Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Subtítulo por SasuDaiii

[Reviews - 243]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Como siempre mi jodida demora. 

Lamento eso, disfruten el capítulo. 

 


Subtitulo

By: SasuDaiii

 

 

Capítulo 13. La cita.

 

25/Agosto. 

 
Tic-Tac.

Tic-Tac.

Tic-Tac.

 
—¿Señor Namikaze, está prestando atención?— Cuestionó el profesor, observándome fijamente.

Permisivo, lo observé, deteniendo mis vacilantes movimientos, presionando la punta de la pluma sobre el cuaderno, en el cual había estado garabateando con anterioridad.
 
—¿Y quién lo hace?— Cuestioné con sorna, enarcando una de mis finas cejas —Usted es el único que no se da cuenta de lo relevante e innecesario, por no mencionar aburrido que es este tema.

Este frunció el ceño enojado, con un gélido brillo dibujado en sus pupilas desgarradoramente —Si tanto le molesta, puede retirarse.

—Eso haré— Agregué inútilmente, con agresividad y una sonrisa autosuficiente sobre mis labios, disfrutando plácidamente de las facciones de aquel profesor que me observaba fijamente. Reprochándome silenciosamente.

 Y entonces cuando me dispuse a salir, Tenten tomó mi mano suavemente para mirarme convaleciente, con facciones delirantes sobre su rostro.

—Naruto— Mencionó, y aquello me hizo reaccionar rápidamente, atrayéndome como un animal hambriento a su víctima.

… Naruto.
 
Tenten me sonrió preocupada notando mi letargo, mi efímero desvanecimiento.  
 
Entonces, de un duro empujón, aparté su tacto de mi piel, deleitándome con aquel rostro acongojado, angustioso, pintando el dolor en sus facciones. Para marcharme del salón de clases, dejando el cuaderno que antes rayaba desganado sobre el asiento.
 
Mis pasos retumbaban en mis oídos con la fuerza de un titán enfurecido, endurecidos, intentando aferrarse al suelo.
 
¡Maldición! ¿Por qué no podía cambiar mi nombre? Y es que simplemente no veía cual era el problema, ¿Por qué demonios era necesaria la firma de mis padres para dicha? 
 
¿Por qué… mi padre no respondía a mis llamadas? Le había marcado tantas veces que simplemente llevaba la cuenta perdida, pero siempre me respondía el buzón, permitiéndome escuchar el grabado sonido de su voz, pidiendo disculpas por la rechazada llamada.
 
Desesperado, saqué el celular de mi bolsillo, con rudeza, para presionarlo entre mis dedos.
 
—Vamos, llama, no seas cobarde— Me dije a mí mismo, intentado recuperar la acompasada respiración.
 
Lo mejor por un tiempo para…ambos es que, te ausentes.


...


—Hola, soy Minato Namikaze, por favor deje su mensaje después del tono.
 
Colgué, reprimiendo las ganas de arrojar el teléfono contra el duro pavimento.
 
—Pedazo de idiota— Me regañó Sasuke, golpeando mi cabeza por la parte de atrás —¿Qué demonios crees que haces?
 
Confundido, enarqué una ceja, listo para gritarle y tal vez, golpearlo.
 
—¡No me pegues, maldito bastardo!— Exclamé,  levantándome del húmedo pasto, quedando a su misma altura.
 
—¿Cuál es tu excusa ahora?— Preguntó, pasando por desapercibido mi exaltación.
 
—¿Excusa?— Murmuré, sacudiéndome el trasero con ambas palmas, retirando el pasto de mi pantalón.
 
—Sí, excusa — Manifestó, con el ceño fruncido.

—No tengo ningún tipo de excusa, teme— Dije provocándole un resoplido.
 
Sasuke entrecerró sus ojos, peligrosamente, con un estrepitoso brillo pintado en sus pupilas —Deberías, ya que has sido retirado de clases tres veces esta semana y es martes.
 
—¿Y quién eres tú, mi madre?
 
—Dios me libre.

