportaba mi propio convivir.

Quinta razón, mi madre está loca.

Sexta, yo estoy loco.

Séptima, la agredí violentamente.

La violenté, yo había lastimado físicamente a mi propia madre.

Suspirante, acaricié con la yema de los dedos el puente de mi nariz; continuado con mis más profundo calvarios.

La octava razón que, de no ser por la preocupante situación estaría ubicada en una de las primeras y que, ciertamente, no tenía mucho que ver con estas: El final de la anárquica relación entre Sasuke y yo.

Agregando, como novena razón, el hecho de que éste me quisiera sólo para tener sexo casual.

,Y por último,  esto era una mierda.

¡Una mierda, una mierda!

—¿Sasuke?— Escuché a Mikoto murmurar, tal vez para no atraer mi atención.

Este produjo un sonido de escucha —Márchate al hotel a descansar, Fugaku e Itachi se irán, ve y acompáñalos, yo me quedaré con Naru-chan.

 —Está bien— Respondió cortante, acelerando mi respiración —Ve con ellos, yo me quedaré.

Mikoto no agregó ningún comentario, tan sólo calló, permitiendo escuchar sus pasos, alejándose.

Entonces, sin saber muy bien por qué, giré mi rostro sobre mi hombro, para lograr ver a Sasuke, el cual estaba mirando hacia al frente, de perfil. Tenía un gesto cansino en sus facciones y parecía necesitar un descanso con urgencia. Sin ningún tipo de expresión lo observé por interminables minutos, atrayendo finalmente su mirar.

Ambas miradas se conectaron alternas, totalmente diferentes. Sentía aquella mirada perforar cada poro de mi rostro, inquisidora y penetrante.  Y, cuando no soporté un segundo más aquella sensación, la retiré.

Luego todo se quedó en silencio, total y destructivamente silencioso.

… a excepción de presurosos pasos provenientes de cada rincón de aquel espacioso hospital, murmullos irreconocibles en la lejanía y la agitada respiración saliente de mi entreabiertos labios, desesperados por oxígeno. Todo era silencioso, todo.

Se escuchaba un: tic-tac una y otra vez, al igual que el tecleo frenético de las teclas de algún computador; también, y tan sólo si prestaba demasiada atención, podía  alcanzar a percibir el gorgoteo de agua de una pecera.

Todo aquello con fin de distraerme levemente para dejar de atormentarme con inutilidades triviales. Si Sasuke se había ofrecido de tal manera, era por algo. ¿No?

No es como si me amase y tampoco creía que era mera lástima, había algo más, algo que no concretaba estratégicamente, algo que retumbaba mi alocada cabeza, desesperada y repetitiva. No era amor, sin embargo… podía ser, interés.

Sasuke se interesaba por mí, de una retorcida y perturbadora manera lo hacía. Y, sin meditarlo demasiado, me acerqué a él, sentándome a su lado, consiguiendo que me mirara.

Parecía confundido, más no sorprendido.

Sin pensarlo dos veces, le tomé de la mano, cerrando mi palma sobre su tersa piel blanquecina, éste sonrió y, sin previo aviso, se acercó a mí para besarme en los labios.

Por primera vez, no lo aparté por el simple hecho de estar en público y de esa manera perderle para siempre. Después de todo, quien me había besado era él, no yo.

Con ansias y temor recorrí sus labios, demostrándole de esa manera toda la angustia que tenía, delineando con la punta de mi lengua sus entreabiertos e hinchados labios. Estremeciéndome ante la latente mirada de algunos pacientes cerca de ambos, pero sin angustiarme demasiado por ello. Luego, al separarnos, éste me sonrió arrogante —Lo siento— Murmuré, rozando mi cálido aliento contra su nariz.

Sasuke bufó —Naruto, basta de esconderse— Farfulló incorporándose, mirándome con expresiones impertérritas.

—¿A qué te refieres?— Pregunté aprisa mientras oprimía más fuerte su mano contra la mía.

—Tú sabes muy bien a qué me refiero, dobe. Si tanto te molesta tener nuestra relación en secreto, entonces, supongo que les diremos a todos sobre la misma.

—¿Y quién quiere eso?— Cuestioné —Sasuke, yo sólo quiero estar contigo. Verte en el instituto y compartir tiempo en los intervalos de clases, eso es todo.

—Pero si…

—Vamos, yo tampoco quiero que me vean como un marica en todo el instituto, que anda chocando penes con un bastardo como tú. Es tan sólo que… bueno, me gustaría poder hablarte en clases, comer algo juntos y luego, no lo sé, cualquier estupidez trivial que se haga en ese tipo de situaciones— Dije, interrumpiéndole.

—Haberlo dicho antes, idiota— Comentó, con una sonrisa de medio lado sobre sus labios.

