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Subtítulo por SasuDaiii

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Notas del capitulo:

Hola, lo prometido es deuda así que aquí estoy con el nuevo capítulo. 

Nos vemos abajo, que por ahora no tengo mucho por decir ._. 

 

 

Subtitulo

 

By: SasuDaiii

 

 

Capítulo 18. Fiesta de promoción.

 

10/diciembre.

 

Con los ojos empequeñecidos salí de la habitación, dirigiéndome al comedor luego de lavarme los dientes. De seguro mi aspecto causaría impacto; más por las ojeras que adornaban mis ojos que por el rostro cansado. La verdad era que, al menos desde hace una semana, no lograba conciliar el sueño. Simplemente no podía, la cama era muy suave y áspera a la vez, demasiado grande o pequeña, pero, más que eso, silenciosa.

—Buenos días— Saludé con una sonrisa, encontrándome por primera vez con Sasuke en el desayuno, lucía agotado; sin lograr evitar mi asombro, observé más de lo debido su espalda y los deseos de estar junto a él se incrementaron.

—Buenos días, Naruto-chan— Respondió Mikoto, quien colocó un plato en el lugar siguiente al de Sasuke.

Parecía haber pasado mi aspecto por desapercibido.

—Gracias por la comida— Agradecí, para sentarme con nerviosismo.

—Escuché que hoy es el último día de clases, ¿Harás algo para celebrar?

—No… había pensado en ello— Confesé —Creo que no.

— ¿E-eh~? No hagas lo mismo que Sasuke, él es un amargado, pero tú…

—Me marcho— Interrumpió el nombrado, sin dedicarme siquiera una mirada.

Su mamá bufó con cansancio —Supongo que no esperarás por Naruto-chan, ¿O sí?

—Es lo suficientemente grande para cuidarse solo— Expresó, y, sin esperar respuesta, se fue.

Mikoto se fijó en mí luego de eso, disculpándose con sus facciones. —Él es…

—No hay cuidado— Aseguré, tomando el primer trozo de fruta, y la pelinegra no retiró su vista de mi accionar. Observándome de esa forma que me hacía sentir náuseas, diciéndome así, que no era lo suficientemente fuerte para soportar una ruptura.

— ¿Estuviste llorando, cierto?— Me sorprendí ante su repentina pregunta y la miré, sin ser capaz de responder siquiera.

—No— Aseguré, a la ligera —Pero las noches son pesadas y silenciosas.

Luego de terminar de desayunar me marché en el auto de los Uchiha -el que Sasuke había tenido la delicadeza de rechazar-, hacia el instituto, donde Sai, como era costumbre hace días, me esperaba impaciente, recostado sobre la pared de la entrada principal del instituto, ignorando a las personas a su alrededor, con su vista fija en la carretera. Sonreí apenas logré divisarlo y la culpa se presentó, de igual manera a las anteriores.

—Sai…— Mencioné susurrante, y, antes de siquiera evadir su presencia, se hallaba a mi lado, con esa sonrisa que en ocasiones, unas más que otras, me daban ganas de querer partirle la cara.

—Lo sé, pero no tengo mucho por hacer.

—Aun así, los rumores empiezan, y ya te dije que entre tú y yo…

— ¿Cuál es la necesidad de repetirlo una y otra vez?— Cuestionó, ambiguo—Ya lo tengo bastante claro.

—A veces… creo que te utilizo para no caer en la soledad— Murmuré tan bajo que Sai enarcó una de sus cejas, sin idea de qué había dicho —Que… nos apuremos, vamos tarde para clases— Y, antes de que el pelinegro respondiese, lo tomé de la muñeca y corrí con él hacia las aulas. 

Después de eso, Sai se dirigió hacia sus clases, dejándome en la completa soledad. Con Ten-ten, Ino y Sakura, que a su vez arrastraban a la callada Hinata, emocionadas sobre el baile de graduación que se efectuaría el quince, en sólo cinco días más.