—¿Entonces, viniste para joderme nada más?—Pregunté, sonriéndole, intentado retirar la tensión.
 
—Sinceramente joderte en realidad me encanta, pero no, para eso no he venido— Sasuke sonrió con prepotencia al percibir el enrojecer de mis mejillas
 
—Estúpido pervertido— Murmuré, mirándole fijamente —Entonces, ¿A qué has llegado?
 
Este ensanchó aún más su sonrisa y algo dentro de mí me dijo, que no sería bueno —A invitarte a un revolcón en el baño— Dijo con simpleza, dejando caer sus hombros desganado, pero aún con aquella sonrisa sobre sus labios.
 
—¿Qué?— Cuestioné, dejando escapar aire de forma ostensible.

—Sí, como lo oyes.

—Vete a la mierda— Reñí, frunciendo las cejas, hasta tocarlas entre sí.
 
—¿Qué pasa? Antes solía funcionar— Murmuró para sí.

—¿En serio?

—Sí —Manifestó, retirando finalmente aquella sonrisa que tanto amaba y, a la vez, odiaba.
 
—¿Con que clase de personas funcionaría aquello?

—Con cualquiera —Dijo, como si fuera lo obvio.

—No lo creo.

—Claro que sí, dobe.

Este sonrió con arrogancia y, sin decir nada, se fue, para caminar hacia un grupo de mujeres a unos escasos centímetros de ambos.

Lo observé expectante, detallándolo fijamente. Sasuke caminó, se acercó y, con una simple sonrisa, dijo palabras no audibles para mi persona provocando que una de las jóvenes presentes gritara, se acercara a él y tomara su mano.

El azabache simplemente dio vuelta, soltando aquella mano en el proceso, caminando hacia mí, nuevamente. En sus labios se posaba una sonrisa de victoria.
Ignorando por completo a la frustrada mujer detrás suyo.

—¿Qué le dijiste? —Pregunté al estar nuevamente frente a mí.

—Lo mismo que a ti, usuratonkachi. Que si quería un revolcón en el baño.

—Qué sutil —Confesé, sarcástico.

—Como sea, Naruto. 

Mis ojos, brillantes, lo observaron fijamente —No me llames así.

Sasuke enarcó una de sus cejas, sin entender nada, en lo absoluto —¿Cómo quieres que te llame, entonces, imbécil?

—Como quieras, si quieres dime imbécil de por vida, no me interesa, tan sólo no me llames Naruto, nunca más— Este continuó sin entenderme.

—¿Por qué? —Preguntó, con rostro apacible.

—Porque sí y ya.

—Dime una razón y lo haré, mientras tanto, simplemente te seguiré llamando Naruto.

—No me llames de esa manera.

—Naruto— Repitió, serio —Naaaruutooo, Naruto, Naruto, Naruto.

—Cállate— Advertí, frunciendo mis cejas entre sí, apretando fuertemente mis puños.

—Dime el porqué.

—No.
 
—Entonces simplemente olvídalo, Naruto.

—¡Cállate! 
 
—Naruto.
 
Sasuke dibujó nuevamente aquella insípida sonrisa sobre sus labios —¿Terminaste?—Pregunté con fiereza, reprimiendo las espesas lagrimas que se acumulaban contra las comisuras de mis ojos.

—Dime el porqué de una vez —Exigió, mientras tomaba con fuerza mi muñeca derecha.

—¡Que no, maldita sea! —Bramé, rechinando mis dientes con fuerza, reprimiendo las lágrimas que intentaban escaparse deliberadamente de mis apretados parpados.
 
No podía mirarle, maldito Sasuke.


—Vamos dobe, no me reiré—Bromeó con pedantería, provocando el abrir de mis ojos.
 
Sasuke no sonreía, estaba atento a mi airado rostro, lleno de angustia, molestia y resentimiento —¿Quieres saber el por qué? ¡Bien!— Resoplé —Cuando mi padre me abandonó me llamo así, incontable veces, despidiéndose con eso, mi nombre. Eso fue lo último que escuché decir de sus labios: Naruto.

