Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lo mejor de ti por Hotarubi_iga

[Reviews - 493]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Disclaimer: Gravitation no me pertenece. Es propiedad de Murakami Maki.

— 14 —

 

Son muy pocas las cosas que me ponen tan o más neurótico que Sakano, terminando, la mayoría de las veces, trepándome a un árbol como un mono o arrancando a cualquier lado como alma que lleva el diablo. Y es que desde que emprendí mi odisea para convertirme en una «súper estrella de la música», mi vida ha pasado por las cosas más inauditas que un simple mortal podría llegar siquiera a imaginar, que he terminado con uno nervios de acero dignos de envidiar.

Cada suceso enfrentado ha sido más bizarro que el anterior. Siempre estos se superan, llegando a límites insospechados. ¿Pandas-robot asesinos, explosiones, persecuciones con aparataje bélico y secuestros? De seguro cualquiera de estos días terminaré en un viaje interestelar a Saturno para grabar un video musical o para arrancar de Rage y su maldito panda —la maniática esa no ceja su lucha por capturarme y tenerme en su selecta colección de artículos insólitos y cute—. Sin embargo, ¡lejos!... lo más extraordinario que me ha tocado vivir y presenciar en mi joven existencia, ha sido ver cómo Yuki pierde el control cuando la tierra se sacude.

No es novedad para nosotros enfrentar este tipo de manifestaciones terrestres; estamos acostumbrados; forma parte de nuestra cultura. Pero hay personas, como Maiko, mi querida hermana y Yuki, que se convierten en un verdadero saco de neurosis. No es que Yuki se transforme en una versión rubia y sexy de Sakano, pero no se mantiene cien por ciento sereno cuando se presentan los infaustos sismos.

Yo, en cambio, me mantengo en absoluta e incuestionable calma —raro en mí, según Yuki—. La sensación de un temblor es como si estuviera dentro de un autobús en movimiento; incluso hasta lo considero divertido. Pero Yuki no lo pasa bien; se hiperventila dependiendo de la magnitud del movimiento y al final siempre termina emperrándose conmigo por mi perra insensibilidad para enfrentar esa clase de cosas. Aunque claro, cuando nos pilla un sismo estando separados, es inevitable la preocupación porque él se la pasa enclaustrado en casa y es un inoperante bajo presión.

La primera vez que lo vi salir hecho un bólido de su oficina cuando se sacudió la tierra, se me cayó el pocky de frutilla que tenía en la boca y me perdí la escena final de la telenovela. Ver a Yuki pálido y agitado por el temblor, que no pasó a mayores, me dio un atisbo de lo que iba a suceder cada vez que se dieran esa clase de situaciones, porque jamás, ni en mis más perturbados sueños imaginé ver a Yuki en ese estado.

Pero claro, luego de pasado el sismo, se calmó y me dijo que no se había espantado, y que sólo se había asomado a la sala para cerciorarse de que yo no hubiera saltado por la ventana, víctima del pánico. Y terminó por rematar su descarada mentira argumentando que era más importante la supervivencia de su ventanal porque costaba un ojo de la cara reponer un vidrio de esas dimensiones. ¡Infame! De todos modos esa explicación no se la creí ni como chiste. Él me cree lo suficientemente idiota como para pasar por alto sus hipocondriacas reacciones; le encanta subestimarme.

Otra de las cosillas que lo hacen ponerse como mariposa en peligro, son las arañas. La última vez que tuvo un encuentro cercano del tercer tipo con una, salió despavorido de su oficina y no entró a ella sino hasta cuando yo me tuve que encargar de aniquilar a la inofensiva alimaña con el aracnicida. ¡Ja! Y se supone que la nena soy yo; él es el macho que debiera proteger y salvar a la «damisela» de todo peligro... ¡Menudo macho cobarde me vine a conseguir!

Yuki ha tratado su miedo a los temblores —y otros tantos más— con su psiquiatra, pero parece no dar resultado. Ayer fue un claro ejemplo que su terapia no funciona. Anoche, a eso de las once, cuando estábamos en nuestro nidito de amor, llegando al clímax, se largó un remezón con un ruido subterráneo que hizo vibrar por completo el apartamento. Demás está decir que Yuki salió eyectado de la habitación completamente desnudo, dejándome a medio acabar y estando a sólo tres segundos... ¡a tres segundos!

Cuando pasó el sismo, que duró menos de lo que yo suelo aguantar en una ronda de sexo, me levanté emperrado y me asomé a la sala; Yuki estaba al costado del televisor, sujeto a él.

Me miró con una dura expresión pero no dijo nada. Sabía que una vez más había hecho el ridículo.

—¡¿Se puede saber por qué diantres saliste disparado y me dejaste a medio terminar?! —solté molesto.

—¡¿Qué no ves, asno?! Vine a sujetar el televisor —ladró.

Pobre, lucía bastante nervioso y tenso. Y seguritamente pensaba que yo era tan atontado como para tragarme el cuento de: «¡Venga, salvemos la vida del televisor!»

—¿Y no se te ocurrió primero vestirte antes que venir a salvarlo? —pregunté, apuntando con desdén el aparatejo ese. En situaciones como estas pierdo el aprecio por las cosas, y más cuando me dejan en ascuas a segundos del orgasmo.

—No hubo tiempo —argumentó con el ceño fruncido, aunque no sonó en lo absoluto convincente.

—Yaaa... vale más el televisor plasma que tu dignidad —le dije.

Su enfurruñado rostro pasó por mi lado cuando se dignó a regresar a la habitación, ya más calmado. Lo malo fue que se encerró en el dormitorio y no me permitió entrar. ¡Y yo que quería continuar lo que el puñetero temblor había interrumpido!

¡Definitivamente odio los temblores, y a Yuki por ser un gallina!

 

Notas finales:

Me atrevo a plasmar en este menudo track mi fobia (e hiperventilación) a los temblores (terremotos). Quedarme espabilada hasta pasada las cuatro hizo posible la creación de este capítulo.

También quisiera aclarar algo, aunque dudo que les importe: no quise caer en el clásico del uke temeroso y el seme valeroso. Hay que ser consciente que en Gravitation, y principalmente con esta peculiar pareja, todo puede pasar; nada es «normal». ¿Sí me entienden?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).