Suspiré mientras observaba de reojo a Kiba, quien parecía emocionado con la idea de ver a su novia en vestido y, sin deseos de mencionar a Lee, que ya empezaba a asustarme seriamente. Por otra parte, Sai, con sus horarios invertidos a los míos, pocas veces me hacía compañía y, a pesar de todo lo que me aconsejaba no mantenerme demasiado cerca a este, le extrañaba. 

— ¿Estás bien?— Cuestionó Ten-ten, una vez se sentó junto a mí.

—… La verdad… no.

Su sonrisa tan triste como cálida me acogió —Finalmente— Suspiró.

—Gracias— Dije, sin necesidad de agregar más, una vez nuestras miradas se conectaron. Porque, luego de años de amistad, la persona junto a mí me leía cual libro, y también, sabía exactamente cómo tratar con la clase de personalidad que poseía.

—Lo sé, tarado, pero no nos pondremos sentimentales, ya tienes muchos demonios emocionales por lidiar.

—Cierto— Coincidí en derrota

—… ¿Qué hay de Sasuke, serás sincero con él también?

Mis ojos se encontraron con los de ella una vez más, y, a pesar de tener idea a lo que se refería, no lograba coincidir que supiese hasta tal nivel lo que me atormentaba. Existían ciertos pensamientos acerca de la relación entre Sasuke y yo, rondando por mi cabeza; esos eran precisos los que no dejaban que lograra conciliar mi sueño.

— ¿Acaso…?

—Eres listo, siempre lo has sido, por lo que sé que al menos una vez se te ha pasado por la cabeza.

Sonreí, inerte —No hay caso de decirlo, ya se acabó.

—Supongo que tienes razón; aun así, nunca había logrado observar esa faceta en él.

—Todo un enigma, ¿A que sí?

—Por un momento creí que te guardarías eso para ti solo. Tus sentimientos agarrotados en tu corazón. Así que, cuando supe lo de ustedes, no pude experimentar más que angustia.

—Al igual que yo. Nunca había estado más inseguro sobre algo, pero el miedo fue injustificado, terminó justo como creí.

 

 

____SN____

 

Sai me había buscado bien de noche, tan puntual como siempre, con su traje de lino y su pecho al medio descubrir, sin lucir corbata. Pasó a la casa de los Uchiha e, ignorando la mirada de reproche de Mikoto, quien se esforzaba por parecer sincera, fuimos juntos hacia la fiesta, donde yacían ya varias personas. La música todavía era suave y a medio escuchar, y las parejas apenas empezaban a rodear la pista de baile.

Por nuestra parte nos acercamos al estante de bebidas, para tomar un poco de ponche. 

— ¿Llegamos acaso muy pronto?— Cuestionó Sai, ignorando la casi de por sí conocida ley de no llegar nunca temprano a una fiesta. Suspiré con diversión y palmeé su espalda con suavidad.

—Está bien— Aseguré, al notar el opacar de sus pupilas; Sai, a pesar de no saber demostrar sus emociones, le era imposible contener el brillo de sus ojos, demostrando sus emociones de forma obvia.

— ¿Quieres bailar?— Preguntó como si nada, haciendo que le observara directamente a los ojos.

—… Los amigos del mismo sexo no bailan, Sai.

—Si… yo fuese Sasuke, ¿Bailarías conmigo?— Preguntó, con el rostro contenido. La sensación de pérdida me hizo imposible el responder y, sin percatarme de cómo el salón se llenaba cada vez más, mordí mi labio inconscientemente, pensando en ser sincero —Olvídalo, pregunta equivocada— Aseveró, para sorber un poco de jugo.

—A… lo mejor— Declaré —Pero él y yo éramos pareja, es diferente.

—Sí, Sasuke es diferente, lo capto— Escupió con sorna.

Cierto, Sasuke es diferente. Muy diferente.

A decir verdad, desde días atrás había tenido tantos pensamientos sobre él, que me era imposible conciliar el sueño, Ten-ten era la única en notarlo. Ella sabía que me la pasaba días enteros analizando nuestra fallida relación, qué podía haber hecho, y que no.

