Que extraña es la sensación que me invade…
Me hace sentir tan completo...
Tan real…
Tan humano…
“- te amo Ed-“solo esa frase había logrado hacer que perdiera el color; perderlo, para luego fundirme en el rojo carmesí de mis mejillas
“-te amo sólo a ti, Edward Elric-“podría sonar patético…pero estoy locamente enamorado de mi novio…
Perdidamente enamorado…
Capitulo 1
Todo a su debido tiempo
- hermano...HERMAO!!!!-grito Al.
Últimamente he estado tan perdido en mis pensamientos (sentimientos, más especifico amor) que el sólo llamado de mi hermano menor me hizo pegar un grito y caer de mi silla
- hermano, ¿estás bien?-pregunto Al, extendiéndome la mano para ayudarme a ponerme en pie.
- Sí, no pasó nada-tomé la mano metálica de mi hermanito para pararme-que me decías?
- Te decía que encontré algo curioso entre algunos registros
- Curioso?-Al me extendió unos papeles; a primera vista, parecía los exámenes médicos de un embarazo…hasta que…-Al…aquí dice...Doncel?
- Sí hermano, lo que he encontrado es que los doncel, es un hombre con la capacidad de quedar embarazado…
- Ja ja ja ja, vamos Al, no me digas que te creíste eso…un hombre…embarazado, por favor…
Al sólo se encogió de hombros sin darle mucha importancia.
- me pareció raro, por eso quería que tu lo vieras-dijo
- dudo que sea posible hermano…
Me volví a sentar en mi escritorio, a revisar los papeles; hace unos meses, había descubierto el laboratorio en donde se podía hacer una piedra filosofal, pero por cosas del destino…no había continuado con la investigación en el caso…ahora, mi nuevo puesto era detrás de un escritorio…
El gran reloj de la pared marcó las 6:29pm. Mis dedos comenzaron a moverse inquietos sobre el escritorio.
50 segundos más, por qué unos pocos segundos se me hacían tan eternos.?
40 segundos, luego de un largo día sin verlo, porque me costaba estar quieto en mi escritorio
30 segundos y podría verlo
20 segundos y podría abrazarlos
15 segundos y podría sentir su calor
10 segundos y podría sentir su olor
5 segundos y podría sentir sus labios.
6:30pm, y la puerta de mi oficina aun continúo cerrada.
De pronto me sentí algo apagado…él había prometido venir a recogerme a las 6:30pm, no solía retrasarse…eso era raro en Roy
Deje caer mi cabeza sobre la mesa, ocultando mis ojos con el pelo.
- Etoo…hermano-dijo Al-Winry esta en la ciudad, y no quiere que la deje sola…aun me necesitas por aquí?
Levante mi mano derecha y le hice gesto de que podía marcharse.
- OH, gracias hermano…nos veremos mañana-Al abrió la puerta y se marchó.
De pronto, el silencio estaba apenas roto por el tictac del reloj. Ya eran las 6:40pm…
¿Se le habría olvidado? ¿Estaría ocupado?
Si estuviera ocupado, me hubiera llamado…pero aun así…
Miré por la ventana, ya estaba oscuro, muy oscuro. Sin orden alguna, mis ojos comenzaron a cerrarse, no me había dado cuenta de lo cansado que estaba.
Un suave vaivén me despertó, pero aun así, no quise abrir los ojos. Podía sentir un corazón, unos cálidos brazos…
- Roy…-suspire apegándome más al enorme pecho que tenía cerca
- joven Elric, ya despertó-esa voz…no era Roy
Abrí los ojos, encontrándome cara a cara con el comandante Armstrong.
- Aaaaaaaaaaah- jamás, jamás en mi vida había experimentado tal terror.
- Joven Elric, por favor, quédese quieto-dijo Armstrong con su profunda voz.
- No, aaaaah, bájame, bájame…
- Edward no te pongas histérico-esa vos si que la conocía.
Desde los brazos de Armstrong, logré ver a Coronel Roy detrás de nosotros.
- Roy - un poco más y me hubiera puesto a llorar de la felicidad.
- Comandante, podría explicarme por favor, a dónde y por qué lleva a Full Metal como si fuera una princesa?
- Lo encontré dormido en su oficina señor, me disponía a llevarlo a su habitación Señor-dijo Armstrong con su usual tono solemne y esas estrellitas a su alrededor…
¡Debía huir ya!
- Pues a mi me parece bastante despierto-comentó Roy, mirando con expresión de burla mis intentos de huida.- Comandante Armstrong, baje al chico.
- Sí Señor-dijo el medio calvito, colocándome en el piso-con su permiso coronel, me retiro.
El comandante Armstrong se dio media vuelta y se marchó, una vez solos, Roy se acercó a mí.
- Vaya, eso si que a sido raro-dijo riendo.
Detestaba que se burlara de mí, por lo que me di media vuelta y me comencé a alejar. De pronto sus brazos me atraparon.