—Sasuke yo… no quiero presionarte, la verdad, me siento terrible por lo sucedido con anterioridad.

—No es nada, me han acarreado peores problemas con idiotas enamoradizos como tú.

—¿Enamoradizos?— Pregunté, enarcando una ceja.

—Sí ¿O es que acaso piensas que eres el primer hombre en declarárseme?  

Sonriente negué con la cabeza, suavemente. Sasuke sonrió de nuevo —Entonces, no hay problema— Agregó, jalando literalmente de mi brazo, para así dejarme prácticamente encima de él; con el abdomen apoyado sobre su regazo, quedando en una incómoda posición.

Sasuke acercó su fría palma a mi barriga, pasando la misma por debajo de la camisa. Entonces, justo cuando intenté gritarle por aquello, la retiró, para dejar una de sus manos sobre mi cintura.

—Acomódate— Ordenó.

Y así hice, me restregué contra su regazo en busca de comodidad, dejando finalmente mi cabeza sobre sus piernas e inclinando las piernas sobre el asiento, en posición fetal. 

 —Gracias, Sasuke— Musité, cerrando los ojos.

El susodicho no respondió, tan sólo calló.

 

______SN______

—Ya dije que no es ningún tipo de plan— Aseveró Mikoto, con el ceño fruncido.

—¿Ah, no?— Cuestiono Itachi incrédulo, observándola fijamente.

—No— Inquirió Fugaku, mediante un suspiro —Como tu madre dijo, tan sólo había dos habitaciones disponibles, así que o las toman o se largan de mi puta vista que ya estoy harto de toda esta mierda.

Todos se callaron, ya que, cuando Fugaku mostraba ese tipo de escalofriante expresión en sus facciones significaba algo, la muerte.

Oh, sí. O peor que eso, pero bueno, después de todo, el pobre tipo tenía que convivir con aquella turbadora familia todo el maldito día. Aquella familia que tanto adoraba pero a la vez, quería asesinar.

—Bien— Musitó Itachi con resignación en su voz, sacándole un quejido angustioso a Mikoto, la cual comenzaba a reclamarle pretenciosa.

—Como sea— Intervino Fugaku, nuevamente —Itachi dormirá con nosotros y Sasuke junto a Naruto. Advierto y juro por Dios que lo cumpliré, que si alguien reclama algo, dormirá con los perros.

Todos a excepción de Mikoto, asentimos, la cual suspiraba enamoradizamente.

—¡Wow!— Exclamó —Me encanta cuando tomas esa actitud, cariño. Como todo un Seme— Este simplemente la ignoró. Después de todo, su mujer estaba loca y era simplemente una desfachatez lograr enojarse con alguien de tan manante ternura.

Sasuke caminó junto a mí, acariciando con disimulo mi mano en una que otra ocasión, provocándome ligeros sonrojos, los cuales pasaban desapercibidos por su familia, la cual platicaba plácidamente.

Luego de que ésta se marchó hacia su habitación, Sasuke y yo caminamos hasta la nuestra y nos adentramos en ella, sin prisa. Observando dos camas frente a ambos, las cuales tenían una decoración bastante monótona y, frente a las mismas, yacía la única forma de diversión en base a la tecnología: un televisor.

No era viejo, pero tan poco se observaba como la gran cosa. En una esquina de la habitación reposaba un mini bar de color blanquecino, tentando a consumir lo que estaba en ella.

—¿Te encuentras bien?— Preguntó Sasuke mientras pasaba a mi lado, encaminándose  hasta el estante para tomar una botella de agua.

—Sí.

Este bufó y abrió la susodicha para beber de ella, inmediatamente. Escapándosele  varias gotas de la misma las cuales resbalaban por su barbilla, rápidas.

Cuando finalmente terminó con la misma, la arrojó a un lado, en el piso, limpió bruscamente  con el torso de su mano su mentón y se tiró a la cama dejando escapar hondo aire de sus pulmones, empañados de satisfacción.

—Vamos, Naruto, no muerdo, claro está a menos que quieras.

—Calla, imbécil— Reñí, mirándolo con el ceño fruncido, dando los primeros pasos dentro de la habitación, sentándome finalmente en la misma cama en la que estaba el bastardo.

Sasuke se carcajeó por primera vez, como nunca antes lo había hecho, claro está, frente a mí. Y un calor inundó mi adolorido pecho, satisfactorio. Sasuke había reído sinceramente, sin sorna, arrogancia, pretensión o perversión.

Y no me refería a aquellas risas diminutas que no demoraban más de tres segundos, no. No hablaba de aquellas risas características en un Uchiha que, a mi parecer, eran hipócritas. Hablaba de una risa, real.

Dios, hoy era el día de las sorpresas.