Este no inquirió nada, tan sólo, con una tolerante facción, esperó, tal vez a que me calmase o simplemente especulaba que mi ridiculez no tenía límites. 

—Es posible que no lo entiendas, señor vida perfecta, pero… — Este sonrió nuevamente de manera cálida y abrasadora, provocando eventualmente mi detener y el parar de las lágrimas que salían incautas por mis ojos. 

—Vamos, dobe, ¿Crees que mi vida es perfecta?— Comentó —No lo es, en lo absoluto. Mi padre me ignora por completo, mi hermano es un tarado imbécil que no deja de escabullirse en mi vida, mi madre tiene algo malo en su cabeza; y por no hablar de mi novio, que es un completo inepto bastardo, con cara de idiota todo el día.
 
Estupefacto, lo observé, sin llegar a procesar toda la situación… Sasuke me había llamado su Novio.

—¿Novio?— Sasuke tan sólo sonrió igual que antes, provocando el fruncir incómodo de sus cejas y el tensar de los músculos de su cuello.

—Se supone… ¿O acaso estos meses fueron en vano?— Farfulló con sorna, observándome fijamente —Ahora, imbécil…

—Espera… — Dije, haciéndole callar —Si somos novios, ¿por qué no hacemos cosas de…novios?

—¿Cosas de novios?— Cuestionó.

—Sí,  cosas de novios.

—¿Qué significa cosas de novios?— Ironizó —Ahora por haber usado esa maldita palabra, no pienses que me pondré en plancito de mariconaza.

—Nadie dice eso— Bramé, frunciendo el ceño.

El azabache chasqueó la lengua, irritado —¿Entonces qué?

—Entonces nada, Uchiha— Dije, inexpresivo, intentado ocultar una expresión disconforme.
 —Bien, ahora te molestas conmigo por no actuar como una enamorada— Inquirió, con una sonrisa autosuficiente sobre sus labios.

¡Maldito desgraciado! ¿Qué esperaba, que saltase en una pierna? Que se joda —Nadie está enfadado— Mentí, con una forzada sonrisa.

Sasuke sonrió con superioridad; después de todo, yo era la persona peor dada en decir mentiras —Entonces, dame un beso— Retó, sin retirar aquella sonrisa que crispaba mis nervios.
 
Suspiré derrotado —Púdrete— Manifesté, cruzando mis brazos contra mi pecho.

El Uchiha me observó triunfante, con la mejor de sus gesticulaciones plasmada en su rostro.
 
—Pudrámonos juntos.

Había algo en Sasuke que lograba abstraerme de la realidad, me olvidaba de todo y, eventualmente, ya no era en su totalidad pésimo que mi familia me odiara.
Sonreí por primera vez en el día —Cállate, ¿por qué siempre tienes que llevar todo hacia el ámbito sexual?— Cuestioné, arrepintiéndome al segundo.

Pregunta equivocada.

—Soy humano y hombre, ¿qué esperas?

 Y respuesta obvia.

Con el ánimo restituido, me permití bromear —Que te
controles, no soy una puta.

Sasuke lo percató de inmediato. Me conocía lo bastante bien como para notar que el sonido de mi voz había cambiado drásticamente; ya no se hallaba convaleciente y con aire deprimente.

—No, eres más que eso, eres mi puta— Dijo, con obviedad. Sacándome de quicio.
 
—Imbécil— Reñí, dando un paso hacia él. Dejándonos extremadamente cerca.
 
—Calma, tu eres mi puta y yo soy la tuya, ¿cuál es el problema?

—¡Yo no soy ninguna puta!— Exclamé, atrayendo la atención de varios. Sin importar realmente aquello, continué. 

Sasuke dio un paso, quedando más cerca aún —¿Tanto escándalo para no darme un beso?
 
—Sí— respondí con obviedad, reprimiendo una delatadora sonrisa. ¿A quién engañaba? Yo también codiciaba besarlo —¿O es que quieres que nos vean?