—Está bien, bailar no le hace daño a nadie.

Su sonrisa estalló en mi rostro y, antes de poder notarlo, estaba siendo arrastrado a la pista. Sai idiota.

Sus pasos me guiaron en un compás lento, siguiendo el ritmo de la música y su mano, firme en mi espalda, me dejó completamente junto a él. Parecía perder la razón conforme la música avanzaba y, por un momento, cuando mi rostro se perdió en su clavícula, llegué a creer que, a diferencia de ser Sai, quien me tenía entre sus brazos era Sasuke. Con sus frías manos apretando mi espalda, su pretenciosa sonrisa posada en sus labios y su habilidad innata de avivar mi estado de ánimo.

Según recordaba, Sasuke y yo nunca habíamos bailado una canción; a lo mejor, por su actitud pretenciosa o, porque nuestra relación se basó la mayoría del tiempo a jugar a las escondidas.

La canción terminó y el ritmo de esta era diferente al anterior; pero Sai, quien parecía también perdido en su mundo, no cambió los movimientos de baile.

— ¿Sucede algo?— Cuestioné sin levantar la cabeza; temeroso a romper la fantasía.

 —No— Aseguró, sin motivación. Me sentí egoísta al desear pasar de largo el tono de su voz; pero, por un momento, preferí estar al pendiente de mi emociones primero, aunque fuese una vez.

Y nos quedamos así por un largo tiempo, hasta que mis pies se encalambraron y mis semi-cerrados ojos divisaron a Sasuke, con su traje color negro y camiseta blanca, sin corbata. Parecía desinteresado sobre la fiesta como tal, y Gaara, quien me observaba hace tiempo ya, me regaló una sonrisa. El pelirrojo vestía un traje color gris oscuro, a diferencia de Sasuke y Sai, él sí usaba corbata.

Me tensé inmediatamente e, inerte, me separé de Sai, provocando una mirada de reproche.

— ¿Acá es donde se rompe la fantasía?— Preguntó sin resentimiento, atrayendo finalmente mi mirar.

Dejé salir aire por mi boca con tensión, sintiendo la mirada aguamarina sobre mí —Sai… esto no tiene caso, de igual forma sabes que me iré pronto a Rusia… así que…

— ¿Por qué no puedo ser yo?— Preguntó serio, con los ojos fijos en Sasuke — ¿Acaso es tan malo querer pasar tiempo con la persona que quieres?— Continuó, retirando finalmente la mirada del Uchiha, permitiendo, a su vez, que finalmente  respirase de nuevo.

Callé.

—… No es como si…

—Míralo por última vez y deja ahí tus sentimientos por él— Pidió condescendiente y, sin entender por qué, obedecí.

No me observaba, como era de esperarse, y yo, con el rostro contenido, me permití mirarlo largamente, con detenimiento, descubriendo cosas nuevas de él, las mismas que observaba cada vez que lo observaba en silencio. Su nariz se movió una sola vez al notar a Karin, próxima cada vez más a él. Siempre hacía eso, cada vez que alguien indeseado se le acercaba.

La idea de Sai había sido pésima. Además de no poder abandonar mis sentimientos,  con una mirada, estaba logrando conocerle más y por ende, intensificar las emociones.

Al final de la noche, Sasuke seguiría con su vida y yo terminaría solo, en una habitación demasiado quieta para mi gusto, acompañado de recuerdos y situaciones absurdas. 

Mis ojos escocieron y, como último requisito, le sonreí en la lejanía, atrayendo segundos después su impasible rostro, el cual se encontró con el mío. Respingué inmediatamente, dándome cuenta de que, por más que quisiese retirar la mirada, no lo lograba. Y el Sasuke que conocía me devolvió la mirada con indiferencia, una indiferencia que dolía.

Sai tomó entonces mi rostro y me observó largamente, perdido al parecer en las vacías cuencas que ahora tenía por ojos. Con las facciones sensibilizadas y las cejas contraídas.

