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JEALOUS por Ichigo no Kokoro

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Notas del capitulo:

Realmente, lamento la tardanza. Espero sepan perdonar :3

Este capítulo, viene acompañado de la canción Stuck de la banda japonesa Coldrain. Es muy buena. Si no la han escuchado, pueden hacerlo

http://www.youtube.com/watch?v=17qsvUd-EHQ

http://www.songstraducidas.com/letratraducida-Stuck_35440.htm

Ahora dejo de fastidiar. A leer. Nos leemos abajo :3

- ¡Kyo… mueve tu culo de esa cama ahora!

El del reclamo era Kaoru, el mejor amigo de Kyo. Estaba preocupado, el más bajo había pasado casi una semana apoltronado en esa cama. Kyo no era así. El estaba acostumbrado a verlo de gruñón, bebiendo en los bares, bromeando, jodiendo… como siempre. No así… acabado, tirado en su cama, más delgado de lo normal, seguramente por no comer bien. Realmente, algo malo pasaba con Kyo.

 

- Deja de joder Kaoru – murmuraba el rubio, acurrucándose más entre las sábanas. Se sentía realmente mal… se sentía como aquella basura que no reciclas porque ya no sirve de nada. ¿Por qué putas le hice eso? Pasaba eso una y otra vez por su mente. No podía estar tranquilo. La imagen del pobre castaño pidiendo que se detuviera, pasaba una y otra vez por su cerebro… como un castigo. Su alma estaba intranquila. No podía vivir así. Por eso… se  había quedado en su cama. Encerrado, como el animal, que creía que era.

 

- Por Dios Kyo… no sé lo que pasó, pero no es como para que estés así – Kaoru estaba realmente preocupado por su amigo. Jamás había visto esa faceta de Kyo. Nunca lo había visto tan triste. Se veía casi, se atrevía a pensar Kaoru, como si hubiese cometido un crimen.

 

- ¡No sabes nada! – gritó el rubio desde su cama, sentándose en ella,  exaltado. El sentimiento que predominaba en su interior era la tristeza. Se sentía tan mal por haber tratado así a Ruki… pero lo que lo hacía sentirse peor, era saber, que el castaño jamás querría verlo otra vez. Ante ese pensamiento, su corazón dio un vuelco realmente doloroso.

 

- ¡Kyo! Es… estás… ¿llorando? – preguntaba un impactado Kaoru. Kyo, confundido, elevó una mano hasta sus mejillas. Pequeñas gotitas, salinas lágrimas, surcaban lentamente y sin su permiso, su rostro. ¿Estoy… llorando? Su inconsciente le jugaba malas pasadas.

 

- Esto no es nada… vete Kaoru – y volvió a meterse entre las sábanas, intentando limpiar con estas sus lágrimas.

 

- Nadie llora por nada – le decía el pelinegro de manera paternal. Es que el canijo era tan pequeño, que provocaba abrazarlo. Hasta que veías su cara… entonces, todo se volvía turbio. Se acerco a la cama del rubio, sentándose, y colocando una mano en el hombro del que formaba un bultito entre las sábanas. – Dime que pasó Kyo.

 

- Pasó que ahora me doy cuenta de lo mierda que soy. Eso pasó Kaoru. - murmuró el rubio, pero lo suficientemente alto, para que el otro lo escuchara.

 

- ¡Vamos Kyo! Seguro no es para tanto – intentaba infundirle un poco de ánimo. Pero, Kaoru decidió utilizar su cerebro, y razonó por un instante. Las veces en que Kyo se encontraba de un humor peor al normal, era por cierto castaño. Como mejor amigo de Kyo, Kaoru conocía a la perfección la “relación” que llevaban los dos enanos. Y. aunque personalmente no creía en las relaciones sin sentimientos, no había abierto su boca. Incluso, solía bromear con Kyo sobre el asunto, pero al parecer, todo había adquirido un tinte más serio. Así, que decidió averiguar. - ¿Acaso tiene que ver con… Ruki?

 

La respuesta del cuerpo de Kyo fue inmediata. Kaoru pudo observar el cómo, literalmente, Kyo se derrumbaba frente a él. Los sollozos aumentaron su intensidad, y las lágrimas recorrían sin pudor por el rostro del más bajito. Ver llorar a alguien como Kyo, era simplemente, una escena que no querrías presenciar. En su desesperación, kyo abrazó en cuerpo de Kaoru, quién inmediatamente rodeó con sus brazos ese cuerpo que se estremecía con pequeños espasmos, abrazándolo de manera consoladora.

