Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Subtítulo por SasuDaiii

[Reviews - 243]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Naruto y sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto.

 

-----

 

¿Que podría decir? Hum... Veamos xDD

 

.

 

.

 

.

 

Lean el puto fic y dejen de joder, si les gusta dejen review si no... Váyanse a la mierda x3

 

¬¬ Y No bromeo.

 

-*-

 

Lo lamento, no he tomado mi Coca~Cola diaria. Mi familia dice que me saldrán "Celulitis" ... Como sea, dejare unas cuantas aclaraciones en este capitulo.

 

1- Esta historia esta siendo publicada también en Fanfiction.net y solo para no atrasar esta eh dejado de publicar por un tiempo ahí pero como ya van a la par continuaré con la publicación en ambos lados, a la misma hora, día, mes. XD

 

2- No tengo otra aclaración. xDD

 

Ah, si. ¡SasuNaru Rules!

 

Subtitulo

By: SasuDaiii

“Vive en tu mundo, juega en el nuestro.”

 

 

Capítulo 4. Maribárbola.

 

18/Junio.

Por undécima vez mis ojos recorrían el lugar con un pesar presuroso e impaciente, lleno de temor y angustia, aguardando, esperando algún indicio  del estrepitoso sonido de la puerta junto a la mía pero ésta desafortunadamente no llegaba; era ridículo, Sasuke no tenía razón alguna para salir de su habitación a las diez diecisiete de la noche, para ser exactos, y aun así no lograba reunir la suficiente entereza para levantarme del suelo e irme a acostar, aun cuando era lo más prudente de mi parte.

Inspiré hondamente, preparado para finalmente levantarme e ir hacia mi cama, la cual me llamaba tentadoramente, una y otra vez. La verdad es que no pensaba con lucidez, era evidente que no era la persona más lista pero no es que fuera tan imbécil, ¿O es que a acaso no razonaba con claridad cuando se trataba de Sasuke? Después de todo, no cambiaba en absolutamente nada el hecho de que “accidentalmente”, nos encontráramos en el pasillo para así comenzar una amena conversación totalmente fuera de lo trivial y aburrida. Sin embargo, para mí, con temor a verme conformista  y fútil, más que suficiente, representaba en mi torpe corazón como un deseoso regalo en las más importantes y esperadas fiestas del año.  Me levanté del suelo en un rápido y ágil movimiento dejando escapar un largo y cansino suspiro de mis labios entreabiertos. Me encontraba tan molesto conmigo mismo, no razonaba, era simplemente eso, ¡no lo hacía! … Sasuke esto, Sasuke lo otro, patético, simple y llanamente patético. Atormentado por mis nada optimistas calvarios tomé el pomo de la puerta y salí, simplemente salí sin saber muy bien el por qué y entonces todo cobró sentido: Sasuke estaba ahí sentado en el suelo, recostado en la pared con un libro en sus manos. Buscando, tal vez, un poco de paz. Después de todo, desde que yo tan presurosamente me había mudado a su casa, desalojándolo de su habitación,  él había tenido que compartir una con Itachi, quien no era para nada parecido a Sasuke, desviándonos del físico, claro está. 

Con un paso discreto y temeroso me dirigí hacia él, quedando a su lado, opacando la poca luz que le entraba de las demás habitaciones para leer, deteniéndome a observar con perspicacia el libro que sostenía en sus manos —¿Qué quieres?— Cuestionó con un tono de voz gélido, dejando ver finalmente sus lóbregos ojos. Me mantuve callado, sonriéndole calurosamente, intentado que una pizca de mi ahora insignificante  exultación  se le contagiara, pero fue en vano —¿El secreto de Maribárbola?— Cuestioné estupefacto por mi buena suerte, ya lo había leído, incontables veces. Aun cuando uno de mis fuertes no era la lectura ese libro en general incluyendo Orgullo y Prejuicio, eran simplemente encantadores y atrayentes para mi persona —Ya lo he leído— Comenté con fingida indiferencia ante su intrigante mirada, causando que una de sus delgadas cejas se levantara.

—Vaya, no tenía idea que alguien de tu intelecto tuviera la facultad de leerse un libro por completo— Agregó con una sonrisa de medio lado, la más dulce de todas.

Sonriéndole con grandeza, me senté a su lado, sin preguntarle siquiera si mi compañía era bienvenida  para comentar, regocijándome en mi propio ego —De hecho, no te mentiré. Mi fuerte no es la lectura, sin embargo…

—¿En serio?— Preguntó con un latente y casi palpable sarcasmo en sus palabras, arrastrándolas lentamente hacia mí.