Sasuke bufó, disgustado —¿Qué hay con eso? Se supone que somos pareja, ¿O no?
 
¿Ese era un Uchiha inseguro?

—¿Y?— Pregunté sonriente.

—¿Cómo que y? eso hacen los novios.

—Tienes razón, pero acaso, ¿no eras tú el que se abstenía a realizar cosas de novios?
 
—No mezcles una cosas con la otra.

Bufé, imitando aquel sonido que había escuchado tantas veces escaparse de sus labios —Yo mezclo lo que se me dé la gana— Bramé, fingiendo molestia.
 
Mi aparente y recién nombrado novio suspiró y acariciando el puente de su nariz farfulló —Bien, usuratonkachi, hagamos cosas de novios.

—Nadie te pidió eso— Aclaré, ansioso.

—Lo sé— Sonrisa falsa —Pero yo quiero, ahora deja de ser nenaza y acepta.

Y ahí iba con su porte made in Uchiha, arruinando el momento —¿Acepto a qué?— Bromeé

—A tener una cita— Parafraseó, para evitar repetirlo.

—¿Cita? Ni en tus mejores sueños, bastardo.

—¿No? ¿Es que ahora todo contigo es no? 

Sonreí nuevamente y, luego de sacarle infantilmente la lengua, dije, fuerte y claro —Sí.
 
—Jódete, dobe.

—Jodeme.
 
—De acuerdo, gustoso lo haré, pero antes la cita.

—Ya, ya, no tienes que rogar, es patético.

Este entrecerró los ojos con una furia latente, y podía llegar a jurar que en su frente se hallaba una vena sobresaliente —Nadie ruega. Como sea, dobe, ¿que se supone que se hace en una cita?

Qué sutil.

—¿No sabes?—pregunté.

—No, nunca he ido a una.

¿Sasuke Uchiha nunca ha ido a una cita? —¿Cómo que no, idiota?

—¿A quién llamas idiota, imbécil?— Le interrumpí con un: “a ti” — Ya te he dicho que las trivialidades me valen un coño.

Resoplé, ansioso. Demonios, yo tampoco había tenido muchas citas como para realizar alguna referencia. Se suponía que esas cosas se sabían por mero instinto pero, claramente, con Sasuke era mejor no improvisar —No lo sé, usualmente se va al cine o a un parque a comer helado, yo que sé.

Sasuke bufó con sorna —¿A un parque a comer helado? ¿Qué mierda es eso? 

—¡Ya te dije que no lo sé!— Exclamé, sonrosado. 

—No pienso ir a comer ningún helado contigo a un parque como un par de idiotas.

Con un tic nervioso, reprimí las ansias desgarradoras de abalanzarle mi celular al rostro, el cual aún tenía entre mis dedos —¿Entonces qué se te ocurre, teme? ¿Tienes algún mejor plan?

—Honestamente, preferiría ir a un hotel.

1…

—Ya te dije que la idea de una cita no es siempre sexual— Hice énfasis en sexual.

2…
 
—¿Entonces para qué se va a una?

—Olvídalo.

El Uchiha, el cual finalmente se cansó de literalmente fastidiarme, musitó —No, dobe, si quieres una cita, tendrás una cita.

—Nadie dijo querer una— Esclarecí.

—Cállate. Ahora, vamos a comer helado o toda esa  basura que se hace.

3…
 
Con el celular en las manos me preparé para lanzárselo directamente a su rostro —Qué romántico— Inquirí

—Cállate.

 

_____SN_____


 —¿Y ahora qué?— Cuestionó Sasuke, luego de darle una lamida a su helado.

—¿Y ahora qué de qué, idiota?— Pregunté, previniendo lo siguiente.

—¿Qué hacemos? No me digas que tu súper plan es quedarnos todo el día en este caluroso parque observando a mocosos niños correr, por no hablar del olor a estiércol acompañado en el pasto.

Con una nerviosa sonrisa desvié la mirada, fijándome en uno de los tantos árboles alrededor.
 