Parpadeé varias veces, reprimiendo las ganas de retirar su mano de mi rostro.

—Yo nunca te amaré, Sai, lo siento— Confesé con lentitud, sin contagiarme de la ahora alegre canción —Sería injusto de mi parte pedirte ahora que te quedes, por lo que…— Y el azabache intentó unir nuestros labios como lo había hecho días atrás. Lo detuve a centímetros de mis labios, temeroso a ser visto por Sasuke.

—No. Lo siento— Me disculpé, retirando mi mano de su rostro.

— ¿Es que no lo ves? No te ama y no lo hará, está ahí, junto a la persona por la que te cambió, ¿Es que acaso no tienes orgullo?— Expulsó, elevando la voz, sin lograr llamar la atención por el volumen de la música.

...

—Dime algo, mierda, eres tan injusto.

—Lo siento… lo siento.

—No lo sientas, no lo hagas.

—Sai…

Sus ahora opacas pupilas se fijaron en las mías, como si fuese un cuchillo atravesando mi estómago con rapidez.

— ¿Qué tiene él que no tenga yo?

Sonreí, nostálgico —Si ese fuese el caso… el que tiene que aprender cosas del otro es él. No tú.

 — ¿Y por eso tienes que irte?

—No es por…

—Mientes— Me interrumpió, y su cansada frente se apoyó en la mía con firmeza. Por un momento, como llevaba pasando toda la noche, me negué a retirarlo por mucho que quisiese.

Dios, era tan egoísta.

Pensando sólo en lo que me afectaba, arrastrando a Sai conmigo. Luego yo me iría y él tendría que ser capaz de curar sus heridas como pudiese.

Después, todo pasó con suma rapidez: mi muñeca estaba siendo estrujada rígidamente, y Sai, quien fruncía el ceño, pero, sin realizar ningún movimiento, le observaba, perdido en su mundo y con una vacía sonrisa sobre sus labios. Observé sin intención de zafarme la pálida mano que me agarraba y, antes de poder pronunciar palabra, nos encontrábamos fuera, con unas pocas parejas más.

Me quejé con pena y sus endurecidos ojos me hicieron callar, cerrando mi garganta e impidiendo que siquiera la saliva acumulada bajase por ella; tragué pesadamente luego de un esfuerzo y las inmensas ganas de besarlo me quitaron el habla.

Antes de lograr racionar, mis labios se vieron atrapados con rudeza; ahogué un gemido en los labios contrarios. Estaba tan desesperado por contacto, que lejos de querer alejarle, acaricié su rostro con avaricia, reconociendo el contacto contra mis dedos y apegando mi cuerpo al suyo.

Sasuke tomó mi espalda y me acercó un poco más, pecho contra pecho, labio sobre labio. Respiré fuertemente por la nariz en busca de oxígeno y, antes de tener la necesidad de empujar por la busca de aire, este lo hizo.

— ¡No puedes hacer eso cada vez que estés celoso de Sai, mierda!— Me quejé, enterrando mi frente en su clavícula.

—Me preguntaste hace días qué sentía sobre ti y el asunto es que no lo sé— Me negué a todo, sólo permanecí quieto, escuchando los latidos de su corazón — ¿Qué caso tiene decir lo que siento, de todos modos?— Susurró, dejando sus agarrotados brazos junto a su cuerpo.

—Ten-ten…y yo, hablamos hace días respecto a…— Dije, dándole espacio, para lograr mirarle a los ojos —Todo.

—Lo siento, Sasuke.

— ¿Eh?

—Soy muy injusto contigo.

—No entiendo— Aseguró, con esas facciones confusas.

