Luego de la terrible batalla de representantes que se dio, Tsuna y el resto de sus amigos estaban felices porque no parecía avecinarse ningún tipo de catástrofe en su vida. Al menos no mientras todos pensaran que iba a “aceptar convertirse en el Décimo Vongola”.
Ese día era el último día de clases, la semana había trascurrido de forma tan agradable que por momentos pensaban ya estar de vacaciones, al fin el timbre sonó el Profesor les agradeció a todos por sus esfuerzos y se fue, poco a poco se iba vaciando el aula dejando solo a Tsuna, Gokudera y Yamamoto incluso Enma se despidió porque Adheleid le fue a buscar. Y mientras entre risas y justo cuando el pequeño Sawada terminaba de acomodar sus cuadernos…
-CIAOSS! –entro por la ventana del aula que estaba abierta justo frente a Tsuna acertándole una dura patada en pleno rostro que lo envió contra la pared.
-¡DECIMOOOOO…! –gritó Gokudera corriendo para ayudarlo a ponerse de pie. -¡¿REBORN-SAN?! –chilló con los ojos en blanco entre molestó y sorprendido por la actitud del Hitman.
-Mocoso ¿Qué haces aquí? –preguntó Yamamotoa Reborn mientras ahora se reunía junto a un enfadado Guardián de la Tormenta y un mareado Tsuna con la cara toda enrojecida a causa del repentino golpe. -¿Tsuna estás bien? –le preguntó y esa simple pregunta encolerizo al chico de ojos verdes.
-¡IDIOTA DEL BEISBOL! ¡CLARO QUE EL DECIMO NO ESTA BIEN! ¡NI SIQUERA REACCIONA! –gritaba de forma amenazante con varias venitas danzando en toda su cara.
-¡REBORN! –gritó Tsuna luego de reponerse del golpe reprochándole la forma tan particular en aparecer y atentar contra su persona.
-¡EXTREMOOOO! Muy bien, ya estoy aquí. –Ryohei entró de repente en el aula con ese grito tan potente.
-Onii-san… -susurro Tsuna un tanto sorprendido entonces un escalofrió se apodero de su cuerpo.
-Kufufu aquí estoy Arcobaleno ¿Qué es eso tan urgente? ¿Acaso Tsunayoshi está muriendo? –dijo con total sarcasmo muy divertido sentado cerca de una ventana, sus ojos bicolor fijos en los cataños que se abrieron más.
-¡HIIIIIIII! ¡Mukuro! Pero… ¡¿Qué está ocurriendo Reborn?!-chillaba de tanto nerviosismo, su instinto le decía que ahí reunidos incluyendo a Mukuro las cosas no podrían estar peor ¿O sí?
-¡TU! ¡NO LE HABLES DE ESE MODO AL DECIMO! –quiso atacarlo pero los brazos de Yamamoto ya lo tenían atrapado deteniéndolo.
-No Gokudera, no olvides que somos los Guardianes de Tsuna y él también lo es. –dijo el morenomirando a Gokuderaampliando su sonrisa.
El chico de cabellos plateados puso los ojos en blanco más molestó a punto de pelearse con Yamamoto y entonces Tsuna tuvo que tratar de intervenir pero de repente la puerta salió volando por encima de sus cabezas, algunas sillas y pupitres fueron golpeados con esta causando todo un alboroto en el aula, entonces de entre todo ese montón de muebles una cabellera rubia se asomaba frotándose la cabeza.
-Ouch ¿Acaso ponen siempre todo tipo de cosas por pasillo para que me tropiece? -se quejó un poco antes de mirar al chico de ojos castaños cambiando su semblante a uno serio. -Pues algo muy urgente en verdad Tsuna. –decía recomponiéndose de la caída y los golpes.
-¡DINO ONII-SAN! –volvió a gritar al ver ahí al italiano. Al estar la puerta rota se asomó Enma y el resto de los Shimon.
-Tsuna-kun, chicos. Disculpen, pero el Arcobaleno... –decía mirando a Reborn antes de continuar hablando. –Dijo que era importante que Tsuna-kun necesita nuestra ayuda y estamos dispuestos a dártela. –sonrió tímidamente siendo correspondido por otra sonrisa agradecida de parte de Tsuna.
-Oya, oya. Arcobaleno si no empiezas a decir por qué nos reuniste aquí, me pienso retirar de inmediato. –hizo una pequeña mueca de desagrado al ver a esos Shimon.
