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Lo mejor de ti por Hotarubi_iga

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Notas del capitulo:

Disclaimer: Gravitation no me pertenece. Es propiedad de Murakami Maki.

— 21 —

 

Me encuentro en la casa de mi suegro; el hogar donde Yuki pasó los primeros años de su hermosa infancia antes que el pervertido de Kitazawa lo vendiera por diez dólares y me lo dejara traumado de por vida.

La primera vez que visité la casa de mi suegro fue con la ayuda de Tatsuha, cuando emprendí mi lucha para romper el compromiso de Yuki con Ayaka. No me importó disfrazarme de mujer y dejar en un estado catatónico a mi suegro cuando le dije que era amante de Yuki, mostrándole de paso lo que me diferenciaba de Ayaka y que se ocultaba bajo la pollera. Desde ese entonces mi suegro no me quiso ver ni en pintura. Aun así, no puedo negar que fue divertido ver su cara descontracturada cuando me presenté ante él como el novio ¡oficial! de Yuki. Pienso que si hubiese tenido pelo recubriendo su brillante cabeza de monje, se le hubiese caído por el shock.

A Yuki no le gusta habla de mi suegro; menos de su infancia ni de cómo terminó en Nueva York con un pervertido violador y un excéntrico sobreprotector —me refiero a Seguchi-san—. El pasado de Yuki me sigue resultando un universo misterioso. Pero ahora que estoy en la casa de mi suegro por su cumpleaños, siento que tengo la oportunidad de acercarme un poco más al pasado que Yuki me priva por carecer del sentido básico de la comunicación.

Estamos aquí porque Mika-san me pidió ayuda para convencer a Yuki. Fue un trabajo en equipo muy bien organizado, y dio resultado. Después de todo, Yuki se animó a manejar siete horas hasta Kioto para aventarle a mi suegro una botella de sake del más barato y preguntarle hasta cuándo seguirá viviendo.

Al ver ese tipo de escenas, no puedo evitar sentir tristeza por la relación distante que Yuki tiene con su padre. La comparo con mi caso y es distinto: nadie me echó; yo solito pesqué mis cosas y me acuartelé en el departamento de Yuki. Mi papá nunca se molestó, o al menos eso ha demostrado las veces que me pego una vuelta por la casa para que no me olviden. Y es que, a diferencia de mi santa madre, que hasta el día de hoy me critica por la vida que llevo, papá siempre me ha dejado ser libre como un colibrí; y no se opuso cuando decidí dejar el nido para vivir la vida loca con otro hombre.

—Me rindo.

La voz orgullosa de mi suegro y su cabeza inclinada frente al tablero de Go me hace inflar el pecho con suficiencia. Llevamos parte de la tarde en una partida que en un principio se vio muy pareja. Sólo por esto mi suegro me acepta nuevamente en su casa; porque desde que le gané a Yuki en una partida de Go cuando nos dio Mononucleosis, quedó demostrado que el Dios de este juego tradicional soy yo.

Mi suegro está fascinado; Yuki: mosqueado. Se pasó la tarde con Tatsuha, fumando y bebiendo por los jardines del templo mientras mi adorable suegro y yo no calentábamos la cabeza frente al tablero de madera.

—Eres un oponente digno.

La sonrisa boba no se me borra del rostro.

—Tu maestro debe ser muy bueno. ¿Cuál es su nombre?

Mika-san, Tatsuha, incluso Seguchi-san han presenciado con sorpresa mi victoria. Mi suegro nunca había perdido; él es un profesional de Go.

Yuki me observa dulcemente desde el sofá con su inseparable cigarrillo en los labios.

—Deberías preguntarle de dónde aprendió. Te sorprendería —dice con cierta burla.

Mi suegro me ve curioso.

Yo simplemente respondo:

—Aprendí viendo Hikaru no go.

Tatsuha se suelta a reír; Mika-san se aprieta el tabique nasal con resignación y Seguchi-san emite una pequeña y disimulada risilla tras mi elocuente respuesta. Mi suegro es quien no parece comprender nada.

—¿Hikaru no go? ¿Es algún jugador profesional?

—¿Cómo no captas, viejo? —pregunta Tatsuha, estrujándose de la risa en el tatami.

—Es un personaje de animación japonesa —señala Yuki—. Este mono te ganó porque aprendió de un personaje ficticio. ¿Lo captas?

Mi suegro nuevamente me ofrece esa expresión shockeada con la que lo conocí.

¿Qué tiene de malo haber aprendido del mejor? La animación japonesa es una buena fuente de enseñanza durante la infancia. Gracias al anime aprendí el valor de la amistad, que el orgullo de un guerrero es importante, que el protagonista siempre se lleva la peor parte pero al final siempre gana, y que si bien se puede morir en batalla, cualquier piedra mágica nos vuelve a la vida las veces que sea necesario. ¡He aprendido mucho! Y es gracias a todas esas enseñanzas que he logrado sobrevivir a K y a la loca de Rage.

—¡¿Cuál es tu problema?! —le grito a Yuki, poniendo un pie sobre el tablero y enseñando mi puño derecho—. ¡¿Tanto te molestó haber perdido contra mí la otra vez para terminar desnudo y atado en la cama mientras te daba de latigazos?!

Fue inevitable el colapso nervioso de mi suegro ante mis ojos. Pobre... debería estar acostumbrado a sobreponerse de emociones fuertes si tiene hijos como Yuki y Tatsuha.

Cuñadín~.

¡Oh, no! Esa expresión pervertida en los ojos de Tatsuha me da mala espina.

—¿Qué te parece su jugamos Go? Me dejaré ganar con mucho gusto.

—Ni se te ocurra, animal —gruñe Yuki. Me pesca del cuello de mi sudadera y me arrastra al auto. Arrancamos de regreso a Tokio antes que Tatsuha se me fuera encima y Mika me reclamara porque nuevamente casi mato a su padre.

Definitivamente las visitas a la casa de mi suegro siempre terminan mal.

 

Notas finales:

Posiblemente —más adelante— relate cuando Yuki y Shuichi sufrieron mononucleosis.


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