—Te acusé por haberme enamorado de ti, me entrometí en tu vida, despojándote de tu habitación y tu familia, prácticamente te obligué a vivir conmigo, y nunca supe si realmente querías estarlo o no. Por eso me disculpo. Luego de meses de relación, cuando se supone y te conozco lo suficientemente bien, simplemente te exigí que correspondieras al cariño que yo te daba, no teniendo cuenta que el que se enamoró como un idiota fui yo desde un principio— Su fruncido ceño se relajó —Te empujé en… esto y esperé a que tus emociones se retribuyeran con la misma intensidad, sin tener en cuenta que mis sentimientos llevaban un camino aún más largo que los tuyos; eso fue muy egoísta de mi parte. Luego comprendí: el que se enamora primero siempre pierde.

—¿Y qué perdiste tú, Naruto?

—Hasta este momento, he perdido muchas cosas, Sasuke. Dejé mi orgullo y dignidad a un lado para confesarme, al igual que la problemática social sobre mi orientación sexual. Ignoré todos tus dilemas internos cuando empezaste a fijarte en mí, me hice el de los oídos sordos cuando escuchaba alguna acusación en mi contra, ignoré todo eso y aun así te seguí queriendo— Tomé un respiro y continué —Porque el significado de Te quiero no lo dan los diccionarios, todo depende de la persona que se ame.

—Lo único que sé es que te quiero junto a mí.

Me sonrojé penosamente y dejé salir la duda tal cual apareció en mi cabeza —¿Qué hay de Gaara?

— ¿Qué tiene que ver él en esto?

Suspiré quedadamente —Los vi semanas atrás, besándose.

—Gaara— Refunfuñó —No te preocupes por eso, ya te dije, no me gustan los hombres, sólo tú.

—Con eso es suficiente— Respondí, antes de acercarme a él y besarle suavemente.  Sasuke, entonces, con su habilidad innata para arrastrarme a donde quisiese, me tomó de la muñeca una vez más, para halarme hasta una puerta cercana, dejándonos en el closet del conserje, con el olor a desinfectante por el lugar y los implementos de aseo.

Aun así, el azabache parecía inmune a la ambientación del lugar, porque, a pesar de inspirar todo menos erotismo, me acorraló entre él y la puerta.

Me sonrojé de golpe, agradeciendo la poca luz que había en aquel sitio.

— ¿Qué haces, Sasuke?— Pregunté tontamente, sabiendo de antemano la respuesta.

—…La verdad es que, hace semanas que no…—Susurró, con su cálido aliento sobre mi oreja. Y, en ese instante, todos mis sentidos se volvieron indefensos.

—P-pero… — Me quejé ante la imagen de ser descubiertos, sin embargo, Sasuke, con aquella endemoniada forma de ser que tanto había extrañado, pasó su fina nariz por la extensión de mi cuello.

Respiré con dificultad, la ausencia de su tacto tampoco me era inmune y me concentré en el movimiento de sus manos bajando hasta mi trasero, el cual apretó una vez lo tuvo cerca. Jadeé suavemente al ser agarrado sin la menor vacilación, y Sasuke al fin permitió a una pequeña sonrisa agraciar su rostro, satisfecho de haber sacado la reacción que esperaba.

Estábamos lo suficientemente cerca como para poder sentir su respiración en la cara, y me encontré incapaz de apartar sus ojos de los labios entre abiertos de Sasuke. Siendo golpeado por el intenso impulso repentino de besarlo.

Sin pensarlo dos veces, me acerqué a él, atrayendo finalmente su atención. Intensificando las emociones, pasando ambos brazos por su nuca mientras rozaba ambos semi-despiertos cuerpos sin decoro. Sasuke, ocupado en meter su mano en el elástico de mi ropa interior, empezó a mover su mano a lo largo de mi miembro y deslizó un dedo sobre la punta, encontrando que ya estaba goteando.

—Dios, eres lento— Me quejé, antes de presionar ambas caderas hacia adelante y juntar nuestros cuerpos, logrando sentir el aumento de los latidos de mi corazón, que aumentaban cada vez que Sasuke me tocaba.

Sasuke, soltando un gruñido por mi aparente ofensa,  agarró con fuerza mi recién despierta erección, obligando a que me separase, para darle el espacio. Con mi cabeza sobre la tibia madera.