—Déjate de quejarte, teme, me va a dar dolor de cabeza.

—Bien, me alegro, ahora calla y disfruta de tu helado.

Bufé —Como dije antes, romántico.

—¿Y qué quieres?—Cuestionó retóricamente—¿Que te bese y hagamos algún tipo de picnic mientras reímos?

—No— Dije suspirante.

Sasuke, al acabar con su helado, arrebató el casi consumado mío de entre mis dedos —¿Entonces? No me digas que ésta es tu idea de una cita. Con razón no tenías novia, dobe.
 
—Cállate, imbécil— Bramé indolente.

—Por eso, fue todo tu enamoramiento infundado hacia mí, para justificar tu derrota con las mujeres— Murmuró, como si estuviera uniendo cabos.

Suspiré con fastidio —Bien hecho, Sherlock. 

—Por casi me engañas.

—Ya, ya. Cálmate, no es mi culpa que seas un estreñido maldito que sólo quiere reproducirse como conejo.

—¿Reproducirme? Si así fuera no estaría contigo y, a menos que todos estos meses me haya equivocado, lo que está entre tus piernas no es exactamente una vagina y si lo es, es la vagina más horrible y extraña que he visto— No pude evitar reírme ante lo dicho por él.

—¿A quién le dices mujer?—Cuestioné frunciendo el ceño, para tomar el helado que segundos antes me había arrebatado —Obviamente no tengo una. 

—Entonces, dobe, si quieres que nos reproduzcamos, sólo dilo y lo intentaremos e intentaremos e intentaremos.

—¿Demonios, acaso existe un momento donde no seas un afanado sexual?.

Nuevamente, pregunta equivocada.

—No.

Y obvia respuesta.

—Caso perdido— Murmuré.

Sasuke sonrió y, al igual que yo, observó a la nada, viendo a un montón de mocosos correr desenfrenados, con padres detrás de ellos, acompañados de gestos cansinos y ansias de una merecida siesta— Oye, idiota, tu helado se derrite, trágate esa mierda de una vez y vayámonos.

Menee varias veces al ser atraído tan bruscamente —Y, repito nuevamente, romántico— Susurré dándole una lamida al helado.

—¡Ya deja de farfullar cosas y engulle eso de una buena vez!

—No me grites y cállate, no vez que asustas a los niños con tu aura negativa.

El Uchiha me miró fijamente, con los labios en una fina línea rosada. Sin su típica sonrisa despectiva —Eres un idiota— Sonreí internamente al notar que ahí estaba el Sasuke de hace unas semanas, no éste, que intentaba contra todo entablar una amena conversación. 
 
Fruncí el ceño con fingida molestia, sin retirar la mirada de las cuencas oscuras del otro y, musité —Maldito.

Sasuke pareció no escucharme ya que, sin mencionar palabr,a dio media vuelta para quedar de frente al lago verdoso detrás de ambos. Me apoyé pesadamente contra la baranda que impedía caerse contra el agua y suspiré en busca de atención. 
 
—Bien, lo comprendo, los novios son unos retrasados mentales— Susurré, esperando una típica respuesta de parte de Sasuke.

Este pareció pensar en su respuesta —Al igual que tú, por sugerir tan absurdo plan.

—Sólo dije lo primero que se me vino a la cabeza, no tenías que ser tan literal.

—Lo hubieras dicho antes.

Sonreí entre dientes —Si mal no recuerdo, yo mencioné el cine también.

 —Imposible.
 
—¿Imposible?
 
—Imposible: que está fuera de lo posible, que no se puede realizar.

—¡Yo sé lo que significa! Tan sólo pregunto por qué es imposible para ti.

Una sonrisa insinuante en sus labios me previno de la respuesta —Porque si estamos en el cine, irremediablemente intentaría echarte mano y te enojarías.

Retiré la mirada contradictorio —¡Ag! En definitiva, odio las citas.

—No culpes a las citas de tu fracaso.