- Y tú a dónde crees que vas?-me preguntó junto a mi oreja, el solo rose de sus labios en mi oído, me hacían perder la cabeza.
- Pues…-debía concentrarme, estaba molesto-pues, me voy a comer algo y luego a dormir, así que, permiso-traté de deshacer su abrazo, pero lo único que logré fue que Roy me colocara de espaldas contra la pared
- Y podría saber, porque estas tan molesto?-me miró directamente a los ojos. Por un segundo, olvidé respirar, me había perdido en esos ojos negros tan profundos…
- Edward? Oye Edward, hay alguien allí adentro?
- Es tu culpa!-dije cerrando los ojos con fuerza
- Mi culpa? Pero de que o por que?
- Por dejarme plantado-mi vos se quebró a medida que unas lágrimas trataban de salir por mis ojos-me dejaste esperándote…
- Edward Elric, te dije que iría a recogerte a las 7:30pm…apuesto a que oíste mal…otra vez…
- 7:30pm-muy bien, si alguna vez, alguien hacía una lista de las personas despistadas, yo debía encabezarla.
Roy soltó un suspiro.
- Qué haré contigo?-se preguntó.
Miré a Roy a la cara y me sorprendí al ver que no estaba molesto, más bien se veía feliz.
- Podrías…amarme-dije suavemente.
- Ya lo hago -me afirmó, acercándose suavemente a mi rostro, entrelazando sus dedos en mi cabello y rozando sus labios a los míos
Aquella sensación…jamás podría cansarme del sentimiento que sentía por él
Su suave cabello entre mis dedos, sus tersos labios deslizándose por los míos, su lengua entrando en mi boca para saborearla, mi lengua acariciando su boca.
Nos separamos cuando el oxigeno no lo exigió, pero aun así, no separamos nuestras miradas, no rompimos esa conexión que teníamos el uno con el otro.
Jamás podríamos hacerlo.
- Quieres ir a cenar?-me pregunto.
- Si -susurre, aunque hambre no tenia, realmente, solo quería estar en su compañía.
- Me párese…que ya que tu hiciste este alboroto, es justo que tu pagues la cena esta noche-dijo cogiéndome de la mano
- Qué?! No, eso no es justo…
- Es un cambio equivalente Ed-dijo con su típica sonrisa sarcástica que tanto me enloquecía
- Claro que no, que me salves de ser cargado como princesa hasta mi cuarto, no es equivalente a que yo pague nuestra cena…
- Tienes razón-dijo colocando su mano en su mentón y pensando-es un precio muy poco a lo que me debes…que tal si esta noche duermes conmigo.
- … -¿lo decía enserio?-hablas en serio Roy?
- Claro, porque no hacerlo
- O sea…que has cambiado de opinión-pregunte ilusionado.
De pronto el rostro alegre de mi amado se oscureció.
- No malinterpretes las cosas Edward, dije que esta noche durmieras conmigo, en ningún momento dije lo haríamos.
- Pero si la circunstancias se dan…
- Aun no Edward
La seria vos de Roy me dejó muy extrañado…ya hacía casi tres años que éramos novios, y jamás, habíamos pasado más allá de un beso.
Tal vez…yo no le parecía deseable Roy suspiró ante mi silencio, y como de costumbre, me revolvió el pelo, haciéndome levantar la mirada para verlo.
- Aun no es hora Ed, sólo aguarda un poco más-me suplico.
- Un poco más? Pero si llevamos saliendo casi 3 años completos…dime de una ves si yo no…si yo no…-no era capas de terminar frase…
Sin previo aviso, Roy me abrazo fuertemente, haciendo que ocultara mi cabeza en su pecho.
- Sabes que te deseo-me susurro suavemente-cada vez se me hace más difícil no perder el control sobre mi cuerpo, pero…aun no es el momento Ed.
- Entonces…cuando?
- Ya se dará el lugar y la hora perfecta…pero por ahora, dime…no vale la pena esperar?
- Claro que sí!
- Bien… Deshicimos nuestro abrazo, para cogernos de las manos e irnos a un restaurante cerca.
La cena transcurrió normalmente, y como lo prometí, esa noche me quede en casa de Roy.
Usualmente tenía una muda de ropa allí para el día siguiente-no era la primera noche que me quedaba allí-pero no tenía mi pijama. Por lo que Roy me presto una de sus camisas para que durmiera con ella.
Luego de una sesión de besos, Roy cayó dormido primero, mientras yo me quedaba recostado sobre su pecho, esperando conciliar el sueño. Por alguna extraña razón, los latidos del corazón de Roy y los míos, iban sincronizados, palpitaban al mismo tiempo, como si fueran uno.
- Como si fuéramos uno-aquella simple idea me hizo sonreír.
Me tomaría las cosas con calma y cuando llegara el momento, le entregaría a Roy todo lo que soy.
Mi alma, mi corazón, y mi ser…
Todo y hasta más...