Difícilmente podía alejar a Sasuke después de llegar hasta aquí, así que tendría que apretar los dientes y seguir adelante con eso.

—Estás duro como una roca— Se burló. Sin prestarle más atención de la necesaria, eché mi cabeza hacia atrás y lamí mis labios para distraerme, en lo que Sasuke gruñó en voz baja.

Mis labios fueron rápidamente cubiertos  y un suave suspiro se escapó ante la sensación de suavidad contundente. Una tibia y húmeda lengua entró a mi boca, agarrando y chupando lo suficiente para paralizar.

En definitiva, Sasuke era un maldito buen besador.

Podía sentir mi corazón derretirse sólo por sentir a Sasuke succionando mi lengua y, cuando rozó el interior de mi boca, mi cuerpo se sintió en llamas. No podía dejar de ceder a las sensaciones volviéndome loco, por lo que solté un suspiro tembloroso. 

Distraído por el beso, Sasuke había empezado a bajar su mano por mi pecho, tanteando con sus dedos la piel y agarrando ocasionalmente un pezón; los dedos bajaron para envolver mi pene erecto, y la sensación del contacto piel contra piel, me hizo llegar al orgasmo más rápido de lo querido, lo cual solo sirvió para irritarme y frustrarme.

Enterré la cara en el cuello de Sasuke, conteniendo los jadeos que se ahogaban en mi garganta.

— ¿Estuvo bien?— Asentí con vergüenza, mientras sentía sus brazos pasando por mi espalda, acunando de esa forma mi cuerpo protectoramente.

— ¿Q-que hay de ti?— Pregunté, con la voz aún entrecortada.

—Está bien— Contestó. Sabía que mentía, podía sentir su despierta erección contra mi pierna, pero no era el momento ni el lugar para culminar eso.—P-pero…— Farfullé, recuperando la voz —No mientas, si puedo sentirte.

— ¿Ah sí? ¿Entonces qué tal una atención de tus labios?— Bromeó, sujetando mi barbilla con una sonrisa sugestiva sobre sus labios.

Me lo pensé un poco y, para la sorpresa de Sasuke, asentí, quien por reflejo me observaba atentamente, sin terminar de creerme.

—Pero no respondo si soy una mierda con eso— Dije, mientras me arrodillaba y alzaba una mano para tomar el miembro de Sasuke.

— ¿Estás seguro? Alguien podría…

—Está bien— Aseguré; luego volteé el rostro y tragué duramente antes de abrir ampliamente la boca. Deslicé la lengua por la parte inferior del pene del Uchiha, lamiendo una larga línea desde la base a la punta.

Miré hacia arriba con ojos entrecerrados y encontré a Sasuke con las cejas fruncidas casi dolorosamente, su respiración corta y forzada. Tan mala como fuera mi técnica obviamente estaba excitado por ella, lo que me alivió.

Succioné con avidez la punta y el pene de este se hinchó entonces en mi boca. La forma en que su piel se frotaba con la mía, me hacía experimentar calor y el pulso que podía sentir a través del contacto envió una dolorosa punzada de excitación.

Mierda.

Los dedos de Sasuke se enredaron en mi cabello al mover la lengua con más fiereza y, sin detener mis movimientos, me debatí en cómo lograr el orgasmo, decidiéndome al final por la mano, midiendo a su vez el ritmo cuidadosamente; me moví para apartar su boca, cuando encontré mi cabeza siendo fuertemente sostenida en su lugar.

Sasuke había estado inmóvil todo el tiempo, pero ahora comenzaba a embestir contra mi garganta, y justo cuando la sensación del miembro del Uchiha restregándose contra mi boca se hacía insoportable, mi boca fue llenada con su semen.

Nerviosamente tragué lo que podía, y, una vez el agarre se debilitó, lo miré bruscamente, limpiando mis labios con el dorso de su mano. — ¿Por qué hiciste eso?