-No entiendo que está pasando pero creo que podríamos tal vez reunirnos en otra parte… Porque Hibari-san podría… -decía tragando saliva en seco antes de ser interrumpido…
-¡DAME-Tsuna! –gritó Reborn llamando la atención de su pupilo. –Es sencillo Hibari va a dejar de ser tú Guardián porque eres un Inútil Tsuna.–lo dijo frente a todos los presentes, la expresión de todos era de total sorpresa pero al mismo tiempo aquellos que lo conocían como Mukuro sonrió llevando una mano a su barbilla mientras la acariciaba como pensativo.
-Kufufu no es mala idea, el renunciar a ser un “Guardián”. De todos modos tú manera de pensar están aburrida que no culpo a Hibari Kyoya de abandonarte–al finalizar se cruzo de brazos con una maligna sonrisita en labios.
-¡¿TU TAMBIEN PIENSAS DEJAR DE SER UN GUARDIAN?! –dijo Ryohei colocándose frente a frente con el Guardián de la Niebla cuya expresión era divertida.
-Kufufu en verdad creo que solo tienes músculos y nada de cerebro. –decía con mordacidad el de ojos bicolor logrando que Sasagawa estuviera a punto de golpearlo siendo detenido de inmediato por Reborn.
-Cálmense ustedes dos. Los he reunido para otro motivo y no para que andén tratando de luchar entre ustedes. –hablo muy seriamente provocando un escalofrió en Tsuna.
-¡¿Y eso es tan malo?! Siempre supimos que Hibari era un tipo problemático y que nunca deseo formar grupo con nosotros. –decía Gokudera al principio con cierto desprecio bajando el tono de voz al notar la mirada asesina de Suzuki Adeleid.
-¿Eso es lo que piensas luego de haber combatido a su lado en la Batalla contra Daemon Spade? –preguntó frunciendo el ceño clavando su mirada gris en los verdes del medio italiano que cuando estaba a punto de responder fue interrumpido por Yamamoto.
-Hibari siempre hace lo que quiere ¿Creen qué si tomo esa decisión podremos hacerlo cambiar de idea? No sería nada fácil. –recalcó el espadachín con una pequeña sonrisa pero con una mirada algo sombría.
Todo aquello que se decía era escuchado por Tsuna quién no estaba seguro que era lo que debía hacer o como actuar o ¿Qué decir? Se debatía contra sí mismo con respecto a Hibari-san quién era su Guardián más poderoso y… y… la mano de alguien sobre su hombro le obligo a girarse.
-Kyoya es tú Guardián más fuerte, dejarlo ir sería absurdo. En especial si deseas continuar adelante como Jefe de una Familia lo sé… Sé que no viene al caso pero yo sin Romario sería un verdadero inútil. Kyoya de alguna manera extraña fue un pilar donde pudiste apoyarte ¿Verdad? –aquellas últimas palabras le hicieron estremecerse recordando al Hibari del futuro y esas palabras.
-Tsuna-kun. –susurró preocupado Enma al ver aquella expresión que pasó de inseguridad a total abatimiento.
-Dino Onii-san yo… No sé que podríamos hacer para convencerlo y… Si él verdaderamente no quiere… -con palabras entrecortadas no lograba concentrarse del todo y al aparecer su silencio afecto a todos incluso Mukuro parecía meditar aquello.
-No será sencillo y por esa razón, logre convencer a Hibari. –dijo con una de sus maliciosas sonrisas petrificando a casi todos menos a Mukuro, Yamamoto y Adeleid. –Para hacerlo necesitare la ayuda de aquellos que piensen poder cumplir con mis órdenes y el resto será ya una forma original de parte de todos ustedes. –decía poniéndose de pie sobre la mesa del Profesor.
-¡¡¿HEEEEEE?!! Pero… Pero ¿De qué estás hablando REBORN? –decía Tsuna sin comprender nada, lo único que sabía era que de una forma u otra ahora si las cosas podrían salir de la manera más desastrosa posible.
-Este es el plan. –León se transformó en una especie de proyectora y al leer cada punto de está.
-¡HEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE…! –esta vez todos incuso Mukuro, Adheleid y Yamamoto abrieron los ojos como platos tanto como su boca.
-Esta historia continuará… PAO PAO!!!
CONTINUARA…