 

- Ya… shhh… tranquilo. Todo estará bien – susurraba el pelinegro. Se encontraban sentados en la cama. Kyo, entre las piernas de Kaoru, recargaba su espalda en el torso del más alto, aún abrazados, buscando consuelo.

 

- No Kao – decía Kyo, pequeños temblores, aún recorrían su cuerpo, la pena deslizándose como ácido por sus venas – Hice algo horrible… le hice algo horrible a Ruki.

 

- Shhh… no te preocupes. Todo se solucionará – intentaba animarlo.

 

- No entiendes Kao. Ruki me odia. Me detesta. Soy un monstruo – decía mientras cubría su rostro con sus manos, pero las lágrimas continuaban fluyendo.

 

- ¿Por qué habría de odiarte? – la situación, ya estaba superando a Kaoru. No estaba ayudando, y tampoco obtenía ninguna respuesta - ¿Qué le hiciste Kyo?

 

- Yo… mierda – suspiró profundamente y decidió continuar. El no mirar a Kaoru de frente, ayudaba mucho – Lo violé, Kao – sintió el cuerpo del más alto tensarse un poco ante sus palabras – Lo obligué… me porté como un animal… lo violé. ¡Lo violé! – y las lágrimas hicieron nuevo acto de aparición.

 

- Ya Kyo… shhh… tranquilízate por favor. – no sabía que decir. No podía aplaudir lo que había hecho. Pero Kyo era su mejor amigo, y estaba claro que se arrepentía. Por dios, solo había que verlo. El hombre estaba destrozado. - ¿Y que hizo Ruki? ¿Qué te dijo hombre?

 

- Me golpeó y me mandó a la mierda – una sonrisa amarga apareció en sus labios. El muy jodido es fuerte. Amo eso…


- No era para menos…  jodiste todo Kyo – tenía que decir la verdad.

 

- Lo sé… ¿y sabes que es lo peor de todo? – por el movimiento en su nuca, supo que Kaoru había negado con la cabeza – Que lo hice por celos… por mis estúpidos celos. Porque, yo me enamoré… como un idiota, como un imbécil. Pero ahora la embarré… y no sé qué hacer.

 

- ¿De verdad? ¿Tú? ¿Enamorado? – y vio al otro asentir. Kaoru estaba perplejo. Kyo jamás se enamoraba… jamás. Pero, a pesar de todo, lo veía venir. Es imposible acostarse tantas veces con alguien, sin desarrollar apego… cariño… o amor. - ¡Vaya! Quien lo creería. Pero después de esto… ¿Qué piensas hacer?

 

- Por ahora… solo quiero dormir. No sé qué podría hacer. Ruki me odia. Incluso, yo me odio.

 

-Kyo…

 

- Gracias por escucharme, Kao – le dijo, mientras se levantaba de su regazo – pero tengo sueño. Vete.

 

Kaoru decidió no dar más lucha. Kyo necesitaba pensar en lo que había hecho… pero necesitaba aún más pensar en qué haría de ahora en adelante. De todas formas… iba a intentar ayudarlo. Así que salió del departamento del rubio.

 

Kyo se quedó envuelto entre las sábanas, sumido en la oscuridad de su desordenada habitación. Sus demonios internos, a punto de destrozar su cordura.

Perdóname Ruki…

Te extraño………………

 

>*<*>*<*>*<*>*<*>*<

 

- ¡Despierta! – decía Aoi, mientras acompañaba la oración con un zape dirigido a cierto castaño perdido.

 

- ¡Auch! – reclamaba el afectado, mientras sobaba la parte adolorida de su cabeza - ¡Estoy despierto! ¿Ves? – e hizo un infantil puchero.

 

- Claro que estás despierto… pero tu mente está a kilómetros – le recriminaba su jefe, pero sin estar enojado de verdad – ese cliente te acaba de preguntar por un libro y solo vio tu cara de baboso. Menos mal que estoy aquí – cuando quería, Aoi también podía ser la reina del drama.

 

- Lo siento…es solo que estoy algo cansado. Eso es todo – y le regaló una sonrisa a Aoi, a quien no pudo engañar.