—Costumbre.

Me puse de pie sin desear saber de quién había aprendido esa costumbre y, antes de tener tiempo para reprocharle, atrajo mi cuerpo hacia el suyo.

—Lo siento.

—Hay… algo. Antes, tengo que hablar con Sai.

Sus brazos se tensaron a mi alrededor, casi con la fuerza necesaria para resultar doloroso. — ¿Sucedió algo entre ustedes?

— ¿A qué te refieres con algo?— Cuestioné, incapaz de cambiar las posiciones.

— ¿Te fijaste en él, te empezó a gustar?

— ¡No, quién crees que soy!— Grité con molestia —Si él sabe lo enganchado que estoy contigo.

— ¿Lo sabe?

—Aunque… días atrás… él, me besó, pero yo lo rechacé por obvias razones.

Sus brazos se tensaron una vez más —Ah… ¿Pareció entenderlo?

—… Tengo que ir con él— Argüí, apartándome. Sus cejas estaban juntas en signo de desacuerdo.

—Bien— Sucumbió y, con una sonrisa en sus labios, se acercó un poco más a mí, hasta dejarme junto a la puerta.

—Gracias— Pronuncié con lentitud, antes de besarlo.

 

 

 

____SN____

 

— ¿Ten-ten?— Los castaños ojos de esta me examinaron de arriba abajo, y, antes de siquiera responder a mi “saludo”, peinó mis cabellos, alarmada.

— ¿Qué carajos te pasó?— Preguntó divertida, para arreglar a continuación mi camisa —Tienes el cuello lleno de chupones y… estás rojo, no me digas que… tú y Sai…

— ¡No!— Grité de inmediato —Sasuke y yo regresamos— Admití apenado, sin perder pistas de sus manos, que pasaban uniforme en un intento de alisar mi saco.

— ¿En serio, en serio?

—Sí… pero Sai…— Logré articular, antes de que terminara con su labor.

—Listo, ahora sí, no sé qué harás con esas cosas en tu cuello, pero al menos ahora te ves presentable.

— ¿Acaso me escuchaste?

—Sai está con el resto del grupo, te aseguro que se encuentra bien, sólo sé sincero, eso se te da bien— Aconsejó, sonriente, para arrastrarme después hasta los demás.

Me saludaron breves y, minutos después, se marcharon con sus parejas, dejándonos solos a Ten-ten, Sai y yo.

—Sai…— Mascullé, y el moreno, con su fingida sonrisa, me miró —Tenemos que hablar.

Asintió con rapidez y me siguió hasta la entrada del lugar, en busca de paz.

— ¿Crees que esté bien dejar a Ten-ten sola?

— ¿E-eh?... oh, no nos demoraremos. No hay problema.

—Así… que volviste con Sasuke.

No habían sonrisas, ni gestos carentes de sentimiento, nada.

—Sai, somos mejores amigos, ¿Cierto?... si lo de nosotros no fue es porque… a lo mejor algo más está ahí para ti. Aparte, seamos sinceros, yo soy un desastre.

— ¿Me estás dando la charla?— Preguntó, pasando una de sus manos por su cabello.

— ¿La charla?

— ¿Cuántas veces piensas darla?— Murmuró —Entre tú y yo nunca hubo nada, por la sencilla razón de que siempre has estado enamorado de Sasuke, lo entiendo. No hay necesidad de explicaciones, lo supe desde el principio.

— ¿N-no estás enojado?— Casi grité, y su rostro finalmente se iluminó.

—Herido sí, enojado no— Admitió, opacando mi felicidad —Hey, no pongas esa cara. ¿Tienes acaso hambre o… estás triste?

Sonreí una vez más —Si Sasuke no existiera… realmente, realmente me habría enamorado de ti.

—Vamos— Cortó mi momento de euforia y nos encaminamos una vez más a donde Ten-ten, quien se hallaba acompañada de un estudiante de otro grado. Nos sonrió apenas nos vio llegar y, con un saludo medio elaborado, se dirigió hasta nosotros, con las trigueñas mejillas coloreadas, dándole aspecto de acabar de pasar por una situación incómoda.

