Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lo mejor de ti por Hotarubi_iga

[Reviews - 493]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Disclaimer: Gravitation no me pertenece. Es propiedad de Murakami Maki.

— 18 —

 

La violación que sufrí hace un par de años la considero como el mayor de mis secretos. Es algo que llevo en silencio hasta hoy, y que me llevaré a la tumba. Jamás lo he hablado con nadie. Y si bien Yuki y Hiro saben lo que «ojos de alcancía» me hizo, nunca me he atrevido a relatar los pormenores de lo acontecido en aquel estacionamiento.

En una oportunidad tuve ganas de contárselo a Yuki, pero luego de ver cómo se desmoronaba, culpándose por lo que me habían hecho, no tuve el valor de confesarme. Él no tiene por qué culparse por algo de lo que no es responsable. Yo solito me metí en el lío; yo fui quien consintió aquella agresión y no me arrepiento, porque lo hice por Yuki. Sin embargo, eso no quita el hecho que fui tocado por otras manos que no fueron las de Yuki, que fui humillado verbalmente por alguien que no fue Yuki. Y, para mi desgracia, ni el más poderoso de los jabones borra las sensaciones que esos hombres dejaron grabadas a hierro caliente en mi cuerpo.

Aparento ser un sobreviviente, alguien que ha superado estoicamente ese suceso porque llevo una vida «normal». Pero mis emociones y recuerdos me traicionan descaradamente y se encargan de demostrarme lo contrario. Anoche fue un claro ejemplo de ello: desperté gritando y llorando desconsolado al ser víctima de una pesadilla que revivió todo lo que me hicieron los tipejos que contrató «ojos de alcancía». Ahh… a veces soy demasiado iluso.

Yuki no tardó en entrar a mi dormitorio. Pese a que tiene el sueño más pesado que un yunque, pudo escuchar mis alaridos.

Él ya sabe por qué despierto «cada cierto tiempo» preso del llanto y empapado en sudor. Me entiende a la perfección, porque así como yo despierto gritando por culpa de esas malas remembranzas, él en algunas ocasiones despierta hiperventilado y con fiebre cuando alguna pesadilla le recuerda la noche que asesinó a Kitazawa.

—¿Otra vez? —me preguntó resignado cuando se me acercó y encendió la luz del buró, mientras yo intentaba controlar desesperadamente mi errática respiración y disimular las lágrimas y el sudor de mi rostro con el puño de mi pijama.

—Ya pasó —le dije, esperando que mis buenos dotes de actor lograran convencerlo, pero, al igual que mi talento para componer letras, son un fiasco.

Sin decir nada, Yuki fue por un vaso con agua y luego me lo ofreció. Se sentó a mi lado y me vio desocupar el vaso como si mi vida hubiese dependido de ello. Sentí su mirada y la esquivé en todo momento. No me gusta cuando se preocupa de esa forma por mí, porque siento que perturbo su mundo y lo sacudo arrasando su estabilidad que tanto cuida.

—Ya me siento mejor —confesé y me volví a acomodar bajos las mantas para dormir. No mentí; su compañía silenciosa me sentó de maravilla.

Yuki gruñó al ver que me tapé por completo y le di la espalda para seguir durmiendo. No soporto ver en sus ojos rastros de culpa o preocupación por mi causa. No puedo vivir con eso. A veces me gusta ser un poco egoísta.

Intenté dormir, pero siempre que tengo «esa pesadilla» no lo consigo. Y cuando contaba los segundos para que Yuki me dejara solo, un movimiento sobre el colchón me hizo volver el rostro: Yuki se había acostado a mi lado y luego me empujó deliberadamente contra la muralla.

Sorprendido le pregunté:

—¿Qué pasa?

No es normal que se meta a mi cama. Después de nuestro último incidente en ella, nunca más quiso volver a poner su perfecto trasero sobre mi colchón.

—Cállate, quiero dormir —fue lo que gentilmente me respondió. Pero mi expresión confundida le obligó a hablar—. Como te pusiste a gritar como idiota, y tuve que venir a cerciorarme de que no te rompiste el cuello o el coxis, se me heló el trasero y los pies. Y no quiero volver a mi cama porque ha de estar fría. Ahora, ¡déjame dormir!

No pude evitar sonreír porque todo lo que dijo fue una reverenda mentira. La semana pasada se compró una frazada eléctrica porque se pasaba de frío, y todo porque tiene un pequeño complejo por las cosas grandes: cama extra-grande... auto grande... departamento grande... Él a veces me subestima demasiado, o simplemente espera que me trague sus palabras y le crea ciegamente. Su hermoso orgullo siempre va por delante.

Al final, terminé por olvidar lo que me había despertado y me acerqué a Yuki para darle un poco de mi calor. Como respuesta, sólo obtuve un gruñido.

—¿Puedo abrazarte? —le pregunté—. Tengo frío.

—Como quieras.

Sabía que estaba agradecido por mi «sugerencia». Él jamás se habría atrevido a pedírmelo o abrazarme, ¡mucho menos insinuármelo! Yo no tenía frío en ese momento; su sola presencia me había subido la temperatura y quise compartirla con él, agradeciéndole su compañía y su amor. Sí... él me ama... me ama tanto que hace esas cosas por mí.  

Me acurruqué a su lado y apoyé mi cabeza en la exquisita curvatura que se forma entre su cuello y su hombro. Su calor y aroma invadieron mis sentidos. Acerqué mis labios lo suficiente a su oreja y le susurré:

—Te amo.

Él, como respuesta, fingió que dormía, pero posó su mano sobre mi hombro y lo acarició casual.

La pesadilla que me despertó, y todos los malos recuerdos que acarreó consigo, atormentándome, fueron ahuyentados por Yuki. Gracias a él, esa noche dormí profundamente, consciente que, un toque de su mano o una mirada, incluso su sola presencia, borra de mi cuerpo los residuos de esa violación.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).