—¿Mi fracaso? Tú eres el que parlotea sobre el sexo. Bueno, pues te tengo una noticia, Uchiha, no sexo para ti.

—¿No sexo para mí?— Repitió, con las cejas fruncidas. Suspiré ante su rápida respuesta y, sin detallar demasiado su rostro, le sonreí.

—Como oíste, no sexo.

Entrecerró sus ojos en busca de algún comentario que desmintiera lo anterior. 

—Vayámonos de acá.

—Espera idiota, si voy a estar sin sexo por lo menos dame un beso.

—¿Aquí?
 
—Sí, aquí.

—Nos verán.

—¿Y?
 
Miré hacia ambos lados y, al notar que nadie nos observaba, acepté —Bien— Murmuré para acercarme y darle un casto beso sobre los labios.

—¿Qué fue eso?—Preguntó con una sonrisa de medio lado sobre sus labios, mi favorita.

—Un beso.

—¿Llamas a eso un beso?

—Sí— Respondí simple

—¿Ahora qué?— Preguntó, ensanchando su sonrisa —¿Piensas actuar como una niñita virgen?

—Se supone que estamos en la primera cita, agradece al menos que te bese, teniendo en cuenta lo horrible y aburrida que ha sido.

—Eres un tarado, eso es cuando se está en proceso de conquista, no ahora.

—Vamos, Sasuke, tal vez si te comportas bien, lo reconsidere.

—¿Lo del sexo?— Preguntó interesado.

Suspiré, derrotado. —Sí

Al parecer, el ánimo de Sasuke se restituyó —Bien, ¿Qué quieres?

—Nada en especial— Admití.

—¿Cómo que nada?— Masculló —Entonces, ¿qué hacemos aquí?

—¡Ya te dije que eso se hace en una cita!

—¿En serio?— Preguntó con una sonrisa de medio lado —Entonces, dime, ¿Cuántas citas has tenido?

Me sonrojé —No sé, unas cuantas.

—¿Unas cuantas?

—Sí, no lo sé. Las citas son cuando te gusta realmente alguien.

—Eso quiere decir que te gusto— Sasuke se acercó y me dejó apoyado al barandal.

—Sí— Susurré, sin mirarle fijamente a los ojos —Y aléjate antes de que nos saquen del parque por homofóbicos.

—No creo que eso esté permitido.

—No me importa, retírate, me avergüenzas.

—No
 
—¿No?

Su sonrisa se ensanchó —Sí, dobe, no me quitaré. Ahora, dime, ¿cuántas citas has tenido?

—No lo sé, unas diez.

—¿Diez?— Repitió ligeramente decepcionado y con los ojos diminutos —Supuse que serían menos.

—¿Desilusionado?— Bromeé, para quitarle la tensión al ambiente. 

—Un poco, pensé que nadie más te había gustado— Admitió, con la mirada fija en mí.

—¿Eso eres tú, celoso?— Cuestioné sin estar del todo seguro.

—Sí— Contestó superfluo.

No dije nada, tan sólo retiré la mirada ligeramente sonrojado.

—Vamos, dobe, ya te había dicho que eras mío.

Fruncí el ceño molesto al notar cómo me dejaba entre él y el barandal del cual estaba apoyado —Cállate, imbécil, y quítate, invades mi espacio personal.

—No,  ¿quiénes fueron?

Suspiré y, con las mejillas aun sonrojadas, contesté —Sólo fue una.

—¿Una? 
 
—Sí, una persona y con ella tuve alrededor de diez citas, no lo sé, no las conté.
 
—¿Y? ¿Quién es?— Preguntó parco.

—¿Para qué quieres saber?

—Calla y responde.

Asentí y, con las manos fijas en su pecho, respondí —Ten-ten
 
—¿Ten-ten? ¿Tu amiga?— Pareció divagar sobre algo en general.

—Sí, ella.

Me miró nuevamente de manera fija y susurró, más para él que para mí —Ya decía yo.
 
—¿Ya decías qué?