—Como decía…— Agregué, dejando de sonreír y, para qué negarlo, disfrutando de su arrogante sonrisa —El secreto de Maribárbola junto a Orgullo y Prejuicio, representan mis libros más preciados.

—Oh, Vaya— Dijo, retirando su mirada de la mía —Después de todo no eres tan idiota como lo pensaba— Y Aquella tan deliciosa sonrisa, apareció de nuevo, arrogante y despectiva.

— Ehm, ¿Gracias?— Sonrosado hasta las orejas me dediqué a mirarlo fijamente, sin poder retirar  la mirada de su concentrado rostro. Sasuke, quien no pasó por desapercibido aquella inquisitiva mirada, me observó de nuevo con aquella sonrisa que me desvelaba aún sobre sus labios.  Su rostro se hallaba a una distancia prudencial del mío, permitiéndome mantener la cordura evitando que cometiera alguna posible estupidez, sin embargo, aquella maldita  sensatez no lograba calmar  los escandalosos pálpitos de mi corazón.

—Naruto, por curiosidad, ¿Qué es lo que tanto te gusta de estos dos libros? — Comentó aparentemente indiferente, con una leve burla sobre aquellas palabras.

—… No lo sé, Tal vez, hablando de Orgullo y Prejuicio, me gusta la forma en la cual Elizabeth mantiene su entereza ante cualquier situación, como no deja que nada quiebre su voluntad… y, si hablamos de Maribárbola  bueno, no sabría decirte.

—Tal y como ya dije no eres tan idiota como pensaba— Agregó, levantándose de suelo para luego sonreírme desdeñosamente— Lástima, los idiotas me agradan en sobremanera— Sin saber qué decirle imité su movimiento quedando frente a él.

—Bueno, supongo que soy tu lastimosa excepción— Dije, sonriéndole lastimero; Sasuke me observó detenidamente para luego dejar salir una perjudicial y arrogante risa, la cual no duró más de dos penosos segundos

 —Diría, que tú eres mi única excepción, pedazo de dobe— Sin saber cómo responder a eso, fruncí mis labios mientras dejaba escapar una imperceptible sonrisa.

—Vaya, Sasuke, ¿acaso confiesas tus sentimientos hacia mí?— Comenté, burlando deliberadamente.

—¿Y si fuese así qué sucede?— Cuestionó sonriendo de medio lado —Espera, ¿acaso hace unas meses no eras tú quien decía amarme?—  ¡Maldita sea!, aquel pequeño chiste que había hecho para avergonzarlo lo había devuelto totalmente hacia mí, no se avergonzaba. Se regocijaba en el avergonzarme a mí.

—O sea, que ahora es ¿recíproco?

Sasuke ensanchó aún más su deliberada sonrisa convirtiendo mis piernas en mantequilla y, sin pensar en las consecuencias, acercó su perfecto rostro al totalmente sonrosado mío, regocijándose en mi pérdida —Confieso que a veces y, tan sólo a veces, me resultas completamente encantador— Comentó sin pensar en las reales consecuencias de lo dicho. Más sonrosado que antes sonreí imitando una alelada mueca. 

Sasuke sonrió abiertamente dejando ver sus blancos dientes en el transcurso  y, sin esperar nada, se dio vuelta, levantando en un inconsciente movimiento su mano derecha para despedirse con una seña. —Por cierto, Naruto— Agregó, deteniéndose con el pomo de la puerta entre sus dedos —Orgullo y Prejuicio también es uno de mis libros favoritos— Expectante lo observé adentrarse a su habitación y cerrar la puerta tras de sí.

A la mañana siguiente todo continuaba igual, era el último día de clases para los del grado superior y por ende había una festividad absurda en el instituto, razón por la cual Sasuke y yo no nos vimos en todo el día, para mi congoja; aun así, para restaurar mi ánimo conservaba aquellas alentadoras palabras en mi cabeza y corazón, como el más preciado recuerdo jamás vivido.