— ¿Sucedió algo?— Preguntó Sai, siendo tan directo como siempre.

—Es… nada. No importa, ¿Todo está bien?— Murmuró con rapidez, desviando su vista hacia la nada. El moreno asintió y con una sonrisa calmó su euforia.

—Me… alegro— Susurró, una vez más demasiado bajo.

En ese momento me sentí egoísta una vez más, siempre preocupado por mis asuntos, sin lograr ver más allá de mi nariz.

— ¿Quieres bailar?— Pregunté, serio, viendo entre sus espesas pestañas sus pupilas cargadas de desconcierto. Al verla muda, sin el deseo de responder, la arrastré hacia la pista, ofreciéndole una mirada más a Sai, quien sonreía, al parecer al tanto de lo sucedido.

 —Está bien, deberías ir con Sasuke, ¿Sabes? Su relación seguro está en un punto débil— Comentó, sin ejercer esfuerzo para romper el contacto, y, sin siquiera responderle, acerqué su cabeza a mi pecho, presionando su cuerpo contra el mío, protectoramente. Con mi brazo derecho fijo en su cintura rondando por la cadera. Y su respiración contra mi clavícula.

— ¿Sucedió algo, ese chico te dijo algo?

Su cuerpo se tensó bajo mis brazos —No… ¿Eso?— Soltó una risa débil —No es lo que crees.

— ¿Si no es así, qué sucede?— Cuestioné, con mi barbilla sobre la coronilla de su cabeza.

—Deja de hablarme así, harás que me enamore— Bromeó —Y eso, sería una grandísimo problema.

Sonreí tentador y la alejé lo suficiente para que se pudiese mover con naturalidad, llevándola en un compás lento según la canción — ¿Eso crees?

—Sí, al menos para Sasuke, quien mira hacia acá— Al tanto lo dijo, mis ojos se encontraron con los de Sasuke, quien, junto al pelirrojo, no perdían vista de la escena. Les dediqué una cálida sonrisa y me concentré una vez más en ella.

— ¿Confías en mí?

— ¡Por supuesto!— Gritó con euforia, separando nuestros cuerpos.

Sonreí al acto —Si así es… dime qué pasa contigo. ¿Te hizo algo, tengo que partirle la cara?

—No… es sólo que… intentó cortejar conmigo.

— ¿E-eh?

—Eso fue todo… y yo, simplemente no pude.

— ¿No te gustó? No creo que haya problema con eso…

—No… es que… por el simple hecho de no ser Neji… yo…— Mis brazos la atrajeron una vez más y, a diferencia de la otra vez, apoyó su cabeza con derrota sobre mi pecho.

—Neji— Suspiré —Soy una mierda de amigo, siempre mi asunto y no me he importado por los tuyos, lo siento.

—No digas eso, tarado— Me regañó, sin cambiar posiciones.

—Yo estoy acá… todo está bien— Consolé, para minutos después, con los latidos constantes, sentir el tembloroso cuerpo de Ten-ten tensionarse; parecía estar llorando.

 

A decir verdad, cuando una parte de tu vida empieza a mejorar, otra se desmorona espectacularmente.

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado. Por el momento tengo muchas cosas en mente, como mi crush hacia Frutilla. He estado pensando seriamente en eso y doy miedo. ¡En serio!

>__< Pero bueno, se me pasará xD. ¡YO SÉ QUE SÍ!

 

Gracias por todo su apoyo niñ(a)s, es muy lindo todos esos comentarios, los leo cada vez que me da un bajón.

Saludes y nos vemos en el siguiente cap, que sería el final ya. Seguido de un extra y finalmente el epílogo.

Besos, nos vemos el 26/02/13♥

 

P.D: Si quieren realizar preguntas, aquí estoy. Sólo presionen el hipervínculo y está. ¡Tadán!

 


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