—Ella nunca se me ha acercado, parece totalmente desinteresada.

—¿El día de las desilusiones?— Susurré sonriente.

—Así parece.

—Una lástima.

—Sí, ¿Y qué sucedió?

—Nada que te importe.

—Dime.
 
—¿Para qué quieres saber?

Se acercó un poco más a mí —Curiosidad.

—Salimos por un tiempo, hace unos dos años pero no funcionó. 

—¿Cómo que no funcionó?— Preguntó demasiado interesado para mi gusto.

—Ten-ten se enamoró.

—¿Y? ¿Eso era malo?

—No, pero el hecho es que no se enamoró de mí.

—¿Entonces de quién?

Sonreí con aire nostálgico —Ten-ten conoció a un estudiante de intercambio llamado Neji y se interesó en él, ya sabes, las chicas y sus manías.
 
—¿Y te abandonó?

—No, ella jamás haría eso.

—¿Entonces?
 
—Bueno, continuó conmigo pero nada funcionó, seguía atraída por el— Arguyé con una sonrisa de medio lado —Neji también se interesó por ella y comenzaron una bizarra amistad, la cual se convirtió en amor o algo así.
 
—¿Luego qué sucedió?

Le observé intrigante por su repentino interés —Bueno, se besaron y ella me lo contó… no sentí rencor ni rabia, fue bastante extraño, teniendo en cuenta de que la quería de ese modo.
 
—Y la dejaste ir— Concluyó

—Exacto, lástima que todo terminará mal.

—¿La dejó?

Fruncí el ceño, fastidiado —No por gusto propio, y no menciones esa palabra, es bastante despectiva.
 
—Continúa.
 
Suspiré —Lo trasladaron de vuelta, eso sucedió. Neji se tuvo que ir, por eso es que no continuaron su relación.

—¿Y qué hay de las relaciones en distancia?

Me demoré más de lo usual en responder —No lo sé, no funcionó.

—¿Entonces eso fue todo? ¿Tú la perdonaste y siguieron como amigos?

—Sí.
 
—Perdonas muy fácil— Comentó, demasiado cerca de mi rostro.

—Si así no fuera esta relación no existiera— Admití sin intención de alejarlo.

Sonrió benevolente —Tienes razón. 

—No te culpo, nuestra relación tuvo un extraño rumbo— Sin pensarlo demasiado uní nuestros labios en un casto beso.

—Eso quiere decir que violamos la ley sobre el noviazgo.

—No lo sé, ¿acaso importa?

—No en realidad.

—Naruto— Susurró cerca de mi oído —Lo mío no es meramente sexual.

Me sonrojé sin tapujo —¿A qué viene eso?

—Sólo fue una observación— Dijo para luego, con una increíble parsimonia, besarme como solía hacerlo en la privacidad.



_____SN_____

 
Hola, soy Minato Namikaze, por favor deje su mensaje después del tono. 
 
—Vamos, papá, llama o al menos contesta, necesito saber cómo está mamá— Me acosté sobre el colchón luego de dejar mi décimo mensaje. Cubrí mi cabeza con la almohada que yacía cerca de mí.

—Maldita sea. Si el teme no fuera tan idiota, estaría durmiendo conmigo ahora, sin necesidad de tener sexo.

—Imposible— Murmuraron; alertado, me retiré la almohada con excesiva rapidez. Sasuke me observaba con una sonrisa escéptica sobre sus labios.

—Me asustaste, inútil— Comenté.

—El único inútil eres tú, dobe— Respondió, acercándose a la cama.

—¿Qué quieres?— Pregunté, alertado.

—Dormir— Contestó como si fuese lo más obvio.

—Sólo dormir— Acordé, haciéndome a un lado.

—Sólo dormir— Repitió una vez se acostó a mi lado.

Nos arropó y, con un abrazo protector, unió ambos cuerpos.

—Hasta mañana.

—Hasta mañana— Musité, luego de darle un beso casto.

 

 

Notas finales:

Gracias por la paciencia y los comentarios :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).