Kiba y Sakura me arrastraban literalmente de un lado a otro para ver cada evento que se había preparado,  tenía que confesar que había disfrutado bastante junto a ellos, viéndolos pelearse entre sí. Eran realmente divertidos y coléricos, sus caracteres alentaban al mío y, para qué negarlo, me aliviaban un poco. Sin embargo, no podía evitar echar un vistazo a cada espacio del lugar para confirmar si Sasuke se encontraba ahí. Luego de recorrer lugar por lugar, asistimos al coliseo donde las directivas se despedían de todos los estudiantes deseándoles unas felices vacaciones de mitad de año. Como siempre no faltaron los llantos, las lágrimas forzosas de personas que fingían sufrir para alentar sus amistades, las risas, los rostros acongojados, las fortuitas miradas entre ex amigos, los besos llenos de dolor por la lejanía y la música de fondo con un tema sobre las amistades. Me sentía perdido, la única persona que quería ver no se encontraba, era tal y como si la tierra se lo hubiera tragado o, peor aún, como si intentara evitarme aun cuando una grandísima parte de mi descabellada mente me exclamaba hasta quedar casi ronca de que no fuese tan deliberadamente fantaseador, no es como si fuese lo suficientemente importante para que éste simplemente intentara no acercarse. 

… ¿Dónde estaba, entonces? Necesitaba verle.

Quería verle con tantas ansias que mis ojos ya se hallaban cansados por estarle buscando con tan latente y palpable desespero.

Con un paso pretensioso me encaminé hacia la salida no sin antes despedirme de Kiba, Sakura y Hinata, quien hasta hace pocos minutos nos había saludado.  Mis pasos se dieron por sí solos y, al estar ya fuera del nombrado coliseo, todo se iluminó. Sasuke estaba ahí, con el libro de Maribárbola sobre sus dedos, sentado en el pasto con su  espalda apoyada a un árbol mohoso. Se notaba tan perdido en su mundo, terriblemente concentrado y cautivado. Lucía simplemente encantador, fascinante, atrayente y majestuoso, con la presencia de un príncipe  y el perfil de un adonis. Avergonzado, dejé que mis mejillas se colorearan de un rosado intenso y, con los nervios a flor de piel, caminé hacia él mordisqueando mis labios en el proceso. Parecía no haber notado mi presencia, aun así, y con temor a equivocarme, pude observar una deliciosa y cautivadora sonrisa sobre sus labios color carmesí.

— ¡Sasuke!— Exclamó alguien a la lejanía llamando la atención del susodicho, quien solo la observó indiferente. Aun así, dejando de lado la gélida mirada que le había dedicado a aquella chica que se encontraba corriendo hacia él, ella continuó, sonriéndole como si no existiera un mañana y como si Sasuke (Cosa que no desmentía) fuera lo más hermoso jamás visto por ella. Aquello me paralizó, sin saber muy bien el por qué había detenido mi paso,  sin tener la posibilidad de ordenarle a mis malditas piernas que continuaran con su curso, se negaban a escuchar u obedecerme  y era estúpido, total e irracionalmente estúpido de mi parte sentirme tan irritado por esto. Sasuke, aún antes de conocerle había estado rodeado de geniales, sensuales, bellas, tiernas y dispuestas mujeres, las cuales darían su vida por compartir lo que se supone yo “comparto”; dejando de lado, por supuesto, las miradas llenas de irritación, desesperación y enojo las cuales, me brindaba Sasuke cada vez que podía. 

¡Dios! Era tan cobarde, aun cuando ya había anunciado cuanto lo amaba, nada parecía cambiar, en lo absoluto. Sasuke seguía sin corresponderme, sin demostrar algún tipo de sentimiento así fuese odio hacia mí, simplemente se comportaba indiferente. Y cómo dolía, me pesaba el cuerpo de sólo pensarlo, era uno de esos sentimientos que te destrozan poco a poco, provocando la muerte de ese inequívoco amor, ese amor que moría en tu corazón de forma lenta y absurda debido a su marchitamiento…

¡Pero qué demonios! ¿Desde cuándo Naruto Namikaze Uzumaki se comportaba desde esta manera?, y no es que fuese Gay ni nada por el estilo, desde siempre me habían gustado las mujeres. Con esos esbeltos y sensuales cuerpos, curvas pronunciadas, labios y manos suaves, agudas voces llenas de deseo. Sin embargo, llegaba este maldito Uchiha y me complicaba la sexualidad, me hacía sentir impotente, hacer el papel de la “mujercita” enamorada y desesperada por afecto y hasta ahora lo notaba, luego de casi dos años de amor no correspondido, percibía cuan homosexual y anti yo era toda aquella situación.