 

 Aoi lo conocía muy bien. Y sabía que al castaño le había pasado algo, pero no se había querido meter en la vida de su empleado. Ruki era un muchacho extrovertido, extravagante, sonriente… era una persona de las que querías tener a tu lado. Sin embargo, notó un cambio en su ánimo durante la semana anterior. Estaba siempre muy callado y tranquilo. Pensativo, y hasta triste. Realmente, no le gustaba verlo así.

 

- Vamos Taka-chan, no me mientas. Somos amigos, ¿no? – mientras decía esto, Aoi pasó un brazo sobre el hombro del castaño, en un gesto familiar. A Ruki, no le quedó otra opción que hablar. No porque Aoi le obligase, si no, porque necesitaba hablar de ello. Necesitaba desesperadamente contárselo a alguien. Porque solo dios sabía que ya no podía más.

 

- Yuu – comenzó. Solo en pocas ocasiones, había llamado a su jefe por su nombre de pila – ¿Recuerdas a Kyo? – preguntó nerviosamente. Hablar de esto no iba a ser fácil.

 

- ¿El enano aterrador? – bromeó un poco el pelinegro – Solo lo vi unas dos veces o así… Esas veces te vino a buscar.

 

- Pues, el y yo ¿Salíamos?... No sabría explicarte. Pero “teníamos” una especie de “relación” – hizo  énfasis en esas dos palabras, por su desvalorizado significado.

 

- ¿Y qué ocurrió? – preguntó Aoi realmente interesado.

 

- Pues… él… - su corazón comenzó a latir rápidamente, una ligera capa de sudor frio recubrió su cuerpo. Los nervios atenazaban su estómago. Recordar, aún le hacía sentir miedo. – Él me hizo algo muy feo Aoi. Y lo peor de todo, es que no entiendo por qué. – Ruki sintió como, mientras hablaba, sus ojos se cristalizaban por la humedad… lágrimas traicioneras que intentaban avergonzarle, pero su orgullo fue más fuerte que su tristeza. No iba a llorar.

 

- Pequeño… ¿Qué te ocurrió? – con calma y cariño fraternal, Aoi acariciaba una de las mejillas de Ruki con su mano.

 

- No quiero recordarlo Aoi. Aún duele. Me hizo algo horrible. No puedo entenderlo… no puedo – por más que intentaba pensar, el castaño no encontraba una razón para los actos de Kyo. Pero no podía odiarlo… aún tenía el rostro dolido y triste de Kyo en su mente. Negándose a salir.

 

- ¿Y qué piensas hacer ahora?

 

- No lo sé… perdonar ¿Quizá? No me gusta el rencor. Supongo, que le daré tiempo al tiempo, y esperaré a ver qué pasa.

 

- Realmente – el pelinegro sonrió un poco ante la respuesta del castaño – tu apariencia engaña. Eres muy maduro. No sé qué pasó, pero estoy seguro de que tomarás la mejor decisión. – y revolvió su cabellera castaña de manera cariñosa.

 

>*<*>*<*>*<*>*<*>*<

 

- ¿Qué haces aquí? – preguntó Ruki molesto. Estaba en el pasillo que daba a su departamento, pero no era el único allí. Frente a su puerta, se encontraba Kaoru, el mejor amigo de Kyo - ¿Te ha enviado él? Por que imagino que si estás aquí es porque te contó su gran hazaña – mientras decía todo esto, caminó por el pasillo, acercándose a la puerta de su departamento, quedando al lado de Kaoru – No necesito que te burles de mí. – y abrió la puerta, entrando e intentando cerrarla. Pero un pie impidió su cometido.

 

- ¡Maldición! ¡Mi pie! – se quejó el pelinegro, entrando a la fuerza al departamento – Mira, yo solo quiero hablar contigo. – y levantó sus manos, en señal de paz.

 

- No quiero hablar. Ni contigo ni con nadie. Tengo mi orgullo – la mirada en los ojos de Ruki era desafiante. Jamás pisotearían su dignidad.

 

- Sé que lo que hizo Kyo fue una mierda – el castaño arqueó una ceja ente ese comentario – No vengo a disculparlo. – prosiguió Kaoru, algo amilanado por la actitud del más bajo, el canijo estaba molesto – Ni vengo de su parte. El no sabe que estoy aquí.

 

- Te creo. Pero entonces, no entiendo a que vienes. – dijo un sinceramente confundido Ruki.

