“Hay veces, que hay que saberle agradecer ciertas cosas, a las personas que menos esperas”
Capítulo 7
Dos corazones para un solo alquimista
El pequeño cuerpo de Ed temblaba debajo del mio, sus mejillas rojas y sus ojitos entreabiertos me mostraban el deseo que ardía desde su interior por dejarme entrar, por dejarme hacerlo mío.
Deje que mis labios recorrieran su cuerpo, desde su cuello hasta su cintura, dejando un pequeño rastro de saliva.
- por favor Roy-suplico con los ojos vidriosos-deja de torturarme asi
- y que pasa si no lo ago?-pregunte mientras le acariciaba su pequeña entrada
- aaa, Roy, te lo suplico-mi amado alquimista recogió sus piernas, dejando apreciar aquel túnel de carne hecho solo para mí.
- Muy bien-susurre con la respiración agitada
Cuanto tiempo había esperado para este momento, cuantas noches sin poder dormir, cuantos sueños a la espera de este día ahora era mío
- Roy…he Roy despierta, ¡ROY MUSTANG!-abrí los ojos ante el grito de Maes, el cual estaba sonriente junto a mi
Deje caer mi cabeza de nuevo contra el escritorio, con esta ya era la 3 vez que tenía ese sueño en una semana, de no ser porque la boda era al día siguiente, seguramente enloquecería
- Oye Roy, te sientes bien? Estas algo rojo-observo Hughes
- No he dormido bien, eso es todo-dije entre dientes algo irritado
Porque tenía que despertarme de ese sueño tan genial y justo en la mejor parte (Roy eres un pervertido ¬¬)
- Bueno, pues deberías irte ya a casa a descansar…ya tienes tu traje?
- Sí.
- El anillo?
- Sí.
- Las flores?
- Si
- Los tiquetes?
- POR ENDECIMA VEZ HOY, YA TENGO TODO LISTO!-grite desesperado
- -3- que malo eres, solo quería cerciorarme de que todo estuviera listo, no quiero que nada quede fuera.
Estaba a punto de carbonizarlo-y no era para menos, había hecho, o más bien obligado a Ed a que se quedara con él y Gracia para que yo no hiciera nada-cuando abrieron la puerta.
Eran la teniente y Ed, venia platicando bastante animados
- Hola Roy-saludo Ed sonriente-te sientes bien?
- Hola…si, por qué?
Mi querido alquimista se me acerco y coloco su mano izquierda sobre mi mejilla
- Estas algo colorado
- ¬///¬ estoy bien-dije con el ceño fruncido. Maldito Hughes, después me las pagaras.
- Oh, bueno; si tú lo dices taisa terco-murmuro Ed antes de reírse un poco
- *¬¬ dijiste algo?
- Nop =3
- Coronel, porque no se va ya a casa, para descansar?-dijo la teniente
- Si eso estaría bien-dije antes de bostezar-vamos Ed?-le tendí la mano a mi amado, y él con las mejillas algo coloradas, se dispuso tomármela, de no ser porque…
- Oye Ed, no olvides que aún falta que te midas el traje-dijo Hughes tomando a Ed del cuello de la chaqueta que tenía y arrastrándolo fuera de la oficina
- Pero…ya me lo has hecho medir unas 50 veces…espera…suéltame…auxilio!-los gritos de Ed se escuchaban incluso al salir de la oficina
Me quede con la mano estirada y con una cara de ¬¬
- Señor mejor váyase ya, al menos que quiera que le ponga más papeleo-mi subordinada no termino de hablar antes de que saliera corriendo de la oficina y despidiéndome con un rápido “nos vemos mañana”
Una vez en la calle, me fui caminando a paso lento hasta mi departamento; sabía que esa sería mi última noche allí, ya que a partir de mañana Ed y yo viviríamos en un lugar algo más amplio.
El cielo ya estaba negro y unas pocas estrellas aparecieron en el firmamento.
Continúe caminando hasta que note algo extraño…
Me estaban siguiendo.
Apreté el paso y me desvié por varios callejones, aun así, mi perseguidor no desistió.
Cuando ya me encontraba a una calle del departamento, ajuste mi guante, y me di vuelta para encarar a mi perseguidor.
Con mis dedos cerca de su cara y la punta de su espada a escases centímetros de mi cuello; Ling Yao y yo nos miramos fijamente antes de dejar nuestra posición de ataque, pero no de defensa
- Para que me estas siguiendo?-pregunte sin poder contener el tono amargo de mi voz
- Quiero que me respondas algo y más vale que seas sincero Mustang-amenazo él
- Y qué es?
- Te vas a casar con Ed?-no pude evitar soltar una risa
- Si es verdad, de echo la boda es mañana, Ed no te mando tu invitación?-negó una sola vez-no me sorprende, seguramente no quería involucrarte
Ling se limitó a apretar los dientes y a mirarme con desprecio.
No es que me tuviera mucha estima y viceversa, de hecho, de ser por mí, lo quemaría allí mismo, pero sabía que eso lastimaría a Ed. Por mucho que lo odiaba, él aun sentía cierta estima por su tonto amigo; y aunque su relación no llego a ser nada más que de compañeros de combate, para Ed fue duro romper su relación con este joven príncipe, su dolor era tan grande, que apenas si podía disimularlo tras su usual sonrisa.
- Te lo advierto Mustang, lo llegas a lastimar y…
- Podemos saltarnos la parte de las amenazas, tengo que ir a dormir-me di la vuelta y me aleje a paso lento
Podida escuchar como Ling se marchaba también; nos detestábamos, si, de eso no cabía no la menor duda, aun así…
- Ling-dije sin darme vuelta-gracias…gracias por haberlo cuidado
Como respuesta a ese comentario, recibí un gruñido lleno de ira, antes de que él se marchara.
Habíamos luchado hombro a hombro, para descubrir quien se quedaría con Ed, y aunque yo había sido el ganador, se lo debía a él; después de todo, sin Ling; mi pequeño alquimista podría estar muerto