Un ahogado suspiró me delató, atrayendo finalmente la mirada de Sasuke, quien al parecer hasta ahora reparaba mi presencia.  Indulgentemente, mostré mis dientes en un descabellado intento por sonreírle,  logrando finalmente lo contrario  pero al parecer logrando divertirlo ya que había dejado salir uno de sus típicos bufidos cargados de burla. Sonrosado por el acto que había hecho lo observé intensamente, negándome a retirar la mirada de tan absorbente persona para mí; Sasuke también se negó a dejar de mirarme, estaba tan concentrado como yo. Mirándonos mutuamente, esperando a quién sabe qué. Entonces, por primera vez, le gané: Sasuke, con un gesto de irritabilidad, retiró la mirada para así comenzar a charlar con Karin quien hasta ahora había llegado a su lado. Por un lado me sentía un poco más satisfecho que antes debido a que la cara de Sasuke no era exactamente de satisfacción, pero, dejando todo eso de por medio, había indignación e impotencia. Ese podría ser yo.

… sin saber realmente qué hacer, me di media vuelta y me encaminé hacia dentro encontrándome con Sakura, Kiba y Hinata en la entrada quienes estaban dispuestos a marcharse. Estos me invitaron a tomar algo y, sin saber muy bien por qué, acepté dicha invitación.

 

___SN___

 

Las horas transcurrían lenta y pausadamente, torturándome sin decoro, como si disfrutaran de mi dolor, llevándome casi a la locura, por no decir que de hecho habían logrado su cometido; y entonces Mikoto, la mamá de Sasuke, me sacó de mi eterno letargo.

—Naru-chan— Murmuró, acercándose al mueble donde me encontraba  echado al menos hace tres horas, esperando por Sasuke.

—¿Qué pasa, Miko-Chan?— Esta frunció su ceño arrugando su hermoso rostro en una muestra de su supuesto enojo.

—¿Cuántas veces tengo que repetírtelo?— Cuestionó enarcando una ceja —Okasan, dime Okasan— Agregó, sonriendo de oreja a oreja.

—P-Pero Sasuke y yo no somos nada y Okas…

—Tonterías— Refunfuñó, interrumpiendo mi oración para luego dedicarme su más atrevida y mal intencionada sonrisa —Pronto seré tu Okasan así que es mejor ir adelantándose, ¿No crees? 

Sin saber exactamente qué responder callé, dedicándole una sutil e imperceptible sonrisa —¿Sucede algo, Miko…Okasan?— Cuestioné, esta asintió sonriendo aún más, logrando que todo su perfecto y nada arrugado rostro se iluminara en una calurosa  expresión. Si tan solo Sasuke fuese así, como ella, tan agradable y fácil para entablar un amena conversación sin tener la necesidad de mordisquearme la lengua para evitar decir estupideces.

—Itachi, Fugaku y yo, iremos a donde mi madre el día de mañana, nos demoraremos todo el fin de semana— Dijo, dejando ver un estrepitoso brillo en sus oscuros ojos, ¡Oh Dios! Esto no podía ser bueno, nunca era bueno. Sus “Amables” intentos siempre resultaban mal, por no decir desastrosos.

—Ehm— Murmuré — Y… ¿Sasuke?— Pregunté, ignorando lo obvio. Tenía bien en claro que todo era un descabellado plan por parte de Mikoto para unirnos, cosas que ni el mismo Zeus lograría; entonces, los ojos entrecerrados de Mikoto me lo confirmaron en una respuesta silenciosa.

—¿Yo qué?— Cuestionó Sasuke justo detrás de mí, del cual hasta ahora había percatado presencia, Mikoto, con una diminuta e inocente sonrisa en sus labios, se puso de pie para hacerle frente a su hijo.

—Nada, pequeño Sasuke, es solo que Naru-Chan ha estado terriblemente preocupado por ti. Ya es hora de cenar y le eh preguntado que desea— Dejó salir una sonrisa cómplice al verme casi saltar al ponerme de pie y entrometerme entre los dos.

— ¡Eso no es...!— Exclamé siendo callado por una suave risa de la misma quien alzaba su mano en gesto despreocupado.

—Basta, Naru— Dijo, sin retirar la sonrisa de sus rosados labios — En fin, Sasu. Él ha insistido con preguntarte a ti primero antes de siquiera preparar la cena— Mikoto con aquel gesto inofensivo y caluroso podía engañar hasta al más astuto y vivaz ser humano —Es bastante obstinado… pero tan ¡Hermoso!

Con las mejillas color carmesí debido a la vergüenza, la miré con la boca entreabierta por la sorpresa, esperando por la respuesta de Sasuke. Sólo Dios sabía qué pasaba por la cabeza de aquel joven tan reservado y callado. 

—De acuerdo— Murmuró, para luego dejar salir un cansino suspiro de sus labios —No lo sé, prepara lo que te plazca— Y Mikoto asintió para luego mirarme y guiñarme el ojo con picardía entonces sin más o menos marcharse dejándonos solos.