 

- Pues… Mira, te lo voy a decir así. – para Kaoru, era mejor dejar las cuentas claras – Kyo actuó muy mal, lo sé. A mí también me dieron ganas de golpearlo cuando me lo dijo. Pero, no tuve el corazón para hacerlo.

 

-……- Ruki prefirió mantenerse en silencio.

 

- Él ya no es Kyo. No queda nada de él. Está destrozado. No come, no se baña, no sale. Solo se la pasa tirado en su cama, durmiendo y… llorando.

 

- ¿Y eso a mí en que debería de importarme? – Ruki intentaba mantener su exterior frío, pero imaginar a Kyo llorando, hacía temblar su corazón de tristeza.

 

- No tienes por qué hacerlo, pero me gustaría pedirte que por favor, hables con el – Kaoru observó como inmediatamente Ruki negaba fuertemente con su cabeza. Kyo, sí que la cagaste…- Lo sé, lo sé. Sé que no deseas hacerlo, y no puedo obligarte. Pero, por favor, si aún sientes aunque sea un poco de cariño hacia él, háblale.

 

- ¿Cariño? ¿Aún debería sentir cariño? – se mentía el mismo, y le mentía a Kaoru, dos pájaros de un solo tiro. Lo amo, al muy maldito. – Me usó. Me trató como a una puta. Él no tuvo consideración conmigo… ¿por qué habría de tenerla yo no él? – aunque, en realidad, si se sentía indignado. Pero la respuesta de Kaoru, lo sorprendió.

 

- Porque te ama. Porque está arrepentido. Porque todas las noches llora y se destroza, con el pensamiento de que lo odias. Porque tiene el maldito celular a su lado, en espera de una señal tuya. – Kaoru había decidido ser sincero, y al parecer había funcionado. Por lo menos, Ruki ya no parecía tan inamovible. – No te pido que vuelvas con él. Solo te pido que le hables… quizá, puedas perdonarlo. Piénsalo pequeño. Nos vemos.

 

Y así, Kaoru salió del departamento. Dejando a Ruki solo con sus pensamientos. ¿Me ama? Esta pregunta circulaba por su cabeza una y otra vez. Ya no podía huir más. Tenía que enfrentar sus problemas, para poder avanzar y seguir con sus vidas.

 

A pesar de lo tarde que era, decidió ir a la casa del rubio.

 

>*<*>*<*>*<*>*<*>*<

 

Kyo estaba dormido. Solo durante el sueño, escapaba de todos esos pensamientos lúgubres. Ese día, después de que Kaoru se fuera, Kyo decidió hacer algo por sí mismo ese día. Se había levantado, preparó su comida, se bañó, e incluso vio un poco de televisión. Pero se dio cuenta de que era un caso perdido y fue a dormir de nuevo. En sus sueños, Ruki le perdonaba y lo besaba de manera tierna. Pero solo eran sueños… hermosos sueños. Y en eso estaba, cuando un ruido lo despertó. Provenía de su teléfono, que estaba al lado de su cama, en la mesita de noche.

 

Por dios que no quería saber nada del mundo, e incluso, pensó en ignorarlo. Pero aún así, tomó con desgano el dichoso teléfono entre sus manos. Era un mensaje. Pero resultó ser de la persona más inesperada.

1 mensaje nuevo de:

Ruki

 

Sus manos comenzaron a sudar. Estaba realmente nervioso. Podría esperar de todo por parte del castaño; sabía perfectamente que lo tendría bien merecido. Aún así, decidió abrirlo. Que pasara lo que tuviera que pasar…

 

“¿Debería perdonarte?”


Kyo se quedó estático. Estaba preparado para todo: insultos, groserías, puteadas y mentadas de madre…. todo menos eso. Pero… quizá, el castaño le estaba brindando una oportunidad. Al menos, eso quería creer. Así que respondió.

 

“Hazlo”


Luego de unos minutos, llegó la respuesta.

 

“Dame una razón para hacerlo”


Es ahora o nunca, pensó Kyo. Y ahora, es mejor ir con la verdad de frente.


“Porque te amo. Y mi vida es basura sin ti”


Esperó por una respuesta que no llegó. Al cabo de unos minutos, escuchó como llamaban a la puerta de su apartamento. Con pereza y solo vistiendo unos largos y holgados pantalones, decidió levantarse. Además, estaba triste porque Ruki no había contestado su último mensaje. Volvieron a tocar la puerta, no le importaba como estaba vestido, seguro era Kao que venía a joder otra vez.

