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Lo mejor de ti por Hotarubi_iga

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Notas del capitulo:

Subí el track antes de cumplirse un mes, luego de meditar un poco más sobre la frecuencia de actualización. Trataré de buscar un punto intermedio en la que todas sean felices.


Disclaimer: Gravitation no me pertenece. Es propiedad de Murakami Maki.

— 27 —

 

Yuki se caracteriza, además de su adicción insana por la cerveza, los cigarrillos y el sexo, por echarse a la boca todo lo que contenga azúcar. Desconocía aquella peculiar debilidad hasta que lo vi zamparse los bocadillos que compró el día que Tatsuha trató de violarme, esperando que yo me hiciera pasar por Sakuma-san y él por Yuki. Desde ese entonces, mi preocupación por salvar a Yuki de un coma diabético ha ido desde, esconderle las golosinas, quitárselas de la boca, sobornarlo con mi cuerpo, hasta arrojárselas por la ventana cuando lo sorprendo devorando la caja de chocolates belgas que Seguchi-san siempre le obsequia. Pero Yuki es como un adicto. Tiene escondida su ración de confites por toda la casa: dentro del estanque del retrete, en el relleno de los cojines, en el entretecho, en la guantera de su Mercedes, en el interior de los cajones y en los floreros. Incluso pillé la otra vez un envase M&M´s en el terrario de Origami. ¡No puedo creer que mi mascota conspire en mi contra!

Desconozco el origen de su afición por los dulces pero, aunque le hagan daño, no deja de verse adorable cuando su boca queda manchada con chocolate o incluso sus manos, lo que me recuerda un niño chiquito que aún no aprende a comer. Y, obviamente, frente a esa situación, y en un acto de altruismo puro, me abalanzo sobre él para limpiarle con mi lengua las manchas de chocolate, aunque lo único que consigo de él es una patada en la cara por mi osadía. «¡Luego te quejas de que te digo perro!», me gritonea cuando intento lamerlo. Yo no le veo nada de malo; incluso hemos jugado con jarabe de chocolate y crema en nuestras noches de pasión. Aderezar nuestros encuentros sexuales con comida resulta muy erótico. En esos momentos mi preocupación por el exceso de azúcar en la sangre se va al diablo y aprovecho de recolectar hasta la última gota de jarabe de su cuerpo, así como Yuki lo hace en el mío.

Hoy fuimos invitados a la casa de Seguchi-san. Mika-san suele quejarse mucho de que Yuki no comparte con su hijo (mini-Seguchi), de que es un tío mezquino y que por eso nos equivocamos al recogerlo de la guardería la última vez, por lo que nos sugirió pasar todo el día con ellos en su casa y así provechar de disfrutar las bondades que el dinero de Seguchi-san ha elucubrado en lo que él considera su humilde y sencillo hogar de veinte hectáreas en la zona más residencial de Tokio. ¡Jesús!, entrar a la casa de Seguchi-san es como entrar a otra dimensión.

Obviamente, Yuki se aprovechó de la disposición y condescendencia de Seguchi-san para comerse todos los dulces a su alcance. ¿Qué no conoce la palabra «moderación»?

Seguchi-san sólo sonríe frente a esa situación; es como un padre celebrándole las hazañas a un hijo. Mika-san en cambio, regaña a Yuki cada vez que puede. Y yo… estoy pintado.

Después de pasar toda la tarde nadando en la alberca olímpica de Seguchi-san, me animo a compartir un rato en la terraza y disfrutar de la servicial atención gastronómica que ofrece la casa. Pero sólo soy capaz de comer un bocado... el almuerzo fue muy contundente y parece que Yuki está al acecho de mi plato. Hasta me siento intimidado.

—¿Te comerás eso?

—Tanta azúcar engorda y hace mal. No lo comeré.

—De hecho —dice, robándome el plato—, no subirías de peso si quemaras las calorías usando el cerebro.

—¡¿Estás diciéndome estúpido?!

—Tu perspicacia me sorprende.

Le arrebato MI plato de pastel y se lo aviento a la cara. Seguchi-san se suelta a reír y Mika-san me golpea con su sandalia por mi osada estupidez. El mini-Seguchi balbucea algunas palabras y celebra la cara de Yuki embadurnada de crema y chocolate. Tal vez debería encargarme de limpiársela, pero no sería propio montar una escena fogosa delante de un bebé. Además, el muy idiota se lo merece por insultar mi inteligencia. Porque no es que yo sea tonto, es sólo que mi inteligencia es diferente.

Notas finales:

A 15 reviews del track especial.


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