—… Sasuke, Mikoto no…

—Calla, dobe, ya conozco sus trucos de memoria, no tienes que explicar nada— Dijo mirándome fijamente para luego de un solo movimiento dejarse caer en el sofá, justo donde antes había estado echado. Nervioso y aún con ese característico carmesí adornando mis mejillas me senté junto a él, lo suficientemente lejos para mantener la poca cordura y voluntad que me quedaba.

—¿Sucede algo?— Pregunté sin repasar siquiera aquellas palabras en mi cabeza antes de decirlas, éste me miró por incontables segundos para luego sonreírme como solía hacerlo y así agregar, sin retirar la mirada aún:

—¿Cómo lo haces, Naruto? — Preguntó aún con su vista fija en mí, aquella mirada tan característica en él que nunca antes había podido descifrar.

—… ¿Hacer qué?— Cuestioné, enarcando una ceja.

— Lograr que… Ya sabes, ser el único idiota enamorado de mí que no me parece tan exasperante, a veces hasta sueles ser… entretenido— Dijo, logrando sonrojarme como un vil torpe y, sin saber realmente qué responderle, me limité a sonreírle, de una manera… ¿Diferente?  Sí, podría decirse que así lo era. 

¡Qué demonios!  Eso me preguntaba yo. ¿Cómo lo lograba? ¿Cómo lograba convertirme en un total idiota enamorado?

—De cualquier modo, no importa— Agregó, atrayendo nuevamente mi atención — Sólo no intentes nada absurdo, usuratonkachi, o me veré forzado a ceder— Su sonrisa fue como observar el sol fijamente sin lastimarse los ojos, como tomar un vaso de agua helado luego de una sequía de cien años. Mis ojos totalmente perdidos en los suyos, observaban cada centímetro de aquella perfecta belleza que solo tenía él. Entonces, sin poderlo evitar, mordí mi labio inferior en un torpe intento de no besarlo y así lograr que éste nunca más me hablase.

… ¡Que triste y tortuosa agonía!

El moreno dejó salir una de aquellas cortas y escasas risas suyas, llenas de sorna y pretensión, para así acercarse a mí hasta dejar nuestros rostros a una escasa distancia, llamándome, incitándome a echarlo todo a perder. Pero para mi desgracia fui más fuerte que eso y me contuve, tanto y como pude, dejándome cautivar sólo por sus deleitosos ojos, lo cual era lo que más me fascinaba de Sasuke, y así lograr no pensar en esos rosados labios que me llamaban, una y otra vez.

Sasuke sonrió aún más y, sin importarle nada, eliminó la distancia entre ambos para así, besar, besar ¡Mi endemoniada mejilla! … Dejando salir un suspiro escuché la dulce risa de Sasuke contra mi mejilla quien se regocijaba de mi angustia, pero más allá de estar molesto, me encontraba fascinado, extasiado y completo.

… Ridículo, ¿No?

Este finalmente se alejó, dejándome ver su preciosa sonrisa acompañada de un brillo tumultuoso en sus ojos —¿Ves?— Comentó con burla —A eso me refiero, eres increíblemente entretenido.

—… Gracias, supongo— Murmuré, frunciendo mis labios en un intento de ocultar una sonrisa llena  de gloria y satisfacción,  entonces Sasuke se puso de pie y salió de la habitación dejándome completamente solo.

Yo, por mi parte, me dejé caer de nuevo sobre el sofá, quedando totalmente acostado. Así que aquella chica de cabellos rojos y pálido color no se comparaba conmigo… Bien, eso al menos era un comienzo.

 

 

Notas finales:

... Escribiría tan solo comenten pero hoy he decidido escribir un poco más.

 

Así que: Comenten, Gracias. XD

 

¿Si notan la diferencia? ¡Wow! Es despampanante... 

 

¡Di no al aborto, al maltrato animal o la esclavitud! A menos que la esclava sea gwen de Merlín ¬w¬ ...

 

XD Solo bromeo... (Siii) e,e ¡La odioooo!

 

T,T Me quito a Arthur el cual no sabe que es mio *-* Pero Aha, como se hace...

 

Sigan el fic o juro que los perseguiré hasta el fin del mundo gritándoles: ¡¿Donde están mis hijos?! ... Oh, no. Esa es la llorona.

 

Más bien sería ¡¿Donde están mis reviews?! xD ¿Mejor, no?

 

En fin... Tengan un buen Día y que Dios le bendiga (Aiii que kawaiii se escucha eso) Así que si eres Ateo mejor no me leas u,u

 

¡Bye!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).