—Naruto, ¿Vas a quedarte mirándome todo el día con la boca abierta o moverás tú jodido trasero?

Avergonzado, retiré la mirada —¿Quién tiene la boca abierta?

Sasuke se incorporó por completo, quedando a mi misma altura, sentado, para mirarme fijamente.

—¿Sucede algo?— Cuestioné, sin retirar la mirada.

—Estás llorando— Dijo, claro y pausado, logrando estremecerme considerablemente.

Como acto perplejo, palpé mi mejilla con delicadeza, corroborando el hecho. ¿Por qué lloraba?

—Lo siento— Susurré mientras las limpiaba por completo.

—No tienes que disculparte— Inquirió, acercándoseme. Dejando nuestros rostros tan cercanos como era posible, tanto como para poder percibir la pausada y calmada respiración, intimidándome.

—Claro que sí, no tienes que cargar con mis patéticas lágrimas. Para ser honestos, ni siquiera tendrías que estar aquí…

Sasuke me calló, sellando nuestros labios en un estrujado beso, con ambas bocas cerradas, apretujadas entre sí fuertemente, intentando convertirse en una sola. Y, entonces, más delatadoras lágrimas inundaron mis ojos, brotando de mis cerrados párpados, los cuales se presionaban entre sí dolorosamente.

Después, justo como había hecho en el avión, posó sus cálidos labios sobre ambas mejillas, absorbiendo las cálidas y saladas lágrimas, sonrojándome considerablemente, deteniendo finalmente el escapar de éstas.

—Sasuke…— Farfullé al sentir sus fuertes brazos rodear mi cintura protectoramente,  atrayendo mi cuerpo al suyo, dejándome tan cerca de él como era posible, rozando con aspereza ambas telas de los jersey —Ah-ahora no.

Sasuke rió —Nadie quiere tener sexo contigo ahora, dobe, tan sólo te consuelo— Sonrojado, le dediqué una cálida sonrisa, apoyando mi cabeza sobre su pecho, aspirando el olor de la tela, concentrándome en los pálpitos calurosos de Sasuke, los cuales me tranquilizaban brevemente.       

—Oye, pedazo de imbécil— Me llamó, tomándome de la barbilla para que le mirase fijamente —¿Alguien te había dicho que eres terriblemente caliente?— Frunciendo el ceño, esperé —Hasta llorando, maldición.

—Se supone que no hacías esto para conseguir sexo— Le reproché, intentando alejarme de él, pero siendo retenido por su fuerte mano presionada en mi espalda mientras su mano, la cual sostenía mi mentón, atraía fuertemente mi rostro para que le mirase. 

—No lo hago por eso, Naruto— Dijo, permitiéndose el suave fluir de mi nombre rozando sus deleitantes labios —Pero es que si lograras tener idea de cuánto te deseo, como nunca desee a nadie, a nadie.

Sonrojado, tragué ruidosamente, en un intento de aclarar mi garganta —No estoy de humor.

—Lo sé— Refunfuñó por lo bajo —Y yo nunca te obligaré a nada, mi Kitsune.

Sasuke sonrió arrogante al percatarse de mi casi imperceptible estremecer.

—Calma Naruto, nada sucederá aquí, ciertamente no me aprovecharé de tu vulnerabilidad  para violarte.

—No pensé eso, idiota. Ni que fuera virgen.

—Cierto— Susurró ensanchando su sonrisa —Ya te he desvirgado, así que supongo y no habrá problema.

—¡Maldito bastardo!— Exclamé, alejándome finalmente de él, apoyando mi cuerpo en las palmas para alzarme y posicionarme en otro lado, uno más lejano, uno que me permitiera pensar, uno en el cual evitara cometer una estupidez de la cual luego me arrepentiría por el simple hecho de estar revolcándome con Sasuke mientras mi familia estaba de luto por la muerte de mi hermanita.

Sasuke enarcó una de sus cejas y, con un solo impulso dio un salto hacia mí, presionando mis hombros con sus palmas, dejándome debajo de él, completamente acostado, con sus piernas entre las mías, una al lado de la derecha y la otra entre ambas.

—¿En serio, Sasuke?— Cuestioné — amos, déjate de juegos.

Este no me obedeció como usualmente, tan sólo acercó sus labios a los míos, para besarlos castamente —Tienes razón, dobe, por increíble que suene, pero al parecer mi pene no lo entiende, me imagino que te tiene gran afecto— Murmuró serio, sin vacilar. No bromeaba.

El muy bastardo no bromeaba.

Sin decir nada, se quitó. Echándose a un lado, quedando junto a mí.

Mi cuerpo replicó por dentro, extrañando inmediatamente la sensación confortante del cuerpo de Sasuke.

—¿Naruto?— Cuestionó Sasuke mirándome fijamente, girando su rostro para observarme mejor, con la cara aun apoyada sobre el colchón.