 

- Te pedí una razón. Pero me diste dos – allí, frente a él, se encontraba Ruki. Para Kyo, se veía hermoso. Con sus castaños cabellos algo despeinados, las mejillas sonrosadas por el frío nocturno y esos profundos ojos azules. Se le veía tranquilo, incluso, tenía una pequeña sonrisa pintada en sus labios. – Hola Tooru, ¿Puedo pasar? – preguntó el castaño, divertido.

 

- Claro… claro. Pasa – se dio cuenta de que había permanecido embobado mirándolo. Además, el otro lo había llamado por su nombre de pila. Pero no le molestaba, porque era Ruki quién lo decía. – Siéntate.

 

Los dos se sentaron en el sofá del pequeño living, uno al lado del otro. La situación, ciertamente no era la más cómoda. Kyo tenía una pregunta que quería hacer. Por lo que decidió romper el incómodo silencio que se había instalado en esa habitación.

 

- ¿Por qué viniste? Se suponía que no querrías verme otra vez – decía cabizbajo, recordar las palabras del castaño, lo herían.

 

- Pues. Creo que soy masoquista – comenzó Ruki – Lo que me hiciste fue horrible Kyo.

 

- … - el corazón del nombrado brincó de dolor ante esas palabras, y una lágrima solitaria surcó una de sus mejillas.

 

- Sin embargo, no puedo odiarte. – continuó – Y creo que el amor me ha vuelto estúpido, porque te perdono. – con una de sus manos, tomó una de las de Kyo entre las suyas. Con la otra, tomó el mentón del rubio, elevándolo, para que enfrentase su mirada. – Te amo – dijo, mientras depositaba un suave y pequeño beso en los labios del otro.

 

- ¿Acaso no me odias? ¿Acaso no me detestas? – al parecer, desde hace una semana, Kyo ya no poseía el control de sus conductos lagrimales – Yo mismo me odio, por lo que te hice. Lamento con toda mi alma haber tocado tu rostro, si no era para acariciarlo – decía, mientras con su mano libre, acariciaba una de las mejillas de Ruki.

 

- No digas eso – en verdad, pensaba Ruki, ver llorar a Kyo esa una escena desgarradora. Además, el rubio no se veía en buenas condiciones. Sus ojos estaban rojos e hinchados, se le veía pálido y más delgado. Como decía Kaoru, Kyo no era el mismo – Yo decidí perdonarte. Pero, aún así, quisiera preguntarte… ¿Por qué lo hiciste? – su voz, no tenía ningún tinte de reproche. Él solo deseaba saber.

 

Kyo soltó un largo suspiro antes de contestar. Necesitaba ordenar sus pensamientos.

 

- Por idiota – respondió – A pesar de que nuestra relación era “libre”, – casi se atraganta al decir la palabra – me enfermó la idea de que pudieses estar con otro hombre. Yo mismo me preguntaba el por qué. Estaba enamorado de ti… solo, que prefería no darme cuenta.

 

- Si te soy sincero – dijo Ruki – yo… tuve la oportunidad de empezar algo con Suzuki-san – ante ese nombre Kyo se estremeció. Aún le daba coraje. – Sin embargo… no pude. Ya te imaginarás la razón – y dejó otro dulce beso en los labios de Kyo.

 

- Te amo Takanori – suspiró Kyo, pocas veces usaba ese nombre. – Lo lamento. Fui un imbécil.

 

- Así es – dijo divertido el castaño, y los dos rieron, para luego besarse. Sin apuros. Un beso profundo y dulce. Lleno de perdón, ternura y amor.

 

>*<*>*<*>*<*>*<*>*<

 

Decidieron pasar esa noche en la cama del rubio. Sin tener sexo, ya habría tiempo para ello. Fue una noche llena de abrazos tiernos, caricias, besos fugaces y declaraciones de amor, dictadas al amparo de la oscuridad. No sabían bien que iba a ser de ellos, pero creían estar en buen camino.

Solo esperarían un nuevo amanecer.

Notas finales:

Y pues, este es el capítulo final.  Thanks for all your support.

Espero que haya quedado bien. Saben que son totalmente libres de dejar sus críticas y opiniones.

Nos leemos luego.

Ja-ne! =3

Ichigo no Kokoro.


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