—¿Sí?— Pregunté, sin mirarlo.

—¿Tú me amas?

Sorpresivo lo observé en busca de algún tipo de burla, pero nada, su rostro estaba totalmente serio.

—Qué pregunta tan tonta— Afirmé suspirante —Claro que sí.

Este tan sólo me sonrió sinceramente y, por primera vez,  se abrazó a mí, dejando su cabeza sobre mi inmovilizado pecho.

Pero todo se fue a la mierda. Mi cuerpo ya había comenzado a temblar, susceptible, en busca de refugio, en busca de ayuda.  Sasuke me había salvado por unos perfectos minutos, pero luego –simplemente- al sentirme solo con mis pensamientos, comencé a odiarme con tanta intensidad que dolía.

Por todas las deidades, mi hermana había muerto y el alma de mi mamá con ella. No podía estar feliz, simplemente no podía.

Aún cuando la persona que tanto amaba estaba junto a mí, no lograba concentrarme en aquel pequeño e hilarante momento.

 

____SN_____

—¿Bromeas, cierto?— Cuestioné susurrante.

Y éste calló, eso sólo significaba algo.

 No, no bromeaba.

—Si no quieres verme, inventa una mejor excusa— Dije, respirando con dificultad, sintiendo la presión delirante sobre mi pecho, golpeándome, quemándome.

Que tu padre te desprecie es otro nivel muy diferente de dolor, muy diferente…

—Eso no es así, Naruto— ¿Dónde estaba el Naru-chan? —No miento.

—Entonces, ¿Por qué no puedo ir con ustedes?— Pregunté, atragantándome con mis propias palabras.

—Por Dios, Naruto, compórtate como un adulto, deja de ser infantil.

No había sonrisas fingidas, ni apodos irritantes, mucho menos alguna explicación de por medio, nada.

—Tienes razón — Dije —No es sobre mí, es sobre mi madre la cual está totalmente abstraída al mundo que le rodea, y tú. Por Jesús, es que, ¿Qué quieres que haga?

—Nada.

—¿Nada?— Pregunté sintiendo como aquellas palabras rasgaban las paredes internas de mi garganta.

Lúgubre.

—Sí, tan sólo quiero que, cuando tu madre despierte, vea todo exactamente igual — Inquirió, fingiendo despreocupación, con sus verdosos ojos tan opacos como el oscuro cielo.

La garganta se me cerró abrupta, con fuerza, quitándome la respiración, tornándola agitada, provocando espasmos en mis músculos, de una manera lenta y descabellada  —Ese es el problema, ya nada es igual, ¿Es que no lo ves?— Pregunté, recuperando el sonido de mi voz, el cual antes eran gemidos envueltos en raspantes palabras —Tan sólo la forma en que me miras, esa mirada llena de odio… porque eso es lo que sientes, me odias, odias a tu propio hijo y por eso es que me quieres mantener alejado de ustedes.

Aquel hombre que aseguraba ser mi padre, me observó gélidamente, malgastando su saliva en mentiras, tortuosas mentiras —No te odio, compréndelo, Naruto. Por Dios, no todo es sobre ti.

Dolía, dolía demasiado. Perforaba cada sentido a carne viva,  provocando ampollas punzantes y gemidos agudos llenos de angustia —¡Claro que sí! Es mi madre, mi madre ¡Mi madre!

—Hace un rato no lo era— Recordó, abriendo otra herida.

Tragué saliva para esclarecer mi seca garganta, la cual reprimía quejidos angustiosos y perforantes.

—Entonces, váyanse y abandónenme.

Por favor, no. No me escuches, no se vayan… no me dejen, no me dejen.

No me dejes, papá.

—No es tan sencillo, Naruto, no lo es— Agregó cortante, terminando con mi incesante dolor. No era tan sencillo.

¿No lo era?

Tal vez, sí lo era. Ellos se irían y nunca más vendrían por mí, nunca.

—Se ve desde aquí bastante simple, viej… — Corté la frase a la mitad, al percatarme de mi acelerada respiración, retumbaba fuertemente, acelerando mi pecho, el cual subía, bajaba, subía, bajaba, una y otra vez —Minato.

Y en tan sola una semana había perdido a toda mi familia.  

—Naruto. 

 

 

Notas finales:

No tengo mucho por decir. Gracias por leerlo, lo continuaré ya que sufrí hace poco en carne propia la suspensión de uno de mis fics favoritos.

Me tardaré aproximadamente: 3 semanas o 1 mes para subir el siguiente, sobre los otros fics... no se preocupen.

Gracias por llegar hasta acá y no olviden que su opinión es de suma importancia.

Luego responderé sus reviews y... amenazas. 

Adiós.


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